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Salud y calidad de vida de cuidadores familiares y profesionales de personas mayores dependientes: estudio comparativo

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Abstract

El trabajo que se presenta tiene como objetivo analizar las semejanzas y diferencias en la salud y en la calidad de vida de los cuidadores familiares y profesionales que atienden a personas mayores en situación de dependencia. Concretamente se presentan los resultados obtenidos tras la evaluación de 600 cuidadores de los cuales un 33,83% son familiares y un 66,17% son profesionales, a quienes se evaluó la carga o estrés experimentado, la salud física y psicológica y la calidad de vida general, laboral, familiar y social. Los resultados obtenidos indican que existen diferencias entre ambos grupos de cuidadores. Los familiares dedicados al cuidado presentan mayores niveles de sobrecarga y tienen una peor salud física y psicológica como consecuencia de la atención prestada al dependiente. Los cuidadores profesionales experimentan una mayor satisfacción con la vida en general y con otros factores como el trabajo, la familia y las relaciones sociales. Finalmente se justifica la necesidad de poner en marcha intervenciones de mejora de la salud de los cuidadores
European Journal of Investigation in Health,
Psychology and Education
2014, Vol. 4, Nº 2 (Págs. 79-88)
© Eur. J. investig. health psychol. educa
ISSN 2174-8144 // www.ejihpe.es
doi: 10.1989/ejihpe.v4i2.55
Salud y calidad de vida de cuidadores familiares y profesionales de
personas mayores dependientes: estudio comparativo
Noelia Flores1, Cristina Jenaro1, Lourdes Moro1 y Raluca Tomşa2
1Universidad de Salamanca (España); 2Universitatea din Bucuresti (Romania)
El trabajo que se presenta tiene como objetivo analizar las semejanzas y diferencias en la
salud y en la calidad de vida de los cuidadores familiares y profesionales que atienden a
personas mayores en situación de dependencia. Concretamente se presentan los resultados
obtenidos tras la evaluación de 600 cuidadores de los cuales un 33,83% son familiares y
un 66,17% son profesionales, a quienes se evaluó la carga o estrés experimentado, la salud
física y psicológica y la calidad de vida general, laboral, familiar y social. Los resultados
obtenidos indican que existen diferencias entre ambos grupos de cuidadores. Los
familiares dedicados al cuidado presentan mayores niveles de sobrecarga y tienen una peor
salud física y psicológica como consecuencia de la atención prestada al dependiente. Los
cuidadores profesionales experimentan una mayor satisfacción con la vida en general y
con otros factores como el trabajo, la familia y las relaciones sociales. Finalmente se
justifica la necesidad de poner en marcha intervenciones de mejora de la salud de los
cuidadores.
Palabras clave: Cuidadores, sobrecarga, salud, calidad de vida, dependencia.
Health and quality of life of family and professional caregivers of dependent elderly: a
comparative study. The work presented aims to analyze the similarities and differences in
health and quality of life of family caregivers and professionals serving seniors in a
position of dependency. Specifically, the results presented were obtained from the
evaluation of 600 caregivers, of which 33.83% are family and 66.17% are professionals, to
determine their burden or stress experienced, as well as their physical and psychological
health and their overall, work, family and social quality of life. The results indicate that
there are differences between the two groups of caregivers. The family caregivers have
higher levels of overload and have poorer physical and psychological health as a result of
their tasks. Professional caregivers experience greater satisfaction with life in general and
in other factors such as work, family and social relationships. Finally, this justifies the
need to implement interventions to improve the health of caregivers.
Keywords: Caregivers, overload, health, quality of life, dependence.
Correspondencia: Noelia Flores. Facultad de Psicología. Universidad de Salamanca. Avda. de la
Merced, 109-131. C.P.: 37005. Salamanca (España). E-mail: nrobaina@usal.es
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En las últimas décadas se ha observado un cambio demográfico importante.
Los índices de natalidad han disminuido y la esperanza de vida está aumentando cada
vez más, pasando de los 35 años, a principios del siglo XX, a los 50 años a mediados de
éste, y superando los 78 años en la actualidad. Ello ha generado una población mayor
cada vez más envejecida. Las causas de esto las podemos encontrar en los grandes
avances experimentados por la medicina y en los cambios sociales acaecidos a lo largo
de todos estos años. Todo ello conlleva que las personas cada vez sean más longevas y
que se produzca, a su vez, un sobre envejecimiento de la población más mayor. Ley
39/2006, de 14 de diciembre de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las
personas en situación de dependencia, entiende por dependencia el “estado de carácter
permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la
enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física,
mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas
importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las
personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su
autonomía personal”.
Esta definición, que ha sido ampliamente aceptada, plantea la concurrencia de
tres factores: en primer lugar, la existencia de una limitación física, psíquica o intelectual
que merma determinadas capacidades de la persona; en segundo lugar, la incapacidad de
la persona para realizar por sí mismo las actividades de la vida diaria; y en tercer lugar,
la necesidad de asistencia o cuidados por parte de un tercero. Las personas dependientes,
por tanto, van a requerir de una intervención continuada, aunque no necesariamente
permanente, basada en el apoyo y los cuidados. De ahí la importancia de los cuidados
formales e informales en la atención a la necesidades de este colectivo. La familia es la
principal fuente de ayuda para las personas mayores y adquiere aún más importancia
cuando éstas sufren algún tipo de dependencia pues contribuye a rellenar las lagunas o
carencias de las redes sociosanitarias de servicios y constituye un eje fundamental de las
políticas sociales basadas en el “envejecimiento en el hogar”. Así mismo, también la
familia contribuye a mantener la seguridad, la calidad de vida y el bienestar tanto físico
como psicológico de la persona mayor dependiente (Crespo y López, 2007; Fernández
de Larrinoa et al., 2011; Ruíz-Robledillo y Moya-Albiol, 2012). Este tipo de cuidado
que da la familia se suele conocer también como cuidado informal. El Libro Blanco
(IMSERSO, 2005, p. 173) lo define como el cuidado que se presta por parientes, amigos
o conocidos. Más concretamente, se puede decir que es la atención no remunerada que se
presta a las personas con algún tipo de dependencia por parte de los miembros de su
familia y/u otra persona sin otro lazo de unión ni obligación con la persona dependiente
que no sea el de la amistad o el de la buena vecindad (Rivera, 2001). Así, cuando alguien
enferma o presenta algún tipo de dependencia, dentro del sistema familiar suele haber
una persona, el cuidador principal, que asume las tareas de cuidado básicas, y que suele
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ser percibida por los restantes miembros de la familia como el responsable de asumir el
cuidado del enfermo (Feldberg et al., 2011; Fernández de Larrinoa et al., 2011).
