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Necrotizing fasciitis in the surgical wound. A case report

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Abstract and Figures

Antecedentes: La fascitis necrotizante es una infección poco frecuente de los tejidos blandos, caracterizada por un proceso infeccioso agresivo y de rápida extensión que resulta en necrosis de la piel, tejido celular subcutáneo y fascia muscular. Caso clínico: Paciente de 25 años, con 41 semanas de embarazo; ingresó a la unidad hospitalaria por trabajo de parto. Pese a la buena evolución de la dilatación cervical, el embarazo finalizó mediante cesárea. Durante el posoperatorio se observaron signos de anemia moderada y para ello se le indicó hierro y vitamina C por vía oral; sin embargo, al tercer día posquirúrgico se evidenció la herida quirúrgica con signos de inflamación intensa y exudado seroso. Tuvo fiebre de 38.1 ºC en las últimas horas; su estado general empeoró significativamente. Los estudios de laboratorio reportaron: leucocitosis, anemia severa, plaquetopenia, hiponatremia, hiperglucemia, acidosis metabólica compensada e hipoxemia. El cultivo del exudado de la herida quirúrgica confirmó una infección por Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus. Se estableció el diagnóstico de fascitis necrotizante. El tratamiento consistió en reapertura de la herida, asepsia y desbridamiento de la piel, tejido celular subcutáneo y fascia muscular. La paciente permaneció cinco días más en la unidad de cuidados intensivos, con oxígeno complementario, apoyo inotrópico, antibióticos por vía intravenosa (imipenem, clindamicina, amikacina) y nutrición parenteral. La evolución fue favorable; no se reportaron complicaciones adicionales y la herida quirúrgica cerró por completo. Conclusiones: El pronóstico de las pacientes con fascitis necrotizante varía en función del diagnóstico y tratamiento oportunos. La tasa de morbilidad y mortalidad se estima, incluso, en 76%.
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caso clínico
Ginecol Obstet Mex. 2018 agosto;86(8):554-559.
Fascitis necrotizante en cicatriz de cesárea. A
propósito de un caso
Resumen
ANTECEDENTES: La fascitis necrotizante es una infección poco frecuente de los tejidos
blandos, caracterizada por un proceso infeccioso agresivo y de rápida extensión que
resulta en necrosis de la piel, tejido celular subcutáneo y fascia muscular.
CASO CLÍNICO: Paciente de 25 años, con 41 semanas de embarazo; ingresó a la
unidad hospitalaria por trabajo de parto. Pese a la buena evolución de la dilatación
cervical, el embarazo nalizó mediante cesárea. Durante el posoperatorio se observaron
signos de anemia moderada y para ello se le indicó hierro y vitamina C por vía oral;
sin embargo, al tercer día posquirúrgico se evidenció la herida quirúrgica con signos
de inamación intensa y exudado seroso. Tuvo ebre de 38.1 ºC en las últimas horas;
su estado general empeoró signicativamente. Los estudios de laboratorio reportaron:
leucocitosis, anemia severa, plaquetopenia, hiponatremia, hiperglucemia, acidosis
metabólica compensada e hipoxemia. El cultivo del exudado de la herida quirúrgica
conrmó una infección por Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus. Se
estableció el diagnóstico de fascitis necrotizante. El tratamiento consistió en reapertura
de la herida, asepsia y desbridamiento de la piel, tejido celular subcutáneo y fascia
muscular. La paciente permaneció cinco días más en la unidad de cuidados intensivos,
con oxígeno complementario, apoyo inotrópico, antibióticos por vía intravenosa (imi-
penem, clindamicina, amikacina) y nutrición parenteral. La evolución fue favorable; no
se reportaron complicaciones adicionales y la herida quirúrgica cerró por completo.
CONCLUSIONES: El pronóstico de las pacientes con fascitis necrotizante varía en
función del diagnóstico y tratamiento oportunos. La tasa de morbilidad y mortalidad
se estima, incluso, en 76%.
PALABRAS CLAVE: Fascitis necrotizante; posparto; sepsis; infección, embarazo.
Abstract
BACKGROUND: Necrotizing fasciitis is a rare soft tissue infection, distinguised by
an aggressive and rapidly expanding infectious process, that it results in necrosis of the
skin, subcutaneous cellular tissue and muscular fascia.
