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OBESIDAD (adiposidad): Una Mirada Desde El Condicionamiento Operante Y El Aprendizaje Social

Authors:
UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR
CIENCIA Y TECNOLOGÍA DEL COMPORTAMIENTO.
Teorías Psicológicas Contemporáneas.
Libia Marimón.
OBESIDAD (adiposidad): Una Mirada Desde El Condicionamiento Operante Y El Aprendizaje
Social
La obesidad es considera como un problema de salud pública que genera grandes costes desde
el punto de vista social. La Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca en su nota
descriptiva N°. 311 del año 2012, los datos y cifras que dan cuenta de tal problemática. En éste
se establece que desde el año de 1980 se ha duplicado en todo el mundo la obesidad. Las cifras
en términos de género, destacan que 200 millones de hombres y cerca de 300 millones de
mujeres, eran obesos. A lo anterior, se adiciona según cifras en el año 2010, que alrededor de 40
millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso ¿Pero que se entiende por obesidad y
sobrepeso? La OMS los define como “Una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede
ser perjudicial para la salud” (OMS, 2012). Éstos se determinan según el índice de masa
corporal (IMC), que es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla. El IMC, en el
caso del sobrepeso es igual o superior a 25 y, en de la obesidad es igual o superior a 30 (OMS,
2012).
Ahora bien, esta problemática está determinada por una multiplicidad de variables de carácter
social, biológico y psicológico. Así, La Organización Panamericana de la Salud (2000), destaca
desde el punto de vista social, las transformaciones económicas y demográficas como influencia
directa de la obesidad. Otros investigadores incluyen otras variables como: desarrollo de
políticas publicas y la alimentación primaria materno-infantil (Sánchez, Pichardo, & López,
2004).
Desde el punto de vista medico, las investigaciones se orientan al desequilibrio químico. Se
centra el análisis en el proceso de las adiciones al consumo de carbohidratos, el cual, según
García y Salcedo (2012) se ha incrementado en el mundo en un 300%. Este proceso se
caracteriza por una iniciación temprana que puede derivar en una enfermedad. Estos autores
sostienen que en algunos casos, el componente genético es implicado. Asimismo, la
preferencia por estos alimentos se da cuando por alguna razón, el organismo deja de producir
los niveles adecuados de serotonina y otros neurotransmisores generadores de la sensación de
bienestar, el individuo se orienta al consumo de alimentos placenteros que contrarresten la
“depresión endógena”. En este caso, la serotonina como principal generador de sensaciones
placenteras, se forma a través de alimentos ricos en triptófano y otros nutrientes como el
magnesio, zinc, litio, acido fólico, vitamina B-6 y B-12, en palabras de los autores, “de ahí la
necesidad de comer bien para sentirse bien, en lugar de comer mucho para sentirse mejor”
García y Salcedo (2012).
El punto anterior, permite introducir los aspectos psicológicos que dan cuenta del proceso de la
obesidad que para efectos del siguiente trabajo, son los que se consideran para el análisis
subsiguiente bajo dos perspectivas del aprendizaje: condicionamiento operante de Skinner y
aprendizaje social de Bandura. La escogencia de estas dos teorías, se fundamenta en las
observaciones de las investigaciones que sustentan, que en los aspectos etiológicos y de
mantenimiento se encuentran una serie de variables cognitivas, afectivas y comportamentales
(Seijas & Feuchtmann, 1997), en este caso, el análisis se centrará en las variables ambientales y
cognitivas que influyen en la adiposidad, considerando las dos perspectivas antes mencionadas,
comenzando por el condicionamiento operante.
Condicionamiento Operante (CO): para introducir el enfoque sobre el cual se fundamentará el
análisis se esboza de manera general en que consiste el CO. Segura, Sánchez y Barbado (1995),
sostienen que se trata de un conjunto de principios que permiten dar una descripción científica y
objetiva de la relación existente entre la conducta de un organismo y el medio ambiente en el
que habita. Teniendo esto claro, se seguirá un esquema de presentación para el análisis que
contempla los siguientes puntos: definición de la conducta, su etiología, paradigma de
mantenimiento y finalmente, tratamiento. Se comenzará por la definición.