Numerosos estudios coinciden en afirmar que el perfil del cuidador principal se
corresponde con el de una mujer, de edad comprendida entre los 45 y 69 años, que
informa no recibir la ayuda de nadie para realizar este trabajo y que se caracteriza
mayoritariamente por no tener una actividad laboral retribuida (Crespo y López, 2007;
Flores, Jenaro, Navarro, Vega y Vázquez, 2013; Grandón, Jenaro y Lemos, 2008).
Por su parte, el cuidado formal alude al “conjunto de acciones que un
profesional oferta de forma especializada, y que va más allá de las capacidades que las
personas poseen para cuidar de sí mismas o de los demás” (Francisco del Rey y
Mazarraza, 1995, p. 62). Se trata, fundamentalmente, de toda aquella asistencia a
personas mayores que necesitan ayuda en las actividades de la vida diaria, y en la que
concurre alguno de los siguientes criterios: el cuidado se provee sobre una relación
contractual (oral o escrita) o a través de una organización (empresa, institución pública u
organización sin ánimo de lucro). Por tanto, el proveedor de cuidado formal es un
profesional que oferta un servicio para el que tiene una preparación que lo habilita
(Rogero, 2010). En este sentido, desempeña tareas de asistencia especializada, a
diferencia de la atención generalista que se le atribuye al cuidador familiar. Por otro
lado, la relación entre cuidador profesional y receptor está caracterizada por una
neutralidad afectiva, en contraste con la implicación emocional del cuidador familiar
(Herrera-Gómez, 1998). Pese a ello, es necesario destacar el papel protagonista que estos
trabajadores tienen para garantizar una atención de calidad, dado que después de la
familia, proveen una mayor y más intensa atención a la persona dependiente (Aparicio et
al., 2008).
Existe un amplio consenso respecto a las repercusiones negativas del cuidado
en la salud y calidad de vida del cuidador familiar (Crespo y López, 2007; Flores et al.,
2013; Grandón, Jenaro y Lemos, 2008). La mayoría de los estudios constatan que la
presión a la que están expuestos los cuidadores puede desencadenar en ellos sentimientos
de estrés, ansiedad y depresión (Hartke, King, Heinemann y Semik, 2006). Otros autores
también informan que el cuidado afecta negativamente a la salud física y psicológica
(Brummett et al., 2006). Por tanto, está ampliamente contrastado que cuidar de una
persona mayor dependiente es una experiencia estresante que puede llegar a cronificarse
y tener repercusiones negativas para la persona proveedora del cuidado, especialmente
en aquellos casos en que el cuidador perciba la situación como altamente demandante y
los cuidados se ofrezcan de manera continuada (ocupando gran parte del tiempo del
cuidador) y prolongada en el tiempo. Por otro lado, respecto a los cuidados formales, es
preciso aludir al concepto de carga experimentada y más concretamente al estrés laboral
de tipo crónico o síndrome de burnout. En este sentido, numerosas investigaciones sobre
el síndrome de quemarse por el trabajo ponen de manifiesto su repercusión en variables
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psicológicas, fisiológicas, organizacionales y sociales que inciden en el individuo
provocándole alteraciones emocionales y conductuales de diversa índole (Maslach,
Schaufeli y Leiter, 2001). También se ha constatado las repercusiones del estrés crónico
en la salud física y emocional de los cuidadores formales (Jenaro, Flores y Arias, 2007;
Menezes de Lucena, Fernández, Hernández, Ramos y Contador, 2006). El contacto con
el usuario es la base de estos trabajos y dicho contacto suele ser bastante intenso y, en
ocasiones, poco gratificante puesto que se deposita en el profesional una gran carga de
responsabilidad que podrá provocar su propio desbordamiento con la consecuente
pérdida de capacidades y de motivación por su trabajo (Jenaro, Flores y Arias, 2007).
Pese a esto, en nuestro país no existen muchos estudios comparativos que
hayan analizado las principales semejanzas y diferencias en la salud y calidad de vida
experimentada como consecuencia de los cuidados de personas mayores dependientes en
los colectivos de cuidadores familiares y profesionales. Por tanto, y a la vista de lo
anteriormente expuesto, el presente trabajo pretende contribuir a incrementar los
conocimientos referentes a las necesidades de los cuidadores familiares y profesionales
que atienden a personas mayores en situación de dependencia y aportar datos que
permitan la puesta en marcha de intervenciones que mejoren la salud de este colectivo.
Más concretamente, con el presente trabajo pretendemos dar respuesta a los siguientes
objetivos: (1) conocer el nivel de carga o estrés experimentado por los cuidadores
familiares y profesionales de personas mayores dependientes; (2) determinar semejanzas
y diferencias en la salud física y psicológica de los cuidadores y (3) identificar
semejanzas y diferencias en la calidad de vida experimentada por los cuidadores.
