Content uploaded by Joaquín Farinós Dasí
Author content
All content in this area was uploaded by Joaquín Farinós Dasí on May 08, 2015
Content may be subject to copyright.
#POLÍTICA2pto0
JOSÉL.SAHUQUILLOOROZCO
JOAQUÍNMARTÍNCUBAS
dela
LAERA
Coordinadores
LAERADELAPOLÍTICA2PTO2
Coordinadores:
JoséL. SahuquilloOrozco
JoaquínMartínCubas
AVAPOLAsociación ValencianadePolitólogos
CIF:G-98087992
CalleSueca76Puerta2. 46006. Valencia.
Maquetación: DMKConsultores
Imagendeportada: ©[WarakornHarnprasop]/123RF.COM
EDICIONESCASAS, 2014
ISBN: 978-84-942948-1-5
Estaobraestábajolicenciade CreativeCommons
Attribution-NoComercial4.0Internacional
BLOQUE0.PRESENTACIÓN
BLOQUE1.REGENERACIÓNPOLÍTICA
BLOQUE2.COMUNICACIÓNPOLÍTICA
PRESENTACIÓN
HACIAUNACIUDADANÍAINTELIGENTE
JoséL. SahuquilloOrozco-JoaquínMartínCubas
Joa
CIUDADANOS, PODER, GOBIERNO YDEMOCRACIA;
UNAFORMADERELACIÓNINESTABLE
REGENERACIÓN VERSUSCATARSIS
EL VALORDELASOCIEDADPOLÍTICA
PARTICIPACIÓNCIUDADANA: ENBUSCADEL VOTANTE
PERDIDO
HACIAUNAGOBERNANZADEMOCRÁTICA: EL
DESARROLLODELASOCIEDADDELAINFORMACIÓN
ENLOSGOBIERNOSLOCALESESPAÑOLES
¡ÚNETEALACONVERSACIÓN!: CIUDADANÍA Y
COMUNICACIÓNENLABASEDELGOBIERNOABIERTO
YLAPOLÍTICA2.0
LAGENERALITAT VALENCIANAEN140CARACTERES
DELAPOLÍTICA VERTICALALAPOLÍTICA
HORIZONTAL
RRSS,NNTT YACCIÓNPOLÍTICA
JoaquínFarinósDasí
Juan VicentePérezAras
JoséMorganGarcía
EdgarMoscardóLópez
JoaquinMartínCubas
nCalabuigRull
JoséIgnacioPastorPérez
MaríaDíazFernández-Alonso
AmparoFolgadoTonda
JoanBaldovíRoda
ÍNDICE
5
23
81
6
24
35
43
49
55
74
82
88
92
98
Pág
2
#POLÍTICA2pto0
dela
LAERA
REGENERACIÓN
POLÍTICA
BLOQUE1
Geógrafo. Dr. en Geografía.
Ca t ed r át i co d e A ná li s is
Geográfico Regional de la
Univ e rsidad de Val e n c i a,
m i e m b r o d e l D p t o . d e
Geografía y fundador del
Instituto Interuniversitario de
Desarrollo Local de dicha
Universidad.Autor de diversos
libros y artículos que reflejan
el interés del autor por la
planificación del desarrollo, la
co h es i ó n y g ob e rn an z a
te rritorial es, la geografía
política regional y el diseño y
evaluación de políticas con
impactoterritorial.
Ha participado como ponente
y profesor invitado en diversos
cong r esos, s e mina r ios y
p r o g r a m a s d e d i v e r s a s
univer s i dades ; a s í como
investigador, investigador
responsable y coordinador en
diversos proyectos nacionales
e i n t e r n a c i o n a l e s e n
programas como ESPON e
I N T E R R E G d e l a U n i ó n
Europea. Miembro del comité
de redacció n de diversas
revistas y evaluador externo
de otras muchas españolas,
europeas y latinoamericanas,
así como de la ANEP española
y del Programa ESPON 2007-
2013.
