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Dijo Perón. Un análisis de los discursos de Perón sobre educación física y deportes entre 1950 y 1955

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Abstract

In the middle of the last century in Argentina, the government led by Juan Domingo Perón was characterized by deploying a vast advertising device responsible for disseminating government work. The words of the then president were an effective vehicle to achieve that purpose. Indeed, a series of brochures were printed in bulk with the title Perón said. They dealt with the most dissimilar topics, including the place that Physical Education and sports should occupy in the training of citizens in the New Argentina that was being forged. Precisely, the present work tries to investigate in the senses present in the presidential concepts regarding Physical Education and sports.
R E V I S T A B R A S I L E Ñ A D E H I S T O R I A D E L A E D U C A C I Ó N ( v . 2 1 , 2 0 2 1 )
A R T Í C U L O O R I G I N A L
http://dx.doi.org/10.4025/rbhe.v21.2021.e143
e-ISSN: 2238-0094
DIJO PERÓN. UN ANÁLISIS DE LOS DISCURSOS DE
PER ÓN SOBRE EDUCACIÓN FÍSICA Y DEPORTES ENTRE
1950 Y 1955
DISSE PERÓN. UMA ANÁLISE DOS DISCURSOS DE PERÓN SOBRE EDUCAÇÃO FÍSICA E ESPORTES ENTRE 1950 E 1955
PERÓN SAID. AN ANALYSIS OF PERÓN'S DISCOURSES ON PHYSICAL EDUCATION AND SPORTS BETWEEN 1950 AND 1955
Iván Pablo Orbuch
Universidad Nacional de Hurlingham, Hurlingham, BA, Argentina. E-mail: ivan.orbuch@unahur.edu.ar
R e s u m e n : A mediados del siglo pasado en Argentina, el gobierno liderado por Juan Domingo Perón
se caracterizó por desplegar un vasto aparato publicitario encargado de difundir la obra gubernamental.
Las palabras del entonces presidente fueron un eficaz vehículo para lograr dicho propósito. En efecto,
una serie de folletos fueron impresos de forma masiva con el título Dijo Perón. Los mismos versaban
sobre los más disímiles temas, entre ellos el lugar que la Educación Física y los deportes debían ocupar
en la formación de los ciudadanos en la Nueva Argentina que se estaba forjando. Precisamente, el
presente trabajo procura indagar en los sentidos presentes en los conceptos presidenciales respecto a
la Educación Física y los deportes.
P a l a b r as c la ve : Argentina, cultura física, ciudadanos.
R e s u m o : Em meados do século passado, na Argentina, o governo liderado por Juan Domingo Perón
foi caracterizado pela implantação de um vasto dispositivo de publicidade responsável pela
disseminação do trabalho do governo. As palavras do então presidente foram um veículo eficaz para
alcançar esse objetivo. De fato, uma série de folhetos foi impressa a granel com o título de Perón. Eles
abordaram os temas mais diferentes, incluindo o lugar que a Educação Física e o esporte deveriam
ocupar na formação dos cidadãos da Nova Argentina que estava sendo forjada. Precisamente, o presente
trabalho procura investigar os sentidos presentes nos conceitos presidenciais de Educação Física e
esportes.
P a l a v r a s - c h a v e : Argentina, cultura física, cidadãos.
A b s t r a c t : In the middle of the last century in Argentina, the government led by Juan Domingo Perón was
characterized by deploying a vast advertising device responsible for disseminating government work. The
words of the then president were an effective vehicle to achieve that purpose. Indeed, a series of brochures
were printed in bulk with the title Perón said. They dealt with the most dissimilar topics, including the place
that Physical Education and sports should occupy in the training of citizens in the New Argentina that was
being forged. Precisely, the present work tries to investigate in the senses present in the presidential concepts
regarding Physical Education and sports.
K e y w o r d s : Argentina, physical culture, citizens.
Dijo Perón. Un análisis de los discursos de Perón sobre educación física y deportes entre 1950 y 1955
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INTRODUCCIÓN
Los discursos que Juan Domingo Perón emitió sobre la Educación Física y los
deportes son indicativos del relevante espacio que ambas actividades ostentaban en
la formación de los ciudadanos en Argentina a mediados de la centuria pasada.
Para poder dimensionar las repercusiones de las alocuciones del entonces
presidente, se torna relevante indagar en el campo disciplinar que conforman los
estudios del discurso, los cuales se han convertido en una ciencia interdisciplinaria
en gran parte de las ramas de las Ciencias Sociales, en línea con lo planteado por
Teun Van Dijk (2000). De acuerdo al enfoque aportado por el semiólogo Eliseo Verón
(1998), el discurso equivale a una configuración espacio-temporal de sentido. Para
el autor, el análisis de los discursos puede ser interpretada como la descripción de
las huellas de las condiciones productivas en los mismos, ya sean las de su
generación o las que surgen como consecuencia de sus efectos.
En el caso de las numerosas alocuciones que emitió Juan Domingo Perón
sobre los temas del presente artículo, una cuestión a resaltar es que el primer
mandatario se presentó a sí mismo como una fuente de información autorizada. A
la vez, definió a su auditorio como subordinado en la mayoría de los casos y
desinformado en otros, con lo cual sus palabras se vieron revestidas de la autoridad
del conocimiento que él tenía sobre los supuestos efectos benéficos que los deportes
y la Educación Física podían aportar a la formación ciudadana.
“El discurso transporta y produce poder […]” afirmó Foucault (1978, p. 123),
al tiempo que lo expone y le estipula límites. El análisis discursivo proporciona
importantes claves para comprender una gestión gubernamental y la construcción
de su poder simbólico, en este caso en torno a lo acaecido con el fomento de la
cultura física. Cabe aclarar que, como menciona Ángela Aisenstein (2006), la cultura
física es una forma de discurso especializado que se vincula con una construcción
de significados centrados en la Educación Física y los deportes, por tanto, dicho
concepto será utilizado en este escrito de modo frecuente.
ANTECEDENTES
La Educación Física fue un tema de preocupación para Perón desde al menos
la temprana fecha de 1923 cuando adaptó para el Ejército Argentino el Reglamento
de gimnasia militar (Perón, 1923a). En el mismo año publicó el artículo Ejercicios
corporales (Perón, 1923b) en la Biblioteca del Suboficial y en 1924 redactó un Manual
de higiene militar, en una de cuyas páginas puede leerse un apotegma central para
sus acciones futuras: “Cultivar el alma es el supremo fin; cultivar el cuerpo es el
supremo medio” (Perón, 1924, p. 25). Según cuenta uno de sus biógrafos, Joseph
Page (2014), fue en el Ejército donde estrechó lazos con su tío segundo, Conrado
Perón, maestro de esgrima de los cadetes. Cabe señalar que su familiar no era un
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desconocido en el ámbito de la cultura física. De hecho, en 1944 había escrito junto
al capitán Alejandro Amavet y el mayor Horacio Levene, Pedagogía de la educación
física, un libro con el que se formaban los futuros docentes.
