Working PaperPDF Available

¿Cómo medir la felicidad?

Authors:

Figures

Content may be subject to copyright.
Conclusión
Chile ha tomado una posición de liderazgo mundial,
junto a países como Francia e Inglaterra, al
incorporar mediciones de felicidad en la encuesta
CASEN 2011. Este es un paso importante para
estudiar los determinantes socioeconómicos de la
felicidad y orientar las políticas públicas para que
mejoren el bienestar subjetivo de los chilenos.
Durante los próximos años esperamos que el Censo
de Población y Vivienda, la Encuesta de Protección
Social (EPS), la Encuesta Nacional de Salud (ENS)
y otras encuestas de hogares comiencen a
incorporar medidas de felicidad. Eso permitirá
comprender mejor cómo se distribuye la felicidad
en Chile y cómo podemos mejorarla mediante
políticas de protección social, salud y otras áreas
relacionadas.
Nuestra recomendación es incluir en cada una de
estas encuestas un conjunto de tres medidas
mínimas que incluye: felicidad global, satisfacción
con la vida y escalas de afectos positivos y negativos
(ver Tabla 1). Este conjunto de preguntas puede
ampliarse posteriormente, incluyendo índices
creados por reconocidos investigadores, preguntas
por satisfacción en áreas específicas de la vida y
preguntas por satisfacción instantánea. Cada una de
estas preguntas permite medir la felicidad de forma
válida, confiable, eficiente y concordante con los
estándares internacionales.
una semana después y a 40% después de algunos
años. Por lo tanto, para los estudios longitudinales
se recomienda realizar medidas anuales o incluso
más frecuentes.
La escala de medición también influye en la
confiabilidad, siendo las mediciones con preguntas
múltiples las que producen resultados más
confiables. Por ejemplo, un test-retest con las
escalas de afectos alcanza correlaciones de 83% para
afectos positivos, 81% para afectos negativos y 76%
para el balance afectivo. Además la consistencia
interna es bastante alta, con valores alfa de
Cronbach de 0.82 para afectos positivos y de 0.75
para afectos negativos. Los resultados son
similares para otros indicadores con preguntas
múltiples, como la escala de satisfacción con la vida,
la escala de felicidad subjetiva y el método de
reconstrucción del día anterior.
En cuanto a la validez, la conclusión de múltiples
revisiones es que del dicho al hecho no hay mucho
trecho. Las medidas de felicidad tienen validez de
constructo, en tanto capturan el significado actual
de la palabra felicidad. También tienen validez de
convergencia, en tanto los indicadores se
corresponden con otros indicadores que pretenden
medir el mismo concepto. Y tienen validez
discriminante ya que las medidas no se relacionan
con indicadores de conceptos contrarios.
Se ha demostrado, por ejemplo, que quienes
declaran una alta felicidad tienen una mayor
actividad cerebral en la zona de los pensamientos y
las emociones placenteras (corteza prefrontal
izquierda), y sus amigos suelen confirmar su
satisfacción vital de forma independiente. También
se ha demostrado que quienes declaran una alta
felicidad demuestran con mayor regularidad
actitudes positivas como sonreír frecuentemente o
manifestar verbalmente una satisfacción, y tienen
una mejor respuesta a las enfermedades.
¿Cuánto Trecho Hay del Dicho al
Hecho?
En la sección anterior describimos preguntas que
permiten medir la felicidad de forma eficiente y
concordante con los estándares internacionales. En
esta sección entregamos antecedentes específicos
acerca de la validez y confiabilidad de las
mediciones de felicidad.
En términos generales, una medida es válida si mide
lo que pretende medir y es confiable si entrega
información consistente en mediciones repetidas.
Por lo tanto, la confiabilidad es un requisito para la
validez. La Figura 2 ejemplifica la relación entre
validez y confiabilidad representando a la felicidad
como el centro del blanco y a las mediciones como
puntos. En el primer caso (A) no hay validez ni
confiabilidad: las medidas no le apuntan a la
felicidad y además los distintos intentos son
inconsistentes. En el segundo caso (B) la medida es
confiable, pero no válida: las medidas son
consistentes pero no le apuntan a la felicidad. En el
tercer caso (C) la medida es confiable y válida: las
medidas consistentemente le apuntan a la felicidad.
La confiabilidad de las medidas de felicidad no es
perfecta, pero es suficiente. Se ha encontrado que
pequeñas diferencias en el orden de los
cuestionarios y en las circunstancias específicas
pueden alterar el nivel reportado. Se puede
disminuir fácilmente este tipo de problemas
mediante prácticas simples como incluir las
preguntas sobre felicidad al comienzo del
cuestionario y evitar aplicar el cuestionario en
circunstancias excepcionales, tales como el día
después de ganar un Mundial de Fútbol.
La confiabilidad disminuye con el tiempo que pasa
entre una aplicación y la siguiente. Por ejemplo, para
la medida de felicidad global, la correlación
test-retest es sobre 70% si se pregunta dos veces en
una encuesta, pero se reduce a 60% si el retest es
¿CÓMO MEDIR LA FELICIDAD?
Octubre 2011, Número 4
El interés en medir la felicidad es compartido por
muchas autoridades, académicos y profesionales
comprometidos con mejorar el bienestar no
monetario de las personas. Organismos
internacionales como la OCDE y la ONU apoyan
oficialmente la implementación de mediciones de
felicidad y bienestar subjetivo. Chile y otros países
como Bután, Francia e Inglaterra han seguido estas
recomendaciones e incorporado mediciones de la
felicidad en sus censos y encuestas de hogares.
La medición de la felicidad es claramente un tema
en boga a nivel internacional. La penetración del
tema se puede apreciar en la Figura 1, que muestra
un crecimiento acelerado en el número anual de
publicaciones y noticias sobre felicidad en español,
inglés y francés.
Por: Pablo Beytía y Esteban Calvo
Claves para Políticas Públicas
Fuente: Elaboración propia usando ProQuest, ABI-INFORM Global (2011).
En esta Clave para Políticas Públicas queremos
apoyar las iniciativas de medición de la felicidad en
Chile y otros países entregando recomendaciones
basadas en la evidencia acerca de cómo medir la
felicidad de forma válida, confiable, eficiente y
concordante con los estándares internacionales.
Definición Operacional de la
Felicidad
La felicidad es un concepto complejo que ha sido
abordado desde muchas perspectivas, tales como la
filosófica y la artística. La perspectiva científica se
caracteriza por ofrecer una definición operacional
de la felicidad que, aunque no comprende toda la
complejidad que otras perspectivas consideran
sobre este concepto, sí permite su medición. En
palabras simples, la felicidad es definida como el
grado con que una persona aprecia la totalidad de su
vida presente de forma positiva y experimenta
afectos de tipo placentero.
Esta definición tiene implicancias importantes para
la medición de la felicidad. Si reconocemos que se
trata de un fenómeno interior a cada persona,
entonces parece más adecuado medirla con
auto-reportes que con evaluaciones de expertos o
pares. Y si la felicidad tiene grados, entonces las
mediciones deberían reconocer distintos niveles y
no clasificar a las personas simplemente como
felices o infelices. La medición de la felicidad
también debería anclarse en el presente, remitir a la
vida en general e incorporar tanto pensamientos
como sentimientos.
La Tabla 1 incluye un conjunto de preguntas
mínimas para medir la felicidad que son
consistentes con la definición operacional de la
felicidad ofrecida anteriormente y cumplen con
estándares de medición internacionalmente
aceptados. Lo más frecuente es recurrir a preguntas
sencillas y generales para evaluar la felicidad global y
1
2
FIGURA 1. NÚMERO DE PUBLICACIONES Y NOTICIAS SOBRE FELICIDAD, 1990-2011
la satisfacción con la vida presente (ver preguntas 1
y 2 en la Tabla 1). También es frecuente la
utilización de preguntas sobre afectos positivos y
negativos, los cuales pueden ser analizados por
separado o resumidos en una escala de balance
afectivo (ver pregunta 3).
Implementar este conjunto de preguntas mínimas
para medir la felicidad es barato y eficiente, ya que
las preguntas son contestadas rápidamente y con
una tasa de no respuesta cercana al 1%, lo cual es
muy bajo comparado, por ejemplo, con el 17% que
se niega comúnmente a reportar los ingresos
personales. Estas tres preguntas también permiten
la comparabilidad con datos nacionales e
internacionales que abarcan cerca de 150 países. La
felicidad global ha sido preguntada, entre otras, en la
Encuesta Mundial de Valores (WVS) y la encuesta
CEP. La pregunta por la satisfacción con la vida ha
sido utilizada en encuestas como WVS,
Latinobarómetro, British Houesehold Panel Survey
(BHPS), German Socio-Economic Panel (GSOEP),
CASEN 2011 y Encuesta Nacional UDP. La escala
de equilibrio en los afectos ha sido preguntada en
WVS y en estudios liderados por expertos del área.
