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ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Extensión rural en la Ciudad de México.
Propuesta de un sistema de innovación
y co-producción de tecnología1
Pablo Torres Lima,2 Leodan Portes Vargas,3
Octavio Reyes Rivera4 y Teresa Berrocal Martínez5
Resumen. Con el objetivo de proponer lineamientos conceptuales para un sistema de innovación
y co-producción de tecnología a n de coadyuvar en la planeación, evaluación y fortalecimiento
institucional de la extensión rural en la Ciudad de México (cdmx), se evaluó la experiencia de 35
campesinos, 7 extensionistas, 3 funcionarios de gobierno y 2 coordinadores de una organización
Sistema-Producto en Milpa Alta, Xochimilco y Tláhuac, durante 2015. Se encontró que los proce-
sos de extensión rural se orientan principalmente hacia las actividades agroproductivas y tecno-
lógicas, así como a las vinculadas al ámbito de la comercialización. Se identicaron problemáticas
socioecológicas agroproductivas en los casos de estudio y se presenta una propuesta de un sistema
de innovación y co-producción de tecnología para el fortalecimiento del extensionismo rural en la
cdmx, el cual incluye un modelo con tres componentes: el emprendimiento social; la creación de
una plataforma informática interactiva y de un observatorio de competencias para la innovación y
co-producción de tecnología.
1 Trabajo que fue parte de la “Evaluación Nacional CEIP (Componente de Extensión e Innovación Productiva) 2014”, a cargo de la Universidad
Tecnológica de Tula-Tepeji, INCA-Rural y la Sagarpa en 2015 e incluye apartados del proyecto de investigación “Sistema de innovación, co-
producción de tecnología y extensión rural en México”, sometido al Fosec-Sagarpa en la Convocatoria-2018-1, en octubre de 2018. En este
texto el término de co-producción de tecnologías reere a empoderar y desarrollar la capacidad de los actores y partes interesadas para
evaluar críticamente y dirigir proyectos de investigación y generación de tecnologías que den forma al orden social y agroproductivo de sus
comunidades e instituciones.
2 Profesor-investigador, Departamento de Producción Agrícola y Animal (dpaa), Universidad Autónoma Metropolitana (uam), y evaluador respon-
sable del CEIP para la cdmx, México, e-mail: ptorres@correo.xoc.uam.mx, .
3 Consultor en ingeniería agronómica forestal.
4 Estudiante de la Licenciatura en Agronomía, uam.
5 Ayudante de investigación, dpaa, uam.
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torres, p., portes, l., reyes, o. y berroCAl, t.
Palabras clave: Extensión rural, sistema de innovación y co-producción de tecnología, Ciudad
de México.
Abstract. With the objective of proposing conceptual guidelines for a system of innovation and
co-production of technology in order to assist in the planning, evaluation and institutional streng-
thening of rural extension in Mexico City (cdmx), the experience of 35 farmers, 7 extension wor-
kers, 3 government ofcials and 2 coordinators of a System-Product organization are evaluated in
Milpa Alta, Xochimilco and Tláhuac, during 2015. It was found that rural extension processes are
mainly oriented towards agricultural and technological activities, as well as those related to mar-
keting. Agroproductive socio-ecological problems are identied in the case studies and a proposal
is presented for a system of innovation and co-production of technology for the strengthening of
rural extensionism in the CDMX, which includes a model with three components: social entrepre-
neurship; the creation of an interactive computer platform and an observatory of competencies for
innovation and co-production of technology.
Keywords: Rural extension, system of innovation and technology co-production, Mexico City.
INTRODUCCIÓN
El campesinado de América Latina vive una constante merma en sus ingresos y activos,
sobre todo a partir del período de ajuste estructural a mediados de la década de los no-
venta. Desde entonces el diseño de estrategias de desarrollo rural que fomenten y privile-
gien la protección de los agroecosistemas, la revitalización de los sistemas socioecológicos
productivos y la construcción de sociedades regionales con cambios sociales democrá-
ticos han quedado ausentes en la mayoría de los programas de extensión rural. En este
sentido, bajo el marco del desarrollo sustentable no se debe perder la oportunidad de lle-
var a la práctica el diseño de estrategias de desarrollo y extensión rural que fomenten el
valor de los integrantes de las unidades familiares y la protección de los socioecosistemas
(Yurjevic, 2010). De tal forma que la extensión o los sistemas de asesoría rural puedan
incluir a las diferentes actividades que provean de información y servicios que necesitan
y demandan los agricultores y otros actores del sistema de innovación agroalimentario,
a n de coadyuvar en el desarrollo de sus capacidades técnicas, organizacionales y de
gestión, con lo cual se fortalezca su calidad de vida y bienestar social (gfras, 2015).
En México, en 2007, hubo 967 675 unidades con supercie agrícola que no se sem-
braron en el ciclo primavera-verano 2007, de las cuales 33.2 % no se utilizaron por falta
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de liquidez y apoyo. Se reporta que de las 5.5 millones de unidades de producción
existentes en 2007, 11.6 % no contaban con capacitación y asistencia técnica (373 609);
(Martínez-Rivera y Rodríguez-Díaz, 2013). En este contexto, un modelo integral de
extensionismo rural debería abordar problemáticas y soluciones como la seguridad ali-
mentaria, la escasez y contaminación del agua, la cosecha de agua, el cambio climático,
el secuestro de carbono, el acceso y manejo sustentable de los recursos naturales y se-
millas, la equidad de género y la innovación social, como ejes rectores del aporte teórico
y conceptual, bajo enfoques interdisciplinarios, participativos y de co-producción de
conocimiento y soluciones innovadoras (gfras, 2015; Keeler et al., 2016; eiu, 2017). Par-
ticularmente, se sugiere que en la extensión rural en México se debe focalizar la atención
u ofrecer servicios diferenciados por tipo de productores en aquellos estratos donde se
tenga evidencia de alcanzar mayor nivel de adopción de tecnologías y desarrollo de
capacidades (Santos et al., 2019).
A nivel internacional, han existido experiencias que incluyen a los actores rurales,
desde la identicación de sus problemáticas hasta el proceso de evaluación, investi-
gación y capacitación, además de fomentar la creación de empresas, tal y como fue la
corporación para el desarrollo participativo y sostenible de los pequeños productores
rurales en Colombia (Pérez y Clavijo, 2012). También, en el modelo uruguayo, la vincu-
lación con la universidad pública, la inclusión de extensionistas provenientes de las
ciencias sociales y un énfasis en el fortalecimiento de las organizaciones se denen como
ejes rectores (Landini, 2016). Finalmente, el área de conocimiento de la agroecología
también plantea la construcción de un paradigma socioecológico que contribuya a la
gestión participativa en el extensionismo; este modelo se implementó en México en
programas como el Proyecto Especial de Seguridad Alimentaria (PESA), como parte de
una estrategia internacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimen-
tación y la Agricultura (fao) (Martínez et al., 2017).
En las dos últimas décadas, aunque el sistema de extensionismo mexicano se ha
orientado a superar el enfoque transferencista limitado e intermitentemente, en la ma-
yoría de los casos se mantuvo una relación vertical entre los actores rurales con la gura
del prestador de servicios profesionales (PSP), que actuó como extensionista dentro de
un marco laboral rígido e inseguro (Landini, 2016; Torres-Lima y Lara, 2011). Particu-
larmente, el Programa Especial de Capacitación y Extensión (PECE), que operó de 1995
a 2000 bajo el marco del Sistema Nacional de Capacitación y Extensión Rural Integral
(Sinder) se caracterizó por la participación organizada de los campesinos bajo el marco
de un trato directo con los extensionistas a través de capacitaciones y otros eventos, la
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mayoría gestionados por el Instituto Nacional para el Desarrollo de Capacidades del
Sector Rural (Inca Rural).