JoaquínFarinós
Dasí
JoaquínFarinósDasí
En el actual contexto económico, social y político -ante
la situación por la que estamos atravesando, de honda
crisis sistémica (moral y de valores, de formas de
organización y resultados en todos los órdenes), con
efectos de creciente violencia estructural sobre los
ciudadanos y sus derechos- no son pocas las reacciones
y también los esfuerzos por tratar de plantear y brindar
alternativas de solución.En el caso del libro y texto que
el lector tiene ante sí se pretende hacerlo desde el
estudio del gobierno y de cómo se puede ejercer el
poder; mejor debiera decirse 'la autoridad' (en sentido
aristotélico). Se retoma el debate central sobre la
relación entre el Estado y el ciudadano, sobre cómo
poder reforzar la democracia, mejorando su
funcionamiento; cómo poder hacer, siquiera sea hasta
que surja la necesidad de un nuevo ciclo, que algo
cambieperoesta vez para queNO todo continúe igual.
No son pocos los motivos que animan a cuestionar
seriamente si las viejas formas de gobierno siguen
resultando útiles, y si es posible actuar en clave
incremental hacia un 'nuevo gobierno' o sencillamente
un 'buen gobierno'; porque para poder ser incremental
resulta necesario disponer de una buena base sobre la
quepoderir edificando la evolución.
Al fatalismo, incapacidad de poder dirigir el propio
futuro, se contrapone la actuación de la agencia -la
ciudadanía- organizada en formas diversas,de entre las
que la democracia,pese a sus deficiencias, ha resultado
ser la opción predilec ta. La (posibilidad de)
participación de los ciudadanos tiene que ver con el
contexto político (y la forma en la que éste la apoya o
desincentiva directa o indirectamente) y la propia
cultura política (Almond y Verba, 1963). Sin embargo
pueden existir, y de hecho existen, varias culturas
políticas o comunidades de intereses dentro de una
mismapoblación(Vallés,2004).
1.Vida en comúnyconflicto.
Pág
24
#POLÍTICA2pto0
dela
LAERA
CIUDADANOS,PODER,GOBIERNO
YDEMOCRACIA;UNAFORMADERELACIÓN
INESTABLE
Pág
La participación de la ciudadanía (sujetos con derechos
como el de decidir su propio futuro) genera las
condiciones necesarias para un adecuado desarrollo de
la comunidad y del espacio o territorio que habita. Sin
embargo el contexto institucional y de gobierno puede
debilitar, en lugar de facilitar, dicha participación. Es en
ese momento cuando la revisión de la acción de
gobierno y de la misma forma en que se gestiona la
democraciadebe entrar en revisión.
El Estado parece haberse hecho demasiado grande
para resolver los problemas de los ciudadanos,y a la vez
demasiado pequeño para poder defenderlos de los
intereses y amenazas de los grandes actores e
instituciones supranacionales, que han encontrado
coartada y un caldo de cultivo perfecto con el
capitalismoglobal.
Dos son, de acuerdo con Vallés (2004: 245), los modelos
ideales de conducta y participación ciudadana, que
desde el punto de vista del desarrollo territorial y el
sentido de pertenencia encuentran su paralelismo con
las dos dimensiones de la territorialidad (la real y la
simbólica): el modelo económico (el individuo decide
intervenir si entiende que de su actividad se deriva un
efecto positivo para su objetivo) y el sociocultural (el
factor de intervención no es su interés racional o
utilitario sino su adhesión a un identidad colectiva y su
adaptaciónala norma o interés comunitario).
Hoy ambos dos parecen haber confluido: percepción
de falta de valores y de ética que han conducido a la
corrupción y al abuso en contra del interés y bienestar
ciudadano. Ello ha supuesto la movilización y la
coalición entre grupos diversos, que a duras penas
sop or tan e l comp rob ar qu e no ex ist e una
gobernabilidad real (Prats 2005).Se cuestiona el Estado,
ya no Social (casi una quimera a día de hoy con el triunfo
delpensamientoneo-ultra-liberal,el ataque a la función
pública y a los servidores civiles, dejando en manos de
iniciativas privadas la prestación de determinados
servicios que pasan a ser convertidos y considerados
como otro negocio…) sino únicamente de Derecho,
también amenazado. Es el ultimátum ante el que se
2.Elindividuo,ciudadano;sus motivaciones.