Además del conjunto de preguntas mínimas para
medir la felicidad existen otras mediciones
internacionalmente aceptadas que podrían
implementarse de forma complementaria (ver Tabla
Anexo 1). Entre estas mediciones se incluye la
escalera de felicidad de Gallup, índices específicos
creados por investigadores reconocidos en el área,
preguntas por satisfacción en áreas específicas de la
vida y preguntas por satisfacción instantánea. Ésta
última puede ser medida con técnicas de muestreo
experiencial o de reconstrucción del día. En el
primer caso se utiliza el apoyo de tecnología para
obtener informes frecuentes e inmediatos de las
personas en su entorno cotidiano, mientras que en
el segundo se llena una agenda correspondiente a
los eventos del día anterior, en donde las personas
reportan su experiencia en períodos específicos del
día.
Conclusión
Chile ha tomado una posición de liderazgo mundial,
junto a países como Francia e Inglaterra, al
incorporar mediciones de felicidad en la encuesta
CASEN 2011. Este es un paso importante para
estudiar los determinantes socioeconómicos de la
felicidad y orientar las políticas públicas para que
mejoren el bienestar subjetivo de los chilenos.
Durante los próximos años esperamos que el Censo
de Población y Vivienda, la Encuesta de Protección
Social (EPS), la Encuesta Nacional de Salud (ENS)
y otras encuestas de hogares comiencen a
incorporar medidas de felicidad. Eso permitirá
comprender mejor cómo se distribuye la felicidad
en Chile y cómo podemos mejorarla mediante
políticas de protección social, salud y otras áreas
relacionadas.
Nuestra recomendación es incluir en cada una de
estas encuestas un conjunto de tres medidas
mínimas que incluye: felicidad global, satisfacción
con la vida y escalas de afectos positivos y negativos
(ver Tabla 1). Este conjunto de preguntas puede
ampliarse posteriormente, incluyendo índices
creados por reconocidos investigadores, preguntas
por satisfacción en áreas específicas de la vida y
preguntas por satisfacción instantánea. Cada una de
estas preguntas permite medir la felicidad de forma
válida, confiable, eficiente y concordante con los
estándares internacionales.
una semana después y a 40% después de algunos
años. Por lo tanto, para los estudios longitudinales
se recomienda realizar medidas anuales o incluso
más frecuentes.
La escala de medición también influye en la
confiabilidad, siendo las mediciones con preguntas
múltiples las que producen resultados más
confiables. Por ejemplo, un test-retest con las
escalas de afectos alcanza correlaciones de 83% para
afectos positivos, 81% para afectos negativos y 76%
para el balance afectivo. Además la consistencia
interna es bastante alta, con valores alfa de
Cronbach de 0.82 para afectos positivos y de 0.75
para afectos negativos. Los resultados son
similares para otros indicadores con preguntas
múltiples, como la escala de satisfacción con la vida,
la escala de felicidad subjetiva y el método de
reconstrucción del día anterior.
En cuanto a la validez, la conclusión de múltiples
revisiones es que del dicho al hecho no hay mucho
trecho. Las medidas de felicidad tienen validez de
constructo, en tanto capturan el significado actual
de la palabra felicidad. También tienen validez de
convergencia, en tanto los indicadores se
corresponden con otros indicadores que pretenden
medir el mismo concepto. Y tienen validez
discriminante ya que las medidas no se relacionan
con indicadores de conceptos contrarios.
Se ha demostrado, por ejemplo, que quienes
declaran una alta felicidad tienen una mayor
actividad cerebral en la zona de los pensamientos y
las emociones placenteras (corteza prefrontal
izquierda), y sus amigos suelen confirmar su
satisfacción vital de forma independiente. También
se ha demostrado que quienes declaran una alta
felicidad demuestran con mayor regularidad
actitudes positivas como sonreír frecuentemente o
manifestar verbalmente una satisfacción, y tienen
una mejor respuesta a las enfermedades.
¿Cuánto Trecho Hay del Dicho al
Hecho?
En la sección anterior describimos preguntas que
permiten medir la felicidad de forma eficiente y
concordante con los estándares internacionales. En
esta sección entregamos antecedentes específicos
acerca de la validez y confiabilidad de las
mediciones de felicidad.
En términos generales, una medida es válida si mide
lo que pretende medir y es confiable si entrega
información consistente en mediciones repetidas.
Por lo tanto, la confiabilidad es un requisito para la
validez. La Figura 2 ejemplifica la relación entre
validez y confiabilidad representando a la felicidad
como el centro del blanco y a las mediciones como
puntos. En el primer caso (A) no hay validez ni
confiabilidad: las medidas no le apuntan a la
felicidad y además los distintos intentos son
inconsistentes. En el segundo caso (B) la medida es
confiable, pero no válida: las medidas son
consistentes pero no le apuntan a la felicidad. En el
tercer caso (C) la medida es confiable y válida: las
medidas consistentemente le apuntan a la felicidad.
La confiabilidad de las medidas de felicidad no es
perfecta, pero es suficiente. Se ha encontrado que
pequeñas diferencias en el orden de los
cuestionarios y en las circunstancias específicas
pueden alterar el nivel reportado. Se puede
disminuir fácilmente este tipo de problemas
mediante prácticas simples como incluir las
preguntas sobre felicidad al comienzo del
cuestionario y evitar aplicar el cuestionario en
circunstancias excepcionales, tales como el día
después de ganar un Mundial de Fútbol.
La confiabilidad disminuye con el tiempo que pasa
entre una aplicación y la siguiente. Por ejemplo, para
la medida de felicidad global, la correlación
test-retest es sobre 70% si se pregunta dos veces en
una encuesta, pero se reduce a 60% si el retest es
El interés en medir la felicidad es compartido por
muchas autoridades, académicos y profesionales
comprometidos con mejorar el bienestar no
monetario de las personas. Organismos
internacionales como la OCDE y la ONU apoyan
oficialmente la implementación de mediciones de
felicidad y bienestar subjetivo. Chile y otros países
como Bután, Francia e Inglaterra han seguido estas
recomendaciones e incorporado mediciones de la
felicidad en sus censos y encuestas de hogares.
La medición de la felicidad es claramente un tema
en boga a nivel internacional. La penetración del
tema se puede apreciar en la Figura 1, que muestra
un crecimiento acelerado en el número anual de
publicaciones y noticias sobre felicidad en español,
inglés y francés.
2
En esta Clave para Políticas Públicas queremos
apoyar las iniciativas de medición de la felicidad en
Chile y otros países entregando recomendaciones
basadas en la evidencia acerca de cómo medir la
felicidad de forma válida, confiable, eficiente y
concordante con los estándares internacionales.
Definición Operacional de la
Felicidad
La felicidad es un concepto complejo que ha sido
abordado desde muchas perspectivas, tales como la
filosófica y la artística. La perspectiva científica se
caracteriza por ofrecer una definición operacional
de la felicidad que, aunque no comprende toda la
complejidad que otras perspectivas consideran
sobre este concepto, sí permite su medición. En
palabras simples, la felicidad es definida como el
grado con que una persona aprecia la totalidad de su
vida presente de forma positiva y experimenta
afectos de tipo placentero.
Esta definición tiene implicancias importantes para
la medición de la felicidad. Si reconocemos que se
trata de un fenómeno interior a cada persona,
entonces parece más adecuado medirla con
auto-reportes que con evaluaciones de expertos o
pares. Y si la felicidad tiene grados, entonces las
mediciones deberían reconocer distintos niveles y
no clasificar a las personas simplemente como
felices o infelices. La medición de la felicidad
también debería anclarse en el presente, remitir a la
vida en general e incorporar tanto pensamientos
como sentimientos.
La Tabla 1 incluye un conjunto de preguntas
mínimas para medir la felicidad que son
consistentes con la definición operacional de la
felicidad ofrecida anteriormente y cumplen con
estándares de medición internacionalmente
aceptados. Lo más frecuente es recurrir a preguntas
sencillas y generales para evaluar la felicidad global y
3
5
6
la satisfacción con la vida presente (ver preguntas 1
y 2 en la Tabla 1). También es frecuente la
utilización de preguntas sobre afectos positivos y
negativos, los cuales pueden ser analizados por
separado o resumidos en una escala de balance
afectivo (ver pregunta 3).
Implementar este conjunto de preguntas mínimas
para medir la felicidad es barato y eficiente, ya que
las preguntas son contestadas rápidamente y con
una tasa de no respuesta cercana al 1%, lo cual es
muy bajo comparado, por ejemplo, con el 17% que
se niega comúnmente a reportar los ingresos
personales. Estas tres preguntas también permiten
la comparabilidad con datos nacionales e
internacionales que abarcan cerca de 150 países. La
felicidad global ha sido preguntada, entre otras, en la
Encuesta Mundial de Valores (WVS) y la encuesta
CEP. La pregunta por la satisfacción con la vida ha
sido utilizada en encuestas como WVS,
Latinobarómetro, British Houesehold Panel Survey
(BHPS), German Socio-Economic Panel (GSOEP),
CASEN 2011 y Encuesta Nacional UDP. La escala
de equilibrio en los afectos ha sido preguntada en
WVS y en estudios liderados por expertos del área.
Además del conjunto de preguntas mínimas para
medir la felicidad existen otras mediciones
internacionalmente aceptadas que podrían
implementarse de forma complementaria (ver Tabla
Anexo 1). Entre estas mediciones se incluye la
escalera de felicidad de Gallup, índices específicos
creados por investigadores reconocidos en el área,
preguntas por satisfacción en áreas específicas de la
vida y preguntas por satisfacción instantánea. Ésta
última puede ser medida con técnicas de muestreo
experiencial o de reconstrucción del día. En el
primer caso se utiliza el apoyo de tecnología para
obtener informes frecuentes e inmediatos de las
personas en su entorno cotidiano, mientras que en
el segundo se llena una agenda correspondiente a
los eventos del día anterior, en donde las personas
reportan su experiencia en períodos específicos del
día.