Recientemente, a partir de la evaluación de experiencias sectoriales en la agricul-
tura mexicana, se concibe como tarea central del desarrollo rural el fortalecimiento de
estructuras organizativas de los propios programas de extensión y la creación o for-
talecimiento institucional de sistemas de innovación y co-producción de tecnología, a
n de: promover el mejoramiento del nivel de vida de los productores; aumentar su
capacidad productiva por la vía de incrementar la ecoeciencia de la productividad de
sus recursos naturales y, adquirir la capacidad organizativa y de gestión que les haga
posible retener los excedentes económicos que generan. Sin embargo, en la actualidad
no existe un servicio de extensión agrícola especíco como tal, ni sistemas de innova-
ción y co-producción de tecnología, más bien, los agricultores cuentan con asistencia y
capacitación técnica al acceder a los distintos programas de apoyo de la Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). La asistencia
técnica se realiza a través de contratistas del sector privado, es decir, prestadores de
servicios profesionales cuya función es poner en práctica los programas en el nivel de
las parcelas agrícolas. Los servicios profesionales denidos para estos efectos incluyen la
planeación estratégica, la formulación de proyectos, el acceso a los recursos públicos,
la asesoría técnica, las estrategias comerciales y la capacitación, entre otros. Su objetivo
central consiste en apoyar a los agricultores para que aumenten su eciencia y facilitar
su incorporación a las cadenas de valor (ocde, 2011).
La fuerza que impulsa la demanda de los servicios de extensión agrícola se sus-
tenta en las posibilidades de acceder a los programas de gobierno, cuya elegibilidad
exige algún elemento de asistencia técnica o de servicio de extensión. Debido a esto,
se considera a los PSP como simples intermediarios (captadores de demanda) para los
programas de apoyo federal (Santoyo-Cortés et al., 2016). En muchos casos, el PSP es
el agente que inicia el proyecto, sin embargo, los principales incentivos reeren a la
captación de rentas más que a las actividades que den seguimiento al proyecto hasta su
nalización y evaluar su impacto socioeconómico y ambiental en particulares contextos
territoriales rurales. Además, existe una limitante que ocurre de manera regular y que
reere al hecho de que muchos PSP no sean profesionistas, lo cual representa un impor-
tante obstáculo, ya que se aislan de las fuentes de información, conocimiento y tecno-
logía. De esta forma, aunque los PSP requieren una actualización tecnológica constante
para desarrollarse profesionalmente, no existe un programa institucional efectivo para
lograrlo. Se destaca que, por el lado de la oferta, los institutos y centros de investigación
y las universidades en México no cuentan con programas establecidos para la transfe-
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rencia de tecnología ni con sistemas de innovación y co-producción de tecnología; por
consiguiente, las instituciones no están vinculadas entre sí para generar conocimiento
y atender las necesidades del campo mexicano (ocde, 2011). Es decir, en México se
advierten interacciones débiles entre instituciones de investigación/educación agrícola
con las de extensión, y de éstas con los productores (Sagarpa-fao, 2018: 85).
Se advierte además la falta de un adecuado sistema institucional de evaluación
de políticas y operación de los programas y, particularmente, de una estrategia para la
evaluación del impacto de los servicios de extensión agrícola. Se reere que esta de-
ciencia es sistémica, que va desde la generación hasta la difusión de tecnología en todas
las instituciones relacionados al agro, es decir, no existe una cultura de la evaluación de
la institucionalización e instrumentación de los programas de extensión rural (Muñoz et
al., 2007). Por lo regular, la supervisión, monitoreo y seguimiento que se llega a realizar
es estrictamente administrativa, con lo cual sólo se relaciona la cantidad de proyectos
ejecutados, el número de visitas, el número de actividades, entre otros aspectos. Este
tipo de supervisión se subcontrata con terceras partes, tales como las universidades y
consultoras. Por consiguiente, es importante resaltar que en los servicios de extensión
agrícola en México se presenta una falta de rendición de cuentas, transversal y horizon-
tal organizativamente, en todo el sistema institucional.
En muy pocos casos en la literatura se reportan evaluaciones de procesos de ex-
tensión rural en territorios rurales urbanos que se vinculen a propuestas de creación
de sistemas de innovación y co-producción de tecnología, las cuales puedan ofrecer
elementos de direccionalidad para la sistematización, decisión y acciones que se deben
emprender en los trabajos de planeación, evaluación y fortalecimiento institucional de
este tipo de extensión rural, por lo tanto, se requiere identicar propuestas de orienta-
ción institucional de las universidades y centros de investigación en términos de sus
horizontes de atención y fortalecimiento de la extensión agrícola en territorios rural
urbanos.
En el presente artículo, en una primera sección se plantea brevemente la metodo-
logía y descripción de las tres Alcaldías de mayor agricultura, sub y periurbana, de la
cdmx, a saber: Milpa Alta, Xochimilco y Tláhuac. En la segunda parte, se analizan
las condiciones sobre las cuales el gobierno federal otorga los servicios de capacitación,
organización y asistencia técnica a los productores rurales de la región sur de la cdmx,
lo cual permite identicar la valoración que tienen acerca de la propia extensión rural, a
n de delinear el fortalecimiento en la productividad y las debilidades de los progra-
mas establecidos. Asimismo, se presenta un conjunto de problemáticas socioecológicas-
agroproductivas e institucionales identicadas a partir de los procesos productivos en
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la lugares de estudio. En una tercera sección, se presenta una propuesta de lineamientos
para la generación de mecanismos organizacionales que hagan posible un sistema de
innovación y co-producción de tecnología para la organización de información, deci-
sión y acciones que se deben emprender en la planeación, evaluación y fortalecimiento
institucional de este tipo de extensión rural. Por último, se exponen consideraciones
generales que integran los resultados de la evaluación y de la propuesta referida.
Metodología y descripción de las áreas de estudio
Con base en las Reglas de Operación 2014, Sagarpa contó con el Programa Integral de
Desarrollo Rural que incluyó un Componente de Extensión e Innovación Productiva
(CEIP), sobre el cual se evaluó el extensionismo en entidades federativas y los proyectos
integrales de innovación y extensión mediante una encuesta a beneciarios del CEIP
2014, diseñada por la fao y la propia Sagarpa, la cual se aplicó en la cdmx a una mues-
tra probabilística derivada de un muestreo aleatorio simple. El uso de cuestionarios en
la evaluación de las políticas, programas y servicios de extensión rural se ha validado
como un instrumento útil para estos propósitos (Adesoji, 2009; Shabanali, 2007). La in-
vestigación de campo que se reporta en este texto comprende dos categorías temáticas: a)
participación en programas de asesoría técnica y capacitación por parte de los PSP, y b)
implementación de innovaciones propuestas y benecios adquiridos. Durante los me-
ses de febrero y marzo de 2015, a partir de un marco de muestreo de 660 beneciarios
atendidos, se entrevistó a 35 productores (9 mujeres) de la zona serrana de Milpa Alta, y
de Xochimilco y Tláhuac, en la zona lacustre. Entre las principales cadenas productivas
regionales se encuentran: hortalizas, ornamentales, nopal y maíz. Los criterios utilizados
para seleccionar a los productores entrevistados fueron los siguientes: a) la cadena a la que
pertenecen; b) si pertenecen a algún grupo de trabajo o son independientes, y c) la apli-
cación de los conocimientos adquiridos en los cursos que impartieron los PSP.
