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Recepción del concepto de autopoiesis en las ciencias sociales

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Abstract and Figures

The authors discuss the presence of the notion of autopoiesis, developed by biologist Humberto Maturana and his colleagues, in the social sciences. The study looks at the adoption of a concept that referred strictly to a biological phenomenon and its dissemination from a peripheral country (Chile) to the plane of universalist social theories. The presentation is organized in three parts: the first deals with the emergence of the theory of autopoiesis and aims to pinpoint the context and conditions that favored its being accepted in the social sciences, particularly in Niklas Luhmann's application; the second part presents the results of an analysis applied to the data bases of recent scientific publications that make it possible to specify the generalization of the concept; and finally, the authors develop certain hypotheses to explain this exceptional case of the dissemination of Latin American scientific thought in social theory.
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Sociológica, año 26, número 73, mayo-agosto, de 2011, pp. 87-108
Fecha de recepción: 16/08/2010. Fecha de aceptación: 08/04/2011
Recepción del concepto de autopoiesis
en las ciencias sociales1
The Reception of the Concept of Autopoiesis
in the Social Sciences
Marcelo Arnold, Anahí Urquiza y Daniela Thumala
2
RESUMEN
Se discute la presencia de la noción de autopoiesis, desarrollada por el biólogo Humberto Matura-
na y colaboradores, en las ciencias sociales. La indagación aborda la adopción de un concepto
referido estrictamente a un fenómeno biológico y su difusión desde un país periférico –Chile– al
plano de las teorías sociales universalistas. La presentación se organiza en tres partes: la primera
da cuenta de la emergencia de la teoría de la autopoiesis, y tiene por propósito indicar el contexto
y condiciones que favorecieron su aceptación en las ciencias sociales, particularmente en la apli-
cación que realiza Niklas Luhmann; seguidamente se presentan los resultados de un análisis aplica-
do a bases de datos de publicaciones científicas recientes y que permiten especificar la generaliza-
ción del concepto; finalmente, desarrollamos algunas hipótesis para explicar este caso excepcional
de difusión del pensamiento científico latinoamericano en la teoría social.
PALABRAS CLAVE: ciencia, ciencias sociales, teoría social, autopoiesis, sociopoiesis.
ABSTRACT
The authors discuss the presence of the notion of autopoiesis, developed by biologist Humberto
Maturana and his colleagues, in the social sciences. The study looks at the adoption of a concept
that referred strictly to a biological phenomenon and its dissemination from a peripheral country
(Chile) to the plane of universalist social theories. The presentation is organized in three parts:
the first deals with the emergence of the theory of autopoiesis and aims to pinpoint the context
and conditions that favored its being accepted in the social sciences, particularly in Niklas Luh-
mann’s application; the second part presents the results of an analysis applied to the data bases
of recent scientific publications that make it possible to specify the generalization of the concept;
and finally, the authors develop certain hypotheses to explain this exceptional case of the dis-
semination of Latin American scientific thought in social theory.
KEY WORDS: science, social sciences, social theory, autopoiesis, sociopoiesis.
1 Una versión preliminar de este texto fue presentada bajo el nombre “Recepción del
concepto de autopoiesis en las ciencias sociales y humanas contemporáneas: el impacto
de la noción acuñada por los biólogos chilenos. En la dirección inversa: de la periferia al
centro” (en coautoría de A. Urquiza, D. Thumala y C. Mariñez) en el simposio “Nuevas
perspectivas teóricas y metodológicas de las ciencias sociales en América Latina en
tiempos de globalización”, 53 Congreso Internacional de Americanistas.
2 Integrantes del Programa de Análisis Sistémico Aplicado a la Sociedad, Facultad de
Ciencias Sociales, Universidad de Chile, Santiago de Chile. Contacto: marnold@uchile.cl
Marcelo arnold, anahí UrqUiza y daniela ThUMala
88
IntroduccIón
La comunicación científica y sus aplicaciones tecnológicas se
han asentado en la base de lo que denominamos cultura contem-
poránea. Sus funciones no han pasado inadvertidas y las inves-
tigaciones sobre las proyecciones de la actividad científica se
han multiplicado en todos los ámbitos de la vida social. Parale-
lamente, se ha generalizado una caracterización de la sociedad
que destaca su creciente dependencia del conocimiento cien-
tífico y tecnológico cuya obra emblemática, y referencia obli-
gada, es la monumental trilogía sobre la era de la información
del sociólogo Manuel Castells (1996-1998).
Actualmente constituye un desafío estudiar, por ejemplo,
los contextos de construcción y los medios de difusión de sus
conocimientos, especialmente cuando la información científica
ha pasado a ser relevante en el ámbito jurídico y donde la deli-
beración ética y política parece desbordarse. Los conocimientos
que produce y certifica la ciencia son ocupados para apoyar
decisiones o para clausurar y contener la discusión de temas
públicos, y además los medios de comunicación de masas los
utilizan para apoyar opiniones sobre múltiples temas, desde el
aborto o la rehabilitación penal sobre cómo establecer o con-
servar amistades. De este modo, la sociedad recoge e incorpora
los resultados de un quehacer que se produce en universidades
y centros de investigación para proseguir su reproducción.
el concepTo de aUTopoiesis en las ciencias sociales
89
Circunscribiendo nuestra atención a las ciencias sociales,
nos interesó explorar la vinculación de procesos aparente-
mente contrapuestos. Por un lado, que la producción científica
se correlaciona estrechamente con las capacidades econó-
micas y condiciones políticas de los países y, por otro, el afian-
zamiento, desde mediados del siglo pasado, de una sociedad
mundial cuyo modo de reproducción es crecientemente indife-
rente a las variaciones regionales (Stichweh, 2000). Específi-
camente, los países con el más alto producto interno bruto
lideran la producción científica mundial (International Social
Science Council, 2010). Sin embargo, por otra parte, las tecno-
logías info-comunicacionales impulsan la des-territorialización
de sus condiciones de producción generalizando, casi en tiempo
real, los conocimientos. En el caso de las ciencias sociales,
quien quiera interiorizarse de sus avances y tendencias puede
acceder fácilmente a ellas a través de buscadores especiali-
zados o revisando en línea las más recientes publicaciones de
su área. Para mayor abundamiento, la estandarización del
formato aceptable de las publicaciones científicas, a la vez
que limita las posibilidades para el desarrollo de variedades de
ciencias nacionales o regionales, impulsa su difusión, en el
formato establecido, a nivel global. En este sentido, la ciencia
se ha diferenciado como un sistema social que opera autóno-
mamente a escala global.