Obesidad. Conducta caracterizada por la frecuencia de la ingesta de alimentos ricos en grasas
saturadas, como por ejemplo: carne de cerdo, hamburguesas, dulces, salsas, entre otros. La
ingesta, se llevan a cabo en el contexto familiar y social.
Antes de entrar en la explicación acerca de la etiología y el mantenimiento del proceso de
obesidad, es necesario precisar que el análisis se basó en el libro de Casalta (1987), acerca de las
investigaciones experimentales sobre comportamiento desviado (la conducta castigada y la
polidipsia) en la cual, se hace referencia al desajuste del comportamiento.
Etiología: Aclarada la fuente para el análisis posterior se destaca que desde el punto de vista
etiológico, el proceso de adiposidad se podría haber generado por la exposición prolongado a
alimentos ricos en grasas saturadas. Esta preferencia de hábitos enmarcada en el contexto
familiar, creo las conducciones necesarias facilitando el acceso, en mayor medida a este grupo
de alimentos que a otros, en este caso la conducta consumatoria de estos alimentos, podría estar
bajo el control de un programa de reforzamiento intermitente como por ejemplo: 1h, separado
por dos o tres horas de interrupción, según sean las costumbres del hogar. Así, al mantener estas
condiciones, los productos de este grupo de alimentos adquieren propiedades reforzantes para el
organismo que en una fase inicial, podrían generar algún tipo de reacción desfavorable como
por ejemplo daño estomacal, que a medida que el organismo se va habituando, van
desapareciendo estas respuestas. En este sentido, se destaca que algunas de las condiciones
presentes en la etiología son:
1. libre acceso al reforzador.
2. mayor presencia de un grupo de alimentos (ricos en grasas saturadas).
3. conducta electiva libre de coerción (presencia de otro grupo de alimentos, aunque en
menor medida).
4. organismo en condiciones normales de saciedad y peso.
5. combinación de los factores ambientales.
Paradigma de mantenimiento: Ya se ha explicado las condiciones ambientales que podrían
haber influido en la etiología del proceso de adiposidad. Ahora se analizará ¿cómo se mantiene
el proceso de adiposidad? Habiendo preestablecido la adquisición del comportamiento bajo un
programa de reforzamiento intermitente, se tiene que, el organismo en su historia de
condicionamiento (privación/saciedad) generó una función de refuerzo prioritario,
manteniéndose bajo efectos de reforzamiento positivo, por tanto, el arreglo contigencial, Ed
R- C, sugiere que al darse la conducta consumatoria de alimentos ricos en grasas saturadas en el
contexto del hogar, el organismo está inmerso en un ambiente que ofrece multiplicidad de
señales para que se ejecute la conducta de comer ciertos tipos de alimentos. En este sentido, los
padres, los familiares cercanos, amigos, objetos, sonidos, olores, son todas señales para la
respuesta de ingesta frecuente de estos alimentos. Asimismo, se fortalece la probabilidad de la
respuesta dado que se genera un aumento en la estimulación, lo que permite que tanto los
reforzadores materiales (alimentos ricos en grasas saturadas) como los reforzadores sociales
(atención, aprobación, aceptación), adquirieran propiedades intrínsecas y extrínsecamente
reforzante, este ciclo se mantiene a lo largo de la vida del individuo generando cuadros de
alteración metabólica y otras enfermedades asociadas.
Tratamiento: Existen varios procedimientos que pueden ser aplicados en el tratamiento para la
obesidad, como por ejemplo, choques eléctricos y uso de drogas vomitivas. Los mismos se
fundamentan en los principios del condicionamiento clásico y operante. Básicamente, tienen
como objetivo alterar la valencia de los estímulos reforzantes (alimentos ricos en grasas
saturadas), de modo que se provoque aversión hacia estos reforzadores y se debilite la respuesta
consumatoria de los mismos (Barker, Thorpe, Blakemore, Lavin y Conway, 1961, como se citó
en Rimm & Masters, 1981).
