ArticlePDF Available

Paralelismos traumáticos: Sánchez Dragó, José Antonio, y otros fusilamientos

Authors:

Abstract

Lectura de la novela de no-ficción o memoria (auto)biográfica de Fernando Sánchez Dragó 'Muertes Paralelas' en tanto que ejemplo de la experiencia traumática resultante de la herencia familiar del autor como víctima de segunda generación de la guerra civil, y en tanto que ejemplo del trauma colectivo nacional de España, producido tanto por la guerra civil como por los conflictos reprimidos a resultas de la reconciliación forzosa bajo la dictadura franquista. English Abstract: A reading of Fernando Sánchez Dragó's nonfiction novel or (auto)biographical memoir 'Muertes paralelas' as an instance of the traumatic experience undergone by the author's family heritage as a second-generation victim of the Civil War, and as an instance of a collective Spanish national trauma, resulting both from the Civil War and from the repressed conflicts generated by reconciliation under duress in the times of Franco's dictatorship. Notes: Downloadable document is available in Spanish. Keywords: Traumas, Victims, Spanish Civil War, Spanish literature, Spanish history, Fernando Sánchez Dragó, Repression, Conflict studies
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
sábado, 20 de agosto de 2016
Buscar
en Ibercampus en | Consejo Editorial | Quienes Somos | Ideario | Contacto | Tarifas Publicit ar ia s | Suscribirse | RSS
I+D+i
Capital humano
Economía
Cultura
Estrategias verdes
Salud
Sociedad
Deportes
Debates y firmas invitadas
Entrevistas
Educación
Becas & prácticas
Empleo y Formación
Iberoamérica
Tendencia s
Empresas y RSC
Universidades
Convocatorias
Ranking Wanabis
Denuncias de los consumidores
Consum o
El Tiempo
EMPRESAS Y RSC Ampliar +
La banca española se ahorrará
indemnizaciones por el fraude de las
Dos retroposts sobre la Guerra Civil
Paralelismos traumáticos:nchez Dragó, Jo
Antonio, y otros fusilamientos
Recojo aquí dos retroposts sobre la guerra civil —sobre el espantoso verano
de 1936, hace ochenta años. Ahora que el cadáver de Lorca sigue
reaparec iendo sin aparecer, una inquiet ante presencia fantasmal o ausenc ia
que simboliza la huella todavía viva de las muertes de la guerra. Y de
quienes las dieron por buenas, a veces como reacción traumática. De estos
traumas y fantasmas de la (post)postguerra puede ser buen ejemplo el libro
de Fernando Sánchez Dragó "Muertes Paralelas", que aquí comento.
Vanity Fea 19 de agosto de 2016 Envia r a un amigo
Economía sin dirigir
No a un
constitucionalista, sí
a un exterrorista
Iván Campuzano
Vanity Fea
Paralelismos
traumáticos:
Sánchez Dragó,
José Antonio, y
otros fusilamientos
José Ángel García Landa
Futurolandia
Olimpiada de
desigualdad
económica
Políticas
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
indemnizaciones por el fraude de las
cláusulas suelo
PSOE y Podemos urgen hacer la
RSC obligatoria
Hacienda busca en Google pistas de
una evasión fiscal generalizada
entre las multinacionales
ABENGOA
ABERTIS
ACC IONA
ACERINOX
ACS
ADECCO
AMADEUS
ARCELORMITTAL
BANCO POPULAR
BANCO SABADELL
BANCO SANTANDER
BANKIA
BANKINTER
BBVA
BME
CAIXABANK
DIA
EBRO
ENAGAS
ENDESA
FCC
FERROVIAL
GAMESA
GAS NATURAL
GRIFOLS
IAG (IBERIA)
IBERDROLA
INDITEX
INDRA
JAZZTEL
MAPFRE
MEDIASET
OHL
Seguir a @IbercampusES
(Retropost 1: 28 de m ayo de 2006)
Me acabo de comprar Muertes paralelas
(Planeta, 2006), libro en el que Fernando
Sánchez Dragó reconstruye la muerte de
su padre Fernando (Sánchez) Monreal,
asesinado por los falangistas en el verano
de 1936, y vuelve sobre la manera en que
ese hecho ha marcado su vida
irremediablemente.
Me lo he comprado porque mi abuelo,
Ángel García Benedito, maestro nacional y
hombre bueno, fue también asesinado por
los falangistas ese mismo verano de 36,
dos meses antes, a pocos días del infame
18 de julio. Promete ser una lectura interesante. Todas las familias es pañolas es tán
marcadas por la Guerra Civil, así que no creo que haya una afinidad tan espectacular en
este caso, ni en el paralelism o de su padre con Jos é Antonio Prim o de Rivera que da título
al libro de Sánchez Dragó. Pero sí hay claro, elementos en com ún. También cosas que
matizar.
Se pregunta Sánchez Dragó por los asesinos de su padre:
¿De qué Falange estamos hablando? ¿En qué medida eran falangistas auténticos, camisas
viejas, los energúmenos y recién llegados que impusieron por doquier, en toda la extensión
de la zona nacional, durante los dos primeros meses de la guerra, su inicua ley del gatillo?
¿A qué tipo, a qué facción, a qué clase de Falange, en suma, pertenecían los asesinos de
Fernando Monreal y Luis Carreño?
Responde Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de
Zaragoza y autor de varios libros sobre la guerra civil (Entre ellos, escrito a medias con
Santos Juliá, ctimas de la Guerra Civil, Madrid, 1999), en una entrevista de enero de 2003
recogida por Montse Armengou y Ricard Belis en su obra, ya citada por mí, Las fosas del
silencio. És te es s u tes timonio:
económica
Antonio Pulido
Al otro lado del
marketing
La plataforma de
empleo
´Jobandtalent´
filma a famosos en
entrevistas de
trabajo con cámara
oculta
Clemente Ferrer
Your international
partner on-line
Si crees que el ritmo
de la innovación ha
sido rápido en estos
últimos años,
prepárate
Ángel Luis Vazquez
Torres
El Envés
Muchedumbres
solitarias o
solidarias
José Carlos García
Fajardo
Solidarios
Redes contra la
caída de nuestros
mayores
Carlos Miguélez Monroy
Miss Controversia s
¿Por qué deben los
financieros liderar
el Social Media
corporativo?
Ana Gonzá lez
Desde China
Diario del Pueblo
califica a la Corte
del Arbitraje como
"agente de fuerzas
externas"
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
OHL
REE
REPSOL
SACYR
TÉCNIC AS REUNIDAS
TELEFÓNICA
VISCOFAN
UNIVERSIDADES Ampliar +
Ningún campus español entre los
150 mejores del mundo, según el
´ranking´ de Shanghái 2016
9 de cada 10 profesores, contra las
reválidas LOMCE
Un tercio de las universidades
incumple la normativa legal de
contratos, entre ellas Complutense
"Cuando se produc e l a sublevac ión militar en julio del 36, Fal ange es un grupo mi noritari o
que, a diferenc ia de otros parti dos fasci stas europeos, como el italiano y el alemán, no ha c reado
una organizacn de masas ni ha teni do éxito en la movilizacn polític a dentro del sistema
democrático. A partir de julio del 36, Falange es un partido que crece en tromba, porque mucha
gente —c atólic os, ex-votantes de la CEDA, etc.— se sienten protegidos por este partido que crea
una imagen de vi ol enc ia y extermi ni o de l os rojos. Hay una parte de i magen y otra que es real. Si n
ninguna duda, Falange es un partido de promoción de la violencia, que la pone en prác tica
durante el llamado terror caliente del verano del treinta y seis. Ac túan de verdugos de muchas de
las víctimas que estamos anal izando en los últimos años. El ej érc ito ti ene que intervenir algunas
vec es, porque l os falangistas se están extralimitando en sus func iones." (Ob. cit., pp. 53 y 54).
