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Abstract

Recibido: 20 de julio de 2018 Aceptado: 03 de agosto de 2018 ______________________________________________________________________________ Resumen La depresión y el deterioro cognitivo leve son condiciones comunes en la adultez mayor. Ambos son factores que reducen la independencia del adulto mayor para realizar las actividades de la vida diaria. Estas condiciones son también factores de riesgo para el desarrollo de demencias, en especial la demencia de tipo Alzheimer. Además, aumentan el riesgo de mortalidad cuando se presentan con otras enfermedades crónicas. En este artículo de revisión realizamos una breve descripción de la relación entre depresión y el deterioro cognitivo, la importancia del estudio de ambas, las principales hipótesis que surgen durante el estudio de su comorbilidad y por último los métodos utilizados para su evaluación y diagnóstico. Abstract Depression and mild cognitive impairment are common conditions in elderly adults. Both are factors that reduce the independence of older adults to perform the activities of daily living. These conditions are also risk factors for the development of dementias, especially Alzheimer's dementia. In addition, they increase the risk of mortality when they co-occur with other chronic diseases. In this review article we describe briefly aspects of the relationship between depression and cognitive impairment, the importance of conducting research focused on these conditions, the main hypotheses that arise during the study of their comorbidity, and lastly the methods employed for their evaluation and diagnosis.
Invest. pens. crit. (ISSN 1812-3864)
Vol. 6, No. 2, mayo - agosto 2018
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Deterioro cognitivo leve y depresión en el
adulto mayor
Ámbar R. Pérez1,2,*, Diana C. Oviedo3*, Gabrielle B. Britton 4,5*
1Escuela de Psicología, Universidad Católica Santa María la Antigua 0819-08550.
2 Centro de Neurociencias y Unidad de Investigación Clínica, Instituto de Investigaciones Científicas
y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT AIP) 0843-01103, Pmá 5.
3Escuela de Psicología, Universidad Católica Santa María la Antigua 0819-08550.
4Escuela de Psicología, Universidad Católica Santa María la Antigua 0819-08550.
5 Centro de Neurociencias y Unidad de Investigación Clínica, Instituto de Investigaciones Científicas
y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT AIP) 0843-01103, Pmá 5.
*Autor para correspondencia. Email: arperla23@gmail.com, d.ovi@hotmail.com
gbritton@indicasat.org.pa
Recibido: 20 de julio de 2018
Aceptado: 03 de agosto de 2018
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Resumen
La depresión y el deterioro cognitivo leve son condiciones comunes en la adultez mayor. Ambos son
factores que reducen la independencia del adulto mayor para realizar las actividades de la vida diaria.
Estas condiciones son también factores de riesgo para el desarrollo de demencias, en especial la
demencia de tipo Alzheimer. Además, aumentan el riesgo de mortalidad cuando se presentan con
otras enfermedades crónicas. En este artículo de revisión realizamos una breve descripción de la
relación entre depresión y el deterioro cognitivo, la importancia del estudio de ambas, las principales
hipótesis que surgen durante el estudio de su comorbilidad y por último los métodos utilizados para
su evaluación y diagnóstico.
Palabras claves: envejecimiento, salud mental, cerebro, cognición, neuropsicología.
Abstract
Depression and mild cognitive impairment are common conditions in elderly adults. Both are
factors that reduce the independence of older adults to perform the activities of daily living. These
conditions are also risk factors for the development of dementias, especially Alzheimer's dementia.
In addition, they increase the risk of mortality when they co-occur with other chronic diseases. In
this review article we describe briefly aspects of the relationship between depression and cognitive
impairment, the importance of conducting research focused on these conditions, the main
hypotheses that arise during the study of their comorbidity, and lastly the methods employed for
their evaluation and diagnosis.
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1 Introducción
A nivel mundial, existe un aumento acelerado de la población de adultos mayores de 60 años. En un
informe realizado por las Naciones Unidas (1) se estipuló que la población de adultos mayores
crecería de 11% en el 2014 a un 21% en el 2050. Los adultos mayores de 60 años representan el
grupo poblacional de mayor incremento en el mundo, especialmente en regiones que han tenido un
rápido crecimiento de desarrollo en las últimas tres décadas, como la de América Latina y el Caribe.
