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Vida y trayectoria profesional del Prof. José Rafael Estrada González

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Revista Cubana de Neurología y Neurocirugía. El profesor José Rafael Estrada González es considerado el "Padre de la Neurología cubana". Su formación como neurólogo y neuropatólogo en el Massachusetts General Hospital de EE. UU., después de graduarse como médico en la Universidad de La Habana, junto a su reconocido intelecto, hicieron que fuera pionero en el desarrollo de la Neurología en el país desde comienzos de la década de los cincuenta. Al triunfo de la Revolución, el Ministerio de Salud Pública lo designó para organizar los servicios neurológicos y neuroquirúrgicos, junto a los escasos especialistas de Neurocirugía que quedaron en el país. Fundó el Hospital de Neurología en enero de 1962, en el puesto de director, que a partir de 1966 pasó a ser el Instituto de Neurología y Neurocirugía. Se distinguió como neurólogo, docente e investigador, y sus enseñanzas se han extendido no solo a las generaciones de neurólogos y neurocirujanos, sino también a toda la comunidad de neurocientíficos que formó. El presente trabajo tuvo como objetivo describir algunos aspectos de la trayectoria del Prof. José Rafael Estrada González en lo que concierne a su vida personal, como médico, científico, educador y revolucionario.
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Historia
Vida y trayectoria profesional del Prof. José Rafael Estrada
González
Life and work of professor José Rafael Estrada González
Rosaralis Santiesteban Freixas1 https://orcid.org/0000-0003-1189-6036
Alina González-Quevedo1* https://orcid.org/0000-0003-1952-4704
1Instituto de Neurología y Neurocirugía “Prof. Dr. José Rafael Estrada González”.
La Habana, Cuba.
*Autor de correspondencia: aglez@infomed.sld.cu
RESUMEN
El profesor José Rafael Estrada González es considerado el “Padre de la
Neurología cubana”. Su formación como neurólogo y neuropatólogo en el
Massachusetts General Hospital de EE. UU., después de graduarse como médico
en la Universidad de La Habana, junto a su reconocido intelecto, hicieron que
fuera pionero en el desarrollo de la Neurología en el país desde comienzos de la
década de los cincuenta. Al triunfo de la Revolución, el Ministerio de Salud Pública
lo designó para organizar los servicios neurológicos y neuroquirúrgicos, junto a los
escasos especialistas de Neurocirugía que quedaron en el país. Fundó el Hospital
de Neurología en enero de 1962, en el puesto de director, que a partir de 1966
pasó a ser el Instituto de Neurología y Neurocirugía. Se distinguió como neurólogo,
docente e investigador, y sus enseñanzas se han extendido no solo a las
generaciones de neurólogos y neurocirujanos, sino también a toda la comunidad
de neurocientíficos que formó. El presente trabajo tuvo como objetivo describir
algunos aspectos de la trayectoria del Prof. José Rafael Estrada González en lo
que concierne a su vida personal, como médico, científico, educador y
revolucionario.
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Palabras clave: Prof. José Rafael Estrada González; Neurología; Neurocirugía;
neurociencias; Cuba.
ABSTRACT
Professor José Rafael Estrada González is considered to be the father of Cuban
Neurology. His training as a neurologist and neuropathologist at the Massachusetts
General Hospital in the USA, after graduating as a doctor at the University of
Havana, together with his renowned intellect, made him a pioneer in the
development of Neurology in the country from the beginning of the fifties. At the
triumph of the Revolution, the Ministry of Public Health appointed him to organize
neurological and neurosurgical services, alongside the few neurosurgery
specialists that remained in the country. He founded the Neurology Hospital in
January 1962, in the position of director, which from 1966 became the Institute
of Neurology and Neurosurgery. He distinguished himself as a neurologist,
professor, and researcher, and his teachings have extended not only to
generations of neurologists and neurosurgeons, but also to the entire community
of neuroscientists that he trained. The present paper aimed to describe some
aspects of Prof. José Rafael Estrada González path in regard to his personal life,
as a doctor, scientist, professor and revolutionary.
Keywords: Prof. José Rafael Estrada González; Neurology; Neurosurgery;
neurosciences; Cuba.
Recibido: 30/03/2021
Aprobado: 03/04/2021
Introducción
El profesor José Rafael Estrada González (1921-1991), director fundador del
Instituto de Neurología y Neurocirugía (INN), es considerado por sus discípulos y
colegas como el “Padre de la Neurología cubana” y “Maestro y creador de la
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escuela neurológica cubana” (Fig. 1). Se distinguió como neurólogo, docente e
investigador y sus enseñanzas se han extendido no solo a las generaciones
de neurólogos y neurocirujanos, sino también a la comunidad de neurocientíficos
que formó, con el objetivo de incentivar el desarrollo de estas disciplinas tan
importantes para la neurología moderna. Su impronta ha trascendido no solo el
ámbito cubano, sino también el de otros países del mundo a través de la
colaboración médica internacionalista y científica.
Fig. 1 - Prof. José Rafael Estrada González.
El objetivo del presente trabajo fue describir algunos aspectos de la trayectoria
del Prof. José Rafael Estrada González en lo que concierne a su vida personal,
como médico, científico, educador y revolucionario.
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Estrategia de búsqueda
Para el trabajo de investigación histórica realizado se revisaron los archivos
personales del profesor José Rafael Estrada González guardados por sus sucesores
en la dirección del INN. En ese archivo se encuentra lo que puede considerarse
sus memorias, breve biografía personal, algunos informes oficiales, fondos y
material de la biblioteca del INN y del Departamento de Neuropatología. Además,
hay una gran documentación probatoria con registros de entrada y salida
clasificados por el propio Estrada, escritos inéditos y publicaciones.
Su vida como estudiante y trabajador está recogida en su expediente universitario
y en el laboral. Enriquecieron la información los testimonios de quienes lo
conocieron y fueron sus colaboradores.
