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La educación a distancia: cada vez menos a distancia,

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Julio Cabero Almenara
María del Carmen Llorente Cejudo
Julio Barroso Osuna
Inmaculada Maiz Olazabalaga
Carlos Castaños Garrido
Verónica Marín Díaz
Angel Puentes Puente
Ivanovnna Cruz Pichardo
Fernando Leal Ríos
Gabriela E. Padilla Sánchez
Mauricio Hernández Ramírez
María García Leal
Elvira Esther Navas Piñate
Marlís Rodríguez Febres
María Cecilia Fonseca Sardi
Coordinadores
Marlís Rodríguez Febres
Julio Cabero Almenara
Mitos, prejuicios
y realidades de la
educación a distancia.
Mitos, perjuicios y realidades de la educación a distancia
Universidad Metropolitana,
Caracas, Venezuela, Junio 2015
Hecho el depósito de Ley
Depósito Legal: I f 6 5 3 2 0 1 5 3 7 0 3 7 4 9
ISBN 978-980-247-238-3
Diseño portada: Jesús Salazar / salazjesus@gmail.com
Diseño y diagramación: María Cecilia Fonseca Sardi / mcfonsecas@gmail.com
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La Educación a distancia:cada vez menos a distancia
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Julio Cabero Almenara y Julio Barroso Osuna
LA EDUCACIÓN A DISTANCIA:
CADA VEZ EDUCACIÓN MENOS
A DISTANCIA.
Julio Cabero Almenara
cabero@us.es
Julio Barroso Osuna
jbarroso@us.es
Universidad de Sevilla - España
Introducción.
No estaría mal reconocer desde el principio, que aunque muchas personas e instuciones están
comenzando a descubrir la educación y la formación a distancia, debido sobre todo a la presencia
que están adquiriendo en nuestra sociedad las redes telemácas, ésta ene más de medio siglo de
vigencia, aunque como han señalado algunos autores históricamente siempre ha exisdo desde que
se escribieron las primeras cartas con carácter formavo, como las epístolas de Platón a Dionisio, las
cartas de Plinio El Viejo a Plinio El Joven, o las cartas de San Pablo. Y teniendo esta historia, no sería
justo pensar que todo ha comenzado de nuevo, o que lo acontecido y aprendido no debe ser tenido
en cuenta para analizar el papel que puede desempeñar la educación a distancia en la Sociedad del
Conocimiento, y para analizar y reexionar sobre los nuevos papeles que la misma puede ocupar en
los entramados educavos que se nos va a ir presentando.
Creo que todos estaremos de acuerdo, y ello es reconocido por diferentes autores especializados en la
educación a distancia (Barberá, 2001; García Aretio 2001 y 2014; Mena, 2007a; Moreno, 2012a), que
esta modalidad de educación ha dado un salto cualitavo signicavo en las úlmas décadas, pasando
de ser considerada una educación de segundo orden y con una imagen social poco presgiosa, como
posteriormente veremos, a ser contemplada como una educación con altas potencialidades educavas
y bastante deseada, independientemente del país al cual nos estemos reriendo o el nivel educavo
en el cual se pueda concretar. Como señala Barberá (2001, 16): “En estos momentos los mismos
detractores, personas e instuciones, que ponían en duda su validez, invierten importantes recursos y
esfuerzos en su desarrollo.
Creo que no me equipo al señalar que hoy puede ser raro hablar de educación a distancia, pues en
realidad, toda la educación en la sociedad del conocimiento es a distancia. Y lo importante no es que
la formación sea a distancia o presencial, sino que sea de calidad.
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Julio Cabero Almenara y Julio Barroso Osuna
En este capítulo, pretendemos analizar diferentes aspectos relacionados con ella, que van desde
analizar las transformaciones que se están produciendo en la percepción social que tenemos sobre
la misma, los cambios que desde nuestro punto de vista deben darse en la misma al inujo de la
sociedad del conocimiento y el papel que en la misma puede jugar, la búsqueda de nuevo modelo que
la desarrollen e impulsen en función de los nuevos avatares sociales, los impulsos que está recibiendo
de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, y las transformaciones que le sugieren
los nuevos paradigmas y teorías educavas que se están manejando; para nalizar, con una serie
de reexiones sobre a cuáles variables crícas le debemos prestar atención para crear y conseguir
acciones de formación a distancia de calidad, que desde nuestro punto de vista, y amputémoslo ya,
supera con crece el simple hecho de prestarle atención a la tecnología usada para la distribución de
los contenidos.
Pero antes creemos que puede ser conveniente dedicar unos instantes a especicar, qué vamos a
entender por educación a distancia y a presentar cuáles pueden ser desde nuestro punto de vista, sus
caracteríscas disnvas.
¿Qué podemos entender por educación a distancia y cuáles son sus características distintivas?
Como señalaba acertadamente García Areo (2001) en su obra “La educación a distancia”, buscar
una denición sobre la misma es una tarea ardua, compleja y no de fácil solución, por una serie de
factores que van, desde la propia polisemia que puede contener el término “distancia”, la concreción
que adquiere la “educación a distancia” en función de diferentes factores (la concepción losóca y
teoría de la educación a distancia de la que partamos, los apoyos polícos y sociales con los que se
cuenten, las necesidades educavas que puedan tener la población, el grupo de desnatarios,…) y la
existencia de una diversidad de términos ulizados para referirnos a una realidad con aspectos muy
semejante (“correspondance educaon”, “home study”, “enseñanza semipresencial”, “aprendizaje
exible”, “enseñaza o educación distribuida”,…); acontecimiento que sin lugar a dudas se vuelve más
complejo en la actualidad con todo el impulso que los úlmos empos está adquiriendo una serie de
términos como: “e-learning”, “teleformación”, o “educación virtual”.
La complejidad a la que nos estamos reriendo, podemos observarla también en el hecho de que el
autor anteriormente citado (García Areo. 2001, 22-29), dedica siete páginas de su obra a presentar
deniciones ofrecidas por disntos autores, y cunado realiza con ellas un metaanálisis en función
de diferentes caracteríscas disnvas que podrían soportar la educación a distancia: separación
profesor-alumno, medios técnicos empleados, organización de apoyo,…; se encuentra como en no
todas las deniciones, las caracteríscas que propone enen presencia. O dicho en otros términos: no
encuentra uniformidad, ni en su concreción, ni en sus aspectos disnvos.
Por eso nosotros pensamos que más que comenzar con una denición, puede ser interesante centrarnos
en cuáles son sus caracteríscas disnvas. Y al respecto, creemos que puede haber cierto acuerdo en
asumir como las más signicavas, y por supuesto sin la pretensión de acotar el tema, las siguientes:
Separación espacial y temporal entre el profesor y estudiante.
Formación mediada, y por tanto apoyada en diferentes tecnologías que condicionan y mazan
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La Educación a distancia:cada vez menos a distancia
la relación que el profesor y el estudiante establecen con los contenidos. Contenidos que son
producidos de forma masiva.
Comunicación mediada entre el profesor y el estudiante.
Posibilidad que la comunicación sea sincrónica (teléfono, chat, videoconferencia,…) y/o
asincrónica (foros, listas de distribución, correo electrónico, cartas,…).
Por lo general los alumnos son de más edad que los del sistema presencial.
