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HISTORIOGRAFÍA DE LA GANADERÍA EN LA ORINOQUIA

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Existe unanimidad en reportes de que el desarrollo económico y cultural de la llanura oriental de Colombia se forjó a partir de su colonización ganadera. Sin embargo, se perciben imprecisiones sobre el origen de las razas llaneras de Colombia; el objetivo de esta ponencia pretende dilucidar dichas incongruencias, desde un contexto cronológico y ecogeográfico. La imprecisión consuetudinaria es que nuestro ganado casanareño provino desde la llanura venezolana, y esto no fue así; se afirma que los alemanes Federman y Espira introdujeron los primeros bovinos a la llanura colombiana en la década de 1530, pero la realidad es que ellos solo estuvieron en busca de El Dorado. El hecho verídico es que los Jesuitas con la fundación de la hacienda Caribare en 1661 ingresaron los primeros bovinos a sabanas de Casanare y Arauca, desde sus haciendas ubicadas en estribaciones orientales de la Cordillera Oriental correspondiente a Boyacá y Casanare, establecidas en su primera estadía entre 1621-1628. Allí comenzó a configurarse el “criollo de piedemonte llanero”, sufriendo moderados cambios fenotípicos, respecto al criollo de clima frio, fundamentales en su posterior adaptación al ambiente cálido húmedo de llanura inundable; de este criollo poco se habla, pero aún quedan relictos con características de doble propósito; el cruce con Normando lo dejó casi extinguido. La importancia del criollo de piedemonte radica en ser el precursor de la raza Casanareña. Respecto a la colonización ganadera del piedemonte metense, coinciden las fuentes secundarias con la de cronistas que le asignan a Juan de Avellaneda el asentamiento inicial de bovinos en San Juan de los Llanos, núcleo precursor de la raza Sanmartinero. El proceso de colonización ganadera mencionado lo inició el Adelantado del Nuevo Reino de Granada Alonso Luis de Lugo en 1542-43 y prosiguió con Avellaneda y Gonzalo Jiménez de Quesada, para el caso del piedemonte del Meta, y con las misiones, especialmente Jesuitas, para el caso de Casanare y Arauca. Actualmente la raza Casanareña se encuentra en riesgo de extinción por absorción con Brahman.
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HISTORIOGRAFÍA DE LA GANADERÍA EN LA ORINOQUIA
Huertas-Ramírez, H.1*, Huertas-Herrera, A.2
1Fedegan-FNG, Centros de Servicios Tecnológicos Ganaderos, Yopal, Casanare. *hhuertas@fedegan.org.co.
2Ecologo, Magister en conservación de la naturaleza.
RESUMEN
Existe unanimidad en reportes de que el desarrollo económico y cultural de la
llanura oriental de Colombia se forjó a partir de su colonización ganadera. Sin
embargo, se perciben imprecisiones sobre el origen de las razas llaneras de
Colombia; el objetivo de esta ponencia pretende dilucidar dichas incongruencias,
desde un contexto cronológico y ecogeográfico. La imprecisión consuetudinaria es
que nuestro ganado casanareño provino desde la llanura venezolana, y esto no fue
así; se afirma que los alemanes Federman y Espira introdujeron los primeros
bovinos a la llanura colombiana en la cada de 1530, pero la realidad es que
ellos solo estuvieron en busca de El Dorado. El hecho verídico es que los Jesuitas
con la fundación de la hacienda Caribare en 1661 ingresaron los primeros bovinos
a sabanas de Casanare y Arauca, desde sus haciendas ubicadas en estribaciones
orientales de la Cordillera Oriental correspondiente a Boyacá y Casanare,
establecidas en su primera estadía entre 1621-1628. Allí comenzó a configurarse el
“criollo de piedemonte llanero”, sufriendo moderados cambios fenotípicos,
respecto al criollo de clima frio, fundamentales en su posterior adaptación al
ambiente cálido húmedo de llanura inundable; de este criollo poco se habla, pero
aún quedan relictos con características de doble propósito; el cruce con Normando
lo dejó casi extinguido. La importancia del criollo de piedemonte radica en ser el
precursor de la raza Casanareña. Respecto a la colonización ganadera del
piedemonte metense, coinciden las fuentes secundarias con la de cronistas que le
asignan a Juan de Avellaneda el asentamiento inicial de bovinos en San Juan de
los Llanos, núcleo precursor de la raza Sanmartinero. El proceso de colonización
ganadera mencionado lo inició el Adelantado del Nuevo Reino de Granada Alonso
Luis de Lugo en 1542-43 y prosiguió con Avellaneda y Gonzalo Jiménez de
Quesada, para el caso del piedemonte del Meta, y con las misiones, especialmente
Jesuitas, para el caso de Casanare y Arauca. Actualmente la raza Casanareña se
encuentra en riesgo de extinción por absorción con Brahman.
Palabras clave: Bovinos; Conservación; Colonización; Adaptación; Ecosistemas.