MÉTODO
Participantes
Los participantes, una muestra de 600 cuidadores de personas mayores en
situación de dependencia, se distribuyen en 203 (33,83%) cuidadores familiares y 397
(66,17%) cuidadores profesionales. Del total, 39 (6,5%) se caracterizan por ser hombres
frente a 561 (93,5%) mujeres. La edad promedio de los participantes es de 48 años
(DT=11,13). De los 600 participantes, 429 (71,5%) indicaron estar casados o
conviviendo en pareja, 105 (17,5%) son solteros, 36 (6%) están divorciados y/o
separados y 28 (4,7%) indicaron ser viudos/as. Tan sólo dos cuidadores (0,3%) no
ofrecieron información respecto a su estado civil. Por otro lado, 410 participantes
(68,3%) manifestaron tener cargas familiares, esto es, hijos u otros familiares
conviviendo y dependiendo económicamente de ellos frente a 185 (30,8%) que no
presentan dichas cargas. Respecto al tiempo que llevan desempeñando la función de
cuidador cabe destacar cómo la mayor parte de los cuidadores profesionales (41%)
llevan entre 3 y 8 años trabajando como cuidadores, mientras que en el grupo de
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cuidadores familiares predominan (29,6%) quienes llevan más de 11 años atendiendo a
su familiar. De forma específica, los cuidadores familiares se caracterizan por ser
fundamentalmente mujeres (83,7%), hijas (59,1%) y/o esposas (21,2%) de la persona
atendida que suele ser una persona mayor cuya causa principal de dependencia tiene que
ver mayoritariamente con las demencias (Alzheimer, demencia senil, demencia de los
cuerpos de Lewis, etc.) y la enfermedad mental (esquizofrenia), respectivamente. Así
mismo, los cuidadores profesionales también se caracterizan por ser mayoritariamente
mujeres (98,5%) que desempeñan su empleo en el sector de la ayuda a domicilio y que
atienden fundamentalmente a personas mayores en situación de dependencia (97%).
Instrumentos
Para el presente estudio se utilizaron dos cuestionarios ampliamente
conocidos, como son el Cuestionario de Carga del Cuidador (CBI) y el Cuestionario de
Salud de Goldberg, versión de 28 ítems (GHQ-28). Además, se diseñó un cuestionario
para la evaluación de variables sociodemográficas y contextuales relacionadas con el
cuidado. El CBI de Zarit, Reever y Bach-Peterson (1980) se utilizó para evaluar la carga
subjetiva experimentada por los cuidadores. Se trata de un instrumento de 22 ítems que
se puntúan en una escala tipo Likert de 5 puntos que va desde “nunca” (0) a “casi
siempre” (4). La puntuación total se obtiene sumando las puntuaciones de cada uno de
los ítems y oscila entre 0 y 88. Puntuaciones más altas indican un mayor grado de
sobrecarga. Así, puntuaciones inferiores a 45 son indicativas de ausencia de sobrecarga.
Por su parte, puntuaciones comprendidas entre 46 y 55 indican sobrecarga leve, y
puntuaciones superiores a 56 son indicativas de sobrecarga intensa. El cuestionario CBI
es el único instrumento adaptado a la población española para evaluar la carga subjetiva.
Posee, además, buenas propiedades psicométricas. La fiabilidad del instrumento fue
contrastada mediante el alfa de Cronbach y los resultados (alfa=0,92) apoyaron su
fiabilidad. En segundo lugar utilizamos la adaptación española (Lobo, Perez y Artal,
1989) de la versión de 28 ítems del General Health Questionnaire GHQ-28 (Goldberg y
Hillier,1979) para evaluar la salud física y psicológica. La presente versión consta de
cuatro subescalas: quejas somáticas, disfunción social, ansiedad y depresión. El punto de
corte utilizado generalmente es de 4/5 si se emplea una escala de respuesta dicotómica.
El alfa obtenido para la medida global fue de 0,89. Finalmente se elaboró cuestionario
para evaluar los aspectos sociodemográficos y contextuales más relevantes en los
cuidadores profesionales y familiares, como por ejemplo: las características del cuidador
(género, edad, estado civil, cargas familiares), las características de la persona
dependiente objeto de cuidados (edad, género, parentesco, tipo de dependencia padecida)
y características asociadas al cuidado (tiempo como cuidador, número de personas
dependientes atendidas, número de horas diarias dedicadas al cuidado, etc.) y otras
variables como percepción de salud y autocuidados, o calidad de vida (entendida esta
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como satisfacción con la vida personal, laboral, familiar y social) antes y después de los
cuidados. En este caso concretamente, se pedía a las personas cuidadoras que valorasen
en una escala del 1 (puntuación mínima) al 10 (puntuación máxima) su grado de
satisfacción y/o calidad de vida.
Procedimiento
Para obtener la muestra de cuidadores familiares y profesionales, se contactó a
través de teléfono y presencialmente con varias asociaciones de ayuda mutua y empresas
prestadoras del servicio de ayuda a domicilio ubicadas en Castilla y León. Una vez
establecido dicho contacto, los miembros del equipo de investigación acordaron con los
responsables de las entidades el procedimiento de entrega de cuestionarios. En la mayor
parte de los casos, tanto las asociaciones de ayuda mutua como las empresas de ayuda a
domicilio, distribuían los cuestionarios a los cuidadores y posteriormente los remitían
por correo postal al equipo. En todos los casos, los cuestionarios iban en sobre cerrado,
garantizando así el anonimato y la confidencialidad de los participantes. Se repartieron
un total de 700 cuestionarios para la evaluación de los cuidadores profesionales, de los
cuales se recogieron un total de 397 debidamente cumplimentados lo que supuso una
tasa de participación del 56,71%; y un total de 435 cuestionarios en el caso de los
cuidadores familiares, de los cuales se recogieron 203 debidamente cumplimentados lo
que supuso, en este caso, una tasa de participación del 46,66%. El porcentaje total de
participación en el estudio se sitúo en el 52,86%. En todos los casos se mantuvo como
criterio de inclusión: que el cuidador/a fuese mayor de 18 años, que en el momento de la
evaluación se encontrase atendiendo y/o trabajando con una persona mayor en situación
de dependencia y que llevase desempeñando dicha función durante al menos 6 meses. La
muestra final quedó conformada por 600 cuidadores que accedieron a participar
voluntariamente en este estudio. A todos ellos se les garantizó la confidencialidad y el
anonimato en las respuestas emitidas. Los datos se recogieron a lo largo del año 2012.