En el contexto antes descrito adquiere interés distinguir
entre producción científica, es decir, la variación y selección
de sus conocimientos, y los procesos de difusión mediante los
cuales se generalizan. El carácter global del sistema social de la
ciencia está más presente en los segundos que en los procesos
de producción de conocimientos; se estima que esa situación
permanecerá en la medida en que las investigaciones dependan
de fondos en los cuales inciden los gobiernos y los contribu-
yentes. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando se trata de estudios,
teorías abstractas o entramados discursivos que no requieren
grandes financiamientos? Estas evidencias nos invitan a observar
con más detenimiento cambios en los ejes tradicionales de la
Marcelo arnold, anahí UrqUiza y daniela ThUMala
90
producción del conocimiento científico. En este caso particular
interesa preguntarse con respecto a los aportes efectivos a las
ciencias sociales globales que provienen de equipos de inves-
tigación de países periféricos pues, aunque existen ejemplos
sobre estos flujos, como son los casos de la teoría de la depen-
dencia y la teología de la liberación, no conocemos indaga-
ciones sobre su impacto y su adopción por parte de la ciencia
social mundial.
En este artículo discutiremos tanto la emergencia como la
generalización del concepto de autopoiesis, como un caso
reciente y excepcional de la difusión del pensamiento científico
proveniente de un país periférico en la teoría social. Nuestra
hipótesis, inspirada en la teoría sociopoiética (Arnold, 2003),
apunta a señalar que la ciencia, constituida como un sistema
funcionalmente diferenciado que opera de modo recursivo,
participa y potencia la restructuración de la sociedad produ-
ciendo conocimiento de manera independiente de la localización
territorial de su punto de origen y de la capacidad de control de
quienes participaron en su producción. Estas condiciones se
cumplirían perfectamente en el caso que hemos sometido a
observación.
Recordemos que la noción de autopoiesis es una innova-
ción en el campo científico que sobrepasa las nociones de
auto-organización, morfogénesis y retroalimentación positiva
de la cibernética de segundo orden (Maruyama, 1968). Esta
variación científica fue dada a conocer por el biólogo chileno
Humberto Maturana en el año 1973 a través de su libro De
máquinas y seres vivos. Autopoiesis: la organización de lo vivo,
publicado en colaboración con Francisco Varela. Este texto
contiene explicaciones sobre cómo los sistemas vivos se
generan y sostienen a través de sus operaciones y, por ello,
tienen a su propia organización como una variable constante.
A estos mecanismos se refiere el concepto de autopoiesis,
constructo inédito producto de una inspiración de su autor. Esta
teoría, aunque no es plenamente aceptada entre los biólogos,
se ha expandido en las ciencias sociales, lo cual nos ha llevado
el concepTo de aUTopoiesis en las ciencias sociales
91
a interrogarnos sobre las condiciones que han acompañado su
aceptabilidad. Con tal objetivo desarrollaremos dos momentos
de este proceso. En el primero nos centraremos en la emer-
gencia de la teoría de la autopoiesis, y en el segundo, en su
incorporación a una teoría que concibe a la sociedad como un
sistema autopoiético.
EmErgEncIa dEl concEpto dE autopoIEsIs
El concepto de autopoiesis identifica un tipo de organización
–sistema– cuyos componentes están dinámicamente relacio-
nados en una red continua de interacciones de tal manera que
se producen en ella, establecen los límites dentro de los cuales se
dan esas interacciones y, en un mismo y unitario proceso, se dis-
tinguen, constituyéndose así como unidades autónomas que
especifican un dominio de existencia y a la vez son especí-
ficas de éste (Maturana y Varela, 1984: 24-28). Lo central en
un sistema de este tipo es que su identidad proviene de un
espacio clausurado de transformaciones, donde lo que les ocurre
se determina internamente y donde todas sus operaciones se
subordinan a la conservación de su organización, aunque experi-
menten cambios para compensar perturbaciones (Maturana y
Varela 1995: 71). Consecuentemente, estos sistemas se diferen-
cian no por su mayor o menor adaptación, como proponen
otras teorías, sino por el dominio y la estructura en los que (re)
producen su modelo organizativo. La ejemplificación empírica
de estas entidades se encuentra a nivel celular, por cuanto sus
moléculas no permitirían entender la identidad celular pues son
los procesos y las relaciones entre ellos, por medio de los
componentes moleculares comprendidos en su metabolismo,
los que constituyen e identifican a las células como unidades
en sus espacios físicos.
Las ideas originales de esta teoría surgen a fines de 1960
frente a la motivación de Maturana por responder a la pregunta
sobre la naturaleza de lo viviente:
Marcelo arnold, anahí UrqUiza y daniela ThUMala
92
[…] me di cuenta de que lo que definía, y de hecho constituía a los seres
vivos como entes autónomos que resultaban autorreferidos en su mero
operar, fue que eran unidades discretas que existían como tales en la
continua realización y conservación de la circularidad productiva de todos
sus componentes, de modo que todo lo que ocurría con ellos ocurría en la
realización y en la conservación de esa dinámica productiva, que lo defi-
nía y a la vez constituía en su autonomía (Maturana y Varela, 1994: 6).
En un texto anterior, “Neurophysiology of Cognition” (1969),
Maturana aplica el concepto de organización circular en el texto
y lo presenta en un congreso de antropología en Chicago, que
tenía como tema “El conocer como fenómeno humano”. Cinco
años después aparece “Autopoiesis: Organization of Living
Systems, its Characterization and a Model” (Varela, Maturana y
Uribe, 1974).
Este último artículo fue decisivo para difundir el nuevo con-
cepto en círculos angloparlantes debido a la importancia de
Journal Byosystems, revista científica donde fue publicado. De
hecho dos años después, durante la Reunn Internacional de Sisté-
mica, en Nueva York, se programó una sesión especial llamada
“Autopoiesis”. En este proceso, la propuesta de Maturana y
Varela concita el interés de académicos ya consagrados como
Heinz von Foerster, Lynn Margulis, Stafford Beer, Erich Fromm,
Ivan Illich y Luigi Luisi (Maturana y Varela, 1994: 16). Final-
mente, a principios de la década de los ochenta fueron editados
dos libros que posicionaron definitivamente el concepto de
autopoiesis en las discusiones científicas: Autopoietic Systems
(Benseler, Heil y Kock, 1980), publicado por una importante edito-
rial alemana, y Autopoiesis: A Theory of the Living Organization
(Zeleny, 1981), publicado en la serie “North Holland in General
Systems Research”. Se entiende así cómo los autores aprove-
charon la globalización de la ciencia y la generalización del
inglés como lengua franca para difundir su teoría.