JoaquínFarinósDasí
Pág
25
reacciona, ante el uso torticero e interesado que desde
el poder se hace de la gobernación,de las instituciones
degobiernoy de las reglas deljuegodemocrático.
Fomentar una adecuada gobernabilidad pasa por
hacer más efectivas las instituciones y las normas, la
transparencia (frente a la opacidad), la participación, la
capacidad de control y respuesta, la dación de cuentas
(en lugar de la impunidad) y la primacía de la ley (igual
para todos sin diferenciar entre poderosos,políticos y el
resto de la gente).Sin esta 'areté' de Aristóteles,el buen
gobierno, y la democracia (a la que él renunciaba -la
ateniense-) no son posibles.Tampoco con la manifiesta
tendencia actual a la concentración o confusión de
poderes.Desde el otro lado (el de la ciudadanía) el culto
al individualismo, la indiferencia y la apatía de la
comunidad han alimentado el desinterés por la política
y por su control,abriendo mayores posibilidades para el
abuso y uso indebido de las instituciones democráticas,
y, finalmente, han conducido a una pérdida de
confianzaen el sistema político.
Emp e c e mos por ro m p e r el es p e ji s m o : l a
democratización no es un objetivo alcanzado; ni en
cuanto a su universalización y estandarización, ni
siquiera en cuanto a su consolidación como hecho
consumado y objetivo cumplido en los países de
vetusta tradición democrática. La democracia sería un
ideal, una utopía, hacia la que tender (Dahl, 2000),
partiendo de una serie de condiciones básicas que la
definen: la separación de poderes, la existencia de
competencia entre partidos políticos de entre cuyos
programas el ciudadano escoge, y la igualdad en las
condicionesde acceso al votode dichos ciudadanos.
Cabe preguntarse si vale la pena teorizar sobre el nivel
de consolidación de la democracia o si, en lugar de
empezar la casa por el tejado, no deberíamos abordar
en primer lugar el sonrojante pero necesario
diagnóstico de si realmente contamos con las tres
condiciones básicas para poder considerar que nuestro
sistema de gobierno es la democracia o en realidad, y
por el contrario,presenta otras características; y,en caso
afirmativo,de cuál setratao presenta mayorestrazas.
3.Estadoy ciudadanos,la ecuaciónimposible.
Pág
26
#POLÍTICA2pto0
dela
LAERA
CIUDADANOS,PODER,GOBIERNOYDEMOCRACIA;UNAFORMA
DERELACIÓNINESTABLE
Pág
No parece quedar fuera de toda duda razonable que la
se p a ra c i ón d e p o de r e s es t é f un c i on a n do
adecuadamente. Ejecutivo y legislativo, al menos en
España, por la vía de la partidificación bipolar y
excluyente, da la sensación de haber sometido a la
judicatura, de congeniar particularmente bien con el
poder económico y también,finalmente, con un nuevo
poder, el de los grupos dueños de los medios de
comunicación.Si antes eran los banqueros,o alguno de
ellos, los que decían sin rubor que no sólo ponían o
quitaban presidentes sino que hasta los 'hacían', tal
atribución parece recaer ahora en manos de los medios
(o de sus propietarios, que incluso se arrogan el poder
dederrocarlos).
Tampoco en el caso de competencia entre partidos
políticos la cosa resiste un análisis riguroso en base al
ideal de competencia perfecta. La historia reciente en
Españ a, y sus Comunidad es Aut ónomas, h a
demostrado que un partido no requiere de un claro
programa político para concurrir, e incluso ganar, las
elecciones; ni tampoco que deba cumplirlo y, en caso
contrario, verse obligado a dimitir y convocar
elecciones. Un buen cartel y una buena campaña
publicitaria, o los desaciertos del principal partido
contrincante (hasta ahora los únicos alternantes en
virtud de un sistema de reparto de escaños -D'Hont-
que también empieza a ser criticado con fuerza) resulta
suficiente.