Para el caso de los técnicos, a partir de un marco de muestreo de 39 extensionistas,6
se entrevistaron siete profesionistas (entre ellos, a 4 mujeres). La entrevista contó con
seis categorías temáticas: información general; origen de la idea y su planeación; plan
de trabajo y los planes de formación; actividades realizadas; resultados obtenidos, y
6 No se incluye a los prestadores de servicio social.
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opinión del programa y sugerencias de mejoras. Respecto a los tres funcionarios de
gobierno: Sagarpa, Comisión de Recursos Naturales (Corena) y Secretaría de Desarro-
llo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec); la entrevista semi-estructurada
contó con cuatro categorías: información general; comisiones estatales; operación del
componente, y resultados. Finalmente, se entrevistaron a dos coordinadores de una
organización de sistema-producto bajo el siguiente marco de categorías: información
general; origen de la idea y su planeación; plan de trabajo y los planes de formación;
actividades realizadas; resultados obtenidos, y opinión del programa y sugerencias de
mejoras. Conforme a los resultados de las encuestas, éstos se agruparon en el presente
texto a n de reejar una caracterización general de los programas de extensión rural
y de los productores urbanos del sur de la cdmx que condujeran al diagnóstico de
las principales problemáticas socioecológicas, agroproductivas e institucionales de los
propios territorios rurales de la ciudad.
Fue respecto a las tres áreas de estudio, en el sur de la cdmx,7 la alcadía de Milpa
Alta es la que lidereó, durante el año de 2007,8 la siembra, cosecha y valor de producción
en la ciudad, con 9 420 hectáreas sembradas y cosechadas, y un valor de producción de
829 657 miles de pesos. Lo anterior, representa 41.5 % de la supercie de siembra y co-
secha y 68.7 % del valor de producción de la cdmx. En este espacio rural periurbano
se siembran 28 cultivos diferentes, siendo los nopalitos, el maíz y la avena los de mayor
importancia. Asimismo, Tláhuac es la segunda alcaldía en donde se produce un mayor nú-
mero de cultivos diferentes (42); el cultivo de maíz y brócoli ocupan 60 % de la supercie
de siembra y cosecha; mientras que en Xochimilco (54), el maíz destaca al ocupar 38 % de
la supercie sembrada y cosechada, sin embargo, el cultivo de nochebuena, geranio y
ores en maceta suman 70 % (138 millones 116 mil pesos) del valor de producción total
de los diferentes cultivos que se siembran en esta alcaldía (inegi, 2011).
7 La cdmx cuenta con una extensión de 60 203 hectáreas urbanas y 88,442 rurales, dicha supercie representa 0.1% del territorio del país. La
categoría de suelo de conservación (áreas forestales, pastizales y agrícolas) proporciona bienes y servicios que permiten la viabilidad de la
ciudad, entre ellos: la captación e inltración de agua a los mantos acuíferos, la regulación del clima, el mejoramiento de la calidad del aire,
hábitat para la biodiversidad, oportunidades para la educación, investigación y recreación, producción de alimentos y materias primas) ocupa
una supercie de 87 310.80 ha y representa 59% de la supercie total de la ciudad (sma, 2006).
8 Los datos de 2007 son utilizados como referencia, aunque se identica que ocurre la misma tendencia para 2014 respecto a cultivos y
supercies.
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La cdmx cuenta con zonas suburbanas (Xochimilco y Tláhuac) y periurbanas (Mil-
pa Alta)9 que pueden ser consideradas principalmente como rurales debido tanto al
modo de vida de sus habitantes, como por la infraestructura y el tipo de territorio y
paisajes geográcos productivos agrícolas. Para un gran número de familias que subsis-
ten de la producción agrícola, a pequeña escala, en estos territorios rurales urbanos no
sólo signica su soberanía alimentaria y fuente de trabajo, sino que también tienen una
gran aportación a la economía local (Gastelum, 2011). El problema del sector agrícola en
la cdmx comparte las principales limitaciones a nivel nacional; por ejemplo, la falta de
acceso a créditos y programas locales que, por un lado, incentiven una demanda mayor,
tanto local como externa, mediante difusión y apoyo a los productores agrícolas; y por
otro, ayuden a incrementar la producción y mejorar la calidad de la cosecha mediante
la capacitación, empleo de tecnologías y métodos de cultivos alternativos. Sin embargo,
una particularidad en la cdmx, bajo el marco de los programas de extensión agríco-
la, consiste en incluir las jerarquías espaciales y temporales de los propios territorios
rurales (sub y periurbanos) que transcurren momentos de complejidad debido al im-
pacto de los patrones dinámicos de consumo urbano de la ciudad y la transformación
de los sistemas de producción agrícola (i.e. emisión de gases de efecto invernadero,
uso irracional de energía, contaminación de fuentes de agua, erosión de suelos) para
satisfacer precisamente estas tendencias de cambio en el consumo. De esta forma, en
los territorios rurales urbanos, incluyendo los sistemas socioecológicos productivos, los
servicios ecosistémicos, la infraestructura y el equipamiento urbano son mutuamente
dependientes. Bajo este contexto, es preciso entender qué o quiénes necesitan ser parte
del fortalecimiento de la capacidad productiva, mediante sistemas de extensión rural
con respecto a las sinergias y resultantes, a nivel regional y local, de la relación entre
el medio ambiente y las características socioeconómicas de la multifuncionalidad de
las propias geografías y paisajes rurales urbanos, incluyendo a la propia agricultura
(Torres-Lima et al., 2015).
9 El término “suburbano” involucra áreas urbanas escasamente desarrolladas a moderadas que pueden incluir sistemas perturbados por el
hombre y hábitats naturales. Las áreas “periurbanas” se denen como la región donde el núcleo urbano (área “intraurbana”) se mezcla con
los sistemas adyacentes “no urbanos”, estrictamente rurales (modicado de MacGregor-Fors, 2011).
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Resultados
Participación en los programas de extensión rural
La totalidad de los productores entrevistados manifestaron no haber participado en pro-
gramas, tales como: “Componente de Conservación y Uso Sustentable de Suelo y Agua”
(COUSSA); “Formulación del Proyecto Productivo” (FAPPA); “Programa Modernización
Sustentable de la Agricultura Tradicional” (Masagro); Agricultura Familiar y de Traspa-
tio; Desarrollo de Cadenas de Valor; Incentivos a la Comercialización; Tecnicación de
Riego e Inocuidad Agroalimentaria. Básicamente, se vieron beneciados por dos: “Pro-
yectos Integrales de Innovación y Extensión Maíz-Amaranto, Nopal y Ovinos”, y “Plan
Agrícola”. Sin embargo, manifestaron la utilidad y aprovechamiento de los cursos im-
partidos, a manera de capacitación, por los técnicos, así como del asesoramiento en cam-
po que ocurre mediante un acompañamiento, monitoreo y seguimiento de los procesos
productivos a la par del productor. Respecto a las capacitaciones que los productores
recibieron de los extensionistas, bajo el marco de asesoría técnica agrícola, para la or-
ganización de grupos de trabajo, así como las temáticas ofrecidas por el servicio de los
PSP, se puede observar las principales en el Cuadro 1. Las tres principales que destacan
se encuentran relacionadas con la mejora de los procesos productivos, capacitación, en
general, y la propia organización de los productores. Del mismo modo, las dos princi-
pales temáticas y áreas transversales de capacitación para los productores consistieron
en aspectos relacionados con la producción, y uso y manejo de recursos naturales. Con
ello se demuestra que los aspectos agronómicos y tecnológicos son de prioridad en la
formación y actualización de prácticas y técnicas para el mejoramiento de la producción
y productividad agrícola. Con lo cual se relega la generación de valor en la transforma-
ción de productos de origen agropecuarios y en su comercialización (Ver cuadro 2). Lo
anterior coincide con las tendencias a nivel nacional que reeren a que la difusión de
prácticas tecnológicas se orienta principalmente al ámbito productivo, dejando de lado
otros temas relevantes como la comercialización, el acceso a créditos y la sustentabilidad
(Sagarpa-fao, 2018: 57).