Apoyado en un aprendizaje exible e independiente.
Existencia de una instución que organice la estructura educava y la cercación académica.
Fuerte apoyo en una estructura organizava.
Incorporación en la acción educava de diferentes personas que garancen su calidad:
profesores, alumnos, técnicos de producción de materiales, distribuidores de materiales,…
El estudiante a distancia necesita un sistema de información, comunicación y apoyo más
complejo que el estudiante de la formación presencial.
Formación fuertemente tutorizada.
Y comunicación bidireccional, mulcódigo y mulpersonal. Bidireccional en el sendo que
suele darse de ida y vuelta entre los parcipantes; mulcódigo, ya que se suelen ulizar
diferentes pos de ellos desde los verbales a los impresos, visuales y audiovisuales; y
mulpersonal, por que se establece entre diferentes personas: profesor, alumnos, técnicos,
distribuidores de materiales, evaluadores,…
Una denición que pensamos puede ser asumida sin grandes dicultades, es la que propone
Simonson
(2006, 27) que la dene como: “educación formal, basada en una instución en la que el grupo de
aprendizaje se separa y en la que se ulizan sistemas de telecomunicaciones interacvos para conectar a
los estudiantes, recursos e instructores”. Denición que como observamos, supone el contemplar cuatro
variables crícas para su conceptualización y que la separan de otras acciones formavas: se basa en
una instución por tanto no son acciones aisladas ni autoaprendizaje a través de tecnologías, separación
espacial y temporal entre el profesor y el estudiante, es interacva entre los diferentes parcipantes,
y nalmente que conecta a estudiantes, recursos e instuciones. En consecuencia, y como señala más
adelante el propio autor: “La educación a distancia es un método de educación en el que el alumno
está separado sicamente del profesor. Se puede ulizar de manera independiente o en conjunción con
otros pos de educación que incluyan la presencial. En la educación a distancia, los estudiantes están
separados sicamente de la instución que patrocina la instrucción.” (
Simonson
, 2006, 29).
Desde nuestro punto de vista la signicación que están adquiriendo las nuevas tecnologías, y más
concretamente la telemáca, debe llevarnos a poder replantearnos y cambiar, por los modelos y
acciones educavas que permite, las concepciones que tradicionalmente se han mantenido sobre
la educación a distancia. Es más, como después apuntaremos, desde nuestro punto de vista uno de
los elementos que más están inuyendo para el auge y presgio que está adquiriendo la educación
a distancia, son ellas. Como nos sugiere Barberá (2001), los cambios que ha sufrido la educación a
distancia se deben más a la tecnología, que al impulso de desarrollo de la teoría educava, propiciando
al mismo empo la tecnología nuevos usos y estrategias en la educación a distancia.
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Julio Cabero Almenara y Julio Barroso Osuna
Aunque debemos reconocer que existe en los úlmos empos un fuerte impulso por buscar nuevos
métodos, estrategias y fundamentos en los cuales apoyar las decisiones que en ellas se adopten y en
los diseños en los cuales nos apoyemos para ponerla en acción (Anderson y Dron, 2011; Burns, 2011;
Aguaded y Cabero, 2013; García Areo, 2014).
Si los medios siempre han jugado un papel importante en la educación a distancia, ya hemos señalado
que una de sus caracteríscas es que es una formación mediada, en la actualidad el ordenador y las
redes telemácas se están convirendo en los medios básicos a través de los cuales se desarrolla, y ello
por las posibilidades que nos ofrecen para la exibilidad y la interacvidad, que nos llevan a tener que
plantearnos una nueva forma de entender, abordar y analizar la educación a distancia. Aspectos además
que se irán ampliando con la convergencia que se está haciendo posible gracias a la digitalización de las
tecnologías más la signicación que empieza a tener las tecnologías móviles (Castaño y Cabero, 2013).
Buen ejemplo de lo que decimos es el tulo del libro publicado por Lorenzo García Areo y otros
(2007), denominado “De la educación a distancia a la educación virtual”, aludiendo con ello al cambio
que la misma está sufriendo como consecuencia de la presencia de la tecnología telemáca. El tulo
que hemos seleccionado nosotros para nuestro capítulo, pretende ir en la misma línea de desarrollo.
Como señala Hanna (2003, 71-72) hasta hace pocos años, la educación a distancia ha sido
conceptualizada como que involucra a un profesor (P) interaccionando asincrónicamente con un único
alumno (A). El profesor y el estudiante están ocupados en un camino de doble dirección. (P:A:S: 1>1) .
En la más reciente educación a distancia, el modelo ha cambiado ya que un profesor (P) es conectado
sincrónicamente (S) con estudiantes (S2) en una localidad remota (P:S:S2: 1>S2). En contraparda, las
nuevas modalidades de educación a distancia conectan a un profesor con alumnos fuera de campus,
con diferentes pos de tecnología, videoconferencia, audioconferencia, o conferencias a través de
ordenadores, programadas en el empo. En la actualidad, de acuerdo al autor, anteriormente citado,
se está desarrollando un tercer modelo en la educación a distancia. En éste los estudiantes están
dinámicamente conectados a través de Internet y otras tecnologías avanzadas con otros. El profesor
(P) está conectado asincrónicamente (A) con estudiantes S2) que también puede interaccionar con
otros profesores y con otros estudiantes de forma colaborava y proyectos de trabajo (P:S:A2: 1>S2).
De todas formas, no debemos olvidarnos que en la actualidad se está desarrollando un amplio campo
de desarrollo, conectado lo sincrónico y asincrónico, y lo presencial y a distancia/virtual. Dicho de otra
forma, que las distancias son cada vez menos sicas, aunque ello no signica que no existan otras
como las culturales e ideológicas.
De todas formas desde nuestro punto de vista se pueden dar dos pos de distancia: la sica y la
cogniva; y la que de verdad facilita o diculta el proceso educavo es la cogniva.
Las nuevas tecnologías de la información y comunicación a las que anteriormente hacíamos referencia,
están permiendo el desarrollo de aspectos signicavos para potenciar la educación a distancia y que
cada vez esta esté adquiriendo mayor signicación como son:
La interacvidad.
El resolver los problemas del aislamiento.
Y la exibilidad.
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La Educación a distancia:cada vez menos a distancia
La interacvidad es posiblemente uno de los elementos que más se ha visto transformado con la
aplicación de las redes telemácas de comunicación a la educación a distancia. Tal es su importancia
que algunas veces se le toma como sinónimo de aprendizaje y calidad de la formación a distancia
(Mayes, 2006, 9). Frente a la tecnología telefónica y de la videoconferencia por RDSI, con el costo que
suponían, las redes telemácas permiten una comunicación, bidireccional y sincrónica/asincrónica,
entre el profesor y el estudiante a costos reducidos. Interacvidad que tenemos que percibirla desde
diferentes puntos de vista, que irán desde una interacvidad con el material, hasta una interacvidad
con las personas, sin olvidarnos de la interacvidad con todos los elementos del sistemas, humanos,
mediados u organizavos. Posiblemente a más cotas de interacvidad, y a más diversidad de
interacvidad entre los disntos elementos del sistema, mayor calidad de la formación a distancia.
