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Epidemiología de la inseguridad alimentaria en México

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Objetivo. Estimar la proporción de hogares mexicanos en inseguridad alimentaria (IA) y ver su distribución de acuerdo con condiciones socioeconómicas y de nutrición. Material y métodos. Se incluyó la información de 40 809 hogares proveniente de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT 2012). La IA se midió usando la versión armonizada para México de la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA). Los hogares se clasificaron de acuerdo con el nivel de IA: Seguridad alimentaria, IA leve, IA moderada e IA severa. Se describe la distribución de la IA de acuerdo con algunas variables socioeconómicas de los hogares. Resultados. A nivel nacional, 28.2% de los hogares se clasificaron con IA moderada o severa. Los hogares rurales, indígenas y de nivel bajo de condiciones de bienestar fueron los más afectados por la IA moderada y severa: 35.4, 42.2 y 45.9%, respectivamente. Se observó una mayor prevalencia de baja talla en los preescolares de hogares con IA severa. Conclusiones. Es fundamental ejecutar acciones multisectoriales para hacer frente a las necesidades básicas de los hogares con IA moderada y severa.
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Ar t í c u l o or i g i n A l
S206
salud pública de méxico / vol. 55, suplemento 2 de 2013
Mundo-Rosas V y col.
* Integrado por los autores y Lucía Cuevas-Nasu, MSc,(1) Carmen Morales-Ruán, MSc,(1) Paloma Villagómez-Ornelas,(2) Ricardo César Aparicio-Jiménez,(2) Rafael
Pérez-Escamilla, PhD,(3) Hugo R Melgar-Quiñonez, PhD,(4) Jorge Ortega, PhD,(5) Alberto Rivera-Márquez, PhD,(6) Margarita Flores, PhD,(7,8) Laura Guadalupe
Danese-de los Santos,(9) Alejandro Rosas-Guerrero,(9) César Nájera-Tijera.(9)
(1) Instituto Nacional de Salud Pública. México.
(2) Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. México.
(3) Department of Chronic Disease Epidemiology, Yale School of Public Health. New Haven CT, EUA.
(4) McGill University. Canadá.
(5) Universidad de Chile. Chile.
(6) Universidad Autónoma Metropolitana. México.
(7) Universidad Nacional Autónoma de México. México.
(8) Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Sección México. México.
(9) Secretaría de Desarrollo Social. México.
Fecha de recibido: 20 de noviembre de 2012 • Fecha de aceptado: 7 de enero de 2013
Autor de correspondencia: Dra. Teresa Shamah Levy. Instituto Nacional de Salud Pública.
Av. Universidad 655, col. Santa María Ahuacatitlán. 62100 Cuernavaca, Morelos, México
Correo electrónico: tshamah@insp.mx
Mundo-Rosas V, Shamah-Levy T, Rivera-Dommarco JA,
Grupo de Seguridad Alimentaria en México.
Epidemiología de la inseguridad alimentaria en México.
Salud Publica Mex 2013;55 supl 2:S206-S213.
Resumen
Objetivo. Estimar la proporción de hogares mexicanos en
inseguridad alimentaria (IA) y ver su distribución de acuerdo
con condiciones socioeconómicas y de nutrición. Material y
métodos. Se incluyó la información de 40 809 hogares pro-
veniente de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012
(ENSANUT 2012). La IA se midió usando la versión armoni-
zada para México de la Escala Latinoamericana y Caribeña de
Seguridad Alimentaria (ELCSA). Los hogares se clasificaron
de acuerdo con el nivel de IA: Seguridad alimentaria, IA leve,
IA moderada e IA severa. Se describe la distribución de la
IA de acuerdo con algunas variables socioeconómicas de los
hogares. Resultados. A nivel nacional, 28.2% de los hogares
se clasificaron con IA moderada o severa. Los hogares rurales,
indígenas y de nivel bajo de condiciones de bienestar fueron
los más afectados por la IA moderada y severa: 35.4, 42.2 y
45.9%, respectivamente. Se observó una mayor prevalencia
de baja talla en los preescolares de hogares con IA severa.
Conclusiones. Es fundamental ejecutar acciones multisec-
toriales para hacer frente a las necesidades básicas de los
hogares con IA moderada y severa.
Palabras clave: seguridad alimentaria; encuestas nutricionales;
desnutrición; México
Mundo-Rosas V, Shamah-Levy T, Rivera-Dommarco JA,
Mexican Food Security Group.
Epidemiology of food insecurity in Mexico.
Salud Publica Mex 2013;55 suppl 2:S206-S213.
Abstract
Objective. To estimate the proportion of Mexican house-
holds in food insecurity (FI) and their distribution in relation
to nutrition and socioeconomic conditions. Materials and
methods. We evaluated information from 40 809 house-
holds. FI was measured using a harmonized version for
Mexico of the Latin American and Caribbean food Security
Scale. Households were classified according to the level of
food insecurity as follows: Food security, mild, moderate
and severe FI. We describe the distribution of FI accord-
ing to some household socioeconomic variables. Results.
Nationally, 28.2% of households had moderate or severe FI.
Rural, indigenous ethnicity and household deprivation were
risk factors moderate to severe FI (35.4, 42.2 and 45.9%,
respectively). Severe FI was also associated with lower chil-
dren height and weight. Conclusions. Multi-sectorial actions
are needed to address the basic needs of households with
moderate and severe FI.