La teoa de la autopoiesis no se limita a la comprensión del
metabolismo celular; también se proyecta a sistemas con mayores
grados de complejidad siempre que dispongan, entre sus propie-
dades, de autonomía, emergencia, clausura operativa, autoes-
tructuración y autorreproducción. Así, el acoplamiento entre
el concepTo de aUTopoiesis en las ciencias sociales
93
sistemas celulares originaría sistemas autopoiéticos de segundo
orden como, por ejemplo, organismos que operan con clausura
y se especifican por una red de procesos dinámicos cuyos
efectos no salen de la red que les otorga su autonomía e indi-
vidualidad. Concretamente, la presencia de organismos con
sistemas nerviosos identifica procesos compuestos de redes
de interacciones donde tampoco existe determinación del
entorno. Por ejemplo, la actividad de un grupo de neuronas
afecta el estado de actividad relativa de otro grupo o del mismo
grupo en otro momento, independientemente del origen de las
perturbaciones que desatan estos cambios. Por eso es posible
afirmar que el sistema nervioso no tiene entradas ni salidas ya
que, dada su clausura y determinaciones, no se contacta con
el entorno ni recibe informaciones instructivas de éste.
La presencia de organismos que disponen de sistemas
nerviosos se acompaña con amplios márgenes conductuales.
Esta plasticidad permite expandir las posibilidades de cambios
estructurales, que tienen lugar a lo largo de su ontogenia como
resultado de sus interacciones y que constituyen su aprendi-
zaje, mientras que posibilita la construcción de una realidad
–heterorreferida– a través de sus modos internos de opera-
ción (Maturana y Varela, 1995: 130). De esta forma, el obser-
vador “sólo ve lo que puede ver y no tiene la posibilidad de ver
lo que no puede ver” (Maturana y Varela, 1984: 113). A su vez,
organismos como el humano, que cuentan con un sistema
nervioso, rico y vasto, generan propiedades que posibilitan
otras nuevas. En este punto se destaca la centralidad del
lenguaje pues, por su intermedio, se modifican sustancialmente
los dominios conductuales de nuestra especie haciendo posi-
bles fenómenos como la conciencia, la reflexión y un obser-
vador que traspasa sus bordes logrando establecer distinciones,
descripciones y explicaciones incluso de sí mismo. Estas
conclusiones proyectan la teoría de la autopoiesis a los temas
epistemológicos como fundamento biológico del constructi-
vismo radical (Schmidt, 1987) y la empalman con las perspec-
tivas de la Escuela de Palo Alto (Segal, 1986), donde el trabajo
Marcelo arnold, anahí UrqUiza y daniela ThUMala
94
de importantes representantes como Paul Watzlawick y Gregory
Bateson lograba un importante impacto en las ciencias humanas
y sociales.
Aunque para Maturana la perduración de entidades más
complejas descansa en la autopoiesis de las unidades de
primer orden y si bien, y en principio, el concepto de atopoiesis
parecía reservarse sólo para los sistemas vivos, sería posible
“[…] hablar de sistemas autopoiéticos de tercer orden al consi-
derar el caso de una colmena, o de una colonia, o de una
familia, o del sistema social como un agregado de organismos”
(Maturana y Varela, 1994: 10). Por ello, también se aplicaría en
sistemas sociales constituidos como redes cerradas de inte-
racciones entre organismos que se hacen viables por su
permanencia en esa red. Estos sistemas presentan grados de
autonomía respecto de la relación con sus entornos y no serían
exclusivos de nuestra especie, pero en ésta incorporan cuali-
dades especiales que derivan del hecho de que operan en
dominios de interacciones posibilitados por su constitución
lingüística. Por ello, a las conductas que se alcanzan en sus
dominios se las denominan comunicativas, y la coordinación
conductual que resulta de ellas se denomina comunicación.
Finalmente, Maturana añade que para que se genere un
sistema social es fundamental que las interacciones recu-
rrentes se produzcan en un contexto de predisposiciones bioló-
gicas cooperativas, específicamente en un espacio de encuentro
y de aceptación mutua que es posible gracias al amor. Sin
embargo, como no todas las relaciones entre seres humanos
se fundan en esa emoción, las relaciones de trabajo y las de
poder no serían consideradas sociales.
El concEpto dE autopoIEsIs
En la tEoría socIal
Sin duda, la arquitectura de una teoría bioautopoiética limita
radicalmente su posibilidad de producir una explicación acep-
el concepTo de aUTopoiesis en las ciencias sociales
95
table de la sociedad. Quizás por ello Maturana no sería confrontado
por este uso del concepto de autopoiesis aunque, como apre-
ciamos, de una u otra manera lo aplicó en materias propias de
las ciencias sociales. Por otra parte, ciertamente hay muchas
concordancias entre la teoría de Maturana y algunas teorías
sociales. Marx, Spencer, Durkheim, Pareto y Malinowski pueden
leerse en sus claves; lo mismo Giddens, Castoriadis, Beck,
Habermas o Bourdieu. Aunque ninguno de estos últimos le
dedica atención a la teoría de la autopoiesis y, por lo tanto, se
trata de equivalencias más que de aplicaciones deliberadas.
La situación excepcional se encuentra en la teoría de la
sociedad desarrollada por Niklas Luhmann. Sin embargo, no
es tan evidente que su versión del concepto de autopoiesis se
corresponda con la de Maturana, quien lo ha advertido reitera-
damente
3 con sus reparos a las aplicaciones del sociólogo de
Bielefeld: “[…] me pregunto si el sistema que Luhmann distin-
gue como sistema social genera los fenómenos y experiencias
que en la vida cotidiana connotamos al hablar de lo social. Yo
pienso que no, que no lo hace, y pienso por lo tanto que la noción
de lo social está mal aplicada[]”. No obstante su desautoriza-
ción, Luhmann terminó divulgando el concepto hasta que esta
noción pasó a ser lo más distintivo y, a la vez, lo más polémico
de su obra –al punto de que la mayor parte de los teóricos poslu-
hmannianos evitan su uso.