Estas tecnologías por una parte, nos ofrecen diferentes posibilidades para que el sujeto en la
interacción con el entorno formavo/comunicavo, pueda construir su propio inerario formavo,
adaptándolo a sus necesidades y eligiendo los sistemas simbólicos con los que desea interactuar.
También la interacvidad para poder estar conectado con diferentes parcipantes del sistema, tanto
con el profesor como los estudiantes, favoreciéndose tanto una comunicación horizontal como vercal
entre todos los parcipantes. Y por úlmo, la interacvidad para no ser un mero receptor pasivo de
información, sino acvo en la construcción de los signicados.
Tales posibilidades interacvas están permiendo que el control de la comunicación, y en cierta medida
del acto didácco, que durante bastante empo ha estado situado en el emisor se esté desplazando
hacia el receptor, que determinará tanto el lugar, como el momento para el aprendizaje como la
modalidad en la cual desea interaccionar con los contenidos. Ello nos llevará a un nuevo elemento
para el debate, y es que la calidad del aprendizaje va a depender de la calidad de la interacción que
se establezca entre el alumno y los materiales de enseñanza, sino también entre el alumno y otros
alumnos, o el alumno y el profesor, sea éste human o mediáco.
En este aspecto de la interacvidad de los materiales, Fainholc (1999, 82-83), nos indica que uno de los
grandes desaos con los que cuenta la educación a distancia, lo cual signica para ella:
“- Brindar contenidos signicavos, movantes, pernentes y actualizados dentro de una estructuración
didácca.
Provocar, prever y proveer estrategias cognivas que sean para el sujeto factor de desarrollo
posterior por sí mismo.
Fortalecer el diálogo, a través de diversas acvidades didáccas inteligentes capaces de
desaarlo, con le tutor, con otros estudiantes, usando tecnología apropiada que lo facilite.
Seleccionar y organizar códigos adecuados en coherencia con los objevos didáccos y el
contenido, a n de brindar las condiciones ópmas para su codicación y descodicación.
Elegir y combinar canales que ofrezcan más garanas de delidad y comunicación del
mensaje.
Incitar al compromiso y desarrollo éco-parcipavo”.
Una de las crícas que usualmente hacen los estudiantes a estas modalidades de formación, es el
aislamiento en el cual muchas veces se ven inmerso, y que parece ser que es una de las mayores
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Julio Cabero Almenara y Julio Barroso Osuna
causas de abandono y fracaso académico de los que parcipan en la educación a distancia. Es cierto,
que existe una distancia sica entre el profesor y el estudiante, y entre los estudiantes, pero también
lo es que una cosa es la distancia sica y otra diferente la cogniva, y no cabe la menor duda que la
existencia de la segunda es la que inuye para construir entornos de calidad, y ésta sin lugar a dudas
depende, de una serie de aspectos como son: el diseño de instrucción que determinemos, el papel que
desempeñe el profesor, cómo se movilicen las diferentes herramientas de comunicación que ene a
su disposición, las diferentes metodologías que llegue a aplicar, y la movación y automovación que
se cree en el estudiante.
No puede caber la menor duda que este aislamiento puede ser disminuido por la incorporación de las
tecnologías que se están desarrollando, que permiten un contacto directo, profesor-alumno, y alumnos-
alumnos, y además con diversos grados de iconicidad o realismo. Por otra parte, la existencia del
denominado soware de trabajo colaboravo (bscw, forum-matrix, eRoom, lotus domino,…), facilita la
realización de acciones formavas no individuales, sino grupales, cooperavas y colaboravas.
Por otra parte las nuevas generaciones que se están realizando con la formación a distancia como el
e-learning 2.0, que los Drs María del Carmen Llorente y Julio Barroso en una capítulo de la presente
obra, apuntan nuevos escenarios para la interacción entre los docentes y discentes (Cabero, 2013).
Connuando con el trabajo colaboravo, que como señalamos (Cabero, 2003), nos ofrece una serie de
ventajas como son: crear interdependencia posiva entre los miembros, generar debates en torno a
la búsqueda de estrategias de uso y resolución de problemas, facilitar el intercambio de información y
la construcción social del conocimiento,…; de ahí que su ulización en la enseñanza sea una estrategia
altamente signicava si tenemos en cuenta las nuevas exigencias y capacidades que deben poseer
los alumnos del futuro. En cierta medida podemos decir que el aprendizaje colaboravo prepara la
estudiante para: asumir y cumplir compromisos grupales, ayudar a los compañeros, solicitar ayudas
a los demás, aprender a aceptar los puntos de vista de los compañeros, descubrir soluciones que
benecien a todos, ver puntos de vistas culturales diferentes, aprender a aceptar críca de los demás,
exponer sus ideas y planteamientos en forma razonada, y familiarizarse con procesos democrácos.
En cierta medida relacionado con lo anterior, no podemos olvidarnos que las tecnologías a las que
nos estamos reriendo nos van a permir crear entornos de formación-comunicación con un elevado
grado de exibilidad, lo que posibilitará nuevas formas de acceder, generar, y transmir información
y conocimientos, y nos abrirá las puertas para poder exibilizar, transformar, cambiar, extender,…;
en deniva a buscar nuevas perspecvas en una serie de serie de variables y dimensiones del acto
educavo, tanto en general, como en parcular a la educación a distancia, en concreto nos permirá
la exibilización:
Temporal y espacial para la interacción y recepción de la información.
Para el uso de diferentes herramientas de comunicación.
Para la interacción con diferentes pos de códigos y sistemas simbólicos.
Para la elección del inerario formavo.
De estrategias y técnicas para la formación.
Para la convergencia tecnológica.
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La Educación a distancia:cada vez menos a distancia
Para el acceso a la información, y a diferentes fuentes de la misma.
Y exibilización en cuanto a los roles del profesor y su gura.
Esta exibilización es tan importante, que como encuentra Noé (2003) en su tesis doctoral sobre el
grado de sasfacción de los estudiantes de la UOC, los alumnos que suelen seleccionar este po de
estudios lo hacen por diferentes movos: en primer lugar por la exibilidad que permiten para los
horarios y el poder compaginar estudio-trabajo. Y que son estudiantes que de los mismos valoran como
posivo la rapidez con que reciben la respuesta de los tutores, el hecho de que todos los materiales
estén en formato html o pdf, se quejan de la posición reacva de los tutores (contestar) y preeren una
actud más acva, en la cual tomen decisiones, y señalan que su sasfacción mejora en la media en
que se eleva la interacción estudiante-estudiante y estudiante-profesor. Resultados similares fueron
los encontrados por nosotros en la invesgación que llevamos a cabo para analizar la situación del
e-learning en las Universidades públicas andaluzas (Cabero, 2010).
Como úlma referencia a esta exibilidad, creemos que es importante no olvidarnos que nos facilitan
crear escenograas mulmedias y mulcódigos para el aprendziaje. Hecho que es importante, si tenemos
en cuenta que uan de las cosas que vamos sabiendo sobre el impacto cognivo de las tecnologías
de la información y comunicación, es que sus sistemas simbólicos no sólo enen repercusiones
técnicas, estécas y expresivas, sino también, y puede ser lo verdaderamente importante, cognivas,
impulsando y propiciando el desarrollo de habilidades especícas. Por otra parte el po de interacción
que establezcamos con la información, vendrá determinada por la actud que tengamos hacia el
medio, que depende en cierta medida de los sistemas simbólicos que se movilicen. Al mismo empo,
desde la teoría de la inteligencias múlples se está poniendo de maniesto la ecacia de unos sistemas
simbólicos sobre otros, para favorecer el desarrollo de inteligencias especícas (Gardner, 1998).