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HISTORIOGRAPHY OF LIVESTOCK IN THE ORINOQUIA
ABSTRACT
There is unanimity on reports that economic and cultural development of the
eastern savannas of Colombia was forged from their livestock colonization.
However, uncertainties about the origin of the creole breeds from savanna region
of Llanos Orientales in Colombia are perceived; the objective of this paper seeks
to clarify these inconsistencies, from a chronological context and ecogeographic.
The customary lack of precision is that our Casanare cattle came from the
Venezuelan savannas, and this was not true. States that the Federman and Speyer
Germans introduced the first cattle to the Colombian savannas in 1530, but the
true is that they were only looking for El Dorado. The true fact is that the Jesuits
with the founding of the Caribare hacienda in 1661 introduced the first cattle to
savannas of Arauca and Casanare, from their haciendas located in eastern foothills
of the Cordillera Oriental corresponding to Boyaca and Casanare, established in
the first stay between 1621-1628. There began to set the “criollo de piedemonte
llanero”, suffering moderate phenotypic changes, regarding to the creole breed of
the cold weather, fundamental in the later adaptation warm moist floodplain; this
creole is rarely discussed, but there are still remnants with features double
purpose; the crossbreeding with Normando almost extinguished. The importance
of creole foothills lies in being the precursor of the Casanareña breed. Regarding
the livestock colonization of foothills of Meta, the secondary sources coincide
with that of chroniclers who assigned to Juan de Avellaneda the initial settlement
of cattle in San Juan de los Llanos, core precursor Sanmartinero breed. The
colonization process mentioned livestock was initiated by the advance of the New
Kingdom of Granada Alonso Luis de Lugo in 1542-43 and continued Avellaneda
and Gonzalo Jimenez de Quesada, in the case of the foothills of Meta, and
missions, especially Jesuits, in the case of Casanare and Arauca. Currently the
Casanareña breed is endangered by absorption with Brahman.
Keywords: Cattle; Conservation; Colonization; Adaptation; Ecosystem.
INTRODUCCIÓN
El hombre primitivo de América llegó a la Orinoquia hace unos 8400 años, 32600
años después de que su ancestro asiático ingresara por el estrecho de Bering
(Camargo, 1990; Rodríguez, 2011); para facilitar desplazamiento y la cacería
aplicó la quema de sabana lo que se convirtió en la primera intervención antrópica
que ocasionó cambios radicales en la vegetación. El alemán Nicolás Federman
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comenzó desde Venezuela la conquista de la llanura oriental de Colombia en la
década de 1530; simultáneamente llegaron los ibéricos al piedemonte llanero del
Meta (Pinzón, 1984), quienes encontraron aborígenes nómadas–recolectores y
núcleos de agricultores sedentarios, pero todo giraba sobre la búsqueda de El
Dorado, que nunca hallaron, pues solo fue el mito que debajo de la línea ecuatorial
se reproducían las vetas de oro como las raíces de los árboles; los conquistadores
requerían asentamientos estratégicos para sus exploraciones; así surgió San Juan
de los Llanos, la primera población española de la Orinoquia colombiana fundada
por Juan de Avellaneda en 1555 (Avellaneda, 1988); para consolidarlas
introdujeron especies domesticas, entre las que bovino y equino fueron esenciales,
causando la segunda intervención antrópica, con severas repercusiones sociales y
económicas. Después de un letargo de unos 70 años, los Jesuitas reactivaron la
colonización con la fundación de la hacienda Caribabare en 1661, en áreas de
piedemonte plano y llanura inundable de Casanare y Arauca, con ganado
procedente del altiplano cundiboyacense, que ubicaron en zona media de la
cordillera hacia la llanura entre 1621 y 1628 (Martínez, 1990). Durante 107 años
forjaron un emporio económico fundamentado en la producción ganadera bajo un
modelo extractivo conservacionista. Luego de su segunda expulsión en 1767, el
ganado manso quedó al garete y surgieron las cimarroneras que se expandieron y
reprodujeron en forma espontánea por la llanura inundable hacia finales de la
Colonia. Al inicio de la Republica se reorganizan grandes hatos privados en
Casanare y Arauca con ganado criollo Casanareño, y en el piedemonte del Meta
con ganado criollo Sanmartinero (siglo XIX y XX). En este proceso emerge la
tétrada de la llaneridad: vaquero, caballo, bovino y llano, forjando los cimientos de
folclor y cultura llanera. Desde mediados del siglo XX se impulsa la colonización
ganadera de altillanura, pero con ganado cebuino. Existe unanimidad en reportes
de que el desarrollo económico y cultural de la llanura oriental de Colombia
emergió a partir de su colonización ganadera. Sin embargo, se percibieron
imprecisiones sobre el origen de las razas llaneras de Colombia; el objetivo de esta
ponencia pretende dilucidar dichas incongruencias desde un contexto cronológico
y ecogeográfico.