Luhmann propuso una teoría de la autopoiesis como
fórmula para caracterizar a la sociedad como sistema (1998).
Es por eso que las críticas a la aplicación del concepto, más
allá del ámbito celular, apuntan al modo con que lo introduce a
las ciencias sociales (aunque por medio de esta noción no se
haga más que fundamentar cienficamente la clásica idea de que
la sociedad es una realidad sui generis). Este intento se expuso a
una fuerte incomprensión y rechazo que, en parte, surge al
confundir la autopoiesis del sistema social con el hecho de
que la sociedad disponga, por sí misma, de todas las causas
3 Por ejemplo, en un manuscrito no publicado de su comentario al libro Sociedad y
teoría de sistemas, de Darío Rodríguez y Marcelo Arnold (1992).
Marcelo arnold, anahí UrqUiza y daniela ThUMala
96
que son necesarias para su producción. Al respecto, como lo
señaló el mismo Luhmann (1997: 52), se debe diferenciar entre
producción y creación, siendo esta última un problema para
Dios. Los sistemas autopoiéticos no disponen de todas sus
causas, ni tampoco son inmunes a causalidades que incluso
pueden, cuando se sobrepasan algunos valores límites, llevar
a su destrucción.
Desde principios de los sesenta del siglo pasado, Luhmann
había explorado explícitamente la potencia de los conceptos
de complejidad y de autorreferencialidad en sistemas que se
autoorganizan. Ideas convergentes con la noción de auto-
poiesis estarían presentes desde sus primeros textos, donde
intuía que las nociones sistémicas clásicas estaban dema-
siado apegadas a las explicaciones sobre la construcción y
manutención de estructuras, pero nada decían sobre sus
propias condiciones de posibilidad. Esta interrogante es la que
cubre el concepto de autopoiesis (García Blanco, 1997).
En 1982, cuando ya habían publicado docenas de libros y
cientos de artículos (Rodríguez y Torres, 2003: 109), aparece
en Luhmann su primera referencia al concepto de autopoiesis
(Luhman, 1982). En ésta se concentró en desarticular la empresa
habermasiana de posicionar la noción de acción comunicativa
como unidad de la explicación sociológica pues, tal como la
visualizó, se encontraba enredada en consideraciones psíquicas.
En esa discusión se coloca en posición para cuestionarse con
respecto a la composición básica de los sistemas sociales
para, desde allí, indagar sobre las características de las estruc-
turas con que se realizan. Dos años después publica “The
Autopoiesis of the Social System” (1986), donde se define la
autopoiesis como la forma de organización en sistemas que
usan su clausura autorreferencial para producir sus compo-
nentes. Finalmente, proyecta el concepto de autopoiesis como
una teoría general para distinguir e indicar operaciones equi-
valentes y de las cuales los sistemas vivos serían una de ellas.
En principio, Luhmann consideró que la noción de auto-
poiesis, en su versión original, no estaría suficientemente desa-
el concepTo de aUTopoiesis en las ciencias sociales
97
rrollada y no dejaría ver todas sus potencialidades y, por lo
tanto, su extensión fuera del campo de la biología se basaría
en premisas incompletas. Ante ello, asume la necesidad de
delinearla a un nivel aún más abstracto precisando, como su
aporte fundamental, poder referirse con ella a entidades que,
en sentido estricto, reproducen internamente las diferencias
con las cuales se constituyen. De este modo identifica y coloca
bajo su observación tres grandes tipos de sistemas: los
sistemas vivos, los sistemas psíquicos y los sistemas sociales
(Luhmann, 1984). Al dejar abierto el concepto de autopoiesis para
la observación de operaciones que pueden ser tanto bioquí-
micas o neurofisiológicas como de conciencia o comunica-
ciones sociales, Luhmann aborda las diferencias y equivalencias
que se aprecian entre distintos sistemas y se pregunta sobre las
peculiares operaciones con las que mantienen su organización.
Mientras que los componentes sobre los que se alzan los
sistemas sociales no serían más que operaciones, Luhmann
op por las comunicaciones, es decir, acontecimientos compues-
tos de selecciones que no tienen otra forma de reproducción fuera
de los autocontactos producidos de modo recurrente y recur-
sivo por medio de otras comunicaciones. Desde tal perspec-
tiva, las referencias a sistemas biológicos, pensamientos o
acciones son remplazadas por procesos que, aunque no son
posibles sin células, cerebros, conciencias o cuerpos consti-
tuyen con sus propiedades sistemas que se autoproducen y,
además, requieren observar su autodelimitación para conser-
varse. En definitiva, la autopoiesis de sistemas sociales se
refiere a sistemas sociales compuestos por comunicaciones;
fuera de ellos no hay comunicación.
Como se aprecia, el concepto de autopoiesis ha pasado a
ser constitutivo de una teoría social universalista como la desa-
rrollada por Niklas Luhmann y, simultáneamente, se ha empal-
mado con el desarrollo del constructivismo radical y de la Escuela
de Palo Alto. Ahora bien, ¿cuán efectivamente es aceptada en
las ciencias sociales y en qué versiones?
Marcelo arnold, anahí UrqUiza y daniela ThUMala
98
prEsEncIa dEl concEpto dE autopoIEsIs
En artículos dE cIEncIas socIalEs
A través de la opción anywhere de las herramientas de
búsqueda avanzada, entre los años 2000 y 2008 se contabi-
lizó la presencia del concepto de autopoiesis en 1,800 artí-
culos indexados en las siguientes bases de datos: Academic
Search Premier (
ebsco
), Proquest,
isi
Knowledge, Sage Full
Collection, Redalyc y
scielo
(estas bases de datos cuentan con
aproximadamente 4,630 revistas relacionadas con ciencias
sociales). Con este material se efectuó una revisión para selec-
cionar exclusivamente las publicaciones donde el concepto de
autopoiesis fuese efectivamente relevante. Aplicando este criterio,
el corpus quedó compuesto por 403 artículos y sobre éstos se
realizaron los análisis.
El primero de ellos se refiere a los países de procedencia
de los artículos, constatándose que el 84% proviene de los
centros tradicionales de producción de conocimiento (países
integrados a la
ocde
, excluido México); el 14% de Latinoamé-
rica; y el 2% de otros países. La mayor presencia proviene de
Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Chile, Holanda, Australia,
Dinamarca, México, Canadá y Austria (Cuadro 1). Lo anterior
confirma la aplicación del concepto en las ciencias sociales y
su expansión a nivel mundial.