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Cuadro 1. Tipos de servicio agrícola proporcionados a productores
Tipo de servicio agrícola Participación de productores
Asistencia técnica para mejorar los procesos productivos 88%
Capacitación 86%
Organización de productores 80%
Registros administrativos para favorecer la toma de decisiones 77%
Ejecución y puesta en marcha de proyectos 46%
Gestión de apoyos económicos 46%
Elaboración de proyectos 31%
Fuente: Elaboración original con base en encuesta a beneciarios del CEIP, 2015. n=35.
Cuadro 2. Tipo de capacitación agrícola ofrecida por parte de los PSP a productores
Tipo de capacitación agrícola Participación de productores
Aspectos relacionados con la producción. 97%
Uso y manejo de recursos naturales. 91%
Fortalecimiento de la organización local de productores. 66%
Mejorar la participación de los mercados. 46%
Mejoras en los aspectos administrativos. 23%
Transformación de otros productos complementarios. 14%
Fuente: Elaboración original con base en encuesta a beneciarios del CEIP, 2015. n=35.
Asimismo, con relación al tipo de conocimiento generado por los productores mediante
el diálogo y vinculación con los extensionistas o PSP, se observa que las dos principales
temáticas y ámbitos de conocimiento fueron los relativos a la producción propiamente
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y al uso y manejo de recursos naturales (ver cuadro 3). Sin embargo, destaca la inclu-
sión del conocimiento vinculado a los registros administrativos para un mejor control
nanciero de la unidad de producción agrícola. De igual forma que con las temáticas
de capacitación, los ámbitos de conocimiento relacionados a la generación de valor en la
transformación de productos de origen agropecuarios, su comercialización y los esque-
mas de organización de productores son secundarios en orden de importancia.
Cuadro 3. Tipos de conocimiento agrícola que los productores generaron a partir
del servicio ofrecido por los PSP
Tipo de conocimiento agrícola Participación de productores
Nuevas formas de producir (cambios en el proceso productivo
agronómico que les permitió mejorar sus rendimientos y/o calidad) 97%
Estrategias para mejor uso de los recursos naturales a n de lograr
la sustentabilidad en la agricultura 88%
Registros administrativos para un mejor control nanciero de la
unidad de producción 86%
Identicación de nuevas formas de comercialización para obtener
ventajas comparativas y mejor precio 63%
Esquemas de organización para consolidar grupos de productores 54%
Procesos tecnológicos de transformación de la producción agrícola 46%
Fuente: Elaboración original con base en encuesta a beneciarios del CEIP, 2015. n=35.
Con relación a la actividad productiva más sobresaliente y de la cual dependen los ingre-
sos, casi en exclusiva, de los productores (en un rango de 80 a 100 %), se registra 37 % de
los productores de nopal en la alcaldía de Milpa Alta. En Tláhuac, 14 % de productores
tienen como principal y única fuente de ingresos la producción de hortalizas, porcentaje
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que varía dependiendo del cutlivo, por ejemplo, los que cosechan brócoli cubre 100 % de
sus ingresos; romero 60 %; apio, acelga y lechuga 40 %, mientras que 20 % se dedican a
las actividades cunicolas. Xochimilco registró 48 % de los productores teniendo a la agri-
cultura como su principal fuente de ingresos, con una gran variedad en productos como
hortalizas y ornamentales; 65 % en lechuga; verdolagas con 59 %; espinaca y cilantro con
35 %; arugula y berza con 18 %; rábano y acelga con 6 %; así como 12 % en ornamentales.
Respecto a la forma en que fueron contratados los técnicos, todos los extensionis-
tas o PSP fueron empleados por un periodo determinado (siete meses10); cabe desta-
car que los productores no reconocieron algún tipo de participación en el pago de los
extensionistas. Es importante mencionar que los extensionistas estaban enterados que
no le cobrarían al productor por los servicios que prestaban. Se identicaron diversas
inconformidades por parte de los extensionistas, ya que participaban atendiendo a los
productores y sus pagos se retrasaban, incluso de tres a seis meses, lo que impedía tener
una buena organización y asesorías a tiempo, y con ello se perjudica a los productores
en tiempo de siembra, cosecha, controles de plagas y enfermedades; lo anterior coincide
con lo reportado a nivel nacional (Sagarpa-fao, 2018:86). Se estima que debido al pago
atrasado a los técnicos es como ocurren diversas deciencias en los sistemas produc-
tivos, de acuerdo a lo comentado por los productores; por ejemplo, la capacitación es
tardía con respecto a ciclos de producción. De esta forma, llega a ocurrir que la presen-
cia de plagas les afecta en cierto periodo fenológico de los cultivos y no se cuenta con
elementos para la selección y aplicación de tipos de control para minimizar daños por
plagas, entre otros.
Implementación de innovaciones propuestas y benecios adquiridos
Con relación a los benecios que recibieron los productores respecto a las capacitacio-
nes impartidas por los extensionistas, se desprende que la implementación de éstas de-
pendieron de una relación causa-efecto, es decir, a mayor poder de negociación mejor
elección de proveedores, por lo tanto la denición de compras consolidadas consistieron
en mayores benecios para los productores. Por otra parte, la capacitación en aspectos
10 Se validó la asignación de 27 PSP y tiempo de contratación para brindar sus servicios en el CEIP 2014, en la cuarta sesión ordinaria de la
Comisión del Distrito Federal del CEIP, celebrada el 30 de mayo de 2014.
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administrativos fue de gran apoyo, ya que los productores pudieron innovar aspectos
tales como: registros contables que les facilitaron un mejor manejo del dinero; acceso a
créditos; aumento de los ingresos por ventas de producción, así como reducción de cos-
tos de producción (ver cuadro 4).
Cuadro 4. Implementación de innovaciones para la agricultura propuestas por el
PSP
Innovación
propuesta por el PSP
Benecio adquirido por el productor
Implementación de la
innovación por parte de
los productores
De la organización
Fortalecimiento de la organización, participación
de los socios, registros de los acuerdos tomados,
rma de contratos y compras anticipadas.
80%
De mercado
Mayor poder de negociación con clientes,
proveedores y compras consolidadas. 100%
En el proceso productivo
Aplicación de nuevas prácticas de manejo y
mejorar el proceso productivo, mejor uso a la
maquinaria agrícola y mejora en rendimientos
por unidad de producción.
60%
Administrativos
Registros contables facilitando un mejor manejo
del dinero, acceder a créditos, aumento de
ingresos por ventas de producción y reducción
de costos de producción.
100%
Fuente: Elaboración original con base en encuesta a beneciarios del CEIP, 2015. n=35.
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Conforme a la información anterior, en los procesos de extensión rural en territorios
agrícolas urbanos de la cdmx se observan dos grandes grupos de información y acti-
vidades: la relacionada con los aspectos agroproductivos y tecnológicos, y la vinculada
al ámbito de la comercialización. Así, para el mejor desempeño agronómico de los pro-
cesos productivos fueron de suma importancia temáticas y aspectos como: preparación
del terreno, métodos de siembra, control biológico y químico de plagas y enfermedades,
fertilización química, uso de abonos orgánicos, riego, podas, sustitución de otros culti-
vos y métodos de cosecha. En general, los productores reeren que los extensionistas o
PSP resolvieron problemas de carácter agrícola en 100% de los casos en que se les otorgó
asistencia técnica, sin embargo, los tiempos tan desfasados implicaban que los técnicos
ofrecieran capacitación agronómica cuando la cosecha había concluído, por lo cual, por
ejemplo, el control de plagas se llevaba a cabo, previamente, de manera química sin que
se utiizaran criterios de control biológico para implementarse en tiempos óptimos.
De cualquier forma, los productores destacaron como una prioridad por atenderse
en la redenición de programas de extensión rural, que la capacitación agrícola, como
la actualización de técnicas y procedimientos operativos en los procesos productivos,
ocurra en tiempos óptimos de cada proceso fenológico de los cultivos e incluso como un
método para conocer y aplicar acciones preventivas.
