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Economía patriarcal como estructura psíquica:algunas implicaciones

Authors:
Actas del Simposio
claudio naranjo,
dimensiones
de la única búsqueda
Madrid, 13, 14 y 15 de diciembre de 2013
Primera edición: septiembre de 2014.
Traducción: Miguel Portillo (del inglés), Esther Tejada (del italiano), Raquel Dias
(del portugués)
© Fundación Claudio Naranjo
© Ediciones La Llave, 2014
Fundación Claudio Naranjo
Zamora, 46-48, 6º 3ª
08005 Barcelona
Tel. +34 933092356
Fax +34 934141710
www.edicioneslallave.com
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www.fundacionclaudionaranjo.com
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ISBN: 978-84-16145-06-5
DL nº: B-19671-2014
Impreso en Bengar Gràfiques

Presentación, por Claudio Naranjo .....................................
Introducción, por Asunta de Hormaechea ............................. 
. La crítica social y la visión alternativa según Claudio
Naranjo, por Arno Vogel ............................................. 
. Economía patriarcal como estructura psíquica:
algunas implicaciones, por Federico Aguilera Klink .......... 
. En el crepúsculo del patriarcado: manifiesto por una
revolución antropológica de la acción política,
por Luca Cosci ........................................................... 
. La cultura de la transformación y la transformación de
la cultura: Claudio Naranjo y la evolución del potencial
humano, por Alfonso Montuori .................................... 
. La contribución de Claudio Naranjo a la psicoterapia,
por Maria Grazia Cecchini .......................................... 
. Gestalt viva, por Gerardo Ortiz .................................... 
. El pensamiento y la experiencia contraeducativa
de Claudio Naranjo, por Paolo Mottana ........................ 
. El desarrollo de las ideas de Claudio Naranjo en la
práctica educativa, por Fresia Poma .............................. 
. El espíritu dionisiaco en el trabajo de Claudio Naranjo,
por Riccardo Zerbetto .................................................. 
Claudio Naranjo
. Claudio Naranjo y el reencantamiento del mundo,
por David S. Flattery .................................................. 
. Psicotrópicos y ayahuasca, por Josep Maria Fàbregas ....... 
. La meditación de Claudio Naranjo a la luz de la
neurociencia, por Franco Fabbro .................................. 
. Religión y espiritualidad en Claudio Naranjo,
por Javier Esteban ...................................................... 
. Ensayos sobre hermenéutica musical,
por Fernando Palacios ................................................. 
. La investigación literaria del viaje del alma,
por Juan Carlos Corazza .............................................. 
. Algo acerca de la historia de mi trabajo,
por Claudio Naranjo .................................................. 

   
:  
por Federico Aguilera Klink
Seguid preguntando, nunca os canséis de preguntar, sin preocu-
paros demasiado de las respuestas.
Vosotros sabéis que yo no pretendo enseñaros nada, y que
solo me aplico a sacudir la inercia de vuestras almas, a arar el bar-
becho empedernido de vuestro pensamiento, a sembrar inquietu-
des.
Preguntadlo todo, como hacen los niños. ¿Por qué esto? ¿Por
qué lo otro? ¿Por qué lo de más allá?... Vosotros preguntad siem-
pre, sin que os detenga ni siquiera el aparente absurdo de vuestras
interrogaciones. Veréis que el absurdo es casi siempre una especia-
lidad de las respuestas.
A M, Juan de Mairena, .
Introducción: prohibido ver lo evidente
Vivimos en un contexto cultural en el que nos resulta muy difícil
ver y comprender lo que tenemos delante de nosotros; de hecho,
apenas lo vemos y comprendemos, pues gran parte de la educa-
ción nos prepara para no ver ni comprender, nos transmite una
estructura mental que se basa en un «prohibido ver lo evidente»
Claudio Naranjo

(como dice la pintada que aparece en un dibujo de El Roto), lo
que incluye, desde mi punto de vista, la prohibición de ver que
nos prohiben ver, con lo cual resulta que, al final, somos nosotros
los que tenemos la incapacidad o la dificultad de ver y de com-
prender una realidad que, al ser calificada por los expertos como
«compleja», se nos aleja de nuestra capacidad limitada de com-
prender.
Sin embargo, lo que ocurre es que esa prohibición de ver se
nos va construyendo a través de un proceso basado fundamental-
mente en la educación, es decir, no es tanto que la realidad sea
compleja (que podría serlo) sino que, además, se nos enseña a no
ver con claridad ni a hacernos las preguntas relevantes. No es
nada fácil abrir los ojos y convencerse de la existencia de alterna-
tivas factibles. De hecho, aprendemos a no ver (Goleman, ).
Por eso, entiendo que la cuestión clave es la de
las estructuras psicosociales del individuo contemporáneo, de la forma
como este actúa y se inserta en la sociedad, y de los comportamientos
que el funcionamiento de esta sociedad tiende a producir y reproducir.
(Castoriadis, , ).
En otras palabras, lo que me interesa y me preocupa es si po-
demos empezar a ver y comprender que
…el poder más grande es el de preformar a alguien de tal modo que
haga por sí mismo lo que se quería que hiciera sin necesidad de domi-
nación o de poder explícito. Conforma un conjunto de capacidades,
disposiciones y potencialidades que quedan incorporadas en nuestras
prácticas antes de que el sujeto pueda tomar conciencia de ellas… lo
que imposibilita (al menos de entrada) su cuestionamiento. La aten-
ción a este tipo de poder obliga a ampliar el terreno de la política y
asumir como tarea primordial la formación de los individuos autónomos.
(Castoriadis, , ) [La cursiva es mía].

Economía patriarcal
A lo anterior se añade el método de la inteligencia parcelada,
basada en la separación de las disciplinas para abordar una cues-
tión, que es necesario en determinados casos, pero que conduce a
resultados devastadores al ignorar o no explicitar las limitaciones
metodológicas y conceptuales de dicha parcelación, práctica ha-
bitual desde la infancia hasta la universidad.
La inteligencia parcelada destruye en embrión toda posibilidad de
comprensión y reflexión. Incapaz de enfocar el contexto y el complejo
planetario, la inteligencia ciega se vuelve inconsciente e irresponsable.
Se ha vuelto mortífera. (Morin, , ).
Y, efectivamente, es así. Esa inteligencia parcelada mortífera
queda incorporada como una práctica mental normal (capacida-
des, disposiciones y potencialidades) antes de que las personas po-
damos tomar conciencia de ella de manera que nos convertimos en
ella, es nuestra forma de pensar, somos así, olvidando que la hemos
aprendido y que podemos cuestionarla si no nos ayuda a compren-
der mejor la realidad. Esto no es una teoría, sino la experiencia que
uno va constatando como enseñante al verla en los estudiantes y,
por supuesto, en uno mismo. No hace falta decir que al aprender
inconscientemente estas prácticas o esquemas mentales, cuestio-
narlas es una tarea complicada porque la mayoría de las personas
no percibe que se estén cuestionando ideas sino que son esas perso-
nas las que son cuestionadas, tal es la identificación entre personas
y esquemas mentales. Esto significa que primero hay que empezar
por ver que se tienen esquemas mentales (que nos pueden servir o
no), que no es uno como persona el que es cuestionado y, final-
mente, que los esquemas aprendidos se pueden cuestionar.
En esta línea, el psicólogo y premio Nobel de economía Kah-
neman señala que las personas tenemos dos sistemas cerebrales, el
Claudio Naranjo

Sistema Uno y el Sistema Dos, calificando al Sistema Uno como
«sistema automático» y al Sistema Dos como
sistema consciente y racional que construye pensamientos y toma las
riendas anulando los irresponsables impulsos y asociaciones del Siste-
ma Uno. El Sistema Uno opera de manera rápida y automática, con
poco o ningún esfuerzo y sin sensación de control voluntario. El Siste-
ma Dos centra la atención en las actividades mentales esforzadas que
lo demandan, incluidos los cálculos complejos (…) y están a menudo
asociadas a la experiencia subjetiva de actuar, elegir y concentrarse.
(Kahneman, , ).
Además, pasamos el  del tiempo en el Sistema Uno y el
resto en el Sistema Dos, pero el problema adicional es que cuan-
do estamos en el Sistema Uno creemos, de manera infundada,
que estamos en el Sistema Dos, es decir, que estamos repitiendo
creencias aprendidas mientras creemos o estamos convencidos de
que estamos pensando por cuenta propia y siendo razonablemen-
te creativos. Pero hay mucho más:
…lo que llamamos educación no es más que una transmisión de infor-
mación destinada a que los estudiantes puedan pasar los exámenes que
constituirán el boleto de admisión al mercado de trabajo; y que tener a
la gente joven hora tras hora y año tras año en los colegios constituye,
además de una estafa (pues no hay correlación demostrada entre las
calificaciones escolares y la calidad profesional), un robo de vida que
interfiere con su desarrollo emocional y social; por no hablar de su
despertar espiritual, no reconocido hoy en día ni por el mundo acadé-
mico ni por el ambiente burocrático como una dimensión verdadera e
importante de la vida. (Naranjo, , ).
Estos son los mimbres psíquicos e intelectuales con los que se
configura a la persona que va a ser el sujeto disociado de una eco-
nomía y de una sociedad disociada.