Key words: food security; nutrition surveys; undernutrition;
Mexico
Epidemiología de la inseguridad
alimentaria en México
Verónica Mundo-Rosas, MSc,(1) Teresa Shamah-Levy, PhD,(1) Juan A Rivera-Dommarco, PhD,(1)
Grupo de Seguridad Alimentaria en México.*
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Inseguridad alimentaria en México
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De acuerdo con la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO),1 existe seguridad alimentaria cuando: “todas
las personas tienen en todo momento acceso físico y
económico a sucientes alimentos inocuos y nutritivos
para satisfacer sus necesidades y sus preferencias, a n
de llevar una vida activa y sana”. Por el contrario, un
acceso nulo o incierto a los alimentos se ha denido
como inseguridad alimentaria (IA).2
En el interés por comprender cada vez mejor las di-
mensiones de la IA, diversos organismos e instituciones
gubernamentales y no gubernamentales han realizado
múltiples esfuerzos para consolidar instrumentos váli-
dos y conables para su medición.3 En 2007, se propuso
la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Ali-
mentaria (ELCSA) como herramienta válida para medir
la experiencia de IA dentro de los hogares en el ámbito
regional.4,6 La ELCSA es uno de los cinco métodos más
utilizados en las encuestas nacionales para medir IA y
es el único que se basa en la experiencia o percepción
de los individuos y los hogares.7
En México, la medición de la IA en muestras repre-
sentativas a nivel nacional y a partir de escalas basadas
en la experiencia de los individuos se ha llevado a cabo
por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (CONEVAL), que en 2008 incluyó la
Escala Mexicana de Seguridad Alimentaria (EMSA)*
como parte del Módulo de Condiciones Socioeconómi-
cas de la Encuesta de Nacional de Ingresos y Gastos de
los Hogares (MCS-ENIGH) con el propósito de medir
la carencia por acceso a la alimentación dentro de las
dimensiones de la medición de la pobreza.8 Además, se
cuenta con una serie de estudios cuyo n fue probar y
validar la escala;9 medir la intensidad de la IA en grupos
de población de la Ciudad de México,10,11 así como bus-
car asociaciones entre IA y obesidad en preescolares12 y
enfermedades crónico degenerativas en adultos.13
En la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012
(ENSANUT 2012) se incluyó por primera vez la ELCSA
con el propósito de estimar la proporción de hogares
mexicanos que experimentan IA y, a la vez, analizar su
distribución de acuerdo con algunas condiciones so-
cioeconómicas y de nutrición de la población. A partir de
estos resultados, se busca reorientar no sólo las políticas
públicas que han sido diseñadas para disminuir la IA en
los hogares, sino también las que tienen como nalidad
reducir la pobreza y los problemas de mala nutrición.
Material y métodos
La información que se presenta proviene de la EN-
SANUT 2012, que es una encuesta probabilística y
por conglomerados, con representatividad nacional,
regional, estatal y de los estratos urbanos y rurales, que
incluyó una sobremuestra de los hogares con mayores
carencias del país. Mayores detalles del muestreo han
sido previamente descritos.14 Para implementar esta
sobrerrepresentación, se construyó un índice de rezago
social para las AGEB (Áreas Geoestadísticas Básicas)
que son las unidades primarias de muestreo. El índice
se construyó de forma análoga al índice de rezago social
construido por el CONEVAL* para las localidades en
2005. El marco de muestreo se integró con la información
del Conteo de Población y Vivienda 2005 desagregada
por AGEB y el listado de localidades de nueva aparición
en el Censo 2010. La recolección de la información de la
ENSANUT 2012 se realizó entre octubre de 2011 y mayo
de 2012 y obtuvo información de 50 528 que representan
a los 29 429 252 hogares estimados en México para 2012,
según las proyecciones de población elaboradas por el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
a partir del Censo 2010.
Para nes de este análisis se incluye la información
de 40 809 hogares que representan a un total de 29 099 600
hogares en México, con información completa sobre el
tema. En total se excluyeron 9 719 hogares con informa-
ción incompleta o nula.
Medición de la seguridad/inseguridad
alimentaria
El estado de IA, de acuerdo con la experiencia de los
individuos, se midió usando la versión armonizada
para México de la Escala Latinoamericana y Caribeña
de Seguridad Alimentaria (ELCSA).15 La ELCSA consta
de 15 preguntas para hogares con integrantes menores
de 18 años y de ocho preguntas para hogares con inte-
grantes mayores de 18 años. Las opciones de respuesta
a estas preguntas son “sí” o “no” dirigidas al jefe o jefa
de familia o a la persona encargada de preparar los
alimentos en el hogar. El periodo de referencia para las
preguntas son los tres meses previos a la aplicación de
la encuesta.16 La escala clasica a los hogares en cuatro
categorías, dependiendo del número de respuestas
positivas y si cuentan o no con integrantes menores de
18 años (cuadro I).
* El índice de rezago social considera variables que miden carencias
en educación, vivienda y bienes.
* La Escala Mexicana de Seguridad Alimentaria (EMSA) es una
versión reducida de la ELCSA que ha sido validada por expertos y
por el propio CONEVAL.
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Los hogares clasicados con IA leve maniestan
sentir preocupación porque los alimentos sean sucien-
tes para el consumo familiar en el corto y mediano plazo
y ponen en marcha estrategias para que los alimentos
rindan por más tiempo. Tal es el caso, por ejemplo, de
un mayor consumo de cereales, leguminosas o diluir
alimentos con agua. Con ello se sacrica la calidad de
la alimentación para sostener las necesidades calóricas.
Si la IA se agrava, los miembros de los hogares reducen
la cantidad de alimentos que acostumbran consumir.
Este tipo de hogares se incluyen en la clasicación de
IA moderada. Cuando el proceso de IA aumenta, los
miembros del hogar omiten un tiempo de comida o
dejan de comer por todo un día, esto último sucede pri-
mero en los adultos y posteriormente en los niños. Los
hogares donde suceden estas experiencias se incluyen
en la clasicación de IA severa.17
A partir de esta clasicación, se describe la dis-
tribución de la IA según área de residencia, entidad
federativa, índice de condiciones de bienestar, si el (la)
jefe (a) de familia o cónyuge hablan alguna lengua indí-
gena, cobertura de los programas sociales que incluyen
algún componente de ayuda alimentaria principalmente
Oportunidades, Liconsa y Desayunos Escolares del DIF,
presencia en el hogar de niños menores de cinco años
y/o adultos de 60 años o más, además de la presencia
de niños menores de cinco años con baja talla como
indicador de desnutrición crónica.
Construcción de variables
El índice de condición de bienestar (ICB) se construyó
con el método de componentes principales que incluyó
ocho variables: materiales de construcción del piso,
paredes y techo; número de cuartos que se usan para
dormir, disposición de agua, posesión de automóvil,
número de bienes domésticos (refrigerador, lavadora,
microondas, estufa y boiler) y número de aparatos eléc-
tricos (televisión, cable, radio, teléfono y computadora).
Se seleccionó como índice el primer componente que
acumula 40.5% de la variabilidad total, con un valor
propio (lambda) de 3.24. Finalmente, el índice fue cla-
sicado en quintiles de condiciones de bienestar. Este
índice ha sido utilizado en las Encuestas Nacionales de
Nutrición de 1999 y de 2006.18-19
Las localidades fueron clasicadas, de acuerdo con
el número de habitantes, en rurales (<2500 habitantes) y
urbanas (≥2500 habitantes).
