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Abstract

A lo largo de la vida, todos los seres humanos sufren en mayor o menor medida el duelo por una pérdida. Es una experiencia inevitable que conlleva sufrimiento pero también puede ser una oportunidad de crecimiento. Objetivo: realizar una revisión bibliográfica tanto de los artículos publicados durante los últimos años sobre estudios relacionados con el duelo, como de los aspectos más relevantes contenidos en la literatura reciente. Material y método: las referencias bibliográficas en las que nos hemos basado han sido recogidas de las bases computerizadas Medline y PsycINFO, siendo la mayoría de los artículos encontrados de procedencia anglosajona; además se han consultado las principales revistas españolas relacionadas con el tema. Resultados: en función del contenido de los resultados, hemos tratado de organizar el trabajo en las siguientes áreas: evaluación del duelo; diagnóstico de duelo complicado; predictores de duelo patológico; prevención y tratamiento. Conclusiones: la mayoría de estudios encontrados sobre el duelo son descriptivos, en cambio hay pocos estudios con un diseño experimental adecuado. No obstante, consideramos que es necesario investigar más sobre los aspectos fundamentales de esta compleja realidad.
Correspondencia:
Beatriz Gil Juliá
Departamento de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología de
la Universitat Jaume I de Castellón
Avenida Sos Baynat s/n Castellón 12071
E-mail: al058496@alumail.uji.es
DUELO: EVALUACIÓN, DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Beatriz Gil-Juliá, Ascensión Bellver** y Rafael Ballester*
** Junta Asociada Provincial de Valencia de la A.E.C.C. Hospital Universitario La Fe de Valencia.
* Departamento de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología de la Universitat Jaume I de Castellón.
** Junta Asociada Provincial de Valencia de la A.E.C.C. Hospital Universitario La Fe de Valencia.
* Departamento de Psicología Básica, Clínica y Psicobiología de la Universitat Jaume I de Castellón.
Abstract
Throughout their life, all human beings
suffer in greater or lesser extent the grief
due to a loss.
It is an inevitable experience
which causes suffering, but it also can be an
opportunity for growth.
Objectives: with this study our goal is to
conduct a bibliographical review both of the
articles published over the last few years of
studies related with bereavement, as well as of
the most relevant details contained in recent
literature.
Materials and methods: the bibliographical
references on which we have based our
research have been gathered from
Medline
and PsycINFO computerized databases. The
majority of the articles are of Anglo-Saxon
origin and noteworthy Spanish journals related
with the topic have also been consulted.
Results: according to the content of the
results, we have tried to organize the study
in the following areas: evaluation of grief;
diagnosis of complicated bereavement;
predictors of pathological bereavement,
prevention and treatment.
Conclusions: the majority of the studies
found on bereavement are descriptive;
however, there are few studies with an adequate
experimental design. Nevertheless, we believe
that it is necessary to further investigate the
fundamental aspects of this complex reality.
Key words
:
Bereavement, pathological
bereavement, assessment, diagnosis,
prevention, treatment.
Resumen
A lo largo de la vida, todos los seres huma-
nos sufren en mayor o menor medida el duelo
por una pérdida. Es una experiencia inevitable
que conlleva sufrimiento pero también puede
ser una oportunidad de crecimiento.
Objetivo: realizar una revisión bibliográfi -
ca tanto de los artículos publicados durante los
últimos años sobre estudios relacionados con
el duelo, como de los aspectos más relevantes
contenidos en la literatura reciente.
Material y método: las referencias biblio-
gráfi cas en las que nos hemos basado han sido
recogidas de las bases computerizadas Medline
y PsycINFO, siendo la mayoría de los artículos
encontrados de procedencia anglosajona; ade-
más se han consultado las principales revistas
españolas relacionadas con el tema.
Resultados: en función del contenido de
los resultados, hemos tratado de organizar
el trabajo en las siguientes áreas: evaluación
del duelo; diagnóstico de duelo complicado;
predictores de duelo patológico; prevención y
tratamiento.
Conclusiones: la mayoría de estudios en-
contrados sobre el duelo son descriptivos, en
cambio hay pocos estudios con un diseño ex-
perimental adecuado. No obstante, conside-
ramos que es necesario investigar
s sobre
los aspectos fundamentales de esta compleja
realidad.
Palabras clave
:
Duelo, duelo patológico,
evaluación, diagnóstico, prevención, trata-
miento.
PSICOONCOLOGÍA.
Vol. 5, Núm. 1, 2008, pp.
10
3
-
11
6
104
Beatriz Gil-Juliá
et al.
Beatriz Gil-Juliá et al.Beatriz Gil-Juliá
INTRODUCCIÓN
Durante miles de años la gente ha es-
tado elaborando duelos, recurriendo a
los medios de los que entonces disponía
para que les ayudaran a resolverlos. Sin
embargo, el paso del tiempo y los cam-
bios acontecidos en nuestra sociedad se
han visto refl ejados en un nuevo enfo-
que, puesto que en muchas ocasiones
carecemos de ese sentido de comuni-
dad y de familia extensa que proporcio-
naba apoyo en épocas anteriores, y eso
hace que cada vez en mayor medida las
personas que han sufrido una pérdida
pidan ayuda a los profesionales de la sa-
lud mental. Durante los últimos años, el
interés por parte de estos profesionales
en temas relacionados con la muerte y
el proceso de morir ha ido aumentando
y con ello el interés en todo lo relacio-
nado con el proceso de duelo
(1)
.
Para entender la experiencia de la
pérdida, suele ser útil reconocer su om-
nipresencia en la vida humana; perde-
mos algo con cada paso que avanzamos
en el viaje de la vida, desde las cosas
más concretas, como personas, lugares
u objetos, hasta las más inmateriales,
pero no por ello menos signifi cativas,
como la juventud o los sueños e ideales
que se desvanecen cuando nos enfren-
tamos a las duras “realidades” de la vida.
Cada una de estas pérdidas inevitables
va acompañada de su propio dolor y nos
afecta de una manera particular. En esta
línea y de acuerdo con Harvey y We-
ber (1998)
(2)
, podemos defi nir la pérdida
como cualquier daño en los recursos
personales, materiales o simbólicos con
los que hemos establecido un vínculo
emocional.
Otra defi nición más extensa es la de
Alba Payás
(3)
, según la cual: “El duelo es
la respuesta natural a la pérdida de cual-
quier persona, cosa o valor con la que
se ha construido un vínculo afectivo, y
como tal, se trata de un proceso natural
y humano y no de una enfermedad que
haya que evitar o de la que haya que
curarse. La expresión del duelo incluye
reacciones, que muy a menudo se pa-
recen a aquellas que acompañan a tras-
tornos físicos, mentales o emocionales.
Es importante ser muy cauteloso en la
interpretación de ciertas expresiones de
duelo que pueden aparecer como pato-
lógicas y ser, en realidad, manifestacio-
nes totalmente naturales y apropiadas,
dadas las circunstancias particulares de
la pérdida.”
De esta manera, los síntomas de tris-
teza del duelo podrían parecerse a los
del Trastorno Depresivo Mayor, aunque
no indicarían un trastorno mental. Para
prevenir diagnósticos falsos-positivos,
los criterios diagnósticos del DSM para
Trastorno Depresivo Mayor excluyen el
duelo no complicado de corta duración
y moderada intensidad. Sin embargo, el
DSM no excluye las reacciones depresi-
vas que aparecen ante otras pérdidas, in-
cluso cuando éstas no son complicadas
en duración e intensidad. En esta línea,
los resultados de un estudio reciente lle-
vado a cabo por Wakefi eld et al
(4)
, revelan
que los episodios depresivos sin compli-
caciones desencadenados por duelo y
por otras pérdidas tienen perfi les sinto-
máticos similares. Por ello, según estos
autores, los datos de su investigación no
apoyan la validez de excluir únicamente
del diagnóstico de Trastorno Depresivo
Mayor, el duelo no complicado, sino que
también debería aplicarse a las reaccio-
nes ante otras pérdidas.