CLINICAL CASE: A 25 years-old patient, with 41 weeks of pregnancy; entered the
hospital due to delivery labor. Despite the good evolution of the dilation cervical,
the pregnancy was completed by caesarean section. During the postoperative were
observed signs of moderate anemia; iron and vitamin C were indicated orally; how-
ever, on the third postoperative day, the surgical wound with signs was evidenced of
intense inammation and serous exudate. Observed fever of 38.1 ºC in the last hours;
his general condition worsened signicantly. Laboratory studies reported: leukocytosis,
severe anemia, thrombocytopenia, hyponatremia, hyperglycemia, acidosis compensated
metabolism and hypoxemia. The culture of exudate from a surgical wound conrmed an
infection by Pseudomonas aeruginosa and Staphylococcus aureus. We established the
diagnosis of necrotizing fasciitis. The treatment consisted of reopening of the wound,
asepsis and debridement of the skin, subcutaneous cellular tissue and fascia muscu-
lar. The patient stayed ve more days in the intensive care unit, with complementary
oxygen, inotropic support, intravenous antibiotics (imipenem, clindamycin, amikacin)
and parenteral nutrition. The evolution was favorable; do not observed complications
and the surgical wound closed completely.
CONCLUSIONS: The prognosis of patients with necrotizing fasciitis varies according
of timely diagnosis and treatment. The morbimortality rate it is estimated, even, at 76%.
KEYWORDS: Necrotizing fasciitis; Postpartum; Sepsis; Infection, Pregnancy.
Zoraida Frías-Sánchez,1 Manuel Pantoja-Garrido,2 Francisco Javier Pantoja-Rosso,1 Francisco Javier Vico-de Miguel1
Recibido: mayo 2018
Aceptado: junio 2018
1 Servicio de Ginecología y Obstetricia,
Hospital General Santa María del
Puerto, Puerto de Santa María, Cadiz,
España.
2 Unidad de Gesón Clínica de Obstetri-
cia y Ginecología, Hospital Universitario
Virgen Macarena, Sevilla, España.
Correspondencia
Manuel Pantoja Garrido
pantoja_manuel@hotmail.com
Este arculo debe citarse como
Frías-Sánchez Z, Pantoja-Garrido M,
Pantoja-Rosso FJ, Vico-de Miguel FJ.
Reporte de caso. Fascis necrozante
en cicatriz de cesárea. A propósito de
un caso. Ginecol Obstet Mex. 2018
agosto;86(8):554-559.
DOI: https://doi.org/10.24245/gom.
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Frías-Sánchez Z y col. Fascitis necrotizante
ANETECEDENTES
La fascitis necrotizante es una infección poco
frecuente de los tejidos blandos, caracterizada
por un proceso infeccioso agresivo y de rápida
extensión que, como su nombre lo indica, resulta
en necrosis de la piel, tejido celular subcutáneo
y fascia muscular (incluso puede dañar otros te-
jidos y órganos adyacentes).1 Su origen suele ser
polimicrobiano y afectar, sobre todo, a pacientes
inmunodeprimidos1 y mujeres embarazadas.2 El
diagnóstico se establece por hallazgos clínicos
y el tratamiento incluye el desbridamiento qui-
rúrgico radical de los tejidos afectados.1-2 Hasta
ahora, se desconoce la incidencia de fascitis
necrotizante en la población obstétrica3 pues
los casos reportados son excepcionales debido a
los avances médicos y al tratamiento proláctico
con antibióticos en procedimientos quirúrgicos
obstétricos, como sucede en las cesáreas.4 Así,
pues, es importante reportar este tipo de casos,
establecer el diagnóstico oportuno y evaluar los
protocolos de prevención primaria.
CASO CLÍNICO
Paciente de 25 años, primigesta, sin antecedentes
personales de importancia para el padecimiento
actual. El control del embarazo se llevó a cabo
sin incidencias, con evaluaciones clínicas, ana-
líticas y ecográcas dentro de los parámetros
normales. La evolución del embarazo trascurrió
sin alteraciones, sólo acudió a consulta por sufrir
episodios frecuentes de vómito. En la semana 33
ingresó al servició médico debido a un episodio
de vómito incoercible, por lo que se indicó
tratamiento antiemético por vía intravenosa. Des-
pués de su estabilización y tolerancia correcta
a la vía oral se envió a su domicilio, en donde
siguió el control tocológico habitual. El resto del
embarazo trascurrió sin incidencias e ingresó
por trabajo de parto a las 41 semanas. Pese a
la buena evolución de la dilatación cervical, el
embarazo nalizó mediante cesárea, debido a
bradicardia fetal mantenida, que no cedió aun
con diversas medidas de reanimación intraparto;
a pesar de ello se logró equilibrar el estado de
salud del neonato. Nació un varón vivo, con
peso adecuado para la edad gestacional, Apgar
de 8-10-10, con evolución favorable. La cesárea
trascurrió sin complicaciones; como medida
preventiva se administraron 2 g de cefazolina
por vía intravenosa.