MATERIAL Y MÉTODOS
El trabajo esta soportado en consultas bibliográficas de fuentes que analizaron
escritos de cronistas, en fuentes inéditas del autor principal recopiladas desde
1964, y en fuentes recientes de procesos de desarrollo ganadero en la Orinoquia
colombiana, verificadas in situ por los autores.
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RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los ecosistemas de la Orinoquia colombiana se han categorizado en tres grandes
paisajes: cordillera, piedemonte y llanura; esto ha inducido a concepciones de
homogeneidad de la llanura, contraproducentes en transferencia tecnológica y en
planes de desarrollo, ya que las particularidades fisiográficas entre la llanura
ubicada a la margen derecha del rio Meta o altillanura y la ubicada a la margen
izquierda o llanura inundable, son diametralmente opuestas; la altillanura es una
planicie plano convexa donde predominan gramíneas xerófilas y subxerófilas,
mientras el área inundable es plano cóncava con predominio de gramíneas
hidrófilas y subhidrófilas, que fue preferida espontáneamente por el bovino al
encontrar gramíneas nativas de mejor calidad y palatabilidad y mayores fuentes de
agua; por eso el poblamiento bovino de la altillanura fue tardío (IGAC, 1996;
Huertas, 2006). En consecuencia, fueron factores ecológicos los determinantes en
la colonización y surgimiento espontáneo de la ganadería en la llanura oriental
colombiana. El poblamiento ganadero de la Orinoquia la inició en 1556 Juan de
Avellaneda quien llevó los primeros bovinos al recién fundado San Juan de los
Llanos, correspondiente al piedemonte llanero del departamento del Meta, pero su
expansión fue lenta por la prioridad en hallar El Dorado. Fueron los Jesuitas los
que iniciaron la colonización y multiplicación ganadera en la sabana inundable de
Colombia (departamento de Casanare y Arauca), con ganados mansos procedentes
de la zona andina oriental, aprovechando mano de obra indígena y peones pocos
diestros en el manejo del ganado y caballares, y no los alemanes de la casa Welser
desde Venezuela; ellos si fueron los primeros en pasar ganado de la isla Margarita
a la península de Coro y de aquí a Tocuyo en la década de 1530; Tocuyo fue el
epicentro para la diseminación bovina hacia los llanos venezolanos al norte de los
caudalosos ríos Orinoco y Apure, que junto con la resistencia indígena y las
particularidades fisiográficas de la sabana inundable al sur del rio Apure,
retrasaron el poblamiento bovino en los llanos de Barinas y consecuentemente en
los colindantes de Arauca y Casanare. Los Jesuitas en su primera estadía en la
Nueva Granada fundaron haciendas en la parte media de la cordillera Oriental
entre 1621 1628, cuando fueron expulsados. Con su reingreso en 1659
reactivaron su plan ganadero y fundaron Caribabare en 1661, hacienda que se
convirtió en el epicentro de la difusión ganadera en toda la llanura; con la
fundación de las haciendas Tocaría y Cravo en el departamento de Casanare,
abarcaron el orden de 1.300.000 hectáreas, con unos 26 mil bovinos domesticados
y 10 mil equinos, sin contar cimarrones (Riveros, 1956). Las rutas iniciales para el
ganado que abastecía de carne a Bogotá distaban entre 250 y 300 kilómetros por
caminos escabrosos de la cordillera; por eso decidieron fundar en 1740 la
hacienda Apiay, actual Villavicencio; así redujeron a 100 kms los caminos por
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cordillera; la historiadora Espinel (1992) relata la incidencia de esta hacienda
sobre el impulso empresarial de la ganadería en el piedemonte del Meta y sobre la
fundación de Villavicencio. El siglo de oro de la ganadería de Casanare fue el
XVIII, por la magnitud, organización, visión comercial nacional e internacional
lograda por los Jesuitas durante 107 años. Este emporio se desplomó después de su
segunda expulsión en 1767. Pérez (1997), analizó sus consecuencias sociales y
económicas, pues comienza a imperar el hacendado ausentista.