RESULTADOS
Los datos fueron analizados con el programa estadístico SPSS v. 15 (2006); el
nivel de confianza establecido fue de α=0,05. En primer lugar y con objeto de dar
respuesta a nuestro primer objetivo, en la Tabla 1 se presentan la distribución respecto a
los niveles de carga experimentados por los cuidadores profesionales. La puntuación
media obtenida en este grupo de cuidadores es de 22,88 puntos (DT=10,26), lo que
indica una ausencia de sobrecarga en estos trabajadores. Como puede observarse, tan
sólo 11 cuidadores de este grupo experimental algún grado de sobrecarga derivado del
cuidado. Respecto al grupo de cuidadores familiares, la puntuación media obtenida por
este grupo fue de 40,18 puntos (DT=16,09), lo que indica que a nivel general los
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cuidadores no experimentan situaciones de estrés crónico por el cuidado del familiar
(puntuaciones inferiores a 46 denotan ausencia de sobrecarga). Pese a esto, 70 (34,5%)
cuidadores familiares presentan niveles de carga leve e intensa como consecuencia de los
cuidados que ofrecen a su familiar dependiente (véase tabla 1).
Tabla 1. Niveles de carga experimentados por los cuidadores profesionales y familiares
Carga Subjetiva
Cuidadores Profesionales
Cuidadores Familiares
N
%
N
%
Ausencia de Carga
374
94,2
133
65,5
Sobrecarga Leve
5
1,3
32
15,8
Sobrecarga Intensa
6
1,5
38
18,7
Con objeto de dar respuesta a nuestro segundo objetivo, a continuación se
presentan los resultados tras el análisis de las posibles semejanzas y diferencias entre los
grupos de cuidadores (profesionales vs. familiares), en función de la salud física y
psicológica. Así, en la tabla 2 se observa la existencia de diferencias significativas en
todas las variables de salud. En este sentido, los cuidadores familiares puntúan
significativamente superior en todas las variables, lo indica que precisamente este grupo
tiene peor salud.
Tabla 2. Estadísticos descriptivos y significación de las diferencias (Anova) en la salud biopsicosocial en
función del tipo de cuidador
N
Media
D.T.
F
Cuidador Familiar
203
4,15
2,11
14,362**
Cuidador Profesional
390
3,43
2,24
Cuidador Familiar
203
5,39
1,95
52,883**
Cuidador Profesional
392
3,97
2,40
Cuidador Familiar
203
2,28
1,61
99,531**
Cuidador Profesional
393
1,30
0,78
Cuidador Familiar
203
1,93
2,13
40,757**
Cuidador Profesional
386
0,90
1,69
** Significativo con p<0,01
Figura 1. Salud percibida en función del tipo de cuidador (Fuente: elaboración propia)
Por su parte, el análisis de la asociación entre las diferentes categorías de la
percepción de cuidarse a sí mismo según el tipo de cuidador (profesional vs. familiar)
FLORES et al. Salud y calidad de vida de cuidadores familiares y profesionales de personas mayores
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puso de manifiesto la existencia de una asociación significativa (2=25,616; df=5;
p=0, 000), en el sentido de que los cuidadores familiares perciben que se cuidan menos
que los cuidadores profesionales (véase figura 1).
Finalmente, en la tabla 3 se presenta el análisis respecto a las posibles
semejanzas y diferencias según el tipo de cuidador en las variables calidad de vida,
calidad de vida laboral, calidad de vida familiar y calidad de vida social una vez se ha
asumido el cuidado de la persona mayor dependiente, esto es, en el momento actual. En
este caso, el grupo de cuidadores profesionales obtuvo puntuaciones significativamente
más elevadas en todas las variables analizadas.
Tabla 3. Estadísticos descriptivos y significación de las diferencias (Anova) en calidad de vida, calidad de vida
laboral, familiar y social en el momento actual según el tipo de cuidador (profesional vs. familiar)
N
M
D.T.
F
Calidad de Vida
Cuidador Familiar
203
5,47
2,21
131,254**
Cuidador Profesional
365
7,30
1,56
Calidad de Vida Laboral
Cuidador Familiar
188
4,87
2,72
111,465**
Cuidador Profesional
395
6,86
1,76
Calidad de Vida Familiar
Cuidador Familiar
203
6,12
2,38
95,416**
Cuidador Profesional
395
7,82
1,79
Calidad de Vida Social
Cuidador Familiar
203
4,82
2,60
60,111**
Cuidador Profesional
396
6,51
2,46
** Significativo con p<0,01
CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos nos permiten concluir que los cuidadores familiares
experimentan mayores niveles de sobrecarga como consecuencia de la atención ofrecida
al familiar dependiente que aquellos que realizan estas tareas de manera profesional. La
formación especializada, la remuneración recibida y la menor implicación emocional de
estos cuidadores contribuirían a explicar estos resultados (Herrera, 1998). Por otro lado,
también es posible evidenciar diferencias entre ambos grupos de cuidadores en lo que
respecta a su salud física y psicológica. Concretamente, los resultados han puesto de
manifiesto que los cuidadores familiares de personas mayores dependientes tienen una
peor salud física y psicológica que los cuidadores profesionales. En este sentido
experimentan una mayor sintomatología somática (p.e. dolores de cabeza, musculares) y
mayores niveles de ansiedad e insomnio. Por su parte, también presentan una peor salud
y manifiestan no cuidarse nada o hacerlo menos de lo que deberían en comparación con
los cuidadores profesionales que se encuentran en una situación más ventajosa.
Resultados similares también se han encontrado en los pocos estudios comparativos que
se han llevado a cabo con ambos grupos de cuidadores (Aparicio et al., 2008;
Sánchez-López, Aparicio-García y Dresch, 2006). Además, el cuidado del dependiente
también repercute significativamente en los familiares provocándoles una menor
satisfacción con la vida en general y con otros factores como el trabajo, familia y las
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relaciones sociales. Sin embargo, para los cuidadores profesionales ocurre totalmente lo
contrario, esto es, los cuidados del dependiente hacen que experimenten una mayor
satisfacción con la vida, con el trabajo, con la familia y con las relaciones sociales.