Se investigó sobre antecedentes personales con sus familiares. Su hija, Rosario
Estrada, proporcionó valiosas fotos de sus padres, José Rafael y Rosario Acosta,
durante la estancia de un año de posgrado en el Massachusetts General Hospital
(MGH) en Boston, donde Estrada estudió becado. Cuando se visitó el MGH en 2015
para investigar la estancia de él en ese centro, las fotos entregadas por la nieta
de Graciela Ferrer, su segunda esposa, fueron clave para reconocer a los
compañeros de trabajo o estudio de Estrada en Boston.
Fue de gran valor el auxilio recibido de miembros del Departamento de
Neuroftalmología del Tufts Medical Center, en la Universidad de Tufts de la misma
ciudad de Boston, para la investigación del año de estudio que Estrada realizó en
el MGH como fellow researcher. Fueron ellos, los doctores Thomas Hedges y
Carlos Mendoza Santiesteban, además de la alumna Marisa Gobuty Tieger, quienes
coordinaron y ayudaron en la visita al MGH. También contribuyó la fotógrafa
médica Michelle Forrestall Lee, del Laboratorio de Iconografía, del Departamento
de Neuropatología. En sus archivos fotográficos no aparecieron referencias ni
material fotográfico donde se le reconociera. No obstante, en las fotos que
teníamos de la estancia de Estrada en Boston fue reconocido, junto a Estrada, el
doctor E.P. Richardson, quien fuera profesor en esa institución durante muchos
años y a otros miembros del Departamento de Anatomía Patológica y Neurología
de mediados de ese siglo XX.
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El doctor Thomas Hedges buscó en la Biblioteca Central de Boston, pero no
encontró ninguna publicación local en la que apareciera su nombre entre los
autores.
Se sugirió revisar como fuente de información un libro recientemente publicado
sobre la historia del Laboratorio de Neuropatología, de los doctores David N Louis
y Robert H Young.
Sobre su obra científica se realizaron búsquedas en las bases de datos Cuba-
Ciencia, Medline, CUMED, PubMed/Medline, Catálogo Secimed, BVS-Scielo,
Repositorio Hinari archivos de revistas, biblioteca del INN y de otros centros.
Origen, juventud y estudios en Cuba
José Rafael Estrada González nació en Ciudad de La Habana, el 23 de agosto
de 1921, en la calle Virtudes esquina Águila. Fue hijo de una humilde familia:
padre cubano, empleado de ómnibus, y madre española, ama de casa, originaria
de la pequeña aldea de Freas, en la provincia española de Orense. Según señaló
el doctor Pascual Castroviejo,(1) en uno de los viajes que Estrada hizo a España,
lo acompañó a visitar esa aldea para conocer a su familia materna, que tenía un
biotipo muy similar al de Estrada; este podía ser confundido con un nórdico de
origen celta, posiblemente heredado de sus antecesores gallegos.
Realizó estudios primarios en una escuelita privada del humilde barrio de Luyanó
donde transcurrió su niñez, desde primer a cuarto grado; el resto de la primaria
lo cursó en la Escuela Pública número 41 de esa barriada y después en la Escuela
Superior de La Habana. Continuó sus estudios de bachillerato en el Instituto de
Segunda Enseñanza de La Habana, los que finalizó como primer expediente de su
curso y con la obtención de medalla especial en Biología.
Matriculó la carrera de Medicina en la Universidad de La Habana en 1939, cuando
era rector el doctor Ángel Arturo Aballí; ese fue el último curso que se impartió
en la vieja Escuela de Medicina de las calles Zanja y Belascoaín. Luego pasaron
para la calle 25, entre J e I, en el Vedado, donde recibió clases como alumno de
Medicina y donde veinte años después ejerció como profesor. La carrera, con un
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plan de estudios de 33 asignaturas para un tiempo de 5 años, se extendió a 7 por
los períodos de huelgas y suspensiones de clases que afectaron a la docencia
universitaria en aquellos años convulsos para el país.
Al año de comenzado los estudios universitarios, Estrada había empezado a
trabajar como voluntario en el laboratorio clínico del Hospital Nuestra Señora de
Las Mercedes, dirigido por el doctor Ramón Vidal, donde aprendió a realizar las
técnicas de laboratorio que se usaban en esa época (1940 - 1943). En 1943, ya
terminado el tercer año de la carrera, pasó al Hospital Universitario General
Calixto García (HUGCG) como alumno interno de la sala Weiss, donde tuvo de
profesor al doctor Rafael Inclán y como jefe de Cátedra al Profesor Pedro Castillo.
Rotó también en Clínica Bajos con el doctor Pedro Iglesias Betancourt y por el
resto de las especialidades médicas en ese hospital.
Durante el tiempo de estudios de bachillerato y universitarios, militó en el Ala
Izquierda Estudiantil de la Hermandad de Jóvenes Cubanos, en el Partido la Unión
Revolucionaria Comunista y en el Partido Socialista Popular, lo que ocurrió desde
que era casi un niño (1933 - 1944). Fue delegado del curso en la Asociación de
estudiantes, en la Facultad de Medicina durante tercer y cuarto año; y fundador
del Comité de Superación Universitario (1944 - 1945), que combatió las
inmoralidades de la vida de ese centro. Terminó la carrera de Medicina en 1946,
con la distinción de primer expediente del curso. Ese reconocimiento le valió una
beca de un año en el extranjero que no comenzó hasta finales de 1948. Las plazas
de alumno interno y de médico interno, que había ganado para ese hospital, se
obtenían por expediente y concurso, así como las de residente; Estrada había
ganado las dos. La plaza de médico interno la cubrió por dos años en el HUGCG
(1946 - 1948), muy unido a su amigo y compañero de curso, Ignacio Macías Castro,
en la Sala Weiss. Allí se destacó como instructor de Clínica Médica y en estudios
teóricos y prácticos de Anatomía Patológica. En 1948, junto con Macías Castro,
fundó la revista médica Archivos del Hospital Universitario, lo que hicieron
recaudando fondos con anuncios comerciales.
Para entonces, ya era firme la decisión de consagrar sus estudios profesionales y
su vida laboral a las ciencias básicas de la Neurología: Neuroanatomía,
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Neurofisiología y Neuropatología. Algunos amigos y profesores lo aconsejaron en
contra, por la poca perspectiva de esas ramas en Cuba y le sugirieron que se
dedicara a la Psiquiatría o a la Neurocirugía, que eran especialidades reconocidas
y lucrativas.
