Content uploaded by Alejandro Huertas Herrera
Author content
All content in this area was uploaded by Alejandro Huertas Herrera on Dec 07, 2015
Content may be subject to copyright.
HISTORIOGRAFÍA DE LA GANADERÍA EN LA ORINOQUIA
Huertas-Ramírez, H.1*, Huertas-Herrera, A.2
1Fedegan-FNG, Centros de Servicios Tecnológicos Ganaderos, Yopal, Casanare. *hhuertas@fedegan.org.co.
2Ecologo, Magister en conservación de la naturaleza.
RESUMEN
Existe unanimidad en reportes de que el desarrollo económico y cultural de la
llanura oriental de Colombia se forjó a partir de su colonización ganadera. Sin
embargo, se perciben imprecisiones sobre el origen de las razas llaneras de
Colombia; el objetivo de esta ponencia pretende dilucidar dichas incongruencias,
desde un contexto cronológico y ecogeográfico. La imprecisión consuetudinaria es
que nuestro ganado casanareño provino desde la llanura venezolana, y esto no fue
así; se afirma que los alemanes Federman y Espira introdujeron los primeros
bovinos a la llanura colombiana en la década de 1530, pero la realidad es que
ellos solo estuvieron en busca de El Dorado. El hecho verídico es que los Jesuitas
con la fundación de la hacienda Caribare en 1661 ingresaron los primeros bovinos
a sabanas de Casanare y Arauca, desde sus haciendas ubicadas en estribaciones
orientales de la Cordillera Oriental correspondiente a Boyacá y Casanare,
establecidas en su primera estadía entre 1621-1628. Allí comenzó a configurarse el
“criollo de piedemonte llanero”, sufriendo moderados cambios fenotípicos,
respecto al criollo de clima frio, fundamentales en su posterior adaptación al
ambiente cálido húmedo de llanura inundable; de este criollo poco se habla, pero
aún quedan relictos con características de doble propósito; el cruce con Normando
lo dejó casi extinguido. La importancia del criollo de piedemonte radica en ser el
precursor de la raza Casanareña. Respecto a la colonización ganadera del
piedemonte metense, coinciden las fuentes secundarias con la de cronistas que le
asignan a Juan de Avellaneda el asentamiento inicial de bovinos en San Juan de
los Llanos, núcleo precursor de la raza Sanmartinero. El proceso de colonización
ganadera mencionado lo inició el Adelantado del Nuevo Reino de Granada Alonso
Luis de Lugo en 1542-43 y prosiguió con Avellaneda y Gonzalo Jiménez de
Quesada, para el caso del piedemonte del Meta, y con las misiones, especialmente
Jesuitas, para el caso de Casanare y Arauca. Actualmente la raza Casanareña se
encuentra en riesgo de extinción por absorción con Brahman.
Palabras clave: Bovinos; Conservación; Colonización; Adaptación; Ecosistemas.
300
Actas Iberoamericanas de Conservación Animal
AICA 6 (2015) 300-307
HISTORIOGRAPHY OF LIVESTOCK IN THE ORINOQUIA
ABSTRACT
There is unanimity on reports that economic and cultural development of the
eastern savannas of Colombia was forged from their livestock colonization.
However, uncertainties about the origin of the creole breeds from savanna region
of Llanos Orientales in Colombia are perceived; the objective of this paper seeks
to clarify these inconsistencies, from a chronological context and ecogeographic.
