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Derecho y Cambio Social
EXPLICACIÓN DE LA CRIMINALIDAD DESDE LOS
POSTULADOS DE ENRICO FERRI PARA LA ARTICULACIÓN
DE LA POLÍTICA CRIMINAL
Wael Hikal1
Fecha de publicación: 02/01/2018
Sumario: 1.- Biografía y desarrollo de sus postulados 2.- La
Sociología Criminal de Ferri. 3.- La anomia - Bibliografía.
Resumen
La importancia de Enrico Ferri para la Criminología ha sido su
aportación con la explicación sociológica de los fenómenos
criminales. Señala hay una serie de factores que rodean el
ambiente y presionan a los sujetos a ser criminales. Desde sus
postulados, se vincula para articular el estudio multifactorial de
la criminalidad, y conociendo esto, argumentar las políticas
públicas de prevención.
Palabras clave: Explicación social de la criminalidad, Factores
criminógenos, Políticas públicas, Prevención.
1
Sociedad Mexicana de Criminología, Nuevo León. México.
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Biografía y desarrollo de sus postulados
Ferri (1856-1929) nació en San Benedetto, Lombardía, Italia el 25 de
febrero de 1856, es el segundo autor en importancia de la Escuela Positiva.
Estudió en la Universidad de Bologna, presentó en 1877 su tesis en que
trata de demostrar que el libre albedrío es una mala invención y que debe
cambiarse la responsabilidad moral por la responsabilidad social.
De Bologna se cambió a Pisa para estudiar con el máximo exponente
del Derecho Penal italiano clásico: Francisco Carrara, que se expresó de
Ferri, su alumno, de la manera siguiente: “En lugar de que nosotros le
enseñemos, él nos enseña a nosotros”.
En 1878 publicó su tesis (Teoría de la imputabilidad y negación del
libre albedrío) y envió una copia a Lombroso, pues él trataba de aplicar el
método positivo a la ciencia del Derecho Criminal. Lombroso rechazó su
tesis diciéndole a un amigo en común: Felipe Turanti: “¡Ferri no es
bastante positivista!”.
Ferri, molesto por la respuesta de Lombroso, de Pisa fue a París donde
estudió Antropología en la Escuela de Guanapac y es así de la manera en la
que entiende la critica que Lombroso le hizo. Viaja a Turín donde es sede
de los estudios de Lombroso. Ahí logra que el consejo de educación le dé
licencia para poder enseñar, dando su primera clase con sus sustitutivos
penales. Lombroso lo recibe y el intercambio de pensamientos hace
corregir las ideas de ambos y con ello da inicio a la Escuela Positiva.
En 1886 la población de Mantúa elige a Ferri como diputado al
parlamento nacional, ese cargo lo ocupó durante 38 años hasta 1924 pues
logró 11 reelecciones. El 18 de febrero de 1912 se aprueba la creación de
un Instituto de Derecho Penal en la Universidad de Roma, al cual Ferri es
solicitado para dirigirlo y lo llama Escuela de Aplicación Jurídico-
Criminal, la cual dividía el curso en cuatro partes:
1) El delincuente;
2) El delito;
3) Las sanciones, y
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4) El procedimiento.
Ferri trató de lograr que en Italia se publicara un código penal con
tendencias positivistas, labor que no alcanzó a ver, pero sí logró, pues fue
aprobado en 1930, un año después de que fallece. Y no era de extrañar, ya
que era un país en que las nuevas ideas políticas, económicas y científicas
nacían clásicas.
La mayor aportación de Ferri es la Sociología Criminal, considerado
como el padre de esta. Para él los factores sociales van a ser fundamentales
en la explicación de hechos criminales, probará que en un determinado
medio social, bajo ciertas condiciones individuales o sociales se comete un
determinado número de delitos.
Para Ferri la pena no es la venganza ni es el castigo, sino que su fin es
la defensa de la sociedad, de acuerdo con el grado de peligrosidad del
autor, la sanción ha de ajustarse a las características individuales,
apreciadas caso a caso. Aceptación de la individualización de la pena, y
aceptación de la sentencia indeterminada. La pena no es absolutamente
eficaz por ser dura, no implica una disminución de delitos, lo importante
será la adopción de sustitutivos penales.