Cuestión añadida es la de la forma en que el ciudadano
puede decidir no sólo en comparación entre ellos o
grupos de ellos, sino a la hora de influir sobre los
partidos a los que pretende votar. Dos cuestiones
emergen como relevantes: la forma en que se
configuran las listas electorales y cómo,pero sobre todo
cuándo, las puede votar (antes de ser aprobadas por el
partido, cada cuatro años…). Ni las listas cerradas, ni la
forma en que se decide quién concurre por cada
circunscripción electoral (decisión que responde
claramentey sobre todo a losinteresesde partido y a los
pesosespecíficosy parcelas de poder ensuinterior), ni
Hay quienes piensan que este juego a dos resulta beneficioso para la estabilidad política y el
avance en seguridad de países como España,y para sostenerlo se recurre a la analogía con otros
países avanzados. Sin embargo tal analogía no resiste cuando se comparan otros factores y
condiciones de la práctica política y democrática: la dación de cuentas, la transparencia y el
funcionamiento de las instituciones, y las relaciones de metagobernanza. Algunos ven a día de
hoyen España señales que anuncian su revisión si no su fin.
Pág
27
JoaquínFarinósDasí
1
1
la proximidad y accesibilidad para el ciudadano, han
contribuido a mantener la política, y la afección de los
ciudadanosporella,en buen estado.
Más bien todo lo contrario, tal y como demuestran las
crecientes demandas y los tímidos avances para
acercarse más a la ciudadanía: por ejemplo las
votaciones abiertas a simpatizantes para escoger al
candidato (sin noticias sobre las listas abiertas) e
incluso, esta vez desde el lado de la demanda (los
ciudadanos), alguna manifestación polémica (sobre
todo en boca de los nuevos fariseos defensores de la
ortodoxia, obviamente a propia conveniencia) como la
de los escraches. Bien pudiera ser explicado y
entendido este fenómeno como el último recurso de
los ciudadanos para dejarse escuchar por sus
representantes, que hacen oídos sordos a las
necesidades e intereses legítimos de los representados
siguiendo el dictado de la ortodoxia de partido (
).
Los ciudadanos, hastiados, acaban por renunciar a que
algo suceda por favor o mediación de los políticos y
deciden hacerse cargo personalmente para lograr lo
que reclaman.Si la montaña no viene a ellos, ellos van a
la montaña… y la montaña, inmóvil, paralizada, se
ofende,y el ciudadano se cansa, se indigna (por muchas
razones, entre ellas el uso torticero que se hace del
método de iniciativa popular, uno de los cauces de
participación institucionalizados que se van sintiendo
como claramente insuficientes, como se ha podido ver
recientemente en el caso español en el tema de la
iniciativa anti desahucios)… y actúa.¿Algo que objetar?
Si sí, aplíquese el art. 21 de la Declaración de los
Derechos Humanos: los ciudadanos tienen el derecho
departicipar enelgobierno de su propio país.
Habrá que ver cómo y de qué nuevas maneras
participan los ciudadanos en el gobierno de su estado,
porque las actuales se vienen demostrando claramente
i n s u f i c i e n t e s . E n e s t o h ay q u e r e p a r t i r
responsabilidades entre la oferta (quien lo hace posible:
la gobernación) y la demanda (la propia población). Se
entra entonces de lleno en la cuestión de la democracia
¡… y si
noa la calle… o al grupo mixto!
4.Democraciadirecta versus democraciareal.
Pág
28
#POLÍTICA2pto0
dela
LAERA
CIUDADANOS,PODER,GOBIERNOYDEMOCRACIA;UNAFORMA
DERELACIÓNINESTABLE
Pág
realy participativay sus posibilidades.
¿Por qué se demanda mayor participación y una nueva
forma de gobierno y de democracia; por qué la
democracia representativa ya no parece satisfacer las
expectativas del ciudadano? Parte de la explicación la
tenemos no ya en la forma en que operan las
instituciones y la administración a la hora de hacer
política y aplicar políticas (de hecho desde posiciones
liberales se avanza sin descanso en la mal llamada
Nueva Gerencia Pública que adelgaza la administración
del Estado y la necesaria función pública para ponerla a
disposición de la iniciativa privada para que pueda
hacer negocio con ella), sino de las relaciones que se
establecen entre el estado, el mercado y la sociedad
civil.