La cobertura de programas sociales que incluyen
algún componente de ayuda alimentaria se identicó
preguntando si algún integrante del hogar era bene-
ciario de dichos programas.
Estado de nutrición en preescolares. Con los datos
de longitud o talla y el peso de los niños menores de 5
años se construyó el índice antropométrico de longitud
o talla para la edad. Dicho índice fue transformado a
puntajes Z usando los estándares de crecimiento de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2006.20 Se
clasicó con baja talla a los niños cuyo puntaje Z fue
menor de -2 desviaciones estándar (DE) en longitud o
talla para edad (TEZ).
Análisis de la información
Se presenta la información descriptiva en porcentajes con
sus respectivos intervalos de conanza (IC) de 95%.
Se calcularon prevalencias ajustadas de baja talla
para cada categoría de inseguridad alimentaria contro-
lando por algunas variables como edad en meses, quintil
de condición de bienestar, área de residencia y hablante
de lengua indígena.
Se realizaron pruebas estadísticas para observar
diferencias entre los hogares que fueron excluidos por
falta de información y los integrados al análisis. Se
encontraron diferencias signicativas en la proporción
de hogares hablantes de lengua indígena (9.2% en los
hogares integrados al análisis y 4.8% en los excluidos) así
como en los que reciben programas sociales con algún
componente alimentario (87.4% entre los integrados al
análisis y 3.3% entre los excluidos).
Debido a que se tuvo una pérdida de 19% de la mues-
tra, se recalcularon los ponderadores a nivel de hogar
para que representaran al total de hogares del país.
Resultados
A nivel nacional, 41.6% de los hogares mexicanos se
clasicó en IA leve, 17.7% en IA moderada y 10.5% en
IA severa. Al sumar las cifras correspondientes a las dos
Cuadro I
Cr i t e r i o s u t i l i z a d o s p a r a C a t e g o r i z a r s e g u r i d a d e
i n s e g u r i d a d a l i m e n t a r i a . mé x i C o , ensanut 2012
Categoría
Número de respuestas positivas
Hogares con
integrantes menores
de 18 años
Hogares sin
integrantes menores
de 18 años
Seguridad alimentaria 0 0
Inseguridad leve 1-5 1-3
Inseguridad moderada 6-10 4-6
Inseguridad severa 11-15 7-8
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Inseguridad alimentaria en México
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categorías más graves de IA (28.2% de hogares en IA
moderada y severa), resultó que alrededor de 8 322 486
hogares tuvieron que disminuir la cantidad de alimentos
consumidos o, en el peor de los casos, un adulto o niño
se quedó sin comer en todo un día.
Al analizar IA según área de residencia, poco más
de un tercio de los hogares en zonas rurales fueron
clasificados en las categorías moderada y severa,
mientras que alrededor de un cuarto de los hogares en
áreas urbanas fue ubicado en estas mismas categorías
(cuadro II).
Las Entidades Federativas con una mayor propor-
ción de IA moderada y severa en el país fueron Tabasco
(49.0%), Guerrero (44.0%), Chiapas (38.9%), Oaxaca
(38.6%) y Campeche (35.9%). En contraste, las entidades
con menor proporción de IA moderada y severa fueron
Figura 1. proporCión d e hogares Con inseguridad alimentaria moderada y severa e n las entidades Federativas
d e méxiCo. ensanut 2012
Cuadro II
pr o p o r C i ó n d e h o g a r e s e n l a s C a t e g o r í a s d e s e g u r i d a d /i n s e g u r i d a d a l i m e n t a r i a p o r á r e a d e r e s i d e n C i a .
mé x i C o , ensanut 2012
Área
Seguridad alimentaria Inseguridad leve Inseguridad moderada Inseguridad severa
Muestra
(n)
Expansión Muestra
(n)
Expansión Muestra
(n)
Expansión Muestra
(n)
Expansión
N (miles) % IC95% N (miles) % IC95% N (miles) % IC95% N (miles) % IC95%
Urbana 8076 7 545.8 33.0 (31.9-34.1) 10997 9 287.6 40.6 (39.7-41.5) 4617 3 771.2 16.5 (15.7-17.2) 2901 2 238.2 9.7 (9.2-10.3)
Rural 2705 1 203.1 19.2 (18.0-20.4) 6364 2 831.7 45.2 (44.0-46.4) 3220 1 404.4 22.4 (21.3-23.5) 1929 817.6 13.0 (12.0-14.2)
Nacional 10781 8 748.8 30.0 (29.1-31.0) 17361 12 119.3 41.6 (40.8-42.4) 7837 5 175.6 17.7 (17.1-18.4) 4830 3 055.8 10.5 (10.0-11.0)
Chihuahua (20.8%), Jalisco (20.7%) y Querétaro (20.2%)
(gura 1).
De acuerdo con los quintiles de condición de bien-
estar (CB), la proporción de hogares en IA moderada y
severa es más grande en los hogares con menor condi-
ción de bienestar. Dicha proporción disminuye conforme
mejora la CB en los hogares: 45.7% en los hogares del
Q1 de CB, 39.2% en el Q2; 30.9% en el Q3, 24.1% en el
Q4 y 11.4% en el Q5 (cuadro III).
El 42.2% de los hogares, donde el jefe o jefa de fa-
milia o su cónyuge mencionaron hablar alguna lengua
indígena, fue clasicado en las categorías de IA mode-
rada y severa. En comparación, en los hogares donde
no se habla alguna lengua indígena, la proporción de
hogares clasicados en IA moderada y severa fue de
27.1% (cuadro IV).
50
40
30
20
10
0
Tabasco
Guerrero
Chiapas
Oaxaca
Campeche
Michoacán
Veracruz
Guanajuato
Estado de México
San Luis Potosí
Baja California
Tamaulipas
Yucatán
Puebla
Hidalgo
Quintana Roo
Durango
Baja California Sur
Tlaxcala
Zacatecas
Nayarit
Morelos
Aguascalientes
Nuevo León
Sonora
Coahuila
Colima
Sinaloa
Distrito Federal
Chihuahua
Jalisco
Querétaro
%
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S210
salud pública de méxico / vol. 55, suplemento 2 de 2013
Mundo-Rosas V y col.