Después de la independencia de la Nueva Granada de 1819, el Estado abandonó la
región orinoquense y la ganadería se incrementó en forma silvestre. En la primera
mitad del siglo XX, cuando se estima en Arauca y Casanare una población del
orden de 2 millones de bovinos criollos casanareños, fueron famosas las vaquerías
hacia el piedemonte del Meta; los novillos gordos eran trasladados a Bogotá para
sacrificio. Las dictaduras en Venezuela motivaron desplazamientos hacia
Colombia y ganaderos venezolanos se fundaron al noreste de Casanare, como
sucedió con la fundación de Puerto Rondón y los hatos La Victoria y Paso Real,
entre 1917 y 1924, con ganado criollo venezolano que ocupó extensas sabanas de
los municipios de Hato Corozal y Paz de Ariporo; dicho genotipo se entrecruzaría
libremente con el criollo Casanareño, como lo describe H. Huertas (1975).Las
particularidades fibrosas y acelerada lignificación del genero Trachipogono, que
corresponde a gramíneas endémicas en altillanura, y las escasas fuentes de agua en
la sabana, incidieron para que el bovino no prefiriera este ecosistema, razones que
explican su tardía ocupación ganadera, a pesar de ser colindante con los llanos de
San Juan, San Martin y Apiay, en el departamento del Meta; el único hato en
altillanura reportado en el siglo XIX es El Porvenir, ubicado en riveras del rio
Meta, frente a Orocuè. En la segunda mitad del siglo XX se acelera la absorción
racial del criollo por el cebú Brahman; con este genotipo se establecen hatos en
altillanura plana del departamento del Meta, cambiando las praderas nativas por
las especies introducidas de Brachiaria decumbens y humidìcola, pero en
altillanura del Vichada se hizo con criollo Casanareño, sin cambiar la cobertura
vegetal nativa. Extensas áreas de piedemonte fueron taladas para sembrar pastos y
cebar novillos, surgiendo un sistema extractivo degradante. En la actualidad el
ganado criollo Casanare se encuentra en riesgo de extinción, pero el criollo
Sanmartinero está en franca recuperación y aprovechamiento comercial en cruce
con cebú (Martinez, 1997), en buena parte por gestión de ASOCRIOLLANOS y
las evaluaciones realizadas en los Centros de Investigación La Libertad y
Carimagua y la granja Iraca en San Martin. Según Fedegan FNG, en 2014 se
reportan 1.985.800 bovinos en Casanare, 1.674.144 en Meta, 1.037.000 en Arauca,
278.072 en Guaviare y 226.670 en Vichada, de los cuales el criollo no sobrepasa el
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0.5% y los cruces con razas europeas un 10%, lo que refleja el predominio del
indicus en la Orinoquia colombiana.
En el anexo se indican las rutas del poblamiento bovino de Colombia durante la
conquista española, donde se corrige la consuetudinaria mención de que el ganado
criollo Casanare tuvo sus ancestros en Venezuela, lo cual no fue así. Otro criollo
que poco se menciona es el de piedemonte, de clima medio, que procedía del
ganado que en 1525 introdujo Bastidas a Santa Marta y luego hacia el interior del
Nuevo Reino de Granada por Alonso Luis de Lugo en 1542–43 (Avellaneda,
1994), bovinos precursores de la razas criollas Casanare, en Sabana inundable
(Sastre, 2004), y Sanmartinera en piedemonte del Meta (De Alba, 2011).
Figura 1. Rutas del poblamiento bovino de Colombia durante la conquista española (Bovine
introduction routes in Colômbia during the Spanish Conquest)
CONCLUSIONES
El origen de los bovinos criollos llaneros de Colombia no procede de Venezuela si
no de los bovinos que desembarcó Bastida en 1525 en Santa Marta; entre 1542-
1543 el adelantado Alonso Luis de Lugo los introdujo al Nuevo Reino de Granada,
de donde Juan de Avellanada llevó en 1556 a los llanos de San Juan los
precursores de la raza criolla Sanmartinera, y que en 1661 llevaron los Jesuitas a la
hacienda Caribabare, precursores de la raza Casanare. Factores ecológicos, propios
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de una llanura graminífera facilitaron la rápida proliferación de bovinos con
mínima intervención del hombre, especialmente en la fisiografía de sabana
inundable. Sin embargo, en la actualidad estos recursos genéticos, animales y
vegetales, son poco estimados por los productores debido a agresivas publicidades
privadas y estatales de razas y pasturas foráneas, a la incipiente investigación
científica en Casanare y Arauca a transferencia tecnológica inapropiada y a
ignorancia del valor de nuestros recursos bióticos. Se requieren ingentes esfuerzos
para evitar las amenazas de los embates por desecar humedales y aniquilar la
naturaleza orinocense y así contrarrestar impactos del cambio climático (Peñuelas,
2012). El genotipo y fenotipo de los bovinos criollos han demostrado mayor
tolerancia a fuertes alteraciones climáticas del trópico bajo.
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... Esto último puede estar relacionado con los grupos tróficos que allí predominan, puesto que en esta reserva existen zonas que han sufrido notables modificaciones paisajísticas a causa de diferentes actividades antropogénicas (Huertas- Ramírez & Huertas-Herrera, 2015;Peñuela et al., 2011;Tamaris-Turizo et al., 2017). Por ello, la predominancia de grupos tróficos como los insectívoros y frugívoros puede permitir la recuperación de la zona y aumentar la complejidad paisajística a través de su capacidad de dispersión de semillas (Herrera, 2004;Stratford & Pekercioðlu, 2015). ...