En relación con los campos disciplinarios donde se enmar-
caron los artículos se encontró una amplia dispersión, ya que
abarcan desde disciplinas centrales de las ciencias sociales,
como la sociología, hasta ámbitos de las artes y las humani-
dades, lo que da cuenta de la amplia recepción del concepto.
(Cuadro 2).
En cuanto a los autores con los cuales se asociaban las refe-
rencias del concepto de autopoiesis, el 43% lo remitía a Niklas
Luhmann; el 40% a Humberto Maturana y Francisco Varela; el
8% tanto a Luhmann como Maturana y Varela; y el 9% restante
a otros autores (Cuadro 3).
el concepTo de aUTopoiesis en las ciencias sociales
99
Un análisiss desagregado, y considerando las referencias
por campos disciplinarios, indica que en sociología, epistemo-
logía, antropología, derecho, artes/humanidades y teología, las
referencias mayoritariamente remiten a Luhmann; Maturana y
Varela son más citados en administración, sociocibernética,
educación, psicología y ciencias cognitivas lo que, en este último
caso, puede estar relacionado con la relevancia del constructi-
vismo radical y de la Escuela de Palo Alto en estas disciplinas.
Finalmente, llama la atención que en los artículos prove-
nientes de América Latina las referencias a Luhmann superan
las referencias a Maturana y Varela, los cuales, sin embargo,
son los más citados en artículos provenientes de Inglaterra y
Estados Unidos (Cuadro 4).
Cuadro 1
REFERENCIAS AL CONCEPTO DE AUTOPOIESIS
SEGÚN PAÍS (2000-2008)
3.0
3.5
3.7
4.0
4.5
5.0
6.5
9.7
14.1
20.3
0.0 5.0 10.0 15.0 20.0 25.0
Austria
Canadá
México
Dinamarca
Australia
Holanda
Chile
Alemania
Estados Unidos
Inglaterra
Fuente: Todos los cuadros son de elaboración propia a partir del análisis de las
bases de datos Academic Search Premier (
ebsco
), Proquest,
isi
Knowledge,
Sage Full Collection, Redalyc y
scielo
, entre los años 2000 y 2008.
Marcelo arnold, anahí UrqUiza y daniela ThUMala
100
Cuadro 2
ARTÍCULOS QUE INCORPORAN EL CONCEPTO DE
AUTOPOIESIS SEGÚN CAMPOS DISCIPLINARIOS (2000-2008)
1.0
5.2
4.7
4.0
3.0
2.7
1.2
22.6
12.7
12.2
9.9
9.7
5.5
5.7
Trabajo Social
Salud
Administración
Sociocibernética
Educación
Política
Psicología
Derecho
Antropología
Ciencias
Arte/Humanidad
Teología
Sociología
Epistemología
0 252015105
Porcentajes
conclusIonEs y rEflExIonEs fInalEs
Los resultados de nuestra exploración invitan a reflexionar en
torno a las actuales condiciones de producción de las teorías
científicas, tomando en cuenta las nuevas condiciones estruc-
turales de la sociedad contemporánea que se empiezan a regir
por la mundialización de la diferenciación funcional. Este proceso
está, ciertamente, en sus inicios, pues hasta ahora, “sin importar
el concepTo de aUTopoiesis en las ciencias sociales
101
8%
9%
43%
40%
Cuadro 3
AUTORES REFERIDOS AL CONCEPTO
DE AUTOPOIESIS (2000-2008)
Otros
Luhmann, Maturana y Varela
Luhmann
Maturana y Varela
que la sociología se practique en muchos lugares del orbe, las
teorías y métodos de mayor impacto mundial, los autores
clásicos y los textos canónicos provienen en su gran mayoría
de tres países: Alemania, Estados Unidos y Francia” (Galindo,
2008: 19). No obstante, asumiendo este escenario cobra mayor
relevancia indicar que la generalización y posicionamiento del
concepto de autopoiesis constituye un actual y efectivo ejemplo
de la desrregionalización de la producción de conocimiento en
ciencias sociales, donde la dirección tradicional de la difusión de
teorías científicas se invierte, como lo prueba la expansión globa-
lizada de un concepto teórico acuñado en un país periférico.
Marcelo arnold, anahí UrqUiza y daniela ThUMala
102
Cuadro 4
ARTÍCULOS QUE INCORPORAN EL CONCEPTO DE
AUTOPOIESIS (%) SEGÚN CAMPO DISCIPLINARIO
Y AUTOR (2000-2008)
0 5040302010 60
Luhmann
Maturana y Varela Luhmann, Maturana y Varela
Otros autores
Trabajo Social
Salud
Teología
Arte/Humanidades
Ciencias Cognitivas
Derecho
Antropología
Psicología
Política
Educación
Sociocibernética
Administración
Epistemología
Sociología
El mismo Francisco Varela explícitamente reconoce una nueva
alineación en el desarrollo de las ciencias, identificando que el
concepto de autopoiesis logra visibilidad a partir de su reso-
nancia con sensibilidades contemporáneas que no se asientan
el concepTo de aUTopoiesis en las ciencias sociales
103
Cuadro 5
ARTÍCULOS CON REFERENCIAS AL CONCEPTO DE
AUTOPOIESIS SEGÚN REGIÓN (2000-2008)
OCDE
Latinoamérica
Otros países
0 15010050
Luhmann
Maturana y Varela Luhmann, Maturana y Varela
Otros autores
en un país o región, ni siquiera en una línea de pensamiento
específica.
Si la autopoiesis ha tenido influencia ha sido porque supo
alinearse con otro proyecto cuyo centro de interés es la capa-
cidad interpretativa del ser vivo que concibe al hombre no como
un agente que “descubre” el mundo, sino que lo constituye. Es
lo que podemos llamar el “giro ontológico” de la modernidad,
que hacia el fin del siglo
xx
se perfila como un nuevo espacio
de vida social y de pensamiento que, ciertamente, está cambiando
progresivamente el rostro de la ciencia (Varela, 1994: 2).
Ciertamente, nada de lo anterior se comprende sin considerar
la expansión global de la condición de diferenciación funcional de la
sociedad contemporánea; la condición autónoma y universal de
su sistema de la ciencia; así como su función en la sociedad
contemporánea (Luhmann, 1998).