El interés de Perón por los deportes y la Educación Física fue tan grande que
incluso se encargó de dejarlo documentado en una serie de dibujos de su autoría, los
cuales ilustraron algunos de sus escritos (Imagen 1).
Imagen 1 - Dibujos realizados por Juan Domingo Perón.
Fuente: Perón (1923a).
Rastreando en su niñez, el tres veces primer mandatario en su paso por el
Colegio Internacional de Olivos tomó contacto y fue un entusiasta cultor de diversos
deportes como el fútbol, el yachting o el remo (Page, 2014).
Al margen de sus preferencias personales, la frecuente mención que Perón
realizó de las bondades de la práctica de la Educación Física y los deportes, indica
que su incentivo fue funcional a las ideas que su gobierno tenía sobre la nueva patria
que se estaba formando y el tipo de ciudadano requerido para la refundación del
país. Lo cual puede pensarse como una metáfora de la Nación, donde una ciudadanía
sana y fuerte era el natural corolario de una patria poderosa.
A continuación analizaré cinco conferencias que brindó Perón vinculadas a
los deportes y a la Educación Física. Las alocuciones fueron impresas por la
Subsecretaría de Publicaciones, dando a entender con esta acción su relevancia.
Cada uno de estos discursos llevó los siguientes nombres: Delegados del deporte
argentino escuchan a Perón; Es tarea del docente preparar para la vida, no solamente
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la inteligencia, sino también el alma y el cuerpo de los alumnos; Tenemos un pueblo
bueno y capaz para el deporte; Nosotros debemos contar con 5 millones de deportistas
y Perón clausura la Segunda Conferencia Nacional de Delegados Deportivos.
Todos ellos tuvieron como destinatarios a dos grupos de personas: por un
lado, los funcionarios y deportistas presentes en el momento en el que Perón decía
sus palabras, por el otro, la mayor cantidad de público posible, de ahí el motivo de
la impresión de los discursos.
Estos serán divididos en los grandes temas que se desprenden de un análisis
de los mismos: el lugar de la Educación Física en la educación integral pregonada
por el gobierno, la cuestión económica vinculada a la posesión de cultura física, las
discusiones sobre gimnasia y deportes y las propuestas prometidas por Perón.
LA EDUCACIÓN FÍSICA COMO NÚCLEO CENTRAL DE LA EDUCACIÓN INTEGRAL
Un tópico recurrente en los discursos de Juan Domingo Perón fue la fuerte
crítica a la educación de tipo intelectualista. Esta forma de impartir las clases era
mayoritaria en Argentina y consistía en un predominio de la teoría por sobre la
práctica (Ferreyra, 2017). La educación integral, en la que el alma, el cuerpo y la
mente debían ser los destinatarios de los contenidos oficiales fue la respuesta
planteada por los funcionarios peronistas para dejar atrás esa educación a la que
consideraban caduca y asociada a una visión liberal de la vida.
La cultura física tomó relevancia como parte de la educación integral que el
gobierno peronista quería difundir entre el alumnado. Por caso, en un acto realizado
el 22 de septiembre de 1954 el entonces presidente profundizó en estas cuestiones.
Su discurso lo efectuó ante profesores y maestros de todo el país, quienes adhirieron
a la sanción del estatuto profesional del docente. El acto fue organizado por UDA,
la Asociación de Docentes Argentinos creada en 1950, y que cambió su nombre en
1953 por Unión de Docentes Argentinos. Sindicato con el cual el peronismo buscó
incidir en un ámbito en el que encontró importantes resistencias a su prédica y
discurso, en sintonía con lo expresado por Roxana Perazza (2016). Esto demuestra
que existían miradas antagónicas a la propiciada por el peronismo respecto a la
educación en general y en lo atinente a la Educación Física y los deportes en
particular. Por tanto, Perón trató de usar todas las tribunas disponibles para
legitimar su postura (Imagen 2).
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Imagen 2 Es tarea del docente preparar para la vida, no solamente la inteligencia, sino
también el alma y el cuerpo de los alumnos.
Fuente: Perón (1954a).
Para Perón:
El hombre se educa en tres grandes aspectos, el intelectual, el moral y el
físico. Aquellos que sacrifican lo moral y lo físico para dedicarse puramente a
lo intelectual, forman un hombre incompleto sin equilibrio ni armonía
humana, es por eso que el Estado tiene la obligación de formar ciudadanos
útiles, es decir capaces y virtuosos. Formar hombres sanos, fuertes y virtuosos
con los conocimientos necesarios para ser capaces y prudentes al servicio de
la patria y la sociedad (Perón, 1954a, p. 10).
Sus palabras comenzaron haciendo referencia a la importancia de la sanción
del Estatuto Profesional del docente puesto que “[…] ellos serán los más interesados
en que la docencia sea y represente el honor que significa para cada argentino poder
influir en el destino de la República a través de sus niños y de su juventud” (Perón,
1954a, p. 7). Juan Domingo Perón continuó manifestando que: “[…] estaría de más
que entre maestros yo quisiera hacer una disertación sobre la metodología y la
pedagogía más conveniente para la preparación de nuestros muchachos” (Perón,
1954a, p. 7). No obstante, no se privó de realizar una fuerte crítica a la educación
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intelectualista, a la que si bien describió como magnífica: “[…] no sucede lo mismo
en lo que se refiere al desarrollo de las virtudes que deben correr parejas con la
inteligencia, como tampoco en lo que se refiere a la actividad física que prepara al
cuerpo para sostener esa alma y sostener esa inteligencia” (Perón 1954a, p. 8).
Puede apreciarse como en los variados ámbitos en los que Perón emitía su
discurso y refería su parecer sobre la Educación Física, los deportes y la utilidad de
estos en la constitución del nuevo ciudadano que la Nueva Argentina requería, el
mismo se presentaba como una fuente de información autorizada e incuestionable.
Perón volvió a explayarse sobre estas cuestiones el 17 de noviembre de 1954
en el Salón Blanco de la Ciudad Estudiantil de la Fundación Eva Perón. Allí se llevó
a cabo el acto de entrega de diplomas a los primeros egresados de la Escuela de
Líderes de la Fundación Eva Perón (Imagen 3). El papel de estos Líderes se
encontraba dedicado a “[…] las actividades deportivas” (Perón, 1954b, p. 3).
Imagen 3 Nosotros debemos contar con 5 millones de deportistas.
Fuente: Perón (1954b).
Perón comenzó sus palabras mencionando un tópico repetido en la
cosmovisión del gobierno que él lideraba como lo era el hecho de exaltar la idea de
una educación integral y en equilibrio. “Todo en la medida y en perfecto equilibrio,
decían los griegos y esto sigue siendo una eterna verdad como tantas de las verdades
que ya ellos enumeraron hace miles de años” (Perón, 1954b, p. 3).