4
Conclusión
Chile ha tomado una posición de liderazgo mundial,
junto a países como Francia e Inglaterra, al
incorporar mediciones de felicidad en la encuesta
CASEN 2011. Este es un paso importante para
estudiar los determinantes socioeconómicos de la
felicidad y orientar las políticas públicas para que
mejoren el bienestar subjetivo de los chilenos.
Durante los próximos años esperamos que el Censo
de Población y Vivienda, la Encuesta de Protección
Social (EPS), la Encuesta Nacional de Salud (ENS)
y otras encuestas de hogares comiencen a
incorporar medidas de felicidad. Eso permitirá
comprender mejor cómo se distribuye la felicidad
en Chile y cómo podemos mejorarla mediante
políticas de protección social, salud y otras áreas
relacionadas.
Nuestra recomendación es incluir en cada una de
estas encuestas un conjunto de tres medidas
mínimas que incluye: felicidad global, satisfacción
con la vida y escalas de afectos positivos y negativos
(ver Tabla 1). Este conjunto de preguntas puede
ampliarse posteriormente, incluyendo índices
creados por reconocidos investigadores, preguntas
por satisfacción en áreas específicas de la vida y
preguntas por satisfacción instantánea. Cada una de
estas preguntas permite medir la felicidad de forma
válida, confiable, eficiente y concordante con los
estándares internacionales.
una semana después y a 40% después de algunos
años. Por lo tanto, para los estudios longitudinales
se recomienda realizar medidas anuales o incluso
más frecuentes.
La escala de medición también influye en la
confiabilidad, siendo las mediciones con preguntas
múltiples las que producen resultados más
confiables. Por ejemplo, un test-retest con las
escalas de afectos alcanza correlaciones de 83% para
afectos positivos, 81% para afectos negativos y 76%
para el balance afectivo. Además la consistencia
interna es bastante alta, con valores alfa de
Cronbach de 0.82 para afectos positivos y de 0.75
para afectos negativos. Los resultados son
similares para otros indicadores con preguntas
múltiples, como la escala de satisfacción con la vida,
la escala de felicidad subjetiva y el método de
reconstrucción del día anterior.
En cuanto a la validez, la conclusión de múltiples
revisiones es que del dicho al hecho no hay mucho
trecho. Las medidas de felicidad tienen validez de
constructo, en tanto capturan el significado actual
de la palabra felicidad. También tienen validez de
convergencia, en tanto los indicadores se
corresponden con otros indicadores que pretenden
medir el mismo concepto. Y tienen validez
discriminante ya que las medidas no se relacionan
con indicadores de conceptos contrarios.
Se ha demostrado, por ejemplo, que quienes
declaran una alta felicidad tienen una mayor
actividad cerebral en la zona de los pensamientos y
las emociones placenteras (corteza prefrontal
izquierda), y sus amigos suelen confirmar su
satisfacción vital de forma independiente. También
se ha demostrado que quienes declaran una alta
felicidad demuestran con mayor regularidad
actitudes positivas como sonreír frecuentemente o
manifestar verbalmente una satisfacción, y tienen
una mejor respuesta a las enfermedades.
¿Cuánto Trecho Hay del Dicho al
Hecho?
En la sección anterior describimos preguntas que
permiten medir la felicidad de forma eficiente y
concordante con los estándares internacionales. En
esta sección entregamos antecedentes específicos
acerca de la validez y confiabilidad de las
mediciones de felicidad.
En términos generales, una medida es válida si mide
lo que pretende medir y es confiable si entrega
información consistente en mediciones repetidas.
Por lo tanto, la confiabilidad es un requisito para la
validez. La Figura 2 ejemplifica la relación entre
validez y confiabilidad representando a la felicidad
como el centro del blanco y a las mediciones como
puntos. En el primer caso (A) no hay validez ni
confiabilidad: las medidas no le apuntan a la
felicidad y además los distintos intentos son
inconsistentes. En el segundo caso (B) la medida es
confiable, pero no válida: las medidas son
consistentes pero no le apuntan a la felicidad. En el
tercer caso (C) la medida es confiable y válida: las
medidas consistentemente le apuntan a la felicidad.
La confiabilidad de las medidas de felicidad no es
perfecta, pero es suficiente. Se ha encontrado que
pequeñas diferencias en el orden de los
cuestionarios y en las circunstancias específicas
pueden alterar el nivel reportado. Se puede
disminuir fácilmente este tipo de problemas
mediante prácticas simples como incluir las
preguntas sobre felicidad al comienzo del
cuestionario y evitar aplicar el cuestionario en
circunstancias excepcionales, tales como el día
después de ganar un Mundial de Fútbol.
La confiabilidad disminuye con el tiempo que pasa
entre una aplicación y la siguiente. Por ejemplo, para
la medida de felicidad global, la correlación
test-retest es sobre 70% si se pregunta dos veces en
una encuesta, pero se reduce a 60% si el retest es
El interés en medir la felicidad es compartido por
muchas autoridades, académicos y profesionales
comprometidos con mejorar el bienestar no
monetario de las personas. Organismos
internacionales como la OCDE y la ONU apoyan
oficialmente la implementación de mediciones de
felicidad y bienestar subjetivo. Chile y otros países
como Bután, Francia e Inglaterra han seguido estas
recomendaciones e incorporado mediciones de la
felicidad en sus censos y encuestas de hogares.
La medición de la felicidad es claramente un tema
en boga a nivel internacional. La penetración del
tema se puede apreciar en la Figura 1, que muestra
un crecimiento acelerado en el número anual de
publicaciones y noticias sobre felicidad en español,
inglés y francés.
En esta Clave para Políticas Públicas queremos
apoyar las iniciativas de medición de la felicidad en
Chile y otros países entregando recomendaciones
basadas en la evidencia acerca de cómo medir la
felicidad de forma válida, confiable, eficiente y
concordante con los estándares internacionales.
Definición Operacional de la
Felicidad
La felicidad es un concepto complejo que ha sido
abordado desde muchas perspectivas, tales como la
filosófica y la artística. La perspectiva científica se
caracteriza por ofrecer una definición operacional
de la felicidad que, aunque no comprende toda la
complejidad que otras perspectivas consideran
sobre este concepto, sí permite su medición. En
palabras simples, la felicidad es definida como el
grado con que una persona aprecia la totalidad de su
vida presente de forma positiva y experimenta
afectos de tipo placentero.
Esta definición tiene implicancias importantes para
la medición de la felicidad. Si reconocemos que se
trata de un fenómeno interior a cada persona,
entonces parece más adecuado medirla con
auto-reportes que con evaluaciones de expertos o
pares. Y si la felicidad tiene grados, entonces las
mediciones deberían reconocer distintos niveles y
no clasificar a las personas simplemente como
felices o infelices. La medición de la felicidad
también debería anclarse en el presente, remitir a la
vida en general e incorporar tanto pensamientos
como sentimientos.
La Tabla 1 incluye un conjunto de preguntas
mínimas para medir la felicidad que son
consistentes con la definición operacional de la
felicidad ofrecida anteriormente y cumplen con
estándares de medición internacionalmente
aceptados. Lo más frecuente es recurrir a preguntas
sencillas y generales para evaluar la felicidad global y
la satisfacción con la vida presente (ver preguntas 1
y 2 en la Tabla 1). También es frecuente la
utilización de preguntas sobre afectos positivos y
negativos, los cuales pueden ser analizados por
separado o resumidos en una escala de balance
afectivo (ver pregunta 3).
Implementar este conjunto de preguntas mínimas
para medir la felicidad es barato y eficiente, ya que
las preguntas son contestadas rápidamente y con
una tasa de no respuesta cercana al 1%, lo cual es
muy bajo comparado, por ejemplo, con el 17% que
se niega comúnmente a reportar los ingresos
personales. Estas tres preguntas también permiten
la comparabilidad con datos nacionales e
internacionales que abarcan cerca de 150 países. La
felicidad global ha sido preguntada, entre otras, en la
Encuesta Mundial de Valores (WVS) y la encuesta
CEP. La pregunta por la satisfacción con la vida ha
sido utilizada en encuestas como WVS,
Latinobarómetro, British Houesehold Panel Survey
(BHPS), German Socio-Economic Panel (GSOEP),
CASEN 2011 y Encuesta Nacional UDP. La escala
de equilibrio en los afectos ha sido preguntada en
WVS y en estudios liderados por expertos del área.
Además del conjunto de preguntas mínimas para
medir la felicidad existen otras mediciones
internacionalmente aceptadas que podrían
implementarse de forma complementaria (ver Tabla
Anexo 1). Entre estas mediciones se incluye la
escalera de felicidad de Gallup, índices específicos
creados por investigadores reconocidos en el área,
preguntas por satisfacción en áreas específicas de la
vida y preguntas por satisfacción instantánea. Ésta
última puede ser medida con técnicas de muestreo
experiencial o de reconstrucción del día. En el
primer caso se utiliza el apoyo de tecnología para
obtener informes frecuentes e inmediatos de las
personas en su entorno cotidiano, mientras que en
el segundo se llena una agenda correspondiente a
los eventos del día anterior, en donde las personas
reportan su experiencia en períodos específicos del
día.