Estos cambios demográficos representan una carga significativa los sistemas de salud y la economía
de los países.
En Panamá el aumento de la población de adultos mayores de 60 años de edad es consistente con
las tendencias a nivel mundial. Entre los años 1960 y 1970 la proporción de adultos mayores en la
población se mantuvo estable con un 5.6% y 5.7% respectivamente. En el año 2010 se reportó un
aumento a 9.7% de la población, y se proyecta que para el 2050 llegue a 24% de la población (2). En
1960, las mujeres tenían una expectativa de vida de 62 años que incrementó en el 2015 a 81 años,
mientras que en hombres en 1960 la expectativa de vida era de 60 años e incrementó a 75 años en el
2015 (3). El incremento en la expectativa de vida es un reflejo de avances médicos, pero trae consigo
otras consecuencias. Una mayor longevidad está relacionada con una mayor cantidad de
enfermedades crónicas y morbilidad, lo que a su vez aumenta la discapacidad en los adultos mayores.
Dos condiciones estrechamente asociadas a la edad son la demencia y la depresión (4). La demencia
más común, la enfermedad de Alzheimer (EA), representa el 60-80% de los casos (5). Individuos
con deterioro cognitivo leve (DCL) tienen mayor riesgo de padecer EA y deterioro funcional, pero
con la coocurrencia de depresión y DCL el riesgo de EA y mortalidad incrementan comparado a
individuos sin depresión (6). La depresión es un trastorno del ánimo con síntomas como humor
deprimido, perdida de interés o placeres en las actividades de la vida diaria, pérdida o aumento de
peso, cambio en los patrones de sueño y el apetito, entre otros (7). Durante la adultez mayor, la
depresión esta asociada a factores biológicos y psicosociales (8) y a una peor prognosis (9). Por
ejemplo, la depresión se asocia con deterioro en la calidad de vida y mayor riesgo de padecer
enfermedades crónicas (10). Conjuntamente la evidencia apunta a que la depresión exacerba
múltiples condiciones que perjudican la salud de adultos mayores.
¿Cuáles son los factores sociales y biológicos asociados a la depresión en la vejez?
Múltiples factores de riesgo psicosociales están implicados en el desarrollo de la depresión en la
vejez. El de tipo sociodemográfico más significativo es bajo ingreso económico, que está relacionado
con menor acceso a servicios de salud y menor educación (11). Otros factores involucran rasgos de
personalidad como apego inseguro, problemas de adaptación, sentimientos de soledad y falta de
manejo de mismo (12)(13). La falta de apoyo social, reclusión social y declive en las relaciones
sociales como la ausencia de amigos o confidentes, son factores causales de depresión y en casos
graves incrementan el riesgo de suicidio (14). Incidentes en la vida que causan depresión como la
muerte de la pareja o el diagnóstico de una enfermedad crónica también son factores de riesgo
(8)(15).
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La hipótesis de depresión vascular postula que los síntomas depresivos surgen por la comorbilidad
entre enfermedades vasculares, factores de riesgo vasculares y lesiones isquémicas(16). Por otro lado,
se ha observado que la depresión y la demencia tipo EA comparten comorbilidades médicas,
factores de riesgo sociales y biológicos (17)(18). Por ejemplo, individuos con depresión que expresan
el gen Apolipoproteina E (APOE-e4), el mayor factor de riesgo genético de la EA esporádica, tienen
un mayor riesgo de EA que aquellos sin depresión (19). La EA y la depresión también comparten
cambios estructurales del cerebro. Por ejemplo, la desregulación y reducción del hipocampo, en
especial en circuitos como el hipocampo-corteza prefrontal, están altamente implicadas en la
depresión y EA, y conllevan a déficits cognitivos (18). También la desregulación en el eje
hipotalámico-hipofisario-adrenal que resulta en altos niveles de cortisol está asociada a la atrofia
hipocampal y pérdida neuronal, características cerebrales de la depresión y EA (20).
¿Existe relación entre la depresión y el DCL?