Respecto al ámbito de la comercialización, se reconoció que el papel de la exten-
sión rural potencializó las propuestas de acceso a mejores mercados urbanos para los
productores. Particularmente, se estima que los productores con mejores conocimien-
tos del entorno de procesos de mercadeo pudieron llegar, ya sea con mayor poder de
negociación, con clientes, así como buscar proveedores que ofrecieran mejor calidad y
buen precio, o bien establecer compras consolidadas. Por otra parte, la capacitación en
aspectos de administración de procesos agrícolas obtuvo 100% de implementación por
parte de los productores. Se rerió que ellos mismos pudieron organizarse para llevar
registros contables, los cuales resultaron en un mejor manejo del dinero, mejor acceso a
créditos, aumento de los ingresos por ventas de producción, así como la reducción de
costos de producción; en conjunto, se estima que la aplicación de medidas administrati-
vas generaron más empleos.
Problemáticas socioecológicas-agroproductivas e institucionales
Como parte de lo reportado en las entrevistas y como resultado de la percepción de pro-
ductores sobre las prioridades de extensión rural en los territorios rurales de la cdmx, se
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integra un conjunto de problemáticas socioecológicas-agroproductivas e institucionales
por atender. Estos problemas de los procesos productivos en la regiones rurales-urbanas
de la cdmx son considerados, en este texto, como parte integral de limitantes estructu-
rales de ingreso, acumulación, inversión, distribución e innovación para el crecimiento
económico regional, sobre todo a partir de la falta de estrategias de desarrollo local.
La primer categoría socioecológica-agroproductiva corresponde a los apoyos para
el fortalecimiento de los territorios rurales, que abarca las siguientes problemáticas: A)
Promoción del desarrollo sustentable en los territorios rurales, bajo el marco de estrate-
gias de apoyo que mantengan el paisaje rural como área de conservación y restauración
de recursos naturales, la agrobiodiversidad y las poblaciones biológicas locales, así como
los servicios ambientales, y como zona importante de producción rural y agroindustrial,
que reduzcan los procesos de urbanización continua y del deterioro ambiental regional;
B) Diseño de un marco normativo y sistema legal que vincule las políticas públicas para
la protección de la agrobiodiversidad, la biodiversidad y los sistemas socioecológicos
agrícolas, evitando el cambio de uso del suelo; C) Impedir que el suelo de la región pase
a formar parte del desarrollo inmobiliario, mediante la inversión en obras de infraestruc-
tura productiva y de programas de investigación y desarrollo tecnológico de impacto a
mediano y largo plazos (i.e. obras de conservación de agua y suelo; represas y ollas de
captación de agua; bombas de energía renovable; centros mecanizados de composteo
de residuos sólidos urbanos; centros de comercialización, y plantas de tratamiento de
agua de bajo costo), así como el acceso a un fondo de crédito de bajo interés para la
adquisición de equipo, maquinaria e infraestructura para el desarrollo de actividades
agropecuarias y ecoturísticas; D) Rehabilitar los suelos agrícolas a n de mantener el
perl productivo agroecológico; E) Subsidio al pago de rentas en espacios agrícolas con
alta presión urbana donde se practique la agricultura tradicional libre de agroquími-
cos; F) Programa de pagos de servicios ambientales para la conservación y restauración
natural de las regiones agrícolas, de humedales, del recurso agua y la integridad de
los territorios rurales, y G) Financiamiento para obras hidroagrícolas, de rehabilitación
productiva, infraestructura y equipamiento.
La segunda categoría se vincula a la conservación de las prácticas tradicionales
agrícolas, técnicas y conocimientos, la cual incluye diversas problemáticas, como: A)
Fortalecer y consolidar redes de intercambio sociales y cooperación económica que per-
mitían una integración de conocimientos de los diferentes procesos agroproductivos
y culturales regionales, mediante la mejora de las prácticas agrícolas tradicionales con
la ayuda de tecnologías modernas; B) Registro sistemático de las tecnologías agrícolas
intangibles tradicionales y su difusión (i.e. desarrollo tecnológico local para producir se-
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torres, p., portes, l., reyes, o. y berroCAl, t.
millas e insumos rústicos); C) Promoción de un sistema de apoyo técnico-cientíco que
permita hacer seguimiento, monitoreo y promoción de modelos sustentables y prácti-
cas agrícolas de producción orgánica o ambientalmente compatibles con la vocación
regional, y D) Promoción de estructuras sociales y económicas (i.e. empresas locales)
de integración y asociación entre productores que provean servicios de calidad para el
desarrollo agrícola (asistencia técnica, gestión y venta de tecnología, nanciamiento,
gestión de mercados).
La tercer categoría se relaciona con el desarrollo económico de los territorios rura-
les, que comprenden las problemáticas siguientes: A) Diseño participativo de estrategias
que operativamente se orienten a demandas especícas y logro de resultados para la
reducción de la pobreza y aumento de la seguridad alimentaria local; B) Facilitar el ac-
ceso equitativo a los servicios públicos, la vivienda, la tecnología y el mercado regional
de productos agropecuarios frescos o industrializados; c) Reactivar las redes de coope-
ración entre productores primarios y consumidores de la Ciudad de México, así como
a incentivar los ujos de bienes y servicios de tipo agropecuario y ambiental dentro
de la región metropolitana, buscado generar una economía menos dependiente de los
mercados e insumos extra-regionales con una menor huella ecológica, y D) Diseño de
estrategias económicas y de desarrollo comunitario local que respondan a la diversidad
de los sistemas socioecológicos agrícolas y al potencial de sus recursos (i.e. integración
productiva horizontal y vertical; diversicación de la oferta; creación de redes de valor
y transformación de productos agropecuarios para incursionar en nuevos mercados ur-
banos regionales; promoción de la imagen de marca de los productos; y promoción de
la industria del ecoturismo).
La cuarta categoría socioecológica-agroproductiva corresponde a la conservación
y promoción de las actividades culturales; que incluye: A) Generación de un sistema
permanente, efectivo y de alta calidad para la capacitación y la asesoría técnica que
considere aspectos de educación ambiental y la conservación y promoción de las ac-
tividades culturales asociadas a los sistemas socioecológicos agrícolas, y B) Diseño de
estrategias y acciones que permitan la oferta de servicios de ecoturismo, agroturismo,
turismo de naturaleza y turismo cultural, coherentes con la conservación ambiental,
cultural y económica de los territorios rurales, en las cuales se contemplen activida-
des agrícolas, comercialización de productos y servicios, restauración y conservación
ambiental, parques y centros recreativos, pago de servicios ambientales, vigilancia am-
biental y participación social activa a través de la promoción de una cultura empresarial
regional y bajo niveles de integración social y productiva de microempresas rurales, así
como de la conformación de órganos locales para la contraloría social.
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Finalmente, la quinta categoría comprende el fortalecimiento de la colaboración y
la asociación, que incluye las problemáticas enseguida enlistadas: A) Participación de
las comunidades en la formulación de políticas locales para la promoción de sistemas
agrícolas bajo el marco de una planeación estratégica regional; B) Creación de entida-
des descentralizadas autónomas que cuenten con el fortalecimiento institucional para
vincularse con gobiernos locales en la toma de decisiones respecto a protección de mi-
crocuencas, zonas de amortiguamiento y usos del suelo, entre otros, y C) Estrategias y
mecanismos de vinculación y colaboración con instituciones asociadas a los problemas
locales, tales como universidades y centros de investigación, que atiendan demandas
de los productores del sitio bajo esquemas apropiados de transferencia de tecnología y
asesoría.