En realidad, y es la esencia de la democracia, los dos
primeras arrancan de la propia sociedad civil, la esfera
'predominante', por cuanto los individuos son tanto
ciudadanos como pueden llegar a ser representantes
políticos, tomadores de decisiones, emprendedores y
demandadores y consumidores de productos y
servicios. Sin embargo la realidad actual dista mucho de
caracterizarse por este tipo de relaciones equilibradas
de metagobernanza. Por el contrario éstas se
encuentran hipertrofiadas desde el punto de vista del
Mercado, que supedita al Estado,y los dos a su vez a la
Sociedad Civil.En este estado de cosas, de tiranía de los
mercados y de déficit democrático, es cuando se dan
muestras de un resurgimiento de la Sociedad Civil
organizada, como hace tiempo que no se recordaba,
por el número, diversidad temática y geográfica, así
como por la intensidad de los movimientos (Romero y
Farinós,2011).
Se pretende volver al origen (la democracia real) para a
partir de entonces volver a dejar en manos de los
representantes (mediante un nuevo contrato social y
de compromiso fiable y decente para con los
ciudadanos) el ejercicio del poder.Porque no puede ni
debe olvidarse que tras cualquier revolución o cambio,
de inmediato, hay que seguir tomando decisiones y
hacer política; y no todos quieren, pueden o deben
dedicarse a ello. El reparto de funciones sigue
resultandoimprescindible.
Pág
29
JoaquínFarinósDasí
El Estado es visto entonces como un producto social
resultado de la cesión por parte de los ciudadanos de su
propia soberanía individual (libertad de elección) a una
instancia superior, colectiva y compartida; pero no a
cambio de nada. Como antítesis a esta concepción
comunitaria, el individualismo de Hobbes: todo
individuo lucha sin límite por defender los propios
intereses frente al otro, sea el contrario otro individuo,
otro grupo o el propio estado o gobierno,que coarta su
libertad. Si bien el ser humano ha aprendido a
reconocer los beneficios de la cooperación, no permite
que la delegación del poder suponga la renuncia al
estado de naturaleza apuntado por Hobbes.Cuando ve
cómo lo primero no funciona, recupera entonces la
voluntad delegada para redefinir su propio escenario
de futuro (caso del movimiento 15M y de los cada vez
másnumerososmovimientos de carácter similar).
En la democracia ateniense la participación en la toma
de decisiones era directa (el dado que su
propia realidad demográfica e institucional permitía la
rotación en los puestos de gobierno. Las sucesivas
revoluciones liberales condujeron a la democracia
representativa,uno de los distintos tipos de democracia
propuestospor Held (2007).
Como ocurría con la democracia participativa el
objetivo de la democracia deliberativa es la democracia
directa, si bien reconoce las limitaciones de la escala
local a la hora de tomar las decisiones cara a cara, por
dos razones: porque una mayor participación no
mejora la calidad de las decisiones y, en relación con
ello, por la supuesta homogeneidad y las expectativas
limitadas de las comunidades locales que impedirían
una cosmovisión más pertinente. Estas limitaciones se
corregirán por medio del respeto y potenciación de la
diversidad (como hará la democracia radical),y por otra
mediante al recurso a la integración del nivel externo y
externo tanto en el diagnóstico como en la selección y
evaluaciónde alternativas.
'demos'),
egal,elitista-competitiva, pluralista,par ticipativay deliberativa,
radical,
L a los que después se añadirá
la democracia que recogía los efectos de movimientos como el feminismo,ecologismo o
el de liberación sexual, para reclamar el papel de la propia identidad del sujeto frente a la
hegemonía,el pensamiento único y la globalización.
Para la democracia radicalson los ciudadanos los únicos sujetos legitimados para poder llegar a
consensos y los que ejercen directamente su papel cívico y político mediante la aceptación de
normas consensuadas aplicables a ámbitos territoriales de proximidad, dándose de esta forma
soluciónalosconflictossociales existentes.
Pág
30
#POLÍTICA2pto0
dela
LAERA
2
2
CIUDADANOS,PODER,GOBIERNOYDEMOCRACIA;UNAFORMA
DERELACIÓNINESTABLE
Pág
5.Epílogo.