La depresión y el DCL son factores de vulnerabilidad en adultos mayores y pueden ocurrir de forma
independiente, pero múltiples estudios sugieren que comúnmente la aparición de una está ligada con
la otra, y que la presencia de ambas patologías aumenta el riesgo de mortalidad (6). Diversas
investigaciones señalan que a menudo coexisten la depresión y DCL. En el estudio poblacional de
Envejecimiento Longitudinal Italiano (21), se observó que la prevalencia de depresión en pacientes
con DCL era de 63.3%. De este porcentaje el 49.3% poseían síntomas de depresión leve y 14.0%
tenía depresión severa. En Latinoamérica, el estudio poblacional del área metropolitana de México
encontró dos veces más (52%) personas con depresión y deterioro cognitivo leve relativo a personas
con solo DCL (25.0%) (11). En Panamá, en un estudio de pacientes ambulatorios, 18.1% de los
participantes presentaban solo depresión, 21.4% solo DCL y un 11.2% presentaba depresión y DCL
(22). En los tres estudios descritos, se observó más coocurrencia de depresión y deterioro cognitivo
en mujeres y en edades más avanzadas, y en personas con mayor cantidad de enfermedades crónicas
y limitaciones en las actividades de la vida diaria.
Diferentes hipótesis se han planteado para describir la etiología de la relación entre depresión y
DCL. Una hipótesis plantea que las personas con depresión desarrollan DCL en el transcurso del
trastorno emocional está sustentada en estudios nde los tratamientos exitosos para la depresión
son congruentes con la mejora en las funciones cognitivas. En un estudio (23) el 55% de adultos
mayores diagnosticados con depresión mayor fueron diagnosticados con DCL, y esta cifra se redujo
a 44.8% posterior a un año de tratamiento para la depresión. Otra hipótesis consiste en que existe
una condición neuropatológica en la cual el desarrollo de depresión en la vida adulta refleja un
inminente declive cognitivo, y que la presencia de síntomas depresivos podría ser la señal temprana
de una enfermedad neurodegenerativa (6). Por último, también se ha planteado que los individuos
con algún grado de deterioro cognitivo desarrollan depresión como reacción psicológica ante la
presencia de un declive cognitivo y ante la perdida de su independencia para realizar las actividades
de la vida diaria (24).
Los factores de riesgo que comparten el DCL y la depresión proporcionan evidencia adicional sobre
la etiología de ambas condiciones. En México un estudio (11) reportó que los factores de riesgo más
comunes en depresión y DCL son ser mujer, mayor de 75 años de edad, soltero, retirado o jubilado,
pensionado y con baja escolaridad. En Panamá los factores de riesgo demográficos fueron similares;
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los participantes de mayor edad (mayores de 80 años) y con menor educación mostraron mayor
probabilidad de coocurrencia. Específicamente, participantes con cuatro o más condiciones crónicas
y con limitaciones en la actividades de la vida diaria estaban más predispuestas a padecer ambas
condiciones (22). También se han encontrado asociaciones con enfermedades específicas, como las
lesiones cerebrovasculares y riesgos cerebrovasculares, debido a que en varios casos la presencia de
síntomas depresivos es común después de un derrame cerebral que produce deterioro cognitivo (16).
¿Cuáles funciones cognitivas se ven afectadas en presencia de depresión y DCL?
En presencia de las dos patologías, se ha encontrado que en adultos mayores que poseen depresión y
DCL diversas funciones cognitivas se ven afectadas. La evidencia señala que las funciones ejecutivas
son las principales afectadas (25). Además existe bajo desempeño en tareas que implican memoria
semántica, memoria episódica inmediata, memoria a largo plazo (26). Otros estudios sugieren que
existen déficits cognitivos en funciones que están mayormente implicadas en el aprendizaje como
atención y memoria, como también habilidades visuoespaciales (27). Se ha establecido que las
mejores pruebas cognitivas para discriminar a los sujetos con depresión son la prueba de Dígitos
(28) y el Test de Ejecución Continúa (CPT) (29), el Trail Making Test A and B (TMT-A) (30), el Test
de Dígitos y Símbolos (28), el Test de Stroop (31), la pruebas de fluencia verbal y las pruebas de
memoria inmediata (32).