3
1. Felicidad global
Tomando todo el conjunto, diría usted que es:
Muy feliz
Bastante feliz
No muy feliz
Nada feliz
2. Satisfacción con la vida
Considerando todas las cosas, ¿Cuán satisfecho está usted con su vida en este momento? Por favor use esta
tarjeta en que 1 significa que usted está “completamente insatisfecho” y 10 significa que usted está
“completamente satisfecho”. ¿Dónde se ubica usted?
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Completamente
insatisfecho
Completamente
satisfecho
3. Escala de afectos positivos y negativos
Durante las últimas semanas, ¿Se ha sentido usted…:
No
¿Particularmente emocionado o interesado en algo?
¿Alguna vez tan inquieto que no puedes quedarte en la silla?
¿Orgulloso porque alguien te felicitó por algo que hiciste?
¿Muy solo o distanciado de otra gente?
¿Contento por haber logrado algo?
¿Aburrido?
¿En la cima del mundo?
¿Depresivo o muy infeliz?
¿Que las cosas fueron a tu manera?
¿Molesto porque alguien te critica?
TABLA 1. PREGUNTAS MÍNIMAS FRECUENTEMENTE UTILIZADAS PARA MEDIR LA FELICIDAD
Conclusión
Chile ha tomado una posición de liderazgo mundial,
junto a países como Francia e Inglaterra, al
incorporar mediciones de felicidad en la encuesta
CASEN 2011. Este es un paso importante para
estudiar los determinantes socioeconómicos de la
felicidad y orientar las políticas públicas para que
mejoren el bienestar subjetivo de los chilenos.
Durante los próximos años esperamos que el Censo
de Población y Vivienda, la Encuesta de Protección
Social (EPS), la Encuesta Nacional de Salud (ENS)
y otras encuestas de hogares comiencen a
incorporar medidas de felicidad. Eso permitirá
comprender mejor cómo se distribuye la felicidad
en Chile y cómo podemos mejorarla mediante
políticas de protección social, salud y otras áreas
relacionadas.
Nuestra recomendación es incluir en cada una de
estas encuestas un conjunto de tres medidas
mínimas que incluye: felicidad global, satisfacción
con la vida y escalas de afectos positivos y negativos
(ver Tabla 1). Este conjunto de preguntas puede
ampliarse posteriormente, incluyendo índices
creados por reconocidos investigadores, preguntas
por satisfacción en áreas específicas de la vida y
preguntas por satisfacción instantánea. Cada una de
estas preguntas permite medir la felicidad de forma
válida, confiable, eficiente y concordante con los
estándares internacionales.
una semana después y a 40% después de algunos
años. Por lo tanto, para los estudios longitudinales
se recomienda realizar medidas anuales o incluso
más frecuentes.
La escala de medición también influye en la
confiabilidad, siendo las mediciones con preguntas
múltiples las que producen resultados más
confiables. Por ejemplo, un test-retest con las
escalas de afectos alcanza correlaciones de 83% para
afectos positivos, 81% para afectos negativos y 76%
para el balance afectivo. Además la consistencia
interna es bastante alta, con valores alfa de
Cronbach de 0.82 para afectos positivos y de 0.75
para afectos negativos. Los resultados son
similares para otros indicadores con preguntas
múltiples, como la escala de satisfacción con la vida,
la escala de felicidad subjetiva y el método de
reconstrucción del día anterior.
En cuanto a la validez, la conclusión de múltiples
revisiones es que del dicho al hecho no hay mucho
trecho. Las medidas de felicidad tienen validez de
constructo, en tanto capturan el significado actual
de la palabra felicidad. También tienen validez de
convergencia, en tanto los indicadores se
corresponden con otros indicadores que pretenden
medir el mismo concepto. Y tienen validez
discriminante ya que las medidas no se relacionan
con indicadores de conceptos contrarios.
Se ha demostrado, por ejemplo, que quienes
declaran una alta felicidad tienen una mayor
actividad cerebral en la zona de los pensamientos y
las emociones placenteras (corteza prefrontal
izquierda), y sus amigos suelen confirmar su
satisfacción vital de forma independiente. También
se ha demostrado que quienes declaran una alta
felicidad demuestran con mayor regularidad
actitudes positivas como sonreír frecuentemente o
manifestar verbalmente una satisfacción, y tienen
una mejor respuesta a las enfermedades.
¿Cuánto Trecho Hay del Dicho al
Hecho?
En la sección anterior describimos preguntas que
permiten medir la felicidad de forma eficiente y
concordante con los estándares internacionales. En
esta sección entregamos antecedentes específicos
acerca de la validez y confiabilidad de las
mediciones de felicidad.
En términos generales, una medida es válida si mide
lo que pretende medir y es confiable si entrega
información consistente en mediciones repetidas.
Por lo tanto, la confiabilidad es un requisito para la
validez. La Figura 2 ejemplifica la relación entre
validez y confiabilidad representando a la felicidad
como el centro del blanco y a las mediciones como
puntos. En el primer caso (A) no hay validez ni
confiabilidad: las medidas no le apuntan a la
felicidad y además los distintos intentos son
inconsistentes. En el segundo caso (B) la medida es
confiable, pero no válida: las medidas son
consistentes pero no le apuntan a la felicidad. En el
tercer caso (C) la medida es confiable y válida: las
medidas consistentemente le apuntan a la felicidad.
La confiabilidad de las medidas de felicidad no es
perfecta, pero es suficiente. Se ha encontrado que
pequeñas diferencias en el orden de los
cuestionarios y en las circunstancias específicas
pueden alterar el nivel reportado. Se puede
disminuir fácilmente este tipo de problemas
mediante prácticas simples como incluir las
preguntas sobre felicidad al comienzo del
cuestionario y evitar aplicar el cuestionario en
circunstancias excepcionales, tales como el día
después de ganar un Mundial de Fútbol.
La confiabilidad disminuye con el tiempo que pasa
entre una aplicación y la siguiente. Por ejemplo, para
la medida de felicidad global, la correlación
test-retest es sobre 70% si se pregunta dos veces en
una encuesta, pero se reduce a 60% si el retest es
El interés en medir la felicidad es compartido por
muchas autoridades, académicos y profesionales
comprometidos con mejorar el bienestar no
monetario de las personas. Organismos
internacionales como la OCDE y la ONU apoyan
oficialmente la implementación de mediciones de
felicidad y bienestar subjetivo. Chile y otros países
como Bután, Francia e Inglaterra han seguido estas
recomendaciones e incorporado mediciones de la
felicidad en sus censos y encuestas de hogares.
La medición de la felicidad es claramente un tema
en boga a nivel internacional. La penetración del
tema se puede apreciar en la Figura 1, que muestra
un crecimiento acelerado en el número anual de
publicaciones y noticias sobre felicidad en español,
inglés y francés.
En esta Clave para Políticas Públicas queremos
apoyar las iniciativas de medición de la felicidad en
Chile y otros países entregando recomendaciones
basadas en la evidencia acerca de cómo medir la
felicidad de forma válida, confiable, eficiente y
concordante con los estándares internacionales.
Definición Operacional de la
Felicidad
La felicidad es un concepto complejo que ha sido
abordado desde muchas perspectivas, tales como la
filosófica y la artística. La perspectiva científica se
caracteriza por ofrecer una definición operacional
de la felicidad que, aunque no comprende toda la
complejidad que otras perspectivas consideran
sobre este concepto, sí permite su medición. En
palabras simples, la felicidad es definida como el
grado con que una persona aprecia la totalidad de su
vida presente de forma positiva y experimenta
afectos de tipo placentero.
Esta definición tiene implicancias importantes para
la medición de la felicidad. Si reconocemos que se
trata de un fenómeno interior a cada persona,
entonces parece más adecuado medirla con
auto-reportes que con evaluaciones de expertos o
pares. Y si la felicidad tiene grados, entonces las
mediciones deberían reconocer distintos niveles y
no clasificar a las personas simplemente como
felices o infelices. La medición de la felicidad
también debería anclarse en el presente, remitir a la
vida en general e incorporar tanto pensamientos
como sentimientos.
La Tabla 1 incluye un conjunto de preguntas
mínimas para medir la felicidad que son
consistentes con la definición operacional de la
felicidad ofrecida anteriormente y cumplen con
estándares de medición internacionalmente
aceptados. Lo más frecuente es recurrir a preguntas
sencillas y generales para evaluar la felicidad global y
4
(A): No confiable, no válida
(B): Confiable, no válida
(C): Confuiable y válida
7
la satisfacción con la vida presente (ver preguntas 1
y 2 en la Tabla 1). También es frecuente la
utilización de preguntas sobre afectos positivos y
negativos, los cuales pueden ser analizados por
separado o resumidos en una escala de balance
afectivo (ver pregunta 3).