Estrada se preparó cuidadosamente en los dos años que precedieron a su salida
hacia la beca que había ganado para estudiar en el extranjero. En ese tiempo de
posgraduado como médico interno del HGUCG aprovechó para adquirir
conocimientos básicos que le ayudarían en las ramas que ya había decidido
estudiar: la Neuropatología y la Neurología. Según él refirió, posteriormente, esto
constituyó la base fundamental de su formación médica y de las especialidades a
las que deseaba dedicarse.
Un material relacionado con las enfermedades cerebrovasculares, publicado en
el volumen 18 de la revista de la Asociación de Enfermedades Nerviosas y Mentales
en EE. UU., fue la fuente a partir de la cual obtuvo información acerca de dónde
podría cursar la beca otorgada. Le pidió al decano, doctor Ángel Vieta, que
solicitara ser recibido durante un año por varias de las figuras que contribuyeron
en ese material (Stanley Cobb, en Boston; Wilder Penfield, en Montreal; Harold
Wolff, en Houston, y Merrit, en Nueva York), todos muy reconocidos en las
neurociencias de la época. Finalmente, fue recibido por el Dr. Stanley Cobb
(1887 - 1968), psiquiatra y neuropatólogo en la Universidad de Harvard, Boston,
para cursar un entrenamiento en Neurología y Neuropatología. En esa universidad
fue donde Estrada recibió su formación neurológica.
Estudios en Boston
Estrada se mudó a la ciudad de Boston con su primera esposa, Rosario Acosta,
durante el año de su entrenamiento. El Dr. Stanley Cobb lo puso a prueba
inicialmente en el Departamento de Anatomía Humana, pero, dadas sus
expectativas de aprender clínica y patología neurológica, fue reubicado con el
profesor Charles Kubik (1891 - 1982), jefe de Neurología y del laboratorio de
Neuropatología del Massachusetts General Hospital (MGH), principal hospital
universitario de la Universidad de Harvard. Actualmente, atiende a un millón de
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pacientes e ingresa 50 000 al año, en aproximadamente 1000 camas. Goza del
programa de investigación hospitalario más grande del mundo, con un
presupuesto anual de investigación de más de 1000 millones, en 2019.
Kubik, discípulo del profesor J. G. Greenfield (1884 - 1958), considerado el padre
de la Neuropatología y autor del libro clásico en el mundo de esa rama,(2,3) fue el
tutor de Estrada. Su equipo docente era apoyado por los doctores Edward P
Richardson (1918 - 1998) y Raymond Delacy Adams (1911 - 2008), del Hospital
Central de Boston, que dirigía entonces el neurólogo, neurofisiólogo y
neurosiquiatra, doctor Derek Dennis Brown. Dennis Brown se dedicaba a la
investigación fisiopatológica de diversas enfermedades neurológicas y al
desarrollo de nuevas tecnologías para estudiarlas, en su papel también de
neurofisiólogo.(4,5,6,7,8,9) Tuvo, además, otros profesores pertenecientes al
Departamento de Neurología de la Universidad de Harvard y del Hospital General
de la Ciudad de Boston. En el MGH fue compañero de estudios de Charles Miller
Fisher (1913 - 2012) y en el Hospital Central de Boston de Maurice Victor (Fig. 2).
Fig. 2 Fotos tomadas durante la estancia del Prof. Estrada en la Universidad de
Harvard. A) Foto del edificio principal de la Universidad de Harvard tomada por Estrada
en 1949. B) Estrada con el staff médico del Massachusetts General Hospital.
En el capítulo 17 del libro publicado recientemente por Louis y Young del MGH
(Keen Minds to Explore the Dark Continents of Disease: A History of Pathological
Service of Massachusetts General Hospital), se recoge el paso del Prof. Estrada
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por el Departamento de Neuropatología del MGH en 1949, lo cual, según el Dr.
David Louis, estuvo documentado por las firmas de Estrada en las necropsias que
realizó allí en 1949. Ahí también se documenta que en la Universidad de Harvard
la Neurología era ya una especialidad bien reconocida, con personalidad propia
desde finales del siglo XIX, que como en la mayoría de los hospitales se practicaba
junto a la Psiquiatría, de la que comenzaba a separarse iniciado el siglo XX.(10)
El servicio de Neuropatología Clínica del MGH fue uno de los más antiguos como
subespecialidad y uno de los primeros en tener un programa docente de posgrado
bien estructurado, lo cual facilitó la formación de Rafael Estrada y muchos
médicos más. Por otro lado, resulta importante resaltar que el Laboratorio de
Química Clínica, del Departamento de Anatomía Patológica del MGH, contribuyó
también de forma importante al desarrollo de la Neurología, a través del estudio
del líquido céfalo raquídeo (LCR) para el diagnóstico de la neurosífilis y análisis
de su contenido en proteínas totales, oro coloidal y otras investigaciones de
interés para la Neuropatología. Cuando llegó Estrada al MGH, el Laboratorio
de Neuropatología de dicho centro ya era considerado uno los servicios más
importantes de esa rama en los EE. UU., y era altamente valorado en el mundo.