DISCUSIÓN
Contexto para un sistema de innovación y co-producción de tecnología para el
extensionismo agrícola rural-urbano de la Ciudad de México
Las problemáticas contemporáneas agroproductivas e institucionales de territorios ru-
rales de la cdmx implican los siguientes criterios: 1) comparten determinantes socio-
ambientales multiescala que conuyen en diferentes estados de salud socioecológica de
los sistemas productivos, como la contaminación de los recursos hídricos o la pérdida
de especies o la destrucción invasiva de plagas en los ecosistemas, como es el caso de
los humedales urbanos de Xochimilco-Tláhuac; 2) exhiben propiedades emergentes que
delinean una estructura organizativa que facilita la integración dinámica de las caracte-
rísticas y variables de los sistemas socioecológicos productivos, lo cual puede dar lugar
a su propia tipología (i.e. sistema-producto). Esta tipología de sistemas agrícolas puede
dar lugar a un conjunto de pasos de reducción de datos, a través de los cuales se puede
consolidar, a la vez, otro conjunto de valores para un rango de variables a n de denir
parámetros de sustentabilidad que podrían convertirse, a su vez, en valores de datos
para un ejercicio de creación de grácos de las dimensiones de esta sustentabilidad, y
3) concurren diversos entornos de acción y negociación colectiva, entre comunidades
agrícolas, grupos, instituciones y personas, bajo el marco de diferentes sectores y regiones;
así como contextos espaciales y temporales, para el logro de acuerdos institucionales, y
algunos no necesariamente formales, sino más bien denidas por particularidades de las
organizaciones locales.
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Estas tres dimensiones de las problemáticas de los sistemas socioecológicos agríco-
las orientan a la denición de posibles estrategias dirigidas hacia la reformulación de los
procesos de extensionismo rural en la cdmx. Un criterio primordial a considerar para
ello, consiste en que la agricultura debe ser el sustento de los medios de vida de los agri-
cultores y campesinos, a partir de la importancia, por ejemplo, de la agrobiodiversidad
y, por tanto, la posibilidad del autoconsumo y el acceso a diferentes mercados, lo que en
conjunto implica el fortalecimiento de la resiliencia11 en entornos rural-urbanos locales,
complejos y dinámicos. Por lo tanto, un enfoque de escala múltiple que sea esencial para
abordar los desafíos y necesidades de estos entornos hacia la sustentabilidad, consiste en
diseñar rutas o itinerarios que ayuden a aclarar los roles de las diferentes vías de innova-
ción incluidas en la extensión rural para abordar diversas prioridades de sustentabilidad
local, regional y de la cdmx, con base en los sistemas socioecológicos productivos. Sin
embargo, es necesario reconocer que si se considera al extensionismo rural como un tipo
de gobernanza agroambiental colaborativa,12 bajo la cual concurre una diversidad so-
cioinstitucional, compuesta por: a) la propia diversidad de actores involucrados y sus
dominios de autoridad y gestión, b) las diferentes perspectivas y percepciones de las
partes interesadas, y c) la variedad institucional (en términos de estrategias, normas y
reglas). Esta diversidad podría contribuir a lo siguiente: la capacidad de comprometerse
con un conjunto más amplio de problemas y desafíos; nuevos enfoques para resolver
problemas dentro del grupo de gobierno, y a la exibilidad de los actores involucrados
en la gobernabilidad en términos de abordar los desafíos (Baird et al., 2018).
Conforme a lo anterior, un concepto clave para encauzar un Sistema de Innova-
ción y Co-producción de Tecnología para el Extensionismo Agrícola Rural-Urbano de
la cdmx (SICTEARU) consiste en procesos de innovación social, entendidos, en el con-
texto del desarrollo rural, como parte de la construcción social transdisciplinario del
conocimiento o co-producción de tecnologías para resolver problemáticas de sistemas
11 La resiliencia, entendida como la capacidad de un sistema –y todas sus redes o subsistemas socioecológicos y sociotécnicos constituyentes,
a través de escalas temporales y espaciales– para mantener o regresar rápidamente a las funciones deseadas ante una perturbación, para
adaptarse al cambio y para transformar los sistemas que limitan la capacidad de adaptación actual o futura (Modicado de Meerow et al.,
2016).
12 Denida como el conjunto de procesos regulatorios, mecanismos y organizaciones a través de los cuales los actores políticos inuyen en las
acciones y resultados ambientales; se centra en la representación de actores e intereses en los procesos colaborativos de toma de decisio-
nes, así como en la diversidad de mecanismos y estrategias en sí mismos (Baird et al., 2018).
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socioecológicos agroproductivos (Pérez y Clavijo, 2012), los cuales son parte de proce-
sos positivos de desarrollo local o endógeno. Este tipo de innovaciones requieren tanto
de la vinculación entre los actores internos y externos, como del fortalecimiento de la
identidad de los individuos implicados (De Sá, 2010). Por ejemplo, algunos esfuerzos se
han orientado hacia el fortalecimiento de la cohesión y el liderazgo comunitario, en bus-
ca de continuar la tendencia a mejorar los rendimientos a través de estos mecanismos de
supervivencia y no expandiendo la frontera agrícola (EIU, 2017). Asimismo, el conjunto
de elementos que determinan el grado de innovación social se reere al capital social
que, al ser debidamente utilizado en red, potencia su replicación (De Sá, 2010).
Sistema (SICTEARU)13
Para el propósito de este texto, a n de ilustrar el signicado de un SICTEARU, utilizare-
mos la denición de sistemas como redes interdependientes de tecnologías, instituciones
y actores que conguran las capacidades de los productores primarios que proporcio-
nan un ujo conable de productos, recursos, información y servicios agroecosistémi-
cos esenciales para cumplir con muchos propósitos en el contexto rural-urbano de la
cdmx, principalmente el abasto alimentario y productos de origen vegetal. Se puede
conceptualizar a la agricultura rural-urbana de la cdmx como sistemas socioecológicos
agroproductivos que representan cinco dominios interdependientes (SETAG) que deter-
minan el potencial de rendimiento, las cadenas de producción-transformación-consumo
de productos, el propio abasto y soberanía alimentaria, los cuales corresponden a deter-
minantes Sociodemográcas, Económicas, Tecnológicas, Ambientales y de Gobernanza
(modicado de Romero-Lankao et al., 2018).
Las nociones de interdependencias y efectos en cascada son útiles para examinar
la inuencia mediadora de un SICTEARU para mitigar o amplicar los impactos y va-
riaciones en el abasto y soberanía alimentaria. Por ejemplo, las interacciones entre los
elementos de un SICTEARU pueden ser unidireccionales o dependientes, como cuando
el estado de uno (por ejemplo, el uso de fertilizantes) inuye en el otro (por ejemplo,
el rendimiento de cultivos); o multidireccional, o interdependientes, como cuando se
13 La adecuación técnica de este sistema a la normatividad ocial, reglas de operación y dinámicas institucionales son parte de otro trabajo en
desarrollo por los autores.
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conectan múltiples actores para la obtención de recursos económicos para el impulso de
la producción, como un sistema de sistemas. Las interdependencias están en el corazón
del concepto de los efectos en cascada desencadenados por eventos extremos, por ejem-
plo, la restricción de presupuesto y recursos de apoyo a la agricultura.
Dependiendo de características como la ubicación, la experiencia, la capacidad y los
vínculos entre los actores, el SICTEARU puede mitigar o transmitir choques en cascada
dentro y fuera de las áreas rural-urbanas. La ruta exacta de estos efectos puede ser im-
predecible y puede tener múltiples efectos en algunos o en todos los dominios SETAG,
ya sea positivos o negativos; por ejemplo, contaminación de los sistemas de humedales
urbanos de Xochimilco y Tláhuac, deterioro de la dieta y alimentos, autosuciencia
regional y local en riesgo, interrupción en el estilo del desarrollo local rural-urbano,
incremento en iniciativas locales y formas alternativas a patrones de consumo globali-
zado que mantienen vivo los ámbitos rurales y, al mismo tiempo se generan productos
de calidad de alto valor agregado basados, en especial, en el maíz nativo, entre otros.