Cuadro III
pr o p o r C i ó n d e h o g a r e s e n l a s C a t e g o r í a s d e s e g u r i d a d /i n s e g u r i d a d a l i m e n t a r i a p o r q u i n t i l d e C o n d i C i o n e s d e
b i e n e s t a r . mé x i C o , ensanut 2012
Quintil de condiciones
de bienestar
Seguridad alimentaria Inseguridad leve Inseguridad moderada Inseguridad severa
Muestra
(n)
Expansión Muestra
(n)
Expansión Muestra
(n)
Expansión Muestra
(n)
Expansión
N
(miles) % IC95% N
(miles) % IC95% N
(miles) % IC95% N
(miles) % IC95%
Q1 1 143 652.4 14.0 (12.8-15.2) 3 593 1 883.7 40.3 (38.9-41.8) 2 343 1 185.4 25.4 (24.1-26.7) 1 779 948.9 20.3 (18.9-21.8)
Q2 1 550 911.2 18.3 (17.1-19.5) 3 724 2 118.7 42.5 (41.0-44.0) 1 984 1 162.6 23.3 (22.0-24.7) 1 302 790.5 15.9 (14.6-17.2)
Q3 1 877 1 299.7 23.1 (21.8-24.4) 3 820 2 587.9 46.0 (44.5-47.5) 1 686 1 104.6 19.6 (18.5-20.8) 940 636.2 11.3 (10.4-12.3)
Q4 2 566 2 072.9 31.8 (30.2-33.3) 3 517 2 875.6 44.1 (42.4-45.7) 1 217 1 098.9 16.8 (15.5-918.3) 603 476.8 7.3 (6.5-8.2)
Q5 3 645 3 812.6 52.3 (50.4-54.2) 2 707 2 653.4 36.4 (34.7-38.1) 607 624.0 8.6 (7.6-9.6) 206 203.4 2.8 (2.3-3.3)
Nacional 10 781 8 748.8 30.0 (29.1-31.0) 17 361 12 119.3 41.6 (38.9-41.8) 7 837 5 175.5 17.7 (17.1-18.4) 4 830 3 055.8 10.5 (18.9-21.8)
Cuadro IV
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C o n s i e l (l a ) j e F e (a) d e F a m i l i a h a b l a n o n o a l g u n a l e n g u a i n d í g e n a . mé x i C o , ensanut 2012
Hablante de lengua
indígena
Seguridad alimentaria Inseguridad leve Inseguridad moderada Inseguridad severa
Muestra
(n)
Expansión
Muestra
(n)
Expansión
Muestra
(n)
Expansión
Muestra
(n)
Expansión
N
(miles) % IC95% N
(miles) % IC95% N
(miles) % IC95% N
(miles) % IC95%
665 351.7 16.1 (14.3-18.0) 1 895 912.9 41.7 (39.7-43.8) 1 257 565.6 25.9 (24.1-27.7) 798 357.1 16.3 (14.5-18.3)
No 10 116 8 397.1 31.2 (30.2-32.2) 15 466 11206.4 41.6 (40.8-42.4) 6 580 4 610.0 17.1 (16.5-17.8) 4 032 2 698.7 10.0 (9.5-10.6)
Nacional 10 781 8 748.8 30.1 (29.1-31.0) 17 361 12119.3 41.6 (40.9-42.4) 7 837 5 175.6 17.8 (17.1-18.4) 4 830 3 055.8 10.5 (10.0-11.0)
Tomando como referencia algunos indicadores de
vulnerabilidad social o nutricia en los hogares, obser-
vamos que los programas sociales que incluyen algún
componente de ayuda alimentaria tuvieron mayor
cobertura (alrededor de 60%) en los hogares indígenas,
en los que habitan en áreas rurales o en los clasicados
en el Q1 de condición de bienestar. No obstante, menos
de la mitad de los hogares en inseguridad moderada y
severa, con integrantes menores de cinco años de edad
o con integrantes de 60 años o más de edad, no reciben
dichos programas (cuadro V).
En la muestra de niños menores de 5 años con
información de IA en sus hogares resaltó que la pre-
valencia ajustada de baja talla o desnutrición crónica
aumenta conforme a la intensidad de la inseguridad
alimentaria en sus hogares. Es decir, hay una mayor
proporción de baja talla en los preescolares de hogares
con IA moderada y severa (14.5 y 19.0%, respectiva-
mente) en comparación con los hogares en IA leve o con
seguridad alimentaria (13.1 y 11.7%, respectivamente)
(cuadro VI).
Por último, la proporción de hogares en insegu-
ridad alimentaria moderada y severa, con uno o más
adultos de 60 años o más de edad, fue de 27.9% (datos
no mostrados en cuadros).
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Inseguridad alimentaria en México
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Discusión
En México casi 1 de cada 3 hogares ha experimentado
inseguridad alimentaria moderada o severa en los tres
meses previos a la encuesta. Es decir, han disminuido
la calidad y cantidad de alimentos o experimentado
hambre.
La mayor proporción de hogares mexicanos (41.6%)
fue categorizado en inseguridad alimentaria leve, situa-
ción en la que los hogares, debido a la falta de dinero
u otros recursos, empiezan por incluir en su dieta una
mayor cantidad de alimentos decientes en micronutri-
mentos, pero con un alto consumo de grasas saturadas
y azúcar y un menor consumo de bra, que en algunas
circunstancias son más económicos o las familias así
lo perciben. Dicho hallazgo se respalda con estudios
previos que han alertado sobre el consumo deciente de
micronutrimentos principalmente entre los menos favo-
recidos económicamente en el país como es la población
rural, indígena o de nivel socioeconómico bajo.21,22,23 La
IA y, en consecuencia, el consumo de una dieta con las
características antes mencionadas se relaciona con la
presencia de una serie de problemas de salud,24,25 tales
como baja talla,26 anemia y deciencias nutricionales
por hierro en niños,27 así como con, un alto consumo de
grasas saturadas y azúcar y un menor consumo de bra
han sido relacionados con la presencia de sobrepeso,
obesidad,28 enfermedades crónico degenerativas en los
adultos, así como con IA en hogares pobres.11,29
Otro hallazgo aún más grave de este trabajo fue
estimar que alrededor de 8 322 486
hogares en todo el
país disminuyeron de forma importante la cantidad de
alimentos que acostumbran consumir o tuvieron episo-
dios de hambre debido a la falta de dinero o recursos.