En el presente trabajo no abordare-
mos los duelos en general sino que nos
centraremos en los procesos de duelo
que provocan las muertes de seres que-
ridos, considerando la muerte de un ser
querido como uno de los acontecimien-
tos vitales más estresantes que puede
afrontar el ser humano.
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
105
La palabra “duelo” proviene del tér-
mino latino “dolus” que signifi ca dolor.
El manual diagnóstico de los trastornos
mentales DSM-IV-TR, en problemas
adicionales que pueden ser objeto de
atención clínica, incluye el
duelo
y lo
defi ne como la reacción ante la muerte
de una persona querida. Emplea el có-
digo V62.82, no atribuible a trastorno
mental
(5)
. La clasifi cación internacional
de las enfermedades CIE 10, Trastornos
Mentales y del Comportamiento, den-
tro de los factores que infl uyen en el
estado de salud y en el contacto con
los servicios de salud, en los problemas
relacionados con el grupo de apoyo,
incluidas las circunstancias familiares,
emplea el código Z63.4 para el duelo
normal (desaparición o fallecimiento
de un miembro de la familia), mientras
que utiliza los trastornos de adaptación
F43.2 para las reacciones de duelo de
cualquier duración que se consideren
anormales por sus manifestaciones o
contenidos
(6)
.
De acuerdo con Bayés, los compo-
nentes del duelo son tres: (a) una re-
acción universal ante la pérdida, en el
sentido de que constituye una faceta
que aparece en todas las culturas, aun
cuando sus manifestaciones puedan ser
muy diferentes. (b) Produce sufrimien-
to, el cual puede encontrarse asociado,
tanto a comportamientos activos de ma-
lestar como a comportamientos pasivos
de tipo depresivo. (c) Puede afectar ne-
gativamente a la salud de la persona que
lo experimenta
(7, 8)
.
En función de los autores a los que
hagamos referencia hablaremos de dis-
tintas etapas o fases en el proceso de
duelo
(2, 9, 10)
:
Lindemann
Parkes y Bowlby
Engel
K
ü
bler-Ross
Rando
Neimeyer
Conmoci
ó
n e
incredulidad
Aturdimiento
Conmoci
ó
n
e
incredulidad
Negaci
ó
n
Evitativa
Evitaci
ó
n
Duelo agudo
Anhelo y
b
ú
squeda
Desarrollo
de la
conciencia
Ira
De
confrontaci
ó
n
Asimilaci
ó
n
Resoluci
ó
n
Desorganizaci
ó
n
y desesperaci
ó
n
Restituci
ó
n
Negociaci
ó
n
De
restablecimiento
Acomodaci
ó
n
Reorganizaci
ó
n
Resolviendo
la p
é
rdida
Depresi
ó
n
Idealizaci
ó
n
Aceptaci
ó
n
Resoluci
ó
n
Tabla 1.
Etapas o fases en el proceso de duelo
106
Beatriz Gil-Juliá
et al.
Beatriz Gil-Juliá et al.Beatriz Gil-Juliá
Otros autores como Worden consi-
deran más oportuno hablar de tareas
en el proceso de duelo, puesto que és-
tas implican que la persona sea activa y
pueda hacer algo, mientras que las fases
implican una cierta pasividad, es decir,
algo que la persona en duelo atraviesa.
Así, Worden incluye cuatro tareas en el
duelo: (a) aceptar la realidad de la pérdi-
da, (b) trabajar las emociones y el dolor
de la pérdida, (c) adaptarse a un medio
en el que el ser querido está ausente y
(d) recolocar emocionalmente al falleci-
do y seguir viviendo
(1)
.
Del mismo modo, Parkes y Weiss
consideran necesarias tres tareas: (a) re-
conocimiento intelectual y explicación
de la pérdida, (b) aceptación emocional
de la pérdida y (c) asunción de una nue-
va identidad
(11)
.
Una vez atendidos los aspectos teó-
ricos básicos sobre el duelo desde di-
ferentes ópticas y autores, es momento
de abordar esta compleja realidad des-
de una perspectiva más actual, para lo
cual trataremos de realizar una revisión
bibliográfi ca de las publicaciones más
recientes en torno al tema. En el proce-
so de búsqueda bibliográfi ca llevado a
cabo sobre el duelo, hemos considerado
aquellas referencias publicadas durante
los últimos diez años, utilizando como
palabras clave las siguientes: duelo, due-
lo patológico, evaluación, diagnóstico,
prevención y tratamiento. Principalmen-
te se han consultado las bases compu-
terizadas Medline y PsycINFO, encon-
trando que la mayoría de los artículos
de las citadas bases recogen trabajos
de procedencia anglosajona y siendo el
porcentaje de estudios encontrados en
PsycINFO mayor al de Medline. El obje-
tivo inicial era buscar estudios empíri-
cos. Del total de referencias bibliográfi -
cas, acordamos desestimar parte de las
mismas por tratarse de estudios sin un
diseño experimental adecuado. De esta
manera, hay más bibliografía de revisión
teórica a la vez que hemos referencia-
do manuales clásicos. Las 33 referencias
citadas, nos han permitido organizar la
revisión en los apartados que a conti-
nuación presentamos: evaluación del
duelo; diagnóstico del duelo compli-
cado; predictores de duelo patológico;
prevención y tratamiento. Las restantes
citas, nos han servido para analizar los
antecedentes y contextualizar el tema.
EVALUACIÓN DEL DUELO
Dada la complejidad que conlleva el
fenómeno del duelo es de esperar que
su evaluación no constituya una tarea
sencilla.
En líneas generales, con la evaluación
del duelo se pretende recopilar toda
aquella información que resulte relevan-
te, en última instancia, para lograr una
adecuada adaptación de los familiares a
la realidad de la pérdida. Esta informa-
ción puede obtenerse a través de diver-
sas fuentes como entrevistas, genogra-
mas, autorregistros, observación directa,
historia de vida, cuestionarios, etc., y so-
bre todo mediante grandes habilidades
de escucha y comunicación
(12)
.
Es necesario valorar si el duelo sigue
un curso normal con toda la variedad
de manifestaciones posibles descritas, si
éstas son adecuadas en duración e in-
tensidad, así como tener en cuenta que
no todas las personas viven el proceso
de duelo de la misma forma. Podemos
considerar que las manifestaciones nor-
males del duelo son las siguientes
(13,14)
:
1. Sentimientos
: tristeza, angustia,
apatía, enfado, ira, culpa, soledad,
abandono, impotencia, insensibi-
lidad, extrañeza con respecto a
mismo o ante el mundo habitual.
2. Cogniciones
: incredulidad, confu-
sión, preocupación, rumiaciones,
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
107
pensamientos e imágenes recu-
rrentes, sentido de presencia, alu-
cinaciones visuales y/o auditivas,
difi cultades de atención, concen-
tración y memoria, distorsiones
cognitivas.
3.
Sensaciones físicas
: vacío en el
estómago y/o boca seca, opresión
en tórax/garganta, falta de aire y/o
palpitaciones, hipersensibilidad al
ruido, sentido de despersonaliza-
ción, falta de energía/debilidad.
4. Conductas
: alteraciones del sueño
y/o la alimentación, conducta dis-
traída, aislamiento social, llorar y/o
suspirar, llevar o atesorar objetos,
visitar lugares que frecuentaba el
fallecido, llamar y/o hablar del di-
funto o con él, hiper-hipo actividad,
evitar recordatorios del fallecido.