En este sentido, la naturaleza compleja de las interdependencias puede llevar al
SICTEARU a cruzar los umbrales (puntos de inexión), donde los dominios SETAG
existentes y relativamente estables pueden dar paso a condiciones cualitativamente di-
ferentes. Los cambios pueden incluir una sola transformación, limitada a un dominio
particular, como cuando un agroecosistema local se vuelve inutilizable durante cierto
tiempo, por ejemplo, áreas de San Gregorio Atlapulco después de una inundación. Tam-
bién existe la posibilidad de que los cambios de régimen desencadenen otros cambios
de dominio en forma de cascada, abriendo posibilidades para que se realicen transfor-
maciones en algunos o todos los dominios de SETAG, lo que resulta en un cambio de
gobernanza (i.e. la consolidación de asentamientos humanos irregulares en los hume-
dales de Xochimilco). Pregunta importante es si estos cambios de las interdependencias
de los sistemas socioecológicos agroproductivos rural-urbanos conducen a nuevos re-
gímenes que favorecen o restringen las trayectorias hacia el logro de la sustentabilidad
(Torres-Lima et al., 2018). De esta forma, los umbrales socioecológicos dependen de las
interacciones entre los procesos sociales y ambientales-agroproductivos y de los um-
brales de gobernanza que son parte integral de la forma en que funcionan las redes de
actores urbanos, con deniciones y percepciones de las trayectorias hacia el logro de la
sustentabilidad.
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Modelo
A partir de la previa conceptualización del SICTEARU, la operacionalización de las in-
teracciones del sistema se puede consolidar mediante un Modelo Integral de Extensio-
nismo Rural con una visión holística, el cual implica empoderar individuos y reinventar
comunidades rurales-urbanas a través de la innovación social, co-producción de tecnolo-
gía y la vinculación multi-institucional. Este tipo de modelo debe ser exible y promover
la creatividad, la participación, el conocimiento transdisciplinar y el emprendimiento de
negocios sostenibles con enfoque social (Freeman et al., 2016; iica, 2016). A lo largo del
proceso, se debe cumplir con criterios metodológicos importantes, como: 1. Fomentar la
inclusión de grupos marginados y vulnerables; 2. Someter al diálogo y consenso la ética
de los grupos y comunidades; 3. Fortalecer las capacidades individuales; 4. Reexionar,
sistematizar y compartir; 5. Aumentar la productividad y mejorar la eciencia econó-
mica; 6. Tener potencial de multiplicación, y 7. Contar con un ideal de sustentabilidad
(Samper, 2016; Navarrete, 2015; Pérez y Clavijo, 2012).
En este modelo, la función del extensionista no es ayudar en la formulación de
proyectos y gestión de apoyos, dar capacitaciones, asesoría técnica o poner en marcha
empresas como factores deseables, pero aislados (Torres-Lima y Lara, 2011), sino se trata
de servir como facilitador de procesos cuya losofía es congruente con su rol (Perez y
Clavijo, 2012). A mediano-largo plazos, sería deseable convocar individuos de la misma
comunidad para facilitar la comunicación y promover la colaboración con otros actores
y comunidades vecinas (Martínez-Rivera y Rodríguez-Díaz, 2013). Indudablemente, el
mantenimiento de un sistema así requiere un perl profesional de alta calidad en desa-
rrollo continuo y con seguridad laboral (gfras, 2015; Freeman et al, 2016). Con base en
la diversidad de actores y herramientas institucionales del sector público, incluyendo
las universidades y a través del extensionista, el modelo debe funcionar como un eje
transversal que facilite la vinculación y co-producción de tecnología de la comunidad
reinventada con otros actores involucrados (Landini, 2016; GFRAS, 2015).
En este sentido, el proceso de diseñar un modelo de extensionismo local o regional
enfocado a los pequeños y medianos productores rurales-urbanos de la cdmx, que sea
acorde a las regiones y microrregiones agroclimáticas, debe al mismo tiempo fortalecer
las competencias técnicas, procedimentales y contextuales de los técnicos extensionistas
en benecio de los productores, para que con su actuar se mejoren las capacidades pro-
ductivas sustentables, así como en su proceso de desarrollo comunitario o empresarial
y personal.
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Figura 1. Modelo de extensión rural en la Ciudad de México
Fuente: Elaboración original.
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Emprendimiento social
Un rasgo o determinante fundamental del modelo implica el desarrollar competencias
ejecutivas para el emprendimiento social, que permita impulsar procesos de escalamien-
to en cadenas productivas, así como su diversicación, con la nalidad de generar ma-
yor empoderamiento y oportunidad de desarrollo a los productores y sus familias en el
medio rural. En cuanto a los actores rurales, resulta pertinente considerar que, a nivel
individual, las experiencias vivenciales alimentan las subjetividades que moldean a las
personas (Navarrete, 2015). En este sentido, es necesario promover el reconocimiento y
la valoración propia de los agricultores rural-urbanos de la cdmx para apropiarse de su
papel crucial en la toma de decisiones, basadas en su subjetividad y percepciones so-
cioambientales y productivas (Pérez y Clavijo, 2012), así como la empatía, la apertura y
la tolerancia, todos ellos procesos actitudinales necesarios para el diálogo y el consenso
(Gutiérrez, 2009). En seguida, a partir de la voluntad para trabajar en equipo, construida
a lo largo del tiempo y basada en la conanza, se buscan las condiciones para el bien
común a través de la sinergia colectiva y estructuras simbólicas (De Sá, 2010; Navarrete,
2015). Estas estructuras simbólicas otorgan sentido de pertenencia y representan el prin-
cipal aglutinante de la comunidad; son herramientas de cohesión social que funcionan
por igual alrededor del desarrollo local endógeno o del emprendedurismo social (Landi-
ni, 2016; Martínez-Rivera y Rodríguez-Díaz, 2013).
Por otro lado, resulta pertinente destacar el emprendedurismo social como una
herramienta apta para fortalecer la creación de capital e innovaciones sociales. Se trata
de empresas que buscan la rentabilidad como medio para obtener un n que, a su vez,
se ubican en problemáticas sociales y/o medioambientales; se trata de catalizadores
de cohesión e integración social que atraviesan y vinculan el sector privado, público
y altruista (Martínez-Rivera y Rodríguez-Díaz, 2013; De Sá, 2010). Su funcionamiento
se encuentra basado en el principio de gestión democrática, ocurren principalmente
en el sector agrario y son altamente competitivas en la creación de empleo (Landini,
2016).
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Plataforma informática interactiva
Conforme al modelo propuesto, es indispensable fortalecer y ampliar el desarrollo de
una plataforma informática interactiva,14 bajo el marco de un tipo de gobernanza agro-
ambiental colaborativa que permita obtener información de demanda de servicios (com-
petencias profesionales), así como el planteamiento de problemáticas socioecológicas
agroproductivas por atender (demanda de transferencia tecnológica, innovación orga-
nizacional o de mercado) o investigar; con lo cual, sería posible asignar a los mejores
cuadros técnicos, a partir de un padrón de técnicos registrados por sus competencias y
experiencia profesional o formativa. Así también, en esta plataforma se hará un contraste
de demandas con capacidad o potencial productivo a partir de los estudios reportados
por diversas fuentes (i.e. centros de investigación, universidades, ONG), así como de ex-
periencia productiva directamente de los usuarios.