Y añaden de su cosecha los autores del libro citado:
"Fal ange Es pañol a e ra un grupú scu lo polí ti co que en l as elec ci one s de feb rero de 1936 rec ibi ó ta n só lo c uare nta y cin co mil votos y no obtu vo
ningún diputado. Su es tética uniformada, el cul to a José Antoni o Primo de Rivera y la utilización que Franco hizo de ella infl aron la presencia y
la influencia de la formación. No es de extrañar que algunos investigadores opinen que aquel partido de estilo fascista y paramilitar se creó a
medida para el golpe del 18 de julio. Ello resulta verosímil s i pensamos en el papel que los camaradas de Falange desempeñaron en detenciones,
torturas, violaciones, paseos, mareos, limpias y toda l a terminol ogía i nventada para designar una sola c osa: asesinatos
en los cuales se di sputaban el protagoni smo c on los mi litares y la Guardia Civil. Joan M. Thom as,
historiador que ha investigado a fondo la Falange, cree que una mayoría del partido participó con
entusiasmo y por inici ati va propia en la represn, sobre todo en los prim eros tiempos de la guerra."
(Ob. c it. pp. 54 y 55).
(Sánchez Dragó, Muertes paralelas 222-24)
Sobre la descripción de Cas anova, aclararé que no la cito, (ni yo ni Sánchez Dragó,
supongo) con ánimo de negar que grupos criminales/terroristas del bando contrario hayan
cometido actos comparables — probablemente incluso más num erosos antes de la guerra,
y m e no s repri m id os és os por l as auto ri da des del Frente Popular. Sí m at iza ría, es ta nd o de
acuerdo con esta descripción en términos generales, que el calificativo de "verdugo"
(aplicado hoy con frecuencia también a los terroristas etarras o islam is tas) es
invariablemente mal empleado. Un verdugo ejecuta a un reo por mandato legal tras un
proceso judicial; estos falangistas eran grupos terroristas no amparados por ninguna
legalidad que ni yo, ni Casanova, ni Sánchez Dragó supongo, reconozcamos. De ahí que el
término esté mal utilizado para describir a esas pandillas falangistas : eran as es inos, no
verdugos. Un verdugo es lo que hubieran merecido ellos, en un mundo mejor ordenado.
Continúa inmediatamente Sánchez Dragó, comentando la exposición de Las fosas del
silencio:
externas"
Di Wang
Desde mi trastorno
bipolar
La "salud mental"
en la gran ciudad y
el "loco" en las
zonas rurales
Bea triz Tarancón
Sánchez
Tra nsitar por Eurolandia
El Brexit, una gran
oportunidad para
consolidar la Unión
Donato Fernández
Na va rre t e
¿Hay derecho?
El "coste" de las
restricciones legales
a los ficheros
positivos de
solvencia
Matilde Cuena Casas
Inclusión financiera
Consumir inteligente
(¡No a la
obsolescencia
programada!)
Carlos Trias
Goliardos s.XXI
Libertad política y
corrupción
J. A. Ventín Pereira
Gobierno y bien común
Y mientras tanto...,
España sigue en
paro
Diego Isabel
Economía Zen
Digamos no al
miedo
Miguel Aguado Arnáez
Andalucía
Aran
Asturias
Ca naria s
Ca ntabria
Ca stilla la Mancha
Ca stilla y Le ón
Ca taluña
Comunidad Valenciana
Extremadura
Galicia
Islas Baleare s
La Rioja
Madrid
Murcia
Navarra
País Vasco
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
silencio:
Bien. . . o mal. O las dos cosas. Separemos el trigo de los datos de la paja de las opiniones.
Todo lo que dice Julián Casanova es cierto, o lo parece, aunque no sobraría recalcar que la
prom oción de la violencia llevada a cabo por la Falange fue posterior al Alzam iento [tch tch,
ese lenguaje . . . ] y no —en contra de lo que la propaganda izquierdista, [sic la com a] ha
conseguido infundir en muchas molleras de ésas, tan abundantes, a las que nada importa
deglutir ruedas de molino- anterior a él. Al Alzamiento, decía. . . [re-sick] (Sánchez Dragó,
224).
Supongo que cada uno cuenta la guerra según le va. Pero debería informarse más Sánchez
Dragó antes de pontificar así sobre la inocencia original de la Falange. A mí desde luego me
deja un tanto escéptico . . .
Tampoco es de recibo, sino que antes bien suscita indignación, la mía al menos, lo que
Armengou y Belis hacen al dar por buena —no es de extrañar, dicen— la delirante opinión,
sostenida, al parecer, por algunos investigadores, cuyos nombres no citan (aunque con esta
observación no esté poniendo yo en duda su existencia, seguro que los hay, y a chorro) de
que la Falange se creó, vivir pa ra o ír, ¡a medida para el golpe del 18 de julio! Ni que decir
tiene que los signos de indignación, que no, en modo alguno, de admiración, son míos.
(Sánchez Dragó, 224)
Aquí critica Sánchez Dragó el hindsight bias que supone el ver en la fundación de la Falange
una prefiguración de la Guerra Civil. Y pasa a culpar al vandalismo del Frente Popular el
crecim iento del desorden que llevó a la espiral de violencia. Bien, desde luego la fecha del
18 de julio no aparece en el acta fundacional de la Falange. Pero, habida cuenta de los
precedentes fascista y nazi, ¿alguien puede dudar que estaba entre los sueños, delirantes
quizá entonces, de la Falange, el hacerse con el poder al estilo cam is a parda, negra, o azul,
y arramblando con el régimen, comunista o decrata, que hubiese en su momento? ¿Se
iban a suprimir los partidos, y "el capitalismo", y se iba llevar a cabo el program a
Vueltas al conocimiento
Los políticos que no
amaban a las
mujeres
Fátim a Arranz
Infolítico
Tras el referéndum
griego
Gustavo Matías
Luces de Bruselas
Fondos
Estructurales y
Fondos de Inversión
Europeos
Raúl Muriel Carrasco
¿Quiere un blog propio y
leído en todas las
universidades?
Infórmese aquí
LIBROS
Elon Musk. El empresario
que anticipa el futuro
¿Tenemos suficiente
inteligencia para entender
la inteligencia de los
animales?