Explicaciones potenciales a estos resultados pueden ser las características específicas del
colectivo de ayuda a domicilio. Esto es, el cuidado de personas dependientes constituye
una alternativa laboral remunerada que, pese a las dificultades intrínsecas de la tarea,
permite a estos profesionales mejorar sus condiciones de vida. No obstante, se precisarán
de otros estudios que confirmen o refuten esta hipótesis. Finalmente como se ha puesto
de manifiesto en este trabajo existen diferencias en la salud y la calidad de vida
experimentada por ambos grupos de cuidadores, por lo que se debe ser cuidadoso y no
valorar conjuntamente a estos dos grupos, como se ha venido haciendo en la mayoría de
las investigaciones realizadas con cuidadores (Aparicio et al., 2008). Por otro lado, es
necesario poner en marcha intervenciones, especialmente en el sector de los cuidadores
familiares, a través de la realización de cursos y programas psicoeducativos (p.e.
inoculación de estrés) donde se les enseñe a los cuidadores estrategias para hacer frente a
los cuidados del familiar dependiente y mejorar así su salud.
Agradecimientos
Investigación parcialmente financiada por la Consejería de Educación de la
Junta de Castilla y León (España) (Referencia: SA008A08).
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Recibido: 7 de abril de 2014
Recepción Modificaciones: 26 de mayo de 2014
Aceptado: 1 de junio de 2014
... Como consecuencia de minimizar las actividades de ocio y esparcimiento, se ve afectada su dinámica y estructura familiar, debido a que su labor involucra compromiso y esfuerzo para el cual no está preparado. (9,10) En este contexto, a la persona que proporciona cuidados a otros se le reconoce como cuidador que, bajo las circunstancias descritas, se olvida del cuidado propio. Sin advertirlo, este cuidado propio se va deteriorando y el cuidador se convierte en un enfermo secundario y un nuevo problema de salud pública. ...
... (6) Este escenario exige a la sociedad, familia y al personal de salud a considerar al cuidador como un ser holístico con necesidades propias y a partir de este conocimiento desplegar estrategias, programas y políticas que resguarden los derechos de salud del cuidador. (9,10) En tal sentido, se consideró necesario realizar una revisión narrativa como estrategia que facilite la comprensión sobre el autocuidado del cuidador de personas mayores en países de Latinoamérica. ...
... (44) Un claro ejemplo de ello es el esfuerzo físico y la carga emocional a la que están expuestos los cuidadores de personas mayores. (9,10) En este contexto, se necesita potenciar en los cuidadores su agencia de autocuidado que representa el conjunto de conocimientos, destrezas, habilidades y motivaciones para ejercer el cuidado a sí mismo, y con ello promover prácticas destinadas a mantener su bienestar, su salud y su propia vida. ...
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Introducción: La familia es la responsable del cuidado a la persona mayor, lo que da origen al cuidador informal. Objetivo: Describir el autocuidado del cuidador informal de personas mayores en algunos países de Latinoamérica. Metodología: Revisión descriptiva en las bases de datos PubMed, Scopus, SciELO, Web of Science, Redalyc y Dialnet, de artículos científicos a texto completo de los últimos 13 años (2009-2022) en idioma español, inglés y portugués; complementariamente se buscaron documentos referentes al tema en páginas web de instituciones nacionales de países latinoamericanos. Resultados: El análisis de los 25 artículos científicos y 4 documentos seleccionados permitieron identificar 4 ejes: conceptos de cuidado, cuidador y tipos de cuidadores; salud del cuidador informal de la persona mayor; base teórica del autocuidado, e implementación de programas para cuidar al cuidador en algunos países latinoamericanos. Conclusiones: Se evidencia que el autocuidado de los cuidadores de personas mayores está disminuido, lo que afecta directamente la salud de este. Varios países de Latinoamérica apoyan al cuidador informal, sin embargo, todavía hay mucho por hacer por las personas que cumplen la labor del cuidado.
... Caregivers' stress is expressed in the form of family tension and pressure, which are experienced due to imbalances between carer responsibility and actual capacity. This generates a series of negative repercussions for the caregiver, mostly in those situations in which the caregiver perceives the situation as highly demanding, in which the care is provided in a continuous manner and the caregiver does not have the personal resources to cope with the caregiving situation adequately [47][48][49]. On the other hand, with regard to formal care, it is necessary to mention work-related stress, as numerous studies have shown its impact on psychological, physiological, organizational, and social variables that affect the individual, causing emotional and behavioral alterations. ...
... The impact of chronic stress on the physical and emotional health of formal carers has also been noted. The contact with their patients is often quite intense and sometimes not very rewarding as a great burden of responsibility is placed on the professional [47]. ...
... This situation coincides with the finding of Flores et al. (2014), who stated that taking care of a dependent person is a stressful experience that can become chronic and have a series of negative effects for the caregiver, such as a reduction in their well-being. This is especially clear in cases where caregivers perceive the situation as highly demanding and the act of caregiving takes place on a continuous and prolonged basis [47]. Sometimes, the depressive or anxious symptoms presented by caregivers are added to these situations due to the continuation of providing care for these people, which affects their emotional health and is directly related to the expression of their emotions and their intrapersonal relationships [31,36,39,44,46]. ...
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Abstract:Taking care of a person with a physical disability can become a challenge for caregivers asthey must combine the task of caring with their personal and daily needs. The aim of this study wasto assess the impact that taking care of a person who needs support has on caregivers and to analyzecertain characteristics they present, such as self-esteem and resilience. To that end, a bibliographicreview was carried out from 1985, when the first article of taking care of a person who needs supportwas published, to 2020 (inclusive), in the databases of Web of Science (WoS), Scopus, Pubmed, Eric,Psycinfo, and Embase. The search yielded a total of (n= 37) articles subject to review, followingthe guidelines established in the PRISMA declaration. The results show that caregiving was highlyoverburdening and negatively affected the physical condition and the psychological and mentalstates of caregivers. In addition, certain psychological characteristics present in caregivers suchas having high self-esteem and being resilient were found to act as protective factors against thecaregiving burden
... Por otro lado, cuidar de otros tiene repercusiones importantes no nada más en la salud física, sino que también da lugar al aislamiento social, falta de tiempo libre, disminución de calidad de vida o deterioro de la situación económica (Aguilera et al., 2016). Los cuidadores primarios suelen presentar mayores niveles de sobrecarga que los cuidadores formales, incluso menor calidad de vida y peor estado de salud debido a su falta de habilidad para el cuidado, resistencia al estrés y el vínculo emocional que tienen con el paciente (Flores et al., 2014). ...