Este tipo de inseguridad alimentaria es aún más lace-
rante pues está relacionada con problemas emocionales
como depresión y ansiedad en madres e hijos30 y con
problemas de comportamiento y salud en niños.31,32
Existe evidencia de que la IA impone costos no sólo
a los individuos y a sus familias33 sino también al siste-
ma socioeconómico de los países, pues la presencia de
enfermedades carenciales o crónico degenerativas entre
la población ocasionan pérdidas de capital humano y,
por ende, aumentan los gastos del sistema de salud para
atender las enfermedades y sus consecuencias.34
Este análisis obserque hay una mayor proporción
de IA en los grupos de población más pobres de México
como la población que se encuentra en el nivel bajo de
condiciones de bienestar, los indígenas, las poblacio-
nes rurales así como las entidades federativas que se
Cuadro VI
pr e v a l e n C i a a j u s t a d a * d e b a j a t a l l a e n n i ñ o s
m e n o r e s d e 5 a ñ o s d e a C u e r d o C o n l a C a t e g o r í a d e
i n s e g u r i d a d a l i m e n t a r i a e n s u s h o g a r e s . mé x i C o ,
ensanut 2012
Categoría de inseguridad
alimentaria
Baja talla
Muestra (n) Expansión
% IC95%
Seguridad alimentaria 2 331 11.7 (10.7-12.7)
Inseguridad leve 4 653 13.1 (12.0-14.2)
Inseguridad moderada 2 030 14.5 (13.4-15.7)
Inseguridad severa 1 169 19.0 (15.3-23.3)
Nacional 10 183 13.6 (12.6-14.7)
* Las prevalencia de baja talla fue ajustada por quintil de condición de
bienestar, área de residencia y si el jefe (a) de familia o cónyuge hablan
lengua indígena
Cuadro V
Co b e r t u r a e n l o s h o g a r e s d e l o s p r o g r a m a s s o C i a l e s d e a y u d a a l i m e n t a r i a d e a C u e r d o
C o n a l g u n a s C o n d i C i o n e s d e v u l n e r a b i l i d a d s o C i a l y n u t r i C i a . mé x i C o , ensanut 2012
Condición
No reciben programas Reciben programas
Muestra (n)
Expansión
Muestra (n)
Expansión
N
(miles) % IC95% N
(miles) % IC95%
Rural 4 266 1 925.6 34.6 (32.5-36.7) 8 488 3 647.6 65.4 (63.3-67.5)
Quintil 1 2 535 1 479.8 35.1 (33.0-37.3) 5 452 2 736.9 64.9 (62.7-67.0)
Indígena 1 179 641.5 33.1 (30.3-35.9) 2 913 1 298.9 66.9 (64.1-69.7)
Con adultos mayores 5 155 4 238.6 54.3 (52.6-56.0) 5 653 3 563.1 45.7 (44.0-47.4)
Con menores de 5 años 5 005 3 836.8 56.6 (54.8-58.4) 4 728 2 942.2 43.4 (41.6-45.2)
Con inseguridad alimentaria
moderada y severa 5 110 3 728.6 51.3 (49.5-53.0) 6 129 3 541.6 48.7 (47.0-50.5)
Ar t í c u l o or i g i n A l
S212
salud pública de méxico / vol. 55, suplemento 2 de 2013
Mundo-Rosas V y col.
encuentran con mayores niveles de pobreza y margi-
nación. Estudios previos llevados a cabo en México y
otros países coinciden con dichos resultados pues han
encontrado una relación estrecha entre la intensidad de
la inseguridad alimentaria y la pobreza medida a través
de ingresos o gastos en el hogar.35,36
Es necesario mencionar algunas consideraciones
importantes en la interpretación de resultados que ya han
sido mostrados: la primera es que en la medición de la in-
seguridad alimentaria leve se incluye una pregunta que
indaga sobre vivencias como ansiedad y preocupación
en el (la) jefe (a) de familia o cónyuge porque el sumi-
nistro de alimentos no sea suciente. En la información
obtenida a partir de la ENSANUT 2012, esta pregunta
por sí misma contribuye con 8.6 puntos porcentuales a
la proporción global de los hogares en IA leve. Es decir,
alrededor de dos millones de hogares podrían estar en
condiciones de IA leve sin haber experimentado aún
cambios en su dieta pero sí en riesgo de padecerla.
La ELCSA es una herramienta de apoyo para la
medición de experiencias de IA en el hogar, y no ha
sido diseñada para captar otras dimensiones de la falta
de acceso a los alimentos. Se requiere, por ejemplo,
avanzar en aspectos tales como el derecho individual
o colectivo a una alimentación saludable, la inocuidad
de los alimentos, la obtención de alimentos por medios
socialmente aceptables y las preferencias culturales,
además de otras dimensiones que escapan del contex-
to del hogar como la uctuación en los precios de los
alimentos y las políticas nacionales sobre la producción
y distribución de los mismos, lo cual limita la concep-
ción global de la seguridad alimentaria en todas sus
dimensiones.
A pesar de las consideraciones anteriores, se asume
que ningún indicador por sí mismo es capaz de captar
todas las dimensiones de IA y que la medición de la IA
a través de la ELCSA complementa otros indicadores
generados en los países y permite alertar antes de que
la inseguridad alimentaria se torne más severa. De
igual forma, la ELCSA es un instrumento de bajo costo
y rápida aplicación que ha demostrado tener una alta
validez y conabilidad16 en diversos canales de aplica-
ción, que han contribuido a una mejor comprensión de
la distribución, causas y consecuencias de la inseguridad
alimentaria en la región.37,2
Ante la gravedad de la inseguridad alimentaria en
el país, es importante que los programas sociales que
incluyen algún componente de ayuda alimentaria atien-
dan de manera inmediata a los hogares que presentan
inseguridad alimentaría moderada y severa, a aquéllos
con niños menores de 5 años que padecen desnutrición,
a los hogares indígenas y a los que viven en una condi-
ción de bienestar menos favorables.
Para poner en marcha acciones orientadas a dismi-
nuir la IA en México se requiere un análisis y rediseño
de las estrategias que ha implementado el Estado con
el n de garantizar la seguridad alimentaria en México.