Las lagartijas no se hacen
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
Madrid
21.4° 32.8° 3%
18.8° 33.8° 3%
20.4° 35.6° 3%
22.4° 36.5° 3%
21.7° 33.9° 8%
20° 32.3° 6%
19.9° 32.4° 16%
WeatherPro iPhone WeatherPro iPad WeatherPro Android
Sábado 20
Domingo 21
Lunes 22
Martes 23
Miercoles 24
Jueves 25
Viernes 26
ENTREVISTAS Ampliar +
"La mujer tiende a ser socialmente
más responsable que el hombre"
"Invertir en educación infantil es
más rentable que el gasto social o
joseantoniano, sin usar la violencia? Vamos, hom bre. . . menos indignación, y más
clarividencia, que es tás escribiendo memoria histórica, no desmemoria. Los dem ócratas
escaseaban en el 36, tanto en la derecha como en la izquierda; ambas estaban más que
dispuestas a hacerse con el poder por la fuerza, y a llevar a cabo lo que ambas
denominaban una Revolución—que ya se sabe que no son pacíficas. Y quienes sí eran
demócratas en teoría, y debían haber sabido mantener la ley y gobernar con justicia,
tampoco lo supieron hacer, y se dejaron llevar por sectarism os y favoritismos. E indultaron a
golpistas de toda especie.
Pero lo de Sánchez Dragó es un cas o de trauma político profundo—para acabar en este
libro declarando su adm iración a la Falange actual y a la de Jos é Antonio, a las que por una
extraña maniobra mental no asocia apenas con la Falange que realmente existía en 1936.
Sobre las raíces de esta pirueta conceptual, y de la simbología traumatizada que subyace a
ella, puede vers e mi comentario en el artículo "Paralelism os traumáticos ".
Pero quieras que no, tiene que reconocer Sánchez Dragó algunas durísimas verdades . . .
que de eso va su libro, se supone:
Pero es, efectivamente, y por des gracia, exacto lo que los dos autores en cues tión dicen
acerca del triste y bárbaro papel que motu propio [proprio, m ás propriamente] desempeñó la
Falange, o quienes por falangistas se despachaban [¿¿?? —ah. ¿igual eran rojos, o
esperantistas?], en los primeros meses del conflicto.
Será, concluyen Armengou y Belis, "posteriormente cuando comiencen las dis crepancias
al ver algunos falangistas que el objetivo de Franco de exterminar al enemigo se perpetúa:
algunos camisas az ules creen que esa aniquilación puede ser contraproducente para el
partido y para su proyecto de España, más integrador [tras la desintegración del enemigo y
del chivo expiatorio, será]; el propio Manuel Hedilla, jefe de la Junta Provisional de Falange,
dirige a sus subordinados una circular en la que les advierte:
’Insisto con el máximo interés en que las operaciones de represión se controlen con todo celo, no cumpliendo otras órdenes que las dictadas
por las autoridades competentes [tiene chiste esto de las ’autoridades competentes’]. Es m enester evitar que
sobre la Falange se eche una fama sangrienta que pueda perjudicarnos en el porvenir. No se
castigará a nadi e sin averiguaci ón de sus antecedentes y sin orden de la autoridad competente’."
(Ob. cit., p. 55)
Lo malo —lo malo, se sobrentiende, para mi padre y, en consecuencia, también para mí —
es que la circular de Hedilla no se cursó hasta el 29 de septiembre. ¡Demasiado tarde, una
vez más, para que de ella se beneficiaran Monreal y Carreño! [¿y m ás gente, se
sobreentiende? Aunque los criterios de Hedilla para el asesinato organizado
administrativamente eran también muy inclus ivos]. Pero, en todo cas o, y por eso cito lo que
Las lagartijas no se hacen
preguntas. El viaje desde
vivir en los árboles a
entender el cosmos
Los versos del destierro
La educación creativa
cambiael mundo. Una
formación permane nte
como base del
conocimieno
¡Llueven Ranas!
TESIS Y TESINAS
La banca alemana tiene
muchos s rie sgos que
la española, po rque no se
ha reestructurado
La inacabada reforma
bancaria, riesgo para la
igualda d rural, precisa
ince ntivar a las
cooperativas
La educación no siempre
reduce el paro, ni
garantiza mayores
oportunidades de empleo
Las gordas brasileñas
tienen buen sexo y
autoestima
El español logra mantener
el 72,3% de la carga
humorística de los chistes
en Los Simpson
Suspenso generalizado
en educación financiera
entre los estudiantes
españoles de y de
primaria
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
en infraestructuras"
"Invertir en educación infantil es
más rentable que el gasto social o
en infraestructuras"
EMPLEO Y
FORMACIÓN Ampliar +
Amplían 6 meses el Plan que forma
a parados sin prestación entre los
dos millones existentes
Más de 727.000 menores de 30,
beneficiados por políticas de empleo
juvenil, según el Gobierno
Más de 926.000 autónomos se han
beneficiado de la tarifa plana de 50
euros
IBERO AMÉRICA Ampliar +
América Latina ratifica la estrategia
Educación 2030
Aprendizaje en América Latina y el
Caribe, tema central de la Agenda
Educación 2030
Viajes Rosa Tours, denunciada por
timo en billetes reos
TENDENCIAS Ampliar +
Los gatos entienden peor que las
gatas el llanto de sus crías
Los insectos prefieren lujo y
comodidades para su diversidad
Las ciudadess verdes se tornan
más injustas
administrativamente eran también muy inclus ivos]. Pero, en todo cas o, y por eso cito lo que
cito, siguen cuadrando al dedillo las cuentas relativas a lo cerca —horas, días, dije— que
anduvo mi padre de salvar el pellejo. Ya sé que los quejíos de plañidera emitidos a pitón
pasado no sirven para nada, ni, menos aún, resucitan al difunto, pero una y otra vez, tenaz,
machacona, estalla y tabletea, dentro de mí esa pueril exclamación, más propia de
espectadores de partidos de fútbol o de jugadores de lotería que de adultos dotados de
sentido común y criterio, que reza:
—¡Huy! ¡Por un pelo!
O por un palo: el de la portería.
En el caso de mi abuelo, ni pelo ni cabellera. Fue el primer asesinato de la comarca. Quizá
hubiera podido es capar a Francia, como mi otro abuelo, con la cuadrilla de requetefachas
pisándole los talones. . . Pero claro, no tenía ninguna razón para escapar de nadie—de
nadie racional. Y mucho confía Sánchez Dragó en el "orden" que puso Hedilla (ná menos . . .
). No debería. Los fusilados por orden de la Autoridad golpista están igual de fusilados.
Y es que, por infantil que parezca mi reacción, eso es exactamente lo que me sugiere el
cúmulo de datos y opiniones, procedentes de los dos bandos en liza, con los que sin
proponérmelo, y en desorden, al hilo de la concepción y la elaboración de es te libro, me he
ido topando hasta llegar a la convicción —la tengo— de que en la zona nacional, como
nimo y quizá tambien en la otra, pero de eso hoy por hoy no estoy seguro (más bien me
inclino por lo contrario), la represión ciega, indis crim inada, injustificada, indocumentada, de
quienes no eran combatientes sino pueblo a secas, y vestían de pais ano, se detuvo muy
pronto, en la segunda mitad del mes de septiembre, debido a la confluencia de tres
vectores : la llegada a las cárceles de los efectivos de la Cruz Roja, el férreo control
establecido a partir de un determinado momento por las fuerzas armadas y la toma de
conciencia de los mandos de la Falange genuina [¿¿los buenos ?? ¿¿ya había dos
Falanges??] respecto a las atrocidades que como perros rabios os sin correa, vacuna ni
bozal estaban perpetrando sus supuestos conmilitones. [El supuestos juro que es de
Sánchez Dragó; el Times 18 es mío).