Para él, los sustitutivos penales son las medidas de orden económico,
político, administrativo, educativo, familiar, etcétera, distintas de la pena
que debe adoptar el Estado, actuando sobre las causas de la
criminalidad para hacerlas disminuir.
Entre sus obras están: Sociología y criminalidad en la que establece
que la causa de la criminalidad es la injusticia social, Sustitutivos penales
en la que sugiere se deben implantar otras clases de penas, Socialismo y
criminalidad, Principios de Derecho Criminal, trabajo en el que se
contenía una presentación sistemática de los principios legales de la
Escuela Positiva, Estudios sobre la criminalidad en Francia, El homicida,
El homicidio-suicidio, Teoría de la imputabilidad y negación del libre
albedrío, Nuevos horizontes del Derecho y Procedimiento Penal, que en la
tercera edición se convirtió en: Sociología Criminal y además fue editor del
periódico socialista Adelante.
Durante sus últimos años Ferri desarrolló una labor académica, viajó a
Sudamérica y a varios países europeos, participó en múltiples congreso de
Antropología Criminal, junto con Lombroso y Garófalo.
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Ferri tuvo enorme influencia en la Política, Sociología, Derecho y
Criminología. Para él, más importante que el castigo será la prevención.
Ferri fallece a los 73 años el 12 de abril de 1929.
La Sociología Criminal de Ferri
La Sociología Criminal de Ferri señala que hay factores sociales que llevan
a la persona a actuar en contra de las reglas del bien común (el bien para
todos).
La Sociología Criminal menciona distintos factores como lo son la
familia, barrio, escuela, sociedad, etcétera. Para este, su Sociología es el
estudio de los delitos y de las penas en la colectividad. De manera más
amplia, la Sociología Criminal es el estudio de la criminalidad pero en
conjunto y como fenómeno que se origina en la sociedad; estudia sus
factores en cuanto a la influencia que tienen y los efectos que producen,
estudia las relaciones criminales que se dan en la sociedad.
Apunta Orellana Wiarco:
Señalaba la triple serie de causas del delito: factores individu ales (orgánicos y
psíquicos); factores sociales (ambiente social); y factores físicos (ambiente
telúrico). En todo delito, desde el más insignificante al más terrible, encontramos
los tres órdenes de factores, los que influyen en diversa medida en cada caso, lo
que permitió –a Ferri-, elaborar su clasificación del delincuente: en nato, loco,
habitual, ocasional y pasional (2007, pp. 170 y 171).
Para Ferri la Sociología Criminal abarca no solo las causas del delito,
sino que se extiende a la prevención y represión; empero, él apuesta más a
los factores preventivos que se verán posteriormente, basados en mejores
condiciones y estabilidad social.
Al respecto de la libre voluntad del sujeto para delinquir, Ferri no está
de acuerdo, ya que en función de la interacción sujeto-sociedad, esta última
está llena de circunstancias que envuelven y moldean la conducta; es decir,
el criminal obra en virtud de factores sociales, individuales y físicos.
En base a lo último anterior, deben diseñarse medidas de seguridad,
más que represivas, es una corresponsabilidad que la sociedad tenga
determinadas conductas dañinas, entre ellas, la criminalidad. Depende de la
participación de todos los actores sociales, los resultados en cuanto a
cambiar la sociedad, para bien y para mal.
Factores de riesgo asociados a la criminalidad
Ferri distinguió elementos constituyentes para la formación de la
criminalidad:
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1. El factor antropológico;
2. La constitución orgánica del delincuente (fisionomía);
3. La constitución psíquica del delincuente (sentimientos);
4. Características personales del delincuente (edad, sexo);
5. Factor físico o telúrico (clima, naturaleza), y
6. Factor social (ambiente social).
De sus múltiples aportaciones, Ferri, sin despreciar las aportaciones de
su amigo y maestro, Lombroso, señala como ya se ha apuntado, que la
criminalidad es producto del ambiente social que rodea o envuelve al sujeto
y su conducta es resultado de la misma, plantea ejemplos de su tiempo:
Diversidad en la poblacional en los centros urbanos y campos, el estado,
clase y tipo de opinión pública sobre las costumbres y religión, la
constitución familiar, régimen educativo, producción industrial, régimen
jurídico sobre el uso de drogas, enfermedades de trasmisión sexual, orden
económico, régimen político, enfermedades físicas, administración de
justicia, gobierno público, policía, legislaciones, entre otras.