Economía patriarcal
La economia disociada
Un excelente ejemplo de todo lo anterior lo tenemos en la econo-
mía que se enseña de manera habitual en la mayoría de las uni-
versidades. En contra de todas las evidencias y de la experiencia
propia que podamos tener sobre lo que es importante para los
seres humanos, la economía que se enseña está centrada en el ob-
jetivo del crecimiento económico, medido por el PIB (Producto
Interior Bruto), que es un indicador de velocidad pero no de di-
rección, así es que lo que cuenta no es si mejora o no la calidad de
vida de las personas sin deteriorar el medio ambiente, sino cuán-
to crece, calificando a ese crecimiento como bienestar. En conse-
cuencia, la economía se separa o disocia de la naturaleza (medio
ambiente), de la ética y de los valores morales, del propio ser hu-
mano, al que se convierte en «agente racional» (como consumi-
dor, empresario o trabajador), considerando que ser racional es
ser egoísta, prefiriendo siempre más a menos, maximizando los
beneficios monetarios privados e ignorando los costes sociales
que recaen sobre otras personas o la naturaleza, así como las con-
diciones de trabajo degradantes, el deterioro ambiental, la violen-
cia, etc. Por otro lado, esta economía disociada se centra en el
deseable papel del hipotético «mercado libre», es decir, sin reglas
—o con reglas que favorecen a los poderosos y que se consideran
como las más adecuadas para aumentar el PIB, sin que se cuestio-
ne la distribución ni los costes de ese crecimiento—, mientras
considera indeseable la regulación estatal, a la que se califica de
intervención intolerable si defiende al medio ambiente y los dere-
chos sociales. El poder como variable relevante tampoco se tiene
en cuenta, como si todas las personas tuviesen la misma capaci-
dad de influencia, ignorando deliberadamente que tener poder es
tener capacidad de fijar las reglas de juego, de cambiarlas durante
Claudio Naranjo

el partido y, además, de violarlas impunemente. Finalmente, es
una economía que se desentiende de e ignora a las personas y
países a los que explota para mantener el propio nivel de consu-
mo y el estilo de vida. (Cuadro ).
A pesar de críticas como las de Polanyi, para quien:
Hemos sido reducidos a la impotencia por la herencia de una econo-
mía de mercado que transmite concepciones simplistas sobre la fun-
ción y el papel del sistema económico en la sociedad (…) Para superar
tales doctrinas, que nublan nuestra mente y nuestro espíritu… es ne-
cesario reformar nuestra conciencia (…) El hombre es un ser social (y)
jamás fue tan egoísta como querría esta teoría… sus móviles económi-
cos jamás han constituído su único incentivo para trabajar (…) A pe-
sar de ello, nos ocupamos no de las motivaciones efectivas sino de las
motivaciones supuestas, no de la psicología sino de la ideología de la
actividad económica (…) Las concepciones de la naturaleza humana
se basan en la última y no en la primera. (Polanyi, , ).

LA ECONOMÍA SEPARADA-DISOCIADA
ECONOMIA COMO CRECIMIENTO
DEL PIB ETICA, SENTIMIENTOS, VALORES
ECONOMIA (SEPARADA DEL MEDIO
AMBIENTE) NATURALEZA
AGENTE RACIONAL
(CONSUMIDOR, EMPRESARIO,
TRABAJADOR)
SER HUMANO
EL MERCADO «LIBRE Y
AUTORREGULADO»
REGLAS DE JUEGO, MARCO
INSTITUCIONAL, PODER
«NOSOTROS» (NO HAY
INTERDEPENDENCIAS CAUSALES
ENTRE PAISES)
«ELLOS»
ECONOMIA COMO SISTEMA
CERRADO
ECONOMIA COMO SISTEMA
ABIERTO

Economía patriarcal
El eje central de todo este esquema disociativo y deshumani-
zado se encuentra en la idea del egoísmo, entendido como algo
consustancial a la naturaleza humana, lo que se nos ha repetido
hasta la saciedad mediante el aforismo según el cual «el hombre
es un lobo para el hombre», algo que es falso, puesto que el lobo
es el animal más cooperativo. Pero la idea se sigue repitiendo
como si fuera verdad, nos la creemos y la hacemos nuestra aun-
que nuestro comportamiento habitual no sea tal.
Este proverbio romano resume la visión asocial que continúa inspiran-
do al derecho, a la economía y a las ciencias políticas… Ser egoísta es
inevitable y necesario, pero solo hasta cierto punto… somos el pro-
ducto de fuerzas opuestas, como la doble necesidad de velar por los
intereses opuestos y la de congeniar. (De Waal, , ).
El resultado de esta visión asocial, que se enseña como si
fuera científica y acorde con la naturaleza humana y que se legiti-
ma en las universidades, es el disparate más absoluto. Además,
resulta que la realidad nos demuestra lo contrario, a saber, que:
Los homo sapiens están adaptados para actuar y pensar cooperativa-
mente. A partir del primer año de vida los niños ya muestran inclina-
ción por cooperar, no aprenden esa actitud de los adultos: es algo que
les nace. (Tomasello, )
¿Por qué no continuamos con esa inclinación innata? Porque
la educación que recibimos nos la desactiva, consciente o incons-
cientemente, adoctrinándonos con esquemas de competencia o
de lucha. Esto es lo que sugiere Damasio:
…los seres humanos poseen mecanismos innatos… que son la base
probable de algunas estructuras éticas. Sin embargo, las convenciones
sociales y las estructuras éticas más complicadas por las que vivimos
Claudio Naranjo

han de haber surgido culturalmente y haberse transmitido de la misma
manera. (Damasio, , ).
Y al haber sido aprendidas, parecen tener más legitimidad
que las estructuras innatas a pesar de que sintamos que no somos
como nos hacen creer que somos. Nos enajenan de nosotros mis-
mos, nos alejan de nosotros y nos hacen desconfiar y dudar de
nuestras percepciones genuinas.
Por otro lado, y frente a ese esquema de disociación, la eco-
nomía ecológica plantea una representación mucho más adecua-
da para tratar de entender la realidad en la que vivimos. Se trata-
ría de la Economía Integrada, por oposición a la Economía
Disociada, en la que las actividades llamadas económicas serían
solamente un subconjunto de actividades sometidas al Marco
Institucional o Reglas de Juego, de manera que hicieran posible
su adaptación o integración en el Medio Ambiente o, simple-
mente, Naturaleza. Este esquema refleja con claridad que la cues-
tión fundamental consiste en plantearse qué economía y qué so-
ciedad pueden ser compatibles con las leyes físicas y biológicas
que rigen en este planeta y que, en consecuencia, estén al servicio
del ser humano, sean democráticas de verdad y no deterioren al
medio ambiente.
Esta es una propuesta sabia cuyo objetivo es el de repensar la
economía que surge de la propia universidad —René Passet, uno
de los pioneros de esta perspectiva, fue profesor de economía en
La Sorbona— y que está encontrando mucha oposición y difi-
cultades por parte de los propios profesores, pues la consideran
como poco «científica». Parece que eso de tratar de reconocer que
la economía depende de la naturaleza no es considerado como
algo científico. Hemos perdido la conciencia de nuestra depen-
dencia de la naturaleza, según Goethe, y además:

Economía patriarcal
 
 
René Passet. L'économique et le vivant.1979
Hay, sobre todo, una resistencia del establishment mandarinal/univer-
sitario al pensamiento transdisciplinario tan formidable como lo fue el
de la Sorbona del siglo XII al desarrollo de las ciencias. (Morin, ,
)
Todo esto da una idea de lo que podemos esperar de la uni-
versidad en relación con el cambio de los esquemas mentales ob-
soletos.
Paradójicamente, el esquema y vivencia de la economía inte-
grada está muy vivo, aunque también muy amenazado, en un
contexto cultural que la mayoría de occidentales consideran atra-
sado en cuanto a logros materiales, pero que está más relacionado
de manera inevitable con la propia naturaleza y que asume que
depende naturalmente de ella, pues vive gracias a ella. No es una
cuestión intelectual, en el sentido de que se llegue a ella tras una
serie de investigaciones intelectuales y experimentales que lo de-
muestren o que lo rechacen, sino que es una constatación
Claudio Naranjo

cotidiana que se renueva día tras día desde hace miles de años y
que entiende que no hay otra opción. Me refiero al esquema de la
Cosmovisión Andina que han elaborado, también en una univer-
sidad, en este caso la de Cochabamba en Bolivia, prestando aten-
ción a las prácticas habituales de los campesinos del altiplano. La
diferencia es importante: en el primer caso es más un trabajo in-
telectual desarrollado por una persona sabia y sensible, mientras
que en el segundo caso nos encontramos con personas, también
sabias y sensibles, pero con la humildad de reconocer que están
aprendiendo mucho de los campesinos.
 
 
http://www.agruco.org/agruco/

Economía patriarcal
Mucho tenemos que evolucionar todavía en Occidente para
poder expresar en ambientes universitarios académicos un esque-
ma de entendimiento como el de la Cosmovisión Andina, en el
que se habla con naturalidad o normalidad de Vida Espiritual al
mismo nivel que la Vida Material y la Social, sin que se nos tache
de poco científicos.
Implicaciones de la disociación: mente patriarcal
y economía patriarcal
La consecuencia más relevante de la economía disociada es la in-
capacidad de entender, puesto que no podemos relacionar las
cuestiones, quedando estas aisladas sin conexión con sus causas
reales.
La memoria del Norte se divorcia de la memoria del Sur. La acumula-
ción se desvincula del vaciamiento. La opulencia no tiene nada que ver
con el despojo. La memoria rota nos hace creer que la riqueza es ino-
cente de la pobreza, que vienen de la eternidad y que así son las cosas.
(Galeano, , ).
Esto nos lleva a comprender que la economía no enseña
solo conocimientos técnicos o disciplinarios sino, funda-
mentalmente, esquemas psíquicos que legitiman una visión y
un comportamiento. Así, el esquema disociativo nos aleja de la
realidad impidiendo su comprensión (ética, naturaleza,
mercado, poder… etc) y, a la vez, legitima y convierte en nor-
mal esa mirada aunque vaya, directa o indirectamente, contra
nosotros mismos.
Claudio Naranjo considera que es un análisis incompleto…
Claudio Naranjo

…el que solo mira a la organización de la sociedad sin tener en cuenta
que la sociedad patriarcal existe en interdependencia con la mente pa-
triarcal: una forma de organización psíquica, que refleja y perpetúa el
dominio masculino en la sociedad, y que da prioridad a la agresión
sobre la ternura, a la competición sobre la colaboración, a la explota-
ción sobre el cultivo; y en la que milenios de dominio del padre en la
familia han resultado en el reemplazo de los sanos vínculos fraternales
por vínculos de obediencia y dependencia por parte de personas cróni-
camente infantilizadas. (Naranjo, , ). [La cursiva es mía].
Volvemos, de alguna manera, a la cuestión clave, la estructu-
ra psicosocial o la organización psíquica de las personas, recibida
a través de la educación bajo la forma de supuestos conocimien-
tos, que nos impide realizarnos como personas, nos enajena, y
nos convierte en personas crónicamente infantilizadas, es decir,
preparadas para obedecer. De hecho, es Erich Fromm el que se
preguntaba, ¡en !, ¿qué clase de hombre requiere esta socie-
dad para funcionar bien? Y su respuesta era:
Hombres que cooperen dócilmente en grupos numerosos, que de-
seen consumir más y más, y cuyos gustos estén estandarizados y pue-
dan ser fácilmente influidos y anticipados. Hombres que se sientan
libres e independientes y que estén dispuestos a ser mandados, a en-
cajar sin roces en la máquina social. Que puedan ser guiados sin fuer-
za, conducidos sin líderes, impulsados sin meta, salvo la de conti-
nuar en movimiento, de funcionar, de avanzar. Es el hombre
enajenado, en el sentido de que sus acciones y sus propias fuerzas se
han convertido en algo ajeno, que ya no le pertenecen. (Fromm,
, : -) .
Y este tipo de personas es el que mayoritariamente mantiene,
consciente o inconscientemente, esta sociedad patriarcal viendo
y viviendo como si fuera normal lo que no es nada más que una
sociedad «patológicamente normal», de acuerdo con Fromm.