Marcelo arnold, anahí UrqUiza y daniela ThUMala
104
La difusión del concepto que hemos puesto bajo observa-
ción también nos invita a reflexionar sobre la efectiva declina-
ción de las tradicionales divisiones regionales del conocimiento
y las posibilidades de que avances científicos originados en
centros periféricos del mundo influyan efectivamente en el desa-
rrollo del sistema de la ciencia a nivel global. Pues, ¿qué otra
cosa que la existencia de una ciencia global, incluso sin fron-
teras entre campos disciplinarios, es lo que proporcionó el
espacio para que el concepto de autopoiesis se difundiera?
Sin embargo, los actuales y escasos ejemplos de este suceso
nos conducen, en el campo de las ciencias sociales, a reconocer
algunas de las condiciones que favorecerían la expansión de
cierto desarrollo teórico, como la participación de investiga-
dores en las redes de centros productores de conocimiento y
el acceso a medios efectivos para la difusión y la publicación
de estos conocimientos. En este último sentido, no escapa a
nuestra atención el efecto conservador que tienen las expecta-
tivas de nuestras propias comunidades y los obstáculos que se
oponen a la circulación de, por ejemplo, teorías desrregionali-
zadas acerca de la sociedad.
Mientras que pareciera que Luhmann, u otros investiga-
dores europeos y estadounidenses, no otorgan importancia a
la chilenidad del abstracto concepto de autopoiesis para apli-
carlo en sus abstractas teorías incluso a pesar, dicho sea de
paso, de los deseos del propio Maturana, en algunos círculos
latinoamericanos se insiste en promover el desarrollo de un
pensamiento teórico local con la argumentación de que las
teorías que explicarían la sociedad y sus manifestaciones
estarían encadenadas a sus localizaciones de origen. Para
muchos sociólogos, no pensar de esa manera sería una señal
de la dependencia y el colonialismo de nuestro pensamiento
social, o más aún, de nuestro sometimiento a los centros cien-
tíficos hegemónicos. Sostenemos que estas ideas no tienen
mucho sustento, pues las ciencias sociales conllevan preten-
siones universalistas desde sus orígenes. Sólo por mencionar
un ejemplo, el estructuralismo o el marxismo, desde que se
el concepTo de aUTopoiesis en las ciencias sociales
105
formularon, han sido aplicados, o pretenden serlo, en todas las
regiones del planeta. De hecho, las teorías universalistas son
capaces de abordar evidencias que destacan la diversidad y la
localidad de los fenómenos que explican. Ciertamente, no
confunden las formas solidarias alemanas con las mexicanas,
brasileñas o argentinas, aun cuando sean consideradas como
equivalentes.
Finalmente, si las condiciones estructurales que identifi-
camos en la producción, difusión e impacto del concepto de
autopoiesis en las ciencias sociales tienen fundamento, las posi-
bilidades de aportar a la producción teórica de clase mundial
deben empezar a formar parte de nuestras expectativas. Por
eso, negarse prejuiciosamente a integrarse a la ciencia mundial
es un error mayúsculo y el primer afectado es el desarrollo
local de nuestras disciplinas y, con ello, el conocimiento de
nuestras realidades y urgencias, pues se desechan programas
de observación ya aplicados, la producción local se incomu-
nica y nuestros aportes a la ciencia global quedan bloqueados.
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... LA BIOLOGÍA COGNITIVA DE HUMBERTO MATURANA Los desarrollos de Humberto Maturana trascienden diversas posiciones filosóficas y epistemológicas. En su pensamiento confluyen la cibernética, el constructivismo, la epistemología y las ciencias cognitivas (Arnold, Urquiza y Thumala, 2011). Además, incluye planteamientos destacados como: interacción organismo-medio; clausura operativa, estructura e identidad; autopoiesis; cognición, la objetividad con y sin paréntesis entre muchos otros. ...
... Sin embargo, el control de sus operaciones solo depende del mismo organismo y no del medio. El medio estimula las perturbaciones, siendo el pro-pio sistema quien determina la respuesta a dichas perturbaciones, manteniendo su organización (Maturana, 1993;Arnold, Urquiza y Thumala, 2011). ...
... Esta hace referencia a la capacidad que tiene todo organismo de reproducirse así mismo, permaneciendo autónomo y generando su propia dinámica interna. Lo que caracteriza a un sistema autopoiético es su capacidad de producir sus propios componentes y a su vez mantenerse en congruencia con su medio ambiente, esta autoproducción le permite distinguirse del medio (Maturana, 1998;Arnold, Urquiza y Thumala, 2011). La causalidad presente es la circular, toda vez que todo lo que le sucede se da en la dinámica productiva del propio organismo (Maturana, 1998;Arnold, Urquiza y Thumala, 2011). ...
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RESUMEN: El estudio de la causalidad históricamente ha sido muy importante para la ciencia en general. Desde Aristóteles tenemos una ciencia basada en la causalidad lineal o eficiente, concepto que ha sido y es gravitante en las ciencias positivistas. Sirviendo de fundamento para la ciencia moderna, como se aprecia en los modelos de la mecánica de Newton, en la física clásica, la biología y la psicología, entre muchos otros que evidencian su impacto. El presente artículo tiene por objetivo analizar la influencia del pensamiento y epistemología de Aristóteles, así como de la causalidad cibernética en la biología cognitiva de Humberto Maturana. Analizamos que la causalidad motriz planteada por Aristóteles conduce a buscar las causas y el porqué de las cosas, constituyéndose en la base de la ciencia moderna. Con la cibernética se incorpora la causalidad circular, contrapuesta a la causalidad motriz aristotélica. Desde esta perspectiva el sistema nervioso, los procesos cognitivos y perceptivos están organizados circularmente y responden a una causalidad circular. Se encuentra la influencia de la causalidad aristotélica y cibernética en la epistemología de Humberto Maturana. ABSTRACT: The study of causality has historically been very important for science in general. Since the time of Aristotle, we have had a science based on linear or efficient causality, a concept that has been and continues to hold significance in positivist sciences. It serves as the foundation for modern science, as can be observed in Newton's mechanical models, classical physics, biology, and psychology, among many others that demonstrate its impact.This article aims to analyze the influence of Aristotle's thought and epistemology, as well as cybernetic causality, on Humberto Maturana's cognitive biology. We analyze that the motor causality proposed by Aristotle leads to the search for the causes and reasons behind things, thus constituting the basis of modern science. With cybernetics, circular causality is incorporated, contrasting with Aristotelian motor causality. From this perspective, the nervous system, cognitive processes, and perceptual processes are organized circularly and respond to circular causality. The influence of both Aristotelian and cybernetic causality can be found in the epistemology of Humberto Maturana.