Wik ipedia: En 1944 fuentes del Ministerio de Justicia aseguraron que unos 190.000
pris ioneros murieron o fueron ejecutados en prisión. Como se ve, hay opiniones para todo. .
1
No a un
constitucionalista, sí a un
exterrorista
2
Paralelismos
traumáticos: Sánchez
Dragó, José Antonio, y
otros fusilamientos
3Olimpiada de desigualdad
económica
4
Amplían 6 meses el Plan
que forma a parados sin
prestación entre los dos
millones existentes
5
Nuevas evidencias de la
proliferación de pobres
en España
6
Los gatos entienden peor
que las gatas el llanto de
sus crías
7
Ya puedes solicitar la
beca del curso 2016-
2017
8La red intertextual de lo
real
9
Ningún campus español
entre los 150 mejores
del mundo, según el
´ranking´ de Shanghái
2016
La plataforma de empleo
´Jobandtalent´ filma a
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
. La represn y exterminio, ya no desorganizados, sino sis temáticos , continuaron durante
años. A mí el convencim iento aparente de Sánchez Dragó de que tras unos meses sólo
hubo muertos en combate, o la cortina de humo que se echa ante los ojos con las
ejecuciones legales del franquismo, no sé, me parecen un tanto pas mosos.
"¿Conmilitones? Bueno, bueno . . . Dejémoslo, con grima y rim a fácil, en matones, en
killers, en sicarios a sueldo, que en muchos casos, aunque no, desde luego, en todos, ni
siquiera podían esgrimir en su descargo el nauseabundo atenuante de que obedecían
órdenes o la coartada ideológica, aún más repulsiva, de que actuaban así para extirpar la
mala hierba del país, orear la atmósfera y salvar la patria. Lo digo con la autoridad que para
ello me confiere otro dato, otra certeza casualmente aportada por el zigzagueo de las
lecturas, conversaciones e investigaciones que preceden o corren paralelas al
alumbramiento de este libro. Me refiero a la horripilante hoja de pagos reproducida por
Armengou y Belis en su tantas veces por mí citada obra y relativa a la contabilidad llevada a
cabo por la delegación de Falange Española en el pueblo sevillano de Los Corrales durante
varias semanas del año de 1936 (Ob. cit., p. 264). En ella, taxativa y contundentemente, con
modos, modales, pelos y señales que no dejan mucho espacio para la duda, se incluyen
"listados con nombres de personas que reciben dinero de la tesorería local de la Falange.
Llama la atención que algunas personas percibieran en distintas épocas unas cantidades
que eran considerables en la época, pero aún sorprende más que la cifra de treinta y cinco
pesetas, que se repite con frecuencia, fuera el precio que se consideraba que correspondía
cobrar por asesinar a alguien. Si tenemos en cuenta que en Los Corrales murieron
asesinadas setenta y ocho personas y que los nombres de quienes cobran son los que
distintos testimonios apuntan como los de quienes se ocupaban de llevar a los detenidos al
cementerio —donde los ejecutaban después de haberles hecho cavar su propia fosa— el
documento resulta revelador en lo tocante a la responsabilidad de elementos de la Falange
en aquellos crímenes". (Ob. cit., p. 56)
¡Siete duros! Un pastón. Se entiende que hubiese tantos anim ales dispues tos a
convertirse en asesinos. Todo necio confunde valor y precio.
¡No, no! ¡qué digo! ¿Siete duros? Muchoss, porque ése era el precio per cápita, y
podían ser bastantes las cabezas de ganado —como a tales, de hecho, las consideraban y
trataban— que en cada limpia, en cada operación de higiene ideológica, eran conducidas al
matadero.
Me pregunto si cobraron los asesinos de mi padre esa u otra cantidad y lo que, caso de
ser así, hicieron con ella. . . ¿Irse de putas? Seguro que no. Iban, entonces, muy baratas , y
para eso, ades ya disponían, y por añadidura gratis, de sus respectivas madres.
Aunque fuesen unas s antas.
10
´Jobandtalent´ filma a
famosos en entrevistas
de trabajo con cámara
oculta
RANKING
WANABIS Ampliar +
"La evolución del e-learning:
de "sólo ante el peligro" al
aprendizaje interactivo"
"Los profesionales con
formación online están mejor
preparados para la economía
global"
El big data, la robótica y el
Mobile Learning, principales
tendencias del e -learning
DEBATES Y
FIRMAS Ampliar +
La nueva revolución genómica
hace florecer las metáforas
Cientificos que se juegan la
vida al investigar
¿Estamos en el mundo por
azar o necesidad?
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
Aunque fuesen unas s antas.
"Pablo Uriel tenía veinti dós años y la carrera de médic o reci én ac abada cuando, aquel aciago j ulio de
1936, se desencadenó la guerra. . . "
Pertenecen estas líneas al prólogo añadido por Ian Gibs on a la excelente obra de
narrativa autobiográfica No se fusila en domingo (Pre-Textos , Valencia, 2005), en la que el
médico citado —que era, por cierto, de Soria, como yo llegué a serlo, ya talludo, por vía de
generosa decisión municipal— evoca las vicisitudes de su existencia, y algunas de las de
España durante el mismo período, en los años de la guerra civil. Viene a cuento, me parece,
reproducir ahora algunos párrafos de su libro: (Sánchez Dragó, 226-28)
Con este testimonio de Pablo Uriel narra Sánchez Dragó, por vía interpues ta, el asesinato
de su padre, mejor que en propia voz. Es sorprendente en el texto que sigue, valiente y
estremecedor, y a la vez consciente de la importancia del lenguaje, cómo continúa, sin
embargo utilizando el vocabulario de los terroristas para describir sus crímenes, a la vez que
denuncia esa infección del lenguaje ("verdugos ", "paseos", "ejecuciones"). Y con esos
párrafos de No se fusila en domingo term ino yo este [primer] pos t tan largo y tan hablado por
vía i nterpues ta. Son éstos:
"El papel de verdugos y ej ec utores se asignó en Zaragoza a los fal angistas y a la Guardia Civil . En la
ciudad existían poc os fal angistas antes del 18 de juli o, pero sus filas fueron engrosadas rápidamente por
mi embros de otras organi zac iones de derec has. Se podía segui r muy bi en el proc eso mental que les
conducía a la pendiente de las ej ec uc iones. En la prác tica, todo falangista intervino alguna vez en esos
asesinatos, considerados por sus jefes como ac tos de servic io a la patria. Si el acto daba lugar a una
conmoción psíquica de rechazo o repulsión, el hombre se enrolaba en seguida en alguna unidad
combatiente y marchaba al frente, ansiando una lucha más noble. Aquellos que descubrían en disparar
sobre un hombre indefenso una fuente de placer quedaban adscritos de modo permanente a las escuadras
de verdugos. [Verdugos a sueldo de un régimen fascista, asesino y traidor, repito: no verdugos sin más]. Poco a poco, por un mecanismo de
selección, fueron q uedando en la retaguardia agrupaciones de jóvenes sádicos a los que se dio amplios poderes para la limpieza. Ellos usaron y
abusaron de estos poderes, entre la complacencia hipócrita de las personas de orden, que no mancharon sus manos de sangre pero señalaron a las
víctimas, desentendiéndose luego de la suerte que pudieran correr.