Economía patriarcal
Naranjo () hace una descripción muy clara de esta socie-
dad y economía patológicas destacando cuatro aspectos clave. La
violencia, distinguiendo entre el poder explotador y el poder repre-
sivo. El autoritarismo, entendido como la fe en el sistema jerárqui-
co. El statu quo, considerado como inercia, pereza psíquica o resis-
tencia a mirarse a uno mismo, ser conformista obediente y sumiso.
Y, finalmente, la comercialización de la vida o la aceptación de que
la única motivación es la monetaria. Todo lo cual configura unas
personas empobrecidas intelectual y psíquicamente y, para la ma-
yoría de la población, un empobrecimiento material.
La enseñanza de la economía patológica: entre la disecación y el
aprendizaje de perder el juicio1
La consolidación de esta economía patológica no es ajena al
fraude intelectual que se practica habitualmente en la universi-
dad, consciente o inconscientemente, y al éxito que tiene la edu-
cación de la organización psíquica de la mente patriarcal como si
fuera una transmisión objetiva de conocimientos. Mi duda, des-
de hace ya bastante tiempo, es: ¿qué es lo que hace que uno se
plantee preguntas diferentes y empiece a ver esa estructura psí-
quica si viene, también, de una educación y una sociedad pa-
triarcal? Porque responder adecuadamente a esta cuestión ayu-
daría a tratar de despertar de esta situación, a mirarla con más
claridad y, en definitiva, a intentar cambiarla, sin despreciar el
enorme poder de las personas que, consciente y deliberadamen-
te, mantienen y refuerzan esta sociedad, economía y mente pa-
triarcal. Quizás la respuesta esté en reconocer la pereza psíquica
. Este apartado está basado en un trabajo anterior. Aguilera ().
Claudio Naranjo

y en empezar a sacudírsela pero, de nuevo, vuelve la pregunta:
¿por qué unos sí y otros no, si en general todos venimos de la
misma educación enajenadora?
No tengo una respuesta clara pero, en cualquier caso, mi
propia experiencia pasa por lo que considero una decisión origi-
nal y autónoma, es decir, desobediente, porque la sentía como
una necesidad, consistente en empezar a leer textos originales de
autores aprendidos vía apuntes. Esta decisión fue revolucionaria,
pues me permitió empezar a ver el fraude de pensamiento que me
habían transmitido y pude empezar a disfrutar de una mirada
propia, la que yo me iba construyendo no con los apuntes o resú-
menes de los profesores (preparados para ser repetidos y apro-
bar), sino con mis propias lecturas que me permitían compren-
der y comprenderme mejor, cambiar las preguntas, ampliar
continuamente mi curiosidad, profundizar y, en definitiva, em-
pezar a ensanchar mi horizonte intelectual y psíquico de manera
totalmente insospechada. Era como volver a sentirse niño y ver
que no hay límites para preguntar, pues todo interesa. Esta acti-
tud coincide plenamente con la que refleja El Roto en dos de sus
dibujos que habitualmente uso para mostrar los efectos de la edu-
cación y de la adaptación al mundo de los «adultos». El primer
dibujo muestra a una madre con su niño en brazos que le dice:
«Mamá, no me lleves al colegio que allí nos disecan». El segundo
dibujo va en sentido contrario: es una madre con su hijo en el
regazo mirando hacia el futuro, pero ahora es la madre la que le
dice al hijo: «Para comprender a los adultos, tendrás que esperar a
hacerte mayor y perder el juicio». Pues bien, lo que ocurre en las
facultades de economía, como me imagino que ocurre en el resto
de la universidad, se mueve entre la disecación y el aprendizaje de
perder el juicio. En palabras de Kapp (), se crean unos «há-
bitos de pensamiento institucionalizados» totalmente estériles

Economía patriarcal
pero funcionales al mantenimiento de esta sociedad patológica.
Afortunadamente, siempre hay algún profesor que, de manera
inesperada, llega a los estudiantes o a algunos de ellos y desenca-
dena el inicio de un cambio en la manera de ver y de pensar.
Al contrario de lo que se enseña y se repite continuamente
por parte de los poderosos y los ignorantes, con frecuencia de
manera interesada, Adam Smith no era precisamente un obseso
de los supuestos mercados libres, es decir, sin reglas, sino todo lo
contrario, pues consideraba necesarias esas reglas para proteger a
los ciudadanos de los abusos de los poderosos. Tampoco defen-
día el egoísmo sin trabas, tal y como se nos cuenta, sino el interés
individual siempre que no fuera contra los demás y acatase las
leyes de la justicia.
La sociedad puede mantenerse sin beneficiencia, aunque no es la situa-
ción más confortable; pero si prevalece la injusticia, su destrucción
será completa (…) La beneficiencia… es el adorno que embellece el
edificio… La justicia, en cambio, es el pilar fundamental en el que se
apoya todo el edificio. Si desaparece, entonces el inmenso tejido de la
sociedad humana… en un momento será pulverizada en átomos.
(Smith, , , -).
No se está refiriendo a los tribunales de justicia, sino a la exis-
tencia de una economía que incorpore prácticas justas y que esté
orientada al bien común. Por eso insistía, a su vez, en la integra-
ción del hombre en la naturaleza, no en ignorarla ni en ir contra
ella.
El hombre, según los estoicos, debe considerarse a sí mismo no como
algo separado y distinto, sino como un ciudadano del mundo, miem-
bro de la vasta comunidad de la naturaleza. En interés de esta amplia
comunidad él debe estar constantemente dispuesto a sacrificar su re-
ducido interés personal. Cualquier cosa que le concierna no debe afec-
Claudio Naranjo

tarlo más que cualquier otra cosa que concierna a otra parte igualmen-
te importante de ese inmenso sistema» (Smith, , , ).
Pero, ¿cómo sabe el hombre esto, o cómo puede entender el
hombre su propia condición? A través de la conciencia.
¿Qué es lo que impele a los generosos siempre y a los mezquinos
muchas veces a sacrificar sus propios intereses a los intereses más
importantes de otros? No es el apagado poder del humanitarismo, no
es el tenue destello de la benevolencia que la naturaleza ha encendido
en el corazón humano lo que es así capaz de contrarrestar los impulsos
más poderosos del amor propio. Lo que se ejercita en tales ocasiones es
un poder más fuerte, una motivación más enérgica. Es la razón, el
principio, la conciencia, el habitante del pecho, el hombre interior, el
ilustre juez y árbitro de nuestra conducta. (Smith, , , ).
Entiendo que estas citas son más que relevantes para animar
a los lectores a profundizar en la lectura original de este autor,
pues encontrarán reflexiones y juicios muy lúcidos sobre el ser
humano, la ética y el poder, entre otros temas.
De igual manera, un texto poco conocido entre los econo-
mistas es el de los Manuscritos económico-filosóficos de 1844, de
Marx. Me interesa destacar especialmente su protesta por la des-
humanización del ser humano, su enajenación, entendida por él
como una «existencia sin esencia», al ser considerado y transfor-
mado por la economía política y por el capitalismo en mercancía
(trabajo sin sentido) a la que se le crean continuamente necesida-
des artificiales ignorando la auténtica esencia espiritual de ese ser
humano.
Porque el trabajo, la actividad vital, la vida productiva, aparecen ahora
ante el hombre únicamente como medios para la satisfacción de una
necesidad, la necesidad de mantener su existencia física. La vida

Economía patriarcal
productiva es, sin embargo, vida de la especie. Es la vida que crea vida.
En el tipo de actividad vital reside todo el carácter de una especie…y la
actividad libre, consciente, es el carácter de los seres humanos como
especie. (Marx, , , ). [Cursiva en el original].
Pero, frente a este ser libre y consciente,
La propiedad privada nos ha hecho tan estúpidos y parciales que un
objeto es solo nuestro cuando lo poseemos, cuando existe para nosotros
como capital o cuando es directamente comido, bebido, usado como
vestido, habitado, etc., es decir, utilizado de alguna manera (…) Así,
todos los sentidos físicos e intelectuales han sido sustituídos por la
simple enajenación de todos estos sentidos: el sentido del tener. El ser
humano tenía que ser reducido a esta absoluta pobreza para poder dar
origen a toda su riqueza interior. (Marx, , , ). [Cursiva
en el original].
Para Erich Fromm, que escribió una excelente introducción
a la edición que manejo de los Manuscritos, y que da nombre al
conjunto del libro titulado Marx y su concepto del hombre,
El fin de Marx era la emancipación espiritual del hombre, su libera-
ción de las cadenas del determinismo económico, su restitución a su
totalidad humana, el encuentro de una unidad y armonía entre sus se-
mejantes y con la naturaleza (…) Es precisamente la ceguera del pen-
samiento consciente del hombre lo que le impide tener conciencia de
sus verdaderas necesidades humanas y de los ideales arraigados en ellas.
Solo si la conciencia falsa se transforma en conciencia verdadera, es
decir, solo si tenemos conciencia de la realidad, en vez de deformarla
mediante racionalizaciones y ficciones, podemos cobrar conciencia
también de nuestras necesidades humanas reales y verdaderas.
(Fromm, , -).
¿Y cómo puede el hombre transformar esa conciencia? Ha-
ciéndose productivo en el sentido de relacionarse con el mundo
para entenderlo y entenderse.
Claudio Naranjo