Las principales áreas que deben eva-
luarse son las siguientes
(15)
: estructura
y funcionamiento familiar, historia del
fallecimiento, necesidades individuales
y familiares, conductas problemáticas y
peticiones de intervención.
Cuestionarios para la evaluación del
duelo:
Entre los instrumentos utilizados con
mayor frecuencia para la evaluación del
duelo encontramos los siguientes
(15-18)
:
Tabla 2.
Cuestionarios para la evaluación del duelo
CUESTIONARIOS GENERALES
ÿ
Inventario de Experiencias en Duelo (IED) (The Grief Experience Inventory de
Sanders, Mauger y Strong, 1985). Adaptado al castellano por Garc
í
a-Garc
í
a,
Landa, Trigueros y Gaminde (2001).
ÿ
Inventario Texas Revisado de Duelo (The Texas Revised Inventory of Grief de
Faschingbauer, Zisook y De Vaul, 1987). Adaptado al castellano por Garc
í
a-Garc
í
a,
Landa, Trigueros, Calvo y Gaminde (1995) y Garc
í
a-Garc
í
a y Landa (2001).
ÿ
Inventario de Duelo Complicado (IDC) (The Inventory of Complicated Grief de
Prigerson y Jacobs, 2001). La adaptaci
ó
n al espa
ñ
ol ha sido llevada a cabo por
Garc
í
a-Garc
í
a, Landa, Prigerson, Echevarria, Grandes, Mauriz y Andollo (2002).
ÿ
Cuestionario de Riesgo de Duelo Complicado (The Risk Index de Parkes
y Weiss, 1983). Traducido al castellano por Garc
í
a-Garc
í
a, Landa, Grandes,
Mauriz y Andollo (2002).
ÿ
Valoraci
ó
n del Riesgo de Complicaciones en la Resoluci
ó
n del Duelo (Soler,
Barreto y Yi, 2002).
ÿ
Grief Reaction Checklist (Remondet y Hansson, 1987).
ÿ
Escala Emocional de Caras (Facial Affective Scale de McGrath, de Veber y
Hearn, 1985).
CUESTIONARIOS ESPEC
Í
FICOS
ÿ
Perinatal Grief Scale (PGS) (Toedter, Lasker y Alhadeff, 1988).
ÿ
Hogan Sibling Inventory of Bereavement (HSIB)
(Hogan y Greenfi eld, 1991).
ÿ
Grief Experience Questionnaire (GEQ) (Barret y Scout, 1989).
108
Beatriz Gil-Juliá
et al.
Beatriz Gil-Juliá et al.Beatriz Gil-Juliá
Otros cuestionarios que pueden
aportar información sobre el estado de
ánimo:
ta con un duelo no resuelto, acudiendo
en estos casos por un problema de tipo
médico o psiquiátrico.
En la actualidad no hay consenso
diagnóstico en lo que se refi ere a due-
lo complicado y como consecuencia
no está incluido en la clasifi cación del
DSM-IV-TR. No obstante, en los proble-
mas adicionales que pueden ser objeto
de atención clínica se señala la presencia
de ciertos síntomas que no son caracte-
rísticos de una reacción de duelo “nor-
mal” y que pueden ser útiles para reali-
zar un diagnóstico diferencial de duelo
patológico y episodio depresivo mayor.
Entre estos síntomas se incluyen:
1. La culpa por las cosas, más que
por las acciones, recibidas o no
recibidas por el superviviente en
el momento de morir la persona
querida.
2. Pensamientos de muerte más que
voluntad de vivir, con el senti-
miento de que el superviviente
debería haber muerto con la per-
sona fallecida.
3. Preocupación mórbida con senti-
miento de inutilidad.
4. Enlentecimiento psicomotor acu-
sado.
5. Deterioro funcional acusado y
prolongado.
6. Experiencias alucinatorias distintas
de las de escuchar la voz o ver la
imagen fugaz de la persona fallecida.
Esta falta de consenso a la que nos ve-
nimos refi riendo, podría verse compen-
sada por el esfuerzo de Prigerson, Shear,
Jacobs et al (1999)
(19)
por defi nir los crite-
rios de duelo complicado. Según estos
autores, la “pena traumática” constituye
un síndrome distinto de otros trastornos
y es merecedor de un diagnóstico, pre-
sentando tanto síntomas de malestar por
la separación como síntomas de males-
Tabla 3.
Cuestionarios para la
evaluaci
ó
n estado de
á
nimo
ÿ
Inventario Breve de S
í
ntomas
(BSI). Derogatis, Spencer (1982).
ÿ
Cuestionario general de Salud
(GHQ) de Goldberg (1978).
ÿ
Escala de ansiedad y depresi
ó
n
en el hospital (HADS) de
Zigmond y Snaith (1983).
ÿ
Inventario de depresi
ó
n de Beck
(BDI) (1979).
ÿ
Inventario de ansiedad estado/
rasgo (STAI) de Spielberger
(1970).
ÿ
Escala de desesperanza (BHS) de
Beck y cols (1974).
DIAGNÓSTICO DEL DUELO
COMPLICADO
En algunos casos, el proceso de due-
lo puede no seguir un curso normal,
complicándose y produciéndose alte-
raciones importantes en la vida de las
personas que lo experimentan, lo cual
se conoce como duelo complicado, pa-
tológico, anormal o traumático.
En ocasiones, el propio doliente pue-
de ser consciente de que el duelo sigue
un curso anormal, puesto que interfi e-
re notoriamente en su funcionamiento
general y esto le lleva a buscar ayuda
especializada; sin embargo, no siempre
se relaciona el malestar que experimen-
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
109
tar traumático. Entre los primeros sínto-
mas estarían los pensamientos intrusivos
sobre el fallecido, añoranza, búsqueda
del fallecido y soledad como resultado
del fallecimiento, mientras que entre los
síntomas de malestar traumático encon-
traríamos la falta de metas y/o inutilidad
respecto al futuro, sensación subjetiva
de indiferencia o ausencia de respuesta
emocional, difi cultades para aceptar la
muerte, excesiva irritabilidad, amargura
y/o enfado en relación a la muerte. Los
citados autores elaboraron los primeros
criterios de duelo complicado.
Más tarde, estos criterios fueron
traducidos y adaptados al español por
García et al., lo cual llevó a pequeñas
modifi caciones en los mismos. A conti-
nuación se presentan estos criterios
(20)
:
Criterio A
: Estrés por la separación
afectiva que conlleva la muerte
Presentar cada día o en grado acusa-
do 3 de los cuatro síntomas siguientes:
1) Pensamientos intrusivos —que
entran en la mente sin control—
acerca del fallecido.
2) Añoranza —recordar su ausencia
con enorme y profunda tristeza—
del fallecido.
3) Búsqueda —aún sabiendo que
está muerto— del fallecido.
4) Sentimientos de soledad como
resultado del fallecimiento.
Criterio B
: Estrés por el trauma psí-
quico que supone la muerte
Presentar cada día o en grado acusa-
do, y como consecuencia del fallecimien-
to, 4 de los ocho síntomas siguientes:
1) Falta de metas y/o tener la sensa-
ción de que todo es inútil respec-
to al futuro.
2) Sensación subjetiva de frialdad,
indiferencia y/o ausencia de res-
puesta emocional.
3) Difi cultad para aceptar la realidad
de la muerte.
4) Sentir que la vida está vacía y/o
que no tiene sentido.
5) Sentir que se ha muerto una parte
de sí mismo.
6) Asumir síntomas y/o conductas
perjudiciales del fallecido, o rela-
cionadas con él.
7) Excesiva irritabilidad, amargura, y/o
enfado en relación con el falleci-
miento.
8) Tener alterada la manera de ver e
interpretar el mundo.
