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LA REVISTA DEL PLAN FÉNIX AÑO 8 NÚMERO 64 AGOSTO 2017
EL ENDEUDAMIENTO ACELERADO ES UNO DE LOS SÍNTOMAS DE LA
VUELTA AL MODELO QUE PONE EN EL CENTRO LA VALORIZACIÓN
FINANCIERA. LA FUGA DE CAPITALES Y LA ESPECULACIÓN RECUPERAN
EL LUGAR CLAVE QUE SUPIERON TENER EN DIVERSOS MOMENTOS
DE LA HISTORIA ARGENTINA. EN ESTE ESCENARIO, EL MARGEN PARA
UNA VERDADERA POLÍTICA DE DESARROLLO CON EQUIDAD SE REDUCE
SENSIBLEMENTE A LOS DESIGNIOS DEL CAPITAL FINANCIERO.
La tormenta perfecta
ALFREDO F. CALCAGNO ¿Qué es y qué no es la deuda externa? 6
EDUARDO BASUALDO y PABLO MANZANELLI La deuda externa de
Macri en perspectiva histórica 18 ANDRÉS WAINER La renegociación de
la deuda durante el kirchnerismo 26 MARIANO A. BARRERA El último
intento de salvar la valorización financiera 34 MATÍAS KULFAS La fuga
de capitales en la crisis de la Convertibilidad 42 MARIO DAMILL La
deuda externa en los años noventa: apreciación cambiaria, fragilidad
financiera y crisis 50 GUILLERMO WIERZBA y CARLOS PAFUNDO
Liberalización, apertura, deuda y fuga 58 NICOLÁS HERNÁN ZEOLLA
Nuevas vulnerabilidades de la política monetaria argentina tras la
desregulación cambiaria 68 JORGE GAGGERO y MAGDALENA RUA La
opacidad de los bancos internacionales: la fuga de capitales y el caso
HSBC 76 NOEMÍ BRENTA El rol del FMI en la deuda externa argentina
86 JUAN SANTARCÁNGELO Las transformaciones de la economía
mundial y el endeudamiento de América Latina 94 MARTÍN GUZMÁN
Decisiones de endeudamiento soberano en presencia de un no-sistema
para resolver crisis de deuda 102 JUAN SANTARCÁNGELO La reforma
financiera de1977 como pilar del endeudamiento externo 112 JUAN
MANUEL PADÍN Comercio internacional y deuda externa. El rol de la
Organización Mundial del Comercio ante el endeudamiento de los Países
Periféricos 120 NORBERTO GALASSO El empréstito Baring Brothers 128
sumario
nº64
agosto 2017
editorial
DEUDA EXTERNA: LA
ENFERMEDAD CRÓNICA DE
LOS PAÍSES DEPENDIENTES
Abraham Leonardo Gak
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4 > www.vocesenelfenix.com
Entre las causas por las que la Argentina no ha logrado un desarrollo acorde con sus posibilidades, está
la deuda externa.
La imposición de comisiones exageradas, la colusión de intereses, el direccionamiento de las decisiones
políticas claramente vinculado a intereses económicos y, en denitiva, como se señala en este número, la
hipoteca de bienes de la comunidad, son algunas de las consecuencias que trae aparejada la contracción
irresponsable de deuda externa, como lo demuestra nuestra historia pasada reciente.
Estas circunstancias, de por sí graves, tienen un costado aún más peligroso: ya que las condicionalidades
establecidas por los acreedores, sean privados o públicos, son las verdaderas limitantes del desarrollo eco-
nómico del país.
La aceptación de la preeminencia en caso de litigio de la jurisdicción extranjera por encima de las normas
de nuestro propio sistema legal y la aquiescencia de nuestros gobiernos a las imposiciones que reclaman
los acreedores en materia de políticas económicas hacen que el proyecto del país esté dirigido a favorecer
a los grandes grupos de poder externos e internos.
Cuando desde la distancia observamos el primer préstamo externo que tomó la Argentina, el famoso em-
préstito Baring Brothers, y analizamos los descuentos por comisiones, las elevadas tasas de interés y el
manejo del saldo del préstamo, podemos visualizar la continuidad de una película en la que, con el correr
del tiempo, fueron cambiando sus protagonistas y guionistas, pero que tiene un contenido común.