... En esta línea se encontró que el estado de salud percibido es regular y que algunos cuidadores se encuentran enfermos. Al respecto, los estudios previos señalan que las esferas más afectadas son las físicas, psicológicas y sociales, que son expresadas por la somatización de síntomas como dolor, bajo nivel de energía, angustia, estrés, depresión, ansiedad y malestar general independientemente de las enfermedades que presentan (Fhon et al., 2017;Pinzón y Carrillo, 2016;López-Espuela et al., 2015;Flores et al., 2014). ...
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Se analiza la relación de la sobrecarga y la calidad de vida de los cuidadores primarios de enfermos crónicos, de la cual considera el índice de independencia del enfermo. Se trata de un estudio descriptivo-correlacional, transversal y prospectivo en donde participaron 351 cuidadores primarios informales de enfermos crónicos de una comunidad del Estado de México. Se aplicó índice de Katz, escala de sobrecarga Zarit, WHOQOL-BREF. Los resultados indican una relación moderada entre sobrecarga y calidad de vida sólo en los cuidadores de enfermos dependientes. Se concluye la utilidad de clasificar a los cuidadores de acuerdo con el grado de independencia del enfermo desde el nivel comunitario y de atención primaria para identificar necesidades de apoyo en el cuidado.
... En términos del desarrollo para el bienestar se destaca que una distribución del tiempo para el cuidado como la que presentamos en la Gráfica 15.4 puede implicar algún riesgo para garantizar la calidad del cuidado. Esto tiene que ver con la integralidad de cosas que se consideran para realizar un cuidado a la altura del bienestar esperado (Eterovic et al., 2015;Flores et al., 2015;Paredes et al., 2017). ...
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Hasta hace unas décadas el tema de los cuidados a través de la perspectiva de género se ha colocado en la mesa de las reflexiones y de la discusión desde la academia y desde las organizaciones sociales con miras a la igualdad y a la equidad de género en la región. Arroyo (2010) señala que la situación de las mujeres cuidadoras de ancianos refleja una realidad insuficientemente valorada y poco visible a la familia, a la sociedad, a las instituciones y a la política social. Ante este panorama se plantea el objetivo general de investigación que es justamente comprender la experiencia social del cuidado que llevan a cabo las cuidadoras de las personas mayores. La perspectiva metodológica que se toma en este estudio parte de una propuesta teórica analítica que se focaliza en los procesos de construcción de la experiencia de los sujetos. Es por ello que hemos considerado que la sociología de la experiencia de Dubet (2010) contiene el potencial analítico para comprender la experiencia social del cuidado. Los hallazgos empíricos nos muestran que la experiencia social del cuidado se ordena y articula desde las normas, las relaciones sociales, la subjetividad y las cualidades morales del cuidado.
... En términos del desarrollo para el bienestar se destaca que una distribución del tiempo para el cuidado como la que presentamos en la Gráfica 15.4 puede implicar algún riesgo para garantizar la calidad del cuidado. Esto tiene que ver con la integralidad de cosas que se consideran para realizar un cuidado a la altura del bienestar esperado (Eterovic et al., 2015;Flores et al., 2015;Paredes et al., 2017). ...
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La sostenibilidad impulsada a nivel mundial por la Agenda 2030 requiere de un desarrollo armónico de los pilares social, económico y ambiental para mejorar las condiciones de bienestar actual, sin poner en riesgo la situación futura. México la ha asumido sin profundizar suficientemente en su impulso. Las políticas y programas públicos requieren de continuos ajustes que rescaten las acciones efectivas y modifiquen los desempeños no satisfactorios. En materia ambiental, los programas del sexenio pasado mostraron un deterioro considerable en el estado de los ecosistemas, la degradación de recursos naturales como el agua y un incremento en el número de conflictos ambientales. También hubo un descuido importante de la articulación de lo ambiental con la calidad de vida de los grupos sociales relacionados con los ecosistemas y ninguno de estos programas cuenta con evaluaciones de impacto que muestren su nivel de efectividad. En lo social, la falta de reducción de la pobreza, la permanencia de muy altos niveles de desigualdad, la persistencia de carencias en la alimentación y el limitado cumplimiento de los derechos sociales al final del pasado sexenio justificaron los profundos cambios propuestos por el gobierno actual. En consecuencia, este artículo hace una revisión documental para analizar la relación que existe entre los programas que componen la nueva política social del sexenio actual y su distribución institucional con la Agenda 2030. Adicionalmente, se analiza el caso del programa Sembrando Vida, que debería recuperar los tres pilares de la sostenibilidad. Se concluye que los nuevos programas se han concentrado principalmente en tres secretarías (Secretaría de Bienestar [Sebien], Secretaría de Educación Pública [sep] y Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural [Sader]), mientras la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) no participa en ninguno, ni siquiera en Sembrando vida, a pesar de ser responsable del pilar ambiental de la Agenda 2030
... In this sense, previous research has reported that caregivers are prone to experience a series of psychological symptoms, such as anxiety, depression, subjective burden, as well as physical impairments and lower levels of fitness in a greater extent than noncaregivers (Birkenhäger-Gillesse et al., 2018;Chiao et al., 2015;Delgado et al., 2014;Madruga, Gozalo, Prieto, Adsuar, & Gusi, 2020;Pérez-Fuentes et al., 2017;Salazar et al., 2016). As a consequence, all these negative effects significantly decrease the health-related quality of life of primary caregivers of relatives with dementia (Dawood, 2016;Del Rio Lozano et al., 2017;Flores et al., 2014;Garzón-Maldonado et al., 2016). ...