Criterio C
: Cronología
La duración del trastorno —los sínto-
mas arriba indicados— es de al menos
6 meses.
Criterio D
: Deterioro
El trastorno causa un importante de-
terioro de la vida social, laboral u otras
actividades signifi cativas de la persona
en duelo.
La utilización del término “pena trau-
mática” en el pasado llevó a confusión,
por lo que más tarde Prigerson et al.
(1995)
(21)
eligieron el indicador “complica-
do” ya que éste refl eja que se trata de un
trastorno no resuelto y que sus síntomas
están relacionados con complicaciones
en el funcionamiento normal. Además,
estos autores realizaron diagnóstico di-
ferencial del duelo complicado con otros
trastornos recogidos en el DSM-IV-TR,
como son el trastorno de estrés postrau-
mático, trastorno depresivo mayor y tras-
torno adaptativo. Asimismo refi eren que
las ventajas de estandarizar los criterios
diagnósticos del duelo complicado son
mayores que los inconvenientes.
110
Beatriz Gil-Juliá
et al.
Beatriz Gil-Juliá et al.Beatriz Gil-Juliá
No obstante, anterior a Prigerson
et al, ya había sido propuesto otro
sistema para el diagnóstico de duelo
complicado por Horowitz, Siegel, Ho-
len et al
(22)
. De manera independiente,
ambos grupos de autores propusieron
síntomas similares que podrían carac-
terizar de forma específica al duelo
complicado (por ejemplo, añoranza,
incredulidad, soledad, vacío, evita-
ción…), lo cual sugeriría en principio
un acuerdo general sobre los sínto-
mas que conformarían el duelo com-
plicado.
Sin embargo, con el estudio de com-
paración de ambos sistemas diagnós-
ticos de duelo complicado, realizado
por Forstmeier y Maercker
(23)
, se han
encontrado diferencias importantes en
relación a prevalencia y probabilidad
condicional, siendo ambas mayores con
el sistema diagnóstico propuesto por
el grupo de Horowitz. Además en este
mismo estudio, también se llega a la
conclusión de que el conjunto de crite-
rios establecidos por Horowitz et al., es
más inclusivo y menos estricto que el de
Prigerson et al., y por tanto, conduce a
una prevalencia mayor.
PREDICTORES DE DUELO PATOLÓGICO
El estudio de los predictores de
riesgo nos permitiría identifi car a las
personas que con mayor probabilidad
puedan necesitar apoyo tras la pérdida
de un ser querido; de esta manera, si
es posible anticipar quien puede tener
difi cultades en la resolución del due-
lo, también se podrá actuar a modo de
prevención y mediante una interven-
ción temprana evitar un posible duelo
no resuelto.
Partiendo de que puede haber dife-
rencias según a la población a la que
se haga referencia, en líneas generales
podemos considerar que los predicto-
res de riesgo de duelo patológico son
los relacionados con los siguientes as-
pectos
(13,16)
:
A. PERSONALES: juventud o ancia-
nidad del doliente, problemas
de salud física y/o mental previos
como depresión, ansiedad, inten-
tos de suicidio..., duelos anterio-
res no resueltos, inhabilidad para
afrontar el estrés, reacciones de
rabia, amargura y culpabilidad
muy intensas, valoración subjeti-
va de falta de recursos para hacer
frente a la situación.
B. RELACIONALES: pérdida del hijo/
a, cónyuge, padre o madre en
edad temprana y/o hermano en la
adolescencia, dependencia del su-
perviviente respecto del fallecido,
relación confl ictiva o ambivalente
con hostilidad no expresada.
C. CIRCUNSTANCIALES: juventud
del fallecido, pérdida súbita, acci-
dente, homicidio, suicidio, incier-
ta y/o múltiple, muertes estigma-
tizadas, recuerdos dolorosos del
proceso.
D. SOCIALES: nivel socioeconómico
bajo, percepción negativa o falta
de apoyo sociofamiliar, responsa-
bilidad de hijos pequeños, otros
factores estresantes como por
ejemplo proyectos truncados.
No obstante, hay pocos estudios so-
bre predictores de duelo complicado.
En la mayoría de trabajos consultados se
establecen los predictores por consenso
de autores pero no como resultado de
un estudio prospectivo; en esta línea he-
mos encontrado un estudio prospectivo
de duelo llevado a cabo por Schulz et
al
(24)
, entre los familiares-cuidadores de
pacientes con problemas de demencia
que muestra resultados acordes con los
descritos anteriormente, pues incluye
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
111
factores sociodemográfi cos y caracterís-
ticas de la experiencia de cuidado.
Otro estudio llevado a cabo por Nei-
meyer et al
(25)
, también tiene en cuenta
como posibles factores de riesgo la re-
lación con el fallecido y la naturaleza de
la muerte.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Considerando que en principio el
duelo es un proceso normal, la mayo-
ría de los casos, no requieren de inter-
venciones específi cas ni psicofármacos,
siempre que el doliente disponga de re-
cursos adecuados, tanto internos como
externos, para hacer frente a la situación.
Por este motivo, no todas las personas
van a necesitar atención, y en el caso
de que la necesitaran habría diferencias
individuales, puesto que no se vive el
proceso de duelo de la misma forma, ni
se dispone de los mismos recursos para
afrontarlo
(16)
. Así, Jordan y Neimeyer
(26)
centrándose en las principales revisio-
nes y/o meta-análisis existentes en la
literatura sobre intervención en duelo,
sugieren que no debería presuponerse
la misma como necesaria y necesaria-
mente efi caz para todos o la mayoría de
dolientes, puesto que si la considerára-
mos benefi ciosa en todas las personas,
no estaríamos contemplando la posibi-
lidad de que la intervención en duelo
pueda tener efectos perjudiciales para
algunos individuos. Por ello, consideran
que debería hacerse un esfuerzo por
adaptar las intervenciones al género,
personalidad, antecedentes, recursos y
necesidades percibidas de cada sujeto.
La elaboración del duelo comienza
cuando se tiene conciencia de la pérdida
tras recibir el diagnóstico o conocer el
pronóstico de incurabilidad. Por tanto, la
atención al duelo debe empezar antes de
producirse el fallecimiento de la persona
querida y continuar después del mismo.
ANTES DEL FALLECIMIENTO: Cuan-
do el manejo del duelo comienza antes
del fallecimiento del paciente, se traba-
ja en la línea de prevenir en la medida
de lo posible la aparición de duelo pa-
tológico, es decir, se pretende facilitar
una adecuada elaboración posterior del
duelo. Para este propósito, resulta con-
veniente
(12,16,27)
: facilitar que los familia-
res expresen sentimientos; promover la
conservación de otros roles distintos al
de cuidador; promover un papel activo
en la atención y control de síntomas; re-
forzar la sensación de utilidad; ayudar a
repartir tareas entre los miembros de la
familia para que todos se sientan partí-
cipes y útiles; favorecer la ruptura de la
negación desadaptativa del familiar que
comprometa los cuidados; favorecer la
ruptura de la conspiración de silencio
si no hay negación adaptativa en el pa-
ciente; favorecer la ruptura de la inco-
municación emocional; explorar miedos
y prever la organización de aspectos
prácticos si el familiar pudiera encon-
trarse sólo en el momento del falleci-
miento; permitir que el paciente pueda
“elegir” con quien morir (en los casos
en que sea posible); animar a resolver
asuntos prácticos y/o emocionales pen-
dientes; normalizar los sentimientos y
pensamientos que puedan derivar en
culpabilidad posterior (por ejemplo, lle-
gar a desear que el enfermo muera o
experimentar alivio cuando fallece, son
sentimientos normales cuando la muer-
te no se puede impedir y los cuidados
se han prolongado durante meses); y
facilitar aquellos rituales que ayuden a
los familiares a despedirse de la perso-
na querida. De algún modo, los aspec-
tos comentados los podríamos resumir
en cinco: a) identifi car las necesidades,
difi cultades, preocupaciones y temores
de la familia para suprimirlos o aliviar-
los, b) evaluar y potenciar los recursos
de la familia con la nalidad de facilitar
112
Beatriz Gil-Juliá
et al.