Varios estudios se han enfocado en determinar si los síntomas de depresión se expresan de manera
diferencial en subtipos de DCL. Un estudio (33) reportó que en individuos con DCL amnésico
(DCLa), donde la función cognitiva más afectada es la memoria, síntomas de apatía eran más
frecuentes, mientras que los individuos con DCL no amnésico (DCLna) presentaban problemas en
los patrones de sueño. Otro estudio (34) reportó que personas con DCLa tenían mayor prevalencia
en síntomas de depresión que los sujetos con DCLna, con una prevalencia de depresión de 83% y
73.1% en el grupo DCLa y DCLna respectivamente. Estos resultados sugieren que a simple vista
diferentes síntomas de depresión se expresan en DCLa y DCLna, pero se requiere mayor evidencia
para confirmarlo.
¿Cómo se evalúa y diagnostica la relación DCL-depresión?
La evaluación de la depresión en el DCL es multidimensional. Se realizan entrevistas psiquiátricas y
psicológicas, exámenes médicos, exámenes de laboratorio y se evalúa si la persona cumple con los
criterios de instrumentos diagnósticos como DSM-V o CIE-11 para depresión (35). Inicialmente es
el cuidador o acompañante quién nota cambios en la conducta y cognición de la persona y solicita
una cita médica. Los profesionales de la salud que evalúan al adulto mayor (geriatra, neurólogo,
médico general) y sospechan de una depresión refieren al individuo a psiquiatría y/o psicología para
confirmar la depresión o descartar cualquier otra condición. Una vez se inicia la evaluación se
recomienda consultar primero con el cuidador, ya que la persona podría presentar déficits en
funciones cognitivas como la memoria a corto plazo, el pensamiento abstracto o funciones
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ejecutivas, dificultando la capacidad de expresar o reportar humor deprimido (36). En ciertos casos,
la información que da el cuidador puede estar afectada por cambios que el cuidador está atravesando
como estrés u otros síntomas asociados al síndrome de degaste del cuidador (37). La entrevista
inicial se realiza para armar una historia clínica del individuo y debe incluir información de los datos
sociodemográficos, antecedentes personales (abarcando las distintas áreas: de salud, social,
ocupacional, datos de relevancia de la niñez y adolescencia) y antecedentes familiares.
Existen diversos cuestionarios para medir los síntomas depresivos en el adulto mayor como el
Geriatric Depression Scale, GDS (38), The Cornell Scale (39); The Montgomery Asberg Depression
Rating Scale (MADRS) (40); The Hamilton Depression Rating Scale (41); The Hospital Anxiety and
Depression Scale (42); Goldberg Depression Scale (43); Inventario Neuropsiquiátrico de Cummings
(44). La evaluación de la depresión culmina con las recomendaciones pertinentes acerca de que
tratamientos seguir para tratar el cuadro depresivo. Se comienza un tratamiento farmacológico y se
establece la necesidad de terapia psicológica y/o estimulación o rehabilitación cognitiva para abordar
los déficits cognitivos (45).
2 Conclusiones
La depresión es un trastorno mental que tiene complicaciones a todas las edades, sin embargo, en la
edad adulta y en comorbilidad con DCL, es causante de mayor discapacidad y del desarrollo de
demencias como de tipo EA. Es evidente la coocurrencia de la depresión y el deterioro cognitivo
leve en la vejez, condiciones estrechamente asociadas a la edad avanzada. Múltiples estudios
muestran que su origen puede estar relacionado con causas biológicas y/o factores psicosociales. La
probabilidad de que la coocurrencia de la depresión y DCL avance a una demencia de tipo EA
dependerá de la evaluación temprana e intervención oportuna.
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... También se ha planteado que los individuos con algún grado de deterioro cognitivo desarrollan depresión como reacción psicológica ante la presencia de un declive cognitivo y ante la pérdida de su independencia para realizar las actividades de la vida diaria. (1) Estudios recientes han demostrado que la influencia de síntomas afectivos, en lo particular síntomas depresivos en el Montreal Cognitive Assessment (MoCA), no han sido de manera clara demostrados, por lo cual esto representa una importante área de investigación; en especial porque los individuos que presentaron síntomas de depresión, refirieron problemas de memoria. (15,16) Aunque en Cuba se ha estudiado la problemática del envejecimiento poblacional y las alteraciones emocionales en el adulto mayor, como grupo etario de riesgo, no se encuentran investigaciones publicadas que establezcan una relación entre estos síntomas psico-afectivos y el funcionamiento cognitivo del anciano sin trastornos neurocognitivos. ...