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Objectives: Internet-based interventions may represent an efficacious supporting alternative for those family caregivers who are often limited to do physical exercise regularly due to lack of time and/or they reside away from conventional facilities, especially those who live in remote rural locations. This study aims to describe comprehensively a new methodology for a randomized controlled trial that will evaluate the efficacy and cost-effectiveness of a personalized Internet-based physical exercise intervention to improve the fitness and health-related quality of life of female family caregivers of relatives with dementia. Methods: The intervention will include three Internet-based 1-hour-long physical exercise sessions per week during 3 months; it will be supervised by a personal trainer, and it will be performed at the caregiver’s home by using online interaction in real-time. Results: The expected outcomes will be: (1) feasibility and adherence to the intervention; (2) positive effects on fitness and health-related quality of life; (3) lower risk of depression; (4) decrease in subjective burden and (5) reduction of other psychological symptoms. Analyses will also include the evaluation of the cost-effectiveness of the intervention. Discussion: This personalized intervention is a support strategy to overcome the constraints that the caregivers usually have to face when it comes to participating in a physical exercise program. This intervention might thus be a feasible and appropriate proposal to alleviate the physical and psychological impacts that arise from their role as primary caregiver, and might be an innovative cost-effective assistance intervention for this population. Conclusion: The present intervention might provide policymakers with potential solutions to promote the implementation of Internet-based care services at regional and national level, lessen caregivers’ demands for face-to-face health-care resources.
... En términos del desarrollo para el bienestar, se destaca que una distribución del tiempo para el cuidado como la que presentamos en la Gráfica 4, puede implicar algún riesgo para garantizar la calidad del cuidado. Esto tiene que ver con la integralidad de cosas que se consideran para realizar un cuidado a la altura del bienestar esperado (Eterovic Dıáz, Mendoza Parra y Sáez Carrillo, 2015;Flores, Jenaro, Moro y Tomşa, 2015;Paredes, Lladó y Pérez, 2017). ...
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La literatura acerca de la situación de quienes realizan el cuidado de las personas mayores (PM), destaca el fenómeno relativo a la feminización del cuidado, lo que ha contrbuido a la construcción de condiciones de desigualdad, y sobrecarga emocional, contrayendo implicaciones críticas para el cuidado de las PM. Las situaciones de injusticia social y estrés emocional para las cuidadoras de PM (entre otras muchas situaciones críticas), quedan invisibilizadas por que dicha actividad, el cuidado, históricamente se ha restringido a la dimensión privada o familiar de la atención para las PM. En este sentido, las transfrmaciones familiares que hacen que las redes de cuidado se reduzcan cada vez más sugiere la necesidad de vislumbrar la situación como objeto de atención desde los social, comunitario o institucional, es decir, llevar el problema a la dimensión de lo público, mediante su inclusión temática en la agenda social y pública. Objetivo: Explorar las condiciones en que las cuidadoras realizan el cuidado, su impacto en su bienestar personal, familiar y social, las creencias que determinan el rol de cuidadoras y las tensiones que se derivan de ello. Método: Se realizó un estudio descriptivo, empleando en una primera etapa un cuestionario para la detección de casos para entrevista cualitativa y en una segunda etapa un proceso de entrevista cualitativa. El muestreo fue intencional en la primera parte del estudio, y los resultados del cuestionario se emplearon para el muestreo cualitativo. Se incluyen en el estudio un total de 95 cuestionarios y 12 entrevistas cualitativas. Resultados y conclusiones: Se elaboró un perfl sociodemográfco y temático donde se destacan dimensiones inherentes a la realización de cuidado, redes de apoyo y sobrecarga, mismo que además de reportar paralelismos con la literatura, destaca elementos de lo local que contribuyen a una visión general de la situación.
... En el caso de los cuidadores informales, existe un amplio consenso con relación a las consecuencias negativas en la salud y calidad de vida del cuidador (Crespo y López ,2007;Flores et al., 2013). Cuando se trata de cuidadores informales se alude al concepto de carga experimentada, o más concretamente de estrés laboral de tipo crónico o síndrome de burnout (Flores, Jenaro , Moro y Tomşa, 2014). ...
Conference Paper
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El envejecimiento demográfico es una de las conquistas modernas no exenta de una mayor presencia de patologías específicas, tal como la enfermedad de alzheimer. La atención interdisciplinar es una realidad en los centros gerontológicos, que cuentan con diversos profesionales, tales como los y las educadores sociales. El objetivo general de esta investigación es aproximarse a la realidad de la intervención socioeducativa que realizan los profesionales de la educación social dirigida a la atención de personas mayores afectadas por la Enfermedad de Alzheimer u otro trastorno neurocognitivo mayor (TNM). Para dar respuesta a este objetivo hemos planteado una investigación de corte cualitativo, a partir de la respuesta dada por XXX profesiones a una entrevista estructurada. Los resultados apuntan a que los educadores sociales están trabajando con este colectivo, tanto en asociaciones especificas, centros de atención diurna y residencias. Su intervención es amplia y variada y se dirige tanto a enfermos con alzheimer, familiares de los mismos y comunidad. Entre las dificultades que perciben en su práctica profesional refieren el tener que trabajar con grupos amplios y heterogéneos o la insuficiencia de recursos, incluidos los humanos. Asimismo, lamentan la escasa formación recibida en la universidad en relación con la intervención en este colectivo. En síntesis, los datos de este estudio dan a conocer que la intervención con personas con alzheimer se está convirtiendo en un nicho laboral para los educadores sociales y, en consecuencia, se hace necesario mejorar la formación recibida desde la universidad, bien en grado y/o postgrado.
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In this study, we explored the impact of caregiving in quality of life and health perceptions and outlined the profile of grandparent caregivers in Andalusia (Spain) in terms of a range of sociodemographic variables related to the care of their grandchildren. A sample of 171 participants (21.6% men) completed the Health-related Quality of Life (HRQoL) questionnaire and another ad hoc one providing sociodemographic and caregiving data. We studied the relationships between these variables and HRQoL using ANOVA, chi-square and Multiple Linear Regression. We found a mainly female profile for the care of grandchildren and interesting relationships for the physical and mental components of HRQoL. Some relationships were marked by gender: caregiving for pleasure was more often the motive for men while by imposition was more common among women. We discuss the impact of caregiving on health according to the Self-Determination Theory and suggest practical implications derived from the main findings.