Para Spinoza, Goethe, Hegel y Marx, el hombre vive solo en tanto que
es productivo, en tanto que capta al mundo que está fuera de él en el acto
de expresar sus propias capacidades humanas específicas y de captar al
mundo con estas capacidades (…) En este proceso productivo, el hom-
bre realiza su propia esencia, vuelve a su propia esencia, que en el lengua-
je teológico no es otra cosa que su vuelta a Dios. (Fromm, , ).
Me parece muy interesante señalar que esa idea del hombre
productivo (vivo) frente al hombre pasivo también se encuentra
en Smith que opone el «agente» al «paciente», como luego haría
Sen dándole una gran relevancia a esta distinción en su noción de
desarrollo como libertad, es decir, como creatividad esencial del
ser humano (Sen, ). ¿Qué es lo que ha pasado para que ni
Smith ni Marx sean siempre conocidos por lo que escribieron?
En mi opinión, que no se les lee.
Se puede afirmar que en ambos casos asistimos a una cues-
tión de malinterpretación deliberada y malintencionada o, si se
prefiere, a una falsificación en toda regla de lo que se ha conside-
rado que era el núcleo de sus escritos, algo bastante habitual en
ciencias sociales y, además, fácil de constatar a poco que uno se
tome la molestia de leer los textos originales y contrastarlos con
las versiones que se divulgan de ellos. El problema es que en las
facultades de economía se suelen leer pocos textos originales y se
divulgan muchos tópicos-etiquetas, de ahí que la malinterpreta-
ción, con frecuencia basada en la ignorancia, afecte a muchos au-
tores. Naredo, refiriéndose entre otros a Pareto y Cournot, señala
que «…se ha tomado de su pensamiento aquello que venía bien
para afianzar o ampliar el edificio de la ciencia económica esta-
blecida, haciendo caso omiso de otras consideraciones suyas que
trascendían dicho campo o evidenciaban lo limitado del mismo»
(Naredo, 1987, 323), lo que muestra la práctica habitual de la
malinterpretación y de una lectura sesgada en toda regla.

Economía patriarcal
Por ejemplo, el primer apartado de la introducción escrita
por Fromm se titula «La falsificación de las concepciones en
Marx», y empieza así: «Una de las ironías peculiares de la historia
es que no haya límites para el malentendimiento y la deforma-
ción de las teorías, aun en una época donde hay acceso ilimitado
a la fuentes» (Fromm, , ), poniendo de ejemplo lo que ha
ocurrido con Marx. Para Fromm, Marx tiene un componente
espiritual o místico que es totalmente incompatible con la ver-
sión materialista que se ha difundido de él. De hecho, señala la
«ironía existente en el hecho de que la descripción que se hace del
propósito y de su visión del socialismo corresponda casi exacta-
mente a la realidad de la sociedad capitalista occidental de nues-
tros días». (Fromm, , ).
Pero esa malinterpretación también ha ocurrido con Smith:
La mala interpretación de la completa actitud de Smith respecto a la
motivación y a los mercados, y el abandono de sus analistas de los sen-
timientos y del comportamiento, se ajusta muy bien al distanciamien-
to de la economía y de la ética que se ha producido en el desarrollo de
la economía moderna (…) El apoyo que los seguidores y los partida-
rios del comportamiento egoísta han buscado en Adam Smith es difí-
cil de encontrar en una lectura más profunda y menos sesgada de su
obra (…) es precisamente la reducción de la amplia visión smitheana de
los seres humanos, lo que puede considerarse como una de las mayores
deficiencias de la teoría económica contemporánea. Este empobreci-
miento se encuentra íntimamente relacionado con el distanciamiento
de la economía y de la ética. (Sen, , -). [La cursiva es mía].
[Véase también Casassas, ].
Este proceso de malinterpretación deliberada conduce, en
general, a la construcción de unas ideas esquemáticas que
empobrecen la visión del ser humano y, en consecuencia, a consi-
derar como válida esa deshumanización que, poco a poco, fue
Claudio Naranjo

consolidándose hasta convertirse en una especie de adoctrina-
miento económico que forma parte de la enseñanza habitual y
legitimada de la economía, a pesar de las advertencias tan lúcidas
como ignoradas de algunos economistas.
Así, en La enseñanza de la economía, escrito en , Joan
Robinson expresa sus dudas sobre la honestidad de su trabajo
como profesora de economía en Cambridge y sobre lo que apren-
den realmente los estudiantes, con una agudeza psicológica que
llama la atención:
Llevo muchos años trabajando como profesora de economía teórica.
Quisiera creer que me gano honradamente la vida, pero con frecuencia
me asaltan dudas (…) Aquellos cuyo único interés reside en superar
los exámenes, aprenden pronto que el truco consiste en decir lo que de
ellos se espera; en no preguntarse qué significa lo que están diciendo (por-
que tal cosa resulta desconcertante y arriesgada y puede restar puntos)
(…) El que solo persigue pasar los exámenes se convierte a su debido
tiempo en examinador y por aquel entonces ya ha perdido cualquier
duda que pudiera haber albergado algún día. Ha llegado a creer que la
educación realmente consiste en eso. Y así se va perpetuando el siste-
ma. (Robinson, , ) [La cursiva es mía].
Años más tarde, en , insiste en que:
La economía es una rama de la teología. ¿Cómo se ha logrado hacer
aceptar a varias generaciones de estudiantes estos conjuros sin sentido?
La mayoría de los estudiantes no comprenden de qué va la cosa; pien-
san que tal vez no sean lo suficientemente inteligentes para entenderlo
y se callan. Pero los inteligentes aprenden el truco; empiezan a tener un
interés en creer que han aprendido algo importante. Dedicarán el resto
de sus vidas a enseñarlo a nuevas generaciones. Así se va perpetuando
el sistema (pero) los estudiantes no pueden desperdiciar unos años
preciosos aprendiendo solo a recitar conjuros. (Robinson, , -
) [La cursiva es mía].

Economía patriarcal
Y finalmente, en , afirma:
Durante los últimos cien años, la doctrina académica (…) ha hecho
más para desviar la atención de los verdaderos mecanismos de la eco-
nomía capitalista que para aclararlos. (Robinson, , ).
La idea de deshumanización no abarca solo el contenido de
lo que se estudia sino también la influencia en la actitud psico-
lógica de los estudiantes que acaban por jugar a creer que han
aprendido. En este sentido, las pinceladas psicológicas sobre los
estudiantes, fruto de su propia observación, son muy relevan-
tes, pues todo estudiante necesita creer que el esfuerzo dedicado
a estudiar/aprender/aprobar unas materias y unas lógicas tiene
que servir para algo, aunque solo sea para salir de la universidad
y/o convertirse en profesor sin preguntarse qué significan esas
lógicas y así perpetuar el sistema de desviar la atención. Pero las
quejas siguen siendo importantes y desatendidas, tal y como
ocurre con la reflexión más reciente de Morin (2001) sobre la
necesidad de aplicar el «diezmo epistemológico» en la Universi-
dad, es decir, de dedicar el  del presupuesto a preguntarse:
¿qué estamos haciendo en la Universidad? Galbraith es otro
economista que prestó gran atención al problema de la ense-
ñanza de la economía en un intento de que se fuera más cons-
ciente de lo que se enseña en lugar de seguir desviando la aten-
ción o camuflando la realidad.
Cuando la corporación moderna adquiere poder sobre los mercados,
poder sobre la comunidad y poder sobre las creencias, pasa a ser un
instrumento político, diferente en forma y en grado, pero no en esen-
cia, del Estado mismo. Sostener algo contrario es más que evadirse de
la realidad. Es disfrazar esta realidad: las víctimas de este encubrimien-
to son los estudiantes a los que formamos en el error. Los beneficiarios
son las instituciones cuyo poder disfrazamos de esta manera. No
Claudio Naranjo

puede haber duda: la economía, tal como se la enseña, se convierte,
por más inconscientemente que sea, en una parte de la maquinaria
mediante la cual se impide al ciudadano o al estudiante ver de qué
manera está siendo gobernado o habrá de estarlo. (Galbraith, ,
).
Y años después, en , el premio Nobel de economía
Wasily Leontief escribió un breve artículo titulado «Economía
académica», entendiendo por tal el «núcleo de la enseñanza (de la
economía) de licenciatura y posgrado en EE.UU» (Leontief,
, ). El citado artículo es una queja contra la irrelevancia de
la economía que se enseña en la universidad, contra su aislamien-
to de la realidad y contra la disciplina militar que se practica
como método pedagógico para evitar que los profesores jóvenes
se planteen otras preguntas.
Las revistas económicas especializadas están llenas, página tras página,
de fórmulas matemáticas que conducen al lector desde diversos su-
puestos más o menos plausibles, pero totalmente arbitrarios, hasta
conclusiones enfáticamente presentadas pero teóricamente irrelevan-
tes. Nadie comenta la aversión que tiene la inmensa mayoría de los
economistas académicos actuales al estudio empírico sistemático, ni
los trucos metodológicos que emplean para evitar el uso de informa-
ción concreta basada en hechos. (, ).
Y concluye, con tono amargo y decepcionado, preguntán-
dose:
¿Cuánto tiempo van a seguir los investigadores que trabajan en campos
afines, como la demografía, la sociología y la ciencia política, por un
lado, y la ecología, la biología, las ciencias de la salud, la ingeniería, y
otras ciencias naturales aplicadas, por el otro, sin manifestar sus serias
preocupaciones sobre el estado de equilibrio estable y estacionario y el
espléndido aislamiento en el que la economía académica se encuentra?