El desmedido endeudamiento externo ha sido, es y será el cepo que nos encadena a un presente y a un fu-
turo con desigualdad e inequidad social y económica. Cabe aclarar que esto no signica denostar in limine
toda deuda externa, ya que esta puede, por un monto limitado y con plazos e intereses razonables, tener
como objetivo complementar la inversión basada en el ahorro interno.
La toma de deuda es muchas veces el resultado de la ineciencia, la corrupción y la deshonestidad de quienes
tienen la responsabilidad ocasional de gestionar el gobierno. De tal modo, a medida que aumentan las dicul-
tades para el nanciamiento, se recurre a iniciativas de política económica con el n de disimular un décit
que fue, incluso, motivado por dicha deuda. Aquí entran en juego, por supuesto, diversos intereses nancieros.
El camino para terminar con la dependencia del crédito externo para cubrir el décit es establecer un rígi-
do control de cambio, cortar de cuajo la libertad irrestricta en la compra y venta de divisas, la regulación de
la fuga de capitales y limitar los ingresos volátiles que aprovechan las diferencias de tasas entre las locales
y las internacionales.
Para hacer efectiva esta política, es imprescindible desarrollar un mercado interno generado por una deman-
da sostenida por una mejora importante en los ingresos de amplios sectores de la sociedad consumidora.
También requiere de cambios estructurales en cuanto a las posibilidades de nanciamiento por parte
del Estado argentino. Se ha demostrado ya con creces que el sector exportador de productos primarios no
produce sucientes ingresos para atender las exigencias del comercio internacional, lo que contribuye –y
mucho– con la tendencia al décit estatal. La visión neoliberal ortodoxa propone cubrir ese décit con nue-
va deuda y, además, con una reducción drástica del gasto público, lo que termina afectando el crecimiento
económico con equidad.
Asimismo es imprescindible la modicación de base de la estructura productiva argentina, que ponga el
énfasis en un sector industrial capaz de generar verdadero valor agregado y sea parte fundamental de
nuestras exportaciones. Sólo así será posible pensar en una economía con ahorro interno, alta inversión y,
por lo tanto, un Estado capaz de recurrir ocasionalmente al endeudamiento como impulso y no a modo de
ancla tanto para el crecimiento económico como para el desarrollo social.
También será necesario que toda toma futura de deuda prevea un retorno que compense los costos y la
devolución de los créditos.
La contracción y emisión de deuda a lo largo de nuestra historia ha signicado para nuestra sociedad
la pérdida de soberanía política, económica y social. El ritmo vertiginoso de endeudamiento de la actual
gestión es insostenible a mediano plazo y es de prever que culminará en una crisis de importantes propor-
ciones que afectará a todo el tejido social dejando un pesado legado para las generaciones futuras.
ABRAHAM LEONARDO GAK (DIRECTOR)
DEUDA EXTERNA: LA ENFERMEDAD
CRÓNICA DE LOS PAÍSES DEPENDIENTES
94 > www.vocesenelfenix.com
LAS TRANSFORMACIONES
DE LA ECONOMÍA MUNDIAL
Y EL ENDEUDAMIENTO DE
AMÉRICA LATINA
> 95
A PRINCIPIOS DE LOS AÑOS ’70 ENTRARON EN CRISIS LAS PAUTAS
ECONÓMICAS INTERNACIONALES QUE SE HABÍAN FIJADO EN BRETTON
WOODS EN 1944. DE LA MANO DE LA LIBERALIZACIÓN FINANCIERA SE
PUSIERON EN MARCHA TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS GLOBALES
QUE DIERON LUGAR A CAMBIOS EN LOS SISTEMAS FINANCIEROS DE
AMÉRICA LATINA, QUE A SU VEZ PERMITIERON LOS PROCESOS DE
ENDEUDAMIENTO LLEVADOS ADELANTE POR ESTOS PAÍSES.
por JUAN SANTARCÁNGELO. Doctor en Economía por
la New School University (Nueva York-USA), licenciado en
economía por la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA).
Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional de Quilmes
(UNQ). Profesor del Doctorado en Desarrollo Económico y de la
licenciatura en economía del desarrollo de la UNQ, así como de la
Maestría en Economía Política de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO).
L
a globalización de los mercados nancieros
desde mediados de los años ’70 ha sido uno de
los acontecimientos más sorprendentes de la
economía política global del siglo XX. En estos años los movi-
mientos de capital han crecido desde montos insignicantes
hasta tener hoy una importancia decisiva en todas las econo-
mías del mundo. El propósito de esta breve reseña es analizar
las transformaciones en la economía mundial que dieron lugar
al explosivo endeudamiento de América latina. Para ello, revisa-
mos brevemente la situación nanciera global desde la crisis del
’30 al colapso de Bretton Woods en los ’70, para luego examinar
los cambios que posibilitaron el crecimiento del endeudamiento
de los países en desarrollo y la situación particular que enfrenta
América latina.
96 > por JUAN SANTARCÁNGELO
De la crisis del ’30 al colapso de
Bretton Woods
La actividad nanciera global privada fue muy limitada desde
principios de siglo hasta mediados de los años cincuenta. Las
explicaciones tradicionales de este fenómeno se agrupan en
torno a tres grandes ejes. El primero corresponde a las ideas
que sostienen que la crisis nanciera internacional de los años
’30 generó una pérdida de conanza en la seguridad y rentabi-
lidad de la actividad nanciera. En segundo lugar, el proceso
de reconstrucción de los países luego de la guerra mundial, así
como la dinámica de funcionamiento industrial, privilegiaron
las inversiones productivas y desalentaron las vinculadas a acti-
vidades nancieras. Por último, el comportamiento del Estado
fue igualmente importante para inhibir la actividad nanciera
privada durante estos años ya que se aplicaron sistemas cada
vez más integrales de control de capital que pasaron a ser vistos
como una característica permanente de las nuevas políticas
económicas de posguerra.
Esta dinámica de intervencionismo nanciero fue conrmada
por los acuerdos de Bretton Woods, las resoluciones de la confe-
rencia monetaria y nanciera de las Naciones Unidas realizadas
en julio de 1944. El acuerdo otorgaba a los países explícitamente
el poder para aplicar controles de capital; y siguiendo estos li-
neamientos, casi todos los Estados industriales avanzados em-
plearon amplios controles de capital durante los primeros años
El surgimiento de la globalización
financiera
La ruptura del sistema de Bretton Woods otorgó un nuevo mar-
gen de libertad a Estados Unidos, que a pesar de ello no pudo
detener el deterioro de su posición económica en relación con
las otras potencias, lo que se vio registrado en menores niveles
de crecimiento económico y aumentos de la inación y el des-
empleo. Este nuevo fenómeno de alta inación con alto desem-
pleo, conocido como “estanación”, fue experimentado por la
mayoría de los países industrializados e implicó un severo cam-
bio en la doctrina económica ya que la teoría neoclásica, que
había perdido protagonismo a partir de la crisis del ’30, encon-
tró en el debate sobre las causas de este fenómeno el modo de
recuperar su hegemonía y desplazar a la teoría poskeynesiana.
Como resultado, se volvieron a imponer las ideas que asumen el
perfecto funcionamiento de los mercados y que el mejor Estado
es el mínimo posible.
La designación –en agosto de 1979– de Paul Volcker al frente de la
Reserva Federal, en medio de una crisis de conanza de los mer-
cados internacionales respecto del dólar, signicó el abandono de
la política de bajas tasas de interés, que luego fuera seguida con
la eliminación progresiva de la regulación de las tasas máximas
de los depósitos y los préstamos. El resultado fue el comienzo de
un proceso de liberalización nanciera que se iría profundizando
a lo largo de la década, extendiéndose al resto del mundo. Dicho
LAS TRANSFORMACIONES DE LA ECONOMÍA MUNDIAL Y EL ENDEUDAMIENTO DE AMÉRICA LATINA > 97
de posguerra. Aun la administración de los Estados Unidos, que
no había utilizado dichos controles en los años cuarenta y cin-
cuenta, aceptó la utilización de los mismos por parte de otros
países e hizo pocos esfuerzos en promover la liberalización
nanciera.