Junto a Kubik, se nuclearon neurocirujanos, patólogos y psiquiatras, más los
neurólogos que dirigía.(10) Esa unión, inculcada por Kubik, contribuyó a que ese
servicio fuera muy destacado, lo que trataría de replicar Estrada en Cuba al
unirse, más que separarse, de la neurocirugía y otras neurociencias que andaban
dispersas por el país. Aunque Kubik no fue un autor muy prolífico, dejó
importantes contribuciones científicas con algunos de los grandes de la Neurología
(Adams, Fisher, Richardson y Donaghy).(11,12,13,14,15)
Richardson, quien fuera presidente de la Academia Americana de Neuropatología,
también tuvo una gran impronta en la vida profesional del Prof. Estrada. Sus
características personales, inclinaciones científicas y sus cualidades histriónicas
excepcionales como educador posiblemente influyeron en la actuación como
docente de Estrada en Cuba. Los que conocieron a Estrada pueden encontrar
atributos personales de él que coincidían con los que describen de Richardson en
artículos publicados post-mortem.(16,17,18) Richardson escribió sobre la historia de
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la Neurología y del laboratorio de Neuropatología del MGH, y sobre sus famosas
conferencias clínico-patológicas, lo que habla de su afición por la
historia.(19,20,21,22) En este aspecto Estrada también mostró inclinación hacia
la historia y organización de la actividad científica y docente de la Neurología en
el INN y en el país.(23,24,25,26)
Richardson trabajó muy unido a Raymond Adams, quien sustituyó a Kubik como
jefe de Neurología en el MGH, a partir de 1951. Adams desarrolló las bases de la
correlación anátomo-patológica moderna, que conjuntamente con el impulso de
la neurofisiología, llevó a esa institución a ser uno de los principales centros
académicos de la Neurología en Norteamérica en ese entonces.(27) De su estilo de
trabajo también se nutrió Estrada, que pasaba visita y examinaba las piezas de
patología con él y Richardson, indistintamente.
Adams realizó más de 200 publicaciones, entre ellas varios libros para formación
de especialistas, entre los cuales destaca Principles of Neurology, su obra
cumbre.(28) Ese libro fue traducido a varios idiomas, e inmediatamente se
convirtió en un texto internacional muy demandado hasta la actualidad. Estrada
consiguió que se imprimiera en Cuba su versión en español, para los residentes y
especialistas que se formaban en el país.
El origen humilde y la pasión por el baseball eran dos cualidades que
caracterizaban a Estrada y Adams, y que posiblemente contribuyeron a su
acercamiento, pues apenas se llevaban 10 años. Adams colaboró con Estrada
después de su regreso a Cuba a inicios de la fundación del Hospital de Neurología
en 1962. Le envió material docente y programas actualizados de la residencia del
MGH, que Estrada tradujo al español para usarlos en la formación en Cuba de los
residentes. Raymond Adams ha sido considerado el padre de la Neurología
moderna por la mayoría de sus colegas y como el neurólogo más influyente de la
segunda mitad del siglo XX.(29)
De gran interés también resultó la relación de Estrada con Charles Miller Fisher,
de origen canadiense, el cual cursó su especialización en Neuropatología y
Neurología en MGH junto a él. Fisher se destacó, posteriormente, por el trabajo
anatomopatológico que realizó con exprisioneros de guerra canadienses que
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padecían de lesiones neurológicas residuales, y fue el que le dio el nombre de
enfermedad de Strachan(30), en honor a quien había sido el primer médico que la
describiera a finales del siglo XIX.(31) Se destacó Miller Fisher por sus correlaciones
clínico patológicas(32) y en el campo de las enfermedades neurovasculares y
cardiacas,(33) una línea de trabajo en la que Estrada se interesó desde su época
de médico interno. Entre sus aportes más conocidos estuvo la descripción de una
variante del síndrome de Guillain Barré (síndrome de Miller-Fisher).(34) Es evidente
el vínculo de Estrada con Miller Fisher en los claustros docentes de la Universidad
de Harvard y el seguimiento que posteriormente hizo de sus publicaciones,
especialmente, las que abordaron el síndrome de Guillain Barré, una de las
temáticas que Estrada investigó con especial atención.
Los innumerables adelantos que alcanzó el MGH en el campo de la Neurología,
bajo el liderazgo de Raymond Adams, estuvieron vedados para Estrada en el INN,
que nunca pudo rencontrarse con los profesores con quienes se formó. Las
dificultades económicas y el aislamiento político en que se encontraba Cuba,
como resultado del bloqueo de EE. UU., impidió que estas relaciones se
continuaran desarrollando. No obstante, luchó porque nuestro país se incorporara
al desarrollo de la Neurología moderna a través de relaciones internacionales con
países que permitían a sus ciudadanos viajar libremente a Cuba.
Estudiando y trabajando de conjunto con el trío de E. P. Richardson, Raymond
Delacy Adams, Deny-Brown y, sus entonces compañeros de curso, Charles Miller
Fisher y Maurice Victor, Estrada recibió la mejor enseñanza de las neurociencias
de esa época.
Por la facilidad que tenía para dibujar, en el Laboratorio de Neuropatología del
MGH Estrada ayudaba haciendo las ilustraciones de las piezas anatómicas donde
estaban la lesiones y de las láminas histológicas que él mismo preparaba,
conjuntamente con la historia clínica para el acta de la necropsia (Fig. 3). Muchas
de las ilustraciones de láminas histológicas de textos y folletos del profesor Kubik
fueron realizadas por el doctor Estrada.(36)
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Fig. 3 Documentos elaborados por el Prof. Estrada de necropsias realizadas por él en
el Massachusetts General Hospital. A) Dibujos de láminas histológicas de la corteza
motora. B) Fragmento de un resumen de historia clínica de una necropsia realizada por
Estrada de su puño y letra.
Todos estos documentos los trajo Estrada a Cuba al regresar de Boston y
permanecen actualmente en el Archivo Histórico del INN a la espera de un
próximo proceso de conservación.
Su regreso a Cuba
En 1950, Estrada ya estaba de regreso en Cuba, donde nacieron sus tres hijos:
Rafael, el primogénito, que heredó muchos de los rasgos físicos de su padre y se
hizo neurólogo; Alberto, que se formó como biólogo, y Rosario, que todavía hoy
trabaja en el Departamento de Contabilidad del Instituto.
Al llegar a la patria, se había ampliado la asistencia neuroquirúrgica en varios
centros, además del Hospital Universitario General Calixto García, pero nadie se
dedicaba a la Neurología o Neuropatología en particular. Al poco tiempo tuvo que
proseguir estudios en La Habana para graduarse de especialista. Estrada aspiró y
ganó por oposición una plaza de residente de Anatomía Patológica en el Hospital
Universitario General Calixto García durante dos años. Fue neurólogo y
neuropatólogo del Hospital de Dementes “Mazorra”, de La Habana, y asistente
del Departamento de Patología de la Clínica de Maternidad Obrera de La Habana.