"En sus cuar telillos, estos jóvenes degenerados elaboraban la lista de sus víctimas cada noche; a estas listas se aña an otras, facilitadas por la
policía o el ejército. Al anochecer iniciaban sus correrí as, recogiendo de las cárceles o de sus domicilios a las piezas sobre las que iban a disparar. Al
volante de sus camiones o de g randes tur ismos Buick o Chrysler de los años treinta, disfrutaban en sus cortos viajes del contacto estremecedor con sus
víctimas, en un placer anticipado del agudo y supremo goce de disparar sobre aquellos hombres, mujeres o niños que morían de una manera tan fácil.
"Al principio quedaban los cuerpos allí, en las canteras o en las cunetas de las carreteras, a la vista de todos. Luego intervino ya la máquina
administrativa y esos cuerpos eran recogidos y enterrados en los cementerios próxi mos o llevados a la fosa común del de Zaragoza.
"Otros pasaron antes por la sala de anatomía de la Facultad de Medicina de Zaragoza, donde sus datos fueron registrados, y de allí salieron en su
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
último viaje al cementerio o la incineración Los que dejaban su nombre en el registro necrológico de la facultad tenían siempre el mismo diagnóstico:
traumatismo craneal.
"Todos los vencedores col aboraron con los verdugos falangistas con su conformidad. Los muertos no tenían un nombre, ni unas circunstancias
personales; eran ’rojos’. Las muertes no eran muertes, eran ’paseos’. Y la fuerza de las palabras desempeñó un buen papel en aquella conformidad.
"Los hombres que no ejecutaban denunciaban, y, al enterarse de que el denunciado
hab’a sido paseado, imaginaban en seguida que su denuncia habría servido para descubrir
en la víctima otros horrendos delitos . Aquel denunciado había resultado ser un rojo perdido,
y la hora de la jus ticia había sonado en España.
"La aq ui es c enc i a de la I gl es ia c os tó mi l es d e vi da s. Co no cí a m ej or que n adi e la c ua ntí a d e ví ct im as c ad a noc he , pue s to que l os s ac er dot es a si s tí an a
las ejecuciones. Jamás se preguntó si aquellas muertes ilegales eran o no lícitas. No se habló de ello en los púlpitos, y si algún sacerdote lo hizo fue
pronto llamado al orden por sus superiores. Si reinc idió fue detenido. Algunos religi osos de un convento próxi mo a la cárcel ingresaron en las celdas porque
se habí an permitido pedir cl emencia desde s us púlpitos y porque s us palabras llenaron el templo de fiel es que buscaban un c onsuelo.
"Au nq ue es m uy t ri st e d ec i rlo , m uc ho s de es to s s ac erd ote s en co ntr aro n e n l a s ej ec uc io ne s un pl ac er i nc onf es ab le . A l gun os p or cu rio s id ad, o tros p or
deleite y unos pocos por cumplir allí una misión trascendente, acudí an de buena gana a presenciar los ases inatos. Esta colaboraci ón gustosa sólo se vio
enfriada por algún incidente peli groso, como el oc urrido durante unas ejec uciones en las c anteras de Casablanca. Uno de aquellos rojos, en el momento
crítico, pasó sus manos esposadas por encima del haz de los faros del coche que iluminaba la escena. Los verdugos, ya nerviosos por la ceremonia, se
asustaron ante aquel revuelo inesperado, y dispararon generosamente sus fus iles. Aquel sacerdote murió abrazado a su rojo.
"Algunos de estos falangistas, al regreso de sus orgías, acudían a un confesor ya designado para ellos. Allí vertí an la confidencia de sus pecados de
esa noche y recibían la absolución. No eran confesiones muy ortodoxas, puesto que no se les exigí a la contrición indispensable, pero la conciencia
quedaba así adormecida y las orgí as podían continuar en noches sucesivas. El confesor solía preguntar a su confidente si había sentido odio hacia
aquellos hombres que se había vi sto obligado a matar en cumplimiento de su deber patriótico. La respuesta era siempre negativa, ¿por qué razón iba a
sentir odio por aquel desconocido?
"El ej ército, salvo en los poc os casos de c onsejos de guerra, no i ntervino directamente en las
ejecuc iones, al menos en Zaragoza. Pero cuando deseaba deshacerse de algún soldado políticamente
desafecto, no vac ilaba en entregárselo a l a Falange para que lo castigase de la únic a forma como sabía.
El Ejército sí es culpable del asesinato de prisioneros de guerra, sobre todo si éstos pertenecían a las
Brigadas Internac ionales. En este caso el fusilamiento era inmediato y automático. (Ob. ci t., pp. 63 y 66)
[Sánchez Dragó: ] Hasta aquí, la de cal. Más adelante, en el mismo libro, la de arena . . .
"Las primeras horas ese día habían sido una c onfirmacn gozosa de todas mi s previsiones. El
comportamiento del ej érc ito republic ano c on sus prisioneros era exactamente el que yo había esperado: el
que había anunciado a todos los que temían caer en manos del enemigo.
"Pero a partir de las nueve o nueve y media de la maana, me enfrenté de pronto c on unos hechos para
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
los que no estaba preparado. El comportamiento bochornoso del ejército republicano me proporcionó una
decepción que es, sin duda alguna, la mayor que he sufirdo en mi vida. Yo estaba preparado
psicológicamente para soportar la crueldad de los franquistas; la encontraba consecuente con los
esquem as previos. Pero encontrar esa misma brutali dad en el campo de mis ami gos fue una experiencia
cuyas consecuenc ias pesaron sobre m í durante muchos años." (Ob. cit., p. 371)
Sobran las apostillas. Sobran también, ys, si cabe, las banderías, los sectaris mos, los
posicionamientos ideológicos .
¡Qué asco!
(Sánchez Dragó, Muertes paralelas 226-31, citaba No se fusila en dom ingo, de Pablo Uriel)
(PS: pongo este comentario en el Blog de Fernando Sánchez Dragó:
Sob re el paralelismo de las m uertes, com parto y respeto la voluntad de Vd. de evitar
partidismos, cainism os, etc. etc. y dar estopa a am b os b andos, que en am b os hubo muchos
que la merecen.
Sin em b argo, creo que los paralelismos están mal elegidos, y s para elegir figuras
emblem áticas para la portada. Es excesiva la desigualdad entre una pandilla de fascistas
dando "paseos", es decir, asesinando a ciudadanos no comb atientes, y un poder
legítimamente elegido, en tiempo de guerra, condenando a muerte al líder de una banda
fascista, golpista y terrorista. Aunque se esté en contra de la pena de muerte; aunque el juicio
no tuviese garanas.