Economía patriarcal
Este estado es probable que se mantenga mientras los miembros de los
principales departamentos de economía continúen ejerciendo un es-
trecho control sobre la formación, la promoción y la investigación de
los profesores más jóvenes, así como a través de los evaluadores cientí-
ficos sobre el resto de los profesores. Los métodos utilizados para man-
tener la disciplina intelectual en los departamentos de Economía más
influyentes de las universidades estadounidenses pueden, a veces, re-
cordar a los usados por los marines para mantener la disciplina en Pa-
rris Island. (Leontief, , ).
Esta crítica ni es nueva ni es la última realizada desde dentro
de la profesión por parte de economistas destacados. Más recien-
temente, Coase, también premio Nobel de economía, insistió en
una crítica similar () y Galbraith, en lo que algunos conside-
ran como su testamento económico, retoma y amplía algunas de
las ideas sobre las que ya había escrito anteriormente para presen-
tar un diagnóstico lúcido y contundente sobre la economía que
se enseña y sobre cómo se nos enseña a todos a no ver que la eco-
nomía es un fraude, inocente, en el sentido de que:
…quienes participan en él no lo reconocen explícitamente como tal
(…) Una parte de este fraude es consecuencia de la economía tradicio-
nal y la manera en que esta se enseña, otra tiene su origen en concep-
ciones rituales de la vida económica. Estas últimas pueden apoyar con
claridad intereses individuales y colectivos y, en particular, como ca-
bría esperar, los de los miembros más afortunados, mejor relacionados
y políticamente destacados de la comunidad, y pueden adquirir la res-
petabilidad y la autoridad del conocimiento cotidiano. De esta forma,
determinado punto de vista sobre la vida económica no aparece como
creación de un individuo o de un grupo en particular sino como algo
natural e incluso justo. (Galbraith, , -).
Pero sigue siendo un fraude. Hablar de sistema de mercado
en lugar de capitalismo,
Claudio Naranjo

…carece de sentido; es una fórmula errónea, insípida, complaciente
(…) Hoy se cree que las empresas y los capitalistas particulares carecen
de poder; y el hecho de que el mercado esté sujeto a una dirección
corporativa hábil y completa ni siquiera se menciona en la mayor parte
de los cursos de economía. En esto reside el fraude. (Galbraith, ,
-) .
Hay muchos más fraudes que Galbraith va desgranando capí-
tulo tras capítulo y que se siguen enseñando como algo científico.
Contrasta, en cualquier caso, la divulgación interesada de esa
economía en la que el poder no tiene apenas lugar con las obser-
vaciones que ya hacía Adam Smith incorporando plenamente
este tema sin el que era imposible comprender la economía de su
tiempo. De hecho, Smith tenía una gran prevención hacia los
empresarios que vivían de los beneficios del capital, es decir, los
comerciantes y los fabricantes, si bien los consideraba más inteli-
gentes —«acuidad mental», dice él— que los terratenientes que
viven de la renta de la tierra, a los que califica de indolentes.
Los intereses de quienes trafican en ciertos ramos del comercio o de las
manufacturas (…) no solo son diferentes sino por completo opuestos
al bien público. El interés del comerciante consiste siempre en ampliar
el mercado y restringir la competencia. La ampliación del mercado
suele coincidir, por regla general, con el interés del público; pero la li-
mitación de la competencia redunda siempre en su perjuicio, y solo
sirve para que los comerciantes, al elevar sus beneficios por encima del
nivel natural, impongan, en beneficio propio, una contribución absur-
da sobre el resto de los ciudadanos. Cualquier propuesta de una nueva
ley o regulación comercial que venga de esta categoría de personas
debe siempre ser considerada con la máxima precaución, y nunca debe
ser adoptada sino después de una investigación prolongada y cuidado-
sa, desarrollada no solo con la atención más escrupulosa, sino también
con el máximo recelo. Porque provendrá de una clase de hombres cu-
yos intereses nunca coinciden exactamente con los de la sociedad, que
tienen generalmente un interés en engañar e incluso oprimir a la

Economía patriarcal
comunidad, y que de hecho la han engañado y oprimido en numero-
sas oportunidades. (Smith, , , ) .
Lo interesante es que estas críticas son sistemáticamente ig-
noradas y se sigue manteniendo, en esencia, el mismo núcleo teó-
rico de la enseñanza de la licenciatura y de posgrado. Este com-
portamiento, consistente en negar la evidencia empírica
manteniendo sin cambiar la misma teoría, ha sido considerado
como un comportamiento delirante:
…los «economistas» han producido un discurso propio que «explica»
lo que sucede en unos términos idiosincrásicos y tiene la característica
peculiar de no modificarse aunque sus predicciones no se cumplan o
los hechos parezcan desmentirlo. Los profesionales de la salud mental
trabajamos con personas que mantienen discursos con características
semejantes. (Fernández Liria, )
Y es importante no perder de vista que ese comportamiento
se enseña como actitud y como lógica habitual en las facultades
de economía de todo el mundo. Ver también Pigem ( y
 a).
Entiendo que Leontief hace un diagnóstico que muestra
muy acertadamente tres de los principales problemas que sigue
manteniendo la economía académica y que son: a) su aislamiento
o enajenación de las demás disciplinas, su separación, b) su insis-
tencia en la obediencia o en la sumisión como método, y c) su
irrelevancia. La combinación del aislamiento, la sumisión y la
irrelevancia es totalmente empobrecedora para el estudiante,
tanto desde el punto de vista intelectual como desde el punto de
vista psíquico, pues lo enajena de la realidad y de sí mismo, es
decir, lo deshumaniza. La realidad es que esa obediencia, ese ais-
lamiento y ese comportamiento delirante han ido llevando a la
Claudio Naranjo

economía académica a enajenarse cada vez más, es decir, a sepa-
rarse o disociarse del ser humano, de la ética, de los sentimientos
y de los valores, de la naturaleza, del mercado como construcción
humana sometida a reglas, del poder, del «nosotros», como si
nuestro estilo de vida fuera independiente del estilo de vida de
otras personas y países («ellos») y, en definitiva, del objeto que,
supuestamente, pretende estudiar y comprender.
Una reflexión final sugiere, de acuerdo con los autores ante-
riores, que hay un componente psíquico fundamental entre los
futuros profesores para aceptar estratégicamente (aunque también
puede ser inconsciente hasta un cierto punto) la sumisión y creer
que lo que están aprendiendo es conocimiento y no ideología o
creencias, es decir, que se acepta deliberadamente la sumisión para
adaptarse y ser reconocido como profesor universitario. «Humí-
llate y te ascenderán», dice un personaje de El Roto a un hombre
«caído y perplejo», y por ahí se orienta gran parte de la educación.
Vicenç Navarro cita el caso de Alan Budd, un asesor de Thatcher
que reconoció que «era necesario utilizar este tipo de terminología
para ocultar los objetivos reales. Decía este personaje, Alan Budd,
que es muy, pero que muy necesario, que crezca el desempleo,
pues este es un objetivo muy deseado a fin de debilitar a la clase
trabajadora y así favorecer a los propietarios del capital».
Una economía basada en la violencia
Si la enseñanza de la economía impide entender la propia econo-
mía que se estudia, si la violencia se aplica habitualmente como
.http://blogs.publico.es/dominiopublico//la-ideologia-que-reprodu-
cen-las-ciencias-economicas

Economía patriarcal
método en la propia enseñanza de la economía, como indica
Leontief, y si, además, el contenido de lo que se enseña descansa
sobre el fraude, no tiene por qué extrañarnos que la práctica de la
economía descanse sobre la violencia (que se disfraza y legitima
convenientemente), en lugar del supuesto comportamiento de
unos «mercados» razonablemente competitivos. De hecho, uno
de los mayores fraudes que se cometen tiene como protagonista
al lenguaje puesto que en lugar de ayudar a entender lo que ocu-
rre sirve, fundamentalmente, para ocultarlo.
Uno de los signos de una civilización sana es la existencia de un len-
guaje claro, que funcione como medio de comunicación útil, permite
comprender la realidad… El síntoma de una civilización enferma es el
desarrollo de un lenguaje hermético y oscuro que impide la comunica-
ción, lenguaje vinculado al poder. (Ralston, , ).
Por eso, palabras como mercado, competencia, eficiencia,
competitividad, etc., ocultan y enmascaran la práctica cotidiana
de la violencia y de un capitalismo que se mantiene gracias a las
continuas guerras saqueando lo público, poniendo y quitando
gobiernos o, simplemente, imponiendo con la complacencia de
los políticos electos decisiones que van en contra de los intereses
generales y que solo benefician a los grandes grupos empresariales
y financieros. Un breve repaso a algunos textos nos indica con
claridad dónde estamos y lo poco que hemos avanzado esencial-
mente.
En , Tomás Moro escribía lo siguiente:
…los que hablan para todo del beneficio público, se cuidan del priva-
do (…) Y ¿qué decir de que los ricos arañan todos los días algo de la
asignación diaria de los pobres valiéndose no solo del fraude privado
sino también de las leyes públicas? (…) cuando contemplo y medito
sobre todas esas repúblicas que hoy florecen por ahí, no se me antojan
Claudio Naranjo

otra cosa…que una especie de conspiración de los ricos que tratan de
sus intereses bajo el nombre y título de república (…) Y discurren e
inventan todos los modos y artes para retener sin riesgo de perderlo lo
que apañaron con malas artes… y, para adquirirlo al más bajo costo
con el trabajo y fatigas de todos los pobres y para aprovecharse de estos
(…) Estas maquinaciones, tan pronto como los ricos han decretado
que se observen en nombre del pueblo, pasan ya a ser leyes (…) estos
hombres funestísimos, lo que sería suficiente para todos, se lo reparten
todo entre ellos con insaciable codicia. (, , ).
Ya hemos visto, más arriba, algunas citas de Adam Smith,
pero creo que no sobran otras dos que parecen mostrar su aprecio
por Tomas Moro.
Las leyes y el gobierno se pueden considerar, en todos los casos, como
un arreglo de los ricos para oprimir a los pobres y preservar en su favor
la desigualdad de bienes que, de otro modo, sería pronto destruída por
los ataques de los pobres. (Smith , , ).
…aquellos que tienen el mayor interés en defraudar y en imponerse al
público son los que con frecuencia dictan la regulación del comercio.
(Adam Smith, carta  dirigida a Rochefoucauld en , refirién-
dose a Gran Bretaña).
Seguimos con Galbraith:
Lo que necesita (la gran corporación) en materia de investigación y
desarrollo, obras públicas, apoyo financiero de emergencia, socialismo
cuando las ganancias dejan de ser probables, se transforma en política
pública… Sus intereses tienden a convertirse en interés público. (Gal-
braith, ).
Todavía nos sigue costando ver esto con claridad en España a
pesar del goteo constante de casos de corrupción, de financiación
ilegal de partidos y, sobre todo, de esa corrupción no solamente