The customary lack of precision is that our Casanare cattle came from the
Venezuelan savannas, and this was not true. States that the Federman and Speyer
Germans introduced the first cattle to the Colombian savannas in 1530, but the
true is that they were only looking for El Dorado. The true fact is that the Jesuits
with the founding of the Caribare hacienda in 1661 introduced the first cattle to
savannas of Arauca and Casanare, from their haciendas located in eastern foothills
of the Cordillera Oriental corresponding to Boyaca and Casanare, established in
the first stay between 1621-1628. There began to set the “criollo de piedemonte
llanero”, suffering moderate phenotypic changes, regarding to the creole breed of
the cold weather, fundamental in the later adaptation warm moist floodplain; this
creole is rarely discussed, but there are still remnants with features double
purpose; the crossbreeding with Normando almost extinguished. The importance
of creole foothills lies in being the precursor of the Casanareña breed. Regarding
the livestock colonization of foothills of Meta, the secondary sources coincide
with that of chroniclers who assigned to Juan de Avellaneda the initial settlement
of cattle in San Juan de los Llanos, core precursor Sanmartinero breed. The
colonization process mentioned livestock was initiated by the advance of the New
Kingdom of Granada Alonso Luis de Lugo in 1542-43 and continued Avellaneda
and Gonzalo Jimenez de Quesada, in the case of the foothills of Meta, and
missions, especially Jesuits, in the case of Casanare and Arauca. Currently the
Casanareña breed is endangered by absorption with Brahman.
Keywords: Cattle; Conservation; Colonization; Adaptation; Ecosystem.
INTRODUCCIÓN
El hombre primitivo de América llegó a la Orinoquia hace unos 8400 años, 32600
años después de que su ancestro asiático ingresara por el estrecho de Bering
(Camargo, 1990; Rodríguez, 2011); para facilitar desplazamiento y la cacería
aplicó la quema de sabana lo que se convirtió en la primera intervención antrópica
que ocasionó cambios radicales en la vegetación. El alemán Nicolás Federman
301
Actas Iberoamericanas de Conservación Animal
AICA 6 (2015) 300-307
comenzó desde Venezuela la conquista de la llanura oriental de Colombia en la
década de 1530; simultáneamente llegaron los ibéricos al piedemonte llanero del
Meta (Pinzón, 1984), quienes encontraron aborígenes nómadas–recolectores y
núcleos de agricultores sedentarios, pero todo giraba sobre la búsqueda de El
Dorado, que nunca hallaron, pues solo fue el mito que debajo de la línea ecuatorial
se reproducían las vetas de oro como las raíces de los árboles; los conquistadores
requerían asentamientos estratégicos para sus exploraciones; así surgió San Juan
de los Llanos, la primera población española de la Orinoquia colombiana fundada
por Juan de Avellaneda en 1555 (Avellaneda, 1988); para consolidarlas
introdujeron especies domesticas, entre las que bovino y equino fueron esenciales,
causando la segunda intervención antrópica, con severas repercusiones sociales y
económicas. Después de un letargo de unos 70 años, los Jesuitas reactivaron la
colonización con la fundación de la hacienda Caribabare en 1661, en áreas de
piedemonte plano y llanura inundable de Casanare y Arauca, con ganado
procedente del altiplano cundiboyacense, que ubicaron en zona media de la
cordillera hacia la llanura entre 1621 y 1628 (Martínez, 1990). Durante 107 años
forjaron un emporio económico fundamentado en la producción ganadera bajo un
modelo extractivo conservacionista. Luego de su segunda expulsión en 1767, el
ganado manso quedó al garete y surgieron las cimarroneras que se expandieron y
reprodujeron en forma espontánea por la llanura inundable hacia finales de la
Colonia. Al inicio de la Republica se reorganizan grandes hatos privados en
Casanare y Arauca con ganado criollo Casanareño, y en el piedemonte del Meta
con ganado criollo Sanmartinero (siglo XIX y XX). En este proceso emerge la
tétrada de la llaneridad: vaquero, caballo, bovino y llano, forjando los cimientos de
folclor y cultura llanera. Desde mediados del siglo XX se impulsa la colonización
ganadera de altillanura, pero con ganado cebuino. Existe unanimidad en reportes
de que el desarrollo económico y cultural de la llanura oriental de Colombia
emergió a partir de su colonización ganadera. Sin embargo, se percibieron
imprecisiones sobre el origen de las razas llaneras de Colombia; el objetivo de esta
ponencia pretende dilucidar dichas incongruencias desde un contexto cronológico
y ecogeográfico.