Durante el posoperatorio se observaron signos de
anemia moderada (hemoglobina 8.2 g/dL) que
se trató con hierro y vitamina C por vía oral. Al
tercer día posquirúrgico se evidenció la herida
quirúrgica con signos de inamación intensa y
exudado seroso, no maloliente. Se obtuvo una
muestra de la herida quirúrgica para cultivo y
hemocultivo, pues la paciente manifestó ebre
de 38.1 ºC en las últimas horas. Durante la
exploración general se observó con aceptable
estado y estabilidad hemodinámica, aunque
con ebre; se le indicaron betalactámicos por
vía intravenosa. El estado general de la paciente
empeoró signicativamente, con persistencia de
la ebre. Los estudios de laboratorio reportaron:
leucocitosis marcada (37,700/mL con desviación
a la izquierda), anemia severa (hemoglobina 7.2
g/dL), plaquetopenia (138,000/mL), hiponatre-
mia (115 mEq/L), hiperglucemia (200 mg/dL),
acidosis metabólica compensada e hipoxemia
(pH: 7.4, pCO2: 23 mmHg y HCO3: 15 mEq/L).
El hemocultivo resultó negativo no así el cultivo
del exudado de la herida quirúrgica que conr-
mó la infección por Pseudomonas aeruginosa y
Staphylococcus aureus.
Con el diagnóstico de sepsis puerperal de ori-
gen ginecológico se trasladó a la unidad de
cuidados intensivos. A su ingreso, la paciente
se apreció orientada, consciente, colaboradora,
debidamente perfundida e hidratada. En la aus-
cultación respiratoria manifestó subictericia de
conjuntivas, taquipnea ligera e hipoventilación
de ambas bases. La herida quirúrgica mostró
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Figura 1. Herida quirúrgica previa al tratamiento.
Figura 2. Procedimiento quirúrgico. Signos de infec-
ción en la piel y tejido celular subcutáneo.
signos evidentes de infección, con reacción
eritematosa e hipertermia, lesiones ampollo-
sas y zonas de tejido necrótico; por tanto, se
estableció el diagnóstico sugerente de fascitis
necrotizante como primera opción (Figura 1). Se
decidió realizar una intervención quirúrgica de
urgencia, con reapertura de la herida, asepsia y
desbridamiento de la piel, tejido celular subcu-
táneo y fascia muscular afectados por el proceso
infeccioso, considerando mantener la pared
abdominal abierta para cicatrizar por segunda
intención (Figura 2). Durante su estancia en la
unidad de cuidados intensivos se efectuaron
diversas pruebas complementarias, incluida la
radiografía de tórax, con pinzamiento de ambos
senos costo-diafragmáticos. La ecografía abdo-
minal reportó líquido libre intraabdominal, ligera
hepatomegalia y derrame pleural bilateral. Ante
la sospecha diagnóstica se complementaron las
pruebas con una tomografía axial computada,
que objetivó la coexistencia de gas en el tejido
celular subcutáneo y los músculos rectos del
abdomen y la fascia muscular. La paciente per-
maneció cinco días más en la unidad de cuidado
intensivos, con oxígeno complementario, apoyo
inotrópico, antibióticos por vía intravenosa:
imipenem, clindamicina, amikacina y nutrición
parenteral, con lo que se observó evolución
clínica y analítica satisfactorias. Durante el
proceso requirió trasfusión de cuatro unidades
de concentrados de hematíes y asepsia diaria
de la herida quirúrgica de forma multidiscipli-
naria, con la participación de los servicios de
Ginecología y Cirugía general. Después de la
estabilización del cuadro se trasladó al área de
hospitalización de Ginecología para seguimiento
y control con tratamiento antibiótico. Durante
su estancia permaneció afebril, con diuresis
correcta, tolerancia oral sin complicaciones y
parámetros analíticos dentro de la normalidad.