Beatriz Gil-Juliá et al.Beatriz Gil-Juliá
un adecuado manejo de sus emociones,
pensamientos y conductas, intentando
reducir la sensación de impotencia y
aumentar la de control sobre la situa-
ción, c) valorar los factores de riesgo
y prevenir las posibles complicaciones
ofreciendo alternativas, d) proporcionar
a la familia información y e) ayudar a la
familia a aceptar el futuro próximo del
enfermo.
A todo esto, cabe añadir que una bue-
na comunicación verbal y no verbal pue-
de mejorar la calidad de las relaciones y
facilitar reconciliaciones y despedidas.
TRAS EL FALLECIMIENTO del pacien-
te: se continuará previniendo mediante
apoyo emocional la aparición de duelo
patológico; se pretende facilitar la ela-
boración del duelo y la adaptación a la
nueva situación. En este caso la aten-
ción se dirigirá a aquellas personas que
presentan factores de riesgo de duelo
complicado o que la solicitan pues con-
sideran que no poseen los recursos sufi -
cientes para afrontar la situación actual.
Siguiendo en esta línea de prevención,
después del fallecimiento resultaría
conveniente
(11,15,25)
: favorecer todo aque-
llo que aumente la realidad de la pérdi-
da; informar sobre el proceso del duelo
(hablar sobre las manifestaciones nor-
males y transmitir que éste es limitado
en el tiempo); abordar las circunstancias
de la muerte clarifi cando hechos confu-
sos; hablar de la historia de la relación
perdida (revisando tanto aspectos posi-
tivos como negativos); completar asun-
tos inacabados; reforzar los elementos
adaptativos existentes; expresar y elabo-
rar pensamientos, sentimientos y emo-
ciones (tristeza, ansiedad, enfado, ira y
culpa); potenciar la adaptación gradual
a la nueva situación; identifi car ayudas
efectivas o su ausencia en los familiares
y amigos; aumentar la respuesta de apo-
yo del entorno social; ayudar a estable-
cer una nueva forma de relación con el
fallecido compatible con la realidad pre-
sente y ayudar en la búsqueda de sen-
tido de la vida y la muerte. Asimismo,
se intentará detectar los dolientes que
presenten duelo patológico o trastornos
relacionados con la pérdida para poder
derivarlos al psicólogo y/o psiquiatra.
Después de haber comentado cómo
manejar el duelo para prevenir que éste
siga un curso anormal, abordaremos el
tratamiento del duelo patológico.
Según Worden, la terapia en el duelo
es lo más apropiado en situaciones que
están dentro de estas tres categorías
(1)
:
a) el duelo complicado se manifi esta
como un duelo prolongado; b) el duelo
se manifi esta a través de algún síntoma
somático o conductual enmascarado; c)
el duelo se manifi esta con una reacción
exagerada.
En líneas generales, podemos consi-
derar que el tratamiento del duelo pato-
lógico debería comenzar por evaluar de
forma precisa la problemática concreta
que impide al doliente funcionar efi caz-
mente en su vida diaria; seguidamente,
se trataría de resolver los aspectos re-
ferentes a la pérdida, proporcionando
el apoyo social y familiar necesario para
ello, y por supuesto atender si fuera pre-
ciso tanto la problemática subyacente
como la derivada de una elaboración in-
correcta
(16)
. En este caso también resulta-
ría conveniente tener en cuenta algunos
aspectos vistos con anterioridad desde
una losofía de prevención, como pue-
den ser: potenciar la aceptación de la
realidad de la pérdida, favorecer el esta-
blecimiento de una nueva forma de re-
lación con el fallecido compatible con
la realidad actual y aumentar y reforzar
los elementos adaptativos existentes.
Además, desde la óptica del tratamien-
to añadiríamos que habría que reducir
las conductas desadaptativas e instau-
rar aquellas necesarias para alcanzar el
bienestar emocional, reducir las rumia-
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
113
ciones en general y los pensamientos e
imágenes intrusivos sobre el fallecido o
las circunstancias de la muerte
(12)
. Desde
este punto de vista, la lista de síntomas
susceptibles de tratamiento puede ser
muy larga no olvidando aquellos que
hemos citado en los criterios de duelo
complicado.
Por tanto, para resolver este tipo de
duelo es necesario adecuar de manera
específi ca las intervenciones y técnicas
según el problema en cuestión.
Dentro de la gran variedad de técni-
cas y estrategias posibles, consideramos
que las siguientes merecen ser tenidas
en consideración
(1,16,28)
:
Uso de cartas, diarios, fotos, vi-
sualización y poesía para expre-
sar emociones, pensamientos,
recuerdos, reconciliación, despe-
dida y dar signifi cado personal a
la experiencia de la pérdida.
Utilización de fotos, vídeos, cas-
settes y pintura para la estimula-
ción de recuerdos y emociones.
“Role playing”: ayuda a las perso-
nas a representar diferentes situa-
ciones que temen o sobre las que
se sienten molestas, facilitándo-
les el aprendizaje de habilidades
y estrategias de afrontamiento.
También se puede utilizar para
reconciliaciones y elaboración de
sentimientos de culpa.
Visualización e imaginación de
escenas en las que se encuentra
el fallecido, sirviéndole para ex-
presar sentimientos, pensamien-
tos, reconciliarse y despedirse.
También ha resultado muy útil la
técnica Gestalt de la “silla vacía”.
El éxito de esta técnica viene no
de la imaginación sino de estar en
el presente y de hablar con la per-
sona fallecida en vez de hablar de
la persona.
Reestructuración cognitiva: cam-
bio de pensamientos negativos,
distorsionados, causantes de las
manifestaciones de duelo patoló-
gico por otros más adaptativos.
Autoinstrucciones positivas y au-
torrefuerzos para adquisición de
habilidades y afrontamiento de
situaciones difíciles.
Resolución de problemas: ayuda a
la toma de decisiones.
Detención del pensamiento, cuan-
do éstos producen ansiedad y no
son productivos.
Manejo de contingencias: refuer-
zo de conductas adaptativas y ex-
tinción de las desadaptativas.
Técnicas de relajación para situa-
ciones de ansiedad e insomnio.
Planifi cación de actividades grati-
cantes y manejo de habilidades
sociales.
Biblioterapia.
Con cualquier técnica es esencial
elegir el momento oportuno y tener en
cuenta las particularidades de cada in-
dividuo.
En relación al tratamiento, cabe resal-
tar que el avance en las nuevas tecnolo-
gías también se ha aplicado a las inter-
venciones psicoterapéuticas, y en par-
ticular a la intervención en duelo. Así,
Wagner et al
(29)
desarrollaron y evalua-
ron una intervención cognitivo-compor-
tamental para duelo complicado basado
en Internet. Los resultados de este estu-
dio indicaron que el grupo que recibió
tratamiento experimentó reducciones
estadística y clínicamente signifi cativas
especialmente en los principales sínto-
mas del duelo complicado, así como en
depresión y ansiedad en el post-trata-
miento y a los tres meses. Posteriormen-
te, Wagner y Maercker
(30)
realizaron un
estudio de seguimiento, encontrando
que la mejoría alcanzada en el post-tra-
114
Beatriz Gil-Juliá
et al.
Beatriz Gil-Juliá et al.Beatriz Gil-Juliá
tamiento se mantenía transcurrido un
año y medio, tanto en los síntomas psi-
cológicos como en los físicos.