MATERIAL Y MÉTODOS
El trabajo esta soportado en consultas bibliográficas de fuentes que analizaron
escritos de cronistas, en fuentes inéditas del autor principal recopiladas desde
1964, y en fuentes recientes de procesos de desarrollo ganadero en la Orinoquia
colombiana, verificadas in situ por los autores.
302
Actas Iberoamericanas de Conservación Animal
AICA 6 (2015) 300-307
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los ecosistemas de la Orinoquia colombiana se han categorizado en tres grandes
paisajes: cordillera, piedemonte y llanura; esto ha inducido a concepciones de
homogeneidad de la llanura, contraproducentes en transferencia tecnológica y en
planes de desarrollo, ya que las particularidades fisiográficas entre la llanura
ubicada a la margen derecha del rio Meta o altillanura y la ubicada a la margen
izquierda o llanura inundable, son diametralmente opuestas; la altillanura es una
planicie plano convexa donde predominan gramíneas xerófilas y subxerófilas,
mientras el área inundable es plano cóncava con predominio de gramíneas
hidrófilas y subhidrófilas, que fue preferida espontáneamente por el bovino al
encontrar gramíneas nativas de mejor calidad y palatabilidad y mayores fuentes de
agua; por eso el poblamiento bovino de la altillanura fue tardío (IGAC, 1996;
Huertas, 2006). En consecuencia, fueron factores ecológicos los determinantes en
la colonización y surgimiento espontáneo de la ganadería en la llanura oriental
colombiana. El poblamiento ganadero de la Orinoquia la inició en 1556 Juan de
Avellaneda quien llevó los primeros bovinos al recién fundado San Juan de los
Llanos, correspondiente al piedemonte llanero del departamento del Meta, pero su
expansión fue lenta por la prioridad en hallar El Dorado. Fueron los Jesuitas los
que iniciaron la colonización y multiplicación ganadera en la sabana inundable de
Colombia (departamento de Casanare y Arauca), con ganados mansos procedentes
de la zona andina oriental, aprovechando mano de obra indígena y peones pocos
diestros en el manejo del ganado y caballares, y no los alemanes de la casa Welser
desde Venezuela; ellos si fueron los primeros en pasar ganado de la isla Margarita
a la península de Coro y de aquí a Tocuyo en la década de 1530; Tocuyo fue el
epicentro para la diseminación bovina hacia los llanos venezolanos al norte de los
caudalosos ríos Orinoco y Apure, que junto con la resistencia indígena y las
particularidades fisiográficas de la sabana inundable al sur del rio Apure,
retrasaron el poblamiento bovino en los llanos de Barinas y consecuentemente en
los colindantes de Arauca y Casanare. Los Jesuitas en su primera estadía en la
Nueva Granada fundaron haciendas en la parte media de la cordillera Oriental
entre 1621 – 1628, cuando fueron expulsados. Con su reingreso en 1659
reactivaron su plan ganadero y fundaron Caribabare en 1661, hacienda que se
convirtió en el epicentro de la difusión ganadera en toda la llanura; con la
fundación de las haciendas Tocaría y Cravo en el departamento de Casanare,
abarcaron el orden de 1.300.000 hectáreas, con unos 26 mil bovinos domesticados
y 10 mil equinos, sin contar cimarrones (Riveros, 1956). Las rutas iniciales para el
ganado que abastecía de carne a Bogotá distaban entre 250 y 300 kilómetros por
caminos escabrosos de la cordillera; por eso decidieron fundar en 1740 la
hacienda Apiay, actual Villavicencio; así redujeron a 100 kms los caminos por
303
Actas Iberoamericanas de Conservación Animal
AICA 6 (2015) 300-307
cordillera; la historiadora Espinel (1992) relata la incidencia de esta hacienda
sobre el impulso empresarial de la ganadería en el piedemonte del Meta y sobre la
fundación de Villavicencio. El siglo de oro de la ganadería de Casanare fue el
XVIII, por la magnitud, organización, visión comercial nacional e internacional
lograda por los Jesuitas durante 107 años. Este emporio se desplomó después de su
segunda expulsión en 1767. Pérez (1997), analizó sus consecuencias sociales y
económicas, pues comienza a imperar el hacendado ausentista.