De esta manera, como parte sustancial del SICTEARU, la vinculación con otras co-
munidades, universidades, sindicatos, profesionales, etc. resulta un paso indispensable
para la promoción de la innovación social (Gutiérrez, 2009), lo cual debe ser un objetivo
de todos los actores involucrados. Esto debe ocurrir, más aún cuando se considera al
emprendimiento social como un ámbito donde la vinculación con otros emprendedores
sociales, asociaciones civiles, empresarios con conciencia socio-ambiental y voluntarios
resulta fundamental para expandir la capacidad organizacional de los productores ru-
rales con recursos limitados (Martínez-Rivera y Rodríguez-Díaz, 2013). Por ejemplo,
bajo estas consideraciones, el turismo rural se presenta como una alternativa produc-
tiva y de vinculación con actores internacionales con conciencia socio-ambiental (iica,
2016), la cual debe explorarse cabalmente. Por otro lado, las universidades (académicos
y estudiantes) pueden jugar un papel importante en el desarrollo rural a través del
intercambio de experiencias bajo esquemas como: proyectos de investigación; procesos
de co-producción de tecnologías; servicio social y prácticas profesionales de carreras
anes (i.e. Agronomía, Biología, Sociología, Veterinaria), además de la creación de foros
y plataformas digitales para la vinculación con todos los actores implicados (Gutiérrez,
2009; Keeler et al. 2016).
14 Se reere a que el Sistema de Extensionismo Rural Mexicano “SERMexicano”, que básicamente consiste en un esfuerzo institucional para
promover el desarrollo de capacidades y la gestión de innovaciones desde la Sagarpa, se debe enmarcar forzozamente bajo el contexto de
la consideración de un tipo de gobernanza agroambiental colaborativa (https://extensionismo.sagarpa.gob.mx/sermexicano/).
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Observatorio de competencias para la innovación y co-producción de tecnología
Otro componente sustancial del SICTEARU consiste en crear la plataforma regional de apo-
yo a la toma de decisiones en términos de procesos de innovación, co-producción de tec-
nología y competencias profesionales requeridas para el mercado laboral de impulso al
desarrollo rural sustentable de los sistemas socioecológicos-agroproductivos de la cdmx,
misma que permita denir las líneas prioritarias para la inversión sobre formación, certi-
cación, investigación e innovación para el mismo sector. La propuesta de crear una pla-
taforma tiene como potencial contar con acceso a bases de datos para el análisis sobre el
estado del arte de cualquier tema relacionado a los sistemas socioecológicos productivos
de la cdmx, con la nalidad de dar seguimiento a los temas de investigación, procesos de
co-producción de tecnologías y servicio denidos como prioritarios como resultado de la
gobernanza ambiental colaborativa bajo el marco del contexto de instancias nanciado-
ras internas y externas. De la misma forma, la nalidad de crear un observatorio puede
proveer de base de datos laborales en el sector agropecuario, forestal y ambiental en la
cdmx, que permita conocer las demmandas del sector, así como la oferta para orientar
las propias modicaciones en planes y programas de estudio de las universidades y cen-
tros de investigación en el contexto de la propia cdmx, o bien, la certicación profesional
que coadyuve a la vigencia y permanencia de las prácticas profesionales vinculadas a los
sistemas socioecológicos agroproductivos.
Los principales alcances de un observatorio corresponden a: 1) Desarrollar los
análisis situacionales del trabajo para diferentes áreas de conocimiento de los sistemas
socioecológicos agroproductivos (Agronomía, Zootecnia, Forestal y socioambiental);
2) Coadyuvar en la constitución de un comité de gestión de competencias del sector
rural; 3) Identicar las competencias requeridas para estructurar el catálogo y están-
dares de éstas con nes de certicación, y 4) Identicar las tendencias en innovación y
co-producción de tecnología que permita construir un catálogo o anuario sobre lo más
destacado y funcional de la inventiva, innovación e investigación del sector rural-urba-
no y las tendencias para impulsarlas en las regiones agroproductivas de la cdmx. Por
ejemplo, las tecnologías presentes e inminentes que muy pronto supondrán una ven-
taja signicativa en los sistemas socioecológicos agroproductivos serían las siguientes:
aprendizaje móvil; aprendizaje online; redes sociales; impresión 3D; drones; inteligencia
de localización; internet; telepresencia (Freeman et al., 2016).
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Consideraciones nales
Conforme a los resultados obtenidos en el trabajo de campo y gabinete, se desprende que
de las innovaciones aplicadas por los productores, las del ámbito del mercado y las admi-
nistrativas, tuvieron 100% de implementación, ya que los productores pudieron bene-
ciarse en: mayor poder de negociación con clientes, proveedores, compras consolidadas,
así como la aplicación de registros contables, facilitando un mejor manejo del dinero, el
acceso a créditos, el aumento de ingresos por ventas de producción y reducción de cos-
tos de producción. Se identicó que las asesorías técnicas profesionales por parte de los
extensionistas fueron apropiadas para impulsar procesos de desarrollo rural, ya que con-
templaban estrategias operativas que concebían la participación comunitaria y familiar
como indispensable para desarrollar las actividades de extensionismo rural, las cuales,
con algunas variantes, fueron aplicadas de manera exitosa en los sistemas socioecológi-
cos agroproductivas del sur de la cdmx.
La asignación de extensionistas pretendía ser un factor de cambio para los pro-
ductores y sus familias; la asesoría técnica agrícola concebía una estrategia de atención
integral, ya que no sólo se refería a aspectos tecnológicos, sino, además, buscaba pro-
mover procesos de capacitación y organización social entre la población rural y, con
ello, procuraba atender problemas que iban más allá de los aspectos productivos. Sin
embargo, es de reconocerse que, si bien existieron cambios positivos en las unidades
de producción, no todos los productores llegaron a apropiarse de los procesos de in-
novación social, generando la necesidad de capacitación con más tiempo y en tiempos
óptimos.
En particular, una debilidad socioinstitucional de los programas de extensión rural
consiste en que las contrataciones de los extensionistas no son de largo alcance, con lo
cual se ofrece sólo capacitación a los productores en etapas especícas de la producción
agrícola. En virtud de la inestabilidad laboral, temporalidad, bajos ingresos y pagos
retrasados por sus servicios, el personal de los programas de extensionismo rural pier-
den el interés de dar seguimiento al proceso productivo de los sistemas socioecológicos
agrícolas. A pesar de lo anterior, se identicó que la extensión rural no sólo se conside-
ró como un conjunto de acciones de asistencia y capacitación técnica, comunicación y
transferencia tecnológica agroproductiva, sino más bien como proceso de educación no
formal para el desarrollo rural, que exigió la participación organizada de los campesi-
nos.
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Sin que se pudiera llegar a denir a la extensión rural, en territorios agrícolas de
la Ciudad de México, como un sistema de innovación y co-producción de tecnología,
ésta no se limitó a la transmisión de conocimientos y técnicas para mejorar la producti-
vidad de sus actividades primarias basado en una estrategia de intervencionismo lineal
y unidireccional, sino más bien se enmarcó en procesos dinámicos y de doble vía, en-
tendiendo por extensión el intercambio y retroalimentación, con amplia participación
de los campesinos, de distintos conocimientos y experiencias destinados a mejorar la
capacidad de gestión de los recursos para el desarrollo.
De acuerdo a lo reportado en las entrevistas y como resultado de la percepción
de productores sobre las prioridades de extensión rural en los territorios rurales de
la cdmx, se integró un conjunto de problemáticas socioecológicas-agroproductivas e
institucionales por resolver, las cuales dan lugar a entender que la extensión no sólo se
debe orientar hacia un conjunto de acciones encaminadas a desarrollar habilidades y
destrezas, vistas así serían actividades de alcance limitado y especíco. Queda claro que
el productor construye mejor sus procesos de desarrollo cuando aplica su capacidad
crítica para tomar decisiones y exige su participación en la ejecución de ellas.
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