Economía patriarcal
económica, es decir, no basada solo en enriquecerse sino en la
apariencia de que contamos con un sistema democrático cuando
no es así pues las personas no contamos, ni hay separación de
poderes, ni el debate bien argumentado y razonado tiene su espa-
cio.
Por su parte, Greg Palast, un periodista norteamericano que
tiene interés en profundizar en lo que ocurre, escribía:
Los golpes de estado del siglo XXI seguirán el modelo argentino, me-
diante ellos la banca internacional se adueñará de la vida económica de
la nación y transformará en intranscendente a su presidente oficial,
que solo servirá como factotum de los planes empresariales. (Palast,
, ) .
Algo que estamos viviendo en Europa con la excusa de la mal
llamada «crisis», que no es nada más que un saqueo de lo público
gracias a la «intranscendencia» de los gobiernos y políticos, incluí-
da buena parte de la oposición, cuyas decisiones van contra la ma-
yoría de las personas. En cuanto al inicio de esta «crisis», es de
nuevo Palast el que recientemente publicó un artículo en el que
muestra documentos auténticos según los cuales en los años ,
los principales directivos del Tesoro de Estados Unidos, capita-
neados por Larry Summers, mano derecha de Obama en asuntos
financieros, conspiraron secretamente con un pequeño grupo de
los grandes banqueros norteamericanos (Goldman Sachs, Merrill
Lynch, Bank of America, Citibank y Chase Manhattan) para anu-
lar las regulaciones financieras en todo el mundo, incorporando
esa «desregulación» en el Acuerdo sobre Servicios Financieros de
la Organización Mundial del Comercio. Las nuevas reglas ideadas
por Summers y los banqueros obligarían a todas las naciones a
comerciar en activos tóxicos como los derivados financieros, con-
virtiendo al sistema financiero en un casino global, ignorando y
Claudio Naranjo

desentendiéndose de todo el enorme sufrimiento adicional que se
iba a generar sobre millones de personas.
En otro orden de cosas, Ziegler, relator especial de la ONU
para el Derecho a la Alimentación entre  y , y actual vice-
presidente del Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos
de Naciones Unidas, insiste en la «normalidad de la violencia coti-
diana» perpetrada, también, por las organizaciones internacionales
de las que, engañosamente, se nos dice que están para resolver los
problemas mientras lo que hacen es agravarlos. En el imperio de la
vergüenza, gobernado por la escasez organizada, la guerra ya no es
episódica, sino permanente. Ya no constituye una patología, sino
la normalidad. Ya no equivale a un eclipse de la razón. Es la razón
de ser del propio imperio. (Ziegler, ). Por lo que respecta al
pretendido combate contra las epidemias, el hambre, la extrema
pobreza, la discriminación de las mujeres o la ausencia de escolari-
dad, no se ha realizado ningún progreso sustancial desde el año
. Porque las desastrosas políticas que conducen al subdesarro-
llo creciente de los países más pobres, practicadas por las potencias
occidentales y secundadas por sus mercenarios de la OMC y el
FMI, siguen haciendo estragos. (Ziegler, ).
Cada día van a pareciendo nuevos datos y reflexiones sobre
cómo es ejercida la violencia cotidiana en la economía actual.
Shoshana Zuboff, fue Catedrática de Administración de Empre-
sas en la Harvard Business School y en un artículo publicado en
Bussinesweek en  y titulado «Los crímenes económicos de
Wall Street contra la humanidad», compara a los financieros ac-
tuales con los criminales nazis como Adolf Eichmann, que fue
considerado como «completamente normal» y que afirmaba que
. http://www.vice.com/en_uk/read/larry-summers-and-the-secret-end-ga-
me-memo

Economía patriarcal
solo se preocupaba de hacer su trabajo bien sin importarle las
consecuencias. Para Zuboff, los financieros actuales se centran
igualmente en realizar «transacciones» sin preocuparse tampoco
por las consecuencias de esas transacciones, tales como «fracturar
la economía mundial, generar pérdidas de trillones de dólares y
hundir millones de vidas (…) rechazando su responsabilidad por
ellas». Sigue Zuboff diciendo que «la mayoría de los expertos cul-
pan a la falta de regulación y de vigilancia de esta locura o bien a
la existencia de los incentivos erróneos que la han empujado».
Sin embargo, y esto es lo que me parece más relevante en relación
con el contenido de este volumen, para Zuboff, aunque los cita-
dos factores son seguramente importantes, «ignoran la terrible
quiebra humana que se encuentra en el origen de esta crisis», que
deriva, también, de «un modelo de empresa que genera de manera
rutinaria distanciamiento, irreflexión y la anulación del juicio
moral individual (…) Banqueros, intermediarios y especialistas
financieros han sido todos ellos participantes en un modelo de
empresa centrado en sí mismo que celebra lo que es bueno para
los miembros de la organización a la vez que deshumaniza y dis-
tancia a todos los demás miembros ajenos a ella», y finaliza su ar-
tículo afirmando:
La crisis económica ha demostrado que la banalidad del mal disimula-
da bajo un modelo de empresa ampliamente aceptado puede poner al
mundo entero en peligro (…) En la crisis de 2009, la creciente eviden-
cia de fraude, conflictos de interés, indiferencia ante el sufrimiento,
rechazo de la responsabilidad y la ausencia sistémica de un juicio mo-
ral individual, generó una masacre económica y administrativa de tal
tamaño que constituye un crimen económico contra la humanidad». [La
cursiva es mía].
.http://www.businessweek.com/managing/content/mar/
ca_.htm
Claudio Naranjo

Así pues, la deshumanización, que lleva implícito el modelo
de empresa ampliamente aceptado, sería otro de los puntos clave.
Por eso, el mensaje, según Zuboff, es muy claro: «los individuos
tienen que ser considerados responsables por sus decisiones (jui-
cios) incluso cuando se han plegado irreflexivamente a las cir-
cunstancias tóxicas institucionales». Pero no ocurre nada de eso.
Por ejemplo,
La empresa taiwanesa Foxconn, que emplea a , millones de personas
solo en China, incumple flagrantemente las leyes laborales y hasta
agrede la dignidad de sus trabajadores, con el único fin de producir
aparatos electrónicos de la forma más rápida y barata posible. Compa-
ñías como Apple, Amazon, Dell, Hewlett-Packard, Nintendo, Nokia
o Samsung se benefician de esa situación (…) Mientras la firma cali-
forniana (Apple) se sitúa como una de las de mayor capitalización bur-
sátil del mundo, los fabricantes de ese milagro viven hacinados en resi-
dencias cochambrosas y trabajan mucho más de las  horas semanales
que marca como límite el Código de Conducta para Proveedores de
Apple. Los trabajadores más desafortunados padecen castigos humi-
llantes, caen en depresiones, sufren lesiones de gravedad o, sencilla-
mente, se suicidan.
Pero, en lugar de mejorar las condiciones laborales, como ex-
presión de una asunción de responsabilidad, lo que hace esta em-
presa es «poner redes» para que los potenciales suicidas no se
maten o no lo hagan en horario de trabajo.
Más recientemente, en diciembre de , apareció la noti-
cia de que miles de trabajadores chinos trabajan ilegalmente y en
condiciones de esclavitud en Italia. «Cientos, miles de chinos fa-
brican prendas de moda para toda Europa durante  horas al
día, siete días a la semana, a un euro a la hora. Solo tienen
. Público (27/01/2012): http://www.publico.es/418911/la-gente-se-
sentiriamolesta-si-viera-de-donde-viene-su-iphone

Economía patriarcal
derecho a dormir un rato en unos cuartuchos y a calentarse la
comida con un infiernillo de gas».
Y sabemos que una gran mayoría de trabajadores europeos
trabaja, también, en condiciones ilegales y de casi esclavitud, con
largas jornadas, bajos salarios, ausencia de seguridad social, etc.
Volvemos a la idea de «patología de la normalidad» expresada por
Fromm, en el sentido de que vivimos en la «normalidad» de un
modelo de empresa ampliamente aceptado y de una racionalidad,
hábitos de pensamiento y de comportamiento todos ampliamen-
te aceptados, cuyos resultados son catastróficos en términos so-
ciales y ambientales pero generan grandes beneficios monetarios
para sus gestores y accionistas. De hecho, los «empresarios» o «es-
clavistas» más ricos del mundo mantienen en sus empresas unas
condiciones laborales más relacionadas con la esclavitud que con
las que corresponderían a unas democracias supuestamente
consolidadas, como acabamos de ver.
Parece que empezamos a ver con cierta claridad todo esto
solo cuando nos afecta a nosotros, pero seguimos creyendo que
no era así antes de la actual crisis. En otras palabras, Zuboff habla
de crímenes contra la humanidad en relación con la crisis de
, pero no como un resultado habitual del modelo de empre-
sa aceptado, es decir, desconoce lo que la historia nos enseña.
Algo que sí conoce, por ejemplo, Kapp () desde hace mucho
tiempo con su trabajo sobre la destacada importancia de los cos-
tes sociales en el capitalismo como costes no pagados o no incluí-
dos en los precios finales, lo que significa que al no pagarlos los
consumidores ni los empresarios son los trabajadores con su
salud y la naturaleza con el deterioro ambiental, la pérdida de
. http://internacional.elpais.com/internacional////actualidad/
_.html.
Claudio Naranjo

funciones ambientales y, de vuelta, la pérdida de más salud, la
que va reflejando esos costes sociales ignorados. Desde otra pers-
pectiva, es Galeano el que en  muestra con claridad esta
práctica en su libro Las venas abiertas de América Latina, del que
destaco las declaraciones realizadas en  por el militar nor-
teamericano Smedley D. Butler:
Serví en todas las jerarquías, desde teniente segundo hasta general de
división. Y durante todo ese periodo me pasé la mayor parte del tiem-
po en funciones de pistolero de primera clase para los Grandes Nego-
cios, para Wall Street y los banqueros. En una palabra, fui un pistolero
del capitalismo. (Galeano, , ).
Nos movemos entre criminales, pistoleros, gángsteres y polí-
ticos no democráticos (que actúan como agentes comerciales de
las empresas).
La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organi-
zado. Los organismos internacionales que controlan la moneda, el co-
mercio y el crédito practican el terrorismo contra los países pobres, y
contra los pobres de todos los países, con una frialdad profesional y
una impunidad que humillan al mejor de los tirabombas. (Galeano,
, ).
Los cuadros siguientes nos muestran de manera resumida
ejemplos cotidianos de violencia legitimada o normalizada.
Las últimas guerras en Irak, Afganistán, Libia y Siria han
sido organizadas con la única finalidad de que las potencias occi-
dentales puedan apropiarse de recursos naturales como petróleo
y gas, controlar su extracción y distribución a través de los ga-
soductos y oleoductos, frenar decisiones financieras, como la de
Gaddafi de retirar miles de millones de euros de los bancos

Economía patriarcal
 
VIOLENCIA LEGITIMADA CONTRA PERSONAS, SAQUEO DE RECURSOS
NATURALES Y DEL MEDIO AMBIENTE
PALESTINA
GUERRA DE IRAK.
GUERRA DE AFGANISTAN.
EXTRACCION DE COLTÁN EN EL CONGO.
INDUSTRIA EUROPEA VIERTE RESIDUOS TÓXICOS EN EL
ÍNDICO DE ACUERDO CON LA MAFIA ITALIANA SAVIANO, 2008.
PIRATAS SOMALÍES.
GANGSTERISMO ECONÓMICO PERKINS, 2008.
LA «CRISIS FINANCIERA COMO ATRACO STIGLITZ, 2010
CAMBIO CLIMÁTICO.
TÚNEZ, EGIPTO, GUINEA, NIGERIA, LIBIA, SIRIA, IRÁN
GUERRA CONTRA CHINA?
 