Después de la independencia de la Nueva Granada de 1819, el Estado abandonó la
región orinoquense y la ganadería se incrementó en forma silvestre. En la primera
mitad del siglo XX, cuando se estima en Arauca y Casanare una población del
orden de 2 millones de bovinos criollos casanareños, fueron famosas las vaquerías
hacia el piedemonte del Meta; los novillos gordos eran trasladados a Bogotá para
sacrificio. Las dictaduras en Venezuela motivaron desplazamientos hacia
Colombia y ganaderos venezolanos se fundaron al noreste de Casanare, como
sucedió con la fundación de Puerto Rondón y los hatos La Victoria y Paso Real,
entre 1917 y 1924, con ganado criollo venezolano que ocupó extensas sabanas de
los municipios de Hato Corozal y Paz de Ariporo; dicho genotipo se entrecruzaría
libremente con el criollo Casanareño, como lo describe H. Huertas (1975).Las
particularidades fibrosas y acelerada lignificación del genero Trachipogono, que
corresponde a gramíneas endémicas en altillanura, y las escasas fuentes de agua en
la sabana, incidieron para que el bovino no prefiriera este ecosistema, razones que
explican su tardía ocupación ganadera, a pesar de ser colindante con los llanos de
San Juan, San Martin y Apiay, en el departamento del Meta; el único hato en
altillanura reportado en el siglo XIX es El Porvenir, ubicado en riveras del rio
Meta, frente a Orocuè. En la segunda mitad del siglo XX se acelera la absorción
racial del criollo por el cebú Brahman; con este genotipo se establecen hatos en
altillanura plana del departamento del Meta, cambiando las praderas nativas por
las especies introducidas de Brachiaria decumbens y humidìcola, pero en
altillanura del Vichada se hizo con criollo Casanareño, sin cambiar la cobertura
vegetal nativa. Extensas áreas de piedemonte fueron taladas para sembrar pastos y
cebar novillos, surgiendo un sistema extractivo degradante. En la actualidad el
ganado criollo Casanare se encuentra en riesgo de extinción, pero el criollo
Sanmartinero está en franca recuperación y aprovechamiento comercial en cruce
con cebú (Martinez, 1997), en buena parte por gestión de ASOCRIOLLANOS y
las evaluaciones realizadas en los Centros de Investigación La Libertad y
Carimagua y la granja Iraca en San Martin. Según Fedegan – FNG, en 2014 se
reportan 1.985.800 bovinos en Casanare, 1.674.144 en Meta, 1.037.000 en Arauca,
278.072 en Guaviare y 226.670 en Vichada, de los cuales el criollo no sobrepasa el
304
Actas Iberoamericanas de Conservación Animal
AICA 6 (2015) 300-307
0.5% y los cruces con razas europeas un 10%, lo que refleja el predominio del
indicus en la Orinoquia colombiana.
En el anexo se indican las rutas del poblamiento bovino de Colombia durante la
conquista española, donde se corrige la consuetudinaria mención de que el ganado
criollo Casanare tuvo sus ancestros en Venezuela, lo cual no fue así. Otro criollo
que poco se menciona es el de piedemonte, de clima medio, que procedía del
ganado que en 1525 introdujo Bastidas a Santa Marta y luego hacia el interior del
Nuevo Reino de Granada por Alonso Luis de Lugo en 1542–43 (Avellaneda,
1994), bovinos precursores de la razas criollas Casanare, en Sabana inundable
(Sastre, 2004), y Sanmartinera en piedemonte del Meta (De Alba, 2011).