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Quedó cesante al ocurrir el golpe de estado de 10 de marzo de 1952. Ese día había
acudido con otros a la Universidad de La Habana, cuando se hablaba de resistencia
al golpe. Tres meses después consiguió su reposición en la plaza del Hospital
Psiquiátrico, donde continuó trabajando hasta 1960.
Fue invitado por el profesor Armando Ferraro, neurólogo de New York, al Congreso
de Neuropatología que se celebró en agosto de 1952, en Roma (Fig. 4). Este fue
el primer congreso médico en el que participó.
Fig. 4 - Estrada cuando partía hacia Roma para asistir al Congreso de Neuropatología
(agosto de 1952).
Al regresar de Boston también había traído consigo los esquemas de las bases y
principios de los componentes de equipos que le sirvieron, a mediados de la
década de 1950, para armar un electromiógrafo con un osciloscopio, un
preamplificador, un estimulador electrónico, y una cámara especial para registrar
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potenciales en el oscilógrafo. Introdujo, así, la electromiografía en el país y en
colaboración con el Dr. Jorge Picaza registraron más de 600 casos en su consulta
particular de Neurología, que fueron los primeros electromiogramas que se
hicieron en Cuba. Años después introdujo y desarrolló la electromiografía en el
INN (Fig. 5).
Fig. 5 - El profesor Estrada en la década de los setenta con su esposa Graciela Ferrer y
el grupo de electromiografía del INN (sentado a la derecha, el Dr. Alberto Nodarse, jefe
del Dpto. de Neurofisiología, y de pie a la izquierda el Lic. en Física Raúl Mederos).
En 1956, Estrada comenzó a trabajar como consultante en Neurología en la
Institución Nacional de Examen y Diagnóstico (INED), una organización privada de
accionistas. Allí compartió con Zoilo Marinello (lucharon ambos por los intereses
legítimos de los que allí laboraban). También mantenía su trabajo con el doctor
Jorge Mc Cook en el Hospital Lila Hidalgo en Rancho Boyeros, donde enseñó
Neurología al doctor Jesús Pérez, además de continuar con su trabajo en el
Hospital Psiquiátrico.
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Según testimonio del Dr. Humberto Hernández Zayas, al finalizar la década de
1950, Estrada siguió colaborando con el grupo de trabajo de Picaza del Hospital
Reina Mercedes. Este estaba integrado por Menelio Díaz Padrón, Mario Martínez,
Roger Figueredo, entre otros, y los alumnos Rafael Gallardo, Humberto Hernández
Zayas y Armando Rodríguez. Como electroencefalografista estaba José Gumá
Herrera; como psiquiatras, Armando de Córdova, Raúl Valverde y Gabriel García
Huerta; el único neurólogo y neuropatólogo seguía siendo Estrada. Participaban
casi todos en reuniones de discusión de casos los martes.
En 1957, al inaugurarse el Hospital Clínico Quirúrgico Municipal, actualmente
Hospital Clínico Quirúrgico Joaquín Albarrán, se comenzaron a nombrar médicos
de gran prestigio profesional que realzaron el nivel científico de la nueva
institución. Estrada estuvo trabajando allí gratis en el tiempo libre que disponía
para tratar de obtener así una plaza fija. A finales de 1958, fue nombrado en esa
institución, con plaza de médico general, aunque en realidad realizaba funciones
de especialista en Neurología.
En relación con esta etapa en la vida de Estrada, López expresó:
A su regreso a Cuba desarrolló una gran actividad asistencial, docente e
investigativa en esa rama de la medicina que tanto le apasionaba. En la década
de 1950 le dio un sostenido impulso a la Neurología, con gran dedicación a
la clínica y a las técnicas complementarias, precisas para el diagnóstico de las
afecciones del sistema nervioso.(35)
Las proyecciones políticas de Estrada se habían mantenido neutrales en los
últimos años, sin inmiscuirse en uno u otro bando político que se enfrentaban
después del golpe de estado de Fulgencio Batista. No obstante, nunca cooperó
con el régimen reinante, ni entregó su voto en las amañadas elecciones de 1958;
obedeció a su conciencia y a la consigna de los revolucionarios de no votar.
El éxodo masivo de médicos que se produjo poco después del triunfo de
la Revolución en enero de 1959 creó una situación aún más precaria en cuanto a
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los servicios de Neurología y Neurocirugía en el país, casi inexistentes en el campo
de la Neurología.
El Dr. Martínez Junco transfirió a Estrada, de la plaza de médico general que
ocupaba, a la de especialista de Neurología en el Hospital Clínico-Quirúrgico
Municipal y se le asignaron camas para pacientes neurológicos en esa institución.
Se mantuvo también trabajando en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, ya
entonces bajo la dirección del comandante Dr. Bernabé Ordáz, comandante de la
lucha en la Sierra Maestra. Apoyó al nuevo director en el desarrollo de los grandes
cambios que se instauraron en ese hospital durante esos primeros años. Con él
mantuvo, además, una estrecha amistad. También combinó su labor con la
organización del Cuerpo de Sanidad de las Milicias Nacionales Revolucionarias.
En 1961 el MINSAP aprobó una resolución para la formación de especialistas de
distintas ramas médicas en el país (residencias) y que instituía el comienzo de la
especialización desde el último año de la carrera (internado vertical). Comenzó,
a partir de ese momento, en el Hospital Clínico-Quirúrgico, el recién creado
internado vertical en Neurocirugía y Neurología.
La labor de Estrada en defensa de la revolución con las armas en
las manos
A partir del año en que obtuvo la plaza de médico interno en el HUGCG, su
actividad política disminuyó, a medida que se concentraba cada vez más en el
trabajo y estudio, aunque sin claudicar en su ideología. El hecho de no haber
participado en la lucha insurreccional, como algunos médicos de su etapa lo
hicieron, marcó la vida de Estrada para siempre. Refirió en su autobiografía,
recientemente examinada e inédita, que dejó en su archivo personal, cómo había
tenido una deuda moral con la Revolución:
El triunfo de la Revolución me produjo un choque importante de conciencia.