Desde la perspectiva de Perón, los organismos creados para el cultivo de la
inteligencia eran numerosos y buenos. Aunque “[…] un poco ampulosos y
demasiado grandes, porqué anteriormente se dedicaron sólo a cultivar un aspecto
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en detrimento del otro, y el resultado era una gran inteligencia, que la mayor parte
de las veces estaba sobre un armazón endeble” (Perón, 1954b, p. 4). Es por eso que:
[…] se infiere la importancia de la misión que ustedes, los muchachos de la
Nueva Argentina, reciben, de fortalecer y desarrollar armónicamente el
estado físico de nuestros hombres y cultivar también el espíritu, el alma de
los hombres que van a tener bajo la dirección y la acción de ustedes: hombres
en proyecto, pero todos, para llegar a ser algo, comenzamos por ser un
proyecto. Dios quiera que esos proyectos de hombre que ustedes van a recibir
para cultivar en lo físico y en lo espiritual se conviertan, a través de la acción
de ustedes, en una hermosa realidad (Perón, 1954b, p. 5).
La mención a Dios y al aspecto espiritual de las acciones de los líderes
formados en la Fundación Eva Perón no parece casual, por el contrario, demuestra
una arista más del conflicto con la Iglesia Católica
1
. Por su parte, el entonces
presidente volvió referirse al lugar de la cultura física en la educación integral el 18
de marzo de 1955. Fue en el hemiciclo del Ministerio de Trabajo y Previsión adonde
se realizó la ceremonia de cierre de la Segunda Conferencia Nacional de Delegados
Deportivos. Rodeado de funcionarios nacionales y miembros de la Comisión
Organizadora de los Campeonatos Infantiles ‘Evita’ y Juveniles ‘Juan Perón’, el
entonces primer mandatario pronunció un discurso publicado en forma de folleto
(Imagen 4).
Imagen 4 - Perón clausura la Segunda Conferencia Nacional de Delegados Deportivos.
Fuente: Perón (1955).
1
Para profundizar sobre las relaciones entre el gobierno peronista y la Iglesia Católica véase Bianchi
(2015).
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Para el entonces primer mandatario, era perentorio:
[…] como objetivo fundamental, abandonar la vieja práctica de instruir al
hombre trabajando su inteligencia y dejando que esa inteligencia pueda estar
al servicio de un decrépito o de un malvado. Nosotros queremos que esa
inteligencia, que es el arma que el hombre tiene para luchar por su vida y por
la de sus semejantes, esté al servicio de un alma buena y de un hombre fuerte
(Perón, 1955, p. 6).
Como vengo planteando, la educación integral fue un aspecto relevante en
las políticas públicas implementadas por el gobierno liderado por Juan Domingo
Perón. Dentro de ella, la Educación Física ocupó una centralidad que poco a poco
comenzó a extenderse a gran parte de la sociedad. En esa dirección, trabajar sobre
los cuerpos de los jóvenes argentinos fue un propósito buscado por las autoridades
gubernamentales.
GIMNASIA Y DEPORTES
En su citada alocución del 22 de septiembre de 1954, destinada a la docencia
en general, se concentró la mayor parte del tiempo en desplegar su visión sobre la
educación corporal de los alumnos argentinos. Allí, Perón desplegó un recorrido de
la historia del sistema educativo y enfatizó que:
[…] no hemos cuidado la salud física de nuestro material humano ni en los
niños, ni en la juventud ni en los adultos, quizás más por desconocimiento de
métodos y de objetivos que porque nos hayamos despreocupado, egoístas, de
un problema que nos concierne a cada uno de nosotros (Perón, 1954a, p. 10).
A su vez, realizó un llamamiento a los docentes a reaccionar contra esa forma
antigua de gimnasia formal “[…] que todos conocemos, que se realiza algunas veces,
pocas veces y bastante mal, provocando un desprestigio al sistema” (Perón, 1954a,
p. 10). También hizo hincapié en que no era fisiológicamente conveniente realizar
la gimnasia intercalada entre la enseñanza debiendo esta disponer de sus espacios
y tiempos propios.
En la escuela primaria hay que buscar la forma inteligente de que el chico
juegue, de que corra, de que salte al aire libre. Esa es la mejor gimnasia que
se puede pedir para él, porque es la gimnasia que la naturaleza le ha
establecido: que salte si desea, que corra si le gusta correr. Muchas veces no
lo dejan, pero la naturaleza le manda a hacer eso (Perón, 1954a, p. 10).
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Para Perón la persistencia en este error del sistema educativo era que a
menudo el alumno considerado de mejor conducta era aquel que no corría, estaba
quieto y no quería salir al patio. “Pero eso no es conducta. Eso es quizás una
conducta aparente” (Perón, 1954a, p. 11). De acuerdo a su perspectiva, lo concreto
era que los chicos sólo querían correr, saltar y andar por todas partes, y las políticas
implementadas en materia de cultura física debían considerar esa natural
predisposición en los niños.
Estas palabras ponen en entredicho muchos de los fundamentos del sistema
educativo argentino desde su génesis. Lo planteado por Perón puede asociarse a
características de larga data que Pablo Pineau (2014) definió como parte de la
escuela bárbara que la nueva mirada civilizadora buscó eliminar hacia fines del siglo
XIX. Algunas de ellas fueron lograr el control de los impulsos de los alumnos con el
propósito de regular los excesos, así como la búsqueda del silencio y la quietud en
las aulas como el método pedagógico por excelencia. Todas ellas fueron parte de las
estrategias disciplinadoras llevadas adelante por el Estado nacional durante la
mayor parte de su historia.
Cuando el chico llega a cierta edad, naturalmente después de los 12 años, que
es la época más propicia, entonces uno lo va encauzando sin aburrirlo,
manteniendo esa espontaneidad que a él le nace de su propia naturaleza, para
aprovecharla en beneficio de su salud, para fortalecer sus huesos, su sistema
muscular y sus órganos en general. Entonces en ese momento lo vamos a
encauzar: pero no lo podemos encauzar en la escuela (Perón 1954a, p. 12).
Perón sostuvo que ese encauzamiento debía darse por fuera de los muros
escolares, dado que pensaba que las instituciones educativas no eran ámbitos
propicios para la educación del cuerpo. Justifica de este modo la labor de la Unión
de Estudiantes Secundarios, interpretación sostenida por Adrián Cammarotta
(2014).
Por eso no he querido terminar esta reunión sin pedirles a todos los maestros
y profesores, tanto de la enseñanza primaria como de la secundaria y
universitaria, el apoyo y la ayuda necesarios para ir conformando un
programa más racional para esto. Le sacaremos a la escuela esa obligación
inútil de los 45 minutos de gimnasia que todos hacen con poco placer, para
encauzar de una manera racional esta actividad que es tan importante como
todas las demás enseñanzas que se imparten en la escuela (Perón 1954a, p.