Figura 1. Rutas del poblamiento bovino de Colombia durante la conquista española (Bovine
introduction routes in Colômbia during the Spanish Conquest)
CONCLUSIONES
El origen de los bovinos criollos llaneros de Colombia no procede de Venezuela si
no de los bovinos que desembarcó Bastida en 1525 en Santa Marta; entre 1542-
1543 el adelantado Alonso Luis de Lugo los introdujo al Nuevo Reino de Granada,
de donde Juan de Avellanada llevó en 1556 a los llanos de San Juan los
precursores de la raza criolla Sanmartinera, y que en 1661 llevaron los Jesuitas a la
hacienda Caribabare, precursores de la raza Casanare. Factores ecológicos, propios
305
Actas Iberoamericanas de Conservación Animal
AICA 6 (2015) 300-307
de una llanura graminífera facilitaron la rápida proliferación de bovinos con
mínima intervención del hombre, especialmente en la fisiografía de sabana
inundable. Sin embargo, en la actualidad estos recursos genéticos, animales y
vegetales, son poco estimados por los productores debido a agresivas publicidades
privadas y estatales de razas y pasturas foráneas, a la incipiente investigación
científica en Casanare y Arauca a transferencia tecnológica inapropiada y a
ignorancia del valor de nuestros recursos bióticos. Se requieren ingentes esfuerzos
para evitar las amenazas de los embates por desecar humedales y aniquilar la
naturaleza orinocense y así contrarrestar impactos del cambio climático (Peñuelas,
2012). El genotipo y fenotipo de los bovinos criollos han demostrado mayor
tolerancia a fuertes alteraciones climáticas del trópico bajo.
BIBLIOGRAFÍA
Avellaneda, J. 1988. San Juan de los Llanos, primera ciudad de los Llanos Orientales. En: los Llanos: una historia
sin fronteras. Academia de Historia del Meta.
Avellaneda, J. 1994. La expedición de Alonso Luis de Lugo al Nuevo Reino de Granada. Banco de la republica,
Bogotá. pp 14 – 25
Camargo, G. 1990. Origen paleoindio de América y su proyección en los Llanos. Academia de historia de
Arauca. Tomo I ,35 -67.
De Alba, J. 2011. El Libro De Los Bovinos Criollos De América. Colegio de Posgraduados, Mexico.444p.
Espinel, N. 1992. Apuntes para la historia de la ganadería bovina en los Llanos Orientales. En: Por los Caminos
del Llano. Tomo II. Academia de Historia de Arauca, 303 -322.
Federación Colombiana de Ganaderos, FEDEGAN- FNG. 2014. Oficina de Planeación y Asuntos Económicos,
Bogotá.
Huertas, H. 1975. Fundación de Puerto Rondón y Hatos Periféricos. Testimonios Inéditos.
Huertas, A. 2006. Respuesta de la estructura y composición de la vegetación en tres escenarios de sabana
inundable sometidos a fuego, municipio de Orocue. Tesis de grado, Pontificia Universidad Javeriana.
Instituto Geográfico Agustín Codazi, IGAC. 1999. Paisajes fisiográficos de Orinoquia y Amazonia de Colombia,
Números 27 y 28.
Martinez, A. 1990. Casanare y su Historia. Editorial Bochica, Bogotá, 206p.
Martinez, G. 1997.Ganado Sanmartinero, mas carne en los Llanos. Rev. Carta Ganadera, Banco Ganadero, 34: 4:
611.
Perez, H. 1997. La Hacienda Caribabare, estructuras y relaciones de mercados 1767 – 1810. Yopal Casanare
276p.
Peñuela L., Ocampo A., Fernández A y Castro F. 2012. Estrategias para el mejoramiento de la productividad
ganadera y la conservación de la sabana inundable en la Orinoquia. Convenio TNC – FHV – Corporinoquia.
118p Colombia.
Pinzón, E.1984. Historia de la ganadería bovina colombiana. Banco Ganadero. Bogotaá. 2008.
Riveros, J. 1956. Historia de las misiones de los llanos de Casanare y los riíos Orinoco y Meta. Vol 23.
306
Actas Iberoamericanas de Conservación Animal
AICA 6 (2015) 300-307
Rodriguez, J.V. 2011. Los primeros pobladores de Boyacá. En: Historia general de Boyacá, Academia Boyacense
de Historia, Tunja. Tomo I, 74- 104.
Sastre, H. 2004. Ganado Criollo Casanare. Fundación Amanecer. 99p.
307
Actas Iberoamericanas de Conservación Animal
AICA 6 (2015) 300-307