La lista es muy amplia y difícil de abordar por completo
en este espacio, sin embargo, entre las estrategias más
urgentes están la posibilidad de consolidar los esfuerzos
de los diferentes actores relacionados con el problema
alimentario y nutricional, a través del diseño de progra-
mas que involucren a los diversos sectores (agricultura,
salud, educación, desarrollo social y la propia comuni-
dad) que permitan lograr sinergias importantes en la
operación de dichas acciones, así como fortalecer y de-
sarrollar la formación de recursos humanos en materia
de bioingeniería y biotecnología encaminados a aportar
mejoras en el ámbito de la producción, distribución y
consumo de alimentos y en el desarrollo sustentable
de las comunidades; la creación de nuevos sistemas
de producción y distribución local de alimentos donde
se incluya a los productores de alimentos a pequeña
escala y que además se integren a los programas socia-
les. De esta forma se daría respuesta a las necesidades
nutricionales y culturales de la población a través de
canastas alimentarias de bajo costo y alto valor nutritivo
y además se estarían creando sistemas de producción
más equitativos.
Conclusión
La IA es un problema de gran severidad en México
que afecta de manera grave y moderada a casi uno de
cada tres hogares. En este sentido la ELCSA permite
identicar a la población con mayor vulnerabilidad
y enfocar las acciones de los programas de ayuda ali-
mentaria, de acceso y distribución de alimentos, entre
otras acciones.
Declaración de conflicto de intereses. Los autores declararon no tener con-
flicto de intereses.
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... El costo cada vez más alto de los alimentos nutritivos, el estrés que significa vivir con inseguridad alimentaria y las adaptaciones fisiológicas a la restricción de alimentos explican por qué las familias que enfrentan inseguridad alimentaria pueden tener un riesgo más alto de sobrepeso y obesidad (FAO et al., 2018). Es una de las causas inmediatas reconocidas de la desnutrición de los niños y niñas menores de cinco años, lo cual es bien sabido de tener efectos adversos sobre la salud y el desarrollo presente como a lo largo del ciclo vital (Cuevas-Nasu et al., 2014), e implica altos costos a los individuos, sus familias y a los sistemas económicos y de salud por la presencia de enfermedades carenciales o crónico-degenerativas que ocasionan discapacidad, muerte prematura y un aumento en los gastos del sistema de salud (Mundo-Rosas et al., 2013). ...
... Ahora bien, existe una mayor proporción de inseguridad alimentaria en los grupos de población más pobre (Martí-Octubre-Diciembre 2020 Sustentabilidad y seguridad alimentaria nez-Rodríguez et al., 2015), sobre todo aquellos que se hallan en altos niveles de marginación y en el nivel bajo de condiciones de bienestar. Estudios previos llevados a cabo en México y en otras partes del mundo han encontrado una relación estrecha entre la intensidad de la inseguridad alimentaria y la pobreza medida a través de ingresos o gastos en el hogar (Mundo-Rosas et al., 2013). ...
... al, (2018). La ELCSA clasifica a los hogares en cuatro categorías, tomando en cuenta el número de respuestas positivas y si hay o no integrantes menores de 18 años dentro del hogar: seguridad alimentaria, inseguridad alimentaria leve, inseguridad alimentaria moderada e inseguridad alimentaria severa (Mundo-Rosas et al. 2014). ...
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OBJETIVO: determinar la situación actual de la seguridad alimentaria en el corredor seco del Municipio de Jalapa, Guatemala. MÉTODO: la investigación se desarrolló como un estudio de caso comparativo, tomando 3 aldeas de la Comunidad de Ladinos Pardos, donde las autoridades municipales y de seguridad alimentaria de Jalapa, consideran que, según sus indicadores no existen problemas por inseguridad alimentaria, estas aldeas fueron comparadas con otras 3 aldeas con índices altos de inseguridad alimentaria de la Comunidad de Santa María Xalapán, la cual se encuentra ubicada en el territorio denominado “Corredor Seco” y está conformada en su mayoría por pobladores de la etnia Xinka. Para la obtención de la información se utilizó la escala de medición desarrollada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación -FAO-, denominada Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria -ELCSA- la cual pertenece a la familia de escalas de medición de la inseguridad alimentaria basadas en la experiencia en los hogares. RESULTADOS: la población adulta en las aldeas de la Comunidad Ladinos Pardos presenta indicadores de 3% y 2% de inseguridad alimentaria moderada y severa respectivamente, mientras que en menores de 18 años los niveles de inseguridad alimentaria moderada y severa son inferiores al 1%. CONCLUSIÓN: las mejores condiciones de seguridad alimentaria y nutricional para la población adulta y en menores de 18 años se encuentran en las aldeas de la Comunidad Ladinos Pardos.
... En la búsqueda de la seguridad alimentaria, se requiere que las naciones controlen las políticas agrícolas y de alimentación como la tierra, las semillas y el agua. Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades y sus preferencias, a fin de llevar una vida activa y sana (Mundo-Rosas et al., 2013). ...
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Objetivo: Evaluar la siembra de caña de azúcar a pequeña escala, su molienda e incorporación en la alimentación de aves de corral. Marco Teórico: En las granjas avícolas el costo de la alimentación representa entre el 70 y el 80 %, lo que propicia la necesidad de la evaluación de ingredientes no convencionales para aves. Método: Se evaluó la siembra de tallos y puntas de caña de azúcar MEX-57-473. La molienda se realizó en una máquina adaptada para el corte de madera. Se evaluó el crecimiento (g) de codornices (26) y pollos nativos (50) alimentadas con una dieta compuesta por caña de azúcar molida (80 %) y alimento comercial (20 %). Resultados y Discusión: Con las puntas de caña de azúcar se obtuvo el 100 % de brotes. La molienda produjo partículas de 1.0-5.0 mm, sin pérdida de jugo. Los pollos alimentados con la dieta experimental presentaron menor peso. Sin embargo, la diferencia correspondió a grasa subcutánea. Implicaciones de la investigación: La caña de azúcar es una opción sustentable para granjas avícolas familiares; puede ser usada en una alta proporción para disminuir la dependencia de alimentos comerciales. Originalidad/Valor: La alimentación de aves con caña de azúcar integral molida constituye una alternativa sustentable e integral para granjas avícolas familiares.
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El objetivo del trabajo fue analizar la relación que guarda la seguridad alimentaria en hogares rurales con variables como jefatura del hogar, posesión de cultivos, hortalizas y árboles frutales; así como la presencia de menores de edad en la localidad de San Felipe Cuapexco, Puebla, México. La metodología empleada fue de tipo mixto, se realizaron entrevistas a profundidad con autoridades y personajes clave y se aplicaron 105 cuestionarios a los jefes de familia. Los resultados obtenidos muestran que en San Felipe Cuapexco predominan los niveles de inseguridad alimentaria leve y moderado, no existe una asociación significativa entre la presencia de menores de edad, número de especies cultivadas, árboles frutales y los grados de inseguridad alimentaria. Existe una relación positiva entre el número de cultivos y los niveles de seguridad alimentaria. Por otro lado, los hogares con mujeres como jefes de familia son más propensos a padecer inseguridad alimentaria.
