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LA TRAGEDIA QUE MERODEA LA FAMILIA MYRTACEAE (The tragedy that prowl Myrtaceae family)

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Abstract

El deterioro que experimentan actualmente las Myrtáceas en distintas regiones del mundo, anuncia el principio de una trágica crisis ambiental, ecológica, económica y social en un extenso sector de la humanidad. Los actores principales de este trágico acontecimiento son la familia Myrtácea y el hongo Austropuccinia psidii (Winter) Breenken causante de la enfermedad de roya (óxido, herrumbre) comúnmente conocida como "Roya del Myrto", "Roya de la Guayaba" y "Roya del Eucalipto", siendo "Roya del Mirto" la terminología más usada. Al respecto estimo interesante mencionar una referencia histórica sobre el Myrto, Myrtácea arbustiva originaria del sureste de Europa y norte de África, que fue bautizada científicamente como Myrtus communis L. Breve tiempo después de ocuparme en investigar la roya de la pomarrosa, Dios, el Único y Verdadero, me hizo conocer que el Mirto aparece registrado en los versículos 8, 10 y 11 del Capítulo 1 del Evangelio de Apóstol Zacarías, padre de Juan El Bautista, lo que significa que, aproximadamente, seis siglos antes del nacimiento de Jesucristo, ya el Myrto estaba esparciendo su aroma en los pueblos de Dios, pero se desconoce si ya la roya lo atacaba. Sin embargo, desde finales del siglo XVIII, específicamente desde el año 1884, se sabe que la roya es la enemiga más voraz de las Myrtáceas. El término Myrto proviene del griego Myrtus que significa perfume y también se le conoce como Arrayan, vocablo proveniente del árabe ar Rayham o Rihan que significa aromático. Cuando el ambiente permanece normal y la roya lo permite, el Myrto se mantiene verde Las Myrtáceas son un grupo de especies de la familia Myrtaceae del orden Myrtales. Mundialmente es la familia más numerosa. Agrupa 142 géneros que suman 5.500 especies arbustivas (35). Algunas especies como los eucaliptos (Eucalyptus spp.), guayaba (Psidium guajaba L.) y pimienta (Piper nigrum L.), tienen notable importancia económica, pero en Australia y Nueva Caledonia la principal relevancia de éstas especies es la integración de bosques nativos (35). En Australia y Brasil los eucaliptos tienen destacada importancia en la industria maderera (35, 41). Algunas Mirtáceas dan frutos y muchas tienen destacada importancia ambiental porque participan en la conformación de bosques nativos que son refugio de la fauna silvestre y, además, hacen posible que las precipitaciones suministren agua suficiente para que la vida en general transcurra de manera normal. La roya fue descubierta (1884) en guayaba del sur de Brasil y, en ese entonces, el patógeno fue descrito y reportado como Puccinia psidii Winter (25,39). Sin embargo, hace aproximadamente cinco años, Breenken (3) sustituyó el término genérico con el nominal Austropuccinia, argumentando que el hongo posee características distintas a las que tienen las especies de la familia Pucciniaceae. A. psidii es un patógeno biotrófico obligado y la enfermedad de roya que ocasiona se originó en los bosques neo-tropicales de Sur y Centro América y con extrema rapidez se ha
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LA TRAGEDIA QUE MERODEA LA FAMILIA MYRTACEAE (The tragedy that
prowl Myrtaceae family)
Luis Cedeño
Universidad de Los Andes, Centro de Microscopía Electrónica “Dr. Ernesto Palacios Prü, Unidad de
Biología Vegetal, Mérida, estado Mérida 5101, Venezuela
El deterioro que experimentan actualmente las Myrtáceas en distintas regiones del
mundo, anuncia el principio de una trágica crisis ambiental, ecológica, económica y social
en un extenso sector de la humanidad. Los actores principales de este trágico
acontecimiento son la familia Myrtácea y el hongo Austropuccinia psidii (Winter)
Breenken causante de la enfermedad de roya (óxido, herrumbre) comúnmente conocida
como “Roya del Myrto”, “Roya de la Guayaba” y “Roya del Eucalipto, siendo “Roya del
Mirto” la terminología más usada. Al respecto estimo interesante mencionar una referencia
histórica sobre el Myrto, Myrtácea arbustiva originaria del sureste de Europa y norte de
África, que fue bautizada científicamente como Myrtus communis L. Breve tiempo
después de ocuparme en investigar la roya de la pomarrosa, Dios, el Único y Verdadero,
me hizo conocer que el Mirto aparece registrado en los versículos 8, 10 y 11 del Capítulo 1
del Evangelio de Apóstol Zacarías, padre de Juan El Bautista, lo que significa que,
aproximadamente, seis siglos antes del nacimiento de Jesucristo, ya el Myrto estaba
esparciendo su aroma en los pueblos de Dios, pero se desconoce si ya la roya lo atacaba.