Es entendible, que con la visión social que mantiene, se atribuya una
relación lógico-causal entre estado y criminalidad. Atribuye este y varios
de los estudiosos que se mostrarán posteriormente, que el crimen es
producto de las condiciones sociales estructurales, los sistemas políticos y
administrativos, así como costumbres, expectativas y modos de lograrlas.
Por ello que una Política preventiva, deba basarse en mejoras al sistema y
todos los centros públicos que dirigen la vida.
Existen entonces en el ambiente, no del todo percibido o ligado a lo
criminal, factores que conjugados, provocan este efecto destructivo del ser
humano, para sí mismo, hacía otros y con la sociedad. Desde lo menos
aparente, hasta lo obvio para cualquiera, no solo científicos, pero que
escapan del interés de los servidores públicos, y fomentan un deterioro de
la población, haciendo más distantes las relaciones y dificultando la
cohesión, lo que a su vez, colapsa a toda sociedad y aparente orden.
Ferri, apunta:
Considerando que las acciones honradas o deshonrosas del hombre son siempre el
producto de su organismo fisiológico y psíquico y de la atmósfera física y social
en que ha nacido y vive, he distinguido, pues, estas tres categorías: factores
antropológicos o individuales del delito, factores psíquicos y factores sociales.
Los factores antropológicos, inherentes a la persona del criminal, son
el primer coeficiente del delito; y toda vez que el criminal, igualmente que
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cualquier otro hombre, puede ser considerado o como individuo aislado, y,
por lo tanto, mirado por el lado fisiológico o por el psíquico, o como
miembro de una sociedad, y como tal teniendo con sus semejantes diversas
relaciones, los factores antropológicos del delito se clasifican en tres
subdivisiones.
A la primera subdivisión -constitución orgánica del criminal-
pertenecen todas las anomalías orgánicas del cráneo y del cerebro, de las
vísceras, de la sensibilidad y de la actividad refleja, y los caracteres
corporales en general, tales como las particularidades de la fisonomía y del
tatuaje, que han sido ilustrados por los numerosos trabajos de la
antropología criminal, y reunidos y completados de una manera luminosa
en la obra de Lombroso, a los que seguirán investigaciones nuevas cada vez
más numerosas y fecundas.
A la segunda subdivisión -constitución psíquica del criminal-
corresponden las anomalías de la inteligencia y de los sentimientos, sobre
todo del sentido social, y todas las particularidades de la literatura y del
argot de los criminales. Sobre todos estos puntos se han recogido ya
elementos suficientes, los cuales se enriquecerán más después del
desarrollo preliminar que es necesario dar a las investigaciones orgánicas;
porque, en la génesis del delito, el temperamento moral propio de los
delincuentes tiene la más alta importancia.
En la tercera subdivisión de los factores antropológicos -caracteres
personales del criminal- entran justamente, además de las condiciones
biológicas de raza, de edad y de sexo, las condiciones biológico-sociales,
corno el estado civil, la profesión, domicilio, clase social, instrucción y
educación, que han sido hasta el momento actual estudiadas casi
exclusivamente por aquellos que se ocupan de la estadística criminal.
Viene en seguida la serie de los factores físicos o cosmotelúricos del
delito; y tienen este carácter todas las causas pertenecientes al medio físico,
muy eficaces, según la estadística criminal demuestra, para presidir las
diferentes manifestaciones del delito. Tales son el clima, la naturaleza del
suelo, la sucesión de los días y las noches, las estaciones, la temperatura
anual, las condiciones atmosféricas y la producción agrícola.
Queda, por último, la categoría de los factores sociales del delito, que
resultan del medio social en que vive el delincuente, como: la densidad
diferente de población, el estado de la opinión pública y de la religión, la
constitución de la familia y el sistema de educación, la producción
industrial, el alcoholismo, la organización económica y política, la de la
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administración pública, justicia y policía judicial, y en fin, el sistema
legislativo civil penal en general. Hay allí, en suma, una multitud de causas
latentes que se complementan, enlazan y combinan en todas las funciones,
aun con las menos aparentes de la vida social, y que escapan casi siempre a
la atención del os teóricos y de los prácticos, de los criminalistas y de los
legisladores (Ferri, s.f., pp. 223 y 224).