Por último, señalar que el trata-
miento del duelo se puede realizar de
forma individual, grupal y/o familiar o
combinada
(16)
. Normalmente, atender al
doliente de manera individual permite
tratar problemas muy concretos y par-
ticulares de esa persona, pudiendo ser
a la vez el paso previo a una terapia de
grupo cuando ésta se considere perti-
nente. Esta segunda modalidad
(16,31)
, op-
timiza los resultados ya que se dan de
manera conjunta una serie de factores
como facilitar un espacio y lugar de en-
cuentro, ofrecer apoyo social, compartir
con “iguales”, romper sentimientos de
aislamiento y distanciamiento y posibi-
lidad de aprender de las experiencias
de las demás personas del grupo. Para
muchas personas en duelo, el grupo
se convierte en el único espacio don-
de se sienten con permiso para poder
expresar sentimientos difíciles como el
enfado, la tristeza, la culpa o soledad.
Además, tal y como refi ere Payás, el gru-
po tiene una función educativa, es decir,
las personas aprenden que el duelo re-
quiere tiempo, que es un proceso diná-
mico, que se desenvuelve en el tiempo
de forma característica, que hay unas
etapas y tareas, y que deben tener una
actitud activa y de compromiso. No son
responsables de lo sucedido pero sí del
proceso de recuperación
(32)
. Igualmente,
lo que acabamos de comentar también
se podría aplicar a la atención a nivel
de familia, aunque si hacemos referen-
cia al planteamiento propuesto por Kis-
sane, “Terapia centrada en la familia en
duelo”
(33)
, podemos puntualizar que la
familia como grupo es la mejor y más
natural fuente de apoyo social y se in-
tenta maximizar su funcionamiento para
así mejorar la efectividad de este apoyo.
De esta manera, aumentando la cohe-
sión, abriendo canales de comunicación
y ayudando a resolver confl ictos, facili-
tamos un ambiente de apoyo que for-
talece los vínculos entre los miembros
de la familia tratada. Finalmente, resaltar
que la modalidad combinada puede ser
la de mayor utilidad, puesto que se be-
nefi ciará de las ventajas de cada una de
ellas.
CONCLUSIONES
El duelo es un proceso normal y na-
tural por el que casi con total seguri-
dad todas las personas pasaremos en
algún momento de nuestras vidas. Es
importante conocer las manifestaciones
normales del mismo y ser prudentes en
su interpretación pues de lo contrario
podemos caer en el error de considerar
patológicas manifestaciones completa-
mente naturales y adaptativas en este
proceso
(3)
. De la misma forma, hay que
prestar especial atención a posibles indi-
cios de que el duelo pueda no seguir un
curso adecuado. Resulta especialmente
relevante tener en cuenta los predic-
tores de duelo patológico para poder
identifi car aquellas personas que con
mayor probabilidad puedan necesitar
apoyo tras la pérdida de un ser querido
y así tratar de prevenir un posible duelo
complicado
(13,16)
. En cambio, en las situa-
ciones en las que no haya sido posible
y por diversas razones hayan derivado
en un caso de duelo patológico habría
que evaluar de forma precisa la proble-
mática concreta que le impide funcionar
en su vida diaria de manera efi caz, así
como atender los aspectos relativos a la
pérdida
(16)
.
Tal y como hemos podido apreciar a
lo largo de la revisión bibliográfi ca, la
mayoría de los estudios sobre interven-
ción en duelo han sido descriptivos, con
muestras muy reducidas y sin un dise-
ño experimental adecuado al carecer
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento
115
de grupo control… Así, el tema que nos
ocupa presenta défi cit considerables en
cuanto a estudios experimentales que
valoren la efi cacia de la intervención
psicológica en el duelo, por lo que con-
sideramos que es necesario seguir inves-
tigando para conocer con detalle los fac-
tores implicados y evitar posibles com-
plicaciones en el proceso del duelo.
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... 13). Gil Juliá et al. (2008) sostienen que en ocasiones, "es el propio doliente puede ser consciente de que el duelo sigue un curso anormal, puesto que interfiere notoriamente en su funcionamiento general y esto le lleva a buscar ayuda especializada; sin embargo, no siempre se relaciona el malestar que experimenta con un duelo no resulto, acudiendo en estos casos por un problema de tipo médico o psiquiátrico. (p. ...
... Tanto los budistas como los evangelistas también mostraron menos dificultades para llevar a cabo sus tareas cotidianas a causa del recuerdo de la persona fallecida, menos sentimientos de pesimismo en torno a la muerte del ser querido, y conductas de mayor aceptación (menos evitativas) asociadas al recuerdo doloroso del muriente. Esto confirma las conclusiones de Yoffe (2008) y otros autores (ver Panoluiza, 2018, Gil Juliá et al., 2008 sugiriendo que las personas religiosas a menudo transforman los hechos negativos de sus vidas (enfermedades, fallecimientos de familiares, etc.), aprendizaje y puesta en práctica de afrontamientos no evitativos, donde no se niega ni se sublima el dolor sino que se enfrenta activamente de manera positiva y esperanzadora. En consecuencia, las creencias pueden funcionar como medios facilitadores de crecimiento personal y espiritual. ...
Article
Full-text available
Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica PDF generado a partir de XML-JATS4R Artículos El duelo complicado y su relación con la resiliencia y la esperanza en religiosos practicantes Resumen: El objetivo de este estudio fue evaluar el grado de duelo complicado, la resiliencia y la esperanza en religiosos practicantes (evangelistas y budistas) y un grupo de no religiosos (control). Se reclutaron tres muestras: budistas (N= 50), evangelistas (N= 50) (religiosos) y un grupo control de creyentes no religiosos (N= 100) quienes completaron tres escalas, el Inventario de Duelo Complicado, la Escala de Resiliencia y la Escala de Esperanza. Los resultados indican que los budistas muestran menos dificultades para elaborar el duelo en comparación con los evangelistas, y ambos (como religiosos) menos duelo conflictivo en comparación con el grupo no religioso. Otra característica asociada a las prácticas espirituales es que los budistas mostraron mayor capacidad de resiliencia, confirmando que las prácticas espirituales y/o religiosas pueden contribuir a un "blindaje" emocional o mejor afrontamiento frente al dolor por la pérdida, reforzando las creencias en una vida después de la muerte o la sensación de acompañamiento espiritual por parte del fallecido. También mostraron más sentimientos positivos, como la esperanza, así como una correlación negativa asociada al duelo. Respecto a las relaciones entre el duelo, la esperanza y la resiliencia, se observó que el grupo control (no religioso) mostró mayor capacidad de resiliencia y esperanza. Es posible que esto permita explicar porque los creyentes no religiosos experimenten una percepción de espiritualidad no religiosa positivamente relacionada con su capacidad de resiliencia y sentimientos de confianza en el futuro (esperanza), aunque no necesariamente asociados a la pérdida de un ser querido. Palabras clave: Duelo complicado, Resiliencia: Budismo, Religiosidad, Espiritualidad, Esperanza. Abstract: e aim of this study was to evaluate the degree of complicated grief, resilience and hope in religious practitioners (Evangelists and Buddhists) and a group of non-religious ("control"). ree samples of Buddhist (N = 50), Evangelist (N = 50) as a religious group and a group of non-religious believers (N = 100) were recruited. All of them completed three scales, the Complicated Grief Inventory, Resilience Scale and the Hertz Hope Scale of. e results indicated that Buddhists show less difficulty in mourning compared to evangelists, and less conflictive mourning compared to the non-religious group (control). Another characteristic associated with spiritual practices is that Buddhists showed greater resilience, confirming that spiritual and/or religious practices can contribute to psychological "shielding" against mourning
... Cuando el proceso de duelo se complica y da lugar a diferentes alteraciones en la vida del individuo hablamos de duelo patológico, anormal o traumático (Gil-Juliá, Bellver, y Ballester, 2008). El duelo se complica cuando el malestar que causó la pérdida es prolongado en el tiempo (Gamba-Collazos y Navia, 2017; Rosner, Pfoh, y Kotoučová, 2011), donde el individuo no dispone de recursos y estrategias personales para afrontarlo de forma óptima, se encuentra clínicamente con depresión y manifiesta problemas para adaptarse a la pérdida (Echeburúa, 2007;Liz y Avedaño, 2018). ...