En Bretton Woods se establecieron las reglas que coordinaron
las relaciones comerciales y nancieras entre los países más
poderosos del mundo y el Tercer Mundo, y se crearon institucio-
nes como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Utilizando al dólar como moneda de referencia internacional,
y de la mano de la estabilidad del sistema de tipo de cambio, el
período que va desde el n de la Segunda Guerra Mundial hasta
comienzos de los años setenta es conocido como “la edad de
oro del capitalismo”, en la que los países miembros de la OCDE
tuvieron entre 1950 y 1973 tasas de crecimiento del PBI y del
stock de capital anuales promedio cercanas al 5%; el volumen
de exportaciones mundiales se multiplicó por 6 y se registraron
signicativas mejoras en los indicadores del mercado de trabajo,
con fuertes dinámicas de crecimiento entre la productividad y el
salario real.
Durante estos años, las instituciones nancieras internacionales
fueron ganando importancia y prueba de ello es que, para el año
1973, los miembros integrantes del FMI ascendían a 121, tres
veces la cantidad original que tenía a mediados de los años cua-
renta. Al compás del positivo crecimiento que registraban los
países, Estados Unidos comenzó paulatinamente a ir perdiendo
poder en la esfera mundial. En particular, debido al enorme
crecimiento y desempeño industrial de Alemania y Japón. Esta
situación se reejaba en la pérdida de peso de las exportaciones
norteamericanas en el comercio mundial, y en el saldo comer-
cial y de bienes manufactureros norteamericanos que devinie-
ron negativos en 1971. La caída de las reservas en oro y el debate
respecto del papel del dólar como moneda general que se produ-
jo en dicho año, impulsaron a Estados Unidos a tomar medidas,
y en agosto de 1971 decidió suspender la convertibilidad entre el
oro y el dólar, poniendo n así al sistema monetario y nanciero
establecido por Bretton Woods. La seguidilla de ataques especu-
lativos y desequilibrios nancieros derivó en que en 1973 comen-
zara un período de tipo de cambio otante entre las principales
economías del mundo. Asimismo, los shocks petroleros de 1973
y 1979 brindaron nuevos ujos de fondos que, en el marco de
estabilidad conseguida tras el abandono del régimen de tipo de
cambio jo, permitieron a los países abrirse a una mayor movi-
lidad de capital. El mundo se transformaba y con él se acentua-
ban nuevos fenómenos que pasarían a ganar centralidad en los
años siguientes.
Otra transformación importante para
destacar en el plano financiero fue la
internacionalización del sistema bancario
mediante la aparición de consorcios
bancarios internacionales.
proceso se plasmará en el plano internacional con el progresivo
desmantelamiento de las trabas y regulaciones a los movimientos
de capitales de la mano de las recomendaciones brindadas por las
instituciones nancieras internacionales como el FMI y el Banco
Mundial. Las reformas del sector nanciero fueron presentadas
por estos organismos como el camino indispensable para eliminar
las imperfecciones existentes en los mercados locales y como la
única vía para tener los recursos necesarios para que los países
pudieran nanciar su desarrollo económico.
Otra transformación importante para destacar en el plano nan-
ciero fue la internacionalización del sistema bancario mediante
la aparición de consorcios bancarios internacionales. Desde
1964, varios bancos habían formado sindicatos internacionales,
y a comienzos de los años ’70, más de tres cuartas partes de los
bancos más grandes del mundo se habían convertido en accio-
nistas en tales sindicatos. Esta internacionalización permitió a
los grandes bancos multinacionales hacer transferencias inter-
nacionales de capital no sólo con nes de inversión y para cubrir
eventuales descubiertos, sino también para especular contra las
uctuaciones de los tipos de cambio.