Primero el desfile interminable de combatientes por las pantallas de televisión;
después las primeras medidas tomadas por Fidel en relación con la huelga general
y a los oportunistas burgueses encabezados por Barquín, y por último su entrada
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en La Habana y el discurso del día 8 de enero en el Campamento de Columbia, me
produjeron una gran depresión y un amargo sentimiento de culpa. Comprendí mi
falta de visión y fe en la Revolución, mi comportamiento mediocre, egoísta y
cobarde. Aquel día no pude evitar las lágrimas y me sentí avergonzado de
mismo por haber vivido al margen de aquella epopeya. Mis antecedentes, mi
educación política marxista leninista no justificaba ninguna excusa. Me juré a mí
mismo que trabajaría sin descanso y daría todo lo que de mí fuera necesario para
impulsar la Revolución.
Esa deuda que él se impuso fue ampliamente resarcida, lo cual se tradujo en todo
su apoyo y aporte al país durante los 32 años que le quedaron para servir a la
Revolución.
Se incorporó a las milicias en cuanto estas fueron creadas. En los comienzos de
1960 se creó el Cuerpo de Sanidad de las Milicias Nacionales Revolucionarias
(MNR), integrado por médicos, estomatólogos y enfermeros, cuya función era
garantizar la atención médica durante las tareas de entrenamiento y velar por las
necesidades médicas del combate.
Las actividades se iniciaron en los locales del antiguo Colegio Médico Nacional,
hoy Ministerio de Salud Pública, con el objetivo de extenderse a todo el país. Se
agruparon y entrenaron para el combate contra el enemigo contrarrevolucionario
a más de 1200 profesionales de la salud.
Estrada participó en una marcha de entrenamiento en el Escambray en abril de
1960, y aunque estaba totalmente desacostumbrado, enfrentó con estoicismo las
difíciles condiciones de marcha por las montañas. Al celebrarse el 26 de julio de
1960 en Las Mercedes, Sierra Maestra, el incipiente Cuerpo de Sanidad debió
garantizar la atención médica a la gran cantidad de personas que se reunirían allí
para el acto central. A finales de 1960, se realizó la gran marcha de
entrenamiento de los 64 km, la cual apoyó el Cuerpo Sanitario de las MNR. Le
correspondió a Estrada el circuito de Managua a Cuatro Caminos, donde instalaron
un pequeño hospital para casos que necesitaran de permanencia de menos de
48 horas. También en aquel entonces dieron atención ginecológica a un grupo
de milicianas que después constituyeron el Batallón Lidia Doce.
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A finales de diciembre, ante al recrudecimiento de las actividades
contrarrevolucionarias, el empeoramiento de relaciones entre EE. UU. y Cuba, y
la rotura de relaciones diplomáticas, Estrada se movilizó de nuevo con el Cuerpo
de Sanidad; esta vez para la Escuela Militar del Caribe, en La Víbora. Allí
organizaron los grupos de sanitarios y de médicos que irían con los batallones que
se dislocarían en la costa norte de La Habana.
En enero de 1961, Estrada realizó tareas de coordinación entre el Cuerpo de
Sanidad Militar de las MNR y la Sanidad Militar del Ejército Rebelde. A finales
de ese mes, comenzó la movilización de batallones de milicia que se habían
formado hacia el Escambray para la lucha contra las bandas
contrarrevolucionarias. El sector de la milicia, donde estaba Estrada, se movilizó
para la zona de Cumanayagua, que avanzó hacia Topes de Collantes; luego otra
orden los hizo marchar hacia el aeropuerto de Cienfuegos, para proteger la zona,
donde se esperaba un desembarco por Rancho Luna. Portaban sus primeras armas,
ametralladoras checas con 4 peines y 180 tiros. Iban dirigidos por dos compañeros
de la jefatura, tenientes del Ejército Rebelde. Luego regresaron al sitio primario
de ubicación desde donde tuvieron que hacer otras grandes marchas (Fig. 6).
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Fig. 6 - El profesor Rafael Estrada movilizado como miliciano para ir hacia el
Escambray.
Al regresar a la Ciudad de La Habana, el Estado Mayor quedó ubicado en el
llamado Distrito Naval del Norte de Casablanca. Allí Estrada pasó los días que
precedieron a la invasión mercenaria de Playa Girón. A la mañana del 17 de abril,
ya estando de nuevo movilizado, ocupó con su personal una posada en la antigua
carretera de Guanabacoa-Campo Florido, donde instalaron un hospital de
campaña con salón de operaciones. Los protegía una escuadra de apoyo del
Batallón Mariana Grajales.
El día 18 despidió en Casablanca al batallón 123 que marchaba en una larga
caravana de ómnibus hacia Girón, con el Dr. Sánchez Fanjul. Esta fue atacada en
la carretera que une a Playa Larga con Playa Girón, y fallecieron numerosos
milicianos. Esa noche, Estrada fue trasladado con las fuerzas del entonces
teniente Enrique Acevedo, al Hospital de Matanzas, que dirigía el Dr. Joaquín
Pascual Gispert, pediatra dedicado a la Neurología, quien apenas reconoció a
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Estrada con la barba crecida y el aspecto desaliñado. Allí era donde estaban
atendiendo a los heridos graves del batallón 123, que había sido el más afectado
por el bombardeo de los aviones mercenarios.
El día 19 celebró el triunfo con su grupo, abrieron trincheras y dinamitaron
puentes en el norte de La Habana, sobre la Vía Blanca. Se exploraron cuevas para
ubicar puestos de auxilio y refugios antiaéreos, pues se esperaba un ataque
directo de los EE: UU.
En junio comenzó el proceso de reorganización de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias. Se fundieron en este empeño los combatientes más destacados
de nuestras milicias nacionales y del Ejército Rebelde. Estrada fue fundador o
colaborador de los Servicios Médicos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
(FAR), además de fundador de las MNR.
En todas estas movilizaciones también participaron alumnos de Medicina, algunos
de los cuales serían formados por Estrada posteriormente como neurólogos. El Dr.
Pérez Lache y otros alumnos suyos llegaron a ser máximos exponentes de la
especialidad y de entrega a las tareas de la Revolución.