12).
A su vez, buscó prevenirse de las futuras críticas provenientes de los:
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[…] entendidos en estas cuestiones de gimnasia, quizás algún teórico, que
pueda criticar que nosotros preferimos empezar por los deportes y continuar
con la gimnasia, no siguiendo el método sacramental de primero gimnasia y
después deportes. Lo que se busca es un mejoramiento físico. No se trata de
llenar las formas más o menos académicas y sacramentales de ninguna
actividad, sino que el hombre sea sano, fuerte y bueno (Perón, 1954a, p. 14).
Puede apreciarse, del mismo modo que en otras áreas educativas, el
cuestionamiento al saber legítimo tradicional presente en sus palabras, lo que sería
funcional para la representación del peronismo que se auto percibía y auto construía
como fuertemente rupturista.
Perón se encargó de realizar un recorrido histórico por los modos en que se
dictó la educación corporal de los argentinos. Este recurrente recordatorio de datos
históricos demuestra dos cuestiones. Por un lado, que su saber era uno vinculado a
la experiencia lo que lo habilitaba a opinar con fundamentos, por el otro, que
debía convencer con su prédica acerca de la postura que su gobierno llevaba
adelante, esto significaba que existían miradas antagónicas a la peronista en lo
concerniente a la cultura física. Cabe mencionar que los años previos al ascenso de
Perón a la presidencia alrededor de la cultura física adquirió relevancia el discurso
médico, puesto que se trataba de educar el cuerpo de los trabajadores. A su vez, los
cuerpos fueron regulados desde una óptica secular y religiosa. Paralelamente la
institucionalización de la cultura física se aprecia con la creación de organismos
gubernamentales y el modo en que se tornó progresivamente una política pública
adoptando los modelos de la cultura de masas (Orbuch, 2019). La más fuerte de las
visiones antagónicas al peronismo fue la eclesiástica. Solapada en un inicio, a partir
del momento en que las relaciones del gobierno peronista con la Iglesia Católica
comenzaron a mostrar graves desaveniencias se tornó visible. En especial desde la
sanción de la Ley de divorcio en el año 1954, cuando diversos tópicos inherentes a
la sociabilidad fueron cuestionados de manera cada vez más enfática por altos
dignatarios católicos. Puesto que la Iglesia Católica destinaba ingentes esfuerzos
para ocupar un significativo espacio en la vida cotidiana de sus fieles, esta
preocupación se reflejó en una de esas áreas que era aquella vinculada con la cultura
física, dado que esta era “[…] especialmente sensible puesto que involucraba el uso
del cuerpo, y el contacto con otros cuerpos, algo que el catolicismo no podía sino
mirar con suspicacias” (Lida, 2016, p. 142). La perspectiva eclesiástica respecto a la
educación corporal tuvo un importante peso y fue parte de las confrontaciones
culturales con el gobierno peronista, en especial en las postrimerías de su gestión.
Otra disidencia sobre el sentido que el peronismo buscó imprimir a la
Educación Física y los deportes fue la representada por partidarios socialistas,
quienes tenían una larga tradición en la materia. Sus esfuerzos venían, al menos,
desde la década de 1930 donde platearon la necesidad de convertir a las personas en
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“[…] activos cultores de la ejercitación física para vigorizar así su propia mente
orientándolos y preparándolos para un futuro mejor” (Leguizamón, 1934, p. 220).
Cabe mencionar que el cuerpo era parte de las preocupaciones de los dirigentes
socialistas, y por tanto el uso postulado del mismo debía ser racional, al igual que la
utilización del tiempo libre de los trabajadores. Las políticas corporales impulsadas
por sus máximos referentes tenían como prioritarios objetivos inculcar pautas
civilizatorias al conjunto de la masa trabajadora, tal como menciona Javier Guiamet
(2018). La vieja dicotomía entre civilización y barbarie, donde para los opositores al
peronismo parecía quedar claro el lugar que le correspondía a este, es utilizada de
modo inverso por Perón quien menciona que los bárbaros de la era actual eran
aquellos que no apreciaban las virtudes de la cultura física en la formación de los
ciudadanos. Desde la cosmovisión oficial, se trataba de “[…] bárbaros que la
civilización tolera, porque los bárbaros se reproducen en todos los tiempos” (Perón,
1954c, p. 7).
En mi época de muchacho estos centros intelectualoides de ignorantes que
existen en todas partes del mundo, decían que la gimnasia era cosa de brutos,
ahora los tiempos han cambiado. Ahora los locos son los que no quieren hacer
gimnasia, porque todos saben que la gimnasia, el deporte, es algo que no solo
los vigoriza y los fortalece fisiológicamente, es decir, no es solo vigoriza el
sistema nervioso, los órganos, los músculos, los huesos, sino también que les
crea una mejor inteligencia y les forma un alma mejor (Perón, 1954c, p. 7).
El cuadernillo con el discurso de Perón, al igual que los anteriores, se presentó
con la fuerza no sólo del emisor, sino con la fortaleza del “[…] exordio histórico que
es el reflejo de la verdad absoluta” (Perón, 1954c, p. 8). Perón planteaba que había
que llevar a cabo un tipo de gimnasia acorde a la idiosincrasia argentina:
Nosotros somos un poco reacios a la gimnasia metodizada. Para cada pueblo
hay que desarrollar la actividad física de acuerdo con su gusto. Nosotros
tenemos una cocina argentina y la preferimos a cualquier otra cocina. Para la
gimnasia, en cambio, a unos les queremos dar la gimnasia sueca y a otros la
italiana. No. Vamos a hacer gimnasia argentina para los argentinos. Esto es
indispensable y fundamental (Perón, 1954a, p. 13).
Era habitual en la época la discusión sobre el tipo de Educación Física que
debía realizarse en los establecimientos educativos. Juan Domingo Perón intentó
saldar esa discusión de vieja data:
No hay gimnasia buena ni gimnasia mala. Hay gimnasia simplemente. Yo
estoy en contra de todos los unilateralistas que, porque hicieron gimnasia
sueca, ya creen que no hay otra cosa que esta clase de gimnasia. Pero lo que
sí puedo decir es que en nuestro país tenemos que dedicarnos eminentemente
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al deporte, porque esa es la puerta de entrada para toda la actividad corporal
y espiritual de nuestros jóvenes deportistas. Nosotros tenemos como todos
los pueblos, una idiosincrasia que nos es absolutamente particular. Tenemos
que practicar nuestras actividades de acuerdo con esa idiosincrasia. Por eso
soy más partidario de los deportes que de la gimnasia (Perón, 1955, p. 14).