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Se realizó una investigación con el objetivo de identificar las estrategias de afrontamiento y el nivel de resiliencia en cuidadores formales e informales en una institución de salud en la ciudad de Quito. Fue una investigación cuantitativa, no experimental y descriptiva; muestra de 40 cuidadores. Los instrumentos fueron un cuestionario Sociodemográfico, cuestionario de Salud General, inventario COPE-28 de estrategias de afrontamiento, cuestionario de Apoyo Social MOS y escala Bief Resilence. En los resultados se evidencio que los cuidadores emplean estrategias de afrontamiento adecuadas y cuentan con apoyo social, pero el 45% presenta síntomas de ansiedad, y el 72.5% tiene un nivel medio de resiliencia.
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El trabajo que se presenta tiene como objetivo analizar las repercusiones biológicas, psicológicas y sociales que afectan a la salud y calidad de vida del cuidador familiar por el hecho de tener a su cargo a una persona mayor en situación de dependencia. Así, se analiza la sobrecarga experimentada como una condición generadora de consecuencias negativas en la salud de la persona cuidadora. Concretamente se presentan los resultados obtenidos tras la evaluación de 203 cuidadores a quienes se evaluó la carga o estrés experimentado, su estado de salud general (ansiedad, depresión, insomnio, disfunción social) y su calidad de vida percibida. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto la existencia de problemas de salud física y psicológica en aquellos cuidadores que experimentan niveles más elevados de carga. Así mismo, la sobrecarga afecta también a la calidad de vida, tanto personal como laboral, familiar y social de las personas cuidadoras. Finalmente, se señala la importancia de contar con servicios y programas que ayuden a la mejora de la salud del cuidador.
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Objective The aim of this study is to evaluate the role of family caregiver's beliefs of health status of neurological patients and its relation with the feeling of burden, as psychosocial factors of risk for their well-being, from the psychological stress model proposed by Lazarus and Folkman.
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Study Aim: Preliminary, descriptive analysis of accidents in a convenience sample of older spousal caregivers of persons surviving stroke. Sample: 124 spousal caregivers of persons surviving stroke, primarily White women with more than a high school education, average age of 69.88 years, and average time caregiving of 2.61 years. Results: 30% incidence rate of self-reported accidents over a 6-month period, ranging from minor to potentially serious. Female gender, longer time caregiving, greater burden in the form of personal strain, and depression were predictive of report of accidents in logistic regression analysis. Conclusion: Accidents should be included in studies assessing caregiver health. Evidence of injury in family caregivers can signal distress and vulnerability that could inform interventions to reduce stress.
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Premio IMSERSO "Infanta Cristina" 2006, premio a estudios e investigaciones sociales
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Do many Spanish human service practitioners suffer from burnout? What coping strategies are used to combat work stress, and are they associated with lower burnout? Which strategies may the psychologist promote to improve organizations? With an eye toward helping organizations improve their workers' quality of work life and service delivery, 211 professionals, either child protection workers or in-home caregivers, completed an inventory on coping and another on burnout. Coping strategies alone do not preclude burnout but may help prevent worker turnover. High job and salary satisfaction, together with active coping strategies play an important role in promoting personal accomplishment. Low job and salary satisfaction and the use of passive or emotional strategies predict elevated emotional exhaustion. The results suggest some possible points of intervention. (PsycINFO Database Record (c) 2012 APA, all rights reserved)
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Este artículo investiga en Cuidadores Formales de Ancianos la relación entre Resiliencia y aspectos mentales negativos y positivos del bienestar psicológico (Burnout-Engagement). La muestra estaba formada por 265 cuidadores de diversas residencias geriátricas de las comunidades de Extremadura y de Castilla y León. Los instrumentos utilizados fueron: Connor-Davidson Resilience Scale, Maslach Burnout Inventory-General Survey y Utrecht Work Engagement Scale. Los hallazgos más significativos demuestran que los cuidadores con altas puntuaciones en Resiliencia, frente a los de bajas puntuaciones, obtuvieron mayores niveles de eficacia y compromiso laboral (Engagement), además exteriorizaron menor agotamiento emocional y cinismo. No se puede concluir que los cuidadores más resilientes no llegan a quemarse (Burnout), sino que logran mayores habilidades y competencias de compromiso laboral (vigor, dedicación y absorción), y en la medida que refuerzan estos atributos personales, mitigan la vulnerabilidad al Burnout.
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Anxiety, self-esteem and self-perceived satisfaction as predictors of health: Differences between men and women. The main objective of this research is to analyze whether there are differences in physical health between men and women when considering their working situation. Three psychological variables are analyzed (anxiety, self-esteem and satisfaction) as well as several indicators of physical health for different working situations. The results seem to indicate that although women have worse health than men (when the group is analyzed in general), these differences vary when we take into account the working condition of the participants, and the differences even disappear. The psychological variables used in this survey only explain the variance of the subjective indicators of physical health, most of all, the Physiological Anxiety, which is responsible for the highest rate of the explained variance. The psychological variables predict women’s physical health more than men’s, what seems to indicate that women’s physical health is closely related to psychological health.
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Este articulo se ha centrado en la relacion que existe entre ideas y politica. la politica que se ha considerado es conocida como community care, es decir, el apoyo que se elabora por quien asiste informal y formalmente a personas ancianas, enfermos mentales, minusvalidos y otras categorias de no autosuficientes que residen en la comunidad, o en sus casas mas que en las instituciones. uno de los objetivos ha sido demostrar como, en algunos aspectos, las politicas para la community care se basan en juicios erroneos de sentido comun, relativos a las relaciones comunitarias que, sin embargo, son presentadas por los politicos como verdades sociologicas. el resultado es un vacio en el corazon de la politica asistencial que produce una ineficaz distribucion de los servicios en cuanto que la estrategia prevalente es la de transferir la asistencia a la comunidad.
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SYNOPSIS This study reports the factor structure of the symptoms comprising the General Health Questionnaire when it is completed in a primary care setting. A shorter, 28-item GHQ is proposed consisting of 4 subscales: somatic symptoms, anxiety and insomnia, social dysfunction and severe depression. Preliminary data concerning the validity of these scales are presented, and the performance of the whole 28-item questionnaire as a screening test is evaluated. The factor structure of the symptomatology is found to be very similar for 3 independent sets of data.