Estos cambios en el ámbito nanciero se produjeron en el marco
de dos profundas transformaciones en el comportamiento de las
grandes empresas industriales que se encuentran estrechamen-
te vinculadas entre sí. Primero se produjo un creciente proceso
de internacionalización de los procesos productivos, por el cual
las grandes empresas industriales dejaron paulatinamente de
funcionar con la lógica de liales diseñadas para abastecer a los
mercados locales y pasaron a producir los componentes de sus
productos en aquellas regiones con menores costos de produc-
ción, para nalmente ensamblar los bienes en diferentes lugares
según sus estrategias. Segundo, las grandes empresas industria-
les desarrollaron una nueva dinámica de inversión que descansa
en la articulación, en el ámbito mundial o regional, de una red
de contratistas y subcontratistas, y donde se produce una cre-
ciente centralización de la administración de las grandes rmas,
que no solo evalúa las posibilidades de inversiones productivas
sino también las nancieras.
De este modo, la creciente eliminación de barreras a la movili-
dad internacional del capital se vio impulsada por la demanda
de recursos proveniente de los Estados nacionales, pero también
por las grandes empresas que demandaban fondos de manera
directa a través de la emisión de títulos y obligaciones. La irrup-
ción de los títulos y acciones como un componente destacado y
crecientemente importante en el nanciamiento de las grandes
empresas ha sido el vehículo para modicar drásticamente la
conducción de las mismas, en tanto los fondos de inversión y de
pensión devinieron como los principales inversores instituciona-
les en este tipo de activos.
De esta manera, el capital nanciero, en su papel de accionista
o acreedor, fue ganando importancia hasta volverse decisivo en
el funcionamiento y comportamiento de las rmas, generando
mayores presiones para la creciente distribución de benecios
a través del pago de utilidades e intereses, al tiempo que impu-
so un recorte sobre las erogaciones destinadas a la inversión
productiva y a los costos empresariales, especialmente los rela-
cionados directa o indirectamente con los trabajadores (masa
salarial y los gastos vinculados a las condiciones laborales). Esta
dinámica nanciera, si bien se registró a escala global, se plasmó
de modo diferente en los países de acuerdo con sus especicida-
des y características.
98 > por JUAN SANTARCÁNGELO
La situación de América latina
A comienzos del período de la posguerra, en la mayoría de los
países en desarrollo los sistemas nancieros internos estaban
dominados por el sector bancario. Los gobiernos jaban tasas
de interés sobre préstamos y depósitos, los requisitos de re-
servas eran elevados y se emitían directrices administrativas
para el otorgamiento de una parte importante del crédito que
brindaban los bancos comerciales. Asimismo, los gobiernos de
la región impedían a los bancos participar en solicitudes y otor-
gamientos de préstamos internacionales, y los bancos públicos,
que eran responsables de una gran cantidad de préstamos, a
menudo funcionaron como intermediarios entre las fuentes
externas de crédito y los prestatarios locales.
El proceso de creciente integración nanciera que involucró en
un comienzo a los países desarrollados fue paulatinamente inte-
grando a las mayores economías de América latina, lideradas en
un comienzo por Brasil y, más adelante por México, Venezuela,
Argentina y Chile, que comenzaron a transformarse en impor-
tantes receptores de capital en el decenio de 1970. Estos dos
últimos países, junto con Uruguay, se convirtieron entonces en
pioneros de drásticas reformas liberalizadoras que anticiparon
las que se generalizarían luego, durante la década de 1990.
De la mano de la globalización nanciera, los países de la re-
gión aplicaron políticas macroeconómicas orientadas hacia la
estabilidad de precios, el equilibrio scal, y el establecimiento
de tipos de cambio competitivos; en tanto que la política -
nanciera consistió en la apertura de la cuenta de capital con el
n de facilitar tanto la entrada como salida de capitales, y en
recongurar las actividades de supervisión y regulación con el
n de dotar de mayor eciencia a las instituciones existentes
LAS TRANSFORMACIONES DE LA ECONOMÍA MUNDIAL Y EL ENDEUDAMIENTO DE AMÉRICA LATINA > 99
100 > por JUAN SANTARCÁNGELO
Las reformas del sector
financiero fueron
presentadas por el FMI y
el Banco Mundial como
el camino indispensable
para eliminar las
imperfecciones
existentes en los
mercados locales y como
la única vía para tener
los recursos necesarios
para que los países
pudieran financiar su
desarrollo económico.