Desde su perspectiva, los deportes son la finalidad y la Educación Física es un
medio. La importancia atribuida a los deportes para la constitución de un nuevo tipo
de ciudadano es central, ya que:
La virtud se conquista tanto en un campo de deportes, como en el aula o en
la función de todos los días. Para que podamos ofrecer al mundo el ejemplo
de un pueblo que trabaja y se sacrifica por ser cada día mejor; para ir
conquistando en la escala humana el lugar que solamente merecen los
hombres buenos y fuertes; para que el camino del deporte sea la sea la senda
del progreso del futuro (Perón, 1955, p. 14).
En síntesis, las palabras de Perón buscaron dejar asentada su postura respecto
a debates de vieja data en el campo de la Educación Física, vinculado a los tipos de
gimnasia y al lugar de los deportes en las clases de la mencionada asignatura.
Asimismo, la constante justificación de las contribuciones de los deportes y la
Educación Física para la formación de ciudadanos se tornaron recurrentes puesto
que existían otras posturas como la encarnada por la Iglesia Católica que criticaba
ese fomento por razones morales. Paralelamente a dejar en claro su parecer, el
entonces presidente realizó una fuerte crítica a la educación de tipo intelectualista
que predominaba por aquella época, previo a su acceso a la primera magistratura.
LO ECONÓMICO Y LO CORPORAL
El lugar que la economía tenía en la difusión de la cultura física estuvo
presente en los discursos de Perón. Por un lado, recalcando que sólo la mayor
inversión estatal traía consigo los logros deportivos y el aumento en la cantidad de
personas que practicaban deportes. Por el otro, vinculando esos mejores
rendimientos con el progreso del país desde la llegada del peronismo al gobierno.
Ambas cuestiones pueden encontrarse en el discurso que salió impreso con el
nombre Delegados del deporte argentino escuchan a Perón (Imagen 5). El mismo,
proferido en el año del Libertador General San Martín en 1950, fue publicado por la
Subsecretaría de Informaciones
2
.
2
Este folleto Perteneció a Yolanda Gómez, quien era Sub Delegada Censista por el Partido de Alberdi de
la Provincia de Buenos Aires, lo que revela un importante indicio acerca de cómo se distribuían las
palabras de Perón al interior del Partido Peronista, en este caso su rama Femenina (Barry, 2009).
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Imagen 5 - Delegados del deporte argentino escuchan a Perón.
Fuente: Perón (1950).
La alocución, la más corta de todas las impresas por la Subsecretaría de
Informaciones, fue previa a la organización de los Primeros Juegos Panamericanos
que se llevaron a cabo en Argentina en 1951. Juegos que significaron un triunfo
deportivo, político y diplomático en toda América Latina, aunque no en Estados
Unidos donde el peronismo seguía asociado a la imagen de régimen autoritario
emparentado con el nazismo, según mencionó Raanan Rein (2017). En esta ocasión,
Perón se explayó sobre los numerosos campeonatos ganados en los últimos años
por representantes argentinos en todo el mundo, éxitos que buscó asociar a las
políticas implementadas desde 1946. No obstante, hizo hincapié en la falta de
organización y de preparación, que consideraba inadmisibles dado el apoyo oficial.
Todos sabemos que el deporte es hijo de la preparación. Cincuenta por ciento
el hombre, y el cincuenta por ciento restante es lo que se capacita con la
preparación y el entrenamiento. Hombres tenemos. En este país, donde se
han comido dos millones de vacas más que el año anterior, no se pasa hambre.
No nos han de faltar, entonces, hombres físicamente capacitados, pero hay
que entrenarlos, y entrenarlos bien (Perón, 1950, p. 4).
Nuevamente, el primer mandatario se presentó como el garante del progreso
de los argentinos, quienes desde su llegada al gobierno incrementaron sus
condiciones de vida. Desde su postura, las mejores condiciones laborales y
alimenticias hicieron factible el desarrollo de los deportes y la Educación Física en
la población. Perón planteó en su discurso a los deportistas que debían dejar de
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preocuparse por los fondos económicos para los inminentes Juegos Panamericanos:
“Para la realización de los Juegos vamos a adelantarles el dinero que sea necesario
desde ahora, y pediremos al Congreso lo que sea preciso para que ustedes cuenten
con lo necesario” (Perón, 1950, p. 4). La posibilidad de obtener el primer puesto en
la mencionada competencia era algo valorado por todo el espectro político, e incluso
al término de la competencia existieron homenajes votados de forma unánime por
los legisladores (Rein, 2017).
Perón realizó un paralelismo con su experiencia en la preparación de
hombres, “[…] hombres para pruebas, no de alta competición, pero sí de ciertos
horizontes” (Perón, 1950, p. 4). En este tramo invocó numerosos casos de atletas
que triunfaron por sus condiciones físicas naturales, pese al nulo apoyo estatal. Aún
en 1950, “[…] cuando vamos a un campeonato, la gente se junta veinte días antes”
(Perón, 1950, p. 4). Por eso pensaba que la mejor forma de entrenar era que los
deportistas lo hagan con suficiente antelación, lo que redundaría en una mejor
preparación.
Ustedes me dirán: Claro, pero eso cuesta muy caro. Es cierto, pero nosotros
estamos dispuestos a pagarlo. Jamás en eso hemos andado haciendo
economía. Esas cosas se hacen bien del todo o no se hace nada. No se hace
como en esta selección de los boxeadores (Perón, 1950, p. 4).
Hacía alusión a un Campeonato Sudamericano de Boxeo disputado en
Ecuador en mayo de 1950 al cual los deportistas concurrieron sin un adecuado
entrenamiento.
Los tienen casi veinte días aquí, luego viene la selección, toman el avión,
llegan casi sin aliento y al día siguiente empiezan a boxear. Por buen
boxeador que sea, en esas condiciones, sin la más mínima consideración a
un caballo de carrera lo llevan un mes antes para aclimatarlo-, no puede hacer
buen papel. Eso no puede ser porque es una cosa terrible. ¡Y que eso ocurra
en nuestro país donde yo pongo todo a disposición de los deportistas! (Perón,
1950, p. 5).
Es interesante advertir como Perón, al igual que el grueso de la oposición
política a partir del bienio 1950/1951, comienza a buscar deliberadamente, asociar
el fomento de la cultura física como algo que se debía únicamente a sus designios.
Las razones de ambos eran diversas. La oposición acusaba al gobierno de promoverla
por ser un gobierno totalitario, mientras que el peronismo hallaba aspectos
democratizadores en su incentivo.
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Perón volvió a insistir sobre esta asociación: “[…] tenemos hombres que están
en condiciones de triunfar. Ahí me dicen que Triulzi
3
anda sobre grandes tiempos y
que quiere irse a competir a Norteamérica. Yo lo mando si es necesario” (Peron,
1950, p. 6).