Desde este punto de vista, las TICs digitales pueden servir para potenciar las Inteligencias Múlples
(IM) y la adaptación de la información en función de las caracteríscas de inteligencia del sujeto, en
concreto nos pueden ser de ayudas para:
Ulizar una diversidad de medios y por tanto la posibilidad de ofrecer una variedad de experiencias.
a. Diseñar materiales que movilicen diferentes sistemas simbólicos, y que por tanto se puedan
adaptar más a un po de inteligencias que a otra.
b. Ulizar diferentes estructuras semáncas, narravas, para ofrecer perspecvas diferentes de
la información adaptadas a las IM de los diferentes discentes.
c. Ofrecer con ellas tanto acciones individuales como colaboravas, y en consecuencia adaptase
de esta forma a las inteligencias inter e intrapersonal.
d. Creación de herramientas adaptavas/inteligentes que vayan funcionando en base a las
respuestas, navegaciones e interacciones, que el sujeto establezca con el programa o con el
material.
e. Elaboración de materiales que permitan presentar información en la línea contraria de la IM
dominante del sujeto, de manera que se favorezca la formación en todas ellas.
f. Y registro de todas las decisiones adoptadas por el sujeto con el material, y en consecuencia
favorecer mejor su capacitación y diagnósco en un po de inteligencia. (Cabero, 2006).
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Julio Cabero Almenara y Julio Barroso Osuna
Ahora bien, no debemos olvidarnos que la educación a distancia se enfrente a una serie de mitos y
realidades que sobre ella se han generado, y que de acuerdo con Moreno (2012b, 21-24), podemos
señalar las siguientes:
a. La educación a distancia es más barata: aunque es cierto que hay una reducción de gastos, en
aulas, laboratorios, bibliotecas sicas,.., también se incrementan otros como los referidos a la
tecnología, diseño y producción de materiales educavos,…
b. Aende mejor a los más marginados: la educación a distancia puede ser tan equitava
o inequitava como todo el sistema escolar, valga como ejemplo que si se apoya en una
tecnología costosa puede ser más inequitava que la formación presencial.
c. Es más exible: aunque es cierto que la modalidad la propicia, por si solo ella no lo garanza
y ene que ver más con una nueva visión y cultura educava a niveles personales e
instucionales.
d. Supera los problemas de espacio y empo: “Si bien las tecnologías y la educación abierta
propician el acceso libre a la información y el conocimiento, un currículo rígido lo cierra;
si los entornos virtuales posibilitan una comunicación asíncrona, los horarios la limitan; si
las telecomunicaciones facilitan las interacciones desde cualquier punto del universo, la
burocracia te exige para ciertos procesos la presencia sica en lugar y horas determinados.
(Moreno, 2012b, 24).
Cambio de la imagen social de la educación a distancia: aspectos que han influido.
No estaría mal reconocer desde el principio, que durante bastante empo la imagen que se ha tenido
de la educación a distancia se acercaba más a una educación de segunda y de baja calidad que a una
enseñanza exitosa y de primera línea. Como ha puesto de maniesto la psicología social, las imágenes
y percepciones sociales que tengamos de un objeto, condicionará las percepciones, actudes y valores
que tengamos del mismo, y por tanto de la signicación que le concedamos, por tanto tenemos que
reconocer que la imagen social que se tenga de la educación a distancia repercurá sobre la signicación
que le demos a la misma. Y no podemos obviar que en las dos úlmas décadas la situación ha cambiado
bastante. Transformación que desde nuestro punto de vista se ha visto marcada por diferentes factores
que van desde elementos internos a externos, desde factores meramente educavos a factores de po
social; sin olvidarnos de los tecnológicos, a los cuales ya hemos referencia anteriormente y por eso
aquí no nos extenderemos de nuevo en ellos.
Desde nuestro punto de vista, los elementos que han inuido para que se esté transformando la
imagen social que tenemos de la educación a distancia, son diversos y a tulo de ejemplo podemos
citar los siguientes:
La signicación que las tecnologías de la información están adquiriendo en nuestra sociedad
en general, y en la educación a distancia en parcular.
Directamente relacionado con lo anterior, los cambios de percepciones, que se están dando
en nuestra cultura, entre los analógico y lo virtual.
Las necesidades que ha generado la sociedad del conocimiento.
El aumento del volumen de acciones realizadas dentro de esta modalidad de educación.
Las necesidad de “aprender a aprender” y de “formación connua”, que está estableciendo la
sociedad de la información.
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La Educación a distancia:cada vez menos a distancia
El hecho de que la educación convencional no pueda hacerse cargo, de los nuevos contextos,
necesidades y demandas, que desde diferentes sios se le están reclamando.
La educación a distancia actual, no es realizada únicamente por las instuciones tradicionales
de educación a distancia, sino que también las instuciones tradicionalmente presenciales se
están dedicando a ella.
La importancia que la combinación de la formación presencial y a distancia está adquiriendo
en los nuevos contextos y acciones formavas.
Y la extensión de los receptores de la educación a distancia, por tanto la transformación y
amplitud de los receptores potenciales y tradicionales de esta acción formava.
Esta transformación, y nueva percepción social podemos observarla, por ejemplo, en como los
disntos países Lanoamericanos le están concediendo verdadera importancia a la misma, elaborando
legislaciones y regulaciones especícas sobre la misma (Rubio y Romero, 2005; Barbosa, 2011), bajo
las que subyacen un verdadero interés por dignicarla y llevarla a patrones de calidad, como mínimos
similares a los de otras modalidades de formación, y se evite el mercanlismo que está apareciendo,
como consecuencia del desembarco desmesurado que está apareciendo de mercanlistas de la
educación. Por otra parte, no podemos olvidar que el número de estudiantes va en aumento, que están
ampliándose las experiencias incluso muchas de ellas desde las propias universidades presenciales, y
que aparecen nuevas modalidades educavas donde se combina lo presencial y lo a distancia (“blended
learning”). De todas formas esto de “nuevo”, y teniendo en cuenta la importancia que se le está
concediendo, tenemos que verlo con maces; como señala García Areo y otros (2007, 115): siempre
ha exisdo una búsqueda en las instuciones de formación a distancia de diferentes modelos que han
ido desde la distancia a absoluta a niveles de concesión de diferentes posibilidades de presencialidad,
así nos hablan de: modelos de cuatro grandes modelos: modelos a distancia que no contemplaban
relación presencial alguna, modelos a distancia en los que todo le proceso se seguía a distancia pero
exisan algunas instancias o momentos presenciales obligados por el rigor que pretendía darse a las
evaluaciones de carácter sumavo, modelos en los que se venían ofreciendo tutorías presenciales,
además de las propias de los sistemas a distancia de entonces (correo postal, teléfono,…), y modelos
con sesiones presenciales voluntarias y obligatorias.
Retomando el tema de la imagen social de la educación a distancia, no cabe la menor duda que la
imagen social que tengamos de un fenómeno, objeto o profesión concreta, repercurá sobre el valor
y el presgio social que los mismos tengan para los ciudadanos que se desenvuelvan en una sociedad.