A los 22 días de la cesárea egresó del hospital,
con control ambulatorio estricto en la consulta
externa de Ginecología general. La evolución fue
favorable y en la cicatriz se observó reepiteliza-
ción (por segunda intención); no se reportaron
complicaciones y la herida quirúrgica cerró por
completo.
DISCUSIÓN
La fascitis necrotizante es una infección poco
frecuente de los tejidos blandos, caracterizada
por un proceso infeccioso agresivo y de rápi-
da extensión. Afecta la piel, el tejido celular
subcutáneo, la fascia supercial, incluso los
tejidos y órganos adyacentes.1-3 Joseph Jones
describió el primer caso de la enfermedad du-
rante la Guerra Civil Estadounidense.5 En 1918
se observó que se trataba de una alteración
de origen bacteriano y en 1952 se designó
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Frías-Sánchez Z y col. Fascitis necrotizante
canismo de acción implicado en esta teoría, por
una parte basada en el enmascaramiento de los
signos y síntomas que retrasan el diagnóstico
de la enfermedad y, por otra, la posibilidad de
la inhibición del proceso de quimiotaxis de los
granulocitos, la fagocitosis y la actividad bac-
tericida que favorece la infección.10 La anemia
severa representa un factor de riesgo importante
para infecciones en la población obstétrica,
pues altera la proliferación de linfocitos T y B,
con subsiguiente disminución de la actividad
bactericida de los fagocitos y neutrólos;11 por
tanto, la corrección de la anemia es un objetivo
vital en el control obstétrico de rutina. La pa-
ciente de este estudio tuvo como único factor
de riesgo un cuadro de anemia leve, para el que
recibía tratamiento durante el embarazo. Desde
el punto de vista siopatológico se piensa que
esta alteración se inicia con un proceso irritativo
y posterior destrucción de bras nerviosas,12
seguido de fascitis, miositis, choque séptico y
sepsis puerperal, según la intervención de los
microorganismos implicados en el proceso,
sobre todo Streptococcus spp, clasicado como
uno de los agentes más agresivos.13 Desde el
punto de vista clínico los signos y síntomas de
la fascitis necrotizante se expresan según la
evolución de la enfermedad. Los signos clásicos
iniciales incluyen: dolor súbito y edema en la
zona afectada, con o sin exudado purulento.
Además, destaca el malestar general, las alte-
raciones digestivas (diarrea o vómito), ebre,
confusión o debilidad generalizada. Entre los
cambios locales avanzados característicos
puede aparecer eritema cutáneo, áreas gan-
grenosas, necrosis y lesiones ampollosas en
algunos casos.4,5 Los síntomas severos incluyen
hipotensión y signos derivados de choque sép-
tico.5 Nuestra paciente inició con alteraciones
en la herida quirúrgica, caracterizadas por
enrojecimiento, edema y secreción no puru-
lenta, además de deterioro del estado general,
que hizo sospechar fascitis necrotizante como
primera opción diagnóstica. Los hallazgos ana-
líticos se asocian con leucocitosis (> 25,000
con el nombre que ahora conocemos: fascitis
necrotizante.5 Durante los siglos XIX y XX la
enfermedad se centró, prácticamente, en la
población militar; sin embargo, a mediados del
decenio de 1980, se incrementó la tasa en la po-
blación civil, conrmándose en 1999 con 600
casos reportados.5 Puesto que se trata de una
enfermedad excepcional, la epidemiología en la
población obstétrica se desconoce; no obstante,
la OMS señala que la estimación mundial de
sepsis materna es de 6,900,000 casos al año y
de éstos, la infección de la herida quirúrgica
representa la quinta causa más frecuente de
muerte materna.3 La incidencia de fascitis ne-
crotizante en Estados Unidos es de 4 casos por
cada 100,000 habitantes-año.6 Desde el punto
de vista microbiológico la fascitis necrotizante
se divide en: 1) tipo 1 o polimicrobiana, y
2) tipo 2 o monomicrobiana.7 Los casos de
fascitis polimicrobianas son los más frecuen-
tes,1-3,7 mientras que las monomicrobianas se
relacionan con infecciones superciales y son
menos agresivas. Los microorganismos aislados
con mayor frecuencia incluyen: grampositivos
como Staphylococcus aureus, S. pyogenes y la
familia de enterococos; entre los gramnegativos
aerobios se encuentran Escherichia coli o Pseu-
domonas spp y anaerobios como Bacteroides o
Clostridium spp.7 De todos estos, los relaciona-
dos con la producción de gas (importante para
el diagnóstico por imagen) comprenden E. coli,
Streptococcus y Bacteroides.8 En nuestro caso
clínico se identicó una infección polimicro-
biano, con la combinación de microorganismos
grampositivos y gramnegativos (Pseudomonas
aeruginosa y Staphylococcus aureus). Entre los
factores de riesgo de esta enfermedad destacan
la diabetes mellitus, anemia, malnutrición,
hipertensión, cirugía previa, obesidad, enferme-
dad vascular, inmunodepresión, alcoholismo,
enfermedad renal y tabaquismo.9,10 Algunos
estudios señalan la relación entre el consumo
de antiinamatorios no esteroides y la aparición
de fascitis necrotizante en el posoperatorio
inmediato. Sin embargo, aún se discute el me-
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el tratamiento consiste en desbridamiento
quirúrgico radical, además de antibióticos de
amplio espectro combinados por vía intraveno-
sa, especícos de microorganismos anaerobios,
gramnegativos y grampositivos. El tratamiento
de elección es la cirugía; la indicación de an-
tibióticos sin desbridamiento se relaciona con
una tasa de mortalidad cercana a 100%.9 En
la actualidad se indica oxígeno hiperbárico,
que se fundamenta en la oxigenación de los
tejidos para minimizar el tiempo de curación.