VIOLENCIA Y ALGUNAS MUERTES DE PERSONAS OCASIONADAS POR
LA VIOLENCIA INHERENTE A ESTE ESQUEMA PSÍQUICO ACEPTADO
1. CONTAMINACIÓN DEL AIRE EN EL MUNDO: 2 MILLONES 2006.
2. IMPACTO DE PESTICIDAS: 2 MILLONES OMS, 2005
3. ACCIDENTES Y ENFERMEDADES LABORALES EN EUROPA: 327.000
OMS, 2008.
4. CONTAMINACIÓN DEL AIRE EN CIUDADES EN ESPAÑA: 16.000 2006.
5. ACCIDENTES DE TRÁFICO EN ESPAÑA: 1.304 2012.
Fuente: Organización Mundial de la Salud. Diversos años
Claudio Naranjo

franceses para ingresarlos en bancos chinos, etc. Las habituales
excusas falsas siempre han sido las mismas: consolidar la demo-
cracia o luchar contra los islamistas que, a su vez, eran instrumen-
talizados, como en Siria, por las potencias occidentales. Se puede
consultar a este respecto los diferentes trabajos de Thierry Meys-
san en voltairenet.org, entre los que destaco «Al-Qaeda, eterno
auxiliar de la OTAN».
Tampoco hay que desdeñar los trabajos que advierten de
movimientos militares de EE.UU y Japón para cortar a China el
flujo de petróleo y gas con la posibilidad de provocar una tercera
guerra mundial. En la nota a pie se puede consultar el reciente
trabajo del analista brasileño Pepe Escobar, «Provocando a
China». De noticias como esta los medios de comunicación oc-
cidentales considerados como serios y prestigiosos no dicen nada.
Esta es la situación desde hace siglos, con cambios aparentes
y pequeñas mejoras pero, en lo esencial, la violencia es lo habi-
tual, sea física y militar, comercial o empresarial, directa o cam-
biando las reglas de juego que impiden vivir con dignidad a las
personas, o ejercida «en nombre de la mayoría» a través de los
parlamentos. Esta economía patriarcal o este capitalismo gangs-
teril no tiene nada que ver con la naturaleza humana, la última de
las excusas para que aceptemos esta situación como inevitable. Si,
como señalaba DeWaal, se enseña y educa a las personas con el
esquema asocial de que el hombre es un lobo para el hombre y de
que somos egoístas de manera innata, todo tipo de crimen acaba
siendo justificado como inevitable, en términos de «no hay otra
alternativa» o «somos así», es decir, en nombre de la racionalidad
económica y de la supuesta naturaleza humana.
Pero la naturaleza humana no tiene nada que ver con esto,
. http://www.voltairenet.org/article.html
. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=

Economía patriarcal
muy al contrario: precisamente el problema es que gran parte de
lo que aprendemos en nuestros procesos educativos como com-
portamiento racional implícito en la naturaleza humana va en
contra de lo que sabemos que es la naturaleza humana. Aprende-
mos ideología y creencias con apariencia de conocimiento, es
decir, estamos siendo adoctrinados y raramente aprendemos a
pensar por cuenta propia, por lo que consideramos que incorpo-
rar el afecto y los sentimientos en nuestras decisiones y compor-
tamientos es erróneo, porque nos lo han enseñado así, pero cuan-
do, espontánea e intuitivamente, prescindimos de ese
adoctrinamiento, es decir, cuando somos genuinamente huma-
nos, sí los tenemos en cuenta, como ya señaló hace dos siglos
Adam Smith y como propone la psicóloga y filósofa Alice Miller,
ya que nuestra actividad racional y constructiva depende no solo
de que la función del pensar se mantenga intacta, sino también
de nuestro acceso a las verdaderas emociones. (Miller, ).
De manera similar se expresa el neurólogo Antonio Damasio:
Desde una época muy temprana se me había advertido de que las de-
cisiones acertadas procedían de una cabeza fría, que las emociones y la
razón no se mezclaban. Era esta una opinión muy generalizada sobre
la relación entre razón y emoción en términos mentales y neurales
[pero] La razón defectuosa y los sentimientos menoscabados apare-
cían juntos como consecuencia de una lesión cerebral específica, y
esta correlación me sugirió que el sentimiento era un componente
integral de la maquinaria de la razón. Dos décadas de trabajo clínico y
experimental me han permitido replicar muchas veces esta observa-
ción y transformar un indicio en una hipótesis verificable (…) tal vez
la razón no sea tan pura como la mayoría de nosotros pensamos o de-
searíamos que fuera… puede que las emociones y los sentimientos no
sean en absoluto intrusos en el bastión de la razón: pueden hallarse
enmallados en sus redes, para lo peor y también para lo mejor… Las
estrategias de razonamiento se establecen en los años de formación…
probablemente su despliegue efectivo depende, en gran manera, de
Claudio Naranjo

una capacidad continuada de experimentar sentimientos (…) Esto no
significa que las emociones y los sentimientos no puedan causar estra-
gos en los procesos de razonamiento en determinadas circunstancias.
Tampoco quiere decir que cuando los sentimientos tienen una acción
positiva tomen la decisión por nosotros; o que no seamos seres racio-
nales. Solo sugiero que determinados aspectos del proceso de la emo-
ción y del sentimiento son indispensables para la racionalidad (…) La
emoción y el sentimiento, junto con una maquinaria fisiológica ocul-
ta tras ellos, nos ayudan en la intimidadora tarea de predecir un futu-
ro incierto y de planificar nuestras acciones en consecuencia… pro-
pongo que la razón humana depende de varios sistemas cerebrales,
que trabajan al unísono a través de muchos niveles de organización
neuronal, y no de un único centro cerebral. Centros cerebrales de
«alto nivel» y «bajo nivel»… cooperan en la constitución de la razón.
(Damasio, , -).
En esta línea, pero de una manera más amplia, escribe Na-
ranjo:
…nuestra mente incluye tres «personas» interiores… el cerebro inte-
lectual…, la parte emocional de nuestro cerebro... y el aspecto psíqui-
co de nuestro cerebro instintivo… Lejos de constituir seres tricerebra-
dos armoniosos, nuestro pensar, sentir y hacer han perdido su
coherencia, dando nacimiento a incesantes conflictos internos e impi-
diéndonos la plenitud que nos ahorraría tornarnos esclavos de toda
clase de necesidades neuróticas o adicciones, tales como la búsqueda
de gloria, riquezas o placeres superfluos. (Naranjo, , ).
Y también De Waal escribe:
La condición natural de nuestro linaje es de vinculación y apoyo… Las
explicaciones de los orígenes humanos que no tienen en cuenta esta
profunda conexión y nos presentan como solitarios que se reunieron
de mala gana ignoran la evolución primate (…) No siempre actuamos
como los economistas piensan que deberíamos…porque somos menos
egoístas y menos racionales de lo que los economistas suponen que

Economía patriarcal
somos. Los economistas están siendo adoctrinados en una maqueta de la
naturaleza humana que dan por buena hasta tal punto que su propio
comportamiento ha comenzado a parecerse a ella. Los mamíferos so-
ciales, en cambio, conocen la confianza, la lealtad y la solidaridad (…)
los chimpancés no dejan atrás al desafortunado. Además, tienen ma-
neras de tratar a los aprovechados, como rehusar la cooperación con
aquellos que no cooperan. La reciprocidad les permite construir la cla-
se de sistema de apoyo social que muchos economistas ven como una
quimera (…) Estamos tan atados a una psicología humana conforma-
da por millones de años de vida en comunidades pequeñas, que de al-
gún modo necesitamos estructurar el mundo que nos rodea de una
manera reconocible para dicha psicología. Si pudiéramos conseguir
ver a la gente de otros continentes como parte de nosotros e integrarla
en nuestro círculo de reciprocidad y empatía, estaríamos construyen-
do sobre nuestra naturaleza y no yendo contra ella» (DeWaal, ,
-). [La cursiva es mía].
En suma, la violencia no es innata; somos seres bipolares,
pero es la educación la que legitima y encubre la normalización
de la práctica de la violencia.
¿Cómo elevar el nivel de conciencia de la sociedad occidental o,
más ampliamente, de la humanidad?
«Lo que necesitamos es una revisión completa de las suposicio-
nes sobre la naturaleza humana» (DeWaal, , ). Desde mi
punto de vista, tratar de integrar los conocimientos de estas tres
perspectivas, neurología, psicología y primatología, proporciona-
ría una impresionante capacidad de comprensión a todas las per-
sonas y, en especial, a los estudiantes de economía, abriendo la
mente a nuevas miradas. Las tres perspectivas miran hacia aden-
tro, hacia la naturaleza humana, y esto es lo que me parece rele-
vante. «…me parece que se mira demasiado hacia el mundo
Claudio Naranjo

externo y se desconocen las cosas más obvias en lo relativo al
mundo psíquico, como nuestro escaso desarrollo psicoespiritual
(o en otras palabras, nuestra falta de salud mental)». (Naranjo,
).
Evidentemente, no hay soluciones si no tomamos concien-
cia, previamente, de la enajenación en la que vivimos sobre la
naturaleza humana y su potencial, es decir, de que somos presos
de una educación que nos construye una estructura psíquica a
través de la cual miramos, aceptamos y legitimamos la realidad.
Somos seres construídos socialmente y esa construcción diseca o
anula en buena medida, aunque no totalmente, nuestra auténtica
naturaleza y nuestro potencial. La economía no puede seguir ba-
sándose en las suposiciones obsoletas de la naturaleza humana que
nos convierten en autómatas o en criminales, como señala Zu-
boff, y que nos llevan al suicidio como especie al imponerlas
como lógica cultural. La economía patriarcal o economía patoló-
gica es la expresión de una mente y de una cultura enferma en la
que la «parte sana de nuestra naturaleza humana» no termina de
reaccionar, abrumada y aplastada por la fuerza de esa estructura
psíquica que nos moldea sin tener clara conciencia de ello.
Muchas personas, desde distintas perspectivas, compartimos
el diagnóstico y sus posibles «soluciones» pero, al mismo tiempo,
somos conscientes de que no hay procesos lineales del tipo: «Ha-
ciendo esto el resultado inequívoco es eso». Los seres humanos
necesitamos mucho tiempo para primero reconocer y luego desa-
prender pautas, esquemas o programas psíquicos profundamente
instalados pues, con frecuencia, nos acostumbramos al sufri-
miento. No se trata de un cambio estrictamente intelectual preci-
samente porque ese intelecto, esa razón y esa racionalidad están
ancladas, parcialmente, en sentimientos y creencias. Mi expe-
riencia como docente me ha enseñado que hay, al menos, cuatro