... La Orinoquía ha sufrido notables modificaciones paisajísticas a causa de diferentes actividades antropogénicas tales como la ganadería, la expansión de la frontera agrícola y plantaciones de palma africana, lo cual ha alterado la composición y complejidad estructural de la vegetación de tal forma que sus paisajes se están volviendo monótonos, lo que a su vez genera un impacto sobre la diversidad de aves que alberga esta región (a mayor complejidad, mayor diversidad de aves) (Huertas-Ramírez & Huertas-Herrera, 2015;Peñuela et al., 2011;Tamaris-Turizo et al., 2017). Un ejemplo de ello es la zona de San Martín, en el departamento del Meta, específicamente en la Reserva el Caduceo, donde ha ocurrido una sucesión ecológica del bosque debido a la ganadería extensiva y los cultivos de palma de aceite, actividades que han generado cambios en la composición y estructura de la vegetación(Díaz, 2016;Tamaris-Turizo et al., 2017).Las aves desempeñan un papel ecológico importante en estos ecosistemas boscosos dada su alta interacción directa e indirecta con las comunidades forestales(Winkler & Preleuthner, 2001). ...
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La Reserva El Caduceo, ubicada en San Martín, Meta, es un área que ha experimentado notables modificaciones en la complejidad estructural de la vegetación de bosques y sabanas debido al efecto de diferentes actividades de cultivo y ganadería, las cuales pueden afectar la riqueza de las comunidades de aves que allí habitan. Este estudio corto muestra una evaluación de la composición y abundancia a nivel de familias y grupos tróficos de aves en esta reserva durante la época lluviosa de 2020. Se llevaron a cabo censos visuales con límite de tiempo en dos estaciones correspondientes a dos hábitats: bosque de galería y sabana con pequeños núcleos de bosque. Además, se estimaron algunos índices ecológicos para cada estación de muestreo. Se observó un total de 18 familias, de las cuales la familia Tyrannidae fue la más abundante en la sabana y la familia Psittacidae la más recurrente en el bosque de galería. La densidad de aves fue mayor en el bosque de galería (2,19 ind/m2), observando además que en esta estación las densidades de aves se encuentran equitativamente repartidas entre las familias registradas, en contraste con la estación de sabana. Por otro lado, el grupo trófico dominante en ambas estaciones fueron los “insectívoros”. Estos resultados preliminares podrían indicar una relación directa entre la complejidad estructural vegetativa, la recuperación del bosque de galería en esta zona y la composición de aves y grupos tróficos predominantes. No obstante, futuros estudios con mayor duración y monitoreos constantes son necesarios para confirmar esta observación inicial.
... However, despite ongoing intensification of agriculture, cultural, fisheries, forestry, mining, recreational and ecotourism industries (Castiblanco et al. 2015), the beef industry on neotropical savan-nas and sown pastures have historically captured the main land use (Van Ausdal 2009;Rausch 2013;Huertas-Ramírez and Huertas-Herrera 2015). A similar picture, but at a broader scale is evident within the biophysical, socio-economic, human (indigenous and non-indigenous peoples) and cultural subsystems of the remote beef breeding systems on the fragile northern Australia rangelands [native grasslands, shrublands, woodlands and tropical woodlands savannas (Tothill and Gillies 1992;Marshall and Smajgl 2013;Marshall et al. 2014;Russell-Smith and Sangha 2018)]. ...
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Investigación ___________________________________________ Rev Med Vet Zoot. 66(2), mayo-agosto 2019: 111-130 111 111 Ramírez-Restrepo and Vera-Infanzón. Methane emissions of extensive grazing breeding herds in relation to the weaning and yearling stages in the Eastern Plains of Colombia ABSTRACT A substantial proportion of beef production in Colombia originates in its extensive Eastern Plains. However, in this scenario and in a global context, demand for cattle production increasingly requests that it satisfies social and environmental expectations in addition to being economically efficient. A dataset containing five-year long records of cow-calf production systems collected at Carimagua Research Centre located in the Meta Department was retrospectively interrogated to understand the liveweight (LW)-derived flux matrix dynamics of methane (CH4) emissions. Estimated total CH 4 (kg) emissions during the gestation period, were similar between conventional weaned (CW; 37.86 ± 0.506 kg) and early weaned (EW; 37.47 ± 0.476 kg) cows. However, averaged over two lactations, total CH 4 emissions were larger (p < 0.0001) in CW cows (38.67 ± 0.456 kg) than in their EW (14.40 ± 0.435 kg) counterparts. Total gas emissions from birth to comparable commercial yearlings age were higher (p < 0.0001) for CW (43.11 ± 0.498 kg) calves than for EW (40.27 ± 0.472 kg) calves. It was concluded that mid and long-term pastoral datasets and new concerns are well suited to understand different contexts and adaptations to the contemporary weather conditions. Nevertheless , conventional farming systems will be less environmentally vulnerable if EW management practices involve the strategic and temporal use of improved pastures. The roles of veterinary medicine and animal sciences are briefly discussed in the context of unprecedented climate variability to provide a guide to the uncertain future.
... More reliable datasets regarding below-ground C inputs and CH 4 and N 2 O emissions from soil are needed to provide a useful basal benchmark for, and approach to, future analyses of environmental impact of more intensive beef herd systems in the region. breeding herds (Huertas-Ramírez and Huertas-Herrera, 2015). ...