Sin embargo, desde finales del siglo XVIII, específicamente desde el año 1884, se sabe que
la roya es la enemiga más voraz de las Myrtáceas. El término Myrto proviene del griego
Myrtus que significa perfume y también se le conoce como Arrayan, vocablo proveniente
del árabe ar Rayham o Rihan que significa aromático. Cuando el ambiente permanece
normal y la roya lo permite, el Myrto se mantiene verde
Las Myrtáceas son un grupo de especies de la familia Myrtaceae del orden Myrtales.
Mundialmente es la familia más numerosa. Agrupa 142 géneros que suman 5.500 especies
arbustivas (35). Algunas especies como los eucaliptos (Eucalyptus spp.), guayaba (Psidium
guajaba L.) y pimienta (Piper nigrum L.), tienen notable importancia económica, pero en
Australia y Nueva Caledonia la principal relevancia de éstas especies es la integración de
bosques nativos (35). En Australia y Brasil los eucaliptos tienen destacada importancia en
la industria maderera (35, 41). Algunas Mirtáceas dan frutos y muchas tienen destacada
importancia ambiental porque participan en la conformación de bosques nativos que son
refugio de la fauna silvestre y, además, hacen posible que las precipitaciones suministren
agua suficiente para que la vida en general transcurra de manera normal.
La roya fue descubierta (1884) en guayaba del sur de Brasil y, en ese entonces, el
patógeno fue descrito y reportado como Puccinia psidii Winter (25,39). Sin embargo, hace
aproximadamente cinco años, Breenken (3) sustituyó el término genérico con el nominal
Austropuccinia, argumentando que el hongo posee características distintas a las que tienen
las especies de la familia Pucciniaceae.
A. psidii es un patógeno biotrófico obligado y la enfermedad de roya que ocasiona se
originó en los bosques neo-tropicales de Sur y Centro América y con extrema rapidez se ha
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diseminado a nivel global (9); actualmente está presente en unos 27 países (7), incluyendo
el Caribe (10), diversos estados de EE.UU. (California, Florida, Hawái y Puerto Rico) (28,
32,38), Japón (20), Australia (5), China (42), Sur África (33), Nueva Caledonia (16),
Indonesia (29), Singapur (12) y Nueva Zelanda (15). La extensa distribución que con
extrema rapidez ha alcanzado la enfermedad (5, 21, 37, 41), tiene su origen en la habilidad
del patógeno para infectar plantas de la familia Myrtaceae que en todo el mundo agrupa
142 géneros y 5.500 especies (35). Sin embargo, es importante destacar que toda
información referente al rango de hospedantes es de carácter temporal porque el patógeno
llega rápidamente a nuevas áreas geográficas e infecta otras especies (27). A. psidii ocupa
posición destacada entre las mejores ilustraciones de hongos causantes de roya que tienen
los mayores rangos de hospedantes (27)
Hasta 2018 (4) el rango de hospedantes de A. psidii incluía 445 especies pertenecientes
a 73 géneros de la familia Myrtaceae, muchas de notable importancia económica y
ecológica, incluyendo eucalipto, guayaba, pomarrosa y ´ohi`a (Metrosideros polymorpha),
son atacadas con alta severidad (13). La reproducción asexual abundante, la dispersión por
el viento y el comercio de material vegetal, son los factores que han favorecido o facilitado
la rápida diseminación del patógeno (5, 37; 41), situación que dificulta cuantificar con
exactitud el rango de hospedantes (26), porque, generalmente, cuando la información se
hace pública ya han surgido nuevos registros.