Chapter
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Según Gluhoski y Young (1997; citados por García, 2008) la terapia centrada en esquemas ha representado una nueva e innovadora ampliación del modelo de la terapia cognitiva, como forma de apoyo para el abordaje de los pacientes con trastornos de personalidad y otros trastornos psicológicos resistentes o crónicos (Young,1999). A continuación se describe el caso de una mujer de 22 años, mayor de tres hermanas, soltera, profesional y actualmente desempleada, quien acude a consulta por motivación propia refiriendo: “por mis dificultades sociales, empecé a tener problemas en la práctica profesional"; además reporta un estado de ánimo bajo desde su infancia, el cual ha venido empeorando debido a dificultades para conseguir empleo y los conflictos familiares y de pareja. La intencionalidad de la evaluación, se centra en la identificación de las características de la consultante, con el fin de determinar el tipo de intervención de mayor utilidad; a partir de entrevistas, autorregistros y pruebas psicológicas relacionadas con sus manifestaciones clínicas. En la Escala auto-aplicada de adaptación social, se identifica un riesgo de desadaptación social patente; en la MCMC III, un indicador moderado del patrón de personalidad dependiente; en el SCL-90, puntuaciones elevadas en sensitividad interpersonal y depresión; en la MINI-entrevista neuropsiquiátrica internacional, trastorno distímico actual; en la Escala Hamilton para la depresión, depresión moderada con una puntuación de 17 y el Cuestionario de esquemas de Young (YSQ-L 2), puntuaciones elevadas en los esquemas de deprivación emocional, aislamiento social, indeseabilidad social, fracaso, autosacrificio, inhibición emocional y estándares inflexibles. Teniendo en cuenta que la terapia centrada en esquemas ofrece un nuevo sistema de psicoterapia especialmente bien adaptado a pacientes con trastornos psicológicos crónicos, se incluye técnicas cognitivas, conductuales, interpersonales y experienciales, haciendo especial énfasis en la relación terapéutica como estrategia para afrontar asuntos pendientes en las primeras etapas del desarrollo de la consultante.
... Gil-Juliá et al. agree that complicated grief usually appears at least 6 months after the death of the significant other [48] and the Inventory of Complicated Grief (ICG) [23], as a screening tool for adaptation to loss, considers this time as the moment from which awareness of what has happened begins. Only one recommendation for bereavement follow-up, 12 months after the funeral, was found in an older document, [49] in which there was no indication of the number of bereavement follow-up visits to be made, nor the time interval between visits. This document did not describe the assessment and intervention to be performed by the nurse at each visit. ...
Article
Full-text available
Background: Primary Health Care nurses express deficits in their training in Palliative Care. The purpose of this study is to design a Palliative Care training plan and a bereavement care protocol for Primary Health Care nurses of the Dr. Peset Health Department according to their needs. Methods: Assessment of theoretical and practical training needs and literature review for the design of the training plan. Results: A training plan was elaborated that included a protocol of care for the bereaved. The plan was adjusted to the needs detected in Primary Health Care nurses of the Dr. Peset Health Department. Important training deficits were detected in clinical practice; Conclusions: Improving the care of people with palliative needs in Primary Health Care requires adequate training of the nurses who care for them so their knowledge is the basis of their interventions. This study was not registered.
... The review of the literature showed a lack of specific instruments for an accurate diagnosis of "professional traumatic grief". This methodological gap is probably due to the fact that the most widespread theories when dealing with loss and grief are related to the emotional response of a subject to the loss of a strong emotional bond [53] and it has rarely been considered as persistent suffering of the mourner regardless of their relationship with the deceased, and even less so in a work context. Furthermore, despite the existence of numerous scales for measuring pathological grief, their specificity makes them difficult to use in some fields of research, so much so that many studies opt for a qualitative methodology [5,33]. ...
Article
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The COVID-19 pandemic has caused a series of biopsychosocial repercussions among nursing professionals. The impossibility of anticipating the events, the numerous deaths, the excessive workload, the lack of personal health and the necessary means of protection made it difficult to regulate the impact and the elaboration of grief to the point of becoming, on many occasions, a traumatic grief whose physical and psychological manifestations are becoming more and more evident. The main objective of this research was to develop a scale for a group of symptoms based on professional traumatic grief. The development consisted of two phases: (I) instrument design through a literature review and focus groups of bereavement experts and healthcare professionals who experience the grief process in their work; and (II) validation of the content of the instrument. A total of 25 final items were established as suitable for inclusion in the instrument. It is expected that the experiences and results obtained through the development and validation of a scale of specific symptomatology of professional traumatic grief in health professionals will allow the assessment and detection of symptomatology in order to develop programs and strategies for early intervention and prevention.
... Finally, knowing the predictors of complicated grief could facilitate the prevention, follow-up and treatment of these patients, as it would allow a better identification of the possible symptomatology to be treated. Numerous authors [18][19][20][21][22] have detailed how personal factors, those related to the deceased, those related to the illness or circumstances of the death and those related to relational aspects play an important role in the deterioration after a loss. Social support has been one of the variables that has received most attention regarding this topic. ...
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(1) Background: The Covid-19 pandemic has put our healthcare systems to the test, exposing their vulnerability and demanding a high degree of commitment and dedication from healthcare teams to confront and contain the disease. In this sense, nursing professionals have played a prominent role in the treatment of complex cases that have required hospitalisation and have manifested pre-existing health complications or mortality. This unprecedented situation made it difficult to regulate the emotional impact and manage grief, often turning it into a traumatic grief whose psychological and emotional manifestations are increasingly evident but very little researched in the current context. (2) Purpose: Validation of the definition, defining characteristics and related factors for the proposal of the nursing diagnosis of professional traumatic grief. (3) Method: Based on Fehring’s content validation model, the label name, defining characteristics and other related factors were agreed upon by Spanish experts. (4) Results: The content validity index was 0.9068. A total of 21 defining characteristics were validated by the experts, as all of them scored above 0.6. With respect to the related factors of the proposed 10, all were validated. (5) Conclusion: The present study supports the proposal to develop a nursing diagnosis for professional traumatic grief. The use of standardised language is only the first step in establishing professional traumatic grief as a diagnostic category.
... Com a professionals de l'educació, podem demanar-los que escriguin sobre els seus sentiments o que facin una llista amb les coses que els hi preocupen. , Wolfelt (2003), Gil-Julià, Bellver, Ballester (2008) i Muñoz Gallego-Mariné (2010) afirmen que en el cas que la mort hagi sigut sobtada o inesperada, podem suggerir-los-hi que escriguin una carta a la persona desapareguda per tal que puguin acomiadar-se d'una forma simbòlica. ...
... Si bien en este trabajo nos centraremos en el duelo ante la muerte, es necesario saber que el duelo no se refiere solo a la pérdida de un ser querido, sino que como decía Harvey y Weber (1998): "las pérdidas, en general, pueden definirse como cualquier daño en los recursos personales, materiales o simbólicos con los que hemos establecido un vínculo emocional" [33]. ...