La prédica sobre la organización y el profesionalismo que debían adoptar los
deportistas que contaran con el generoso aporte estatal fue otro de los puntos que
pueden verificarse en los discursos, aunque siempre recalcando la importancia de
llevar una conducta disciplinada para alcanzar los objetivos propuestos. Los
deportistas “[…] no deben creer que vienen aquí para ir a la boite. Nosotros vamos
a hacer esfuerzos extraordinarios, pero aquí van a estar bien porque vienen a eso,
no vienen a farrear ni a pasear” (Peron, 1950, p. 6).
Respecto a la infraestructura, Perón prometió en su alocución la construcción
de la Casa del Deporte, que unos meses después se realizaría en Carlos Pellegrini al
1200, y los edificios y sedes, cuyas partidas estaban previstas en el Presupuesto. La
planificación estatal parecía ser el norte de las palabras de Perón.
Puede apreciarse que la realización de los Juegos Panamericanos fue un
evento al que el gobierno peronista se sumó de modo entusiasta. La posibilidad de
exhibir al continente los logros en materia de educación corporal tenía estrecha
conexión con el propósito de visibilizar las políticas implementadas. A su vez, otro
de los propósitos fue mejorar la imagen argentina en Estados Unidos, cuestión que
tuvo un rotundo fracaso (Rein, 2017).
Por su parte, Perón fue recurrente al mencionar que la intervención estatal
en materia corporal tuvo su correlato en una significativa mejora en la economía
nacional:
Nosotros hemos sido los primeros en pensar que más vale cuidar bien a un
hombre que a una máquina, porque entendemos que si una máquina vale
mucho dinero, el hombre, económicamente considerado, también vale
mucho dinero, es por eso que si ese hombre se muere porque se ha descuidado
su salud, es indudable que el Estado pierde una enorme cantidad de dinero;
tanta como quizás no la pierda cuando se destruye una máquina, un
automóvil o cualquier elemento de uso económico, clasificado como bienes
de capital en el inventario del haber patrimonial de la Nación. Los bienes de
capital más valiosos que la Nación tiene son, precisamente, sus hombres y
todo en la comunidad debe estar al servicio de esos hombres (Perón, 1954b,
p. 7).
3
Alberto era su nombre. Salió cuarto en 110 metros con vallas en los Juegos Olímpicos de Londres en
1948.
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Por tal motivo, “[…] no debe haber un operario, por humilde que sea, que no
haya recibido una enseñanza que lo capacite para rendir al máximo con el mínimo
de esfuerzo” (Perón, 1954b, p. 7). Desde esta perspectiva, el cuerpo del trabajador
conllevaba implícitamente una aptitud física que se encontraba en estrecha
conexión con el trabajo industrial. Se trataba de un cuerpo eficiente, disciplinado y
moldeado para desempeñar actividades productivas en sintonía con el modelo
económico imperante. En efecto, una idea que subyacía dentro del proyecto
peronista era “[…] terminar con lo que se ha llamado un país de holgazanes para
hacer un país de trabajadores y de productores” (Perón, 1954b, p. 9), con lo cual las
contribuciones pedagógicas de la educación corporal tuvieron un importante rol en
la consecución de ese objetivo.
Siguiendo a Karina Ramaccioti (2005), bajo el gobierno peronista se consolidó
en la Argentina una sociedad disciplinaria, una sociedad de trabajadores y de
productores que van de casa al trabajo y del trabajo a casa. Las palabras del primer
mandatario pueden explicarse recurriendo a algunas categorías conceptuales
provistas por Foucault.
La población va a aparecer como el fin último por excelencia del gobierno:
porque, en el fondo, ¿cuál puede ser su meta? Ciertamente no la de gobernar,
sino la de mejorar el destino de las poblaciones, aumentar sus riquezas, la
duración de su vida, su salud; y los instrumentos que el gobierno se otorgará
para obtener estos fines son, de algún modo, inmanentes al campo de la
población, ya que esencialmente sobre ella obrará directamente mediante
campañas, o más aún, indirectamente mediante técnicas que permitirán, por
ejemplo, estimular, sin que las gentes se den cuenta de ello, la tasa de
natalidad, o dirigiendo hacia tal o cual región, hacia tal actividad, los flujos
de población (Foucault, 1992, p. 216).
Desde esta perspectiva, la población emerge como el terreno paradigmático
del arte de gobernar. La misma es transformada en el objeto que el gobierno debe
tener en mente en cuando a conocimiento y práctica, si quiere ser capaz de una
administración racional y efectiva.
Para Perón la colaboración prestada a los fines de lograr el potencial humano
nacional “[…] por el más encumbrado de los dirigentes así como por el más modesto
de los dirigentes, serán claves para la defensa de la salud física y del potencial
humano de la Nación” (Perón, 1954b, p. 7). Dado que esta defensa constituye “[…]
una de las responsabilidades más importantes de la nación” (Perón, 1954b, p. 8).
Perón reconoce que lo hecho hasta entonces en pos del mejoramiento físico
de la población era insuficiente. “Desde hace diez años que yo me ocupo de este
asunto, pero es difícil indudablemente corregir en diez años lo que no se ha hecho
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en cien” (Perón, 1954b, p. 8). Por tal motivo solicitó la ayuda de los sindicalistas y
trabajadores de las organizaciones deportivas.
A su vez, mencionó en su discurso que un inconveniente que se le presentó
ni bien asumió el gobierno era que:
[…] había que desarrollar el espíritu deportivo en la gente, ese era el problema
que se me presentó cuando me hice cargo del gobierno. En la población rural
el deporte era una cosa insignificante. Claro, yo no lo llamo deporte cuando
los chicos se reúnen en un potrero a pegarle a una pelota y sobre todo si esta
es de trapo. No considero deporte a eso, aunque claro está es el nacimiento
de todo, pero el nacimiento no siempre es vida (Perón, 1954b, p. 11).
Se advierte como Perón mencionó a la cultura física como uno de los ejes
gubernamentales donde su gestión podía desplegar políticas públicas.
En cuanto a los obreros, muy pocos deportes podían practicar, ya que el que
trabajaba 10 horas en la fábrica y después va a hacer una changuita, porque
lo de la fábrica no le alcanza, no va a ir a levantar pesas en los ratos
desocupados. Es una cosa natural, porque para que el deporte florezca lo
primero que hay que hacer es dar la posibilidad que el pueblo tenga sus
momentos en los cuales pueda dedicarse al deporte y a la vida sana, que haya
lugares sanos adonde ir e instituciones suficientes para dar cabida a toda esa
gente que desea practicar deportes (Perón, 1954b, p. 14).
La relación es evidente, ya que las mejores condiciones de trabajo existentes
desde la llegada de Perón a la Secretaría de Trabajo y Previsión en 1943 empezaron
a dejar tiempo de ocio en los sectores populares y ese tiempo podía destinarse a la
práctica deportiva. A su vez la realización cotidiana de ejercicios deportivos iba a
mejorar la salud de la población.