Implementar este conjunto de preguntas mínimas
para medir la felicidad es barato y eficiente, ya que
las preguntas son contestadas rápidamente y con
una tasa de no respuesta cercana al 1%, lo cual es
muy bajo comparado, por ejemplo, con el 17% que
se niega comúnmente a reportar los ingresos
personales. Estas tres preguntas también permiten
la comparabilidad con datos nacionales e
internacionales que abarcan cerca de 150 países. La
felicidad global ha sido preguntada, entre otras, en la
Encuesta Mundial de Valores (WVS) y la encuesta
CEP. La pregunta por la satisfacción con la vida ha
sido utilizada en encuestas como WVS,
Latinobarómetro, British Houesehold Panel Survey
(BHPS), German Socio-Economic Panel (GSOEP),
CASEN 2011 y Encuesta Nacional UDP. La escala
de equilibrio en los afectos ha sido preguntada en
WVS y en estudios liderados por expertos del área.
Además del conjunto de preguntas mínimas para
medir la felicidad existen otras mediciones
internacionalmente aceptadas que podrían
implementarse de forma complementaria (ver Tabla
Anexo 1). Entre estas mediciones se incluye la
escalera de felicidad de Gallup, índices específicos
creados por investigadores reconocidos en el área,
preguntas por satisfacción en áreas específicas de la
vida y preguntas por satisfacción instantánea. Ésta
última puede ser medida con técnicas de muestreo
experiencial o de reconstrucción del día. En el
primer caso se utiliza el apoyo de tecnología para
obtener informes frecuentes e inmediatos de las
personas en su entorno cotidiano, mientras que en
el segundo se llena una agenda correspondiente a
los eventos del día anterior, en donde las personas
reportan su experiencia en períodos específicos del
día.
FIGURA 2. VALIDEZ Y CONFIABILIDAD
Conclusión
Chile ha tomado una posición de liderazgo mundial,
junto a países como Francia e Inglaterra, al
incorporar mediciones de felicidad en la encuesta
CASEN 2011. Este es un paso importante para
estudiar los determinantes socioeconómicos de la
felicidad y orientar las políticas públicas para que
mejoren el bienestar subjetivo de los chilenos.
Durante los próximos años esperamos que el Censo
de Población y Vivienda, la Encuesta de Protección
Social (EPS), la Encuesta Nacional de Salud (ENS)
y otras encuestas de hogares comiencen a
incorporar medidas de felicidad. Eso permitirá
comprender mejor cómo se distribuye la felicidad
en Chile y cómo podemos mejorarla mediante
políticas de protección social, salud y otras áreas
relacionadas.
Nuestra recomendación es incluir en cada una de
estas encuestas un conjunto de tres medidas
mínimas que incluye: felicidad global, satisfacción
con la vida y escalas de afectos positivos y negativos
(ver Tabla 1). Este conjunto de preguntas puede
ampliarse posteriormente, incluyendo índices
creados por reconocidos investigadores, preguntas
por satisfacción en áreas específicas de la vida y
preguntas por satisfacción instantánea. Cada una de
estas preguntas permite medir la felicidad de forma
válida, confiable, eficiente y concordante con los
estándares internacionales.
una semana después y a 40% después de algunos
años. Por lo tanto, para los estudios longitudinales
se recomienda realizar medidas anuales o incluso
más frecuentes.
La escala de medición también influye en la
confiabilidad, siendo las mediciones con preguntas
múltiples las que producen resultados más
confiables. Por ejemplo, un test-retest con las
escalas de afectos alcanza correlaciones de 83% para
afectos positivos, 81% para afectos negativos y 76%
para el balance afectivo. Además la consistencia
interna es bastante alta, con valores alfa de
Cronbach de 0.82 para afectos positivos y de 0.75
para afectos negativos. Los resultados son
similares para otros indicadores con preguntas
múltiples, como la escala de satisfacción con la vida,
la escala de felicidad subjetiva y el método de
reconstrucción del día anterior.
En cuanto a la validez, la conclusión de múltiples
revisiones es que del dicho al hecho no hay mucho
trecho. Las medidas de felicidad tienen validez de
constructo, en tanto capturan el significado actual
de la palabra felicidad. También tienen validez de
convergencia, en tanto los indicadores se
corresponden con otros indicadores que pretenden
medir el mismo concepto. Y tienen validez
discriminante ya que las medidas no se relacionan
con indicadores de conceptos contrarios.
Se ha demostrado, por ejemplo, que quienes
declaran una alta felicidad tienen una mayor
actividad cerebral en la zona de los pensamientos y
las emociones placenteras (corteza prefrontal
izquierda), y sus amigos suelen confirmar su
satisfacción vital de forma independiente. También
se ha demostrado que quienes declaran una alta
felicidad demuestran con mayor regularidad
actitudes positivas como sonreír frecuentemente o
manifestar verbalmente una satisfacción, y tienen
una mejor respuesta a las enfermedades.
¿Cuánto Trecho Hay del Dicho al
Hecho?
En la sección anterior describimos preguntas que
permiten medir la felicidad de forma eficiente y
concordante con los estándares internacionales. En
esta sección entregamos antecedentes específicos
acerca de la validez y confiabilidad de las
mediciones de felicidad.
En términos generales, una medida es válida si mide
lo que pretende medir y es confiable si entrega
información consistente en mediciones repetidas.
Por lo tanto, la confiabilidad es un requisito para la
validez. La Figura 2 ejemplifica la relación entre
validez y confiabilidad representando a la felicidad
como el centro del blanco y a las mediciones como
puntos. En el primer caso (A) no hay validez ni
confiabilidad: las medidas no le apuntan a la
felicidad y además los distintos intentos son
inconsistentes. En el segundo caso (B) la medida es
confiable, pero no válida: las medidas son
consistentes pero no le apuntan a la felicidad. En el
tercer caso (C) la medida es confiable y válida: las
medidas consistentemente le apuntan a la felicidad.
La confiabilidad de las medidas de felicidad no es
perfecta, pero es suficiente. Se ha encontrado que
pequeñas diferencias en el orden de los
cuestionarios y en las circunstancias específicas
pueden alterar el nivel reportado. Se puede
disminuir fácilmente este tipo de problemas
mediante prácticas simples como incluir las
preguntas sobre felicidad al comienzo del
cuestionario y evitar aplicar el cuestionario en
circunstancias excepcionales, tales como el día
después de ganar un Mundial de Fútbol.
La confiabilidad disminuye con el tiempo que pasa
entre una aplicación y la siguiente. Por ejemplo, para
la medida de felicidad global, la correlación
test-retest es sobre 70% si se pregunta dos veces en
una encuesta, pero se reduce a 60% si el retest es
El interés en medir la felicidad es compartido por
muchas autoridades, académicos y profesionales
comprometidos con mejorar el bienestar no
monetario de las personas. Organismos
internacionales como la OCDE y la ONU apoyan
oficialmente la implementación de mediciones de
felicidad y bienestar subjetivo. Chile y otros países
como Bután, Francia e Inglaterra han seguido estas
recomendaciones e incorporado mediciones de la
felicidad en sus censos y encuestas de hogares.
La medición de la felicidad es claramente un tema
en boga a nivel internacional. La penetración del
tema se puede apreciar en la Figura 1, que muestra
un crecimiento acelerado en el número anual de
publicaciones y noticias sobre felicidad en español,
inglés y francés.
En esta Clave para Políticas Públicas queremos
apoyar las iniciativas de medición de la felicidad en
Chile y otros países entregando recomendaciones
basadas en la evidencia acerca de cómo medir la
felicidad de forma válida, confiable, eficiente y
concordante con los estándares internacionales.
Definición Operacional de la
Felicidad
La felicidad es un concepto complejo que ha sido
abordado desde muchas perspectivas, tales como la
filosófica y la artística. La perspectiva científica se
caracteriza por ofrecer una definición operacional
de la felicidad que, aunque no comprende toda la
complejidad que otras perspectivas consideran
sobre este concepto, sí permite su medición. En
palabras simples, la felicidad es definida como el
grado con que una persona aprecia la totalidad de su
vida presente de forma positiva y experimenta
afectos de tipo placentero.
Esta definición tiene implicancias importantes para
la medición de la felicidad. Si reconocemos que se
trata de un fenómeno interior a cada persona,
entonces parece más adecuado medirla con
auto-reportes que con evaluaciones de expertos o
pares. Y si la felicidad tiene grados, entonces las
mediciones deberían reconocer distintos niveles y
no clasificar a las personas simplemente como
felices o infelices. La medición de la felicidad
también debería anclarse en el presente, remitir a la
vida en general e incorporar tanto pensamientos
como sentimientos.
La Tabla 1 incluye un conjunto de preguntas
mínimas para medir la felicidad que son
consistentes con la definición operacional de la
felicidad ofrecida anteriormente y cumplen con
estándares de medición internacionalmente
aceptados. Lo más frecuente es recurrir a preguntas
sencillas y generales para evaluar la felicidad global y
5
9
10
11
12
13
14
la satisfacción con la vida presente (ver preguntas 1
y 2 en la Tabla 1). También es frecuente la
utilización de preguntas sobre afectos positivos y
negativos, los cuales pueden ser analizados por
separado o resumidos en una escala de balance
afectivo (ver pregunta 3).