Poco después, se le dio la orden a Estrada de regresar a su trabajo como neurólogo
en el Hospital Clínico Quirúrgico y de reintegrarse a la labor que ya se le había
encomendado como profesor de Neuroanatomía en la Escuela de Medicina.
Esta parte de la vida revolucionaria activa de Estrada era muy poco conocida
entre los que trabajamos con él en el INN.
Academia de las Neurociencias y el Instituto de Neurología y
Neurocirugía
Estrada tuvo la oportunidad de llevar a cabo su gran obra profesional en la nueva
época de cambios políticos iniciada en 1959, que ponía los recursos de la sanidad
en manos de toda la población completamente gratis y buscaba el desarrollo de
las especialidades médicas en Cuba.
En el segundo semestre de 1960 fue convocado por el profesor Baeza para impartir
clases en el Departamento de Morfología de la Escuela de Medicina de La Habana,
donde apenas quedaban algunos profesores. Fue seleccionado por sus
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conocimientos como profesor principal de la nueva asignatura Neuroanatomía
Funcional.
A mediados de 1962, la dirección del país planteó la necesidad de modificar el
plan de enseñanza de Medicina para lograr promociones masivas, que
rápidamente compensaran las pérdidas de médicos por el éxodo y garantizaran
un desarrollo de la salud pública acorde con los planes de la Revolución. Surgió el
programa organizativo de la escuela de medicina, Instituto de Ciencias Básicas y
Preclínicas “Victoria de Girón” (ICBP-VG), ubicada en el antiguo colegio religioso
“Sagrado Corazón”. En ese nuevo centro impartieron clases teóricas y prácticas
Estrada, sus colaboradores Dr. Simón Cantón y Dr. Jesús Pérez, y los alumnos
ayudantes, quienes al llegar al internado escogieron la Neurología como
especialidad.
Estrada desarrolló la docencia de Neuroanatomía Funcional en el pregrado hasta
1971. Con la ayuda del doctor Jesús Pérez, su colaborador en la cátedra, preparó
para sus alumnos el material docente con el contenido de la asignatura de
Neuroanatomía Funcional en 5 folletos que se reprodujeron en mimeógrafo.
Posteriormente, ese material pasó a formar parte del libro de texto
Neuroanatomía Funcional, que salió publicado en dos tomos en su 1ra edición en
1968.(36,37)
Dejó garantizada la tarea con la formación de más de 20 profesores en esa
asignatura y para todo el país, los que se siguieron multiplicando. Para entonces
ya había un grupo de los que fueron sus discípulos, que habían comenzado a
desarrollar las neurociencias en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas
de Cuba (CENIC).
Al producirse la crisis de octubre en 1962, poco antes de comenzar el primer curso
en la nueva escuela de medicina de Victoria de Girón, fueron movilizados allí los
alumnos que estaban terminando el primer año de la carrera de Medicina para
entrenarse en el uso de baterías antiaéreas, mientras que muchos de sus
profesores médicos se movilizaban a centros hospitalarios o de combate, como
sucedió con Estrada.
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En 1961 el Ministro de Salud Pública le encargó a Estrada que hiciera una
evaluación del estado de la Neurología y Neurocirugía en la isla y diera propuestas
para mejorar y desarrollar con urgencia esas especialidades. Poco tiempo después
se le entregaron las instalaciones del Centro Médico Quirúrgico, una clínica
mutualista nacionalizada, y se fundó ahí el Hospital de Neurología el 29 de enero
de 1962, con el Prof. Estrada como director. El acto de inauguración fue presidido
por el Dr. Machado Ventura, entonces Ministro de Salud Pública (Fig. 7).
Fig. 7- Acto de inauguración del Hospital de Neurología el 29 de enero de 1962. De
izquierda a derecha: Dr. Mario Escalona, Dr. Machado Ventura y Prof. Rafael Estrada.
El Prof. Estrada dedicó el resto de su vida a trabajar como neurólogo,
neuropatólogo y director ininterrumpidamente en el Hospital Neurológico,
devenido en INN a partir de 1966. Presidió la sociedad de esas especialidades en
1962 y durante años diseñó el programa de desarrollo de la Neurología y
Neurocirugía. Fue además jefe del Grupo Nacional de Neurología hasta su
fallecimiento.
Al inaugurarse el Hospital de Neurología, la prioridad de Estrada fue tratar de
cubrir las vacantes dejadas en los principales centros que tenían Neurocirugía, lo
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que hizo con médicos ayudantes que tenían experiencia neuroquirúrgica previa
de varios años y que se terminaron de formar en ese centro como especialistas.
Se puede decir que desde el INN Estrada educó y organizó la formación de jóvenes
profesionales en la clínica neurológica, neuroquirúrgica y otras neurociencias,
algunas introducidas por él. Ello se fue extendiendo al resto de las provincias de
la isla rápidamente después del proyecto inicial para la formación de personal en
esas ramas, el cual se ha venido actualizando periódicamente.(38)
Tempranamente, se propuso introducir algunas de las neurociencias que sirvieran
de soporte al desarrollo de la Neurología y Neurocirugía. Consideraba importantes
y necesarias las especialidades de apoyo, como la Neurorradiología,
Electroencefalografía, Neuroftalmología, Neurofisiología, Neuroquímica,
Neuroinmunología, Neuropsicología, Neurogenética, Neurofarmacología, además
de la Neuropatología, que él tenía como pilar fundamental. Esta última la
desarrolló personalmente con la ayuda del Dr. Joaquín Galarraga Inza, a quien
entrenó como neuropatólogo y llegó a ser la figura cimera de esta especialidad
en el país.
Los archivos de autopsias del Dpto. de Neuropatología, con libros encuadernados
por cada año, son muy llamativos por su meticulosidad y constancia; de ello se
percatan los expertos que visitan la institución. Un compendio de las primeras mil
necropsias realizadas en el INN fue publicado en 1974.(39) También es necesario
destacar las sesiones científicas de “piezas frescas”, que dirigía Galarraga, en
donde siempre se apreciaba la labor de Estrada,(24) y fueron similares a las
realizadas por Kubik desde 1946 en el MGH.