Sin duda hacen falta más estudios multicéntri-
cos, debidamente diseñados, para analizar los
resultados a largo plazo.16
El pronóstico de los pacientes con fascitis necro-
tizante es reservado-malo, pues se estima una
tasa de mortalidad entre 30-60%, independiente-
mente del tratamiento con antibióticos. Hoy día,
el único factor pronóstico determinante, capaz
de reducir la tasa de morbilidad y mortalidad
es el procedimiento quirúrgico oportuno. La
mortalidad en estos pacientes se relaciona con
complicaciones como: colapso hemodinámico
y sepsis fulminante.8 En nuestra paciente, el
desbridamiento quirúrgico radical, el tratamien-
to antibiótico combinado y el soporte vital se
asociaron con evolución favorable. El resultado
nal fue la cicatrización completa de la herida
quirúrgica y recuperación del estado general,
analítico y hemodinámico.
CONCLUSIONES
La fascitis necrotizante es una rara alteración
en la población obstétrica. Debido a su natu-
raleza invasiva y rápida evolución, genera una
elevada tasa de mortalidad. En la actualidad, en
Estados Unidos se practican más de un millón de
cesáreas al año razón por la que es importante
extremar las medidas necesarias para prevenir in-
fecciones de la herida quirúrgica. La prevención
primaria consiste en antibióticos preoperatorios,
además de disminuir los factores de riesgo en las
células/µL), anemia, hiponatremia, creatinina
mayor de 1-6 mg/dL, hiperglucemia (> 180 mg/
dL) o bicarbonato menor de 22 mmol/L.4,14 La
concentración de estos marcadores, en conjun-
to con la edad de la paciente, forman el llamado
LRINEC (por sus siglas en inglés Laboratory
risk indicator for necrotizing fasciitis), sistema
de puntuación y estraticación del riesgo de
fascitis necrotizante, diferenciándolo así de la
celulitis. Este criterio fue establecido por Wong
y su grupo como método útil para el diagnós-
tico de la enfermedad;15 sin embargo, diversos
estudios mostraron que 63.8% de las pacientes
con fascitis necrotizante se clasicaron en bajo
riesgo.14 El estudio concluyó que el sistema
LRINEC no representa un método efectivo para
estraticar el riesgo de la enfermedad, porque
la tasa de falsos positivos es demasiado alta en
casos conrmados de celulitis y al igual que
la de falsos negativos en casos conrmados de
fascitis necrotizante.14 Así, pues, el diagnóstico
se establece por sospecha clínica temprana de
la infección mediante el hallazgo de los diferen-
tes signos y síntomas, que son característicos,
además de la rigurosa inspección de la zona
afectada.
La incorporación de estudios de imagen, como
radiografías, resonancia magnética nuclear
y tomografía computada son útiles para el
diagnóstico oportuno; no obstante, algunos
no se encuentran disponibles en los centros
hospitalarios y su costo es elevado.11 El objetivo
principal de los diferentes estudios de imagen
consiste en conrmar la coexistencia de gas en
los tejidos blandos;8 sin embargo, las pruebas
que evidencien datos de normalidad no des-
cartan el diagnóstico de fascitis necrotizante.