Implementar este conjunto de preguntas mínimas
para medir la felicidad es barato y eficiente, ya que
las preguntas son contestadas rápidamente y con
una tasa de no respuesta cercana al 1%, lo cual es
muy bajo comparado, por ejemplo, con el 17% que
se niega comúnmente a reportar los ingresos
personales. Estas tres preguntas también permiten
la comparabilidad con datos nacionales e
internacionales que abarcan cerca de 150 países. La
felicidad global ha sido preguntada, entre otras, en la
Encuesta Mundial de Valores (WVS) y la encuesta
CEP. La pregunta por la satisfacción con la vida ha
sido utilizada en encuestas como WVS,
Latinobarómetro, British Houesehold Panel Survey
(BHPS), German Socio-Economic Panel (GSOEP),
CASEN 2011 y Encuesta Nacional UDP. La escala
de equilibrio en los afectos ha sido preguntada en
WVS y en estudios liderados por expertos del área.
Además del conjunto de preguntas mínimas para
medir la felicidad existen otras mediciones
internacionalmente aceptadas que podrían
implementarse de forma complementaria (ver Tabla
Anexo 1). Entre estas mediciones se incluye la
escalera de felicidad de Gallup, índices específicos
creados por investigadores reconocidos en el área,
preguntas por satisfacción en áreas específicas de la
vida y preguntas por satisfacción instantánea. Ésta
última puede ser medida con técnicas de muestreo
experiencial o de reconstrucción del día. En el
primer caso se utiliza el apoyo de tecnología para
obtener informes frecuentes e inmediatos de las
personas en su entorno cotidiano, mientras que en
el segundo se llena una agenda correspondiente a
los eventos del día anterior, en donde las personas
reportan su experiencia en períodos específicos del
día.
8
6
Anexo
1. Escalera de felicidad de Gallup
TABLA ANEXO 1. PREGUNTAS COMPLEMENTARIAS PARA MEDIR LA FELICIDAD
Imagine una escalera de 10 escalones como la que le voy a mostrar, con escalones numerados, donde el 0 es la
parte más baja, y 10 es la parte más alta. Supongamos que la parte más alta de la escalera representa la mejor
vida posible para usted y la parte más baja de la escalera la peor vida posible para usted ¿en qué peldaño de la
escalera siente que se encuentra actualmente?
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
2. Escala de satisfacción con la vida de Diener
Más abajo hay cinco afirmaciones con las que usted puede estar de acuerdo o en desacuerdo. Utilizando la
siguiente escala de 1 a 7, indique su acuerdo con cada una poniendo el número apropiado en la línea anterior
al número de cada afirmación. Por favor, responda a las preguntas abierta y sinceramente.
Totalmente de acuerdo = 7 Bastante de acuerdo = 6 Algo de acuerdo = 5 Ni de acuerdo ni en desacuerdo = 4
Algo en desacuerdo = 3 Bastante en desacuerdo = 2 Totalmente en desacuerdo = 1
a. En la mayoría de las cosas, mi vida está cerca de mi ideal
b. Mis condiciones de vida son excelentes
c. Estoy completamente satisfecho con mi vida
d. Hasta ahora, he conseguido las cosas que para mí son importantes en la vida
e. Si volviese a nacer, no cambiaría casi nada de mi vida
3. Escala de la felicidad subjetiva de Lyubomirsky
En general me considero:
Poco feliz
Muy feliz
Comparado con la mayoría de mis semejantes, me considero:
Poco feliz
Muy feliz
En general, algunas personas son muy felices. Disfrutan de la vida con independencia de lo que les ocurra,
gozando al máximo de todo. ¿En qué medida se identifica usted con esta caracterización?
Poco feliz
Muy feliz
En general, algunas personas no son muy felices. Sin que estén deprimidas, nunca parecen estar todo lo
felices que podrían. ¿En qué medida se identifica usted con esta caracterización?
Poco feliz
Muy feliz
7
4. Satisfacción en áreas específicas
¿Cuán satisfecho está usted en este momento con…
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Su salud
Su situación económica
Su empleo u ocupación
Sus relaciones familiares
Sus amistades
Su tiempo libre
Las condiciones nacionales
Completamente
insatisfecho
Completamente
satisfecho
5. Reconstrucción del día
En este método las personas reconstruyen su día previo, con un cuestionario autoadministrado. Por
ejemplo, la encuesta propuesta por Kahneman et al. (2004) se divide en cuatro módulos. El primer
módulo incluye las preguntas mínimas para medir la felicidad, pero agrega preguntas por estados de
ánimo. El segundo módulo pide reconstruir el día de ayer como si escribiera un diario de vida: ¿dónde
estaba?, ¿qué hizo y experimentó? y ¿cómo se sintió? Estas preguntas permiten que el entrevistado
recuerde las actividades realizadas, horas de inicio y término, y el grado de satisfacción personal asociado a
ellas. El tercer módulo profundiza en la descripción y sentimientos asociados a cada episodio del día
anterior. El cuarto módulo incluye preguntas generales sobre cómo fue el día de ayer, cómo se sintió el
entrevistado y cómo lo percibe que lo vio el resto.
8
Notas
1. OECD 2011a y 2011b; ONU 2011.
2. Wonacott 2008; Chrisafis 2010; Pimlott 2011.
3. Layard 2005; Veenhoven 2008.
4. Kahneman y Krueger 2006.
5. Diener, Emmons, Granfer y Griffin 1985;
Lyubomirsky y Lepper 1999.
6. Kahneman, Krueger, Schkade, Schuartz y Stone
2004; Scollon, Kim-Prieto y Diener 2003; Stone,
Shiffman y Devries 1999.
7. Schwarz y Strack 1999.
8. Schwarz y Strack 1999.
9. Bradburn 1969; Schiaffino 2003.
10. Godoy-Izquierdo, Martínez y Godoy 2008.
11. Diener, Emmons, Larsen y Griffin 1985;
Lyubomirsky y Lepper 1999. La escala de Diener
tiene coeficientes alfa entre 0,79 y 0,89, y después
de dos meses su correlación test-retest oscila entre
64% y 82% (Schiaffino 2003). La correlación
test-retest para la escala de Lyubomirsky puede
llegar al 90%, pero después de un año baja a cerca
de 55% (Lyubomirsky y Lepper 1999). En el caso
de la reconstrucción del día, las ventajas están en
reducir los sesgos de memoria y aumentar la validez
ecológica.
12. Blanchflower y Oswald 2011; Chida y Steptoe
2008; Di Tella y MacCulloch, 2006; Diener, Suh,
Lucas y Smith 1999; Frey y Stutzer 2008;
Kahneman y Krueger 2006; Layard 2005.
13. Layard 2005.
14. Kahneman y Krueger 2006; Kiecolt-Glaser,
McGuire, Robles y Gaser 2002.
Referencias
Bradburn, N. M. 1969. The Structure of Psychological
Well-Being. Chicago: Aldine.
Blanchflower, D. y A. Oswald. 2011. “International
Happiness.” NBER Working Paper #16668. Cam-
bridge, MA: National Bureau of Economic
Research.
Chida, Y. y A. Steptoe. 2008. “Positive Psychological
Well-being and Mortality: A Quantitative Review of
Prospective Observational Studies.” Psychosomatic
Medicine 70:741-56.
Chrisafis, A. 2010. “Measuring Happiness, the
French Way.” The Guardian, 17/11/2010.
Di Tella, R. y R. MacCulloch. 2006. “Some Uses of
Happiness Data.” Journal of Economic Perspectives
20:25-46.
Diener, E., Emmons, R.A., Larsen, R.J. y Griffin, S.
1985. “The Satisfaction with Life Scale.Journal of
Personality Assessment 49:71-5.
Diener, E., E. M. Suh, R. E. Lucas y H. L. Smith.
1999. “Subjective Well-Being: Three Decades of
Progress.Psychological Bulletin 125:276-302.
Frey, B. y A. Stutzer. 2008. Happiness: A Revolution
in Economics. Cambridge, MA: The MIT Press.
Godoy-Izquierdo, D., A. Martínez y J. F. Godoy.
2008. “La ‘Escala de Balance Afectivo.’ Propiedades
Psicométricas de un Instrumento para la Medida del
Afecto Positivo y Negativo en Población Española.”
Clínica y Salud 19:157-89.
Kahneman, D., A. B. Krueger, D. Schkade, N.
Schwarz y A. Stone. 2004. “Toward National
Well-Being Accounts”. American Economic Review
94:429-34.
Kahneman, D. y A. B. Krueger. 2006. “Develop-
ments in the Measurement of Subjective Well-
Being.” Journal of Economic Perspectives 20:3-24.
Kiecolt-Glaser, J. K., L. McGuire, T. F. Robles y R.
Glaser. 2002. “Psychoneuroimmunology: Psycholo-
gical Influences on Immune Function and Health.
Journal of Consulting and Clinical Psychology 70:537-47.
Layard, R. 2005. Happiness: Lessons from a New Science.
London: The Penguin Press.
Lyubomirsky, S. y H. Lepper. 1999. “A Measure of
Subjective Happiness: Preliminary Reliability and
Construct Validation.” Social Indicators Research
46:137-55.
OECD. 2011a. “Better Life Initiative.” Disponible
en: http://www.oecdbetterlifeindex.org/,
07/06/2011.
OECD. 2011b. “Better Measures for Better Lives.
OECD Observer, N°284.
ONU. 2011. “Happiness Should Have Greater Role
in Development Policy – UN Member States.UN
News Centre, 04/10/2011.
Pimlott, D. 2011. “Statisticians to Tackle Ticklish
Issue of Happiness.Financial Times, p.8, 24/02/2011.