No obstante, el apoyo empírico de los procedimientos aversivos, para efectos del trabajo se
considera sólo los procedimientos derivados del análisis conductual aplicado que son propios de
la modificación de conducta. En el condicionamiento operante propiamente dicho, se ha
utilizado procedimientos de manejo de contingencias, que son considerados como
procedimientos simples y directos para extinguir conductas problemas, este consiste en eliminar
los reforzadores que aparecen manteniendo la conducta problema, para ello se instruye a los
agentes sociales en el medio del individuo para que cambien sus patrones de conductas de
reforzamiento hacia el individuo que se encuentra en tratamiento, simultáneamente, se les
entrena en el reforzamiento de conductas alternativas más aceptables (Rimm & Masters, 1981).
Además, se ha utilizado procedimientos de control de estimulo. Investigadores como Stuart
(1967, como se citó en Thorence & Mahoney, 1981), ha obtenido resultados exitosos en cuanto
a la magnitud del peso perdido en una muestra de 8 mujeres obesas, los cambios en el peso
oscilaron entre trece y veintitrés Kg. en un periodo de dos meses. Esta investigación ha sido
replicada por otros investigadores obteniendo los mismos resultados (Harris, 1969, Hagen,
1970, como se citó en Thorence & Mahoney, 1981). Lo anterior, es sólo una pequeña muestra
del éxito de la aplicación de los procedimientos operantes en el control de la obesidad.
Ahora bien, siguiendo el orden general en la exposición del proceso de obesidad en cuanto a su
adquisición, mantenimiento y tratamiento, se pasará al análisis desde la perspectiva del
aprendizaje social de Bandura, introduciendo el mismo con una breve reseña del aprendizaje
vicario.
Aprendizaje vicario. Consiste en el “aprendizaje basado en la observación directa de las
consecuencias de la conducta del otro antes de efectuarse ningún tipo de respuesta y sin
necesidad de un reforzamiento extrínseco” (Bandura, 1971, p. 6). Ahora bien, contextualizado
los elementos constitutivos en la definición precedente, a continuación, se seguirá el mismo
esquema que en el condicionamiento operante para el análisis del proceso de obesidad.
Definición de obesidad: proceso mediante el cual una persona modela la conducta de ingesta de
alimentos ricos en grasas saturadas. Ésta se presenta en contextos sociales y una vez adquirido
el proceso de imitación, sus consecuencias para el que las dá, determinará en gran medida su
fortalecimiento, debilitamiento o inhibición.
Etiología: Basándose en los principios del aprendizaje vicario (Bandura, 1971), la etiología de la
adiposidad podría explicarse por la presencia de un modelo en el contexto familiar, ya sea la
madre, el padre, un hermano u otro adulto significativo. Así, en la fase de adquisición, el
observador presta atención al modelo y retiene los elementos constitutivos de la conducta bajo
objeto de aprendizaje. Por su parte, en la fase de ejecución de la conducta en la que se reproduce
la ingesta de alimentos ricos en grasas saturadas, se dan concurrentemente otros procesos como
lo son la motivación que dirige la conducta del individuo hacia la búsqueda de los alimentos
ricos en grasas saturadas. Bandura sostiene que en esta fase de reproducción se dá, además de la
motivación, el refuerzo. En síntesis, en la adquisición de la conducta de ingesta de alimentos
ricos en grasas saturadas, es probable que el individuo advierta consecuencias positivas y ello
favorece que dirija su conducta a la consumación de los mismos.
Mantenimiento de la conducta de obesidad: Siendo que el observador tiene el control para
determinar si ejecuta o no la conducta. El mantenimiento de ésta podría estar sustentado bajo la
influencia negativa de los compañeros y adultos significativos que actúan como modelos
consumidores. Bandura (1984, como se citó en Segura et al., 1995) sostiene que, “muchas de las
cosas que hacemos están encaminadas a obtener los beneficios que hemos anticipado en un
momento dado y a evitar problemas que hemos previsto que pueden suceder en el futuro”. Esta
afirmación favorece la pertinencia de las técnicas basadas en el autocontrol, las cuales han sido
utilizadas por los psicólogos en el tratamiento de las conductas de adicción, a continuación se
presenta de forma general algunas de estas técnicas.