... Estas condiciones son también factores de riesgo para el desarrollo de demencias en especial la demencia de tipo Alzheimer. (1) En estudios longitudinales se ha comprobado que la presencia de síntomas depresivos en los ancianos se asocia con incrementos en el número de visitas al médico, el uso de fármacos y la utilización de servicios de urgencias. (20) En un estudio de Lee et al. citado por Pérez AR et al. (1) realizado en Inglaterra en el 2007, 55 % adultos mayores diagnosticados con depresión mayor fueron diagnosticados también con deterioro cognitivo leve y esta cifra se redujo a 44,8 % posterior a un año de tratamiento para la depresión. ...
... (1) En estudios longitudinales se ha comprobado que la presencia de síntomas depresivos en los ancianos se asocia con incrementos en el número de visitas al médico, el uso de fármacos y la utilización de servicios de urgencias. (20) En un estudio de Lee et al. citado por Pérez AR et al. (1) realizado en Inglaterra en el 2007, 55 % adultos mayores diagnosticados con depresión mayor fueron diagnosticados también con deterioro cognitivo leve y esta cifra se redujo a 44,8 % posterior a un año de tratamiento para la depresión. ...
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Fundamento: la depresión en los adultos mayores ha sido asociada con el deterioro cognitivo como resultado de los posibles efectos negativos de síntomas emocionales sobre la cognición. Objetivo: determinar el impacto de la depresión en el funcionamiento cognitivo de adultos mayores que asisten a las casas de abuelos números dos y tres del municipio Holguín. Métodos: desde el enfoque cuantitativo se realizó un estudio descriptivo, entre mayo de 2019 y marzo de 2020. El universo estuvo constituido por 50 adultos mayores que asisten a las casas de abuelos números dos y tres del municipio Holguín. La muestra se seleccionó de forma probabilística y la constituyeron 26 adultos mayores. Se consideraron como variables las sociodemográficas, la depresión y el funcionamiento cognitivo. Se utilizó en la evaluación la entrevista semiestructurada, el mini-examen del estado mental, el Test del Reloj, el Montreal Cognitive Assessment y la escala de depresión geriátrica de Yesavage. Los resultados se procesaron en los paquetes EPIDAT 3.1 y MedCalc. Resultados: se evidenciaron diferencias significativas entre los grupos en el mini-examen del estado mental y en el Montreal Cognitive Assessment. Los participantes con depresión obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas en los dominios cognitivos del Montreal Cognitive Assessment. Conclusiones: la depresión influyó de forma negativa en el funcionamiento cognitivo de los adultos mayores. La presencia de depresión afectó la interpretación del Montreal Cognitive Assessment.
... En las edades superiores a los 65 años, la depresión se asocia a factores biológicos y psicosociales (McCall & Kintziger, 2016). Esto conlleva a una disfuncionalidad en la condición de vida e incremento del sufrir afecciones graves (Pérez et al., 2018). ...
... Ismail et al. (2017) establecieron que la depresión es frecuente en personas con deterioro cognitivo leve, con una prevalencia general del 32%. Mientras que Pérez et al. (2018) plantea que la depresión en coocurrencia con DCL, es causante del desarrollo de demencias, pudiendo ser ocasionada por factores bio-psicosociales. Para estos investigadores la coocurrencia de DCL y depresión puede generar demencia tipo Alzheimer, especialmente si no se realizó una evaluación temprana e intervención oportuna. ...
... Se plantea entonces que aquellos sujetos con síntomas de depresión evolucionarán a un DCL y al tratar la depresión se mejoran las funciones cognitivas. En un estudio referido por Pérez et al. (2018), el 55% de personas de la tercera edad con diagnóstico previo de trastorno depresivo desarrollan posteriormente DCL, reduciéndose a 44.8% luego de ser sometidos a intervenciones para disminuir la depresión durante el tiempo de un año, después de iniciado el tratamiento (Morimoto, 2015). ...