Schiaffino, K. M. 2003. “Other Measures of Psycho-
logical Well-Being.Arthritis and Rheumatism
49:S165-174.
Schwarz, N. y F. Strack. 1999. “Reports of Subjecti-
ve Well-Being: Judgmental Processes and Their
Methodological Implications”. Pp. 61-84 en D.
Kahneman, E. Diener y N. Schwarz (eds.) Well-Being:
The Foundations of Hedonic Psychology. New York:
Russell Sage Foundation.
Scollon, Ch. N., Ch. Kim-Prieto y E. Diener. 2003.
“Experience Sampling: Promises and Pitfalls,
Strengths and Weaknesses. Journal of Happiness
Studies 4:5-34.
Stone, A., S. Shiffman y M. Devries. 1999. “Ecologi-
cal Momentary Assessment.” Pp. 26-39 en D.
Kahneman, E. Diener y N. Schwarz (eds.), Well-
Being: The Foundations of Hedonic Psychology. New
York: Russell Sage Foundation.
Veenhoven, R. 2008. “Lo Que Sabemos de la
Felicidad.” Pp. 17-56 en L. Garduno, B. Salinas y M.
Rojas (coordinadores), Calidad de Vida y Bienestar
Subjetivo en México. Plaza y Valdés: México.
Wonacott, P. 2008. “Smile Census: Bhutan Counts
Its Blessings. New Happiness Index to Measure
Well-Being amid Election Push.Wall Street Journal,
p.1, 28/3/200
9
Acerca del Instituto
El Instituto de Políticas Públicas de la Facultad de
Economía y Empresa de la Universidad Diego Portales
se orienta a generar propuestas concretas para la
solución de problemas de política pública que enfrenta
Chile actualmente y a la formación de policymakers de
alto nivel. Nuestro equipo de profesores e
investigadores combina excelencia académica con
participación activa en el debate público y el proceso de
formación de políticas públicas en Chile.
Acerca de los Autores
Pablo Beytía R. es Investigador
Asistente del Instituto de Políticas
Públicas UDP. Se ha desempeñado
como profesor y consultor sobre
sociología de la felicidad en la
Universidad Diego Portales. Ha sido
jurado de artículos sobre calidad de
vida en revistas académicas. Es
sociólogo y magíster en sociología por la Pontificia
Universidad Católica de Chile, lugar en donde ha
ejercido como profesor de procesos históricos y teoría
sociológica.
Todos los derechos reservados. Secciones breves del texto pueden ser citadas sin el permiso explícito si se identifica a los
autores y se da reconocimiento completo al Instituto de Políticas Públicas de la UDP. Los autores agradecen los comentarios
de Paula Errázuriz y Vicente Montenegro. Las opiniones y conclusiones expresadas son de propiedad de los autores y no
deben ser entendidas como opiniones o políticas del Instituto de Políticas Públicas, Facultad de Economía y Empresa o la
Universidad Diego Portales.
Esteban Calvo es Profesor del
Instituto de Políticas Públicas
UDP. Ph.D. y M.A. en Sociología
de Boston College, M.Sc. en Salud
Pública de Harvard University y
Sociólogo de la Universidad
Católica. Su trabajo intenta
identificar y comprender los
factores sociales que influyen en la felicidad y salud de
los adultos mayores, así como evaluar políticas
públicas que contribuyen a mejorar su bienestar. Ha
sido consultor de Naciones Unidas, Gobierno de
Chile, Center for Retirement Research, Harvard
University e investigador del U.S. Social Security
Administration. Su investigación ha sido premiada por
American Sociological Association, Gerontological
Society of America, American Public Health
Association, Retirement Research Foundation,
International Sociological Association y Fondecyt.
Información de Contacto
Instituto de Póliticas Públicas
Facultad de Economía y Empresa
Universidad Diego Portales
Av. Ejército Libertador #260
Santiago
Chile
Email: sandra.mella@udp.cl
Fono: (56-2) 676 2805
www.politicaspublicas.udp.cl
... Over the last 20 years, interest in measuring and incorporating the "subjective wellbeing" approach has grown significantly worldwide, both in academic activity and in public policy (Calvo and Beytía, 2011;Oyanedel et al., 2015). In this regard, interest has focused on studies on adult and child populations, with little research on formal educational contexts and their school communities. ...
... In this study, various questions and scales were used as indicators of wellbeing. Some of these indicators are broadly used in international research (life satisfaction, Cantril's Ladder of Life PANAS) and have been recommended for use in Chile [43]. The other measurements correspond to items that were selected or developed to investigate specific topics considered in the PNUD study. ...
Article
Full-text available
Being a parent plays an important role in people’s life trajectory and identity. Though the general cultural perception is that having children is a source of subjective well-being, there is evidence that, at least in some societies, the subjective well-being of those who are parents is worse, in some aspects, than that of those who are not. This gap has been the object of interest and controversy. The aim of this study was to compare Chilean adults with and without children in a broad set of well-being indicators, controlling for other sociodemographic variables. A public national probabilistic database was used. The results show that, in terms of positive and negative affect, those who are not parents achieve greater well-being than those who have children. Other results also pointed in that direction. The implications of the social context and gender, which are aspects that pose a burden for the exercise of parenthood in Chile, are discussed
... 3. The increasing interest in subjective well-being indicators: also in the last decade the use of subjective indicators of quality of life-e.g. measures of happiness, life satisfaction or positive emotions ( Beytía and Calvo 2011)-has been increased, and these indicators do not always vary in coherence with economic, health or educational results of countries ( Easterlin et al. 2010, Clark andSenik 2010). This situation has allowed discovering a high well-being in unexpected regions and questioning the consistency of the traditional model of progress ( Beytía 2015;Beytía 2016). ...
Preprint
Full-text available
This chapter compares the development of Latin American countries with that of traditionally developed nations, based on several international indicators of well-being and sustainability that have emerged in the last decade. It is argued that in Latin America there is a specific type of development, which could be understood as an alternative path to the traditional model of social progress. The key to understand this type of development would be "the efficiency of subjective well-being": people get high happiness and life satisfaction with lower economic, state and environmental costs than in traditionally developed countries. It is suggested that the cohesion and quality of family ties is a key factor to explain this particular form of development: in Latin America the family has a relevant role in social security and at the same time would be important to explain the outstanding levels of subjective well-being.
... 3. The increasing interest in subjective well-being indicators: also in the last decade the use of subjective indicators of quality of life-e.g. measures of happiness, life satisfaction or positive emotions ( Beytía and Calvo 2011)-has been increased, and these indicators do not always vary in coherence with economic, health or educational results of countries ( Easterlin et al. 2010, Clark andSenik 2010). This situation has allowed discovering a high well-being in unexpected regions and questioning the consistency of the traditional model of progress ( Beytía 2015;Beytía 2016). ...
Article
Full-text available
This chapter compares the development of Latin American countries with that of traditionally developed nations, based on several international indicators of well-being and sustainability that have emerged in the last decade. It is argued that in Latin America there is a specific type of development, which could be understood as an alternative path to the traditional model of social progress. The key to understanding this type of development would be "the efficiency of subjective well-being": people get high happiness and life satisfaction with lower economic, state and environmental costs than in traditionally developed countries. It is suggested that the cohesion and quality of family ties is a key factor to explain this particular form of development: in Latin America, the family has a relevant role in social security and at the same time would be important to explain the outstanding levels of subjective well-being.
Chapter
Full-text available
El texto permite apreciar cómo la búsqueda de la felicidad se ha instalado en el corazón de las prácticas de gobierno modernas. Será, pues, en función de la prosecución de dichos objetivos que en los actuales regímenes neoliberales de gobierno se justificará la patente complementariedad entre las prácticas propiamente estatales y las acciones emprendidas por agentes privados de la economía. Dentro de este orden de cosas, se concentrará en la política estatal de entrega de bono, cheques o vouchers. Es así que, junto con poner de manfiesto alguno de los supuestos básicos de la racionalidad neoliberal vigente, a partir de la descripción y análisis de esta específica práctica estatal, se espera contribuir a la mejor comprensión de los procedimientos mediante los cuales se ejecutan las actuales políticas de la felicidad.
Article
La economía y la felicidad
Article
Full-text available
The concept of welfare has evolved to incorporate subjective elements. One key factor for development is social capital. Participation in organizations promotes a more active social life, with potential positive results on welfare. This work investigates this last association through the estimation of a bivariate ordered probit model by using the World Value Survey for Chile. Results show a positive association between participation in organizations and satisfaction with the economic situation, however, in the case of life satisfaction and happiness, this effect is unclear for economic and recreational organizations. This result suggests that subjective well-being do not necessarily respond to the economic situation.