Como ya nosotros analizamos en un estudio que efectuamos sobre la imagen que del profesor y de
la enseñanza como su acvidad profesional, se exponían en los medios de comunicación de masas
(Cabero y Loscertales, 1998). Reconociendo que no existen muchas invesgaciones al respecto en el
ámbito de la educación a distancia (Garro y otras, 2007) y que su realización cuenta con una diversidad
de problemas metodológicos para abordarla (Valenzuela, 2007), tampoco podemos dejar de reconocer
que se están llevando a cabo algunos de ellos, como el efectuado por Garro y otras (2007, 247), que
nos apuntan algunos elementos como los siguientes:
Se observa una valoración pragmáca de los alumnos por la educación a distancia que destaca
la posibilidad de organizar los propios empos, no sólo en lo que hace respecto a horarios y
asistencia a clase sino también en lo referente a los ritmos de aprendizaje.
15
Julio Cabero Almenara y Julio Barroso Osuna
La variable empo es considerada de manera exible y adaptada a las necesidades y
posibilidades de los diferentes estudiantes.
Tanto los alumnos como los tutores, perciben que la ecuación a distancia es más apropiada
para unos estudios y contenidos que para otros. Existe la idea de que las materias teóricas se
adecuan mejor, que las que necesitan bastante prácca.
Por lo general los profesores y los alumnos no ene una idea muy clara de la modalidad.
En los alumnos prevalecen los temores y en los docentes la atracción por la exibilidad, que
facilitará la organización del empo por el propio estudiante.
La percepción actual de la modalidad entre los tutores es posiva, aunque el mayor peso del
éxito del sistema recae sobre las actudes y aptudes de los estudiantes.
Los alumnos perciben que el éxito de la acción formava, depende de la actuación del
profesor.
El énfasis que los profesores ponen en las actudes y aptudes de los alumnos para el
éxito de la acción formava, explica la creencia que suelen tener los profesores, en que son
acciones formavas que deben ser ulizadas en postgrado, o en estudios más elevados de las
carreras.
Independientemente de estos acontecimientos, hallazgos o visiones, como queramos denominarlos, lo
que si “… podemos apreciar con mucha claridad un avance idencable e indiscuble de la educación
a distancia, ya que ha habido una variación importante en la imagen social de la modalidad y ello nos
va exigiendo una nueva ubicación frente al fenómeno” (Mena, 2007b, 34).
Uno de los elementos que desde nuestro punto de vista ha inuido para cambiar la imagen social
que tenemos de la educación a distancia, es como consecuencia de la importancia y la signicación
que la virtualidad está adquiriendo en esta sociedad del conocimiento, y ello es debido a una serie
de acontecimientos: por una parte, por que las tecnologías digitales y virtuales, se están convirendo
en un elemento clave para el desarrollo y potenciación de este po de sociedad, impactando a todos
los sectores desde el cultural y económico, al educavo, y en este úlmo caso, a todas sus diferentes
modalidades: formal, informal y no formal. Nunca anteriormente en la historia de la humanidad, las
tecnologías de la información y comunicación han tenido tanta importancia para el desarrollo de la
sociedad. Presencia que ha hecho por ejemplo que se desarrollen nuevas modalidades laborales, como el
teletrabajo o nuevas modalidades de formación, como la teleformación; que han permido la extensión y
globalización de la acvidad laboral a diferentes partes del planeta, su deslocalización de las sedes centrales
de las empresas, la incorporación al mundo producvo de diferentes colecvos, como por ejemplo el
femenino, o la deslocalización de la formación de los centros que tradicionalmente han desempeñado
esta función. Creo que todos estamos de acuerdo, que en la actualidad no sería posible entender ninguna
de las acvidades humanas sin la presencia de cualquier TIC; ellas están produciendo nuevas formas
de interacción entre nosotros, como los blogs; nuevas formas de expresión como los museos virtuales;
nuevos diccionarios como la wikipedia, o nuevas formas de expresarnos como los emocones; o nuevos
signos de idencación, donde por ejemplo el 2.0, que surgió asociada a la web, se está convirendo en
marca para diferentes sectores: empresas 2.0., educación 2.0, sin olvidarnos de la tan asumida “@”.
Pero tal cambio de imagen es consecuencia también de la transformación que está sufriendo la idea
que tenemos de lo presencial y de lo virtual. Como expone Bach (2007, 28): “Realidad y virtualidad no
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La Educación a distancia:cada vez menos a distancia
enen porqué ser dos mundos contrapuestos e incompables. No es cierto que el primero garance
un mayor acercamiento entre los seres humanos, así como una vivencia personal más rica y directa,
y que el segundo sea frío, desnaturalizado o distante por denición, y contribuya inevitablemente al
aislamiento de los individuos.” Llamándonos la atención el mismo autor Bach (2007, 6) respecto a que:
“El mundo virtual es un submundo dentro del mundo real. No es un mundo irreal, sino en todo caso
otro po de realidad, con una serie de limitaciones, pero también con una serie de posibilidades.
Por otra parte no debemos olvidarnos de la signicación que está adquiriendo para la formación la
“realidad aumentada”, que combina información de la realidad con información virtual ubicada en
diferentes disposivos tecnológicos para alcanzar una nueva “realidad” informava.
Si durante bastante empo, lo presencial ha sido caracterizado como lo único real, y con verdaderas
posibilidades para la educación, en la actualidad las posibilidades que nos ofrecen las tecnologías
para acotar los niveles de iconicidad, y el aumento de la comunicación mediada entre las personas,
ha repercudo para que lo virtual alcance niveles de aceptación bastante amplia, y por tanto de
presencialidad social signicava, en el entramado comunicavo de la sociedad del conocimiento.
Vivimos en un momento caracterizado por la presencia del ciberespacio, de forma que vivimos en
una cibersociedad, en una cibercultura y en una ciberescuela, de forma que cada vez se asume con
más claridad que puede establecerse comunicación y relaciones entre las personas sin la necesidad
de la presencia sica de las mismas. Creo que podemos decir con toda claridad que los viejos temores
que exisan hacia lo no presencial han ido desapareciendo, entre otros movos por el aumento de
lo realizado a distancia. Cada vez más personas nos desenvolvemos profesional y comunicavamente
en al ciberealidad, y no llegamos a diferenciarla de otras modalidades para hacer acuerdos, realziar
intercambios y formar acuerdos. Y este hecho creemos que cada vez será más imparable, entre otros
movos por que cada vez el número de “navos digitales” será mayor, y el de “emigrantes digitales”
irá disminuyendo.
Sin lugar a dudas una de las caracteríscas de la sociedad del conocimiento, es que una sociedad
del aprendizaje constante; dicho en otros términos, es una sociedad caracterizada por el “aprender a
aprender”, donde la información, por una parte, se va ampliando constantemente como no lo había
hecho en los siglos anteriores, y por otra, que la información llega con mayor rapidez a la ciudadanía.
Estamos por tanto hablando de una sociedad del aprendizaje, que como señala la UNESCO (2005,
59): “… se reere a un nuevo po de sociedad en la que la adquisición de los conocimientos no está
connada en las instuciones educavas (en el espacio), ni se limita a la formación inicial (en el empo).