El patógeno generalmente ataca especies de la familia Myrtaceae, pero en 2005
Alfenas et al (1) reportaron que experimentalmente infectó a Heteropyxis natalensis,
especie que es originaria de Sur África y pertenece a la familia Heteropyxidaceae del orden
Myrtales. La roya representa una muy seria amenaza para las plantaciones de eucalipto y
los ecosistemas nativos con Myrtáceas (10,17). Es uno de los pocos hongos de roya que
ataca múltiples géneros (30). Castro et al (8) señalaron que en Brasil el hongo cambió del
hospedante original (guayaba) a especies de Eucalyptus y Sysygium jambos, pero según
Graça et al. (18) el origen de los genotipos que atacan eucalipto y pomarrosa no tiene
explicación.
La destrucción de Mirtáceas nativas e introducidas en Florida y Hawái (22, 23, 32) y
las graves dificultades causadas por A. psidii en la industria de pimienta en Jamaica y
eucalipto en Brasil (14, 25), son hechos que permiten presumir la tragedia que pudiera
ocurrir en otros países, especialmente Australia en cuyos bosques sobreabundan Mirtáceas
e igualmente en regiones del sureste de Asia donde la explotación de eucalipto tiene
destacada importancia económica (30). En atención a estas evidencias, estimo riesgoso e
inconveniente utilizar A. psidii para eliminar especies invasoras, por cuanto se asume el
riesgo de poner en peligro la sanidad, integridad y sobrevivencia de especies de utilidad
económica y/o ambiental. En Hawái la presencia de la roya causó alarma porque la
Myrtaceae ´Ohi`a constituye el 80 % de los bosques nativos del estado, pero A. psidii la
ataca levemente (24). La alta concentración de ´Ohi’a es muy importante porque
proporciona cuencas hidrográficas estables y hábitat para plantas y aves (24). Sin embargo,
hay que estar atentos porque en Brasil el hongo venció resistencia homocigota en eucalipto.
Adicionalmente, debo señalar que A. psidii está en capacidad de utilizar su estrategia sexual
para realizar los cambios genéticos necesarios para superar condiciones adversas, ya sea
3
ambiental o del hospedaje. Dispongo de evidencias que A. psidii se reproduce sexualmente
en pomarrosa (Imagen 5 y 6), pero aún estoy redactando el artículo que contiene más y
mejor información al respecto.
En Brasil la roya es una de las enfermedades más importantes de eucalipto y, en
consecuencia, se determinó que la selección y siembra de clones resistentes es mejor
estrategia para manejar la enfermedad (2).Sin embargo, en fecha reciente, Almeida et al.(2 )
anunciaron la presencia de un nuevo genotipo (Raza 5), que no solo resultó ser mucho más
agresivo que genotipos previamente identificados (Razas 1-4), sino que además infectó
mayor cantidad de genotipos certificados como resistentes, incluyendo G26 y G847, que
son resistentes a todas las razas 1-4. Sorprendió y causó alarma y preocupación el hecho
que el genotipo G26 es homocigoto para Ppr.1, condición que, teóricamente, es la mayor
resistencia genética posible contra A. psidii, en consecuencia, es la primera vez que un
genotipo homocigoto de eucalipto pierde resistencia a Ppr.1 (2).
Desde que la roya llegó a Australia (2010), se convirtió en una inquietante amenaza
para la flora y la fauna nativa, y fue la circunstancia que motivó la creación de la Red
Australiana para Conservación de Plantas, con el propósito de sumar capacidades y
acciones de respuesta en Australia y el extranjero (22). Fue la oferta para profesionales y
científicos interesados en desarrollar una acción nacional, coordinada y financiada, para
enfrentar la roya. Sin embargo, para Winzer et al. (40), la red no ha generado los resultados
esperados, porque aún no está bien documentada la rápida diseminación de la enfermedad,
se desconoce la grave amenaza que representa para otras Mirtáceas y no hay vigilancia ni
monitoreo para entender mejor la extensión de la distribución geográfica de la enfermedad
ni su impacto en el paisaje australiano. La cuarentena ha hecho poco para prevenir el
movimiento de A. psidii a través de las Américas, el Pacifico, África y el sureste de Asia
(29). Ocho años después de haberse detectado y reconocido su presencia en Australia,
específicamente en New South Wales, ya A. psidii se había dispersado rápidamente por la
costa este e infectado 375 Myrtáceas nativas (40). Definitivamente, A psidii es voraz, sagaz
y no da tregua, pero lo más inquietante es que se disemina con increíble rapidez (40) y,
además, dispone de la habilidad para vencer resistencia, incluso resistencia homocigota (2).