En nuestro caso, la principal sospecha fue por
los signos clínicos y los hallazgos locales, que
hicieron orientar el cuadro de la enfermedad. El
estudio de imagen conrmó el gas diseminado
entre los tejidos blandos y músculos rectos del
abdomen. Una vez conrmado el diagnóstico,
559
Frías-Sánchez Z y col. Fascitis necrotizante
pacientes embarazadas. Es importante conocer
la siopatología de la fascitis necrotizante para
establecer el diagnóstico y tratamiento opor-
tunos. El tratamiento de elección consiste en
desbridamiento quirúrgico inmediato, lo que
reduce de manera muy importante la tasa de
morbilidad y mortalidad.
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... Este padecimiento es realmente excepcional durante el puerperio y su mortalidad es alta, incluso de 70%. 9,11 CONCLUSIONES La fascitis necrosante es una complicación poco frecuente durante el puerperio; en la mayoría de los casos se asocia con procedimientos quirúrgicos. Después de la cesárea es inusual la manifestación de fascitis necrosante. ...
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ANTECEDENTES: La fascitis necrosante es una infección progresiva poco común, con elevada mortalidad, que puede afectar cualquier parte del cuerpo. En la mayoría de los casos se origina por una infección polimicrobiana, con subsecuente afectación de la fascia superficial, tejido y grasa subcutáneos, nervios, arterias, venas y la fascia profunda. CASO CLÍNICO: Paciente de 28 años, obesa, infectada con VIH, que ingresó al servicio de Obstetricia durante el puerperio, con temperatura de 39 °C, escalofríos y dolor abdominal. En la exploración física se observó una lesión negra-azulada, de bordes definidos, de aproximadamente 40 x 20 cm en el área abdominal, alrededor de la herida quirúrgica, con ampollas y olor fétido. Los estudios de laboratorio reportaron hemoglobina 10 g/L, proteína C reactiva 413 y creatinina 110 mg/dL. Se obtuvo una muestra de las ampollas para cultivo. Al día siguiente se repitieron los exámenes de laboratorio y se encontró hemoglobina 8.5 g/L, proteína C reactiva 516 y creatinina 215 mg/dL; el cultivo resultó positivo para Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus. Se prescribió tratamiento endovenoso con antibióticos y la lesión se intervino quirúrgicamente con debridamiento. La evolución de la paciente fue satisfactoria y no reportó secuelas. CONCLUSIONES: El diagnóstico oportuno de la fascitis necrosante permite su tratamiento temprano y la supervivencia del paciente.
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Introduction: Necrotizing fasciitis (NF) is an uncommon but rapidly progressive infection that results in gross morbidity and mortality if not treated in its early stages. The Laboratory Risk Indicator for Necrotizing Fasciitis (LRINEC) score is used to distinguish NF from other soft tissue infections such as cellulitis or abscess. This study analyzed the ability of the LRINEC score to accurately rule out NF in patients who were confirmed to have cellulitis, as well as the capability to differentiate cellulitis from NF. Methods: This was a 10-year retrospective chart-review study that included emergency department (ED) patients ≥18 years old with a diagnosis of cellulitis or NF. We calculated a LRINEC score ranging from 0-13 for each patient with all pertinent laboratory values. Three categories were developed per the original LRINEC score guidelines denoting NF risk stratification: high risk (LRINEC score ≥8), moderate risk (LRINEC score 6-7), and low risk (LRINEC score ≤5). All cases missing laboratory values were due to the absence of a C-reactive protein (CRP) value. Since the score for a negative or positive CRP value for the LRINEC score was 0 or 4 respectively, a LRINEC score of 0 or 1 without a CRP value would have placed the patient in the "low risk" group and a LRINEC score of 8 or greater without CRP value would have placed the patient in the "high risk" group. These patients missing CRP values were added to these respective groups. Results: Among the 948 ED patients with cellulitis, more than one-tenth (10.7%, n=102 of 948) were moderate or high risk for NF based on LRINEC score. Of the 135 ED patients with a diagnosis of NF, 22 patients had valid CRP laboratory values and LRINEC scores were calculated. Among the other 113 patients without CRP values, six patients had a LRINEC score ≥ 8, and 19 patients had a LRINEC score ≤ 1. Thus, a total of 47 patients were further classified based on LRINEC score without a CRP value. More than half of the NF group (63.8%, n=30 of 47) had a low risk based on LRINEC ≤5. Moreover, LRINEC appeared to perform better in the diabetes population than in the non-diabetes population. Conclusion: The LRINEC score may not be an accurate tool for NF risk stratification and differentiation between cellulitis and NF in the ED setting. This decision instrument demonstrated a high false positive rate when determining NF risk stratification in confirmed cases of cellulitis and a high false negative rate in cases of confirmed NF.