En un mundo cada vez más complejo en el que todo individuo puede verse obligado a ejercer varias
profesiones en el transcurso de su existencia, es indispensable seguir aprendiendo a lo largo de toda
la vida.
En cierta medida ello nos lleva a tener que hablar de una sociedad de la innovación, una sociedad
donde teniendo en cuenta la transformación y el cambio, y los retos que ellos nos originan, nos ene
que llevar a intentar ofrecer respuestas rápidas y ables ante los nuevos problemas. Con esta formación
no queremos referimos a un simple reciclaje, sino más bien a la necesidad de un proceso completo
de reeducación. Como ya hemos señalado en otro momento, en la sociedad del conocimiento, tan
importante será el “aprender”, como el “desaprender” y “reaprender”.
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Julio Cabero Almenara y Julio Barroso Osuna
Y este proceso al que nos estamos reriendo será imposible llevarlo a cabo, solamente con las estancias
presenciales de formación, entre otros movos por la falta de disponibilidad de empo para desplazarse
a los mismos, y para cursar acciones formavas en un empo usual en la educación presencial. De ahí
que la educación a distancia, pura o combinada con la presencial, adquiriera pleno signicado para
la formación o perfeccionamiento de determinados sectores laborales y colecvos profesionales. En
síntesis, podemos decir que la educación a distancia se ha visto fortalecida por la conceptualización de
la educación como un proceso a lo largo de toda la vida.
Relacionado con lo anterior se encuentra la demanda que desde colecvos especícos, se están
realizando a diferentes estancias educavas (universidades, sindicatos, asociaciones profesionales,…)
para su formación. Hecho que está repercuendo al mismo empo para cambiar la imagen social que
durante bastante empo ha imperado sobre la educación a distancia, pues si la misma es demanda por
colecvos con presgio social, al mismo empo ello repercute para la ampliación del presgio que la
misma va adquiriendo dentro de la sociedad, y en relación a otras estancias educavas.
Como se está señalando por los expertos en el terreno del estudio y el análisis de la educación a
distancia, se está produciendo un cambio en los modelos en los que tradicionalmente ésta se ha
desenvuelto, de manera que de todas las opciones que se estaban manejando hace relavamente poco
empo (instuciones autónomas de educación a distancia, bimodales, consocio y centro nacional), las
acciones bimodales; es decir, la organización por instuciones, que tradicionalmente se han centrado
en lo presencial, de acvidades realizadas a distancia. Pero lo verdaderamente signicavo de cara al
cambio de la imagen social de la educación a distancia, no es el modelo en si, sino que las instuciones
presenciales que se están acercando poseen en sus diferentes países verdadero presgio académico
y profesional, y están consolidadas desde un punto de vista social en sus países; al mismo empo no
debemos obviar el fuerte impulso legislavo que se está llevando a cabo en diferentes países sobre la
educación a distancia como consecuencia directa del aumento de su presencia (AIESAD, 2012; CALED,
2012; Arboleda y Rama, 2013; Domínguez y Rama, 2013; Morocho y Rama, 2013).
No nos equivoquemos de nuevo. Variables críticas para la formación en la educación a distancia.
Desde la invesgación educava, se han mostrado datos contradictorios respecto a la ecacia de
esta modalidad de formación para la adquisición de conocimiento. En este sendo puede servirnos
de ejemplo los datos que Bernard y otros (2004) nos presenta en el metaanálisis realizado donde
compararon las invesgaciones que entre 1995 y 2002, se habían centrado en la educación a distancia
y la educación presencial, respecto a una serie de variables como son el rendimiento académico, las
actudes y la retención de la información. Y en ella, reconociendo que muchas de las invesgaciones
realizadas son de bajo nivel, también apuntan que no son muchas las que muestran resultados
signicavos en las variables anteriormente señaladas, aunque también al mismo empo señalan que
resulta complejo, llegar a conclusiones concluyentes.
Por otra parte, no podemos olvidarnos, y es también un indicador, del éxito de las acciones de formación
a distancia, el fuerte abandono de los estudiantes que cursan estas modalidades de formación.
Desde nuestro punto de vista, ello es debido a una serie de aspectos, y entre ellos, como ya señalamos en
la conferencia que imparmos en el XV “Encuentro Internacional de Educación a Distancia”, celebrado
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La Educación a distancia:cada vez menos a distancia
en Guadalajara (México) en 2006), denominada “La calidad en la educación a distancia en los nuevos
entornos de comunicación”, se debía a que deberíamos de centrarnos en lo que de verdad eran las
variables crícas que podrían explicar el éxito de estas acciones formavas, y que desde nuestro punto
de vista, y sin la pretensión de acotar el tema, eran las que presentamos en la siguiente gura.
Variables crícas para una formación de calidad en nuevos entornos de comunicación.
No es nuestra intención profundizar en los mismos, pues el lector interesado puede encontrar
información en algunos trabajos que hemos realizado (Cabero, 2004; Cabero y Gisbert, 2005; Cabero y
Llorente, 2005; Cabero y Román, 2006; y Llorente, 2006), y en la reciente publicación que del Congreso
realizará la Universidad mexicana de Guadalajara. Aunque si nos gustaría llamar la atención respecto
a que lo que queríamos decir con ello, es que lo verdaderamente signicavo de las acciones de la
formación realizada a distancia no es centrarnos en los aspectos tecnológicos, sino en otra serie de
dimensiones que van desde como estructuramos y organizamos los contenidos, el diseño de la acción
formava que pongamos en funcionamiento, el papel que el profesor y el estudiante desempeñe en
la misma, la calidad con que se lleve a cabo la tutoría con el estudiante, el manejo que se realicen de
las herramientas de comunicación sincrónicas y asincrónicas, las e-acvidades que le pongamos al
estudiante que enen que realizar, etc.
No nos gustaría terminar nuestro capítulo, sin hacer algunas referencias a los cambios que deben sufrir
los profesores y los alumnos para desenvolverse en la educación a distancia. Ya que desde nuestro
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Julio Cabero Almenara y Julio Barroso Osuna
punto de vista, éste será otro de los elementos claves que debemos considerar.
Por lo que respecta a los cambios del rol del profesorado, en los úlmos años nos encontramos con
propuestas de diferentes autores, como por ejemplo: Gisbert (2002), Mason (1991), Salinas (1998), y
Goodyear (2001), han realizado una síntesis de los principales roles que los profesores desempeñan
en una enseñanza en línea, siendo para ellos los siguientes: facilitador del proceso de enseñanza,
consejero/orientador, diseñador, asesor, invesgador, facilitador de contenidos, tecnológico, y
organizador/administrador.
Para nosotros, los nuevos roles que desempeñará el profesor en estos entornos de formación a
distancia son:
Consultor de información/facilitador del aprendizaje.
Diseñadores de situaciones mediadas de aprendizaje.
Moderadores y tutores virtuales.
Evaluadores connuos.
Orientadores.
Evaluador y seleccionador de tecnologías.