Durante el gobierno peronista el cuidado de lo corporal buscó asociarse, entre
otras cuestiones, a miradas economicistas puesto que se pensaba que cuerpos
fuertes para la producción redundarían en una nación sana. Por cierto, la posibilidad
de adquirir cultura física se explicó en las usinas oficiales por las mejores
condiciones de trabajo, que dejaban disponible más tiempo libre para los
trabajadores. En un círculo que se retroalimentaba, las mejores condiciones de
trabajo fueron la condición de posibilidad para el fomento de la educación corporal.
PROPUESTAS EN TORNO A LA CULTURA FÍSICA
Alrededor del fomento de la cultura física el gobierno peronista elaboró
numerosas propuestas que corrieron diversa suerte. La formación de clubes
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estudiantiles fue una de ellas. Esta medida se tomó “[…] por iniciativa y a propuesta
del Ministerio de Educación, con la acción decidida, entusiasta e inteligente del
señor ministro Méndez San Martín” (Perón, 1954a, p. 13). La creación de estos
clubes, para Perón, era útil por tres cuestiones interrelacionadas. En primera
instancia podían ser un lugar de esparcimiento donde los jóvenes fomentarían el
espíritu de camaradería, para que puedan hacer “[…] por lo menos, de cuando en
cuando, vida social juntos en establecimientos que les pertenecen y manejan por sí”
(Perón, 1954a, p. 13). Los clubes también serían un refugio donde los estudiantes
podrían ir a pasar ratos libres e incluso a estudiar. Por último, serían un: “[…]
escenario apropiado, sano y racional para el buen desarrollo de las actividades
físicas. Allí comienzan ellos a practicar los deportes de su preferencia” (Perón,
1954a, p. 13).
El rol del personal dedicado a las actividades deportivas fue destacado puesto
que:
[…] no se tendrá nunca una actividad deportiva, ni buenos organizadores, ni
buenos directores, ni buenos controles, ni árbitros, etc, mientras ustedes no
establezcan una escuela que capacite altamente al personal. Es necesario
perfeccionarse para ponerse a la altura de la evolución del propio deporte.
Esto es función de la organización, que deberá actuar con un criterio muy
acertado, porque no todos son domadores; muchos son frangoyadores
4
, como
dice Martín Fierro. A los hombres hay que darles la posibilidad que se
perfeccionen (Perón, 1954b, p. 10).
El primer mandatario tenía en mente las multiplicidades de opciones
educativas que proponía la cultura física: “[…] les pediría que traten la posibilidad
de organizar algunas pequeñas escuelas de capacitación; escuelas de capacitación
para entrenadores, escuelas de capacitación para árbitros, que eso es muy
importante; también una pequeña escuela de capacitación y especialización para
kinesiólogos” (Perón, 1954b, p. 11). El rol docente de los deportistas beneficiados
con el apoyo estatal era una contraprestación que la gestión peronista buscaba
recibir.
[…] como comer, había que empezar, por eso se empezó a ayudar a los
deportistas, a darles medios y a levantar instalaciones. Ya le voy a sacar
provecho a eso. Algunos dicen: el gobierno ayudó a fulano para que se hiciese
un as mundial en el automovilismo. Pero no saben que a ese lo voy a poner
en el Autódromo a enseñar a los otros (Perón, 1954b, p. 14).
4
En el Martín Fierro, que es un libro icónico de la cultura argentina, se utiliza el término para definir a
quien complica las cosas con el afán de engañar al interlocutor.
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Durante su alocución, el entonces Presidente se mostró seguro de que nadie
se iba a negar a prestar colaboración. “Hemos ido formando los grandes maestros
que el deporte y las actividades físicas necesitan, para sacarles la utilidad que los
maestros tienen que dar cuando han recibido del Estado una ayuda y una
posibilidad” (Perón, 1954b, p. 15). La realidad demostró que en pocos casos se logró
la colaboración de famosos deportistas como docentes. Una de esas excepciones fue
la de Delfo Cabrera, quien se encontraba comprometido políticamente con el
gobierno peronista (Añon & Rodríguez, 2014).
Perón también se encargó de recalcar el rol pedagógico de la escuela y de las
madres en la formación de deportistas y propuso direccionar la puericultura a
fortalecer el cuerpo de los bebes:
Hay que enseñar en el colegio a formar deportistas y hay que enseñar a las
madres para que empiecen ya a los seis meses del nacimiento de los chicos a
fortalecerlos mediante ejercicios pasivos. Claro que hay que saberlo hacer,
porque no cualquiera puede. Todo eso lo vamos a ir enseñando. En la
puericultura que se enseña en el país, a nadie se le ha ocurrido y es un factor
importante (Perón, 1954b, p. 15).
En su defensa de la importancia que le atribuía a la cultura física, en diversas
ocasiones hablaba sobre el rol de la educación, y su crítica a la enseñanza de tipo
enciclopedista aparecía de modo recurrente: “La escuela no está solamente para
enseñarles a leer y escribir y a hacer operaciones aritméticas, sino también para
formar el alma y el físico” (Perón, 1954b, p. 16), llegando a proponer algunas
modificaciones al régimen educativo: “Vamos a imponer la exigencia de que para
recibirse de bachiller no será suficiente con aprobar las materias, sino que será
preciso rendir una prueba física” (Perón, 1954b, p. 16). Su derrocamiento en
septiembre del año siguiente obturó esta medida que no pudo llegar a
implementarse, pero el sólo hecho de su formulación da un importante indicio del
sitio destacado que ocupaba la Educación Física en el pensamiento del gobierno.
Perón era consciente de las críticas que su postura respecto a la educación
corporal de los argentinos suscitaba. En particular, una medida repudiada por
diversos sectores, entre los que encuentro a los ligados a la Iglesia Católica, fue la
implementación de los Consejeros espirituales en los colegios:
¿Cuál es la función de este consejero espiritual que debemos tener en todas
partes, hasta en la familia? Es muy simple. ¿Quién, sobre todo cuando ha sido
niño, no ha tenido un problema, un complejo o algún momento de
disquisición y de dolor en la vida? Cuantos más chicos tal vez más grave ¿Y
cuantos no hemos tenido a quien recurrir en esos momentos de dolor o de
tribulación? (Perón, 1955, p. 12).
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Los consejeros espirituales empezaron a llevar a cabo sus labores en
noviembre de 1954 cuando el conflicto con la Iglesia Católica empezaba a tomar
temperatura. Eran laicos, y su función era inculcar valores morales y peronistas, a
la vez que se desplazó a quienes eran los encargados de impartir enseñanza religiosa
(Rein, 2015, p. 189).
Nosotros no queremos enseñar virtudes sino inculcarlas; aunque los chicos
no sepan lo que es ser honrado, queremos que lo sean y no que sepan mucho
de honradez y luego roben y cometan todas las pillerías posibles. Nosotros
tenemos otra concepción de la vida. Venimos trabajando el alma de los
hombres, y por eso queremos tener a esos consejeros espirituales (Perón,
1955, p. 13).