Otra de las memorables sesiones científicas que Estrada implantó desde los inicios
del INN fue la discusión de casos con todos los médicos, generalmente dirigidas
por el Dr. Jesús Pérez; también muy semejantes a las que realizaba Kubik en
Boston.
La labor del Prof. Estrada al frente del INN y en el desarrollo del programa de
entrenamiento en Neurología tuvieron un importante impacto a nivel nacional.
Se destacó como docente desde el nivel de pregrado hasta la formación
especializada de posgrado.
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Se dedicó toda su vida a desarrollar las neurociencias básicas y clínicas, y hasta
su fallecimiento se mantuvo activo en todas sus responsabilidades, incluida la
dirección del INN. Como investigador sobresalió por su creatividad y elevada visión
científica, así como por su extensa actividad publicitaria, todo lo cual contribuyó
a que realizara aportes científicos importantes en el campo de la neurología.(40)
Conclusiones
La trayectoria profesional del profesor Estrada demuestra la elevada capacidad
creadora que lo caracterizó desde los primeros años de su formación profesional.
Su destacada labor en la organización y dirección del Instituto de Neurología y
Neurocirugía, en el desarrollo de la docencia neurológica, en la introducción de
numerosas disciplinas de las neurociencias y en la extensión de la atención
neurológica y neuroquirúrgica a todo el país, lo hicieron acreedor de ser
reconocido como el padre de la Neurología en Cuba. Su vida y su obra constituyen
un legado que merece ocupar un lugar en la historia de la medicina y la salud
pública cubana.
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Conflicto de interés
Ningún autor declara conflictos de intereses.
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Contribución de los autores
Rosaralis Santiesteban Freixas. Obtención de los datos, análisis e interpretación
formal de los datos del estudio, investigación, redacción del documento,
ejecución de revisión y correcciones al documento.
Alina González Quevedo. Redacción del documento, ejecución de revisión y
correcciones al documento.
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Article
A demyelinative disease is one in which there is destruction of myelin sheaths with relative sparing of axis cylinders, nerve cells and supporting tissues, occurring usually in multiple foci within the central nervous system. The diseases which conform to these criteria are acute and chronic multiple sclerosis, acute disseminated encephalomyelitis, acute necrotizing hemorrhagic encephalomyelitis and Schilder's diffuse periaxial encephalitis. Brain purpura and metachromatic leucoencephalopathy resemble the demyelinative diseases in some respects but because of significant pathologic differences probably should not be included in the group. The pathology of these diseases is described. Each of the demyelinative diseases exhibits distinctive pathologic changes from which the diagnosis can usually be made without difficulty. There are, however, rather impressive similarities that may be overlooked. The essential process in these diseases is a focal necrobiosis of nervous tissue which varies in degree from degeneration of myelin sheaths with sparing of the axis cylinders to an almost complete degeneration or necrosis of all elements of nervous tissue. Common to all of the demyelinative diseases is a tendency for this focal necrobiosis to occur in relation to small veins and to involve the white matter in particular. This latter feature suggests that some property of myelin determines the localization of the pathology. Exudates of inflammatory cells in the perivascular spaces is another important feature. Theories as to the etiology and pathogenesis of these diseases are evaluated in the light of the morbid anatomy.
Article
Few institutions have shaped neuropathology as a discipline as profoundly as Massachusetts General Hospital (MGH) and Harvard Medical School. Their fascination over many decades is due to a unique accumulation of excellent, intellectually stimulating neurologists with a sincere interest in the morphologic and pathogenetic basis of nervous system diseases. Their approach was strictly case oriented and clinico-pathological conferences were developed to the highest standard. In this review, the foundations of neuropathology in Boston are recounted.
Article
The Editor, when inviting this piece, thought that an account of my entry into the stroke field and the unfolding of the subsequent studies in cerebrovascular disease would be instructive for the younger readers of Stroke . Be that as it may, knowledge of how a specialty has evolved can be useful in placing present endeavor in perspective. The story is one of clinical and neuropathological studies carried out by one person, an approach now largely superseded. In 1949, after my completing a fellowship in Neurology at the Montreal Neurological Institute, Dr Wilder Penfield recommended a year of postgraduate work abroad. Dr Roy Swank, a colleague, insisted that a period of study on the Neurology Service of the Boston City Hospital (BCH) under the direction of Dr Derek Denny-Brown and Dr Raymond D Adams would be unparalleled. Dr Swank placed a telephone call and in a minute or two it was arranged that I spend a year in Neuropathology at BCH under the guidance of Dr Adams. The subject to be investigated was acute hypertensive encephalopathy. A grant-in-aid was received from the Multiple Sclerosis Society. It was for $100. In 1949 BCH was one of the world’s premier medical centers: 2000 beds and 3 academic medical services, Harvard Medical School, Boston University, and Tufts Medical School. Enthusiasm was the order of the day. The Department of Pathology, including the Section of Neuropathology, comprised the Mallory Institute of Pathology. It was a busy service, with 900 autopsies performed each year. In addition, the Coroner’s Office was housed in the Institute. In Neuropathology 700 to 800 brains were examined yearly. The abundance of pathological material would be an important factor. Two residents in Neuropathology were responsible for the day-to-day work: Dr David McDougall, the senior, and myself. Dr McDougall developed formalin dermatitis …
Article
This article has no abstract; the first 100 words appear below. THE purpose of this communication is to report 3 cases of an acute neurologic illness characterized among other features by total external ophthalmoplegia, severe ataxia and loss of the tendon reflexes. The clinical picture in all 3 cases was so similar as to constitute an easily recognizable syndrome. The presenting symptoms and signs were most alarming for the attending physician on each occasion — unnecessarily so, since the course of the illness appears to be benign. The cause of the syndrome was obscure until, in the most recent case, a great rise in the protein of the cerebrospinal fluid in . . . *From the Neurological Service, Massachusetts General Hospital, and the Department of Neurology and Neuropathology, Harvard Medical School. Supported in part by United States Public Health Service, grant B-731. Source Information BOSTON †Assistant clinical professor of neurology, Harvard Medical School; associate neurologist, Massachusetts General Hospital.