MacTTagart et al (30) presumieron que el descubrimiento de A. psidii en Indonesia,
probablemente tenga consecuencias importantes en la industria forestal de Indonesia,
Malasya, Thailandia y Vietnam, regiones donde hasta el 2014 había 1.020.000 hectáreas de
eucalipto (19). En Indonesia la roya es una amenaza muy seria para los 30 géneros de
Myrtáceas nativas (11). En Nueva Zelanda se determinó que, por causa de la roya, en áreas
urbanas y bosques nativos, se redujo la diversidad y actividad de insectos (34). Igualmente
se consideró dudosa o incierta la regeneración natural de especies del género Lophomyrtus
porque muchas estaban experimentando muerte regresiva, caída prematura de frutos y,
adicionalmente, todas las plántulas monitoreadas tenían síntomas de roya (34). Cuatro años
después del descubrimiento de la roya en Australia, Carnegie et al (6), reportaron la
extinción de algunas especies y anunciaron que la enfermedad puede ser devastadora en los
bosques nativos.
Considero necesario e importante anunciar que en Mérida, capital de estado Mérida,
Venezuela, la roya está próxima a hacer desaparecer pomarrosas (Sysygium jambos L.) que
4
por muchos años han ocupado distintos sectores de la ciudad (Imágenes 1,2,3,4). Hay que
destacar que la pomarrosa es una de las especies más susceptible a A. psidii (23). En
Venezuela la enfermedad fue descubierta en pomarrosa del “Páramo La Culata” de Mérida
(31). A. psidii ha hecho posada en pomarrosas que habitan parques y laderas de quebradas.
Los daños observados hacen suponer que la mayoría están prontas a morir. Actualmente
los árboles que se examinan regularmente, muestran agotamiento por el continuo esfuerzo
dirigido a tratar de producir follaje suficiente para iniciar la fase reproductiva, sin embargo,
la roya no descansa ni deja de consumir con extrema voracidad los brotes jóvenes que seca
rápidamente. Reconozco y asumo que la roya ha logrado originar en mí el mismo
desanimo, por no decir tristeza, que muestran las pomarrosas. En su entorno el silencio
inquieta y genera temor porque no se oye el graznido de los loros que, en otros tiempos,
alegres, afanosos y con fuerte bullicio, consumían los frutos. Al pie de los árboles tampoco
se ven frutos con mordeduras que ocasionalmente eran causa de resbalón peatonal. Las
pomarrosas se muestran tristes, silenciosas y no se mueven cuando reciben el viento; están
cansadas, agotadas por el esfuerzo inútil para producir los frutos que siempre ofertaban
gratuitamente. Impera el agotamiento y por la ausencia de los visitantes usuales, el silencio
que predomina aumenta la desesperanza. A los alrededores el ambiente se percibe
silencioso y adormecido. La tragedia de la roya es una trágica realidad que debe ser
enfrentada y corregida con premura, certeza y permanente atención. En Mérida,
lamentablemente, la pomarrosa está librando una intensa batalla contra la roya
Considerando la grave amenaza que representa la presencia y propagación de A.
psidii en varias regiones del mundo, no sólo por la agresividad con que actúa sino también
por la extensa cantidad de especies que ataca, conllevó a que Australia, Brasil y Sur África
acordaran ejecutar un programa internacional colaborativo, en el cual asumieron el
compromiso de evaluar la magnitud del problema (1). El plan tiene como propósito
fundamental definir y ejecutar acciones conjuntas dirigidas a evitar el ingreso y/o
diseminación externa e interna del patógeno. Como parte de la responsabilidad asumida por
Brasil, Alfenas et al. (1), inocularon Mirtáceas nativas y sorpresivamente descubrieron que
el árbol lavanda (Heteropyxis natalensis), que es originario de Sur África y pertenece a la
familia Heteropyxidaceae del orden Myrtales, mostró ser muy susceptible a A. psidii.