No es lo mism o, y no es un paralelismo aceptab le. A mi abuelo tamb n lo asesinaron los
falangistas, y si escribiese un lib ro podría ponerlo en la portada, en "paralelo", con algún
pob re cura asesinado por m ilicianos, pongam os. Nunca, por supuesto, con José Antonio
Primo de Rivera, jefe de los que tanta gente asesinaron. En fin, prefiero pensar que es un
exceso de ecuanimidad por su parte, si tales excesos son posib les.
—oOo—
(Retropost 2: Sábado 19 de agosto de 2006)
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
Ya hablé en un post anterior de Muertes paralelas, de Fernando Sánchez
Dragó, y de lo forzado que me parecía alguno de los paralelismos que sirven de
base al libro. Me ha gustado, sin embargo, como libro sobre la guerra civil
española y sus consecuencias y la memoria de la misma y sus traumas,
ejemplificados en el propio autor.
Es el libro una self-begetting novel de las que decía Steven G. Kellman, un libro
que cuenta la historia de cómo llegó a ser escrito, y que, aún más, cuenta cómo
quien lo escribe llega a ser quien es mediante la escritura de este libro. Escribe
Sánchez Dragó con el siguiente planteamiento: tras muchos años de ignorar la
figura de su padre, asesinado por los falangistas al comenzar la guerra civil, se
ha dado cuenta, por diversas coincidencias y señales procedentes quizá del
más allá, de que el destino de su padre y el suyo están estrechamente
entrelazados, de que su padre es la persona más importante de su vida, "el
personaje de más importancia, sustancia y trascendencia en la vida de su hijo"
(583). Así, el hijo se da cuenta de que ha de escribir un libro para sacarlo del
olvido, o para sacárselo del cuerpo, o para terminar de metérselo en el cuerpo
quizá. Hace un seguimiento paso a paso de los últimos días de su padre, y más
panorámicamente de toda su vida, y de la propia, y de la de su familia entera,
con el trasfondo del país en la guerra y la posguerra. Analiza la manera en que
su propia personalidad es producto de la herencia y de las circunstancias
traumáticas que marcaron su infancia, y en suma busca "desamordazar y
regresar" al difunto mediante un proceso de escritura intenso, superponiendo a
esa escritura la investigación y la rememoración de su relación fantasmática con
su padre, y de toda la carrera, personalidad y destino propios. Viene a concluir
Dragó que él es quien es porque mataron a su padre--si no, es probable que
hubiera seguido sus pasos en el periodismo y hubiese terminado dirigiendo la
agencia Efe, y siendo un desdichado ejecutivo, o quizá un ciudadano Kane, en
lugar del hippy feliz y anárquico que es. Aunque no parece haber razón para
temer eso, si creemos que "todo lo que, bueno o malo, sucede a un hombre, a
una persona, es culpa o mérito de su temperamento y de su conducta" (77).
Es un libro pues contradictorio, y también excesivo, divagante, desordenado,
desvergonzado, que pasa de lo emotivo a lo carcajeante y a lo absurdo o
ridículo de manera deliberada sin gran orden ni concierto; tan pronto es
conmovedor como no puede callarse una asociación de ideas deliberadamente
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
grotesca, o desbarra con interpretaciones disparatadas; todo con frecuentes
repeticiones que van y vienen por oleadas o en espiral creciente, conforme
vamos entendiendo y conociendo mejor al narrador y a su familia y obsesiones.
Como digo lo he pasado bien leyéndolo, a pesar de su longitud desmedida, de
las repeticiones o hipótesis inútiles, y de las abundantes ideas marulas del
autor-narrador.
Me ha interesado especialmente la dimensión traumática de la historia, y el
sentido de ritual funerario de la escritura:
"no es necesario (... ) abrir las fosas de la guerra civil que bajo tierra,
selladas por el polvo de catorce lustros, duermen, ni encomendar a Aixa
la tarea de cepillar, asear y peinar la calva calavera de su abuelo, porque
éste, Fernando Monreal, periodista de brillante porvenir, director de la
agencia Febus, esposo de Elena, padre del autor de esta tragedia,
denunciado por un primo de su cónyuge, encarcelado y condenado por
un colega, asesinado a los veintisiete años de edad por un pelotón de
hijos de puta y españolito de corazón helado por la barbarie del país
bicéfalo en el que tuvo, como tantos otros, la desgracia de nacer, ha sido
desenterrado, salvado y liberado por su hijo, que descendió al Hades en
su busca, y lo encontró, y contó su historia, y glorificó su memoria, y al
hacerlo le devolvió la vida" (659).
El significado potico de esta historia hoy es bien expresado por el autor cuando
dice que "pocos españoles hay que no lleven un dolor semejante en el fondo de
su almario" (59).
Ahora bien, el trauma familiar de Sánchez Dragó, si bien es compartido con
muchos españoles, a la vez es vivido y analizado de modo muy particular por el
autor. No me convence el análisis que hace de su propio trauma: hay
demasiada palabrería y demasiado bailoteo hipotético alrededor, y un montón
de hojarasca de sincronías y reencarnaciones y destinos que para mí no son
sino síntomas de un cráneo mal amueblado y muy frívolo con las ideas y con el
orden de las cosas. No voy a ponerme a analizar el carácter de Sánchez Dragó,
pero creo que no sorprendo a nadie si digo que me parece arrollador,
egocéntrico, narcisista, fascinado consigo mismo y que le encanta escucharse
(vaya, todo eso menos lo de arrollador debería hacérmelo recomendable al
menos como alma gemela). Es un libro muy hindsight biassed, que toma una
historia llena de imprevistos, casualidades y contingencias, y la organiza para
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
reelaborar un relato de trayectos vitales preorganizados en el más allá y
simetrías vitales compensadas según las necesidades fantasmáticas del autor,
con el fin de explicar y justificar el presente. La creencia en destinos, sobre todo
destinos especiales, en coincidencias asombrosas diseñadas para enseñarle
lecciones, en iluminaciones y caídas del caballo, etc., son todos ntomas de
alguien que cree desde muy adentro que la realidad está organizada en torno
suyo, algo de lo que evidentemente no se llega a curar mediante la escritura de
este libro.
Más interesante me ha parecido pues la manera en que Sánchez Dragó
escenifica el trauma de modo espontáneo, un trauma no superado mediante la
escritura, como querría hacernos creer, sino por el contrario profundamente
asentado, quizá más asentado que nunca tras el proceso de escritura. Me
refiero a las simpatías profundamente derechistas (hippy-falangistas, por ser
más preciso) de alguien cuyo padre fue asesinado por los falangistas en la
guerra. Claro que Sánchez Dragó siempre ve esa circunstancia como un tanto
paradójica o contradictoria: su padre no era un "rojo", y especula que muy
probablemente habría hecho rápida carrera bajo el régimen de Franco, en caso
de haber sobrevivido (muy plausible suena esto).
El libro empieza con el autor en sus años mozos e inconscientes. El autor, a
decir propio, no termina de hacerse adulto hasta que escribe este libro. Era
entonces, a mediados de los cincuenta, un rojillo comunistoide, o más bien tenía
un síndrome adolescente de revuelta contra su familia de derechas y contra el
franquismo paternalista y sofocante; y es al ser arrestado por el célebre
comisario Conesa cuando éste le espeta, revelación para él, que a su padre no
lo mataron los rojos sino "nosotros" (sería borde el comisario), los nacionales.