Tratamiento: Dentro de las propuestas cognitivas para manejar la obesidad, se pueden nombrar
las técnicas provenientes del autocontrol, se trata de una combinación de principios y
procedimientos del condicionamiento operante y cognitivos, para efectos de este trabajo, se
presentan sólo dos aun cuando existen una gran variedad de estas técnicas.
Extinción encubierta (condicionamiento encubierto): Técnica en la que se trabaja con las
consecuencias reforzantes de la conducta problema. Implica la imaginación de una conducta
problema y una correlación aversiva que persiste en la imaginación (Cautela, 1966; Cautela y
Kearney, 1986, como se citó en Kort, 2003). Por ejemplo: que el paciente imagine que está
comiendo un dulce de manzana y antes de culminarlo, observe gusanos por todo el dulce y que
esta imagen le causa nauseas.
Autocastigo y autorregulación revulsiva: Consiste en el empleo de una gama de respuestas
autocontroladoras y encubiertas. Las investigaciones sugieren que el autocastigo puede
adquirirse de manera vicaria a través de experiencias de observación, influenciado por
consecuencias inmediatas y ser relativamente independiente de otros todos de
autorregulación, como la autorrecompensa, se sugiere combinar este método con algún tipo de
consecuencias positivas (Thorence &Mahoney, 1981). Este método pareciera muy similar al
anterior. Podría resultar interesante diseñar un procedimiento en el que se sometiera ambos
técnicas a prueba, para extraer las diferencias que permitieran dilucidar si se trata de una o de
dos técnica y, cual de las dos resulta más pertinente en el abordaje de la obesidad.
Ahora, como se mencionó antes, existen otros procedimientos pero la mayoría contempla los
fundamentos del condicionamiento operante y principios cognitivos. A manera de información,
algunos de éstos son: Regulación de los recursos gratificantes autoadministrados; Manipulación
de las consecuencias deseadas (incluye la reducción y aplazamiento de las consecuencias
positivas, la consecuencia negativa de respuestas anteriores y el refuerzo diferencial de otras
conductas); Procedimientos revulsivos; Abstención a pesar de la disponibilidad de refuerzo
(Bandura y Walters 1963; Kanfer, 1971, Stuart 1970, Kanfer 1970ª, como se citó en Thorence &
Mahoney,1981). Cabe destacar, que la fortaleza de estas técnicas y procedimientos se encuentra
en la combinación de otros procedimientos de la terapia cognitivo-conductual.
Por otra parte, y ya para ir cerrando, los apartados precedentes sugieren una mirada general de la
explicación del proceso de obesidad así como los posibles tratamientos, sin embargo, este
análisis no estaría completo si no se realizará una mirada critica de los planteamiento de cada
abordaje según perspectiva teórica.
Conclusiones.
Si se contemplan las explicaciones teóricas en cuando a la adquisición de los hábitos de
alimentación perjudiciales, ambas posturas se fundamentan en el contexto familiar, en donde el
individuo, en el periodo de ablactación comienza a recibir alimentos que pueden ser ricos en
grasas saturadas. En este sentido, el niño esta en una posición pasiva frente a la posibilidad de
elegir los alimentos, depende por completo de lo que las figuras significativas pongan en su
plato. Ahora, el punto central según la postura del condicionamiento operante y aprendizaje
vicario es ¿el individuo adquiere estos hábitos por aproximación sucesiva o por modelamiento?
Yo diría que por ambos. Tanto las variables ambientales como las variables cognoscitivas
ejercen una fuerte influencia en el aprendizaje en el periodo temprano, estas pudieran explicarse
por la doble función de los reforzadores materiales y sociales. Es decir, el niño al momento de
comer estos alimentos ricos en grasas saturadas, no solo recibe el autoreforzamiento generado
por el gusto, sino que además recibe reforzadores sociales muy potentes, como por ejemplo la
atención y aprobación, para esto, es preciso que el niño prestar atención y retengan la conducta
de los adultos significativos en cuanto a los gestos que realizan al llevarse los alimentos a la
boca, las formas y colores de éstos, además de los sabores. Así mismo, esta relación, se puede
complejizar aún más, si le agrega que por aproximaciones sucesivas, el niño aprende a
discriminar que mediante estas respuestas, obtiene afecto, lo cual es fuente de seguridad para el
infante, así, los reforzadores sociales y materiales adquiere un valor intrínsecamente reforzante
en el que quedan asociados una multiplicidad de estímulos contextuales. A esto, agregaría la
predisposición genética, ya que si se expone a una organismo con tendencias a preferir cierta
clase de alimentos a un medio en el cual, se refuerce aún más esta tendencia, el resultado podría
ser el desequilibrio a nivel biológico. En este sentido, ambas posturas explican de forma
adecuada la adquisición del proceso de obesidad, aunque pareciera que el condicionamiento
operante tiene mayor representatividad en la explicación, no obstante deja fuera las variables
genéticas, afectivas y cognitivas.