LAS TRANSFORMACIONES DE LA ECONOMÍA MUNDIAL Y EL ENDEUDAMIENTO DE AMÉRICA LATINA > 101
y establecer un marco legal que proveyera certidumbre a los
contratos.
En la práctica, la reforma nanciera en América latina tuvo dos
nes centrales. En primer lugar, fue un programa diseñado para
trasladar los recursos nancieros de la periferia latinoamericana
hacia las grandes economías del centro, creando en la región
una estructura diferenciada de nanciamiento que dejó fuera de
los circuitos formales a los sectores productivos menos desarro-
llados. En segundo lugar, fue una estrategia que permitió modi-
car radicalmente el modelo de acumulación llevado adelante
por los países de la región, y establecer al sector nanciero como
nuevo eje articulador de la acumulación de capital. Sobre esta
base, la liberalización nanciera logró disolver la conciliación
existente entre los diversos capitales que operaban en la región,
a la vez que reasignó el papel histórico que había tenido la clase
trabajadora durante el período de industrialización por sustitu-
ción de importaciones.
Los resultados de la globalización nanciera fueron profundos
en al menos tres sentidos. El primero de ellos está referido al
objetivo prioritario de la liberalización nanciera, que consistía
en revertir la desaceleración del crecimiento de la economía
mundial que se había registrado durante la década de 1970 (el
crecimiento de la economía mundial había alcanzado al 2,4%
anual, cuando en la década de 1960 había sido del 3,3% anual).
A pesar de la prioridad que ocupaba ese objetivo en el discurso
neoliberal, las tasas de crecimiento que se vericaron durante
el período fueron muy inferiores a las anteriores y, además, ex-
hibieron una clara desaceleración, a medida que transcurría el
tiempo (la tasa de crecimiento de la economía mundial llegó al
1,4% y 1,1% durante las décadas de 1980 y 1990, descendiendo al
1,0% en el año 2000).
La segunda transformación que se produjo fue un severo
proceso de deterioro en la distribución del ingreso de la clase
trabajadora y en la consolidación de un fuerte proceso de con-
centración y centralización del capital. Como parte de ese pro-
ceso las clases trabajadoras perdieron las principales conquistas
sociales y laborales que habían alcanzado durante el modelo de
industrialización sustitutivo de importaciones y se establecieron
nuevos paradigmas económico-sociales a nivel internacional.
De acuerdo con las evidencias disponibles, este ciclo de estan-
camiento económico que caracterizó a la hegemonía neoliberal
estuvo acompañado por una acentuada revitalización de la
concentración y centralización del capital a nivel mundial y
regional.
En tercer lugar, esas políticas incrementaron las asimetrías
existentes entre el centro y la periferia, con enormes impactos
negativos en materia de desarrollo económico para este último
grupo. En efecto, al tradicional deterioro de los términos del in-
tercambio se les agregó a los países de la región la pesada carga
de enfrentar la amortización del capital adeudado y los ingentes
intereses derivados del mismo. Si a esto le sumamos la fuga de
capitales locales al exterior –que, al mismo tiempo que nanció
el crecimiento de los países centrales, afectó seriamente la for-
mación de capital interna de los países de la región–, la conse-
cuencia de la liberalización nanciera fue sumamente negativa
para los países en desarrollo.
Si bien en la actualidad las discusiones sobre la globalización de
los mercados nancieros se presentan muy a menudo como el
producto de irrefrenables procesos del capitalismo vinculados
con los cambios tecnológicos y de fuerzas de mercado, estas
explicaciones dejan deliberadamente de lado el papel crucial
que tienen las elecciones de economía política que hacen los
diferentes países. Hasta tanto las distintas naciones de nuestra
región no analicen críticamente la lógica del sistema capitalista
y el papel que han desempeñado y desempeñan en el marco de
la globalización nanciera mundial, las transformaciones nan-
cieras tendientes al desarrollo económico seguirán siendo una
utopía.