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El deterioro cognitivo y la depresión son padecimientos frecuentes durante el envejecimiento y pueden estar asociados a la edad; sin embargo, varios estudios indican que suelen presentarse de manera conjunta y la coexistencia de estas dos patologías disminuyen la calidad de vida en la tercera edad. El objetivo del presente trabajo fue analizar la relación entre depresión y deterioro cognitivo en los adultos mayores, para lo cual se efectuó una revisión bibliográfica mediante el análisis de investigaciones publicadas en revistas que son parte de la base de datos como Scopus, ScienceDirect, Elsevier y PubMed, desde el año 2015 hasta el 2021. Los estudios revisados mostraron que la depresión y el deterioro tienen una relación, tanto directa (una interviene en la otra), como indirecta, y que a su vez, existen factores asociados en común como la edad, enfermedades concomitantes, factores psicosociales y biológicos. Todo esto afecta el bienestar del adulto mayor y en la actualidad se trata de mitigar este efecto con programas de protección y ayuda en la tercera edad.
... Las mujeres, en cambio, afrontan la viudez con mayores recursos sociales debido a que presentan mayores relaciones significativas las cuales les permiten adaptarse a su nueva situación de vida.(1) Pérez et al.,(18) consideran que la proporción de depresión es más alta en mujeres que en hombres.Por otra parte, según Durán et al.,(15) la prevalencia es mayor en el área rural que en la urbana.Mientras que Lykouras et al.,(19) han encontrado relación entre depresión y desempleo, divorcio, viudez, soledad y bajo nivel de instrucción (n=7970). De igual forma Benavides et al.,(17) identifican en adultos mayores deprimidos, la viudez (27,6 %) como uno de los factores sociales más sobresalientes.En la investigación en el grupo de los sujetos deprimidos en general, predomina el sexo masculino, estado civil viudo y el vivir solo. ...
... Al comparar hombres y mujeres, de los primeros una mayor cantidad manifiesta depresión, además de encontrarse entre ellos más sujetos viudos y que vivían solos.http://revistaamc.sld.cu/ Una hipótesis descrita por Lee et al., citado por Pérez et al.,(18) plantean que las personas con depresión desarrollan deterioro cognitivo leve (DCL) en el transcurso del trastorno emocional y está sustentada en estudios dónde los tratamientos exitosos para la depresión son congruentes con la mejora en las funciones cognitivas. También los individuos con algún grado de deterioro cognitivo desarrollan depresión como reacción psicológica ante la presencia de un declive cognitivo y ante la pérdida de su independencia para realizar las actividades de la vida diaria.(14,20,21,22) ...
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Introducción: La depresión constituye un problema de la Salud Pública a nivel mundial. Los adultos mayores se encuentran dentro de los grupos de edades vulnerables. Objetivo: Determinar la frecuencia de depresión en adultos mayores de las casas de abuelos del municipio Holguín. Métodos: Desde el enfoque cuantitativo se realizó un estudio descriptivo entre agosto de 2019 y marzo de 2020. El universo estuvo constituido por 84 adultos mayores de las casas de abuelos del municipio Holguín. Se seleccionaron 66 adultos mediante el cálculo de la fórmula en el paquete estadístico EPIDAT 3.1. Se consideraron variables sociodemográficas, los antecedentes psicopatológicos personales, la funcionabilidad, el funcionamiento cognitivo y la depresión. Se utilizaron la entrevista semiestructurada, el mini-examen del estado mental, la escala de depresión geriátrica de Yesavage, el índice de Katz, la escala de Lawton y la revisión documental. Los resultados se procesaron en el Epidat 3.1 y MedCalc. Resultados: Un porcentaje menor de sujetos presentó depresión. Obtuvieron mayores por cientos los del sexo masculino, del rango de edad de 71-80 años, blancos, con nivel de escolaridad primario, viudos, con hijos, que vivían solos, con enfermedades crónicas, antecedentes personales de trastorno mental y sin deterioro cognitivo. Conclusiones: La frecuencia de depresión en los adultos mayores de las casas de abuelos del municipio Holguín fue baja. Predominó la depresión en sujetos de sexo masculino, blancos, del rango de edad de 71-80 años, con nivel de escolaridad primario, viudos, que viven solos, con hijos, enfermedades crónicas, con antecedentes personales de trastorno mental y sin deterioro cognitivo.
... Los síntomas depresivos constituyen un factor de riesgo para el desarrollo de la dependencia funcional en personas mayores (Lorenzo, 2020). Los factores de riesgo identificados para la presencia de depresión en personas mayores son ser mujer, no contar con escolaridad, ser mayor de 75 años, vivir en condición de pobreza y presentar alguna la discapacidad física (Martina, 2017), además se ha descrito que el declive en las relaciones sociales se asocia con depresión y en casos graves incrementa el riesgo de suicidio en personas envejecidas (Pérez, et al., 2018). ...