Heteropyxis es el único género de la familia Heteropyxidaceae con tres especies: H.
canescens Oliv., H. dehnia Suess. Y H. natalensis Harvey. Por primera vez se descubrió
que A. psidii infecta una especie que no pertenece a la familia Mirtaceae (1), lo que
demuestra que el hongo puede ampliar naturalmente su rango de hospedantes, condición
que aumenta la inquietud y preocupación por la llegada de A. psidii a lugares donde no
existe, no sólo por la agresividad con que actúa sino también por la extensa cantidad de
especies que ataca y, en especial,por la evidente probabilidad que infecte especies que no
son Myrtaceae (36). Esta información, conjuntamente con la referente al vencimiento de
resistencia homocigota en eucaliptos de Brasil (2), hacen presumir que, aparentemente, la
agresividad y voracidad y muy especialmente la habilidad de A. psidii parece no tener
límite alguno. Es insignificante lo que hasta ahora se ha logrado con acciones de cuarentena
dirigidas a evitar la movilización del hongo a través de las Américas, el Pacífico, África,
sureste de Asía (30) y Australia (40).
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Es aconsejable y pertinente que otros países se integren al acuerdo suscrito por
Australia, Brasil y Sur África, a los fines de que el alcance del plan sea mucho más amplio
y facilite la comunicación oportuna para el aprendizaje y definición de las acciones
dirigidas a evitar y contrarrestar los efectos de la enfermedad. Sin embargo, debo reconocer
que en las actuales circunstancias hay naciones que no tienen disponibilidad económica ni
condiciones científicas necesarias para sumarse exitosamente al programa.
Lamentablemente una de ellas es Venezuela. La nación venezolana se encuentra
extremadamente deprimida en todos los sentidos, incluyendo migración general de
investigadores y otros profesionales, destrucción de universidades y laboratorios, ausencia
de recursos económicos para modernizar, mantener y poner en operatividad laboratorios
especializados en actividades agrícolas y/o forestales. El panorama agrícola es
extremadamente grave y no se visualizan soluciones a corto y mediano plazo. En
Venezuela son pocos los profesionales disponibles y, además, no hay las condiciones ni
recursos económicos suficientes para enfrentar lo que ocurre en pomarrosa. Sin embargo,
desde este remoto lugar, aplaudo y apoyo a quienes presienten que un amplio sector de la
naturaleza está expuesto a la voracidad destructiva de A. psidii y, en consecuencia, es
urgente la necesidad de discutir y definir acciones viables y permanentes para contrarrestar
el ingreso y/o diseminación del patógeno.
Es urgente no poner en duda que la desaparición de las Myrtáceas sería una tragedia
de extrema gravedad. En consecuencia, resulta prudente y necesario ejecutar de manera
permanente y con urgencia, acciones mancomunadas dirigidas a salvaguardar la salud de
las Myrtaceae y Heteropyxidaceae (1,17), a los fines de aminorar las consecuencias
devastadoras. La tragedia que merodea las Mirtáceas exige con premura la ejecución de
labores internacionales porque resulta más fácil y económico evitar que corregir. Lo
prioritario es entender que esta acción no es tarea exclusiva de gobiernos y científicos, sino
de toda la humanidad en general, entendiendo y teniendo presente que consciente o
inconscientemente podemos actuar como un aliado muy efectivo del hongo y transportarlo
en silencio hasta donde aún no ha llegado.
Literatura Citada
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Imágenes
1.Pomarrosa con sintomas severos de quema foliar
2.Envés foliar con uredinios y urediniosporas de color amarillo brillante
3.Lesión con pústulas uredinales abiertas y cerradas
4.Urediniosporas globosas y ligeramente equinuladas
5. Teliosporas conjuntamente con urediniosporas
6.Urediniosporas equinuladas donde se aprecia el grosor de la pared y teliospora cuya
célula apical muestra proyeción de tubo germinativo
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Austropuccinia psidii, (Basidiomycota; Pucciniales) (formerly Puccinia psidii), commonly known as Myrtle rust, is a fungal pathogen that has quickly become a global threat. The physiological infection cycle of A. psidii is comprised of distinct steps that are potential targets for host defense strategies or human-induced control methods. While genetic control has thus far seen the most progress for Myrtle rust management, the development and implementation of pre-penetration and preventative control methods have been largely neglected. By gaining a holistic understanding of the processes related to infection, reproduction, and genetic distribution of Myrtle rust, we can better inform our future decisions on prevention and control. In this review I outline the known genetic processes underlying pre- and post-haustoria resistance in Myrtaceae hosts, current and developing control methods related to these processes, and lesser known alternatives that could be implemented or expanded to control this prolific disease.