Tanto la democracia representativa como las
posibilidades de una democracia directa están siendo
puestas en cuestión por la colisión existente entre los
intereses de la sociedad civil por una parte y los del
mercado y el estado por otra. Este conflicto se
manifiesta en cualquiera de las dos perspectivas desde
la que puede concebirse la finalidad del sistema
político: la de producir gobierno (Platón) y la de crear
sujetospolíticos (Dewey).
Focalizando en la segunda, el denominado
(que desarrollan autores como Foucault,
Deleuze o Guattari) separa claramente entre el Estado y
la Sociedad Civil (como espacio de libertad por
excelencia), por un lado, y por otro revindica la idea y
principio de no dominación. Ambas razones, o el
atentado contra las mismas,explican en buena medida
la reacción popular y la situación política en la que nos
encontramos.
Ad i c io n a lm e n te, e s te pa r adi g m a c o n ce d e
protagonismo singular e inalienable al ciudadano en la
construcción de la norma;pero,a diferencia del antiguo
contrato social, la norma no debe generalizarse al
conjunto de la sociedad en tanto existen no uno sino
diversos intereses generales. Se renuncia por tanto a
leyes universales o cartas magnas,más allá de lo básico,
pues éstas exigen la asimilación de la norma por parte
de los ciudadanos que ni las consensuan ni incluso las
conocen.Sin embargo esto no equivaldría a la anarquía,
dado que las normas sí son de aplicación para los
contextoslocales específicos.
Esto supone poner los ojos en el localismo desde el
punto de vista jurídico y político-administrativo, como
también se ha hecho desde el campo de la teoría de la
planificación y del desarrollo local. Y no parece
descabellado, sino más bien todo lo contario,
reivindicar, también en materia de renovación política,
paradigma
autónomo
La finalidad por tanto es político-administrativa,dando respuesta eficiente mediante la toma
de decisiones a los conflictos,demandas y necesidades de la cosa pública. En este sentido ya nos
hemos manifestado a favor de una primacía de las políticas (la 'Policy') sobre la forma y
estructura de gobierno (la 'Politics' y la 'Polity'),dando lugar para ello a nuevas rutinas y prácticas
de gobernanza (entendida más como proceso que como precondición/estructura o resultado)
(Farinós,2008).
el principiode subsidiariedady el cambio desde abajo;
Pág
31
JoaquínFarinósDasí
3
3
tal vez la mejor forma, si no la única, de poder avanzar
dados los vicios e hipotecas que aquejan al sistema.
Dicho de otro modo, la punta de lanza para el cambio
más que en ningún otro sitio se encuentra en las
elecciones locales o municipales. Es desde el propio
espacio de vida, sea éste el pueblo, la ciudad, el distrito,
el barrio, la calle, donde la participación se está
produciendo de forma más clara y también más
efectiva.
Parte de la ciudadanía movilizada nunca llegará a las
instituciones; ni falta que le hace si conserva la labor de
observación y vigilancia, reclamando transparencia y
dación de cuentas. Otra parte sí formará parte del
sistema de representación: bien de forma distinta a la
de los partidos tradicionales, en partidos de nuevo
cuño, en partidos preexistentes pero no hegemónicos
que jalean el momento y se animan ante las
perspectivas electorales (con un discurso que cala bien
entre los desencantados), o en los más tradicionales
grandes partidos. Estos partidos hegemónicos, tras su
fra c a s o e n qu e r e r d e mo n i z a r l as n u e v as
manifestaciones de participación política, acabarán por
querer incorpo rar parte del n uevo discurso
(protagonizado por los noveles y por los no
hegemónicos con posibilidades) para asimilarlo a las
rutinas y estructuras preexistentes. No debería
preocuparnos tanto que este sea el resultado como que
enefectoeste cambio se produzca.
Especial atención merece para esta publicación la
segunda opción de las citadas al inicio del párrafo
anterior.Sin duda la esperanza de la renovación política
pasa por que corra nueva sangre por las venas de la
democracia española;gente joven, la generación mejor
preparada de todos los tiempos, muchos de ellos
a c t i v is t a s o s i mp l e s p a r t i c i pa n t e s e n l a s
manifestaciones en favor del cambio. Debe serse
consciente de que el día de después hay que continuar
haciendo política e incluso recuperar de forma intensa
eltiempoperdido o de retraso.