Economía patriarcal
posibilidades o contextos en los que podemos aprender, en el
sentido de reflexionar y de integrar conocimientos y esquemas, y
no de aprobar o de repetir y olvidar. Esas cuatro posibilidades
son Convencer, Conversar, Conmover, Convivir. Cada una de
ellas es para mí un misterio, puesto que no sé cuál es la que se
puede estar movilizando en cada ocasión ni cuáles pueden ser las
conexiones entre ellas. Con frecuencia veo que un buen argu-
mento solo se fija o integra si se conversa y, sobre todo, si con-
mueve mediante alguna imagen, lo que nos lleva a ponernos en el
lugar de los afectados. La compasión como lógica que nos hace
comprender, como señalaba Adam Smith. Por el contrario, hay
argumentos y razonamientos que los estudiantes trabajan en tex-
tos originales y a los que renuncian porque recuerdan que algún
manual o algún profesor decía lo contrario, es decir, se renuncia a
lo que uno experimenta y vive porque hay algún esquema de obe-
diencia o de desvalorización que le da poder a otras personas y
que, por lo que veo, es muy difícil de reconocer y remover. Con-
vivir es poner en práctica ideas, sería el «obras son amores», y
tiene un espacio muy importante, definitivo, cuando se está tra-
bajando el cambio en los estilos de vida como necesidad del cam-
bio en la economía.
En cualquier caso, entiendo que todo empieza por la posibi-
lidad de darse cuenta de que uno está obedeciendo y de que
puede desobedecer, ya sea gozosamente o con miedo, pero que se
puede empezar a desobedecer. Esto es lo que yo considero como
el inicio de lo que Fromm calificaba como el carácter revolucio-
nario, en el sentido de
… una persona sana, viva y cuerda. Es un hombre desobediente, libre
e independiente (…) La persona sana en un mundo insano, el ser hu-
mano plenamente desarrollado en un mundo tullido, la persona
Claudio Naranjo

completamente despierta en un mundo semidormido, es precisamente
el carácter revolucionario. (Fromm, , , -).
De una manera similar se expresa Castoriadis, precisando
que:
Revolución significa una transformación radical de las instituciones de
la sociedad (…) Pero para que tal revolución exista, hace falta que haya
cambios profundos en la organización psicosocial del hombre occi-
dental, en su actitud con respecto a la vida (…) Hace falta que se aban-
done la idea de que la única finalidad de la vida es producir y consumir
más (…) hace falta que se abandone el imaginario capitalista de un
seudocontrol seudorracional, de una expansión ilimitada. (Castoria-
dis, , ).
Y también hace falta sentir. No se trata de ir añadiendo más
cosas y de sumarlas o de juntarlas. Las propuestas son, en esencia,
las mismas pero cada persona destaca aquellos cambios que
considera más relevantes. Así, para Miller, lo fundamental es sen-
tir para empezar a tomar conciencia.
Si alguien puede salvarnos de la catástrofe (será quien) no haya perdi-
do por completo su capacidad de sentir… y sea capaz de sentir indig-
nación, sin resistirse a ese sentimiento ni sustituirlo por otro (…) Es la
experiencia del sentir la que nos hace capaces de establecer las asocia-
ciones correctas, de darnos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor
(…) Quien no está en condiciones de sentir, no puede aprender de las
experiencias… asume una y otra vez las supuestas sabidurías de los
padres… claramente erróneas actualmente (…) no puede permitirse
poner jamás en cuestión a su padre, ni enfrentarse a él; toda la vida se-
guirá siendo su obediente hijo. ¿Y a dónde conduce esa obediencia? A
matar en nombre de los principios de los padres con la conciencia
tranquila, sin remordimientos y sin la menor idea de los sufrimientos
de la víctima. (Millar, , -).

Economía patriarcal
La educación es mucho más que lo que se aprende en la es-
cuela. En este sentido, Miller, que ha dedicado una gran atención
al maltrato infantil, considera que hay una relación directa entre
ese maltrato y el comportamiento adulto. El colegio y las escuelas
de negocios legitiman lógicas y comportamientos como los que
vimos más arriba y como los que sufrimos actualmente, pero
también es cierto que la violencia que ejercen los políticos y gran-
des empresarios, de manera habitual, contra los ciudadanos min-
tiéndonos continuamente («ya no se creen las mentiras», dice un
personaje de El Roto, y el otro le contesta: «Así no se puede go-
bernar») o tomando decisiones que son en sí violencia y que ge-
neran un enorme sufrimiento responde, según Miller, a un tipo
de comportamiento, consciente o inconsciente, que está relacio-
nado con ese maltrato,
De tal modo que es posible que ciertos políticos se declaren cristianos
[comunistas] y al mismo tiempo promuevan la producción de armas
cinco millones de veces más mortíferas que la bomba de Hiroshima…
porque aprendieron hace ya mucho tiempo a no sentir nada. (Millar,
, ).
La inconciencia, en el caso de que sea así, no exime de la res-
ponsabilidad y menos cuando hay evidencia de que hay un com-
portamiento de auténticos criminales y malvados, como hemos
visto con las guerras de Irak, Libia, Siria, y con la situación de sa-
queo-crisis actual.
Finalmente, y para completar esta ronda de posibles solucio-
nes, incluyo a Claudio Naranjo (), del que resumo algunas
sugerencias. Cambio de conciencia, educación para el desarrollo
humano, maduración psicoespiritual. Sociedad terapéutica. De-
sarrollar capacidad amorosa y solidaria, comprender la vida y las
relaciones humanas. Libertad, amor, sabiduría y desapego.
Claudio Naranjo

Comprensión cabal de la «economía patológica depredadora»…
para movernos hacia la «economía del bien común». Poner en
marcha un proceso evolutivo. En suma:
Si nos preguntamos cómo contrarrestar masivamente la «fosilización»
del individuo superadaptado a la sociedad civilizada, nada promete
tanto devolverle su apertura a la fluidez de la corriente de la vida en su
evolución como la crianza y la educación. Una crianza amorosa y no
explotadora que respete los deseos de la persona, que lo estimule a de-
sarrollar su iniciativa y su pensamiento autónomo, y que respete su
derecho a sentir lo que siente y lo guíe en la exploración de sus prefe-
rencias. Y una educación sin el implícito despotismo robotizante de la
educación tradicional, que más se interesa en la repetición que en la
comprensión; una educación atenta al desarrollo individual más que a
la estandarización y a la subordinación del desarrollo psicosocial a la
producción y el consumo. (Naranjo, , -).
Para mí no tiene demasiado sentido escribir propuestas o
medidas detalladas para cambiar la economía sin ir a la raíz del
problema, es decir, a la concepción recibida y aprendida de la
naturaleza humana y a la estructura psíquica que subyace en ese
ser humano y que aprendemos a ver como normal. No podemos
esperar a cambiar completamente y de manera generalizada esas
concepciones para empezar a actuar. Al mismo tiempo hay pode-
rosísimos intereses que obstaculizan, en nombre de la ciencia, del
conocimiento, de la ignorancia, del miedo o, simplemente, de los
negocios, ese cambio. La esperanza está en lo inesperado, como
dice Morin, y en ello estamos, dando pasos sin saber con claridad
el impacto que tendrán, pero tiene todo el sentido dar esos pasos.
Siempre se podría hacer más, pero eso no invalida ni paraliza lo
que está en marcha con todo su potencial y sus limitaciones. Po-
demos aprender. En este sentido, la experiencia de «la economía
del bien común» que están impulsando Christian Felber () y

Economía patriarcal
sus colaboradores muestra el potencial de creatividad que tie-
nen algunas personas razonablemente sanas desde el punto de
vista mental para recoger otras ideas e impulsar un cambio co-
lectivo en el sistema psíquico y en la práctica concreta de dicha
economía.
F A K
es catedrático de economía aplicada
en la Universidad de la Laguna.
Claudio Naranjo

B
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Sumario: Comportamiento económico y sentimientos morales -- Valoraciones económicas y folosofía moral -- Libertad y consecuencia
Article
En: Base : revista de innovación e investigación Madrid 2001, n. 5, abril ; p. 53-55 El artículo es un extracto de la conferencia que el autor pronunció durante el ciclo 'La Educación que queremos' organizado por la Fundación Santillana en octubre de 2002. En él, el autor reflexiona sobre el futuro de la educación y considera urgente tratar siete aspectos: una educación que cure la ceguera del conocimiento, una educación que garantice el conocimiento pertinente, enseñar la condición humana, enseñar la identidad terrenal, enfrentar las incertidumbres, enseñar la comprensión y enseñar la ética del género humano
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Obra que reúne los tres manuscritos redactados por Marx (1818-1883) en 1844, los cuales fueron publicados por primera vez en 1932. Su publicación ha permitido reconstruir una etapa específica de su proceso intelectual porque en ellos plantea sus conceptos claves de economía y su manera de entender la filosofía, y que después los desarrolla con mayor amplitud en El capital, cuyo primer libro lo concluyó en 1866.
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Traducción de: The Best Democracy Money Can Buy: An Investigative Reporter Exposes the Truth about Globalization, Corporate Cons, and High-Finance Fraudsters El periodista norteamericano Greg Palast, colaborador de medios como la BBC y el periódico británico The Observer, denuncia frontalmente casos notables de corrupción política, fraude empresarial y manipulación financiera ocurridos en distintos puntos del planeta, en particular en los Estados Unidos e Inglaterra, así como la manipulación e influencia de organizaciones internacionales en las economías de países en vías de desarrollo, como ocurrió en el caso de Argentina.