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Resumen En los últimos años son frecuentes las publicaciones sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) que utilizan los tests de ejecución continua, siendo escasos los trabajos que permiten una visión global de las numerosas utilidades de estos instrumentos y la variedad de los mismos En este trabajo se describen las características de este tipo de tests, en relación a su uso y aplicación en el TDAH, haciendo especial hincapié, posteriormente, en la relación entre el Integrated Visual and Auditory Continuous Performance Test (IVA/CPT) y el TDAH. Con este propósito, se han revisado las publicaciones científicas sobre el tema, abarcando el periodo de tiempo desde 1990 hasta Mayo de 2015. Los resultados observados en las 139 investigaciones recogidas sugieren dos utilidades principales: 1) Instrumentos complementarios para la evaluación y diagnóstico del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad y, 2), como prueba para la valoración de la eficacia de las intervenciones terapéuticas. Se exponen las ventajas e inconvenientes de estos instrumentos y la proyección futura de los mismos.
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Cognitive dysfunction is prevalent in psychiatric disorders. Deficits are observed in multiple domains, including working memory, executive function, attention, and information processing. Disability caused by cognitive dysfunction is frequently as debilitating as the prominent emotional disturbances. Interactions between the hippocampus and the prefrontal cortex are increasingly appreciated as an important link between cognition and emotion. Recent developments in optogenetics, imaging, and connectomics can enable the investigation of this circuit in a manner that is relevant to disease pathophysiology. The goal of this review is to shed light on the contributions of this circuit to cognitive dysfunction in neuropsychiatric disorders, focusing on Alzheimer's disease and depression.
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Cognitive impairment and depression are common mental health problems among the elderly, although few studies have examined their cooccurrence in older adults in Latin America. The purpose of this study was to examine cognitive impairment, depression, and cooccurrence of the two conditions and associated factors in a sample of older adults in Panama. This study included 304 community-dwelling elderly (≥65 years) individuals. Participants underwent a clinical interview and assessments of cognitive function by the Minimental State Examination and depressive symptoms by the Geriatric Depression Scale. Limitations in basic (BADL) and instrumental (IADL) activities in daily living and the presence of chronic illnesses were recorded. Multinomial regression analysis revealed that cooccurrence of cognitive impairment and depressive symptoms was explained by increasing age (OR: 3.2, 95% CI: 1.20, 8.30), low education (OR: 3.3, 95% CI: 1.33, 8.38), having four or more chronic conditions (OR: 11.5, 95% CI: 2.84, 46.63), and BADL limitations (OR: 5.0, 95% CI: 1.26, 19.68). Less education and limitations in BADL and IADL increased the odds of cognitive impairment alone, while less education and three or more chronic conditions increased the odds of depression alone. These findings underscore the relevance of assessing cognitive impairment in the elderly as part of a long-term approach to managing depression and vice versa.
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Background. Cognitive impairment is an important clinical issue among elderly patients with depression and has a more complex etiology because of the variable rate of neurodegenerative changes associated with depression. The aim of the present work was to examine the prevalence of cognitive impairment and depression in a representative sample of adults aged ≥60 years. Methods. The presented work was a cross-sectional study on the prevalence of cognitive impairment and depression. Door-to-door interview technique was assigned in condition with multistage probability random sampling to obtain subjects that represent a population of the Guadalajara metropolitan area (GMA), Mexico. Cognitive function and depression were assessed by applying standardized Mini-Mental State Examination of Folstein (MMSE) and the Geriatric Depression Scale (GDS), respectively. Results. Prevalence of cognitive impairment was 13.8% (14.5% women, 12.6% men); no significant differences by gender and retired or pensioner were found. Prevalence of depression was 29.1% (33.6% women, 21.1% men); no significant differences by retired or pensioner were found. Cognitive impairment was associated with depression (OR  =  3.26, CI 95%, 2.31-4.60). Prevalence of cognitive impairment and depression is associated with: being woman, only in depression being older than 75 years being married, and a low level of education. Conclusion. Cognitive impairment and depression are highly correlated in adults aged ≥60.