Estos últimos ya han sufrido algunos signos de fractura y desafecciones, más de tipo
individual que orgánico,que se han llegado a plasmar con diferentes niveles de concreción y
éxito o expectativa electoral (desde Rosa Díez a Álvarez Cascos, pasando por los amagos de
Antonio Asunción), y también han experimentado algunos intentos anteriores de
renovación,de distinta intensidad pero con parecida suerte (por ejemplo los de Joan Romero,
Manuel Pimentel o Joaquín Calomarde,entre otros).
Pág
32
#POLÍTICA2pto0
dela
LAERA
4
4
CIUDADANOS,PODER,GOBIERNOYDEMOCRACIA;UNAFORMA
DERELACIÓNINESTABLE
Pág
Novedosas formas de coalición de grupos de
ciudadanos, unidos hasta la fecha únicamente por el
deseo y el activismo en defensa de sus calles, distritos,
barrios o pueblos, pero sin otra estructura en común,
ahora también unidos con el movimiento del 15M y sus
variantes, están empezando a tomar cuerpo. Su
horizonte deberá ser poder estar preparados para la
próximacitade las municipales.
Por su parte también empiezan a surgir, desde algunas
fundaciones y ' ' próximos a algún partido
mayoritario,iniciativas que apoyan una labor formativa
o de capacitación de jóvenes para que puedan
participar y hacer política. Las personas que aprenden a
participar a edades más tempranas están más
predispuestas a involucrarse en procesos participativos
y presentan un nivel de beligerancia más alto en los
conflictos que puedan darse, pero para ello requieren
ver satisfecha su necesidad de información y contar con
elementos de coordinación y activación. Desde la
primera mitad de los años 1970 posiblemente no
hayamosvivido una situación parecida.
Es el filón que hay que cuidar y cultivar;ese es el camino
hacia el futuro, la escala local, por el momento la única
asequible.Más difíciles se nos antojan los cambios en la
escala autonómica; ni que decir tiene a nivel de
Gobierno de España. Pero no hay por qué desesperar.
Valga pensar, como ejemplo de efecto dominó, lo que
ha venido ocurriendo en no pocos casos de alcaldes en
muchos pueblos de España a lo largo de las sucesivas
convocatorias de elecciones municipales, en las que se
ha venido votando al/a la mismo/a candidata/a,aunque
representara a siglas distintas en cada convocatoria
electoral. No es que esto resulte un logro ni
especialmente halagüeño per se, pero habla bien a las
claras de la capacidad de asimilación y reconversión del
actual sistema de partidos -como antes lo han venido
haciendo instituciones seculares-, permitiendo una
renovación necesaria. Esto, al menos, hasta que se
cumpla el próximo ciclo y,llegado de nuevo el caso, se
requiera de una nueva convulsión, si es que no se
consigue aprender lo suficiente de la experiencia, o
sencillamente falla la memoria,de nuevo. Empecemos,y
continuemos, por la base, el ciudadano a las escalas de
proximidad.
think tank
Pág
33
JoaquínFarinósDasí
BIBLIOGRAFÍA
Almond, G.y Verba,S. (1970): Cultura Cívica, Boston, MA:
Little,Brown and Company.
Dahl, R. (2000): La democracia y sus críticos. Barcelona,
Ediciones Paidós (traducción del original publicado en
1989porYale UniversityPress).
Farinós, J. (2008): Gobernanza territorial para el
desarrollo sostenible: Estado de la Cuestión y Agenda.
Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles,46. 11-
32.
Held, D. (2007). Modelos de democracia (3ª ed). Madrid:
AlianzaEditorial.
Prats, J. (2005). De la burocracia al managenent: del
managementala gobernanza.
Romero, J. y FarinÓS, J. (2011): “Redescubriendo la
gobernanza más allá del buen gobierno. Democracia
como base, desarrollo territorial como resultado”,
Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles,Nº.56,
pp.295-319.
Vallés, J.M. (2004): Ciencia Política. Una introducción.
Barcelona,Ariel.
Pág
34
#POLÍTICA2pto0
dela
LAERA
CIUDADANOS,PODER,GOBIERNOYDEMOCRACIA;UNAFORMA
DERELACIÓNINESTABLE