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Necrotising fasciitis is a rare but potentially lethal condition in obstetrics which usually presents with fulminant tissue destruction and a resultant high mortality. We report a 19-year-old Sub-Saharan female diagnosed with a rapidly erosive necrotising fasciitis on day 5 after caesarean section in a resource-limited setting. Timely diagnosis, aggressive antibiotic therapy, and prompt surgical intervention via an extensive abdominal wall debridement were pivotal to her survival.
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Background: Necrotizing fasciitis (NF) is a serious and potentially fatal condition where there is rapid progression of inflammation of skin, subcutaneous tissue, and superficial fascia and can be mono-microbial or poly-microbial. The disease is rapidly progressive in nature and if not promptly treated leads to significant morbidity or even mortality. This study was designed to explore the various risk factors commonly present and study the outcome of the disease. Methods: This was a cross sectional study done in tertiary centre over period of one year from April 2014 to March 2015. Patient admitted with soft tissue infection were presumptively made diagnosis of NF based on clinical features and final diagnosis was made after pre-operative surgical findings. Results: Forty two (40.38%) patients had final diagnosis of NF out of 102 soft tissue infections. Twentynine (69%) of 42 patients with NF fully recovered with surgical and medical management. Eleven (26.2%) of these patients succumbed to their illness and two (4.8%) needed amputation of limb to control the infection. The most common co-morbid condition was alcoholism, followed by diabetes mellitus. Conclusions: The incidence of necrotizing fasciitis in patients admitted with soft tissue infection was 40.38%. Mortality and morbidity due to this condition was found to be high.
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Introduction. Necrotizing fasciitis is an uncommon condition in general practice but one that provokes serious morbidity. It is characterized by widespread fascial necrosis with relative sparing of skin and underlying muscle. Herein, we report a fatal case of necrotizing fasciitis in a young healthy woman after episiotomy. Case Report. A 17-year-old primigravida underwent a vaginal delivery with mediolateral episiotomy. Necrotizing fasciitis was diagnosed on the 5th postpartum day, when the patient was referred to our tertiary care medical center. Surgical debridement was initiated together with antibiotics and followed by hyperbaric oxygen therapy. The patient died due to septic shock after 16 hours from the referral. Conclusion. Delay of diagnosis and consequently the surgical debridement were most likely the reasons for maternal death. In puerperal period, a physician must consider necrotizing fasciitis as a possible diagnosis in any local sings of infection especially when accompanied by fever and/or tenderness. Early diagnosis is the key for low mortality and morbidity.
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Necrotizing fasciitis, a near-fatal soft-tissue infection complicating obstetric operative wounds, is a rare entity in obstetrics. Herein, we report two cases of necrotizing fasciitis in severely undernourished and anemic women following obstetric operative procedures. Both undernourishment and anemia compounded the already existing immune-suppressed state in pregnancy and may have lead to life-threatening necrotizing fasciitis. One of the patients developed necrotizing fasciitis following episiotomy and the other following cesarean section. Both the cases were diagnosed clinically. Management was done by total parenteral nutrition, prompt correction of anemia, and surgical debridement under broad-spectrum antibiotic coverage. The raw areas were later reconstructed by split skin grafting in the first case, whereas, in the second case, due to the patient’s refusal of skin grafting, the wound was allowed to heal by secondary intention. Both patients survived, although with morbidity. Our study aims to emphasize prompt correction of comorbidities along with aggressive management of necrotizing fasciitis for better outcomes in the obstetric population. Prompt correction of nutritional status improves the survival rate.