Article
The savannas of eastern Colombia located in the Orinoco river basin represent 18% of the Latin American neotropical savannas, and those areas that are tillable and closer to markets are subject to considerable anthropic pressure in the quest for intensification. Historically, and even today, beef cattle production constitutes the main land use, and much of it is subjected to extensive management. This paper describes for the first time, the use of cattle grazing experiments to assess methane (CH4) emissions from neotropical savanna-based beef breeding systems, and with the support of published research conducted next to them, and estimate of the carbon (C) footprint in carbon dioxide equivalents (CO2-eq) for the whole system. Over 5 years and covering complete reproductive cycles, conventional weaning (CW) herd system was compared to an early weaning (EW) herd system, that represented a modest degree of more intensive savanna management. Differences were found between the two management practices in total CH4 emissions, emission intensities [kg CH4 kg –1 calf born and kg CH4 kg –1 liveweight gain (LWG)] and emission efficiencies (kg CO2-eq kg –1 calf born and kg CH4 kg –1 LWG), that mostly associated with the different lactation lengths. When both herd systems were carried over until calves, later yearlings, reached to 25 months of age, the differences in favor of EW breeding herd system were diminished. The calculated C footprint in (CO2-eq) of both management practices was near neutral subjected to a number of assumptions and the use of limited published information on savanna C stocks and CH4 and nitrous oxide (N2O) emissions from soil, and it is posited that both herd systems were nearly in equilibrium. The available data and results show the need for further information on the neotropical savanna C stocks and C sequestration potential of soils of the Orinoco river basin. More reliable datasets regarding below-ground C inputs and CH4 and N2O emissions from soil are needed to provide a useful basal benchmark for, and approach to, future analyses of environmental impact of more intensive beef herd systems in the region.
Chapter
The Llanos of Colombia and Venezuela are an ecoregion composed of savannas, forests, and wetlands, with a high biodiversity and once home to a high-density jaguar (Panthera onca) population. We used published and new jaguar presence–absence data from 2001 to 2020 and combined logistic regression with kriging interpolation to model jaguar occurrence and estimate its current range in the Llanos. Water abundance, forest cover, and primary productivity had positive effects, while road density had a negative effect in the model. The jaguar’s estimated current range covers 49% of the total area of the Llanos. This estimate is 45% and 16% lower than the 2000 and 2015 IUCN Red List assessments, respectively. We combined a previously published density model with our occurrence model to estimate the variation in jaguar population density and its population size. In most of the Llanos area, projected densities ranged from 1 to 3 jaguars per 100 km2, and we estimated the total population at 3413 jaguars (CRI: 2525–4272), two-thirds in Venezuela and one-third in Colombia. Human–jaguar conflict records, mostly jaguar attacks on livestock, were widespread on the Llanos but tend to occur at moderate cattle density and higher forest cover. In 49% of the conflict records, jaguars were killed in retaliation; however, 25% of the nonconflict records also reported killing jaguars during subsistence hunts. Protected areas and indigenous territories cover only 10% and 4% of jaguar’s estimated current range, respectively, indicating an urgent need to increase the number and extent of protected areas in the Llanos.
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Understanding large carnivore demography on human-dominated lands is a priority to inform conservation strategies, yet few studies examine long-term trends. Jaguars (Panthera onca) are one such species whose population trends and survival rates remain unknown across working lands. We integrated nine years of camera trap data and tourist photos to estimate jaguar density, survival, abundance, and probability of tourist sightings on a working ranch and tourism destination in Colombia. We found that abundance increased from five individuals in 2014 to 28 in 2022, and density increased from 1.88 ± 0.87 per 100 km 2 in 2014 to 3.80 ± 1.08 jaguars per 100 km 2 in 2022. The probability of a tourist viewing a jaguar increased from 0% in 2014 to 40% in 2020 before the Covid-19 pandemic. Our results are the first robust estimates of jaguar survival and abundance on working lands. Our findings highlight the importance of productive lands for jaguar conservation and suggest that a tourism destination and working ranch can host an abundant population of jaguars when accompanied by conservation agreements and conflict interventions. Our analytical model that combines conventional data collection with tourist sightings can be applied to other species that are observed during tourism activities. Entender los patrones demográficos de los grandes carnívoros al interior de paisajes antrópicos es fundamental para el diseño de estrategias de conservación efectivas. En el Neotrópico, el jaguar (Panthera onca) es una de estas especies cuyas tendencias poblacionales y tasas de supervivencia en paisajes productivos son desconocidas. Para entender mejor estas dinámicas, integramos nueve años de fototrampeo junto a fotos de turistas para estimar la densidad, supervivencia, abundancia y probabilidad de avistamiento de esta especie en una finca ganadera y destino turístico en Colombia. Entre 2014 y 2022 encontramos que la abundancia incrementó de cinco a 28 individuos y la densidad de 1.88 ± 0.87 jaguares/ 100 km 2 a 3.80 ± 1.08 jaguares/ 100 km 2. La probabilidad de avistamiento por turistas aumentó de 0% en 2014 a 40% en 2020 antes de la pandemia del Covid-19. Nuestros resultados presentan las primeras estimaciones robustas de abundancia y supervivencia de este felino en paisajes antrópicos dónde el manejo de sistemas productivos combinados con turismo e intervenciones para la mitigación del conflicto puede albergar poblaciones abundantes de jaguares, demostrando su importancia para la conservación de esta especie. Nuestro modelo, al combinar datos convencionales con avistamientos, podría ser aplicado a otras especies observadas durante actividades turísticas.