Segunda vuelta de tuerca al trauma. Ya no sabe el futuro autor contra quién
tiene que rebelarse; en todo caso, aún no ha tenido lugar su caída del caballo y
su descubrimiento del misticismo oriental, que aquí aúna con el retorno a la
figura de su padre.
Primer toque de atención de los desbarres mentales del autor es su simpatía
por la figura de Queipo de Llano: "Queipo, y eso le honra y, a mis ojos, le
encumbra, ni era un político ni se metía en política, tanto menos en politiquerías"
(105)—¡pues menos mal! Porque sólo dio un golpe de Estado, claro que eso no
debe ser meterse en política para Sánchez Dragó. En Queipo reconoce una
especie de anarquista de derechas como él. Pues con los jipis del calibre de
Queipo, ojo, digo yo.
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
Pero el episodio más revelador viene con la fascinación que siente el autor por
José Antonio Primo de Rivera. Lo elige para la portada de su libro, detalle que le
afeé en su blog, y es de hecho la principal "muerte paralela" de las que
supuestamente estructuran el libro. A decir verdad, el libro es una serie de
estructuras contradictorias en pugna, porque según confiesa el autor, fracasa
en su intento de escribir un auténtico libro sobre su padre y José Antonio. Así
pues, esa estructura se entrecruza con otra que divide el libro en tres
secciones: la primera, "el padre", la segunda "la madre" y la tercera "el hijo", o
sea él mismo. Pero la sección de José Antonio Primo de Rivera se embute de
manera un tanto improcedente en la sección de "la madre", con lo cual tenemos
a continuación del padre real, el padre imaginario, o el doble quiástico del
padre, José Antonio Primo de Rivera. Porque el autor quiere enfatizar que al
igual que su padre no era de izquierdas, José Antonio no era de derechas, sino
un revolucionario, y acabó fusilado por el bando revolucionario... Cuenta
asimismo sus simpatía por la Falange renovada (que distingue de la franquista
como el blanco se distingue del negro)... pero ay, no puede evitar el problema
de que a su padre no lo mató ni esta falange renovada a la que Sánchez Dragó
da conferencias, ni la falange oficialista de Franco, sino la única que existía por
entonces, la de José Antonio Primo de Rivera... un hecho con el que autor
pugna por no enfrentarse. Serían falsos falangistas, advenedizos, los que
mataban a la gente, no auténticos falangistas, seres puros, idealistas, al menos
tal como se definen a sí mismos en la obra de José Antonio... En fin. Que aquí
veo yo el auténtico y profundo trauma de Sánchez Dragó: un trauma que no es
un trauma, por estar ya cicatrizado y asimilado; es ya la forma en que ha crecido
el árbol, una estructura de personalidad, y unas reacciones viscerales
asentadas de antaño ante la iconografía y retórica de la extrema derecha
española.
Recuerdo que en la escuela de mi pueblo, en la época franquista, figuraban, a
la izquierda y a la derecha del crucifijo, los retratos de Franco y de José
Antonio. Franco como la realidad, lo que ERA (una gloriosa realidad según la
autorrepresentación del régimen); José Antonio era la posibilidad frustrada, lo
que PUDO haber sido, pero también era el más allá, el mártir, el santo, un ser
de sobrenatural pureza que velaba sobre el presente desde un lugar
privilegiado. Sánchez Drago, a la vez que reacciona (como casi toda España)
contra la pequeñez espiritual, la mezquindad siniestra y la dantesca mediocridad
de Franco, conserva intacta la otra parte del binomio, al parecer sin caer en la
cuenta hasta qué punto es una construcción del propio franquismo que
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
abomina, y parte esencial de su mitología. Refuerza la figura de José Antonio
con lecturas de primera mano, de las que sale tanto más convencido.
Convencido a priori y por necesidad, pues José Antonio es, a un nivel profundo,
y como lo demuestra al estructura de su libro, el alter ego de su padre, la
dimensión sobrenatural, trascendental y secreta de su padre; lo que su padre
hubiera sido si hubiera sido un gran hombre, y no sólo el que fue (un hombre
dinámico, pragmático y sin ideario político). Sánchez Dragó tampoco tiene
ideales políticos, abomina de España, que es una ciega pelea a bastonazos
entre rojos y azules; pero si los tuviera, en esa dimensión transcendental y
secreta, serían los de José Antonio, o los de la actual Falange a la que admira y
desea una suerte que augura no tendrá, dada la realidad de España (que por
eso, por esa realidad, es Sánchez Dragó anarco-jipi, y no falangista, pero
también por su carácter, y, en fin, que su identificación con José Antonio es una
identificación con un ideal imposible y sobrehumano, un superyó). Hasta intenta
hacer de José Antonio, no sólo "claro varón de España" sino poeta... esos son
los mejores, los de obra puramente hipotética.
Con respecto al "Alzamiento", es ambiguo Sánchez Dragó, como lo es hoy gran
parte de la derecha que lo contrata (aparte de las conferencias a la Falange, la
televisión de Madrid aparece como su empleo más estable recientemente). La
sublevación franquista tuvo lugar "contra el gobierno legal—pero dudosamente
legítimo, porque la violencia imperante y la parcialidad de sus planteamientos lo
deslegitimaban" (312). También justifica las llamadas de José Antonio al uso de
la violencia, intentando quitar hierro a sus frases, y aceptando al parecer que
"no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y las pistolas
cuando se ofende a la justicia o a la patria" o cuando se insulta a nuestros
sentimientos (390). Hay que destacar también, por ser ecuánimes, que dice por
otra parte que la condena a muerte de José Antonio fue, si bien injusta,
comprensible dadas las circunstancias. (Tanto más me sorprende que insista
pues en ponerlo de figura paralela con su padre, ejemplo de muerte a todas
luces injustificable e incomprensible para quien no quiera ponerse del lado de
los asesinos).
Estamos marcados por la guerra. "No son, amigo Delibes, las guerras de
nuestros antepasados. Son también, las de ahora mismo y serán algún día las
de nuestros descendientes. ¡Maldita Iberia!" (406). El mal nacional, la envidia,
recibe esta formulación: "tienen mis compatriotas—y cualquiera que despunte
en algo, yo mismo, bien lo sabe y padece—la muy puñetera y palurda manía de
encasillar al prójimo y de negarle a priori, y a machamartillo, toda posibilidad de
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
sacar los pies del plato y de transitar por caminos diferentes, aunque no por
fuerza opuestos, a los que les tienen asignados" (421). Con frecuencia es
elocuente Sánchez Dragó a la hora de describir los caracteres típicos
nacionales, sus pequeñeces y sus abominaciones grandes y pequeñas.