Puede parecer una contradicción el que los profesores perderán en los nuevos entornos su papel de
transmisores de información, ya que los nuevos entornos de comunicación pondrán una amplitud de
información a disposición de los alumnos, además de que la información estará deslocalizada de los
lugares cercanos a los estudiantes. Ahora bien, ello no signica que el profesor deje de ser una persona
importante en todo lo referido a la información; por el contrario, las nuevas tecnologías van a llevar a
que desempeñe nuevas funciones relacionadas con ésta, que irán desde buscar información en la red,
adaptarla a las necesidades generales de sus estudiantes, o a las necesidades y demandas concretas
que a la hora de la evolución del proceso de aprendizaje se vayan presentado. Sin olvidarnos que el
profesor desempeñará un fuerte papel en la formación del sujeto para que evalúe y seleccione la
información pernente de la voluminosa que se le ofrecerán por diversos medios. Al mismo empo el
profesor, de forma individual o conjunta, se converrá en creador de mensajes, no en mero reproductor.
Los comentarios que estamos realizando nos llevan a presentar otra de las funciones que van a
desempeñar los profesores, y es aquella relacionada con el diseño de los medios y de los entornos
de aprendizaje. Desde nuestro punto de vista, la ulización de los entornos de teleformación va más
lejos del simple hecho de la ubicación de la información en la red, aunque esta siga una estructura
especícamente creada y desarrollada para el mismo, como hemos presentado en un capítulo de esta
obra. Por el contrario, supone la organización y gesón de diferentes elementos, para que de esta
forma, se pueda facilitar el aprendizaje en los estudiantes. Lo que venimos a decir es que el profesor
se va a converr en un diseñador de situaciones de aprendizaje y de una situación que deberá de girar
en torno al estudiante y a que éste adquiera los conocimientos previstos. Dicho en otros términos, el
profesor se converrá en un facilitador del aprendizaje desde la perspecva de que, lo importante no
será el entorno que se produzca, sino que el mismo se encuentre a disposición del estudiante para que
éste llegue a aprender conocimientos y adquirir competencias y habilidades.
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La Educación a distancia:cada vez menos a distancia
El profesor, de esta forma, pasa de ser un experto en contenidos a un facilitador del aprendizaje, lo cual
le va a suponer que realice diferentes cuesones como son: diseñar experiencias de aprendizaje para
los estudiantes, ofrecer una estructura inicial para que los alumnos comiencen a interaccionar, animar
a los estudiantes hacia el autoestudio, o diseñar diferentes perspecvas sobre un mismo tópico.
Ahora bien, este cambio de rol no signica que obvie la cualicación profesional que deba tener el
profesor en los contenidos. Para orientar y asesorar en los contenidos, la cualicación del profesor y
los dominios que ene que tener de ellos, son mayores que para la simple transmisión. Hacer fácil lo
dicil, en la formación en contenidos, requiere una alta competencia en los mismos.
Desde nuestro punto de vista, frente a la tarea de tutorización de una acción presencial -que
usualmente surge a reclamo del estudiante-, en este caso, el profesor debe adoptar una posición más
acva, interviniendo e indagando sobre situaciones problemácas que vayan apareciendo a lo largo
del proceso.
Las tareas que normalmente realizará el tutor serán muy variadas, y a grandes rasgos las podemos
sintezar en:
Presentación del curso a los estudiantes y de las normas de funcionamiento.
Resolver de forma individual y colecva las diferentes dudas que vayan surgiendo de
interacción con los materiales que se le vayan presentando.
Animar la parcipación de los estudiantes.
Fomentar acvidades de trabajo colaboravo y animar a la parcipación de todos los
miembros.
Realizar las valoraciones de las acvidades realizadas.
Desarrollar una evaluación connua formava.
Determinación de acciones individuales y grupales, en función de las necesidades de los
diferentes estudiantes.
Incitar a los alumnos para que amplíen y desarrollen sus argumentos propios y los de sus
compañeros.
Asesoramiento en métodos de estudio en la red.
Facilitar y negociar compromisos cuando existan diferencias de desarrollo entre los miembros
del equipo.
Facilitar información adicional para la aclaración y profundización en conceptos.
Ayudar a los alumnos en sus habilidades de comunicación señalándoles, en privado, sus
posibles mejoras para un mayor entendimiento con el grupo, y seguimiento del proceso
Tareas que han llevado a diferentes profesores a proponer que los profesores de educación
a distancia deben poseer un amplio número de habilidades y competencias para desarrollar su
acvidad profesional. Torres (2006), por ejemplo nos habla de 55, algunas de las cuales son:
conocimiento sobre la androgia, habilidades para al consejería, conocimientos básicos sobre
tecnología, habilidades para ser agente de cambio, trabajo en equipo, habilidades de evaluación,
habilidades para facilitar el debate, habilidades de retroalimentación, conocimiento sobre teoría
de la educación, habilidades en procesos grupales,…
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Julio Cabero Almenara y Julio Barroso Osuna
Nosotros, en diferentes trabajos sobre la tutoría virtual (Cabero, 2004; Llorente, 2006), señalamos que
el tutor debería desempeñar funciones más amplias que la de mero consultor académico, desarrollando
otras que podríamos considerar de po técnico, académico, orientador, organizavo y social. Y que
como podemos observar, se relacionan con alguna de las variables crícas que hemos presentado para
congurar entornos de calidad virtuales para la formación a distancia.
Pero si los profesores se ven transformado en sus roles, también ocurrirá lo mismo con los que
desempeñarán los alumnos. Y al respecto digamos desde el principio que los alumnos para desenvolverse
en la sociedad del futuro, deberán poseer nuevas capacidades, como las siguientes: la adaptabilidad
a un ambiente que se modica rápidamente; saber trabajar en equipo; aplicar propuestas creavas y
originales para resolver problemas; capacidad para aprender; desaprender y reaprender; saber tomar
decisiones y ser independiente; aplicar las técnicas del pensamiento abstracto; y saber idencar
problemas y desarrollar soluciones. Y ello ocurrirá independientemente de que estudien, de una
manera a distancia o presencial.
Los alumnos en estos nuevos entornos deberán poseer las siguientes capacidades:
Capacidad de análisis y síntesis.
Capacidad de aplicar los conocimientos.
Resolución de problemas.
Capacidad de aprender.
Trabajo en equipo.
Habilidades interpersonales.
Planicación y gesón del empo.
Gesón de la información.
Capacidad de adaptarse a nuevas situaciones
Creavidad.
Y conocimiento sobre el área de estudio.
Los comentarios que hemos ido realizando a lo largo de nuestra intervención, nos llevan a señalar
con toda claridad que la educación a distancia se están convirendo en una de las modalidades de
formación con mayor posibilidades de desarrollo
en la sociedad del conocimiento, conviréndose en una
formación con verdaderos patrones de calidad, y donde la distancia entre los parcipantes en la misma
es cada vez menor. La distancia se mantendrá, sino cambiamos las ideas que tradicionalmente hemos
manejado sobre la misma, o si seguimos ubicando por encima de la pedagogía los aspectos tecnológicos.
Ahora bien para tal transformación, deben de plantearse una serie de retos en la educación a distancia,
como son: desarrollar nuevas teorías educavas sobre sus posibilidades, desarrollo y aplicación,
potenciar su invesgación educava,
favorecer la creación de entornos formavos y comunicavos que al
mismo empo potencien la individualización y desarrollen la colaboración entre los estudiantes, desarrollar
entornos y materiales más exibles e interacvos, y la tendencia a la búsqueda de modelos de calidad.