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Introducción: la muerte de un ser querido representa un cambio vital que para muchas personas es difícil de afrontar. Para la población refugiada constituye un añadido al que hacer frente. El duelo suele ser un proceso doloroso en respuesta a dicha muerte. El sufrimiento que genera esta pérdida puede verse incrementado cuando dicho proceso se complica y se prolonga en el tiempo dando lugar al denominado duelo patológico. Objetivo: conocer, en base a la experiencia de profesionales expertos en el proceso de duelo y en trabajo en campos de refugiados, el papel que puede desempeñar la enfermería en el afrontamiento del duelo ante la pérdida de un ser querido. Material y método: se utilizó un análisis cualitativo con diseño narrativo. Participaron dos expertas en la materia a las que se les realizó una entrevista individual en profundidad. Resultados: ambas participantes pusieron de manifiesto la importancia de la figura enfermera para los cuidados de la población refugiada, así como la necesidad de capacitar a dichos profesionales en salud mental y apoyo psicosocial. Discusión: es recomendable diseñar un plan de actuación y trabajo de la enfermera para apoyar, dentro de un equipo multidisciplinar, el proceso de duelo en personas refugiadas. Conclusiones: el personal de enfermería no solo detecta mayor cantidad de problemas psicosociales durante su evaluación, sino que también observa las relaciones familiares y facilita un primer acompañamiento.
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El artículo presenta una clínica de caso ordenada en la lógica singular de la experiencia de duelo en una mujer trabajadora de la salud mental, que solicita ser escuchada en el contexto de un Batallón del Ejército Nacional de Colombia. La investigación reflexiona de manera crítica entre teoría y práctica, a la vez que propone un debate desde el psicoanálisis en el marco de la salud mental y sugiere a partir de viñetas clínicas, el trabajo del duelo como reverso al proceso del duelo.
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RESUMEN A lo largo de la vida, inevitablemente, todas las personas nos deberemos enfrentar a diversas pérdidas, estas pueden ocurrir a edades muy tempranas. Y es que los niños que sufren pérdidas significativas durante este período necesitan un apoyo adecuado por las personas adultas que están a su cuidado; ya que puede convertirse en una situación de riesgo en su desarrollo personal. Es por ello, la importancia de recoger las necesidades que pueden surgir en esta etapa y analizar las actuaciones e intervenciones de apoyo que ayudan a sobrellevar mejor la pérdida. Es también importante el asesoramiento y orientación de los adultos en el acompañamiento del niño y el adolescente en la elaboración del duelo. Hay una tendencia de intentar protegerlos del daño que puede provocarles la pérdida, apartándoles de la situación de pérdida y dolor. Sin embargo, tanto los niños como los adolescentes, dentro de sus límites cognitivos, son capaces de saber que algo está ocurriendo, sienten y se preguntan muchas cosas que a veces pueden pasar desapercibidas por las características de la edad y el periodo evolutivo en el que se encuentran. Por esto resulta fundamental realizar una revisión del tema en profundidad para ayudar a conocer mejor los aspectos del duelo en la infancia y la adolescencia. PALABRAS CLAVE: Palabras clave: Duelo, infancia, adolescencia, revisión.
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Most bereavement caregivers accept as a truism that their interventions are helpful. However, an examination of the bereavement intervention literature suggests that the scientific basis for accepting the efficacy of grief counseling may be quite weak. This article summarizes the findings of four recent qualitative and quantitative reviews of the bereavement intervention literature. It then discusses three possible explanations for these surprising findings and concludes with recommendations for both researchers and clinicians in thanatology that could help to focus efforts to answer the questions of when and for whom grief counseling is helpful.
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Symptoms of intense bereavement-related sadness may resemble those of major depressive disorder (MDD) but may not indicate a mental disorder. To avert false-positive diagnoses, DSM criteria for MDD exclude uncomplicated bereavement of brief duration and modest severity. However, the DSM does not similarly exempt depressive reactions to other losses, even when they are uncomplicated in duration and severity. To test the validity of the DSM exclusion of uncomplicated depressive symptoms only in response to bereavement but not in response to other losses. Community-based epidemiological study. From the National Comorbidity Survey (NCS) of 8098 persons aged 15 to 54 years representative of the US population, we identified individuals who met MDD symptom criteria and whose MDD episodes were triggered by either bereavement (n = 157) or other loss (n = 710). Intervention We divided the bereavement and other loss trigger groups into uncomplicated and complicated cases by applying the NCS algorithm for uncomplicated bereavement to the reactions to other losses. We then compared uncomplicated bereavement and uncomplicated reactions to other losses on a variety of disorder indicators and symptoms. Nine disorder indicators, as follows: number of symptoms, melancholic depression, suicide attempt, duration of symptoms, interference with life, recurrence, and 3 service use variables. Episodes of uncomplicated depression triggered by bereavement and by other loss have similar symptom profiles and are not significantly different for 8 of 9 disorder indicators. Moreover, uncomplicated reactions, whether triggered by bereavement or other loss, are significantly lower than complicated reactions on almost all disorder indicators. The NCS data do not support the validity of uniquely excluding uncomplicated bereavement but not uncomplicated reactions to other losses from MDD diagnosis.
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This study sought to determine whether a set of symptoms interpreted as complicated grief could be identified and distinguished from bereavement-related depression and whether the presence of complicated grief would predict enduring functional impairments. Data were derived from a study group of 82 recently widowed elderly individuals recruited for an investigation of physiological changes in bereaved persons. Baseline data were collected 3-6 months after the deaths of the subjects' spouses, and follow-up data were collected from 56 of the subjects 18 months after the baseline assessments. Candidate items for assessing complicated grief came from a variety of scales used to evaluate emotional functioning (e.g., the Hamilton Depression Rating Scale, the Brief Symptom Inventory). The outcome variables measured were global functioning, medical illness burden, sleep, mood, self-esteem, and anxiety. A principal-components analysis conducted on intake data (N = 82) revealed a complicated grief factor and a bereavement-depression factor. Seven symptoms constituted complicated grief: searching, yearning, preoccupation with thoughts of the deceased, crying, disbelief regarding the death, feeling stunned by the death, and lack of acceptance of the death. Baseline complicated grief scores were significantly associated with impairments in global functioning, mood, sleep, and self-esteem in the 56 subjects available for follow-up. The symptoms of complicated grief may be distinct from depressive symptoms and appear to be associated with enduring functional impairments. The symptoms of complicated grief, therefore, appear to define a unique disorder deserving of specialized treatment.
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Some prolonged and turbulent grief reactions include symptoms that differ from the DSM-IV criteria for major depressive disorder. The authors investigated a new diagnosis that would include these symptoms. They developed observer-based definitions of 30 symptoms noted clinically in previous longitudinal interviews of bereaved persons and then designed a plan to investigate whether any combination of these would serve as criteria for a possible new diagnosis of complicated grief disorder. Using a structured diagnostic interview, they assessed 70 subjects whose spouses had died. Latent class model analyses and signal detection procedures were used to calibrate the data against global clinical ratings and self-report measures of grief-specific distress. Complicated grief disorder was found to be characterized by a smaller set of the assessed symptoms. Subjects elected by an algorithm for these symptoms patterns did not significantly overlap with subjects who received a diagnosis of major depressive disorder. A new diagnosis of complicated grief disorder may be indicated. Its criteria would include the current experience (more than a year after a loss) of intense intrusive thoughts, pangs of severe emotion, distressing yearnings, feeling excessively alone and empty, excessively avoiding tasks reminiscent of the deceased, unusual sleep disturbances, and maladaptive levels of loss of interest in personal activities.
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Traducción de: Lessons of Loss Obra desde la perspectiva de la psicología clínica que ofrece un punto de vista sobre el duelo a las personas que han sufrido alguna pérdida y a los profesionales que intentan ayudar.
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Traducción de: Grief counseling and grief therapy : A handbook for the mental health practitioner Incluye índice Incluye bibliografía