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Este artículo reseña el estado actual y las perspectivas de la ganadería bovina basada en ejemplares criollos en los diferentes países de America Latina. El estudio implicó una búsqueda electrónica dirigida y un sondeo por el método de bola de nieve. Como principales hallazgos se reportan el desconocimiento del inventario de bovinos criollos en la mayor parte de los países, así como avances en el fomento del cruzamiento de las razas criollas con las foráneas, que promueven las asociaciones de criadores de bovinos criollos que existen en el continente. Asimismo, se destaca los recientes aportes científicos que con ayuda de herramientas genómicas y de biotecnología reproductiva, contribuyen al posicionamiento de las razas criollas como elementos primordiales para la resiliencia y sostenibilidad de la actividad ganadera, esto ante diversas alteraciones en el entorno. Se concluye que es prioritario generar información técnico-económica formal de los hatos, así como mejorar el estado nutricional de los ganados y enfatizar los esfuerzos en el fomento de las razas criollas a nivel local, regional, nacional y continental con la integración de entidades académicas, investigativas, gremiales y gubernamentales.
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This article highlights historical aspects of the origin of Colombian Creole cattle, with an emphasis on Sanmartinero (SM) cattle, which developed in the foothills and altillanura of the Colombian Orinoquia region, thanks to the work of natural selection and the zootechnical effort of the Jesuits, in the seventeenth century, with cattle introduced by the Spanish in the fifteenth century. Aspects related to its recent history are presented from the beginning of its conservation in the Granja Iracá (San Martín, Meta) and its subsequent transfer to the Research Centers (CI) of the Colombian Agricultural Institute ICA, La Libertad, in the piedemonte llanero in Villavicencio (Meta) and Carimagua in the Colombian altillanura (Puerto Gaitán, Meta), centers that since 1994 have been in possession of the Colombian Corporation of Agricultural Research, AGROSAVIA. The main research results carried out in the CI La Libertad related to all biological and economic aspects of the conservation, characterization and use of the breed are summarized. Similarly, results of the use of the breed in cow­calf systems (meat) and dairy (dual purpose)are presentedin farmsofpure andcommercialbreeders. Their qualitiesandproductive skillsare described as purebred and in crossbreeds – heterosis – with other breeds, especially with commercial Cebu (C) type Brahman. Of all research experiences and positive results, especially of the adaptive characteristics – fertility, longevity, climate resistance, parasites and endemic diseases – and to their great combinatorial ability to produce heterosis it can be concluded that the SM is one of the best competitive and sustainable alternatives to improve the production, profitability and quality of the final product, mainly meat, of the cow­calf and dairy systems of the Colombian Orinoquia.
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While genetic diversity of threatened species is a major concern of conservation biologists, historic patterns of genetic variation are often unknown. A powerful approach to assess patterns and processes of genetic erosion is via ancient DNA techniques. Herein, we analyzed mtDNA from historical samples (1800s to present) of Andean Condors (Vultur gryphus) to investigate whether contemporary low genetic variability is the result of recent human expansion and persecution, and compared this genetic history to that of California condors (Gymnogyps californianus).We then explored historic demographies for both species via coalescent simulations. We found that Andean condors have lost at least 17% of their genetic variation in the early 20th century. Unlike California condors, however, low mtDNA diversity in the Andean condor was mostly ancient, before European arrival. However, we found that both condor species shared similar demographies in that population bottlenecks were recent and co‐occurred with the introduction of livestock to the Americas and the global collapse of marine mammals. Given the combined information on genetic and demographic processes, we suggest that the protection of key habitats should be targeted for conserving extant genetic diversity and facilitate the natural recolonization of lost territories, while nuclear genomic data should be used to inform translocation plans.
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Replacement beef heifers in extensive systems of the neotropical savannas of Colombia are low priority animals and are assigned to native savannas and low-quality pastures, with scarcely researched long-term consequences. The study pooled data from four contemporary grazing experiments to determine the effects of low growth rates of heifers on their lifetime production of liveweight gains (LWGs) per year and per hectare (ha) subject to different management strategies. Three growth rates were imposed on grazing heifers during the growing phase (i.e. nine-36 months of age) on Brachiaria humidicola pastures. Upon the end of the previous phase, animals were allocated to a B. humidicola paddock with a reduced stocking rate or introduced to a B. decumbens sward to allow compensatory LWGs during the breeding phase (i.e. cows plus weaned calves). Severely limited heifers allowed to make compensatory growth did not reach the outputs of better fed animals. Regardless of the strategy followed, high producing years tended to be followed by lower production in the following year. Comparison with reasonably fed breeding cows full-time on well-managed B. decumbens showed important and significant differences in favor of the more intensive system over the lifetime of the animals. Over the nine-year period, the systems’ beef output (i.e. weaned calves plus cows’ LWGs) ranged between 86 and 206 kg/ha/year and demonstrated that a wide array of low input management alternatives is feasible. Beef output increases if the LW of cull cows is considered, particularly if they are allowed a short period of fattening during the rainy reason on a low input pasture.