Política Criminal basada en Ferri
Transcribe Leija Moreno, que cita de Carránca Y Trujillo:
Necesidad inmanente de la vida social -escribe Ferri- es el consorcio y adaptación
ordenada de los individuos en las relaciones cotidianas entre sí y con la
colectividad o sus representantes, mediante la limitación recíproca de su actividad
exterior. A esta necesidad proveen con intensidad progresiva las normas de las
costumbres y la buena educación y las de la religión, la moral y el derecho (2008,
p. 44).
Ferri identifica al sujeto como un ser social y cuya conducta emana de
esta misma condición social, así para él y muchos otros más clásicos y
contemporáneos, la prevención radica en mejorar las condiciones sociales,
estructuras, programas y demás operativos que predeterminan la vida; es
decir, proyectan un futuro, más o menos predecible, pero también
moldeable. Así como el médico y el paciente no pierden las esperanzas de
mejora, lo mismo en este contexto, seguir abogando por la igualdad social e
igualdad en la distribución de oportunidades, riqueza, bienes y servicios.
Sobre este, Mezger, citado por Leija Moreno establece que:
El delito nace de los elementos de la sociedad humana misma y se puede ver en él
una especie de degeneración del organismo social, el que quiera acabar con el
delito necesita eliminar los defectos sociales en los que el delito echa sus raíces y
se desarrolla (2008, p. 45).
Ferri proponía modificar el entorno social y las políticas públicas,
estas últimas para que generen estabilidad social, seguridad, permanencia
en las estrategias que sean útiles para el desarrollo del ser humano en
colectividad. Sobre el entorno, al contexto actual, podría basarse en:
Existencia de banquetas, en lugar que el transeúnte ande rifando su vida
entre los vehículos, que estas estén bien construidas y no despedazándose
como suele haber, alumbrado público que cubra las extensiones de la
población, suele haber pedazos muy marcados entre el contraste de lo
iluminado y oscuro, donde resulta refugio del vago, drogadicto,
malviviente, delincuente, lleno de suciedad, abandono, destrucción.
Transporte público eficiente, en buenas condiciones, resulta
inexplicable lo polarizado que es el transporte colectivo en las diversas
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zonas del país, impensable aún existan combis, donde ajustadamente se
atoran alrededor de 30 personas, entre sentados y parados encorvados,
unidades sucias, choferes salvajes, etcétera, por otro lado, hay unidades
climatizadas, asientos con tela, WiFi, entre otras. De nuevo en el extremo,
peseros viejos, con movimientos en vaivén tipo lancha, asientos quebrados
o doblados, etcétera.
Se tiene una economía tan inestable, que difícilmente se puede
predecir la situación para la siguiente semana, a pesar del discurso político
de crecimiento y mejoras en los sistemas políticos, tal vez se refieren a los
beneficios de los que se hacen los servidores públicos, sus partidos y
familias, más no el ciudadano de calle. La disparidad entre los salarios
mínimos y las necesidades “básicas”, excluyendo diversión, recreación,
etcétera.
Educación que potencialice al individuo a ser alguien productivo
social, individual y científicamente, cuya personalidad social contribuya al
crecimiento del país. Al respeto de todas las formas de vida, a la familia, a
la nación, otras culturas, con humildad, sin demeritar a los menos
educados.
Las anteriores, entre muchas otras formas más de administración
pública vía políticas sociales y de desarrollo, serían las bases para la
prevención del delito. Cambios trascendentes en las estructuras e
instituciones sociales, más allá de improvisaciones electorales y limosnas al
pueblo.
BIBLIOGRAFÍA
FERRI, E. (s.f.). Sociología Criminal (Tomo primero). España: Centro
Editorial de Góngora.
LEIJA Moreno, M.A. (2008). Elementos de Criminología (14ª edición).
México: Elsa G. De Lazcano.
ORELLANA Wiarco, O.A. (2007). Manual de Criminología (11ª edición).
México: Editorial Porrúa.