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Introduction: Necrotizing fasciitis (NF) is a rare complication in pregnant women. There have been no population-level data reported to date on its epidemiology, clinical features, resource utilization, and outcomes. Methods: This was a retrospective, population-based cohort study, using the Texas Inpatient Public Use Data File to identify pregnancy-associated hospitalizations for the years 2001-2010. Hospitalizations with a diagnosis of NF were then identified using the International Classification of Diseases, Ninth Revision, Clinical Modification code 728.86. Denominator data for incidence estimates were derived from the Texas Center for Health Statistics reports of live births, abortions and fetal deaths, and previously reported population-based, age-specific linkage data on miscarriage, and were used to estimate the annual total number of pregnancies (TEP). The incidence of pregnancy-associated NF (PANF), hospitalization type, clinical features, resource utilization and outcomes were examined. Results: There were 4,060,201 pregnancy-associated hospitalizations and 148 PANF hospitalizations during study period. Postpartum hospitalizations accounted for 82.4% of all PANF events, and intensive care unit care was required in 61.5%. The key trends noted between 2001-2002 and 2009-2010 included rising incidence of PANF from 1.1 vs. 3.8 per 100,000 TEP-years (P = 0.0001), chronic comorbidities 0% vs. 31.7% (P = 0.0777), and development of organ failure in 9.1% vs. 31.7% (P = 0.0302). There was no significant change in total hospital charges or hospital length of stay. Three patients (2%) died in the hospital and 55% of survivors had routine home discharge. Conclusions: The present cohort of PANF is the largest reported to date. The incidence of PANF rose nearly 3.5-fold over the past decade, with most events developing following delivery hospitalization. Chronic illness has been increasingly present, along with rising severity of illness. The majority of patients required ICU care. Hospital mortality was lower than that reported for NF in the general population. The sources of the observed findings require further study.
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Necrotizing fasciitis and toxic shock syndrome are life-threatening conditions that can be seen after any surgical procedure. With only 4 previous published case reports in the obstetrics and gynecology literature of these two conditions occurring secondary to Clostridium septicum, we describe a case of necrotizing fasciitis and toxic shock syndrome occurring after a term cesarean delivery caused by this microorganism, requiring aggressive medical and surgical intervention.
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Necrotizing fasciitis is a rare, life-threatening surgical infection in pregnancy with high rates of morbidity and mortality. A 15-year-old primigravid woman, at 28 weeks of gestation with no significant previous medical history, was admitted to our hospital complaining of severe left lower extremity pain and high fever the last 72 hours. During clinical examination, she had a swollen, erythematous and tender to palpation inflamed skin over the medial aspect of the upper thigh without any evidence of injury. Incision drainage was performed immediately and she received broad spectrum antibiotics. During initial laboratory examinations, diabetes mellitus was diagnosed. There was no clinical improvement over the following days. Magnetic resonance imaging (MRI) revealed subcutaneous tissue inflammation and edema of infected tissues confirming the disease entity. Multidisciplinary therapy with immediate aggressive surgical debridement of necrotic tissues, multiple antibiotics, and intensive care monitoring was performed successfully. The patient's postoperative course was uncomplicated and skin defect was closed with split thickness skin grafting. Our case emphasized the potential immunosuppressive role of pregnancy state in conjunction with diabetes mellitus in the development of severe necrotizing soft tissue infections.
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We report the use of hyperbaric oxygen (HBO) therapy to treat the complication of necrotizing fasciitis following Cesarean section in a postpartum gravida with diabetes mellitus. Our patient was a 25-year-old, gravida 1, para 1, woman with a history of type 1 diabetes mellitus since the age of 18. The patient experienced preterm labor at 31+1 gestational weeks and was treated with magnesium sulfate for tocolytic therapy. The patient then went into labor at 39+6 gestational weeks. She received Cesarean section due to prolonged labor associated with non-reassuring fetal status of both smooth baseline and fetal tachycardia. An ultrasound scan of the lower abdomen on the 4th postoperative day revealed fluid collection measuring 4 mm over the rectus fascia and edematous change of the surrounding soft tissues under the Cesarean section incision site. The patient eventually received HBO for a total of 7 days. Following HBO, the condition of the surgical wound improved dramatically. The results of this case showed that HBO has the potential to be a cost-effective way to enhance the healing of necrotizing fasciitis in diabetes mellitus gravida.
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We report a case of a previously healthy woman after an uneventful caesarean section who developed polymicrobial necrotizing fasciitis. She was given a non-steroidal anti-inflamatory drug (NSAID) after her delivery. Her post-delivery course was complicated by septic shock, and required multiple debridements before abdominal reconstruction. This case describes the increased risk of necrotizing fasciitis with NSAID use. Unusual were the organisms causing the polymicrobial necrotizing fasciitis: Staphylococcus aureus, Enterobacter agglomerans, Acinetobacter baumannii, and two strains of Enterobacter cloacae.