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Objetivo: Analizar la relación entre la inseguridad alimentaria y los síntomas depresivos entre hombres y mujeres de México antes y durante la pandemia por COVID-19. Materiales y método: Estudio transversal con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-19 y de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 sobre COVID-19. Utilizando modelos de regresiones logísticas binomiales, se estiman las razones de momios entre hombres y mujeres de presentar síntomas depresivos según la inseguridad alimentaria del hogar ajustando por diversas variables socioeconómicas y de la salud. Resultados: Existe una diferencia significativa de la prevalencia de síntomas depresivos, pero no de la inseguridad alimentaria entre sexos y entre periodos. Los síntomas depresivos y la inseguridad alimentaria se relacionaron antes de y durante la pandemia por COVID-19 entre hombres y mujeres, incluso ajustando por las variables de control sociodemográficas y de la salud. Conclusión: Los síntomas depresivos y la inseguridad alimentaria se relacionan de forman consistente. Es importante estudiar esta asociación en etapas posteriores a la pandemia para determinar si es consistente o se relaciona con las condiciones sociales y económicas impuestas.
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La pandemia de la COVID-19 ha sido uno de los mayores desafíos de salud pública a nivel mundial. Afecta al sistema alimentario, ampliando las desigualdades y compromete el derecho a la alimentación y a un adecuado estado de bienestar y nutrición, especialmente entre los más vulnerables. Objetivos estimar la prevalencia de la inseguridad alimentaria e identificar los factores socioeconómicos asociados en adultos mexicanos con diabetes mellitus, durante la pandemia de la COVID-19. Métodos estudio transversal, análisis secundario de los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020 sobre la COVID-19. Se estudió a 1 232 individuos que representan a 9 569 330 adultos con diabetes mellitus. La inseguridad alimentaria se midió utilizando la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria adaptada para México. Se realizó un modelo de regresión logístico binario para cada nivel de inseguridad alimentaria. Se calcularon razón de momios e intervalos de confianza al 95 %. Un valor de p < 0.05 fue estadísticamente significativo. Resultados el 64.8 % presentó inseguridad alimentaria: 40.7 % leve, 14.2 % moderada y 9.9 % severa. Los factores asociados a inseguridad alimentaria leve fueron: nivel socioeconómico muy bajo (RM 2.6), pérdida del empleo de algún miembro del hogar (RM 2.0) y reducción de gastos en alimentación (RM 5.0); para inseguridad moderada la RM fue de 7.7, 3.4 y 18.6 y en severa la RM 7.1, 3.0 y 46.7, respectivamente. Conclusiones la COVID-19 ha tenido efectos inmediatos en la inseguridad alimentaria de la población de adultos mexicanos con diabetes mellitus. Identificar los factores socioeconómicos asociados es prioritario para llevar a cabo políticas públicas que permitan redirigir los recursos y cubrir necesidades básicas como la alimentación.
Chapter
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En este capítulo se ofrece una revisión de los principales enfoques teóricos utilizados en México y otras regiones geográficas para el estudio de la seguridad alimentaria.
Chapter
Mexico is highly vulnerable to climate change and extreme hydrometeorological and climatic events, mainly due to the rapid growth of urban centers, deterioration of rural areas, and its high levels of poverty. Between 1970 and 2021, 210 disastrous hydrometeorological and climatic events were registered in the country, which generated a total of 6,728 deaths, 3,176 injured people and 7,636,419 affected, being Veracruz, Oaxaca, Chihuahua, and Sonora the most impacted states. Despite the efforts made to create strategies aligned with the Sendai Platform, Mexico continues to present alarming indicators of vulnerability and exposure to different threats, including those of climatic and hydrometeorological origin. One of the main future challenges for the country is finding a way to encourage the participation of communities in the transformation of structures, linking the different social actors in the process of generating public policies on disaster risk and climate change.KeywordsMexicoClimate changeExtreme hydrometeorological eventsAdaptation strategiesMitigation strategies
Chapter
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Recent analyzes have determined that many countries have not made progress towards meeting the goal of eradicating hunger. The difficulties imposed by the COVID-19 pandemic added to the worsening of the climate crisis, which led to an increase in the occurrence of extreme events and the reduction of food production in many countries, have moved the world away from the path that leads to the end of hunger and malnutrition in all its forms by 2030. In 2020, almost one in three people in the world lacked access to adequate food, an increase of almost 320 million people between 2019 and 2020. If these data are analyzed by regions, in this same period approximately 46 million more people suffered from hunger in Africa and 14 million more in Latin America and the Caribbean (LAC). Therefore, this chapter aims to assess the main impacts generated by historical (1950–2021) and future (2050 and 2100) climate change trends on food production and its correlation with the prevalence of undernourishment and moderate and severe food insecurity in Africa and LAC between 2000 and 2022. The results of these analyzes will provide essential information that can be used to promote the development of sustainable food systems in the current context of the socio-sanitary and climate crisis, in accordance with SDGs 2, 13 and 17 of the 2030 Agenda.KeywordsClimate changeFood securityAgricultureAfricaLatin AmericaThe Caribbean
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OBJETIVE: To adapt and validate in households of Antioquia, Colombia, a food security scale previously applied in households of Caracas, Venezuela. MATERIAL AND METHODS: The study was carried out in 44 municipalities in the department of Antioquia, Colombia, in 2003 and 2004, with a randomly selected sample of 1 624 rural and urban households with children under 10 years of age, representative for family units located in the department of Antioquia. The sample was selected using a confidence interval of 95% and an error of 3%. Household food security scale previously used by Paulina Lorenzana in Venezuela were validated for this survey. Internal consistency of the scale was determined using the Spearman correlation coefficient and Cronbach's Alpha coefficient. Construct validity was established through principal components analysis for categorical data. Prinqual procedure and Rasch modeling were used to define the components and items in the scale. RESULTS: Factor analysis showed two components: 1) variables related to "food insecurity without hunger", which is explained in 95%; 2) variables related to "food insecurity with hunger", which is explained in 89.4%. Cronbach's Alpha coefficients for "food insecurity without hunger" and "food insecurity with hunger" were 0.95 and 0.89, respectively. When analyzed using Rasch modeling, all items showed infit values within a range of 0.8 and 1.2. The scale correlated significantly (p<0.000) with food availability, begging, children's labor, household size, and occupation of the head of household. CONCLUSIONS: The scale can be considered a reliable instrument for assessing food insecurity in Antioquia households.