Ese pretendido trabajo sobre el alma, traerá numerosas consecuencias en el
enfrentamiento con la Iglesia Católica, dado que el gobierno peronista buscó incidir
en la sociabilidad de los sectores juveniles. Algunas de las publicaciones vinculadas
al catolicismo se hicieron eco de estos contrapuntos. Fue el caso de la revista
Antorcha, publicada por la Asociación Cristiana de Jóvenes, quien en su edición de
abril del año 1955 criticó las funciones de los consejeros espirituales por considerar
que invadían una esfera que consideraban propia como era lo moral. Lo hizo en la
nota escrita por Vicente Galli (1955), ‘El campeonismo, peligroso destructor de la
juventud’, adonde además advirtió sobre la centralidad que la Educación Física y los
deportes tenían en el proyecto político peronista. Allí puede leerse que el propósito
de los católicos en el deporte debía ser poner fin a la proliferación de personas que
solo practicaban deportes para enorgullecerse de mismos, y no consideraban a
este como un medio para tener una vida más saludable. Puede apreciarse que el
fomento a la cultura física propiciado por el gobierno peronista era considerado
riesgoso para las relaciones de sociabilidad procuradas por la Iglesia Católica,
puesto que exaltaba al cuerpo de manera individual y cuestionaba el monopolio
eclesiástico de la cuestión moral.
CONSIDERACIONES FINALES
En síntesis, las alocuciones de Perón vinculadas al amplio espectro de la
cultura física son indicativas del lugar que esta ocupaba en las políticas públicas. La
impresión de sus palabras en forma de folletos buscó que estas se extendieran y
lleguen a toda la población. El análisis de los tópicos presentes en cada una de ellas
me permitió entender las potencialidades pedagógicas que la Educación Física y los
deportes desempeñaron en la formación de ciudadanos. Perón se presentó desde el
plano discursivo como el personaje que iba a poner fin con los angustiantes años
vividos en los años previos a su asunción presidencial. Lo hizo en su doble carácter
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de militar y político. Tributario de las numerosas transformaciones sociales vividas
desde entonces, el gobierno peronista se presentará como el movimiento capaz de
dar respuestas a las demandas de mejoras en todos los ámbitos reclamadas con
persistencia, desde la sociedad civil, pero silenciadas en el plano de la arena
electoral. De ese modo, Perón ligó el desarrollo de la cultura física con las mejoras
económicas y sociales producidas por su gestión. Asimismo, sus palabras se
inmiscuyeron en polémicas de larga data respecto al sitio que los deportes y los tipos
de gimnasia debían ocupar en las clases de Educación Física. La revalorización de la
educación corporal procuró dejar en claro que esta era relevante dentro de la
educación integral que todos los ciudadanos de la Nueva Argentina debían poseer y
de la cual el gobierno peronista era el garante. Por último, Perón elaboró una serie
de propuestas vinculadas a la difusión de la cultura física en la sociedad. Algunas de
ellas le trajeron conflictos con la Iglesia Católica, y otras no llegaron a cumplirse por
la destitución de su gobierno en septiembre de 1955.
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IVÁN PABLO ORBUCH es profesor de Historia y
Doctor en Educación por la Universidad de Buenos
Aires (UBA). Investigador de la Universidad
Nacional de Hurlingham. Autor de numerosos
artículos sobre educación, sociedad e historia en
revistas científicas internacionales. Autor de los
libros Peronismo y Educación Física. Políticas
públicas entre 1946 y 1955 (2016) y de Peronismo y
Cultura Física. Democratización, sociabilidad y
propaganda (2020).
E-mail: ivan.orbuch@unahur.edu.ar
https://orcid.org/0000-0001-7596-4611
Recibido en: 02.10.2019
Aprobado en: 08.06.2020
Publicado en: 27.11.2020
Editor asociado responsable:
Ana Clara Bortoleto Nery (UNESP)
Email: neryanaclara@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-6316-3243
Cómo citar este artículo:
Orbuch, I. P. Dijo Perón. Un análisis de los
discursos de Perón sobre educación física y
deportes entre 1950 y 1955. (2021). Revista
Brasileira de História da Educação, 21. DOI:
http://dx.doi.org/10.4025/rbhe.v21.2021.e143
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El régimen peronista alentó y financió una amplia variedad de actividades deportivas. Esta inversión rindió sus frutos también en el extranjero y Perón intentó capitalizar los logros de atletas individuales, así como de seleccionados nacionales en competencias internacionales. Los logros eran presentados como una victoria colectiva de la sociedad argentina. La participación argentina en los Juegos Olímpicos de Londres (1948), el campeonato mundial de básquetbol que se celebró en Buenos Aires en 1950 y sobre todo los primeros Juegos Panamericanos del año siguiente promovían el patriotismo y la unidad nacional en el frente doméstico y servían como diplomacia cultural para mejorar la imagen del país allende las fronteras. Este artículo ofrece una lectura minuciosa del suplemento de 250 páginas que publicó el periódico Mundo Deportivo, auspiciado por las autoridades nacionales, a la semana siguiente de la clausura de los juegos.
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This article intends to explore the relationship between Argentinean socialism and the rise of football as a mass spectacle in the nineteen twenties. For this we will analyze the different approaches and postures found mostly in La Vanguardia, the Party´s official newspaper. As part of a more general investigation about the different responses of socialists to mass culture, and the challenges that mass culture posed for the socialist practices, the main hypothesis of this particular work is that in regards to other sports that had also become mass spectacles, and that were characterized as more dangerous for popular culture by socialists, football was seen as an opportunity to assimilate an important aspect of popular entertainment.
La educación física escolar en Argentina. Conformación y permanencia de una matriz disciplinar
  • A Aisenstein
Aisenstein, A. (2006). La educación física escolar en Argentina. Conformación y permanencia de una matriz disciplinar, 1880-1960 (Tesis de Doctorado).
Pedagogía de la educación física
  • A J Amavet
  • H Levene
  • C Perón
Amavet, A. J., Levene, H., & Perón, C. (1944). Pedagogía de la educación física. Buenos Aires, AR: Ejército Argentino. Dirección de Tiro y Gimnasia. División Educación Física.
Gráfica estatal y deporte: nuevas inflexiones: el caso de Olimpia.
  • V. Añon
  • M. Rodríguez
  • G. Korn
  • C. Panella
Añon, V., & Rodríguez, M. (2014). Gráfica estatal y deporte: nuevas inflexiones: el caso de Olimpia. In G. Korn & C. Panella. Ideas y debates para la nueva Argentina: Revistas culturales y políticas durante el peronismo (1946-1955). La Plata, AR: UNLP.
Evita capitana: El Partido Peronista Femenino 1949-1955
  • C Barry
Barry, C. (2009). Evita capitana: El Partido Peronista Femenino 1949-1955. Buenos Aires, AR: Eduntref.