Pero, revenons à nos moutons, es interesante cómo "la verdad se inventa"
según dice el autor citando a Machado (448); si eso es cierto de la verdad
histórica, tanto más de la "verdad" más subjetiva que necesita el narrador. Así,
Sánchez Dragó se enteró siendo hombre joven de que a su padre lo habían
matado los falangistas, pero la verdad que necesitaba en su esquema
emocional era otra (la que había recibido, de hecho....). Tanto más a medida
que desandaba simpatías políticas para volver a una derecha bastante
derechista, tras su sarampión comunista. Necesitaba que su padre fuera de los
buenos, no de los rojos (y no era de izquierdas... así que tanto más corregible la
historia). En una novela autobiográfica, Las fuentes del Nilo (1986) imagina la
huída de su madre y propia del Madrid republicano "en una avioneta falangista
que volaba a ras de suelo". Es, novelando la realidad, lo que le pedía el cuerpo.
Analiza cómo su madre regresó a la España de su clase social, de su entorno,
de su vida entera... pero no se aplica a sí mismo ese mismo razonamiento. O se
indigna con los milicianos que habían destrozado el mobiliario de su casa en
Alicante al ocuparla; tras denostarlos y preguntarse "¿qué habría sido del país
si semejante gentuza se hubiese llevado el gato de la victoria militar al agua?"
se excusa con este sorprendente razonamiento:
"Lo siento. Sé que en la otra bandería de la guerra se perpetraron
atrocidades análogas, pero no con las casas y las cosas de los míos.
¿Acaso no es lógico salir por los fueros de mi gente? Es la voz de la
sangre la que aquí habla por mi boca" (499)
—esto, en una narración centrada en el asesinato de su padre por los de la otra
bandería... es, como poco, un lapsus sorprendente.
Otro episodio traumático significativo es el relativo a su hermanastro. Hijo del
segundo matrimonio de su madre, matrimonio sin amor, se obsesionó y
enloqueció con la idea de que en realidad era hijo del primer marido de su
madre. "Diciéndolo de otra forma: quería ser hijo del amor, no del desamor,
como en la triste realidad lo era, y bailando en ese alambre enloqueció" (533).
Una triste historia, pero que a su manera viene a reforzar los ecos traumáticos
que resuenan en las propias obsesiones del autor: este también quiere ser hijo
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
de la derecha, y no de la España roja, y de ahí su obsesión con el paralelismo y
analogía entre su padre y José Antonio Primo de Rivera, y el retorno casi
compulsivo e histérico a la figura de este último. Aludiendo a su hermana mayor,
que murió de cianosis tras el nacimiento, lo expresa así:
"Y ese niño, que no nació azul, aunque tal fuera luego (y lo siga siendo,
cada vez más) su color favorito, fue Dioni"
(Dionisio es su alter ego ficcionalizado y corregido). Azul, pues, como el
cuaderno de Aznar, o como la camisa de José Antonio, y por voluntad propia de
darse forma a sí mismo volviendo una y otra vez al origen que era cierto
poéticamente, si no literalmente.
Termina el libro entre escenas de excavaciones en las Fosas de la Memoria,
con estudiosos identificando los cuerpos de fusilados anónimos en la guerra
civil, y regresando a los traumas para curarlos ceremonialmente: "el familiar,
para recuperarse del trauma de la desaparición del ser querido, necesita 'cerrar
el duelo', y eso sólo se consigue recuperando los restos del familiar
desaparecido y dándole una sepultura digna" (608). Pero el autor ya no está
interesado en los restos literales de su padre; ha recogido y reelaborado a su
manera sus scattered textual bones, y le da pagana sepultura en su libro,
fundiéndolo de manera más satisfactoria no cabe con una recreación de su
propia personalidad, la recreación a la que estaba "destinado" tras la original
creación de su persona que habría de nacer póstumamente. En una imaginativa
sesión de psicoanálisis mediúmico con su amigo Jodorowski, llega a la
certidumbre de que si su padre no vivió la vida que parecía tener destinada, es
porque la vivió reencarnado en su hijo (en versión corregida y aumentada,
menos oficinista...). La identificación con el padre a través de la reencarnación
es desde luego una buena solución para desenterrar y regresar al muerto, para
quien se la pueda creer. Aún va más allá Sánchez Dragó, y llega a concluir lo
siguiente, paradigma de la reconciliación consigo mismo y con los hechos y
hasta con los actores de la muerte de su padre:
¿Significa, lo que acabas de decirme, que yo debo la buena marcha de
mi vida, su encarrilamiento, los éxitos alcanzados en ella, a la muerte de
mi pa dre?
—Sí, sí, sí...
— En ese caso, maestro Jodorowsky, estaría obligado a admitir que el
crimen cometido con mi padre, malo para él, fue bueno para mí y que ,
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
desde ese punto de vista, debería, incluso, estar agradecido a las
personas que lo asesinaron.
Así el libro invierte su proyecto, y pasa a celebrar y justificar la muerte del
padre, incluso a recrearse en ella de modo autocrítico. Pero entre esta frase y
las loas a José Antonio y la Falange hay una relación traumática que el texto,
aun en sus piruetas más grotescas, evita ver. Demasiado pronto "mató al padre"
Sánchez Dragó (630)—fue una muerte en falso, no conocía a su padre y así mal
pudo matarlo, y por tanto sigue, matándolo imaginativamente sin lograr salir de
su adolescencia ni aun en la vejez, y siempre lo mata en falso, mientras el padre
fantasmático, muerto pero eternamente joven, José Antonio Primo de Rivera, lo
contempla impasible desde su retrato.
El fraile y los fusilados
—oOo—
Otros asuntos de Blogs
La red intertextual de lo real
En guerra con Cataluña
La realidad inclusiva del tiempo
Adam Smith y los animalistas
The I in the Sky, c´e st les Autres
¿Habrían de valer todos los votos lo mismo?
Razo nes para no votar a
Dos maneras de mirar por el rabillo del ojo
La compensación por copia privada es ilegal
No Mentirás al Asesino
La conexión de todas las cosas
Notas sobre Searle y la construcción de la realidad social
La fatal ambigüedad de Trump
Opiniones sobre la verdad
Sobre la flecha del tiempo en la teoría evolucionista de la física
De las Crisis Juiciosas
La teatralidad del yo en Adam Smith
pdfcrowd.comopen in browser PRO version Are you a developer? Try out the HTML to PDF API
La teatralidad del yo en Adam Smith
Especiación y retrospección
La web, el blog, el directorio original
Spanish Revolution, os ama
Tweets por @IbercampusES
Te interesa
La estación de las mujeres Olores o mayor consumo, entre
los indicadores de qu
Madrid amplía hasta los 18
meses la tarifa de 50 eur…
Mercedes presenta el exclusiva
Maybach Mercede…
El fármaco Harvoni de Gilead
contra la hepatitis C lidera l…
Éxito en la primera vuelta al
mundo en moto conectada
Aviso Legal | Política de Privacidad | Consejo Editorial | Quienes Somos | Ideario | Contacto | Tarif as P ublicit arias | RSS
Aceptar
Esperar
Este website utiliza cookies propias y de terceros. Alguna de estas cookies sirven para realizar analíticas de visitas, otras para
gestionar la publicidad y otras son necesarias para el correcto funcionamiento del sitio. Si continúa navegando o pulsa en aceptar,
consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información, o bien conocer cómo cambiar la configuración, en nuestra
Política de cookie s?
ResearchGate has not been able to resolve any citations for this publication.
ResearchGate has not been able to resolve any references for this publication.