... Quiere decir que, existe una relación de adaptación y ajuste entre la experiencia y realidad. La realidad es el medio en donde las experiencias operan sin relación causal lineal entre ambas (Ceberio y Watzlawick, 2006;Arnold et al., 2011;von Glasersfeld, 2014). ...
... Desde su pensamiento, no podemos fundar el conocimiento en una realidad objetiva independiente del observador. Aquí, es el observador quien influye en lo observado (Maturana, 1998;Arnold et al., 2011). ...
... Los planteamientos de Humberto Maturana trascienden diversas posiciones filosóficas y epistemológicas. Como se ha podido analizar, en su pensamiento confluyen la cibernética, el constructivismo, la epistemología y las ciencias cognitivas (Arnold et al., 2011). ...
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El notable biólogo chileno, dejó un importante legado para la ciencia en general y la psicoterapia en particular. El objetivo de la presente investigación es identificar la influencia de la epistemología de Humberto Maturana en la praxis clínica de la psicoterapia breve sistémica. Se realiza un análisis de los principales planteamientos teóricos de la biología cognitiva de Humberto Maturana, revisando conceptos tales como clausura operativa, cognición, la interacción organismo medio, el lenguaje y la autopoiesis. Posteriormente se realiza un análisis y comparación de los aspectos epistemológicos en los planteamientos de Maturana referidos al cuestionamiento de la objetividad, la causalidad, la existencia de un multiverso y la biología del amor. Identificando la influencia de su pensamiento en la epistemología y praxis clínica de la psicoterapia breve sistémica. Finalmente se encuentra y concluye que la psicoterapia breve sistémica ha incorporado conceptos de la biología cognitiva de Humberto Maturana a su quehacer clínico.
... Maturana y Varela alertaron inicialmente sobre la dificultad que entraña tal distinción, dada las limitaciones que enfrenta un observador para determinar los límites dentro de los cuales el operar de la entidad hace emerger dicho atributo. La opinión divergente de los autores citados, ha generado un amplio debate durante las dos últimas décadas, que incluye, entre otras, las contribuciones de Pont Vidal (2016Vidal ( , 2015, Aragón (2011), Arnold, Urquiza & Thumala (2011, Rodríguez & Torres (2003), así como Gibert-Galassi & Corre (2001). Transformación, ISSN: 2077-2955, RNPS: 2098, mayo-agosto 2019 (2), 1-23 ...
... Valoraciones sobre la significación epistemológica de la teoría de Santiago para la educación La teoría de Santiago, trasciende el ámbito de la biología al tener implicaciones filosóficas (Ortiz, 2017;Peña, 2008), sociológicas (Arnold, Urquiza & Thumala, 2011;Gibert-Galassi & Corre, 2001), psicológicas (Becerra, 2016;Ortiz, 2015;Castro, 2012;Laboy, 2012), pedagógicas (Danza, 2013) y bioéticas (Mazo, 2014;Cárcamo, 2011). Sus postulados relativos al dominio del observador, realizan también importantes contribuciones a la lógica, aspecto que no ha sido significado anteriormente por ningún autor (al menos, hasta donde pudo verificarse para la presente contribución). ...
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Objetivo: Los fundamentos biológicos de la educación no se discuten con la misma frecuencia y profundidad que otros de índole filosófica, psicológica o sociológica. Este artículo se propone valorar la significación epistemológica de la teoría de Santiago como fundamento biológico de la educación. Método: Se emplearon métodos teóricos como el analítico-sintético, inductivo-deductivo, histórico-lógico y ascensión de lo abstracto a lo concreto, para valorar información proveniente de las fuentes bibliográficas consultadas. En el orden empírico se utilizó el análisis documental, se registraron las mejores experiencias de los autores en más de 30 años, al dirigir el tratamiento de estos temas en actividades docentes universitarias. Resultados: Se significa la importancia del sistema categorial que maneja la teoría de Santiago (autopoiesis, acoplamiento estructural, cognición, conducta, sistema nervioso, coordinación conductual, comunicación, conductas culturales, lenguaje, autoconciencia y reflexión, entre otras), para develar la esencia biológica de los sujetos que intervienen en el proceso educativo y las cualidades que hacen posible su educabilidad. Conclusión: La teoría de Santiago aporta presupuestos teóricos que contribuyen a explicar una buena parte del basamento biológico que subyace en la educación. No tenerlos en cuenta significaría desconocer la esencia viviente de los participantes en el proceso y tendría implicaciones ontológicas, gnoseológicas y metodológicas.
... ¿Hasta qué punto el concepto de autopoiesis (Maturana y Varela 1973) se puede aplicar más allá de las moléculas? Es cierto que se ha aplicado en Sociolingüística (Arnold et al. 2011) y ahora en Lingüística, pero ¿hasta qué punto cabe hacerlo? ¿Hasta qué punto las lenguas como el árabe tienen un basamento léxico y/o gramatical? ...
... ¿Hasta qué punto el concepto de autopoiesis (Maturana y Varela 1973) se puede aplicar más allá de las moléculas? Es cierto que se ha aplicado en Sociolingüística (Arnold et al. 2011) y ahora en Lingüística, pero ¿hasta qué punto cabe hacerlo? ¿Hasta qué punto las lenguas como el árabe tienen un basamento léxico y/o gramatical? ...
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La presente obra contiene los proyectos de investigación registrados en la Universidad de la Sierra Sur en 2018. Los tres primeros capítulos corresponden a las investigaciones que los estudiantes de la Licenciatura en Administración Pública han registrado para elaborar sus tesis y así obtener el grado de licenciados.
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Resumen Este trabajo busca comparar la conceptualización de la autopoiesis entre Humberto Maturana y Niklas Luhmann. Para ello analizamos convergencias y diferencias en sus definiciones y en el tratamiento de los sistemas sociales; luego, estas son ubicadas en el contexto más amplio de una disputa acerca de lo que se entiende por lo social, y de allí por el sentido de la sociología como una disciplina científica; finalmente, llevamos estas consideraciones al terreno de la epistemología donde, a pesar de haber algunas coincidencias en materia de posiciones filosóficas, la posibilidad de tratar a los sistemas sociales como observadores, marca el direccionamiento diferencial que toman sus constructivismos. Nuestra hipótesis es que la distancia que se observa entre ambos autores responde a consideraciones epistémicas y pre-teóricas del orden de los intereses y los supuestos que condicionan la tarea de la ciencia, las concepciones valorativas y los compromisos éticos acerca de lo humano y lo social.