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Austropuccinia psidii is a plant fungus native to South and Central America which causes myrtle rust disease, affecting the growth and reproduction of species in the Myrtaceae family. Austropuccinia psidii was first detected in Australia 8 years ago in New South Wales. Since then it has spread rapidly along the east coast, and to date is known to infect more than 375 native Myrtaceae species in Australia. Despite this, its rapid spread is not well documented and the potential threat to additional Myrtaceae species remains unknown, with no systematic surveillance or monitoring program in Australia. In order to better understand the extent of A. psidii geographic distribution and impacts on Australian landscapes, a survey was sent to national park, botanical garden, local council, nursery and forestry agency employees in all states and territories where the disease is known to be present. More than 500 surveys were sent, and 254 responses were received. The survey confirms that A. psidii is widespread in New South Wales and Queensland urban environments as well as in native vegetation communities. Four new host species were confirmed, as well as four new local government areas in two different states reporting A. psidii infection. The disease severity was classified as medium to high for most host species, with especially negative impacts for Rhodamnia rubescens and Rhodomyrtus psidioides. These survey results provide up-to-date information on the geographical distribution, host species and impacts of A. psidii, which will assist in making management decisions relating to this pathogen across Australia.
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Austropuccinia psidii (myrtle rust) is a globally invasive neotropical rust of the Myrtaceae that came into international prominence following extensive damage to exotic Eucalyptus plantations in Brazil in the 1970s and 1980s. In 2005, myrtle rust established in Hawaii (USA), and over the past 12 years has spread from the Americas into Asia, the Pacific, and South Africa. Myr-tle rust was detected in Australia in 2010, and the response and ultimately unsuccessful eradication attempt was a lesson to those concerned about the threat of exotic pests and diseases to Australia's environment. Seven years following establishment, we are already observing the decline of many myrtaceous species and severe impacts to native plant communities. However , the recently developed Myrtle rust in Australia draft action plan identified that there is no nationally coordinated response strategy for the environmental dimensions of this threat. Recent reviews have identified a greater need for involvement from environmental agencies in biosecurity preparedness , response, and resourcing, and we believe this approach needs to extend to the management of invasive environmental pathogens once they establish.
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Myrtle rust (Austropuccinia psidii (G. Winter) Beenken) was detected on the New Zealand mainland in May 2017. Myrtle rust was first described in Brazil in 1998, and since then has spread throughout the Americas, to Asia, Africa, the Pacific islands, and most recently to Australia, causing a global pandemic. A. psidii is a pathogen of the Myrtaceae family, and attacks young leaves, shoots, stems and flowers. Given overseas experience with the pathogen, a wide range of host species in New Zealand are expected to have the potential to be infected. In New Zealand, the optimal conditions for myrtle rust are predicted to be confined to mainly coastal and the northern areas of the North Island. In these areas, Myrtaceae species, principally pōhutukawa Metrosideros excelsa, kānuka Kunzea robusta and mānuka Leptospermum scoparium are common, and may dominate plant communities. The aim of this review is to consider the potential longer-term impact of myrtle rust, with a focus on the flow-on effect to indigenous New Zealand fauna, particularly the nectarivorous species that use myrtaceous flowers as a food source. This potential is explored through a case study of Tiritiri Matangi Island, an ecological restoration project in the Hauraki Gulf, northern New Zealand. Although any degradation or loss of the Myrtaceae will have long-term and potentially devastating impacts on the myrtaceous habitats and allied fauna, we suggest that niche flexibility associated with much of the New Zealand fauna bodes well for such future environmental challenges. Fauna with an obligate relationship with Myrtaceae, however, may be at greatest risk from the pathogen’s establishment. Management options are suggested to mitigate the impact of myrtle rust on nectarivorous fauna.