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España subvaloró la justa dimensión de Cristóbal Colón al ser considerado el mayor acontecimiento que revolucionó la cartografía y universalizó la geografía del planeta tierra, cuando casualmente encontró unas islas en su osadía de llegar al Asia vía Occidental, como lo sustenta el historiador Diego Luis Molinari. Nebenzhal a su vez interpreta “Su arriesgada decisión de navegar hacia Occidente para alcanzar el extremo Oriente pues la fundamentó en los conocimientos desarrollados y trasmitidos por científicos y filósofos en los quince siglos anteriores”. En el año 1499 los navegantes Américo Vespucio y Juan de la Cosa hicieron en la cartografía de las tierras descubiertas por Colón, por eso Vespucio comprobó que estas tierras no correspondían al Continente asiático, sino a las que denominó Nuevo Mundo, que para la posteridad fue el Continente americano.
Thesis
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Se integraron herramientas de ecología del paisaje, etnográfica y de estudios de vegetación para analizar el efecto del fuego en la estructura y composición de ésta en pastizales de sabana inundable. Inicialmente se estimó la presencia del fuego en la zona sobre imágenes de satélite Landsat de los años 1988, 2000 y 2004, sobre las cuales se cuantificó el área afectada por quemas en una ventana de estudio de 26.000 ha localizada entre los caños San Miguel y Duya en el municipio de Orocué. Posteriormente se estudió el manejo y apreciaciones de las quemas de sabana hecha por ganaderos e indígenas, quienes fueron entrevistados para describir y entender esta práctica. Finalmente, se realizó un estudio de caso sobre tres pastizales de sabana nativa los cuales fueron quemados simultáneamente. Teniendo en cuenta variables como el tiempo de reposo de quema y el régimen de pastoreo, cada pastizal fue discriminado de la siguiente forma: tratamiento sin pastoreo (SP), tratamiento con pastoreo ocasional (PO) y tratamiento con pastoreo continuo (PC). En estos escenarios se estudió la respuesta estructural y la composición de la vegetación durante la etapa temprana de sucesión, en una época de transición verano – invierno. Se encontró que el área quemada en las imágenes de 1988 – 2000 fue menor al 10% del total del área perteneciente a la ventana de estudio, representada por parches pequeños; para el 2004 correspondió al 25% y fue representado por parches grandes. Así mismo se concluyó que los ganaderos e indígenas manejan la quema de forma similar, aunque difieren en las apreciaciones del efecto del fuego en el ecosistema. A su vez, dependiendo los tiempos de quema y el nivel de pastoreo en la vegetación, se evidenció mayor equidad entre las especies y aumento de diversidad, particularmente en los tratamientos PO y PC, pero con menor cobertura y altura con relación al tratamiento SP.
San Juan de los Llanos, primera ciudad de los Llanos Orientales
  • J Avellaneda
Avellaneda, J. 1988. San Juan de los Llanos, primera ciudad de los Llanos Orientales. En: los Llanos: una historia sin fronteras. Academia de Historia del Meta.
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Camargo, G. 1990. Origen paleoindio de América y su proyección en los Llanos. Academia de historia de Arauca. Tomo I,35 -67.
El Libro De Los Bovinos Criollos De América. Colegio de Posgraduados
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De Alba, J. 2011. El Libro De Los Bovinos Criollos De América. Colegio de Posgraduados, Mexico.444p.
Apuntes para la historia de la ganadería bovina en los Llanos Orientales. En: Por los Caminos del Llano. Tomo II. Academia de Historia de Arauca
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Espinel, N. 1992. Apuntes para la historia de la ganadería bovina en los Llanos Orientales. En: Por los Caminos del Llano. Tomo II. Academia de Historia de Arauca, 303 -322.
Fundación de Puerto Rondón y Hatos Periféricos
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Huertas, H. 1975. Fundación de Puerto Rondón y Hatos Periféricos. Testimonios Inéditos.
Paisajes fisiográficos de Orinoquia y Amazonia de Colombia
  • Igac Instituto Geográfico Agustín Codazi
Instituto Geográfico Agustín Codazi, IGAC. 1999. Paisajes fisiográficos de Orinoquia y Amazonia de Colombia, Números 27 y 28.
Casanare y su Historia
  • A Martinez
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Ganado Sanmartinero, mas carne en los Llanos. Rev. Carta Ganadera
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Martinez, G. 1997.Ganado Sanmartinero, mas carne en los Llanos. Rev. Carta Ganadera, Banco Ganadero, 34: 4: 611.