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The construction of a depression rating scale designed to be particularly sensitive to treatment effects is described. Ratings of 54 English and 52 Swedish patients on a 65 item comprehensive psychopathology scale were used to identify the 17 most commonly occurring symptoms in primary depressive illness in the combined sample. Ratings on these 17 items for 64 patients participating in studies of four different antidepressant drugs were used to create a depression scale consisting of the 10 items which showed the largest changes with treatment and the highest correlation to overall change. The inner-rater reliability of the new depression scale was high. Scores on the scale correlated significantly with scores on a standard rating scale for depression, the Hamilton Rating Scale (HRS), indicating its validity as a general severity estimate. Its capacity to differentiate between responders and non-responders to antidepressant treatment was better than the HRS, indicating greater sensitivity to change. The practical and ethical implications in terms of smaller sample sizes in clinical trials are discussed.
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Remitted late life depression exhibits persistent cognitive impairments and enhances the risk of dementia. This study aimed to examine the characteristics of cognitive dysfunction in remitted late life depression and amnestic mild cognitive impairment (MCI). Remitted late life depression (n=61), amnestic MCI (n=61) and age-education-matched controls (n=65) were evaluated with a battery of neuropsychological tests grouped into executive function, memory, processing speed, attention and visuospatial domains. Compared with control subjects, amnestic MCI individuals showed more severe cognitive impairments in all domains, while remitted late life depression individuals performed worse in executive function and memory. The pattern of cognitive profiles significantly differed between remitted late life depression and amnestic MCI groups, which might be mainly attributed to worse impairments in memory and executive function in amnestic MCI individuals. Executive function was the core impaired cognitive domain mediating the influence of predictors on other cognitions in both remitted late life depression and amnestic MCI groups, which indicated a possible etiopathogenic mechanism underlying the conversion to dementia.
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The relationship between depression and dementia is complex and still not well understood. A number of different views exist regarding how the two conditions are linked as well as the underlying neurobiological mechanisms at work. This narrative review examined longitudinal and cross sectional studies in the existing literature and determined the evidence supporting depression being a risk factor, a prodrome, a consequence, or an independent co morbidity in dementia. Overall there is convincing evidence to support both the notion that early life depression can act as a risk factor for later life dementia, and that later life depression can be seen as a prodrome to dementia. There is also evidence to support both conditions showing similar neurobiological changes, particularly white matter disease, either indicating shared risk factors or a shared pattern of neuronal damage. These findings highlight the need to examine if effective treatment of depressive episodes has any effect in reducing the prevalence of dementia, as well as clinicians being vigilant for late life depression indicating the incipient development of dementia, and therefore carefully following up these individuals for future cognitive impairment.
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Clinical and epidemiologic research has focused on the identification of risk factors that may be modified in predementia syndromes, at a preclinical and early clinical stage of dementing disorders, with specific attention to the role of depression. Our goal was to provide an overview of these studies and more specifically to describe the prevalence and incidence of depression in individuals with mild cognitive impairment (MCI), the possible impact of depressive symptoms on incident MCI, or its progression to dementia and the possible mechanisms behind the observed associations. Prevalence and incidence of depressive symptoms or syndromes in MCI vary as a result of different diagnostic criteria and different sampling and assessment procedures. The prevalence of depression in individuals with MCI was higher in hospital-based studies (median: 44.3%, range: 9%-83%) than in population-based studies (median: 15.7%, range: 3%-63%), reflecting different referral patterns and selection criteria. Incidence of depressive symptoms varied from 11.7 to 26.6/100 person-years in hospital-based and population-based studies. For depressed normal subjects and depressed patients with MCI, the findings on increased risk of incident MCI or its progression to dementia were conflicting. These contrasting findings suggested that the length of the follow-up period, the study design, the sample population, and methodological differences may be central for detecting an association between baseline depression and subsequent development of MCI or its progression to dementia. Assuming that MCI may be the earliest identifiable clinical stage of dementia, depressive symptoms may be an early manifestation rather than a risk factor for dementia and Alzheimer disease, arguing that the underlying neuropathological condition that causes MCI or dementia also causes depressive symptoms. In this scenario, at least in certain subsets of elderly patients, late-life depression, MCI, and dementia could represent a possible clinical continuum.