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The United Nations define food security as "People having at all times, physical, social and economic access to sufficient, safe and nutritious food which meets their dietary needs and food preferences for an active and healthy life." There are five methods that are commonly applied in national surveys that can be used to assess food insecurity. Of these, four are indirect or derivative measures of food insecurity (United Nations Food and Agriculture Organization method, household expenditure surveys, dietary intake assessment and anthropometry). The only method that represents a fundamental or direct measure of food insecurity is the one based on experience-based food insecurity scales. All the methods complement each other and the method of choice depends on the question being answered and the economic and logistical resources available to collect valid data. All the methods have serious measurement error issues that can be reduced by fully understanding the principles underlying them and the use of highly trained and standardized research field workers. As shown in Brazil, the use of experience-based food insecurity measurement scales for mapping, targeting, and understanding the determinants and consequences of food insecurity is very promising. Thus, we recommend the Latin American and Caribbean Region to work towards the adoption of a single regional module that can be adapted to the local contexts based on qualitative cognitive research followed by quantitative confirmation of the scale's psychometric properties. The Brazilian experience-based food insecurity measurement project is likely to provide useful insights to other countries in the region.
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To describe energy and nutrient intake and adequacy percentages in Mexican adolescents included in the Mexican National Health and Nutrition Survey 2006 (ENSANUT 2006) as well as the proportion of population at risk of dietary inadequacy. Data were analyzed from 7-day food-frequency questionnaires for 8442 male and female adolescents 12-19 years old. Energy and nutrient adequacies as percentage of the Estimated Average Requirement were calculated and comparisons were done by region, residence area, and socioeconomic status (SES). Energy intake was 1903 kcal [adequacy percentage (AP=75%)] in boys, and 1 571 kcal (AP=79.2%) in girls. Intake of most nutrients (zinc, iron, vitamin C and A) was lower in subjects of low SES, living in the southern region and in rural areas. The rural area, the southern region, and the lower socioeconomic status show the lowest intakes and percentages of nutrient adequacy for both male and female adolescents, in particular vitamin A, folates, heme iron, zinc, and calcium.
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To estimate energy, nutrient intake and diet adequacy in school-aged children based on the Mexican National Health and Nutrition Survey 2006 (ENSANUT 2006). Food intake data from food frequency questionnaires was analyzed for 8 716 children aged 5 to 11 years. Energy and nutrients intake and adequacy were obtained. Comparisons were made at regional, urban/rural areas, socioeconomic status (SES) and nutrition status (body mass index and height/age). Median energy intake was 1501 kcal/d (percent adequacy: 88.0). Overweight and obesity prevalence was 25.5%. Stunting prevalence was 10%. Children at lowest SES, indigenous and from rural communities showed the highest inadequacies for vitamin A, folate, zinc, and calcium. Overweight children and those highest SES had higher risk of excessive intakes. Coexistence of over- and undernutrition reflects a polarized model of nutrition transition among Mexican children.
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Resumen de artículo referido en la cita bibliográfica. Original en Castellano. Objetivos: Analizar y describir criterios relacionados con la satisfacción colectiva de las necesidades de alimentación-nutrición, así como discutir su relación con los procesos de salud-enfermedad. Departamento de Educación de los Estados Unidos, Título VI, TICFIA (Fondo para la Innovación y Colaboración Tecnológica para Acceder a Información en el Exterior), Universidad de Nuevo México/Universidad de Guadalajara, Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS)
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Results from a recent series of surveys from 9 states and the District of Columbia by the Community Childhood Hunger Identification Project (CCHIP) provide an estimate that 4 million American children experience prolonged periodic food insufficiency and hunger each year, 8% of the children under the age of 12 in this country. The same studies show that an additional 10 million children are at risk for hunger. The current study examined the relationship between hunger as defined by the CCHIP measure (food insufficiency attributable to constrained resources) and variables reflecting the psychosocial functioning of low-income, school-aged children. The study group included 328 parents and children from a CCHIP study of families with at least 1 child under the age of 12 years living in the city of Pittsburgh and the surrounding Allegheny County. A two-stage area probability sampling design with standard cluster techniques was used. All parents whose child was between the ages of 6 and 12 years at the time of interview were asked to complete a Pediatric Symptom Checklist, a brief parent-report questionnaire that assesses children's emotional and behavioral symptoms. Hunger status was defined by parent responses to the standard 8 food-insufficiency questions from the CCHIP survey that are used to classify households and children as "hungry," "at-risk for hunger," or "not hungry." In an area probability sample of low-income families, those defined as hungry on the CCHIP measure were significantly more likely to have clinical levels of psychosocial dysfunction on the Pediatric Symptom Checklist than children defined as at-risk for hunger or not hungry. Analysis of individual items and factor scores on the Pediatric Symptom Checklist showed that virtually all behavioral, emotional, and academic problems were more prevalent in hungry children, but that aggression and anxiety had the strongest degree of association with experiences of hunger. Children from families that report multiple experiences of food insufficiency and hunger are more likely to show behavioral, emotional, and academic problems on a standardized measure of psychosocial dysfunction than children from the same low-income communities whose families do not report experiences of hunger. Although causality cannot be determined from a cross-sectional design, the strength of these findings suggests the importance of greater awareness on the part of health care providers and public health officials of the role of food insufficiency and hunger in the lives of poor children.
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This study investigated associations between family income, food insufficiency, and health among US preschool and school-aged children. Data from the third National Health and Nutrition Examination Survey were analyzed. Children were classified as food insufficient if the family respondent reported that the family sometimes or often did not get enough food to eat. Regression analyses were conducted with health measures as the outcome variables. Prevalence rates of health variables were compared by family income category, with control for age and gender. Odds ratios for food insufficiency were calculated with control for family income and other potential confounding factors. Low-income children had a higher prevalence of poor/fair health status and iron deficiency than high-income children. After confounding factors, including poverty status, had been controlled, food-insufficient children were significantly more likely to have poorer health status and to experience more frequent stomachaches and headaches than food-sufficient children; preschool food-insufficient children had more frequent colds. Food insufficiency and low family income are health concerns for US preschool and school-aged children.