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The myrtle rust Puccinia psidii originates from South America but is nowadays a very important and invasive pathogen on several genera of Myrtaceae outside of its native area, and especially in Australia, a biodiversity hotspot of Myrtaceae. To date, the taxonomic position of P. psidii has been unclear. The present phylogenetic analyses as well as several former studies show that it does not belong to the genus Puccinia and appears outside of the family Pucciniales. It is, however, closely related to the genera Dasyspora, Puccorchidium, Sphenorchidium and Sphaerophragmium. Consequently, the new genus Austropuccinia has been erected and placed in the newly circumscribed family Sphaerophragmiaceae.
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In Venezuela, rust infection was found in ornamental plantings of Syzygium jambos (rose apple) around the city of Merida (altitude 1300-1700 m) and on route to the Culata Paramo mountain range (up to an altitude of approximately 2700 m). The infection on immature leaves and shoots resulted in shoot death and the damage was more severe in the rainy season . The initial symptoms appeared as small purple flecks and leaf spots on young leaves and brown spots on older leaves, often with a faint chlorotic halo. In case of severe infections, spots enlarged and coalesced, often causing distortion or crinkling of leaves. These later developed the characteristic bright yellow pustules, mostly on the lower leaf surface. Infection also occured on young twigs. Echinulate urediniospores were unicellular, pyriform to spherical or oval, 16 to 23 x 17 to 22 μm, with a truncate base. The symptoms observed and morphology of the fungus was consistent with P. psidii. To confirm the identification, the 28S sequence was amplified from two of the isolates using the protocols described in Aime (2006) and compared via a BLAST search to the GenBank database where they shared 100% sequence identity with all 12 sequences of P. psidii currently available in the database. Voucher specimens were deposited in the Arthur Fungarium, Purdue University (PUR N15011–N15015) and sequence data in GenBank (GenBank Accession Nos. KX869864–KX869865).
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This datasheet on Austropuccinia psidii covers Identity, Overview, Distribution, Dispersal, Hosts/Species Affected, Diagnosis, Biology & Ecology, Environmental Requirements, Natural Enemies, Impacts, Uses, Prevention/Control, Further Information.
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Austropuccinia psidii (formerly Puccinia psidii) causes rust on species of Myrtaceae. Since 2006, different genotypes of A. psidii have spread to countries in the Pacific and to South Africa (Roux et al. 2016). The pathogen was recently discovered on Eucalyptus pellita and Melaleuca leucadendra in Indonesia (McTaggart et al. 2015). Three suspected specimens of A. psidii were collected in August 2016 from Singapore on leaves of Rhodomyrtus tomentosa (Myrtaceae), a tree native to southeastern Asia. The symptoms were the same as those caused by this pathogen with unmistakable yellow pustules of uredinia on the young leaves and inflorescences. The specimens were lodged in the PREM herbarium, South Africa (PREM 61592, 61593, 61594). Uredinia and telia were present on the abaxial leaf surface of PREM 61592. Urediniospores were ellipsoid to obovoid, 19 to 24 × 16 to 21 µm; wall 1.5 to 2.0 µm thick, finely echinulate. Teliospores were cylindrical or ellipsoidal, 2-celled, apex rounded, pale yellowish brown, (29–) 35 to 45 (–50) × 16 to 23 µm; wall 1 to 2 µm thick, smooth; pedicel up to 15 µm long. This was morphologically similar to the description of A. psidii in Australia (available at: http://collections.daff.qld.gov.au/web/key/rustfungi/Media/Html/pucciniapsidii.html) (Shivas et al. 2014). A DNA sequence-based identification was made using the internal transcribed spacer (ITS) and large subunit (LSU) regions of ribosomal DNA. The ITS sequences were 99% identical (551 out of 555 base pairs) to KM282154, the epitype sequence of A. psidii (Machado et al. 2015). The ITS and LSU sequences had 99 to 100% identity to specimens from Indonesia, with one degenerate base pair difference in the ITS region (McTaggart et al. 2015). The sequences obtained were deposited in GenBank as KY816929 and KY816930. The genotype of the isolates from Singapore was not determined, but may be the same as in Indonesia (McTaggart et al. 2015), which has the pandemic strain, so named due to its spread through the Pacific. This report of A. psidii in Singapore may indicate the rust will spread further through Southeast Asia, into countries such as Malaysia and Thailand. © 2017, American Phytopathological Society. All rights reserved.