Al mismo empo creemos que es necesario establecer marcos legislavos nacionales e internacionales
para asegurarnos la calidad de estas acciones formavas ya que al ser un fuerte modelo de negocio
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La Educación a distancia:cada vez menos a distancia
algunas instuciones y personas se están acercando a la misma no por la educación sino por su
valor cremasco, y por otra parte para darle una legimidad al sistema mediante la evaluación y
acreditación. Creo que ya hay sucientes experiencias para llevar a cabo estudios de legislación
comparada y de “buenas práccas” (Barbosa, 2011), para determinar los aspectos a incorporar en
los marcos legislavos: organización académica, gesón, seguimiento y evaluación, acreditación,
infraestructuras,…
Por otra parte, creo que se debe potenciar su incorporación a la formación para favorecer la movilidad
virtual de los estudiantes y docentes, la creación de campus virtuales compardos, y desarrollo de
grados y postgrados conjuntos entre diferentes instuciones.
Queremos nalizar con las palabras de una de las personas más signicavas de la educación a distancia,
el rector de la Universidad Virtual de Guadalajara Manuel Moreno, quién tras analizar las posibilidades
de la educación a distancia nos llama la atención sobre lo siguiente: “Desde luego, la educación a
distancia propicia estas posibilidades, pero lo determinante es la gesón instucional que las asegure.
La educación a distancia por sí sola no hace milagros; el desarrollo y aprovechamiento de su potencial
depende de las estrategias y modos como se le integra a los procesos del desarrollo instucional, en
todas sus áreas académicas, administravas y tecnológicas.” (Moreno, 2012b)
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Julio Cabero Almenara y Julio Barroso Osuna
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El presente artículo se propone la identificación de los componentes clave para configurar este modelo y las características planteadas por varios autores para su implementación eficaz, empezando desde sus características principales, variables críticas y actores clave; resaltando el papel que la interactividad y las comunidades de aprendizaje tienen para el logro del aprendizaje. La investigación es de tipo documental descriptivo a través de la revisión de textos que contienen las variables: características de la educación a distancia, comunidades de aprendizaje, interactividad y actores clave. Se concluye que esta propuesta pueda brindar una referencia a los gestores de las instituciones educativas a considerar los elementos clave al decidir integrar una propuesta de educación a distancia.
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En este artículo describiremos la realización de una actividad de breakout con el objetivo de demostrar las diferencias observadas al llevarla a cabo en dos asignaturas con los mismos contenidos, pero impartidas una de forma presencial y la otra de manera virtual. A través del capítulo dedicado al marco teórico estableceremos las bases de nuestro estudio y este nos ayudará a describir la evolución de la enseñanza desde la forma presencial hasta la virtual. Asimismo, se describirán las posibilidades que la gamificación ofrece a los docentes universitarios en ambas modalidades. El presente artículo sirve, por un lado, para demostrar que existen herramientas digitales a nuestra disposición que nos permiten pasar del aula presencial al aula virtual y, por otro lado, para conocer la opinión de los alumnos, las dificultades y facilidades con las que se han encontrado y la motivación que este tipo de prácticas innovadoras les aportan.
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Este libro busca profundizar en el conocimiento del conjunto de modalidades educativas no presenciales que ya se encuentra en pleno auge. Al mismo tiempo, se constituye como un informe de su situación actual, así como en un punto de referencia para aproximarse al estado del arte de la educación en línea.
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Bases, historia, principios, calidad y teorías de la educación a distancia. Los medios y recursos tecnológicos que la hacen posible. La docencia y la tutoría, las tendencias y la planificación de la EaD.
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El presente trabajo es la exploración de los profesionales de la educación a distancia como actores que, bajo la lógica de la racionalidad humana y todo lo que ella conlleva (psicológica, social, cultural e ideológicamente), trabajan por desarrollar esta importante área de la educación que, junto con las tecnologías de la información y la comunicación (tic), es la punta de lanza de los nuevos paradigmas educativos. La exploración empieza con el debate entre la racionalidad tecnológica frente a la racionalidad humana, para de ahí partir a la indagación de los modelos con los que se hace educación a distancia, los profesionales que la desarrollan (poniendo énfasis en sus roles y competencias), y enseguida al entorno mexicano en educación a distancia, sus modelos y profesionales, de modo que se presente un primer ejercicio formal de explicación del fenómeno tomando como muestra a dos universidades del Occidente mexicano: la Universidad de Guadalajara (UdeG) y la Universidad del Valle de Atemajac (univa). Por último, nuestra conclusión es una propuesta de expansión de este estudio a la generalidad de las instituciones educativas del país, a través de la exposición de una metodología que de cuenta de la diversidad del fenómeno pero que tenga como visión la integración (a partir de la diversidad) de un modelo que nos represente en la globalidad.
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A meta-analysis of the comparative distance education (DE) literature between 1985 and 2002 was conducted. In total, 232 studies containing 599 independent achievement, attitude, and retention outcomes were analyzed. Overall results indicated effect sizes of essentially zero on all three measures and wide variability. This suggests that many applications of DE outperform their classroom counterparts and many applications perform more poorly. Dividing achievement outcomes into synchronous and asynchronous forms of DE produced a somewhat different impression. In general, mean achievement effect sizes for synchronous applications favored classroom instruction while for asynchronous applications they favored DE. However, significant heterogeneity remained in each subset. Three clusters of study features—research methodology, pedagogy, and media—entered into weighted multiple regression, revealed, in general, that methodology accounted for the most variation followed by pedagogy and media, suggesting that Clark's (1983, 1994) claims of the importance of pedagogy over media are essentially correct. We go on to suggest that researchers move beyond simple comparisons between DE and classroom instruction to more pressing and productive lines of inquiry that may contribute more to our knowledge of what works best in DE.
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Se ofrecen las bases teóricas de la EaD, la perspectiva histórica así como las posibilidades y contribuciones de esta modalidad. Tras la propuesta teórica del Diálogo Didáctico Mediado, propia del autor, se aborda el estudio de los agentes, estudiantes y docentes en sistemas a distancia. Las mediaciones de los recursos didácticos propios de la modalidad, el diseño de materiales y los apoyos de Internet dan paso al capítulo final referido a la evaluación en la EaD,
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“Nuevos modelos de educación abierta” es un proyecto de investigación circunscrito a un tema más amplio que se denomina “Megauniversidades y educación no formal” que tiene como metas la elaboración de propuestas de programas educativos para atender cantidades significativas de estudiantes, ya sea en esquemas formales o no formales de educación, en modalidades abierta y a distancia mediante una fusión de metodologías que ofrecen oportunidades diversas que van más allá de la formación profesional y que por ende responden a problemas de equidad social, cobertura y financiamiento.
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Este manual presenta temas mediáticos y tecnológicos candentes para el mundo de la educación y la formación: la Web 2.0, la computación en nube, el e-learning 2.0, las redes sociales, la Web Semántica, los dispositivos móviles, las nuevas visiones del e-learning, o el mundo de lo audiovisual y multimedia en la Red. Estas tecnologías emergentes, multimedia e interactivas, no transforman por sí mismas la educación de las personas en este contexto de e-sociedad en el que vivimos, pero sin duda pueden y deben ser aplicaciones fundamentales, con un buen uso didáctico, para la captación y generación de conocimientos.