Hágase esta pregunta: ¿cuál fue el acontecimiento más importante que les ha ocurrido a los medios de comunicación entre 1995y 2005? Presumo que, sin necesidad de darle muchas vueltas, llegará a la misma conclusión que yo: el nacimiento, de la mano de Internet, de un nuevo tipo de medio y, por extensión, de una nueva forma de periodismo. Ciertamente, en la historia del periodismo pocas cosas hay tan singulares y excepcionales como el alumbramiento de un nuevo medio de comunica-ción. Si se repasa el pasado de la prensa, se comprueba que es un fenómeno absolutamente raro y puntual; sólo comparable en excepcionalidad, por ejem-plo, con el paso de un cometa. De hecho, usted tiene más probabilidades de observar alguna vez en su vida un cometa-el Halley, por ejemplo, visita la Tierra una vez cada 76 años y lo hizo por última vez en 1986-, que de asistir a la aparición de un nuevo medio. La historia así lo demuestra: las primeras revistas datan de mediados del siglo XVII; los diarios, de comienzos del XVIII; la radio, de finales del XIX; y la televisión, del primer tercio del siglo xx. Cuatro siglos, cuatro medios. Por eso, usted y yo podemos considerarnos afortunados de haber asistido en esta última década a algo tan infrecuente, inesperado y espectacular como el nacimiento de un nuevo medio.