Por su parte, en lo que respecta al mantenimiento de la preferencia de alimentos ricos en gasas
saturadas. El condicionamiento operante ofrece una explicación más aceptable, ya que en el
mismo, se evidencia que el individuo en su medio se expone a múltiples estímulos
discriminativo que fueron condicionados en su edad temprana y que fungen como señal, para
que se realice la conducta consumatoria del grupo de alimentos del cual se viene hablando. Por
su parte, Bandura (1984, como se citó en Segura et al., 1995, p. 42), destaca que “muchas de las
cosas que hacemos están encaminadas a obtener los beneficios que hemos anticipado en un
momento dado y a evitar problemas que hemos previsto que pueden suceder en el futuro”. Si se
toma este argumento al pie de la letra y se rescata que el aprendizaje vicario enseña acerca de
las consecuencias de una determinada conducta, la pregunta es ¿siendo que existen muchos
reportes de casos de muerte por obesidad, por que las personas prefieren alimentos ricos en
grasas saturadas? Pareciera que en este punto, la teoría se queda corta, resultando más plausible
la explicación del refuerzo prioritario, el propio Bandura y Walters (1983, Segura et al., 1995, p.
39) dan un argumento a favor cuando sostiene que:
“…es dudoso que pudiesen adquirirse muchas de las respuestas que
emiten casi todos los miembros de nuestra sociedad si el
adiestramiento social procediese sólo por aproximaciones sucesivas.
Ellos es particularmente cierto en la conducta que no tiene ningún
estimulo seguro que la produzca, aparte de la señal que dan otros
miembros de la especie que exhibe dichas conductas”.
Se pudiera concluir entonces desde esta postura, que el individuo no tiene claro cuales son las
consecuencias de la ingesta de estos alimentos y por ello imita la conducta sin ningún tipo de
Entrenamiento en
aprendizaje
discriminativo,
generalización,
transferencia.
Algo
de lógica.
Entrenamiento en
estrategias de
autorreflexión,
autoanálisis,
autocrítica,
autoreforzamiento.
Autoconocimiento,
Identificación de
las claves
contextuales en el
ambiente del
sujeto, de los
alimentos
reforzantes,
Enseñanza de la
estrategia del
análisis funcional:
busca que el
individuo
discrimine como se
está relacionando
Estrategias de
aprendizaje de
nuevos hábitos,
autorreflexión, más que la satisfacción propiamente dicha. No obstante, aun queda mucho por
decir a cerca del proceso de obesidad, los argumentos aquí presentados se esbozan de manera
general. En mi opinión personal, la interacción de los elementos psicológicos, biológicos,
sociales y espirituales crean las condiciones para que se desarrolle un modelo de salud-
enfermedad personal. Ahora, para el tratamiento, concuerdo que la combinación de arreglos
contigenciales y presupuestos de prácticas cognitivas ofrece una posibilidad para el manejo de
esta problemática que está cobrando tantas vidas. Así, mi propuesta se fundamenta en los
modelos de salud en los que se ejerce la promoción de ésta y se previenen las enfermedades.
Desde una perspectiva multidimensional en la que se explican las relaciones existentes entre las
diversas ciencias como la propuesta en el Modelo Biopsicosocial de Buela-Casal, Caballo y
Sierra (1996, como se citó en Marimón y Rincones, 2013). El Modelo Personal de Salud, no se
expondrá en este trabajo dado que se encuentra en desarrollo. No obstante algunos de los
elementos que contempla se muestran en la siguiente figura.
Figura 1. Esquema del modelo personal de salud.
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