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El objetivo de esta investigación es aportar una aproximación teórica inmersa dentro del modelo pedagógico que se desarrolla en la carrera de ciencias experimentales de la Universidad de Educación en Ecuador, el cual contrastará el conocimiento y su praxis. La investigación es cualitativa, de campo, bajo el enfoque fenomenológico. Para la recolección de la información se utilizó la entrevista semiestructurada, utilizando como sujetos informantes, docentes y estudiantes en formación docente que están activos en la carrera universitaria en el tercer ciclo, período IS-2020. Se utilizó el software Maxqda para el tratamiento analítico de la información, finalizando con la contextualización a partir de una triangulación de la información en base a los sustentos aportados por las principales fuentes y por los informantes que se encuentran en el contexto del objeto. Entre los resultados se destaca una praxis educativa de modelo tradicionalista o conductista. Como aproximación teórica se puede concluir que, para generar una transformación educativa óptima y eficiente del saber-hacer científico, se deben estructurar nuevos métodos y modelos de enseñanza en la educación universitaria ecuatoriana actual, de esta forma el conocimiento no será solo una transmisión de información entre el docente y el estudiante, considerándose el conocimiento y la praxis educativa,un desafío en la transformación universitaria.
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La región latinoamericana necesita de unas ciencias sociales institucionalmente robustas, críticas y a la vez rigurosas; disciplinas que contribuyan al esclarecimiento de la sociedad contemporánea y que respondan a sus demandas sociales más urgentes. El presente artículo discute alternativas para que nuestras investigaciones, a nivel local, regional y global, aborden productivamente los cambiantes escenarios que caracterizan las primeras décadas de este siglo. La exposición, en primer lugar, analiza cómo nuestras disciplinas enfrentan la demanda de conocimientos en el actual contexto global; en segundo lugar, destaca obstáculos, internos y externos, que inhiben el despliegue de sus aportes, y finalmente presenta una oferta programática, inspirada en las teorías de sistemas y de la complejidad con énfasis en su pertinencia para América Latina.
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El artículo ofrece una reseña de la fructífera relación teórica entre Niklas Luhmann y Humberto Maturana. La teoría luhmanniana es un edificio conceptual cuyas dimensiones abarcan la comprensión de todo lo social. Pese al fallecimiento del autor en 1998, todavía hoy se continúan publicando escritos póstumos y la influencia de su pensamiento se extiende paulatinamente a diversos ámbitos de las ciencias sociales. Parte central de este complejo pensamiento se desarrolla con la ayuda de conceptos que Luhmann adaptó de la biología de Humberto Maturana. En este trabajo se explica el modo de esta vinculación y los alcances que tiene para la comprensión de la sociedad globalizada moderna.
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Estudio que analiza dos problemas torales de la teoría sociológica: el de la estructuración y el de la diferenciación, a través de los planteamientos de los pensadores que han abordado esta cuestión, entre los que se encuentran: Augusto Comte, Immanuel Kant, George Simmel, Talcott Parsons, Claude Lévi-Strauss, Erving Goffman, Harold Garfinkel, Niklas Luhmann, Pierre Boudieu, Anthony Giddens, J.J. Rousseau, H. Saint-Simon, Karl Marx, Friedich Engels, Max Weber, Adam Smith, Herbert Spencer, Emile Durkheim. El objetivo es sentar las bases de una sociología mundial capaz de dar cuenta de la realidad social.
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Zusammenfassung Handlungstheorie ist zur Zeit eine umstrittene Angelegenheit. Hier wird vorgeschlagen, die biologische Theorie autopoietischer Systeme zur weiteren Klärung heranzuziehen. Handlungen müssen vor allem als Ereignisse begriffen werden, die nicht dauern können. Damit verlagert sich der Schwerpunkt der Handlungstheorie von der Sozialdimension des Sinnes in die Zeitdimension. Handlungssysteme erfordern Kommunikation, um sich selbst laufend zu reproduzieren. Es ist dieser Kontext, in dem die klassische Differenz von Zweck und Mittel ihre Funktion gewinnt als „difference that makes a difference“ (Bateson). Damit allein ist jedoch die Sozialdimension allen Sinnes nicht ausreichend repräsentiert. Es ist das Verdienst von Habermas, darauf immer wieder hingewiesen und Forschungen über kommunikative Verständigung angeregt zu haben. Für Habermas läuft dies jedoch auf die Frage nach den Gründen für vernünftigen Konsens hinaus. Eine Theorie autopoietischer sozialer Systeme würde dagegen auf die Differenz von Konsens und Dissens abstellen im Sinne einer „difference that makes a difference“.
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Notwithstanding their diversity, all living systems must share a common organization which we implicitly recognize calling them “living.” At present there is no formulation of this organization, mainly because the great developments of molecular, genetic and evolutionary notions in contemporary biology have led to the overemphasis of isolated components, e.g., to consider reproduction as a necessary feature of the living organization and, hence, not to ask about the organization which makes a living system a whole, autonomous unity that is alive regardless of whether it reproduces or not. As a result, processes that are history dependent (evolution, ontogenesis) and history independent (individual organization) have been confused in the attempt to provide a single mechanistic explanation for phenomena which, although related, are fundamentally distinct.
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Maturana, Humberto y Francisco Varela 1995 De máquinas y seres vivos. " Autopoiesis " : la organización de lo vivo, tercera edición, Editorial Universitaria, col. " El Mundo de las Ciencias ", Santiago de Chile.
Die Gesellschaft der Gesellschaft Suhrkamp Taschenbuch Wissenschaft, núm. 1360, Suhrkamp Taschenbuch Verlag, Francfurt y Main Problemas con el cierre operativo
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Autopoiesis: un nuevo paradigma sociológico " , en Niklas Luhmann, Hacia una teoría científica de la sociedad
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García Blanco, J. 1997 " Autopoiesis: un nuevo paradigma sociológico ", en Niklas Luhmann, Hacia una teoría científica de la sociedad, Anthropos, Barcelona, pp. 78-92.
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