Article
Full-text available
Objetivo Demostrar la relación entre felicidad y funcionalidad familiar con el fin de promover las relaciones familiares y, con ello, la salud biopsicosocial. Materiales y Métodos Estudio descriptivo transversal. A lo largo de tres años se aplicó un cuestionario a 8 885 personas de Bogotá, escogidas por conveniencia. Se dividió la población entre los que afirmaron estar felices y quienes dijeron sentirse tristes al momento de realizar la encuesta. Como variables explicativas se indagaron el género, la edad, el estrato, la funcionalidad (usando el APGAR familiar) y la estructura familiar (miembros con los que se convive) y la red de apoyo. Se obtuvieron los Odss Ratio y los resultados significativos se sometieron al proceso de regresión. Resultados El análisis de regresión logística de las razones de riesgo mostró que la percepción de felicidad disminuye con la edad (60 y más años versus 7 a 10 años, OR 0,09 IC95% 0,03-0,26); que hay una asociación significativa más fuerte con la funcionalidad (disfunción severa versus funcionalidad normal, OR 0,05 IC95% 0,030,08) que con la estructura familiar (hogar extenso versus nuclear, OR 0,60 IC95% 0,37-0,96) y que la felicidad se relaciona con las redes de apoyo (red baja versus red alta, OR 0,52 IC95% 0,31-0,88). Conclusión Está investigación confirma la importancia de la familia en la percepción de la felicidad, sentimiento considerado como referente de salud. Con base en esto, resulta clave fortalecer la convivencia familiar para promover la salud de las personas.
Article
Full-text available
Este artículo explora la posibilidad de utilizar los hallazgos científicos sobre la felicidad en las políticas públicas. Parte discutiendo los fundamentos conceptuales, epistemológicos y metodológicos de la emergente ciencia de la felicidad, para luego proponer una forma específica de aplicación política de estos descubrimientos científicos. Posteriormente, se argumenta que es deseable que los Estados nacionales consideren la felicidad de la población en la orientación de sus políticas públicas, ya que ello permite redefinir democráticamente el progreso social y establecer una mediación entre los polos tradicionales de conducción política.
Article
Full-text available
W. Wilson's (1967) review of the area of subjective well-being (SWB) advanced several conclusions regarding those who report high levels of "happiness." A number of his conclusions have been overturned: youth and modest aspirations no longer are seen as prerequisites of SWB. E. Diener's (1984) review placed greater emphasis on theories that stressed psychological factors. In the current article, the authors review current evidence for Wilson's conclusions and discuss modern theories of SWB that stress dispositional influences, adaptation, goals, and coping strategies. The next steps in the evolution of the field are to comprehend the interaction of psychological factors with life circumstances in producing SWB, to understand the causal pathways leading to happiness, understand the processes underlying adaptation to events, and develop theories that explain why certain variables differentially influence the different components of SWB (life satisfaction, pleasant affect, and unpleasant affect). (PsycINFO Database Record (c) 2012 APA, all rights reserved)
Article
Full-text available
The experience-sampling (ESM) technique is a method in which record- ing of feelings and activities is done on-line at the moment, either at randomly selected moments or at predetermined times. This method has the advantage of being able to not only assess people's general feelings, but to link feelings with situations, times of day, and other circumstances. Thus, ESM provides a powerful way of moving beyond simple questions about who is "happy" and who is not, to more intricate questions about when and why people experience positive and negative feelings. Compared to retrospective reports of feelings, ESM is less influ- enced by memory biases. ESM also allows researchers to analyze the patterning and relationships of feelings as they unfold over time. Despite the strengths and promise of this method, there are also limitations. For example, the heavy demand placed on research participants means that the sample might be biased toward highly con- scientious individuals, and repeatedly reporting one's moods might itself influence feelings. How to analyze ESM data is discussed, including the issue of how to aggre- gate momentary feelings into global measures of the average subjective well-being of individuals. Since its inception in the late 1970s, experience sampling methodology (ESM) has enjoyed an explosion of popularity in psychological research. A literature search for ESM and related terms, such as ecological momentary assessment, on PsychINFO yielded 343 articles and dissertations, most of which have been undertaken in the past dozen years. Much of its popularity can be attributed to its ability to delve beyond single-time self-report measurement to answer complex questions about lives, such as the role of situations in individual functioning, as well as its ability to provide solutions to nagging methodological problems, such as memory biases. Investigators have long recognized the need for an assessment tool that is more true to life experiences than laboratory assessments, global questionnaires, or ob- server ratings. Brunswik (1949) and Cattell (1957) addressed the importance of understanding how various psychological variables manifest themselves in different situations in order to understand the full constellation of behaviors and conditions
Article
Full-text available
This article reports the development and validation of a scale to measure global life satisfaction, the Satisfaction With Life Scale (SWLS). Among the various components of subjective well-being, the SWLS is narrowly focused to assess global life satisfaction and does not tap related constructs such as positive affect or loneliness. The SWLS is shown to have favorable psychometric properties, including high internal consistency and high temporal reliability. Scores on the SWLS correlate moderately to highly with other measures of subjective well-being, and correlate predictably with specific personality characteristics. It is noted that the SWLS is Suited for use with different age groups, and other potential uses of the scale are discussed.
Article
This article reports the development and validation of a scale to measure global life satisfaction, the Satisfaction With Life Scale (SWLS). Among the various components of subjective well-being, the SWLS is narrowly focused to assess global life satisfaction and does not tap related constructs such as positive affect or loneliness. The SWLS is shown to have favorable psychometric properties, including high internal consistency and high temporal reliability. Scores on the SWLS correlate moderately to highly with other measures of subjective well-being, and correlate predictably with specific personality characteristics. It is noted that the SWLS is suited for use with different age groups, and other potential uses of the scale are discussed.
Article
Revolutionary developments in economics are rare. The conservative bias of the field and its enshrined knowledge make it difficult to introduce new ideas not in line with received theory. Happiness research, however, has the potential to change economics substantially. Its findings, which are gradually being taken into account in standard economics, can be considered revolutionary in three respects: the measurement of experienced utility using psychologists' tools for measuring subjective well-being, new insights into how human beings value goods and services and social conditions that include consideration of such non-material values as autonomy and social relations, and policy consequences of these new insights that suggest different ways for government to affect individual well-being. In Happiness, Bruno Frey, emphasizing empirical evidence rather than theoretical conjectures, substantiates these three revolutionary claims for happiness research. After tracing the major developments of happiness research in economics and demonstrating that we have gained important new insights into how income, unemployment, inflation, and income demonstration affect well-being, Frey examines democracy and federalism, self-employment and volunteer work, marriage, terrorism, and watching television from the new perspective of happiness research. Turning to policy implications, Frey describes how government can provide the conditions under which people can achieve well-being, arguing that effective political institutions and decentralized decision making play crucial roles. Happiness demonstrates the achievements of the economic happiness revolution and points the way to future research.
Article
To review systematically prospective, observational, cohort studies of the association between positive well-being and mortality using meta-analytic methods. Recent years have witnessed increased interest in the relationship between positive psychological well-being and physical health. We searched general bibliographic databases: Medline, PsycINFO, Web of Science, and PubMed up to January 2008. Two reviewers independently extracted data on study characteristics, quality, and estimates of associations. There were 35 studies (26 articles) investigating mortality in initially healthy populations and 35 studies (28 articles) of disease populations. The meta-analyses showed that positive psychological well-being was associated with reduced mortality in both the healthy population (combined hazard ratio (HR) = 0.82; 95% Confidence Interval (CI) = 0.76-0.89; p < .001) and the disease population (combined HR = 0.98; CI = 0.95-1.00; p = .030) studies. There were indications of publication bias in this literature, although the fail-safe numbers were 2444 and 1397 for healthy and disease population studies, respectively. Intriguingly, meta-analysis of studies that controlled for negative affect showed that the protective effects of positive psychological well-being were independent of negative affect. Both positive affect (e.g., emotional well-being, positive mood, joy, happiness, vigor, energy) and positive trait-like dispositions (e.g., life satisfaction, hopefulness, optimism, sense of humor) were associated with reduced mortality in healthy population studies. Positive psychological well-being was significantly associated with reduced cardiovascular mortality in healthy population studies, and with reduced death rates in patients with renal failure and with human immunodeficiency virus-infection. The current review suggests that positive psychological well-being has a favorable effect on survival in both healthy and diseased populations.
Article
This review focuses on human psychoneuroimmunology studies published in the past decade. Issues discussed include the routes through which psychological factors influence immune function, how a stressor's duration may influence the changes observed, individual difference variables, the ability of interventions to modulate immune function, and the health consequences of psychosocially mediated immune dysregulation. The importance of negative affect and supportive personal relationships are highlighted. Recent data suggest that immune dysregulation may be one core mechanism for a spectrum of conditions associated with aging, including cardiovascular disease, osteoporosis, arthritis, Type 2 diabetes, certain cancers, and frailty and functional decline; production of proinflammatory cytokines that influence these and other conditions can be stimulated directly by negative emotions and indirectly by prolonged infection.
Article
Direct reports of subjective well-being may have a useful role in the measurement of consumer preferences and social welfare, if they can be done in a credible way. Can well-being be measured by a subjective survey, even approximately? In this paper, we discuss research on how individuals' responses to subjective well-being questions vary with their circumstances and other factors. We will argue that it is fruitful to distinguish among different conceptions of utility rather than presume to measure a single, unifying concept that motivates all human choices and registers all relevant feelings and experiences. While various measures of well being are useful for some purposes, it is important to recognize that subjective well-being measures features of individuals' perceptions of their experiences, not their utility as economists typically conceive of it. Those perceptions are a more accurate gauge of actual feelings if they are reported closer to the time of, and in direct reference to, the actual experience. We conclude by proposing the U- index, a misery index of sorts, which measures the proportion of time that people spend in an unpleasant state, and has the virtue of not requiring a cardinal conception of individuals' feelings.